Relato de un viaje de 35 días a Argentina y Chile

Volamos directos de Barcelona a Buenos Aires con Aerolíneas Argentinas, saliendo con 7 horas de retraso, ya que suprimieron el vuelo en el que íbamos.

Por suerte no perdimos la conexión que teníamos con el vuelo a Ushuaia, ya que teníamos 10 horas entre los dos. Así que al llegar a Buenos Aires cambiamos de aeropuerto directamente para tomar el vuelo interior que nos llevaría a la isla Grande de Tierra de Fuego, nuestro primer destino en tierras argentinas.

Para ir de un aeropuerto a otro utilizamos el servicio de autobuses Manuel Tienda Leon, que conecta los dos aeropuertos.

La zona de Ushuaia, en Tierra de Fuego , ya se nos muestra impresionante desde el avión, con los Andes que acaban en el mar, glaciares, canales, islas, ...

Llegados a Ushuaia cogemos un taxi desde el aeropuerto hasta el Hostal Yakushi y esa misma tarde ya contratamos una navegación por el canal de Beagle, una de las actividades principales a realizar en Ushuaia. La contratamos con Las 3 Marías (160 pesos) que es la única empresa que tiene permiso para desembarcar en la isla H.

Hicimos la navegación yendo a la isla en primer lugar, donde hicimos una caminada mientras nos explicaban la interesante vida de los Yámanas, antiguos habitantes de la zona y su triste desaparición. Al volver a la embarcación tuvimos problemas con el motor así que tuvimos que volver a tierra sin completar la navegación. Hay que decir que recomiendo esta empresa, ya que la isla H es muy interesante, merece la pena visitarla y las explicaciones de la guía son muy buenas.

Dedicamos el día a hacer un trekking por el Parque Nacional Tierra de Fuego.

Para ello tomamos un minibús por 50 pesos más 50 de la entrada al parque, donde como turistada curiosa te sellan el pasaporte con un sello del fin del mundo.

Hay una gran variedad de trekkings a realizar en el parque.

El que escogimos nosotros fue el de la Senda Costera: desde la bahía Ensenada fuimos al lago Roca pasando por la guardería Lapataia, donde pudimos ver una interesante exposición sobre los antiguos habitantes de la zona, los Yámanas.

Finalmente llegamos hasta la bahía Lapataia, desde donde cogimos el minibús de regreso a Ushuaia.

Por la mañana hicimos otra navegación por el canal de Beagle (136 pesos), ya que no pudimos terminar la primera. Visitamos el faro Ecleieurs, los islotes con leones marinos y cormoranes e hicimos un descenso a una de las islas Bridges. La salida fue en catamarán por el fuerte viento que hacía.

Por la tarde fuimos hasta el valle de los lobos en minibús, desde donde hicimos un trekking hasta la Laguna Esmeralda, esta vez bajo la lluvia y pasando por una turbera donde nos hundimos, acabando de agua hasta arriba. Como es propiedad privada pagamos 8 pesos por entrar.

Al día siguiente, desde Ushuaia tomamos un bus de la compañía Pacheco hasta Punta Arenas, pasando por el lago Fangano y el lago Escondido y embarcamos el bus en un barco para pasar el Estrecho de Magallanes bajo la lluvia y con mucho viento.

En Punta Arenas, ya en territorio chileno, tenemos que cambiar de bus y aprovechamos para dar un paseo por el pueblo y cambiar moneda. Cogemos el bus a Puerto Natales y el tiempo empeora, llueve y hace mucho viento.

Una vez llegamos a Puerto Natales vamos hasta la Pensión Nancy, donde tenemos la reserva hecha del dia anterior.

Por la mañana compramos provisiones para el trekking que pensábamos hacer por el P.N. Torres del Paine, reservamos los billetes de autobús con Buses Gómez para esa tarde y alquilamos el material que necesitamos en el mismo albergue, donde también nos guardan el equipaje que no necesitamos hasta la vuelta del parque.

