Irlanda (Éire en gaélico irlandés, y conocida también por República de Irlanda, un nombre alternativo para diferenciarla de Irlanda del Norte) ocupa la mayor parte de la isla de Irlanda y su capital es la ciudad de Dublín.
El país está rodeado por el océano Atlántico y sólo tiene frontera terrestre con Irlanda del Norte, la cual forma parte del Reino Unido. Y es que la República de Irlanda consiguió su independencia efectiva del Reino Unido en el año 1922, pero seis de los treinta y dos condados que hay en la isla optaron por permanecer en el Reino Unido, dando lugar a la actual Irlanda del Norte, siendo este el inicio de un turbulento periodo histórico conocido como conflicto norirlandés, el cual ha dejado profundas huellas a ambos lados de la frontera, actualmente invisible.
Para el viajero, las dos Irlandas ofrecen una riqueza paisajística, histórica y cultural que da para varios viajes. Las rutas escénicas costeras The Wild Atlantic Way, en el lado irlandés, y la Causeway Coastal Route en el norirlandés justifican, por sí solas, el viaje a la isla, con playas, acantilados de vértigo, islas, faros, fiordos, etc.
Pero hay mucho más: paisajes rurales, castillos, abadías, rutas literarias y cinéfilas, o ciudades históricas como Derry y vibrantes como Dublín y Belfast, son algunos de los otros grandes atractivos.
Tal como ya hemos dicho anteriormente, en esta ruta en coche por Irlanda e Irlanda del Norte recorrimos un total de 3.374 km, realizando una vuelta completa a la isla de Irlanda en el sentido de las agujas del reloj con inicio y final en la ciudad de Dublín.
Administrativamente, Irlanda se divide en un total de 32 condados, de los cuales 26 se encuadran en la República de Irlanda y los 6 restantes en Irlanda del Norte. Esta división en condados se continúa utilizando además en contextos culturales, históricos y deportivos.
En este itinerario circular por Irlanda recorrimos los condados de Wicklow, Carlow, Wexford, Kilkenny, Waterford, Tipperary, Cork, Kerry, Limerick, Clare, Galway, Roscommon, Offaly, Mayo, Sligo, Leitrim, Donegal, Derry, Antrim, Down, Armagh, Louth, Meath y Dublín.
Del 22 de agosto al 11 de septiembre de 2021.
Día 1: Barcelona → → aeropuerto Dublín [Irlanda] - Roundwood - Avondale Forest Park - Rathdrum
Día 2: Rathdrum - Glendalough - Wicklow Gap - Carlow
Día 3: Carlow - playa de Curracloe - Wexford - castillo Johnstown - Kilmore Quay - Carlow
Día 4: Carlow - Dunganstown (Kennedy's Homestead) - JFK Arboretum - Thomastown - abadía Jerpoint - Kilkenny - Carlow
Día 5: Carlow - Kilkenny - Cashel - Killarney
Día 6: Killarney - ruta Ring of Kerry + Skellig Ring - isla Valentia - Killarney
Día 7: Killarney - Muckross House - Killarney N. P. - Cork - Ballycotton - Ballymacoda
Día 8: Ballymacoda - Adare - Limerick - Athenry - Kilcolgan
Día 9: Kilcolgan - castillo Dunguaire - Cliffs of Moher - Ennistymon - Poulnabrone Dolmen - Kilcolgan
Día 10: Kilcolgan - Clonmacnoise - Shannonbridge - Galway - Bearna - Kilcolgan
Día 11: Kilcolgan - castillo Aughnanure - Roundstone - playas Gurteen y Dog's - Ballyconneely - ruta Sky Road - Clifden
Día 12: Clifden - abadía Kylemore - Leenaun - Maum - Cong + castillo Ashford - castillo Clifden - Clifden
Día 13: Clifden - ruta Inagh Valley - Leenane - ruta R335 + L1824 - Westport - ruta R317 + R312 + N59 + R313 - Belmullet - ruta península Mullet - Belmullet
Día 14: Belmullet - ruta por la isla Achill - castillo Doona - Belmullet
Día 15: Belmullet - Carrowmore - Collooney - Sligo - Lisadell (Lisadell House) - Mullaghmore (castillo Classiebawn) - Donegal
Día 16: Donegal - Grianan of Aileach - Derry [Irlanda del Norte]
Día 17: Derry - ruta Bishop's Road - Coleraine (Mussenden Temple y Downhill Dumesne) - Magheracross Viewpoint - castillo Dunluce - Bushmills - Giant's Causeway - Portaneevy Viewpoint - Kinbane Castle Viewpoint - Carrickfergus
Día 18: Carrickfergus - Belfast - Trim [Irlanda]
Día 19: Trim - Dublín
Día 20: Dublín
Día 21: Dublín - aeropuerto Dublín → → Barcelona
Iniciamos este viaje de tres semanas con un vuelo directo desde el aeropuerto Barcelona / El Prat al aeropuerto de Dublín, donde recogimos un coche de alquiler que habíamos alquilado días antes por Internet.
