Diario de un viaje a Argentina, Bolivia y Chile

Salimos de Barcelona en un vuelo de Spanair a las 18,30 horas para enlazar con el de Aerolíneas en Madrid a las 22 horas.

Una vez en Buenos Aires tomamos desde el mismo aeropuerto de Ezeiza un vuelo a Córdoba y después desde esa ciudad otro a Salta, nuestro primer destino. Al no haber cambio de aeropuerto en Buenos Aires pudimos facturar nuestro equipaje hasta Salta desde Barcelona. Llegamos a Salta a las 2 de la tarde, hora local, más de 24 horas desde que salimos desde Barcelona.

Nos hospedamos en el Hostal Yatasto (32 A$ la habitación doble con baño y desayuno). Se encuentra a cuatro calles de la plaza principal y está regentado por Eugenia y Payo, los cuales son muy simpáticos y nos ayudaron a resolver algún problema que teníamos antes de nuestra partida de Barcelona.

Esa primera tarde en Salta la aprovechamos para tomar un primer contacto con la ciudad y pagar el Tren a las Nubes (189 A$ por persona) que habíamos reservado desde Barcelona en la agencia La Veloz Turismo.

Hoy dedicamos el día para visitar y pasear por Salta. Realmente es una ciudad que vale la pena visitar: la Catedral, el Cabildo, la Plaza de Armas, la Iglesia de San Francisco, el Convento de San Bernardo y subir el telecabina al cerro de San Bernardo, desde donde se tiene una bonita panorámica de la ciudad.

Para comer los platos típicos de Salta: empanadas, locro, tamales, humitas, recomendamos tanto La Chueca, en calle España 476, como Doña Salta en calle Córdoba 46, frente a la Iglesia de San Francisco.

Este viaje hay que reservarlo con suficiente antelación, ya que normalmente sólo funciona los sábados y esta temporada también los viernes. El circuito del tren es de ida y vuelta por el mismo recorrido desde Salta hasta el Viaducto de la Polvorilla a 4.220 metros sobre el nivel del mar. Este tren es el más alto del mundo que se desplaza sólo con la fuerza de su locomotora, sin necesidad de cremallera. Para conseguir la altura necesaria se construyeron a lo largo del recorrido dos zig-zag y dos rulos, en los que el tren da un giro de 360º.

De regreso a Salta y junto a la estación se encuentra la calle Balcarce, donde hay restaurantes con música salteña en vivo. Nosotro cenamos muy bien en La Vieja Estación, aunque cobran derecho por el espectáculo.

Para visitar los valles Calchaquíes decidimos alquilar un coche en Marina Turismo en la calle Caseros, junto a la Plaza de Armas. Alquilamos un Gol con aire acondicionado (162 A$ diarios) y, lo más importante, era nuevo con menos de 1.000 km. Este automóvil es de Volswagen y es casi una copia, pero más sencilla, del Golf.

Más de la mitad de la ruta (600 km) es de ripio. El primer día pasamos por la Cuesta del Obispo, el Parque Nacional de los Cardones para llegar al pueblo de Cachi. Después seguimos por Seclantás, Molinos, con sus bonitas iglesias y la Quebrada de las Flechas para llegar a Cafayate, población famosa por sus vinos. Dormimos en el Hospedaje El Portal de la Viñas (50 A$ la doble con baño), regentado por doña Mirta Daruich Plaza, la cual a su simpatía añade toda la información de las bodegas que se pueden visitar en la zona. Para la cena recomendamos el restaurante El Rancho, en la Plaza de Armas.

El segundo día, después de desayunar, visitamos Cafayate y probamos, en la que dicen que es la mejor heladería del norte de Argentina, el helado de vino torrontés (este vino sólo se produce en esta zona) y de cabernet sauvignon. Deliciosos. Seguidamente visitamos las bodegas Finca las Nubes y Erchart. La primera es una nueva bodega pequeña, bastante artesanal y Erchart, que pertenece al grupo francés Cuisinier, produce millones de litros de vino.

