Una Semana (Santa) en Nápoles y alrededores

Vuelo de Madrid a Nápoles con Air Nostrum (filial de Iberia). Los billetes los sacamos en enero aprovechando una promoción de Iberia.

Una vez en Nápoles tomamos un autobús directo del aeropuerto a la plaza Garibaldi (Alibus, 3 €). Nos deja a 50 metros del hotel.

Después de comer visitamos andando su centro histórico: via tribunali, catedral, plaza e iglesia de S. Domenico Maggiore, iglesia de Gesú nuevo, iglesia y claustro de Santa Chiara, calle de San Gregorio Armeno (con muchas tiendas de Nacimientos, aunque no sea Navidad), etc. A pesar de los turistas (no demasiados) y de las motos nos gustó el ambiente popular de este barrio, a medio camino entre una ciudad europea y una tercermundista, con tiendas familiares que sacan sus productos a la calle (y cortan el espacio que hay para los peatones), la ropa tendida en las casas (a veces tienden una cuerda con el vecino de la acera de enfrente), y en general el ambiente de la calle y los bares.

Después de sacar la tarjeta ArteCard en la estación, tomamos a las 9:25 la Circumvesubiana (tren que va de plaza Garibaldi a Sorrento, con paradas en Heculano y Pompeya, sale cada media hora aproximadamente).

A pocos metros de la salida de la estación de Pompeya se entra en la antigua ciudad. Cogimos audioguías. Habíamos visto anteriormente ruinas antiguas de templos, teatros, etc., pero nunca una ciudad entera con sus villas, bares, termas etc. Visita imprescindible. Estuvimos 4 horas y nos quedó alguna zona por visitar.

Por la tarde tren a la estación de Garibaldi, en Nápoles, metro a Montesanto (2 estaciones) y funicular al Vómero, barrio en el que se encuentra la Cartuja de San Martín. Visita muy recomendable tanto por la iglesia barroca, como por el Nacimiento del siglo XVIII, como por las magníficas vistas de la ciudad y el Golfo de Nápoles desde su terraza. También había una exposición temporal. Visita 8 € (docentes 4 €), cierra a las 19.30.

De nuevo tomamos la Circumvesubiana, esta vez media hora antes. Desde la estación hay que bajar unos 500-700 metros hasta la entrada a Herculano. Es una antigua villa de vacaciones, con casas más lujosas que en Pompeya, pero mucho más pequeña. A pesar de que seguían cerradas la villa de los papiros y las termas, vale también la pena esta visita (salvo que se vayan muy pocos días). Tardamos poco más de 2 horas en recorrerla completa.

Después de tomar una buena pizza en la calle que va de las ruinas a la estación, cogimos un microbús a las 13 horas para subir al Vesubio. Cuesta 10 euros (1 € más que desde Pompeya), pero tarda la mitad de tiempo porque está más cerca. A las 15.30 estábamos de vuelta, después de haber paseado durante hora y media alrededor del volcán, tiempo de sobra para llegar hasta el final y detenerse donde apetezca. Los microbuses se toman en la puerta de la estación.

Vuelta a Garibaldi, en Nápoles, y autobús 601 hasta Plaza Municipio. La parada está frente al embarcadero de los barcos que van a las islas, junto al castillo. Paseo por la zona monumental: Castell Nuevo, Galería Humberto I, Teatro di Carlo, piazza plebiscito, via Chiaia, ...

Después de cenar vuelta en el R2 a Garibaldi.

Se han comentado en otros relatos de esta web sobre la Costa Amalfitana dos formas distintas de visitar esta bonita costa en un día desde Nápoles. La del autobús que sale a las 9.10 desde cerca de Garibaldi y vuelve a las 17 desde Amalfi tiene el inconveniente de que te pasas más de 6 horas en autobús, y te quedan sólo 4 horas y pico para visitar 3 pueblos y comer. La alternativa de coger un taxi, por su parte, es un poco cara para 2 personas.