Ya con el coche partimos hacia el sur de Dublín, hacia el condado de Wicklow, para iniciar así una vuelta completa a la isla en el sentido de las agujas del reloj, incluyendo buena parte de la espectacular y pintoresca ruta costera conocida con el nombre de The Wild Atlantic Way y que transcurre enteramente por suelo irlandés.
En territorio de Irlanda del Norte (Reino Unido), por su parte, recorrimos varios tramos de la no menos magnífica Causeway Coastal Route y visitamos las ciudades de Derry, Carrickfergus y Belfast.
Esta ruta en coche, en la que recorrimos un total de 3.374 km, finalizó en Dublín, la capital irlandesa, a la que dedicamos dos días completos antes de volver hacia casa en otro vuelo directo desde el aeropuerto de Dublín al aeropuerto de Barcelona / El Prat..
+ 535 € (3 pax vuelo Barcelona - Dublín - Barcelona, con Ryanair)
+ 1.230 € (coche alquiler: alquiler + seguro a todo riesgo + 2º conductor, 18 días)
+ 312 € (coche alquiler: gasolina, 3.374 km, 18 días)
+ 54 € (coche alquiler: aparcamientos + peajes autopista)
+ 34 € (coche alquiler: cobertura en Irlanda del Norte)
+ 30 € (transporte en Dublín: Leap Visitor Card para tranvía y autobús, 3 pases)
+ 16 € (transporte Dublín-aeropuerto: Aircoach Bus, 3 billetes)
+ 2.856 € (alojamiento en casas, apartamentos y B&B, 20 noches)
+ 176 € (entradas a lugares turísticos)
+ 850 € (otros: restaurantes, supermercados, recuerdos, ...)
= 6.093 € (total viaje para 2 adultos y 1 niña de 10 años)
En general, Irlanda e Irlanda del Norte son un destino caro, sobre todo en lo que se refiere a alojamiento en temporada alta, así como el alquiler de coche, la gasolina, restaurantes, bebidas, entradas, etc. Pero, como siempre, se puede ahorrar algo comparando precios, comprando en el supermercado, etc.
La moneda oficial en Irlanda es el euro y en Irlanda del Norte es la libra esterlina (abreviada como £ ó GBP). En las fechas de este viaje, el cambio oficial entre libras esterlinas y euros estaba en 1 £ = 1,1665 €
El pago con tarjetas de crédito está tan sumamente extendido en Irlanda y en Irlanda del Norte que se puede pagar prácticamente todo, incluso aunque la cantidad sea muy pequeña. El dinero en efectivo casi no es necesario, aunque conviene llevarlo por si acaso. Por otra parte, puede ser una buena idea llevar más de una tarjeta de crédito y asegurarse que el límite disponible es suficiente para los gastos que podamos tener.
De este modo, en Irlanda del Norte no tuvimos la necesidad de cambiar ni un solo euro a libra esterlina, puesto que absolutamente todo lo pagamos con tarjeta de crédito o con tarjeta prepago virtual. Así nos ahorramos el tener que cambiar dinero, pagando más comisiones de cambio que con la tarjeta y con el inconveniente de las libras esterlinas no gastadas al final del viaje.
En algunos lugares de Irlanda del Norte, sobre todo cerca de la frontera con Irlanda, se acepta el pago con euros, pero no hay que contar con ello y además la tasa de cambio puede ser terrible para nuestro bolsillo.
Una alternativa muy interesante para Irlanda del Norte es el uso de una tarjeta prepago virtual como Revolut, que nosotros usamos en casi todos los pagos que hicimos en ese territorio. La ventaja sobre la tarjeta de crédito convencional es que las comisiones de cambio entre monedas son bastante más reducidas usando la tarjeta prepago virtual, además de permitir sacar dinero de cajeros automáticos a coste cero o muy reducido.
• Avión. Para el viaje de ida y vuelta entre Barcelona y Dublín compramos un vuelo directo de Ryanair con un precio total de 535 € por las tres plazas, incluyendo la tarifa completa para dos adultos y una menor, así como los extras por el equipaje (dos maletas facturadas) y la reserva de asientos.
El trayecto en avión entre Barcelona y Dublín tuvo una duración aproximada de 2 horas y 10 minutos.
En el momento de buscar vuelos a Irlanda tuvimos en cuenta, no sólo el precio, si no también las horas de salida y/o llegada del vuelo, y si era un vuelo directo para minimizar el tiempo de viaje. Así nos decantamos por la combinación que nos pareció más cómoda y que nos permitía aprovechar más los días de viaje.
• Alquiler de Coche. El coche de alquiler es la mejor opción para recorrer Irlanda y si, como fue en nuestro caso, la mayor parte del viaje transcurre fuera de las ciudades y por áreas rurales, entonces es la única.
Es cierto que hay transporte público (autobuses y ferrocarril), pero no llega a muchos rincones de la isla y/o los horarios y frecuencias pueden ser un grave inconveniente.