En el parque Torres del Paine hay dos rutas principales: la W y el circuito, que incluye la W más la parte trasera de las montañas. Nosotros en vez de hacer la W hicimos la UI, como la bautizamos, porque nos saltamos un trozo de ruta, la que rodea el lago Nordenskjold.

Así que una vez en el parque y después de pagar la entrada y ver que la previsión del tiempo para los siguientes días era bastante mala, cogimos el bus y catamarán hasta Pehoé donde plantamos la tienda.

Durante el trayecto no vimos nada por las nubes y niebla que hay. El vecino de la tienda de al lado nos comenta que el día anterior hizo muy mal tiempo y no pudo ni salir el catamarán.

Por la noche tuvimos la compañía de un ratón que nos agujereó la tienda y no hubo manera de echarle, así que dormimos acompañados, aunque no fuimos los únicos, ya que por la mañana siguiente escuchamos comentarios de más gente a la que le pasa lo mismo.

El día está muy nublado, así que nos preparamos la ropa de lluvia y hacemos el primer trekking por el parque Torres del Paine hasta el glaciar Grey.

Es un glaciar continental que forma parte del campo de hielo sur, como el resto que iremos viendo en el viaje: Perito Moreno, Upsala, Spegatzini, etc., que es la tercera masa de hielo más grande del mundo después de la Antártida y Groenlandia.

El cielo se va abriendo y tenemos bastante buena vista, eso si, con fuerte viento en algunos puntos. En total recorremos 22 km, ida y vuelta.

Al día siguiente nos toca ir al valle del Francés, también desde Pehoé, el recorrido más guapo del trekking. En el valle hay el Glaciar del Francés y lo más impactante es el ruido que hace el hielo al ir cayendo del glaciar. Impresionante!. En el valle también están los Cuernos del Paine, montañas con formas muy curiosas.

Este día llovía un poco, pero teníamos bastante buena visibilidad. No llegamos al final del valle, donde hay un campamento, ya que calculamos mal el tiempo y se nos hubiera hecho de noche. Hasta el campamento son unos 22 km, ida y vuelta, en total.

Por la mañana cogemos el catamarán, esta vez con muy buenas vistas sobre el valle del Francés, Cuernos, glaciar Grey y Torres. Todo el pasaje estamos en cubierta haciendo fotos. Cogemos autobús y transfer hasta el Hostal Las Torres.

Al llegar subimos hacia el campamento Chileno, con mucho viento, y nos encontramos un hombre ciego que hacía el recorrido cogido de una chica con una cuerda, increíble!. En el campamento chileno plantamos la tienda y vamos al refugio a jugar a las cartas y tomar una cerveza. Desde la tienda se ven las puntas de las torres del Paine.

Al día siguiente toca subida a las Torres del Paine. La parte final se hace por una morrena, así que toca subir por un montón de rocas. Al llegar arriba visibilidad de las Torres 100%, tenemos mucha suerte.

Nos deleitamos haciendo fotos y contemplando la magnífica vista que tenemos, pero finalmente toca bajar, desmontar tienda y tomar el autobús de vuelta a Puerto Natales, donde volvemos a dormir en el Hostal Nancy.

Pasamos la mañana de paseo por Puerto Natales, hasta el momento de coger el bus a Calafate.

Al llegar a la estación de El Calafate una chica nos ofrece la Pensión los Pinos y aceptamos. Una vez instalados vamos a contratar una salida al glaciar Perito Moreno para el día siguiente.

Como queremos hacer un trekking por el glaciar las dos opciones que hay son: el mini trekking y el big ice. Nosotros nos decidimos por el mini-trekking (450 pesos por persona).

Para cenar una buena opción es el tenedor libre en el restaurante chino. Si os gusta la carne disfrutaréis, hay muchas opciones y es muy barato.

Al día siguiente, a las 10h nos recogen en el hotel y salimos con el tour hacia el Perito Moreno, en el Parque Los Glaciares. A la llegada se paga la entrada al parque.

