Este es un pequeño resumen con información, sobre todo práctica, de una escapada de cuatro días a la región del Véneto, incluyendo la visita a la ciudad de Venecia, a varias islas de la laguna de Venecia y también a la cercana ciudad de Padua.
El Véneto, de la que Venecia es la capital, es una de las 20 regiones de Italia y está situada en la zona noreste del país, entre los Alpes y el mar Adriático. El norte de esta región es montañoso (zona alpina limítrofe con Austria), mientras que el sur es ocupado por la llanura del río Po, entre otros.
Hoy en día esta región está entre las más ricas e industrializadas de Italia. Sus lugares de interés histórico, artísticos y paisajísticos, entre los que destaca sobre todo la ciudad de Venecia, también dan lugar a que sea de las más visitadas, con decenas de millones de turistas cada año.
La ciudad de Venecia (Venezia en italiano) está construida sobre un grupo de 118 pequeñas islas que están separadas por canales y enlazadas por más de 400 puentes. Estas islas se encuentran ubicadas sobre la Laguna de Venecia, en una zona poco profunda de ésta, limitada al norte por el río Sile y al sur por el río Brenta.
La ciudad de Venecia y su laguna fueron inscritas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987, aunque este privilegio está siendo constantemente reexaminado para el UNESCO dadas las grandes amenazas que se ciernen sobre Venecia y su laguna en cuanto a su ecología y la salvaguarda de su patrimonio cultural.
El enorme éxito de Venecia como destino turístico de primer orden mundial tiene como contrapartida los grandes retos planteados por un número excesivo de turistas en su centro histórico, así como problemas causados por la gentrificación, la contaminación o los grandes cruceros que navegan demasiado cerca de los edificios. A esto hay que sumar otros factores como las mareas altas o la subida del nivel del mar debido al cambio climático.
La ciudad de Padua (Padova en italiano), por su parte, también forma parte de la región del Véneto y está ubicada a unos 40 km al oeste de Venecia. Esta ciudad aparece por partida doble en la Lista de Patrimonios Mundiales de la UNESCO: por su Jardín Botánico (Orto Botanico), el más antiguo del mundo, y por sus series de frescos del siglo XIV, ubicadas en diferentes edificios del centro de la ciudad.
Como curiosidad mencionar que la población local se refiere a Padua como la ciudad de los tres sin, porque es la sede del «café sin puertas» (el Pedrocchi Café, que tradicionalmente nunca cerraba), «el prado sin hierba» (el Prato della Valle, una antigua zona semi-pantanosa que se ha convertido en una de las plazas más grandes de Europa), y el «santo sin nombre» (porque los paduanos tradicionalmente se refieren a San Antonio de Padua, el patrón de la ciudad, simplemente como «el santo»).
Si vais a Venecia y disponéis de un tiempo extra vale la pena dedicar al menos un día a Padua, ya que esta ciudad tiene un gran interés por sí misma, pero además nos ofrece la posibilidad de escapar de la masificación turística del centro de Venecia por un rato.
Del 1 al 4 de Junio de 2007.
Día 1: Barcelona - Girona → → aeropuerto de Treviso - Mestre
Día 2: Mestre - Venecia - Mestre
Día 3: Mestre - Padua - Venecia - Lido- Venecia - Mestre
Día 4: Mestre - Venecia → → islas de la laguna → → Venecia - Mestre - Treviso → → Girona - Barcelona
En esta escapada a la región italiana del Véneto, con origen y final en el aeropuerto de Treviso, visitamos las ciudades de Venecia y Padua, incluyendo algunas de las islas de la laguna veneciana. Y nos alojamos en la ciudad de Mestre, muy próxima y bien comunicada con Venecia, además de contar con alojamiento más barato.
Solo es necesario el DNI o pasaporte en vigor para los ciudadanos de la Unión Europea.
En las fechas de este viaje el coste medio diario para el viajero en Italia era bastante alto, pero en la ciudad de Venecia el era bastante más, con los precios de alojamientos, restaurantes y servicios en general por las nubes.
De hecho, esto es el que cabría esperar de un lugar tan sumamente turístico que visitan millones de personas cada año, incluyendo los viajeros de alto poder adquisitivo norteamericanos y japoneses. A todo esto hay que añadir que en las fechas de nuestra visita era temporada alta en Venecia.