Eso sí, alquilar un coche en Irlanda no es nada barato. A igualdad de condiciones, todas las compañías ofrecen precios bastante similares, pero aún y así conviene mirar y comparar bien antes de decidirse por una de ellas.
Tras buscar en la mayoría de webs de compañías de alquiler que operan en el aeropuerto de Dublín, acabamos reservando un coche de la compañía Sixt a través una oferta que encontramos en el buscador Booking.com.
Pagamos un total de 1.230 € por un el alquiler durante 18 días de un coche compacto (modelo Toyota Corolla) de 5 puertas, con aire acondicionado, cambio manual y con muchos extras, incluyendo un GPS.
El precio indicado incluye el precio base del alquiler y un seguro a todo riesgo para cubrir todo lo que no cubre el seguro base. También incluye un cargo por conductor adicional de 9,85 €/día.
Y por comodidad, nosotros devolvimos el coche en la oficina de Sixt en el centro de Dublín, por lo que al ser distinta de la oficina de recogida dio lugar a un coste de 30 €, ya incluido en el precio indicado.
En Irlanda y en Irlanda del Norte se conduce por la izquierda y el volante del coche se encuentra en el lado derecho, lo cual supone un cambio importante respecto a nuestra forma de conducir habitual. Ello supone un cierto tiempo para habituarse a la nueva situación, pero sobre todo a conducir siempre con un extra de atención por parte de piloto y copiloto. No es difícil, pero puede llegar a ser un poco estresante.
Conviene prestar especial atención en la incorporación a autovías y autopistas, al girar en calles y carreteras de doble sentido, al tomar una rotonda, en los pasos de peatones, etc.
Y, sobre todo, conducir siempre con una velocidad adecuada a nuestras sensaciones al volante. En Irlanda, circulamos por muchas carreteras secundarias donde la velocidad máxima indicada es de 80 km/h, pero en las que conducir a más de 40 ó 50 km/h, al menos para nosotros, era temerario debido a la estrechez de la carretera.
Al conducir en el lado contrario del coche se pierden las referencias a las que estamos acostumbrados y ello provoca una cierta inseguridad de no saber si estamos invadiendo el carril contrario, sobre todo en carreteras estrechas y/o sin línea divisoria en el centro de la calzada.
Y al cruzar la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte conviene tener muy presente que los límites de velocidad pasan de km/h a mph (millas por hora) o viceversa, lo cual puede inducirnos a engaño si olvidamos este hecho. En el lado irlandés las señales que limitan la velocidad suelen poner el número con la indicación km/h debajo, pero en el lado norirlandés no figura ninguna aclaración.
Además, hay que tener en cuenta que el cuentakilómetros del coche nos indicará km/h, por lo que mentalmente tendremos que ir calculando mph. Para ello puede servir la siguiente tabla de conversión:
En general, es suficiente con recordar que 30 km/h son aproximadamente 20 mph, 50 km/h son 30 mph, 80 km/h son 50 mph y 110 km/h son 70 mph.
Por otra parte, es muy fácil cruzar la frontera por carretera sin darse uno cuenta, ya que a partir de 2005 se desmantelaron los puestos fronterizos para respetar los términos del llamado Acuerdo de Viernes Santo que firmaron en 1998 los gobiernos irlandés y británico para poner fin al conflicto de Irlanda del Norte.
Por eso, hoy en día, la frontera es prácticamente invisible y sólo el tipo de señalización o las matrículas nos pueden dar una pista de si estamos en un lado o en el otro. Tras el Brexit faltará por ver como se resuelve el tema de la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte.
Como ya hemos dicho anteriormente, contar con un vehículo privado para recorrer Irlanda e Irlanda del Norte es una necesidad, sea en un vehículo propio o de alquiler.
En cualquier caso, los permisos de conducir de cualquier país de la Unión Europea son válidos tanto en Irlanda como en Irlanda del Norte, sin más problemas.
Respecto al alquiler de un coche en Irlanda, que ya dijimos que es bastante caro, aquí van unos cuantos consejos, fruto de nuestra propia experiencia, y que pueden ayudar a disminuir el coste total del alquiler:
Para este viaje, teniendo en cuenta las circunstancias extraordinarias impuestas por la pandemia de coronavirus, buscamos un tipo de alojamiento que nos permitiera mantener una cierta distancia social. Descartamos hoteles y nos centramos en buscar casas, apartamentos, bungalós o incluso B&B.
Con preferencia buscamos alojamientos que tuvieran cocina, para así no tener que desayunar y cenar fuera. Y a ser posible, que estuvieran situados en una zona tranquila, alejados de ciudades y zonas ruidosas.
Excepto los alojamientos de los primeros días de viaje, en Rathdrum y Carlow (ambos en el condado de Wicklow), que habíamos reservado desde casa antes de iniciar el viaje, el resto los fuimos reservando sobre la marcha, con muy pocos días de antelación, lo cual nos dio mucha flexibilidad para ir cambiando la ruta sobre la marcha.