Ya de regreso a Salta visitamos la Garganta del Diablo. Es una zona con unas formaciones rocosas espectaculares por sus formas y colores. Destacan Los Castillos y el Anfiteatro. Comimos a medio camino entre Cafayate y Salta, en la Posta de las Cabras. Aquí se pueden degustar los diferentes quesos de cabra que producen, aunque el sevicio, si está lleno, es muy lento.

Salimos hacia Jujuy a las 10 de la mañana en un bus de Balut Hnos. (7 A$ por persona). Llegamos a Jujuy en dos horas y media y nos alojamos en el Hotel Internacional Jujuy, que se encuentra justo en una esquina de la Plaza de Armas. La habitación doble con baño y desayuno nos costó 90 A$.

Después de comer en el restuarante Ruta 9, el cual repetimos en la cena del día siguiente, visitamos la ciudad: la Catedral, el Palacio del Gobierno y la Iglesia de San Francisco.

Si para cenar se quiere tomar algo frugal, como alguna ensalada y cosas de picar, restaurante Miralejos en Sarmiento 268, que es una calle de la Plaza de Armas.

Dado que en las agencias que contactamos no nos aseguraban que podríamos hacer la excursión de la Quebrada, ya que se necesitaba un número mínimo de personas para hacerla, a través del recepcionista del hotel contactamos con el guía de turismo Enrique Wienhausen (celular 156864244), el cuál, por el mismo precio que nos pedían en las agencias (65 A$ por persona), puso a nuestra disposición su vehículo y su saber para mostrarnos la Quebrada de Humahuaca.

Visitamos Purmamarca con su Cerro de los 7 Colores, el pueblo y el pucará de Tilcara, Uquía y Humahuaca, donde comimos.

Todo este día lo empleamos para desplazarnos hasta Bolivia. En Jujuy tomamos un bus de Balut Hnos. para llegar hasta La Quiaca (18 A$ por persona), ciudad fronteriza con Bolivia. Desde la estación de bus hasta la frontera hay casi un kilómetro, que se puede recorrer caminando, en taxi o alquilando un carrito para que te lleve el equipaje.

Después de los trámites aduaneros se entra en la población boliviana de Villazón. De aquí, y cuatro veces a la semana, sale un tren hacia Oruro, con parada en Uyuni, nuestro destino. Aunque es un tren muy lento (300 km en 10 horas), es el mejor medio de transporte para llegar a Uyuni. En el tren existen tres clases y la más alta, la Ejecutiva, se puede reservar por internet contactando con el email de la Empresa Ferroviaria Andina. Nosotros compramos billetes de la clase intermedia, llamada Salón (42 Bs por pasaje), ya que los asientos son iguales que la Ejecutiva, reclinables y tapizados , y la única diferencia con la clase más cara es que en ésta te dan un refrigerio y mantas. En la clase inferior, la Popular, los asientos son de skay y duros, sin reclinación y con una ángulo fijo de 90º entre el asiento y el respaldo.

Llegamos a Uyuni a la una de la madrugada y aunque habíamos reservado con la agencia Relitours el hotel y la excursión en el Salar y que nos vendrían a recoger a la estación, nadie nos vino a esperar.

Después de esperar en la estación quince minutos, decidimos ir al Toñito Hotel (30 US$ la doble con baño y desayuno). El hotel se encuentra casi enfrente de la entrada a la estación.

En Uyuni contratamos la excursión de 3 días/2 noches con transfer a San Pedro de Atacama con la agencia Tunupa Tours por 65 US$ por persona. La agencia está situada en la Av. Arce, donde están situadas la mayoría de agencias. Esta excursión se puede hacer por el mismo precio con 4 días/3 noches con salida y regreso a Uyuni. La misma incluye el transporte, la manutención y el alojamiento. Se realiza en 4x4 con capacidad para 7 personas, más el conductor y, en nuestro caso, la cocinera.