Primero tenemos dos horas para caminar por las pasarelas que hay delante del glaciar Perito Moreno, viendo y escuchando cómo se van desprendiendo grandes bloques de hielo. Es todo un espectáculo visual y sonoro. Después embarcamos hasta ir a uno de los laterales del glaciar, donde nos esperan los guías de montaña, que después de una explicación sobre glaciarismo nos ponen los crampones y caminamos por el glaciar durante una hora y media aproximadamente. Podemos ver las grietas del hielo, las burbujas de aire y todas sus formas y colores. Llegados a un punto nos tienen preparados unos alfajores con whisky con hielo, del glaciar, naturalmente.

De regreso al Calafate reservamos la navegación Todo Glaciares para mañana en el hotel por 335 pesos por persona.

Hoy nos espera la navegación Todo Glaciares, así que nos vamos a las 7:15 en bus hasta el puerto, volviendo a pagar la entrada al parque.

Embarcamos en dirección al glaciar Upsala, el más grande del parque. No podemos llegar hasta el frente del glaciar porque el año anterior se desprendió un bloque de 3 km y ahora está todo lleno de icebergs. Vemos el glaciar desde lejos y estamos un rato navegando por medio de los icebergs azules, blancos y transparentes, de mil formas. La sensación es genial.

Después vamos hacia el glaciar Spegatzini y finalmente al Perito Moreno. Al regresar al Calafate vamos a la estación de autobuses y compramos los billetes para ir al Chaltén, también en el parque los Glaciares.

Al día siguiente tomamos un autobús a las 8:00 hacia el Chaltén, donde estaremos dos días para hacer un par de trekkings. Al llegar al Chaltén bajamos en la oficina del parque, donde nos hacen una charla explicativa. Hace mucho viento, así que vamos al primer albergue que encontramos, el Vuelo del Cóndor, donde dormimos en una habitación compartida.

Decidimos ir al Fitz Roy o Chaltén, pero esta vez el tiempo no nos acompaña y llegamos al mirador del Fitz Roy con mucho frío, viento, niebla y granizo. No se veía nada y sólo se intuía alguno de sus glaciares. En vistas del éxito volvimos al pueblo.

Por suerte hoy hace mejor día y caminamos hasta la base del cerro Torre, podemos ver parte del glaciar y el lago, aunque el cerro está tapado por nubes. Encontramos una pareja canadiense ya mayorcita que viajan por el mundo haciéndose fotos en posturas de yoga, son muy originales y están muy viajados.

Vamos al albergue a comer y tomamos el bus de vuelta a El Calafate. Desde el autobús pudimos ver el Fitz Roy, rodeado de nubes y niebla. Esta fue la mejor visión que tuvimos de él.

Al día siguiente nos espera una buena tirada. Primero vamos en furgoneta desde el Calafate a Río Gallegos, donde tomamos un bus con cena incluida hasta Puerto Madryn.

Tras pasar la noche en ruta llegamos a Puerto Madryn, lugar de entrada a la Península Valdés . Nos alojamos en el hostal El Retorno de Puerto Madryn.

Vamos a dar una vuelta por la costa y en el paseo hay esculturas hechas con troncos de árbol. Como curiosidad encontramos un chico que lleva un pingüino que se debe haber encontrado en la playa y le lleva a la jefatura del puerto. Lo guardarán en la nevera?.

En una agencia contratamos la salida para ir a Punta Tombo y en el albergue contratamos la salida para el día siguiente a Península Valdés.

Toque de diana a las 6:30. Salimos a las 7:00. hacia Península Valdés. Como vamos recogiendo gente por los hoteles, hacemos ruta por el pueblo.

En Península Valdés comenzamos la visita por el Istmo Carlos Amerigio, donde pagamos 45 pesos entrada. Visitamos el centro de interpretación, con un esqueleto de ballena y paneles con varias explicaciones de la zona. Desde el mirador se ve la isla de los pájaros, la que dibujó Antoine de Saint-Exupéry en El Principito (la serpiente que se come el elefante), ya que estuvo viviendo y sobrevolando la zona.