Para llegar hasta la región del Véneto tomamos un vuelo de la compañía Ryanair desde el aeropuerto Girona-Costa Brava. El billete de avión, ida y vuelta, nos costó 86 €/pax, incluyendo todas las tasas y extras habituales.
Para ir desde Barcelona hasta el aeropuerto de Girona (o viceversa) se puede tomar un autobús de la compañía Sagalés con inicio en la Estación del Norte de Barcelona. En aquellas fechas había un autobús para cada vuelo de Ryanair y su precio era de 12 € (solo ida) o 21 € (ida y vuelta, válido para un mes).
La otra alternativa es ir con vehículo propio. En este caso la mejor opción para aparcar el vehículo es utilizar el parking de la empresa Aparkivoli. En aquellas fechas solo se podían reservar periodos de tiempos superiores a los siete días. Este parking está vigilado las 24 horas y dispone de un servicio de minibús shuttle que lleva hasta la terminal a la ida o nos recoge a la vuelta, ya que el parking está situado a menos de 1 km de la terminal del aeropuerto.
Para periodos de aparcamiento de menos de una semana teníamos el aparcamiento de Aena, situado frente a la terminal.
El vuelo de la compañía Ryanair que tomamos hasta el aeropuerto Canova de Treviso fue de 1 hora y 20 minutos de vuelo efectivo.
Una vez en la terminal de llegadas nos dirigimos al fondo a la derecha de la terminal para encontrar la oficina donde se vendían los billetes de autobús de la compañía ATVO que van desde el aeropuerto de Treviso a Venecia y Mestre. El billete sencillo costaba 5 €, mientras que el de ida y vuelta valía 9 € (válido hasta siete días).
La parada intermedia en la ciudad de Mestre se hacía ante su estación de tren, mientras que la parada final era a la Piazzale Roma de Venecia. Este trayecto en autobús era de unos 55 minutos hasta Mestre y de unos 70 minutos a la Piazzale Roma, dependiendo del tráfico que hubiera.
Tras una intensa búsqueda por Internet elegimos el Hotel Cris, situado en la Vía Monte Mero nº 3/A de Mestre, a unos 250 metros de la estación de tren de Mestre, por el que está muy bien comunicado para ir a Venecia o bien hacia el interior del Véneto. Este hotel no era especialmente barato ni está ubicado en la isla de Venecia, pero en nuestra opinión vale mucho la pena, teniendo siempre presente el altísimo nivel de los precios en el centro de Venecia, especialmente en temporada alta.
Se trata de un hotel de tres estrellas, pero parece que sea de más teniendo en cuenta el nivel de las habitaciones. Pagamos 110 € la noche por una habitación doble con baño, TV, ... El precio incluía un desayuno de tipo buffet completísimo y de calidad, el cual nos permitía andar horas y horas por Venecia olvidándonos del hambre.
Además, podemos afirmar que el pequeño edificio del hotel es muy bonito, todo estaba como acabado de estrenar y decorado con muy buen gusto. La zona donde se encuentra el hotel es muy tranquila y tiene aparcamiento privado para los que vayan con vehículo propio.
Lógicamente podréis encontrar algún hotel más barato en Venecia y, sobre todo, en Mestre, pero si os podéis permitir el capricho de este hotel con encanto es una buena opción para alojarse durante la estancia en esta zona.
Lo mejor de Venecia, de la editorial Lonely Planet (colección geoPlaneta en castellano, edición Abril 2007). Esta guía de viaje de bolsillo fue muy práctica y manejable. Contaba con abundantes mapas, rutas recomendadas e información práctica expresada de una forma bastante visual.
Para recorrer bien Venecia es recomendable disponer de un mapa suficientemente detallado de la isla. La guía anterior dispone de mapas que son suficientes para tal fin, pero en las oficinas de Turismo de Venecia (por ejemplo en la estación de tren de Santa Lucia) disponen de mapas grandes y detallados, aunque no gratuitos, claro. Costaban 3 €.
VENECIA (Venezia en italiano) es quizás uno de los lugares más conocidos y turísticos a nivel mundial. También es conocida mundialmente como la ciudad de los canales o la Serenissima.