Salimos de Uyuni a las 11,30 horas, cuando se completaron las 7 personas con viajeros de otras agencias, aunque el personal y el coche era de Tunupa Tours. En primer lugar visitamos en las afueras de Uyuni el Cementerio de Trenes. En un gran descampado se van oxidando viejas locomotoras a vapor y distintos vagones.

Después se continua hasta el pueblo de Colchani, que está justo a la entrada al Salar de Uyuni y donde tratan toda la sal que se obtiene del salar para su posterior comercialización. Ya sobre el salar visitamos un Hotel de Sal donde todo, hasta las bases de los colchones de las habitaciones, está hecho de bloques de sal. Después visitamos la Isla del Pescado o Incahuasi que es una escarpada isla llena de cardones (cactus) en medio de la soledad del salar. Se paga una entrada de 18 Bs por persona.

A media tarde se emprende de nuevo viaje y ya saliendo del salar se llega al pueblo de San Juan, donde se pernocta en un alojamiento básico (habitaciones de 3 y 4 camas) con un solo baño compartido.

Al día siguiente, después del desayuno se visitan las lagunas Cañapa y Hedionda (su nombre lo dice todo). Estas dos lagunas en la época de nuestra visita estaban llenas de flamencos, se divisa el volcán (humeante) Ollagüe y alcanzamos los 4.900 metros de altura, continuando hacia la Laguna Colorada dentro del Parque Eduardo Avaroa. Se paga una entrada de 30 Bs por persona. La vista de la Laguna por la tarde es espectacular, ya que sopla el viento y eso hace que las algas que hay en la laguna en contacto con el viento le den el color rojo (de ahí su nombre) que casi llega a granate.

Alojamiento muy muy básico en la Laguna Colorada, en habitación para 8 personas con un lavabo y un WC común sin agua corriente.

El tercer día la salida es a las cinco de la mañana ya que se visitan los geiseres de Sol de Mañana y hay un trayecto de más de una hora y media desde la Laguna Colorada y se llega cuando sale el sol y los geiseres están en su máxima ebullición. Después se continua hacia una zona donde existen aguas termales que brotan a 30-32 grados, donde te puedes bañar si no te importa que la temperatura exterior sea, a pesar de que luce el sol, sólo de 12 grados. Después del desayuno visitamos la Laguna Verde y sobre las diez de la mañana nos dejaron junto a la frontera de Chile, donde un microbús chileno te recoje y te traslada hasta San Pedro de Atacama.

En San Pedro nos alojamos en el B&B Café Export, en la calle Toconao junto a Caracoles. La habitación doble con baño y con un abundante y delicioso desayuno nos cuesta 22.500 C$. Para comer recomendamos el Café Export (Toconao/Caracoles) y los restaurantes Adobe y la Estaca que se encuentran en la calle Caracoles.

Por la mañana nos dedicamos a visitar San Pedro y a primera hora de la tarde hacemos la excursión al Valle de la Luna. Esta excursión incluye un paseo por el Valle de la Muerte y la Cordillera de la Sal, para después acabar en la gran duna para ver la puesta de sol en el Valle de la Luna.

La contratamos por 5.000 C$ por persona en Cosmo Andino. Hay otras agencias con precios desde 3.000 C$, pero la excursión de Cosmo Andino nos pareció la más completa.

Este día nos levantamos a las 3:30 de la madrugada porque nos vienen a recoger a las 4 para hacer la excursión a los Géiseres del Tatío (que habíamos contratado por 10.000 C$ por persona en la agencia Terra Extreme que está situada frente a nuestro B&B) que se encuentran a dos horas y media de viaje desde San Pedro y hay que llegar al amanecer, como en los de Bolivia, para ver los géiseres antes de que el sol caliente lo suficiente y disipe las fumarolas. Una vez en el campo geotérmico se puede pasear con la debida precaución cerca de los cráteres. Después del paseo y del desayuno que se realiza junto a los géiseres. Se regresa a San Pedro con una parada en el pueblo de Machuca. Este pueblo tiene una iglesia de adobe con techo de paja que parece sacada de las figuras de las monas de Pascua.