Nosostros elegimos una tercera vía para ir a la Costa Amalfitana: tomamos la Circumvesubiana hasta Sorrento. Frente a la estación de tren nos subimos en un autobús, que cinco minutos después salió hacia Amalfi. Estos autobuses salen cada media hora y circulan hasta después de anochecer. En total tardamos 2.5 horas. Allí tomamos otro autobús para subir (5 km) a Ravelo. Visitamos la Villa Rufolo y dimos un tranquilo paseo por este bonito pueblo.

Bajamos de nuevo a Amalfi, donde comimos y paseamos. A la vuelta tomamos el autobús a Positano y después de un buen paseo otro autobús a Sorrento. El autobús nos dejó en el centro del pueblo cuando empezaba a anochecer. Dimos un paseo tranquilo por sus calles peatonales llenas de turistas y de noche volvimos a tomar la Circumvesubiana hasta Garibaldi, en Nápoles.

Esta excursión es recomendable si se viene a Nápoles al menos 5 ó 6 días. En verano es posible que el tráfico haga difícil circular por sus estrechas carreteras.

Por la mañana visita de 3 horas y media al Museo Arqueológico Nacional, una visita imprescindible en cualquier viaje a esta ciudad.

Después de comer y de descansar un poco, visita del Museo Capodimonte, donde estaba la mayor parte de la exposición sobre el barroco napolitano. Aunque se toma un autobús directo de un museo al otro y optimizas el tiempo de transporte, no recomendamos visitar 2 museos grandes el mismo día por ser muy cansado. Hay un descuento del 50% en ambos museos a los docenti.

A las 9 cogimos el autobús 601 en Garibaldi y 10 minutos más tarde estábamos frente a las taquillas del barco. El trayecto a Capri dura menos de 1 hora.

A la llegada a Capri nos enteramos de que la Gruta Azul estaba cerrada ese día. Largas colas para sacar billete del funicular o del autobús. Cogemos el autobús a Anacapri, donde visitamos la iglesia de S. Miguel con un suelo muy bonito. Nos acercamos a la villa de San Miguel para contemplar las vistas, y tomamos el telesilla (9 € i/v) que nos sube al monte más alto de la isla, desde el que se contemplan unas vistas impresionantes. Fue lo que más nos gustó de la isla.

Tras bajar y esperar la correspondiente cola, tomamos el autobús de vuelta a Capri, que estaba atestado de turistas. Dimos un bonito paseo para ver Villa Jovis (2 horas i/v) y el puente de piedra natural (45 minutos más). Vale la pena visitarlos si tenéis tiempo y os gusta andar. Después bajamos a un mirador sobre la marina chica, y finalmente bajamos andando a la marina grande, donde cogimos el barco de vuelta a Nápoles a las 20 horas.

Este día teníamos previsto visitar la isla de Ischia. Pero por una parte las previsiones del tiempo no eran buenas, y por otra nos apetecía un día más tranquilo y vivir un poco más la atmósfera de Nápoles.

Por la mañana volvimos a ir al centro histórico, pero sin rumbo fijo. De los monumentos que visitamos, lo que más nos gustó fué el Claustro (que cierra a las 12 de la mañana) y la iglesia de S. Gregorio Armeno, ambos en la calle del mismo nombre, pero con entradas independientes.

Después de comer descansamos en el hotel. Por la tarde visitamos el centro monumental y nos adentramos en el barrio español.

A las 9.30 de la mañana cogimos el metro hasta Mergellina (6 estaciones desde Garibaldi). Desde allí fuimos andando por la orilla del mar hasta el Castillo del Huevo. Esta es la zona elegante y limpia de Nápoles. Visitamos (entrada gratuita) el bonito castillo, y seguimos andando hasta plaza Plebiscito, calle Toledo, centro histórico (de nuevo) y sobre las 13 paramos a comer.

Después seguimos andando hasta el hotel (en Garibaldi), y tomamos el autobús (Alibus 3 €) hasta el aeropuerto. Finalmente tomamos el vuelo de regreso a Madrid.