El precio del alojamiento en Irlanda no es nada barato, sobre todo en época de vacaciones de verano, como era el caso, y con muchos irlandeses y norirlandeses haciendo turismo interior a causa de las restricciones de viaje a otros países por Covid-19. De todos modos, si se busca bien y la ubicación geográfica del alojamiento no es un hándicap (porque se dispone de vehículo privado para llegar al sitio en cuestión) entonces es posible encontrar precios algo más asequibles.
En nuestro caso, todas las reservas las hicimos a través del portal Booking.com y también de la web B&B Ireland.
Durante nuestra primera semana de viaje por Irlanda, disfrutamos de unas temperaturas inusualmente altas, de hasta 26ºC, que nos permitieron incluso ir a la playa.
En las dos semanas siguientes las temperaturas bajaron unos cuantos grados, pero en general se mantuvieron agradables o poco frescas, alternando días muy nublados con otros más soleados.
Sólo tuvimos lluvia una tarde, en Donegal, y alguna llovizna sin importancia en Trim y en Dublín.
De todos modos, conviene llevar también ropa de abrigo, porque el clima irlandés puede ser muy cambiante y es mejor ir preparado por si acaso.
La hora local en Irlanda y en Irlanda del Norte es de -1 hora respecto del horario de la España peninsular.
Por otra parte, en los primeros días de nuestro viaje el sol salía a las 6:25 h. y se ponía a las 20:43 h. Y al final del viaje las horas de salida y puesta de sol eran las 6:59 h. y las 20:26 h. respectivamente.
Ireland, Lonely Planet (12ª edición, Marzo 2016, en inglés y en formato PDF). Incluye tanto la República de Irlanda como Irlanda del Norte. Fue útil y más que suficiente para el uso que le dimos, aunque lógicamente mucha información sobre horario de visita, restaurantes, etc. había cambiado a causa de la pandemia.
Para complementar la información proporcionada por esta guía, recurrimos a mapas y folletos que obtuvimos en oficinas de turismo locales.
En las fechas de este viaje (agosto 2021), aún inmerso el mundo entero en plena pandemia de COVID-19 y con el proceso de vacunación de la población adulta europea en marcha, era muy importante conocer de antemano las restricciones de viaje vigentes en el destino escogido para el viaje.
En el caso concreto de Irlanda, la página web Travelling to Ireland during COVID-19 informa de las restricciones para viajeros en referencia a la pandemia de coronavirus.
En las fechas previas a nuestro viaje, el único requisito para las personas vacunadas, como era nuestro caso, pasaba por presentar un certificado válido de vacunación contra la COVID-19 con pauta completa (o con la confirmación de haber pasado le enfermedad en los últimos seis meses) o bien una prueba COVID-19 de resultado negativo obtenido en las últimas 72 horas antes de la llegada a la isla. Además, también era obligatorio rellenar el Locator Form, un formulario con datos de localización que se rellena online.
En ese momento, los niños/as menores de 12 años quedaban excluidos/as de presentar prueba alguna.
Lo cierto es que nadie nos pidió nada cuando nuestro vuelo aterrizó en el aeropuerto de Dublín, ni tampoco cuando marchamos. Sólo durante el viaje tuvimos que mostrar el certificado de vacunación en unos pocos restaurantes para poder comer en el interior o bien para visitar alguna atracción turística, como la del Titanic.
De todos modos, conviene tener presente que la situación sanitaria relativa a la pandemia de COVID-19 era y es muy cambiante, por lo que las restricciones y limitaciones que la acompañan también lo son.
Por ello, mientras dure esta situación, conviene informarse previamente para conocer la última hora sobre los requisitos que se nos exigirán en el destino elegido, ya que cada país o región implemente sus propias medidas.
Por otra parte, mantener la distancia social durante nuestra estancia en Irlanda e Irlanda del Norte no fue difícil, puesto que habitualmente estábamos en el exterior, solos o con poca gente alrededor. Sólo en el caso de las ciudades, lógicamente, tuvimos que tomar más precauciones.
Nuestro vuelo de Ryanair despegó del aeropuerto Barcelona / El Prat a las 10:35 y aterrizó en el aeropuerto de Dublín a las 11:45 hora local (-1 horas), siendo 2 horas y 10 minutos de vuelo efectivo.
Tras recuperar el equipaje facturado y recoger en la oficina de Sixt el coche que habíamos alquilado, un Toyota Corolla bastante nuevo, salimos del aeropuerto y tomamos la autopista M50 que circunvala la ciudad de Dublín por su costado occidental.
En el extremo sur de la M50 conectamos con la autovía M11 y la abandonamos poco después en la salida 8 (Greystones). Aquí tomamos la carretera R755, nuestro primer contacto con las estrechas vías irlandesas. Nos detenemos a comer algo en el pequeño pueblo de Roundwood, situado a una altura de 238 metros sobre el nivel del mar, por lo que es una de las poblaciones más altas de Irlanda (!!).