Una vez que llegamos a San Pedro a las 12:30 horas, comemos, recogemos nuestro equipaje y tomamos un bus que nos traslada a Calama (Tur-Bus 1.100 C$ por persona). Una vez en la estación de autobuses de Calama tomamos un taxi hacia el aeropuerto. Nuestro vuelo de LATAM Airlines despega a las 6 de la tarde, y después de 1 hora y media de vuelo llegamos a Santiago. Desde el aeropuerto se puede tomar un microbus compartido que te lleva al hotel. En nuestro caso pagamos 12.000 C$ por persona con el transfer de vuelta al aeropuerto desde el hotel incluído. Nos alojamos en el Hotel Riviera (38 US$ habitación doble, con baño y desayuno). Está situado en el centro, a tres manzanas de La Moneda.

Hoy nos dedicamos a visitar la capital de Chile: Iglesia de San Francisco, La Moneda, la Plaza de Armas y la Catedral. Pasamos la tarde recorriendo las calles comerciales del centro que son peatonales. Hace un día gris y bastante frio.

Para comer recomendamos el restaurante Donde Augusto. Está situado en el mercado central, al final de una de las dos calles peatonales de Santiago. La comida, a base de marisco y pescado con vino incluído, nos costó el equivalente a 12 € por persona.

A las 7:10 nos viene a recoger el microbus de Tur-Bus que teníamos contratado para llevarnos al aeropuerto. Nuestro vuelo llega al aeropuerto Ezeiza de Buenos Aires y debemos trasladarnos al Aeroparque, el otro aeropuerto de Buenos Aires, ya que nuestro vuelo hacia Trelew sale desde allí (autobús de Tienda León desde Ezeiza a Aeroparque, con una parada en la Terminal de Buenos Aires, 22 A$ por persona).

En el aeropuerto de Trelew nos está esperando una persona de Argentina Visión, que es la agencia con la que hemos contratado las excursiones de Península Valdés y Punta Tombo y el transfer desde el aeropuerto de Trelew a Puerto Madryn (15 A$ por persona. Este es el mismo precio que cobra la empresa que realiza el mismo traslado a la llegada de los vuelos).

En Puerto Madryn nos alojamos en la Hostería Casa de Pueblo (80 A$ la habitación doble con baño y desayuno). Está situada en la avenida principal, en el centro de Puerto Madryn y frente al mar. Podeis visitar la web y veréis la historia del chalet donde está ubicada en la actualidad la hostería.

Hoy vamos a visitar Península Valdés y haremos el avistaje de ballenas. La excursión cuesta, sin comida (para comer puedes hacerlo en el hotel de Punta Delgada como en nuestro caso (caro) o llevarte picnic), 95 A$ más 45 A$ del avistaje de ballenas más 35 A$ de la entrada a Península Valdés. Tenemos que decir que las principales agencias del centro cobraban lo mismo por la excursión y desde luego Argentina Visión, además de darnos la posibilidad de reservar con antelación las excursiones, nos pareció una agencia muy seria.

Nos recogen a las 7:30 horas y después de una hora y treinta minutos llegamos a Puerto Pirámides, lugar desde donde se hacen los avistajes. Los mismos tienen una duración de unos 45 minutos y se realizan en unas barcas con capacidad para 60-70 personas (a nuestro parecer demasiadas), pero las dos empresas que lo realizan tienen las mismas barcas. Pudimos observar dos ballenas con sus ballenatos, además de los típicos saltos. Espectacular. Después visitamos la Caleta Valdés donde se ven elefantes marinos y una pequeña colonia de pingüinos. Se continúa hacia Punta Delgada, se almuerza y después se baja hasta la playa para ver de cerca los elefantes marinos.