La ciudad fue históricamente la capital de la República de Venecia durante más de un milenio, hasta el año 1797. Fue una gran potencia financiera y marítima durante la Edad Media y el Renacimiento, además de un importante centro de comercio. Esto hizo de Venecia una ciudad rica durante la mayor parte de su historia.
Son muy conocidos sus numerosos canales, los cuales dan lugar a un gran entramado de calles acuáticas que parten del Gran Canal, su avenida central por la que navegan multitud de embarcaciones de todos los tamaños.
También son célebres algunos de sus hijos más ilustres, como el gran compositor Antonio Vivaldi o también Marco Polo, Tiziano o Giacomo Casanova, por poner sólo unos pocos ejemplos.
Por si los atractivos de la ciudad no fueran suficientes para atraer tantos visitantes, hay un par de citas culturales que también atraen grandes masas de visitantes y le procuran amplia presencia mediática en todo el mundo.
El primero de ellos es el Carnaval, su fiesta más popular y con un punto de sofisticación y glamur gracias a sus trajes y máscaras, que no tienen otros carnavales célebres en el mundo.
Y el segundo gran acontecimiento es la Bienal de Venecia, una cita cultural de primera magnitud que incluye también la Muestra di Venezia, un festival de cine internacional que se celebra cada año en la isla del Lido.
Como grandes retos de cara al futuro para la ciudad están el no convertirse en un parque temático, ya que la población autóctona se ve obligada a abandonarla a causa de los altos precios inmobiliarios y por la incomodidad que supone vivir su día a día entre tantos visitantes.
La otra gran preocupación es el hecho de que la ciudad de Venecia se va hundiendo lentamente y cada vez se ve más afectada por las inundaciones periódicas que sufre, hecho que además empeora con el calentamiento global y la subida del nivel del mar.
En la primavera y el otoño se da el fenómeno de la acqua alta (marea alta), durante el cual la Plaza de San Marcos y calles adyacentes se inundan de agua hasta tal punto que hay que colocar pasarelas de madera sobre las cuales poder andar.
De hecho, ya hacía años que se hablaba de un mega-proyecto muy controvertido y que ya estaba en construcción, llamado MOSE, el cual se basa al levantar unos diques móviles que se cerrarían en caso de aumento del nivel del agua del mar.
Se prevé que este proyecto esté completado en 2025.
En la primera noche de nuestra estancia en la ciudad de Venecia pudimos constatar este problema, puesto que nos encontramos la Plaza de San Marcos inundada con un palmo de agua, el cual nos permitió ver una curiosa imagen, aunque dificultaba mucho la movilidad por la zona.
Para llegar a la isla de Venecia desde Mestre en transporte público hay dos opciones, el tren y el autobús, y ambas costaban el mismo entonces: 1 € por trayecto. Después de probar los dos medios de transporte nos quedamos con el tren, puesto que era mucho más cómodo y agradable. Ambos accedían en la isla pasando sobre el largo Puente de la Libertad.
Debido a las medidas compactas de la isla de Venecia y a su peculiar configuración de calles, plazas y canales la mejor forma de visitar y conocer Venecia es a pie. En general los lugares más emblemáticos están muy señalizados, por el que es fácil moverse por la isla.
Otro medio de transporte muy útil en Venecia son los populares vaporettos, los autobuses fluviales que recorren los canales más importantes, formando una auténtica red de transporte por la isla.
Un billete sencillo de vaporetto costaba 6 €, muy caro, como no, por el que salía muy a cuenta comprar un abono.
Nosotros compramos el de 24 horas (el tiempo cuenta a partir de la primera validación) por 15 € y el amortizamos sobradamente, ya que también nos permitió subir a los vaporettos a otras islas de la laguna como Lido, Murano, Burano o Torcello.
Otra forma de ver Venecia desde el agua, y supuestamente más tranquila y privada, es desde una góndola, pero los precios son estratosféricos (hay que regatear el precio y abstenerse de contratarla en el primer día de estancia en Venecia) y no siempre se consigue la tranquilidad e intimidad deseada, puesto que era habitual ver auténticos atascos de góndolas en algunos canales.
Finalmente mencionar los traghettos, un tipo de góndola grande y compartida que permite cruzar el Gran Canal en ciertos puntos (por ejemplo en Giglio), evitando así dar largos rodeos a pie para buscar alguno de los pocos puentes que hay sobre el Gran Canal.