Tras dejar el equipaje en el alojamiento de hoy, en Rathdrum, nos dirigimos al Avodale Forest Park, con varios senderos por un precioso bosque. Al final de la tarde volvemos a Rathdrum para visitar su pequeño y agradable núcleo urbano. En la plaza principal de este pueblo se rodaron algunas escenas de la película Michael Collins.
Alojamiento en Rathdrum: Lettermore Country Home B&B (110 €/noche). Situada a 2,4 km del centro de Rathdrum, aunque si se dispone de coche esto no es problema. Se trata de un B&B muy acogedor y recomendable. El precio incluye un desayuno muy completo (vale la pena probar el Irish full breakfast).
Kilómetros recorridos en coche: 93 km.
A primera hora de la mañana salimos con el coche en dirección a Glendalough (son 13 km por la R755). Al llegar aparcamos el coche junto al Glendalough Visitor Centre.
Iniciamos la visita a este extraordinario lugar visitando el precioso complejo monástico.
A continuación, seguimos el camino llamado Green Road que pasa junto al Lower Lake y finaliza junto al Upper Lake (3 km ida y vuelta).
Al llegar al extremo oriental del Upper Lake seguimos el camino llamado Miner's Road (5 km ida y vuelta).
El entorno natural de estos lagos es muy bonito y es de lo mejor que se puede visitar en el condado de Wicklow.
Después de comer en el súper-recomendable restaurante Wicklow Heather, tomamos la carretera R756 hacia el oeste y unos km después nos paramos en un lugar elevado llamado Wicklow Gap, con excelentes vistas sobre las montañas y valles de los alrededores.
Siguiendo carreteras secundarias llegamos a Carlow ya bien entrada la tarde. Tras dejar el equipaje en el alojamiento reservado para las tres próximas noches, vamos hasta el centro de Carlow para dar una vuelta y comprar en un hipermercado Tesco todo lo necesario para los desayunos y cenas de los siguientes días.
Alojamiento en Carlow: Two Bedroom Town House Beside The River Barrow (175 €/noche). Situada unos 3 km al sur del centro de Carlow, en un lugar llamado Dolmen Mews con un bonito entorno natural. Se trata de una casa de dos plantas, con todo lo necesario. Muy recomendable. Y los propietarios son muy amables y atentos.
Kilómetros recorridos en coche: 107 km.
Aprovechando que el día era muy soleado y la temperatura muy agradable, empezamos la jornada recorriendo los 75 km de carretera (básicamente por la N80) que nos llevaron hasta la playa de Curracloe, una de las más populares de Irlanda y con merecimiento.
Esta larga y preciosa playa de suave arena dorada es segura para el baño y cuenta con la Bandera Azul.
La playa queda resguardada por unas altas dunas que se mantienen unidas por una densa capa de hierba, lo cual da más belleza, si cabe, al entorno. Debido a su similitud con la playa de Omaha, en la Normandía francesa, aquí se filmó la secuencia del desembarco aliado en el Día-D de la conocida película Salvar al soldado Ryan.
Hacia el mediodía marchamos hasta la cercana ciudad de Wexford, situada a unos 12 km, donde aprovechamos para comer un plato del día en el bar The Centenary Stores. A continuación, paseamos por el centro de la ciudad para visitar los puntos de interés que mencionaba nuestra guía de viaje.
Con el coche nos dirigimos hacia el Castillo de Johnstown, situado en las afueras de Wexford, a unos 7 km. Cuando llegamos nos encontramos con que estaba cerrado el acceso a la finca donde se ubica el castillo y nos tuvimos que contentar con fotografiar el castillo y parte de los jardines desde la verja de entrada.
Desde aquí condujimos otros 18 km hacia el sur, hasta llegar a Kilmore Quay, un pueblo de pescadores que posee algún edificio interesante y que ofrece unas bonitas vistas sobre las islas Great Saltee y Little Saltee.
A última hora de la tarde volvimos hacia Carlow, en un trayecto de 90 km por carreteras secundarias. Cuando llegamos a nuestro alojamiento, aprovechamos que aún era de día para dar un paseo por las inmediaciones de la casa, sobre todo por las orillas del río Barrow y sus islas fluviales, el cual sirve de frontera natural entre los condados de Carlow y Laois.
Se trata de un lugar precioso, sobre todo con la luz de primera hora de la mañana o última de la tarde.
Alojamiento en Carlow: Two Bedroom Town House Beside The River Barrow
Kilómetros recorridos en coche: 213 km.
De buena mañana salimos de Carlow con destino a Dunganstown. Son unos 80 km siguiendo la autovía M9 y a continuación la N26, para acabar tomando una estrechísima carretera local. Por el camino cruzamos el espectacular y moderno puente Rose Fitzgerald Kennedy.
Nuestro objetivo era visitar The Kennedy Homestead, un interesante museo que ocupa la casa donde nació y vivió Patrick Kennedy, el bisabuelo de John F. Kennedy, antes de que emigrara a Estados Unidos con su familia.