Después llegamos a Puerto Pirámides, para pasear por la costa. El suelo esta lleno de conchas fosilizadas y acantilados guapos. En Caleta Valdés vemos algunos pingüinos de Magallanes y elefantes marinos.

De aqui nos dirigimos a Punta Norte, donde vemos peludos, un elefante marino y un pingüino. Hay una colonia de lobos marinos con crías, así que las orcas se acercan a la playa para capturarlas y comérselas. Estuvimos un par de horas para ver si vemos el espectáculo gore, pero las orcas no se acercaron. La guía nos dijo que esa semana había habido hasta 10 ataques con capturas y que sería muy difícil que en tan poco tiempo volvieran a atacar. Esta vez, no hubo suerte.

A la vuelta charlamos con la guía y el conductor, Juan el Lindo, muy cachondo.

Hoy toca la excursión a Punta Tombo. Primero hacemos una parada opcional para ver toninas, nosotros no vamos y aprovechamos para ir a la costa.

Llegamos a Punta Tombo, la mayor pingüinera continental de Sudamérica, donde pudimos caminar entre los pingüinos. Había muchísimos y en este momento del año están cambiando la pluma. Es muy guapo caminar en medio de los pingüinos, los tienes ahí mismo y se te cruzan por el camino. En un par de playas se podía ver como bucean.

A la vuelta la guía nos va explicando la historia del Gauchito Gil y de la difunta Correas, dos personajes muy populares en el país y que vamos encontrando por toda Argentina al lado de la carretera, en pequeños altares con ofrendas de los conductores.

Paramos en Gayman, pueblo fundado por galeses donde se puede ir a beber té y comer pasteles típicos galeses. Aprovechamos para dar un paseo por el pueblo.

De regreso vamos al hotel para coger las mochilas y tomamos el bus para Bariloche. Pasamos la noche en el bus, con cena incluida. Hay que decir que el transporte en Argentina es muy bueno, los buses de diversas compañías enlazan todo el país, son cómodos y la mayoría incluye la cena, bien en el bus o en un restaurante donde se para a cenar y cuyo precio ya está incluido en el billete.

Llegamos a Bariloche al mediodía.

Bariloche es una ciudad muy turística y está situada a orillas del lago Nahuel Huapi. Tomamos un bus urbano al centro y alli viene mucha gente a ofrecernos alojamiento, finalmente nos decidimos por un apartamento.

Vamos al Club Alpino para ver las excursiones que tienen y nos decidimos por una organizada al Cerro Tronador y el Ventisquero Negro.

Al día siguiente tenemos día de excursión. Primero nos dirigimos a la cascada de los alerces, donde crecen estos árboles.

De aquí vamos hacia el cerro Tronador, donde hacemos una pequeña caminada y después nos dirigimos al Ventisquero Negro, un glaciar totalmente negro debido a la gran cantidad de sedimentos que lleva. Parece un lago de chocolate con tropezones. Las explicaciones del guia son muy buenas.

Hoy dedicamos el día a hacer el circuito chico en transporte público. Es el más popular de la zona. Subimos al cerro Campanario en telesilla, aunque si tenéis ganas de andar, se puede subir por un sendero. Desde la cima hay unas vistas magníficas sobre multitud de lagos, islas y montañas, un paisaje alpino.

Seguimos hasta Llao Llao, donde hay un hotel de lujo con muy buenas vistas alrededor. Continuamos hasta la colonia suiza y vamos caminando hasta el mirador de Llao Llao, donde vemos la puesta de sol antes de coger el último bus a Bariloche.

Aquí dudábamos que hacer, si quedarnos más días y explorar la zona de los lagos o continuar hacia el norte. Los argentinos nos hablaban muy bien de la zona de Jujuy y Salta, al norte del país cerca de la frontera con Bolivia.

Finalmente nos decidimos por subir, pero como coincidía con los días de Semana Santa no quedaban billetes de bus. Así que hemos cambiar de planes y fuimos primero a Iguazú, adonde llegamos después de 36 horas de autobús.