En las fechas de este viaje cruzar el Gran Canal con un traghetto costaba 0,5 € por persona.
Aparte del placer de recorrer sus calles, plazas y canales, en Venecia hay muchísimos lugares a visitar, dependiendo del tiempo disponible, de gustos personales y de presupuesto. Aquí simplemente enumeraremos algunos de ellos puesto que en cualquier guía o libro podréis encontrar una descripción más exhaustiva y detallada.
Plazas
La única plaza de Venecia que tiene propiamente este nombre es el archifamosa Piazza di San Marco (Plaza de San Marcos), ya que el resto de plazas de la isla reciben el nombre de Campo. La Piazza di San Marco es quizás el lugar más emblemático de Venecia. Su suelo es de losas de piedra de la región de Istria.
La plaza está encuadrada entre célebres edificios como la basílica di San Marco, el característico Campanile de ladrillo, el Palazzo Ducale, y los grandes edificios de las Procuratie Vecchie (Procuradurías Viejas), las Procuratie Nuove (Procuradurías Nuevas), y la Fabbrica Nuova, la cual ahora hospeda el Museo Correr
En el extremo norte del edificio de las Procuradurías Viejas está la Torre dell'Orologio, con un gran reloj en el centro que señala las horas, los días y el curso de los planetas y las estrellas, y en el alto de la torre pueden verse un par de figuras que marcan las horas golpeando una campana.
Bajo los porches de las Procuradurías, en los lados sur y norte de la plaza, están los viejos, famosos y caros Caffè Florian, Caffè Cuadre y Caffè Lavena.
Palacios
De palacios (palazzos en italiano) en Venecia los hay para aburrir. Aparte del Palazzo Ducale, mencionado antes, hay muchos otros igualmente impresionantes.
Algunos de estos palacios son el Ca' d'Oro, el Palazzo Grassi, Ca' Rezzonico, Ca' Pesaro, el Palazzo Venier dei Leoni (hospeda la sede del museo Peggy Guggenheim Collection), el Palazzo Fortuny (este palacio perteneció al hijo del célebre pintor catalán Marino Fortuny y Marsal), el Palazzo Vendramin-Calergi, y muchos más.
En este apartado, una interesante propuesta es la visita guiada al Palazzo Foscari (el precio normal entonces era de 4,5 €).
Este precioso palacio, joya de la arquitectura gótica veneciana y situado junto al Gran Canal, es actualmente la sede de la Universidad Ca' Foscari de Venecia.
La visita guiada a este palacio permite disfrutar de una experiencia a medio camino entre la historia, el arte y la cultura.
Iglesias
Además de la emblemática Basílica di San Marco, en Venecia también hay un montón de iglesias. Algunos ejemplos:
Hay un tipo de abono denominado Chorus Pass que permite la entrada a 18 iglesias emblemáticas de la ciudad ahorrando dinero sobre la compra de billetes individuales. Entonces el pase costaba 8 €/pax, mientras que el precio de la entrada individual de cada iglesia era de 2'5 €.
Museos
De entre los numerosos museos de arte que hay en Venecia destacamos, además de los ya mencionados anteriormente, la Scuola Grande di San Rocco, con la mayor concentración de obras de Tintoretto o la Gallerie dell'Accademia di Venezia, con una colección de pintura de lo mejor de los grandes maestros venecianos; ...
Canales
De los muchísimos canales que hay en Venecia destaca por encima de todos el Gran Canal (Canal Grande en italiano y Canalasso en veneciano). El Gran Canal es la arteria principal de la ciudad, con una longitud de 3.800 metros y una anchura de entre 30 y 70 metros.
Tiene forma de ese invertida y divide la ciudad de Venecia en dos partes.
Actualmente sólo lo cruzan tres puentes, siendo el de Rialto el más antiguo de los tres.
En sus orillas podemos ver hasta 200 palacios, construidos entre los siglos XII al XVIII, durante la época de máximo esplendor de la República de Venecia.
El vaporetto nº 1 recorre todo el Gran Canal, de principio a final y deteniéndose en todas las paradas que hay en su recoriido, mientras que el nº 82 es más directo y rápido porque sólo para en algunas de ellas.