En Puerto Madryn recomendamos Parrilla Estela para comer carne, cordero patagónico y los típicos bifes, y Cantina Náutico para pescado.

Hoy vamos a realizar la visita a Punta Tombo, y como al regreso se pasa por Trelew, la agencia no tiene inconveniente que después de la visita a esta ciudad te trasladen al aeropuerto por lo que por la mañana ya tenemos que cargar las maletas en el bus.

Desde Puerto Madryn a Trelew hay una hora de viaje por carretera asfaltada y después de Trelew la carretera es de ripio y se tarda dos horas y media más en llegar a Punta Tombo. Esta excursión también la contratamos con Argentina Visión y nos costó 95 A$ más 20 A$ de entrada a la reserva.

Una vez llegados a Punta Tombo el expectáculo es increíble. Diseminados en una meseta próxima al mar hay 500.000 pingüinos que anidan por parejas. Existen unos circuitos delimitados por los que puedes pasear para ver los nidos y los pingüinos que constantemente están atravesando de un lado a otro. Realmente un espectáculo. Después de una hora y media de visita se inicia el regreso con una breve parada en la entrada de la reserva, donde hay una pequeña confitería donde se puede tomar alguna empanada o bocadillo.

En nuestro caso la excursión sigue hasta el pueblo de Gaiman. Lo típico es ir a una casa de té galés, donde te sirven el típico té con seis clases de pasteles. Después visitamos Trelew, que es una ciudad sin atractivo, excepto el museo del ferrocarril (que estaba cerrado por obras) y el museo Egidio Feruglio, si te interesan los dinosaurios. Al final de la visita nos trasladan al aeropuerto de Trelew para tomar nuestro vuelo a Buenos Aires.

Desde Ezeiza para trasladarse al hotel, puerta a puerta, lo más barato es un taxi (43 A$) y además nuestro taxista nos ofreció el viaje de vuelta por 35 A$. Habíamos reservado por internet en 123BookHotels.com el hotel Park Chateau Kempinski (39 € la doble con desayuno), un cuatro estrellas de la cadena alemana Kempinski que se encuentra en el Barrio Norte, entre el Centro y la Recoleta, a dos calles de la Av. 9 de Julio.

Como esta es nuestra tercera visita a Buenos Aires, nos tomamos los dos días con tranquilidad, paseando por el Centro, La Boca, Recoleta y Puerto Madero.

Si a la hora de comer os encontrais en el barrio de San Telmo probad de comer en la Antigua Tasca de Cuchilleros, en Carlos Calvo 319. Es un edificio del siglo XIX y consta en el catálogo histórico de la ciudad. En el centro un sitio que nos agradó para comer ó cenar fue Peperone, en Lavalle 876.

Hoy dedicamos el día a visitar Colonia de Sacramento, en Uruguay, cuyo barrio antiguo ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Hicimos el trayecto de ida y vuelta en barco con Buquebús. En su web habíamos reservado una excursión que incluía el pasaje, la visita guiada en Colonia y el almuerzo (81 A$ por persona).

Hoy ya se acaba el viaje y como nuestro avión no sale hasta última hora de la tarde visitamos Tigre, en el delta de Paraná. Para llegar se puede ir en tren desde la estación de Retiro de Buenos Aires, directo a Tigre (50 minutos) o combinar el tren hasta la estación de Mitre y allí tomar el llamado Tren de la Costa, que es muy similar al nuevo tranvía de Barcelona.

Al ser un día laborable no hay mucha actividad en el Delta, así como en Puerto Frutos que es un lugar lleno de tiendas de artesanía, principalmente de mimbre, y restaurantes donde los festivos está a rebosar de gente de Buenos Aires.

Regresamos a Buenos Aires para comer y realizar las últimas compras. Nuestro avión despega de Buenos Aires a las 21,30 horas, llegando a Barcelona a las 5 de la tarde del día siguiente.