Aprovecho la última mañana que estaremos en Bariloche para visitar el centro cívico, la iglesia y las playas del lago antes de coger el bus hacia Córdoba. Noche en el bus con cena incluido, al llegar a Córdoba cambiamos de bus.

Pasamos todo el día siguiente en ruta y al siguiente, finalmente, llegamos a Iguazú con unas 3 horas de retraso. Al llegar notamos enseguida el calor y que ya estamos cerca del trópico, con un enorme cambio de paisaje.

Pedimos información de alojamientos y del parque en la estación de buses. Nos decidimos por un dormitorio compartido con piscina. Dejamos los trastos y vamos directos a la piscina.

Allí hablamos con un chico y un hombre nos cuenta que él va a Ciudad del Este, Uruguay, para comprar cosas pijas más baratas y también armas, no nos dan muchas ganas de ir. De hecho en Iguazú vemos muchos carteles con excursiones organizadas para ir a comprar, como se hacia antes en Andorra.

Hoy nos dedicamos a visitar el lado argentino de las cataratas de Iguazú. Para ir cogemos el autobús El práctico. Al ser festivo hay unas colas de coches y buses impresionantes, pero como nuestro bus es de línea pasamos delante de los otros.

El problema fue que a todos los habitantes de Buenos Aires se les ocurrió ir a pasar los días de Semana Santa a Iguazú y había muchísima gente. En el mirador sobre la garganta del diablo había overbooking y no se veía nada!, En vez de cerrar a las 18:00, a las 21:00 todavía había gente ya que era imposible salir con fluidez. Hubo tanta gente que muchos durmieron en los coches, según leímos en el diario.

Las cascadas son impresionantes, especialmente la garganta del diablo. De vuelta compramos los billetes para ir mañana al lado brasileño y también para ir a Salta. Volvemos al hotel y nos refrescamos en la piscina.

Al día siguiente, por la mañana, visitamos las cataratas desde el lado brasileño, los trámites en la frontera son muy rápidos. Desde el lado argentino las cascadas las sientes más, aquí se tiene una visión más general del conjunto.

Por la tarde volvimos al lado argentino, donde al ser el segundo día nos hacen un descuento al enseñar el billete del día anterior. Hoy ya no hay tanta gente y vamos directamente a la garganta del diablo, donde nos quedamos viendo el impresionante espectáculo hasta que nos echan del parque. Realmente es uno de los espectáculos más impresionantes del mundo.

Hoy toca jornada de autobús hasta Salta.

Al día siguiente llegamos a Salta y al llegar a la estación compramos ya el billete a Buenos Aires. En la estación hay gente de hoteles para captar clientes. Vamos a uno que esta bastante bien.

Después de instalarnos damos un paseo por la ciudad de Salta, con arquitectura colonial. Comemos en una peña española.

La idea que tenemos es visitar la Quebrada de Humahuaca y los Valles Calchaquíes. No sabemos si hacerlo en excursión o alquilando un coche.

Finalmente hacemos un poco de cada.

En el hotel contratamos la excursión para el día siguiente a la Quebrada de Humahuaca y alquilamos un coche en una agencia para hacer la ruta de los Valles Calchaquíes.

Por la noche salimos a dar un paseo y nos extraña ver mucha policía por la calle.

Hoy hacemos la salida a la Quebrada de Humahuaca en una excursión organizada de día entero.

Pasamos por diferentes pueblos con casas tradicionales, algunas de adobe. La Quebrada es un cañón con las paredes erosionadas de diferentes colores y formas.

En Purmamarca pudimos ver el Cerro de los 7 colores, una formación de múltiples colores, como el nombre indica.

En Tilcara visitamos Pucara, una ciudad precolombina amurallada, que de hecho, es una reconstrucción hecha con algunas libertades. Lo que si que tiene el lugar son unas vistas magníficas a las montañas coloreadas de la zona.

Humahuaca es la población más grande de la Quebrada, con casas de adobe, calles adoquinadas y el cabildo, edificio bastante original. Desde la plaza se sube al monumento a la independencia.