Puentes
De los más de 150 puentes que hay sobre los canales de la isla de Venecia a continuación listamos algunos de los más emblemáticos:
Otros lugares
Vale mucho la pena visitar el Ghetto di Venezia, una pequeña zona de Venecia, ubicada en el barrio de Cannereggio, en la que fue concentrada a la fuerza la población judía en el s. XVI, en la época de la República de Venecia.
Inicialmente, en 1516, ocupaba una pequeña isla llamada Ghetto Nuovo, pero con el paso de los años la zona se fue ampliando y dio lugar al Ghetto Vecchio en 1541 y el Ghetto Nuovissimo en 1633.
Aquí podréis ver sinagogas (por fuera, al menos), escuelas hebreas y, en general, edificios más altos de lo habitual en la isla de Venecia, ya que así se aprovechaba más el poco espacio disponible que había en el barrio,
Por otro lado, también vale la pena ver el edificio que ocupa el Teatro La Fenice, reconstruido y reabierto después del pavoroso incendio que lo destruyó completamente a principios del año 1996.
La Fenice es uno de los coliseos operísticos más famosos de Europa y de más renombre en la historia de la ópera.
Las islas de la Laguna de Venecia
Tal como ya hemos comentado anteriormente la Laguna de Venecia es una bahía cerrada del mar Adriático que incluye, entre otras, la isla de Venecia. Tiene una superficie de 550 km².
Aparte de la ya mencionada isla de Venecia, otras islas populares en la laguna son Murano, Burano, Torcello, San Michele o Giudecca, entre otras. Si se dispone de un abono para el vaporetto merece la pena aprovecharlo para navegar por la laguna de Venecia y visitar algunas de estas islas.
Una buena excursión por algunas de las islas de la laguna, con inicio y final en la estación de tren Santa Lucia (Ferrovia) y que implica más de medio día entre navegación y visitas es esta que realizamos nosotros:
Ante la Ferrovia tomamos el vaporetto nº 42 hacia la isla de Murano, el cual hace su recorrido por el canal Cannaregio y bordea la isla de Venecia por su extremo noroeste hasta llegar a Fundamento Nuovo, desde donde se dirige a la isla de Murano, pasando antes por San Michele, la isla-cementerio.
En la isla de Murano bajamos en la parada de Colonna y fuimos andando hasta Faro, viendo por el camino numerosas tiendas e interesantes talleres relacionados con el archi-famoso vidrio de Murano.
En la parada de Faro tomamos el vaporetto LN que iba hasta laisla de Burano, pasando junto a las islas de San Giacomo in Palude, Madonna del Monte y Mazzorbo.
La isla de Burano es muy bonita y su visita vale mucho la pena, sobre todo si se sale de la calle principal, muy turística, y nos perdemos por otras calles de la isla, donde podremos ver las fotogénicas casas pintadas con vivos colores muy característicos.
Desde Burano tomamos el vaporetto T (había uno cada 30 minutos) que iba hacia la isla de Torcello.
Es un corto trayecto de 5 minutos entre las dos islas, a los que hay que sumar 10 minutos más andando desde el embarcadero hasta la Catedrale di Santa Maria Assunta, donde pudimos disfrutar de unos mosaicos bizantinos extraordinarios. La entrada a esta basílica costaba entonces 3 €/pax. Adyacente a la Catedral se encuentra la bonita Chiesa di Santa Oscura.
Además el entorno y el camino entre el embarcadero y la catedral es muy bonito. Muy recomendable la visita a Torcello .
Después de la visita a la catedral volvimos al embarcadero de Torcello, donde tomamos el siguiente vaporetto T que iba hacia Burano y allá conectamos con el vaporetto LN hacia la isla de Venecia, concretamente a la parada de Fundamento Nuovo. En total, este trayecto entre islas supone unos 40 minutos de navegación.
En la parada de Fundamento Nuovo bajamos y andamos unos 50 metros hacia el este, hasta llegar a la parada del vaporetto nº 52.
Lo tomamos y con él bordeamos media isla de Venecia hacia el este hasta llegar a la parada de San Zaccaria.
Y desde aquí anduvimos hasta la próxima parada de San Marco Giardinetto para tomar el vaporetto nº 4 que nos llevaría a la Ferrovia, punto inicial y final de esta larga excursión.