Pagamos 8 €/adulto y 4 € para niños/as en concepto de entrada.
Una persona nos hizo una introducción sobre el clan Kennedy y a continuación pudimos recorrer por libre la exposición audiovisual que explica quién es quién en el clan Kennedy a lo largo de diversas generaciones y a ambos lados del Atlántico.
También se describe la visita que hizo JFK a este lugar en junio de 1963, con el fin de visitar la casa de sus ancestros y conocer a la rama irlandesa de su familia.
Como anécdota, decir que pudimos hablar con Patrick Grennan, hija de Johanna Ryan y primo de JFK por parte de su familia materna.
Acabada esta interesantísima visita fuimos hasta el cercano JFK Arboretum , un enorme jardín de 252 Ha. dedicado a la memoria de John F. Kennedy. Contiene 4.500 especies de árbol y arbustos de todas las regiones templadas del mundo. Es un lugar maravilloso, con numerosas rutas que recorren los distintos tipos de bosque.
Desde aquí nos desplazamos 35 km hacia el norte por carreteras locales hasta llegar a Thomastown, una pequeña población donde aprovechamos para comer algo. Después dimos una vuelta por el centro del pueblo. Desde el puente que hay en la entrada sur, sobre el río Nore, las vistas son muy bonitas.
Siguiendo la R448 hacia el suroeste durante 3,5 km llegamos hasta la Jerpoint Abbey. Debido a la pandemia el centro de visitantes estaba cerrado, pero se podían visitar gratuitamente los restos de esta bonita abadía cisterciense del s. XII. El sitio nos gustó mucho y valió mucho la pena.
Y para acabar el día recorrimos 20 km hacia el norte para ir hasta la ciudad de Kilkenny, donde paseamos por los alrededores de su imponente castillo (ya estaba cerrado al público) y su maravilloso centro histórico.
Y desde Kilkenny regresamos a Carlow por la rápida autovía M9, en un recorrido de unos 36 km.
Alojamiento en Carlow: Two Bedroom Town House Beside The River Barrow
Kilómetros recorridos en coche: 188 km.
Hoy volvemos a Kilkenny para completar la visita que habíamos hecho en la tarde del día anterior.
La noche anterior habíamos reservado a través de su web las entradas gratuitas para visitar el castillo de Kilkenny. Disfrutamos mucho de esta visita que pudimos hacer completamente por libre. A la salida paseamos por sus bonitos jardines, con unas maravillosas vistas sobre el río Nore.
Y antes de marchar de Kilkenny volvimos a ir a la Butler House, un precioso edificio de estilo georgiano ocupado ahora por un hotel y que se encuentra situado frente al castillo. Paseamos por sus bonitos jardines exteriores e hicimos fotos del edificio con una luz distinta a la de ayer por la tarde.
Acabada la visita iniciamos el largo trayecto de 200 km hasta Killarney, nuestro destino final de hoy. Salimos de Kilkenny por la R693 y más adelante conectamos con la autovía M8, siempre en dirección oeste.
Al pasar junto a Cashel nos desviamos para ir a ver su imponente Rock of Cashel, un lugar histórico fortificado con restos de numerosos edificios y que es visible desde muy lejos.
Dejamos el coche en el aparcamiento de pago del sitio y visitamos gratuitamente la fortaleza.
Y es que, como consecuencia de las medidas especiales por la pandemia de Covid-19, la visita era necesariamente por libre y gratis.
Visita muy interesante y con unas vistas maravillosas sobre los alrededores.
Acabada la visita, fuimos hasta el centro de la ciudad de Cashel y comimos un típico plato irlandés en el O'Neills Restaurant.
Tras la comida reemprendimos el viaje hacia la ciudad de Killarney, adonde llegamos pasadas las 5 de la tarde.
Dejamos el equipaje en el apartamento y fuimos a dar una vuelta a pie por el animado centro de la ciudad hasta que se hizo oscuro.
Alojamiento en Killarney: Park Place Apartments (180 €/noche). Estos apartamentos se encuentran a muy corta distancia del centro a pie. El apartamento en sí está bien equipado, aunque por la noche puede no aislar suficientemente bien el ruido de la calle.
Kilómetros recorridos en coche: 242 km.
Esta jornada fue un día largo e intenso, porque llevamos a cabo la ruta turística Ring of Kerry, un itinerario circular por la península de Iveragh, con inicio y final en Killarney, y que es uno de las más populares en Irlanda.
Además, incluimos otra ruta dentro de la ruta principal, conocida con el nombre de Skellig Ring, así como la visita a la isla de Valentia. Es lo que se llama un día completo!!.
Todo este recorrido se puede hacer perfectamente en un solo día (largo), pero para disfrutar con más calma de los increíbles paisajes y atracciones que hay a lo largo de él, quizás sería recomendable partirlo en dos jornadas.