De vuelta paramos a Uquía para visitar la iglesia con los cuadros de los arcángeles arcabuceros. En Maimara vemos La paleta del pintor, una montaña también con varios colores y formas de erosión.

Finalmente llegamos a Jujuy, donde hicimos una breve parada para visitar la iglesia, antes de volver a Salta.

Con nuestro coche iniciamos la ruta de dos días por los Valles Calchaquíes.

Primero pasamos por una zona de yungas antes de ascender por la impresionante Cuesta del Obispo, 20 km de curvas a través de un paisaje de verdes barrancos. Aprovechamos para hacer una caminada por el Valle Encantado, una zona con lagunas, unas grandes rocas rojas, aves y mucho silencio. Este sitio ya está dentro del parque Los Cardones.

Continuamos subiendo hasta el alto de la subida, donde encontramos una capilla. Una vez aquí cambiamos de valle y el paisaje se transforma volviéndose árido.

Comienza la zona de cardones, unos grandes cactus que nos acompañan una parte del camino, también en la recta de Tin Tin, una recta de 19 km a unos 3000 metros de altura, hecha en tiempo incaicos mediante hogueras.

Una vez llegamos a Cachi, damos un paseo por el pueblo para contemplar la arquitectura tradicional. También podemos ver el nevado de Cachi, de más de 6.000 metros de altura y que nos acompañará parte del camino, por paisajes áridos.

Pasamos por Seclantas, famoso por sus ponchos, y seguimos hasta Molinos, donde pasamos la noche en el hospedaje Los Cardones.

Continuamos ruta hasta Angastaco donde aprovechamos para comprar facturas (pastas). Aquí Comienza la espectacular Quebrada de las flechas, donde la erosión ha hecho formas increíbles, con estrechos barrancos con paredes de 20 m. de altura.

Continuamos por la Quebrada hasta llegar a Cafayate, donde aprovechamos para dar una vuelta por el centro del pueblo, antes de continuar hacia espectacular Quebrada de Cafayate, donde los colores y la erosión de la arenisca ha vuelto a esculpir formas espectaculares.

Pasamos por lugares como los Médanos (dunas de arena blanca), y formas erosivas como los Castillos, el Obelisco, el Fraile, el Sapo y las más espectaculares de todas, el Anfiteatro y la Garganta del diablo.

Continuamos bastante rato por la Quebrada disfrutando del paisaje hasta que llegamos a Salta y de nuevo al hotel.

Al día siguiente toca levantarse temprano para devolver el coche después de nuestro periplo y aprovechamos para hacer el último paseo por la ciudad de Salta y comprar artesanía. Al mediodía tomamos el bus hacia nuestro último destino en Argentina: Buenos Aires.

Continuamos viaje y, después de una avería en el freno del bus que nos hizo cambiar a otro, llegamos a Buenos Aires con retraso. En la estación nos espera Juana María, amiga de JL, que nos lleva hasta su casa en el barrio de Palermo. Después de dejar las mochilas vamos a dar una vuelta por el barrio, es sábado y hay bastante ambiente.

Por la tarde, después de comer, vamos al barrio de Boca para pasear por la famosa calle de Caminito, con las casas pintadas de colores y gente bailando tangos.

De Caminito nos dirigimos a San Telmo, barrio lleno de tiendas de antigüedades, para llegar a la plaza de Mayo, conocida por las reuniones que hacen los jueves las Madres de la plaza de Mayo. En esta ocasión pudimos ver una banda militar de música tocando varias piezas, bastante divertidas y nada militares, ante la Casa Rosada. De ahí nos dirigimos al café Tortoni, uno de los cafés con solera de la ciudad y lugar de reunión de intelectuales. Para terminar el dia paseamos un rato por la avenida 25 de mayo, la más ancha del mundo.

Al día siguiente, nuestra última mañana en Argentina, la pasamos paseando por Palermo antes de coger un taxi hasta el aeropuerto para coger el vuelo, esta vez sin mucho retraso, que nos llevaría de regreso a Barcelona.