Otra posible ruta por la Laguna de Venecia es la que conduce a la isla de Lido di Venezia. Para ello se pueden tomar los vaporettos nº 1 o nº 82, entre otros, de ida y vuelta desde el Gran Canal.
En Venecia las posibilidades de comprar sólo están limitadas por el propio límite de la tarjeta de crédito, al cual no es difícil llegar por los exorbitantes precios de cualquier cosa relacionada con Venecia.
Pero con disciplina y autocontrol aún es posible comprar algún recuerdo de nuestra visita a la ciudad de los canales...
Para la compra de máscaras venecianas, por ejemplo, nuestra humilde recomendación va hacia la tienda Venice Fashion (Ponte delle Guglie 326, en el barrio de Cannaregio), con una gran exposición de máscaras, trajes y ornamentos de carnaval de todos los tipos y precios.
Para adquirir máscaras con más glamur entonces se podía ir a la tienda-taller Mondonovo Maschere, aunque posteriormente cerró de forma permanente. Una lástima!!.
Disponía de un catálogo de más de 800 modelos, desde las máscaras tradicionales de la Commedia dell'arte hasta las más particulares y extravagantes. Algunas de estas máscaras habían sido utilizadas por directores de cine tan célebres como cómo Franco Zeffirelli en La traviata (1983), Kenneth Branagh en Mucho ruido y pocas nueces (1993) o Stanley Kubrick en el film Eyes wide shut (1999).
Nuestra experiencia con el sector de la restauración en Venecia no fue demasiado buena, ya que en los lugares que escogimos la relación calidad-precio no fue muy satisfactoria, por lo que no podemos recomendarlos.
Pero quizás fue solo cuestión de mala suerte. En Venecia hay una miríada de lugares donde comer, pero el hecho de que sea un lugar híper-turístico da pie a que la calidad no vaya aparejada al alto precio pagado.
En los siguientes restaurantes y heladerías no estuvimos personalmente y no podemos opinar en primera persona, pero nos fueron recomendados por una amiga en fechas posteriores a este viaje y los reproducimos aquí por si pudieran ser útiles:
PADUA (en italiano Padova) es el centro económico y de comunicaciones de la región del Véneto. Esta ciudad está situada unos 40 km al oeste de la ciudad de Venecia.
Padua es una ciudad bonita y pintoresca, con una densa red de calles en el centro histórico medieval y numerosos puentes que cruzan el río Bacchiglione. Todavía conserva sus murallas medievales en buena parte de su perímetro y posee muchos monumentos y lugares de interés artístico.
Finalmente, mencionar que Padua también es famosa por su Università degli Studi di Padova, fundada en 1222, siendo la segunda universidad más antigua de Italia y la quinta más longeva del mundo aún activa. Por sus aulas pasaron científicos tan célebres como Galileo, Copérnico o William Harvey.
Desde la estación de ferrocarril Venezia-Mestre hay muchos trenes a lo largo de todo el día (desde las 5:30 hasta medianoche) hasta la ciudad de Padua. El billete en 2ª clase costaba entonces 2,85 €.
Se trata de un corto y agradable trayecto de solo 20 minutos desde Mestre (unos 30 minutos si el origen es la estación Venecia-Santa Lucia). Lo mismo se aplica para el trayecto de regreso desde Padua hacia Mestre o Venecia.
Desde la estación de tren de Padua hasta el centro histórico hay un agradable paseo de 1 km siguiendo la avenida Corso del Popolo primero y el Corso Garibaldi después.
Desde la época medieval la vida civil, política y económica de la ciudad de Padua se organizó alrededor del Pallazzo della Ragione, situado en el corazón del centro histórico. Se trata de un enorme y vistoso edificio construido en el s. XIII como sede del tribunal del Ayuntamiento y ampliado posteriormente.
El primer piso está formado por una sala de dimensiones espectaculares (80 x 27 metros), en la que hay unos frescos maravillosos y divididos en 333 recuadros que representan un raro ejemplo de ciclo astrológico medieval.
Estos espectaculares frescos forman parte, junto con otros en diferentes lugares de la ciudad, de la serie de frescos del siglo XIV inscritos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La entrada a este palacio costaba entonces 4 €. Este edificio separa la Piazza dei Frutti de la Piazza della Erbe, en las que se instalan los mercados paduanos ininterrumpidamente desde hace ocho siglos.