Siguiendo las indicaciones de la oficina de turismo en Killarney, hicimos el recorrido en el sentido de las agujas del reloj, yendo primero por el sur de la península de Iveragh y volviendo por el norte.
La razón que nos dieron es que los autobuses turísticos hacen esta ruta al revés, en sentido anti-horario, por lo que es mejor encontrárselos de cara que ir detrás de un autobús sin posibilidad de adelantar en kilómetros.
Aunque lo cierto es que no nos encontramos prácticamente ningún autobús en todo el recorrido, suponemos que a causa de la situación especial causada por la pandemia.
Salimos a primera hora de la mañana de Killarney por la N71 hacia el sur. Nuestra primera parada fue para ver la cascada Torc, situada a 7 km de Killarney y dentro de los dominios del Killarney National Park.
La cascada en sí, de 20 metros de altura, no es nada del otro mundo, pero el entorno boscoso es muy bonito y vale la pena detenerse.
Poco después la carretera comienza a ascender y 12 km después nos detuvimos en el mirador Ladies View para disfrutar de las maravillosas vistas sobre el Upper Lake y montañas de los alrededores. Poco después pasamos por el punto más alto de esta carretera, el llamado Moll's Gap, donde la N71 vira hacia el sureste.
La carretera desciende hasta llegar a Kenmare. En esta población dimos una vuelta por el centro, sin llegar a detenernos, antes de tomar la N70 hacia el oeste. A partir de aquí la carretera transcurre por la orilla norte del fiordo Kenmare Bay. Los paisajes son muy bonitos, con algunos miradores a lo largo de la ruta.
Pasamos por Sneem y unos kilómetros más adelante llegamos a Caherdaniel, donde nos desviamos por una vía secundaria indicada con el rótulo Derrynane House.
Poco después llegamos a un aparcamiento donde dejamos el coche. Junto a él se encuentra la Derrynane House, el hogar de Daniel O'Connell, un importante político y hombre de estado irlandés del s. XIX. Pero nuestro verdadero interés aquí, estaba en la maravillosa playa de Derrynane, situada a escasos 300 metros de la casa.
Vale mucho la pena dar un paseo bordeando la bahía hasta llegar a la isla Abbey (en realidad es una península), donde se encuentran los restos de la antigua abadía de Ahamore. Un paisaje natural absolutamente fotogénico.
Dejamos Derrynane y volvemos a la N70. Poco más adelante nos detuvimos en el mirador Com an Chiste, con unas vistas fantásticas sobre el litoral. Y así llegamos hasta Waterville, donde nos detuvimos para comer en el restaurante An Corcan, muy recomendable.
Después de comer dimos un paseo por el frente marítimo de esta población, siguiendo el llamado Waterville Heritage Trail, el cual incluye la estatua de bronce de Charlot, un homenaje a Charles Chaplin y su conocido personaje, ya que Waterville era uno de los sitios preferidos del actor para pasar las vacaciones con su familia.
Continuamos la ruta por la N70 y unos kilómetros más al norte nos desviamos por la R567 para iniciar la ruta Skellig Ring, la cual bordea el litoral de la pequeña península de Skellig que forma parte de la península de Iveragh. Más adelante la R567 desemboca en la R566 y continuamos hacia el oeste.
Al llegar al mirador Cúm an Easpaig, situado en un collado, nos detuvimos en él, pero en ese momento las vistas eran muy limitadas a causa de la niebla que se había formado en esa parte de la costa.
Y un par de km más adelante nos detuvimos también en el aparcamiento para visitar los Kerry Cliffs. El precio de la entrada para acceder a la zona de miradores sobre los acantilados era de 4 €/persona. Valoramos si entrar o no, pero la niebla que persistía en ese momento nos desanimó a hacerlo y continuamos nuestra ruta.
Al llegar a Portmagee cruzamos el puente que permite acceder por carretera a la isla de Valentia. Al otro lado del puente seguimos por la R565 en dirección a Knight's Town, la principal población de la isla de Valentia. Al llegar a Knight's Town tomamos la carretera que bordea la isla por su lado norte para ir hasta el faro de la isla de Valentia.
La estrecha carretera que permite llegar hasta el faro ofrece unas vistas espectaculares de ese lado de la costa de Skellig. Cuando llegamos al faro ya era tarde (para los horarios irlandeses) y no pudimos visitarlo, pero pudimos pasear por los alrededores y disfrutar de estos paisajes tan salvajes.
Desde el faro subimos por la carretera que llega hasta la cima del monte Geokaun, el más alto de la isla, por lo que ofrece unas vistas espectaculares. Continuamos por la carretera que va hacia el oeste de la isla por su parte más elevada y así llegamos al Telegraph Field Valentia Island, un lugar histórico que conmemora la instalación exitosa del primer cable submarino transatlántico de comunicaciones que permitió el 5 de agosto de 1858 el envío de mensajes entre la isla de Valentia y Trinity Bay en la península de Terranova (Canadá).