A partir de este punto podemos seguir por cualquier calle para poder admirar bonitos palazzos y edificios históricos de todo tipo que encontraremos a lo largo de su trazado.
Muy cerca de aquí está la Piazza del Duomo, donde encontramos la Basílica del Duomo y el Museo Diocesano di Padova, el cual ocupa el Palazzo Vescovile, la antigua residencia del s. XV del obispo de Padua. La entrada valía 4 €/pax.
Hacia el oeste topamos con la calle A. Mussato y el río Bacchiglione, desde donde podremos ver a lo lejos la torre del Osservatorio Astronomico.
Volviendo al centro, hasta llegar al Palazzo Moroni, actual sede del ayuntamiento y bajando por la Vía Roma llegamos a Prato della Valle, una preciosa y enorme plaza de la época napoleónica con jardines y 78 estatuas de paduanos ilustres.
Continuando por la Vía Belludi llegamos a la Piazza del Santo, con su majestuosa Basilica di San Antonio, levantada en el s. XIII con una fusión de estilos románico, gótico, bizantino y morisco.
En las fechas de nuestra visita en Padua se estaba celebrando el mes de San Antonio, el santo y patrón de la ciudad, y que celebra su día el 13 de junio, con multitud de actos religiosos a los que asisten peregrinos venidos de todo el mundo.
Muy cerca de aquí se encuentra el Orto Botanico, un jardín botánico que fue fundado en 1545 y que es el más antiguo del mundo que todavía permanece en su ubicación original. También figura en la lista de Patrimonios de la Humanidad de la UNESCO.
Más hacia el norte, en la calle Galileo Galilei, podemos ver la casa de Galileo Galilei en la que vivió durante un tiempo este genial astrónomo, físico e ingeniero italiano.
Y muy próximo a la Piazza Cavour, de nuevo en el centro, está el Caffè Pedrocchi, un precioso café de estilo neoclásico del s. XIX.
Volviendo por la Vía Eremitani en dirección a la estación de tren pasamos por el lado de la Chiesa degli Eremitani, del siglo XIII, y más allá llegamos a unos bonitos jardines en los que se encuentra la Cappella degli Scrovegni, una de las joyas de la ciudad, ya que contiene la más importante y fascinante colección de frescos del gran artista italiano Giotto, realizados a principios del s. XIV y que se encuentran en un perfecto estado de conservación. La entrada costaba entonces 8 €/pax.
La tarjeta Padova Card, que en las fechas de este viaje costaba 14 €, permite visitar gratuitamente la mayoría de lugares significativos de Padua y su provincia durante un plazo de tiempo de 48 horas, por lo que sale a cuenta si tenemos la intención de visitar varios lugares de esos en los que se paga una entrada.
Además, permitía el uso gratuito de algunos aparcamientos de la ciudad y de los autobuses APS urbanos y metropolitanos. Se puede obtener en las oficinas de información turística de la ciudad o bien en el Musei Civice di Padova.
En Padua recomendamos muy especialmente el restaurante-pizzería Pago Pago, en el nº 59 de Vía Galileo Galilei. Comia muy bueno, raciones abundantes y a un precio razonable. No dejáis de probar, si todavía estuviera en el menú, los taglialoni al mero di sipia con gamberi e rucola. Deliciosi!.
Por otro lado no podemos marchar de Padua (o de Venecia) sin probar el Spritz, un aperitivo alcohólico que en la región del Véneto constituye un auténtico ritual popular al que se libran sus habitantes a partir de media mañana.
La composición del spritz depende de la interpretación de cada camarero, pero en Padua y Venecia se prepara mezclando Campari, Aperol o Cynar con una base de prosecco (vino blanco seco) y soda, y añadiéndole una rodaja de limón, naranja o una oliva. En cualquier caso, parece haber una regla no escrita de preservar siempre la coloración entre roja y anaranjada del cóctel.
En la ciudad de Padua, la Piazza del Santo (por ejemplo en la terraza del Bar Padua) o la Piazza della Erbe son un buen lugar para probar el spritz. Y en Venecia recomendamos la plaza Campo Santa Margherita.