Pero además de la placa que conmemora esta efemérides, lo mejor de todo son las increíbles vistas que hay desde este punto sobre la costa, los acantilados y las islas Skellig. Sencillamente espectaculares.
Con estas imágenes grabadas en la retina, retomamos la larga ruta de regreso a Killarney. De vuelta al coche, cruzamos el puente hacia Portmagee y tomamos la R565 en dirección a Cahersiveen. Después la N70 hasta Killorglin y a continuación la N72 hasta llegar a Killarney.
Para celebrar un día tan intenso nos fuimos a cenar a un restaurante en la zona del Old Milk Market de Killarney.
Alojamiento en Killarney: Park Place Apartments
Kilómetros recorridos en coche: 234 km.
A primera hora de la mañana salimos con dirección sur para ir a la Muckross House, a 7 km del centro de Killarney, en el límite norte del Killarney National Park.
Esta impresionante mansión de estilo Tudor fue construida a mediados del s. XIX en la pequeña península de Muckross, entre los lagos Muckross y Lough Leane.
En nuestra visita recorrimos sus preciosos jardines y admiramos los bonitos paisajes lacustres frente a la casa. A continuación pagamos la entrada para la actividad Muckross Traditional Farms (8 €/adulto y 3 €/niños), un recorrido a pie por diferentes granjas tal como eran un siglo atrás, donde los niños/as pueden ver y tocar numerosos animales de granja, además de aprender distintas facetas de la vida rural en el pasado. Es una actividad orientada a familias, donde los más pequeños se lo pasan genial. Muy recomendable.
Acabada nuestra visita a Muckross volvimos al coche para poner rumbo hacia Cork, a 88 km por la N22. Cuando llegamos a la ciudad de Cork aparcamos en un parking del centro, junto al conocido English Market.
Tras comer algo en un restaurante de la zona, damos un paseo por el centro de la ciudad, sobre todo por la animada zona comercial alrededor de la calle St. Patrick's y por la orilla del río Lee. Muy recomendable entrar en el edificio ocupado por el English Market, un mercado de comestibles con mucha historia.
Concluida nuestra visita al centro de Cork volvimos al coche para recorrer los 40 km hasta Ballymacoda, donde se encuentra el alojamiento que teníamos reservado para esta noche.
Después de dejar el equipaje en el B&B, subimos de nuevo al coche para ir hasta Ballycotton, un pueblecito situado sobre una península, a 11 km del alojamiento.
Al llegar a él, aparcamos el coche y recorrimos un buen trecho del Ballycotton Cliff Walk.
Se trata de una bonita ruta a pie que transcurre por el borde de los acantilados que hay en la costa entre Ballycotton y Ballyandreen, con unas vistas muy bonitas.
Al finalizar esta ruta a pie, de ida y vuelta, buscamos un sitio donde cenar en Ballycotton.
Probamos con el original y moderno restaurante Sea Church, el cual está adosado a una antigua iglesia, pero desafortunadamente estaba lleno y no pudimos quedarnos. Así que optamos por el The Schooner Bar, un pub tradicional irlandés donde cenamos aceptablemente bien.
Alojamiento en Ballymacoda: Castle Farm B&B (117 €/noche). Este B&B se encuentra situado en una zona rural al sur de Castlemartyr, a poca distancia del mar. No está cerca de nada, por lo que como base sólo es útil si se quiere visitar esa zona concreta. El alojamiento en sí está bastante bien y desde las ventanas hay unas vistas muy bonitas sobre la costa. El precio incluye un desayuno muy completo.
Kilómetros recorridos en coche: 160 km.
En esta jornada, recorrimos un largo trayecto hacia el norte de más de 200 km, hasta cerca de Galway. Y en este desplazamiento cruzamos los condados de Cork, Limerick, Clare y Galway.
En nuestro paso por el condado de Limerick, donde visitamos Adare y Limerick, su capital, pudimos ver innumerables pancartas, banderas y rótulos de felicitación por la reciente victoria del equipo del condado en la final del All-Ireland Senior Hurling Championship, la principal competición de hurling en el mundo.
En la final de este año, disputada el 22 de agosto en el estadio Croke Park de Dublín, se dio la circunstancia de que el equipo del condado de Limerick había vencido al equipo del vecino condado de Cork.
No dejó de sorprendernos la pasión con la que se viven los deportes en Irlanda, sobre todo los de origen gaélico, como el fútbol gaélico, el hurling y el camogie.
Los aficionados irlandeses ponen banderas de sus equipos en el coche, en el jardín de casa, en la ropa, y a saber donde más.
Volviendo a nuestro relato, desde Ballymacoda encadenamos sucesivas carreteras secundarias hasta conectar con la N20 y al llegar a la altura de Ballybronogue nos desviamos unos km para ir hasta Adare.
Adare es un bonito pueblo con numerosos puntos de interés, entre los que cabe destacar el castillo Desmond, el priorato Augustiniano, la abadía franciscana o la abadía trinitaria.
Pero en su calle principal destacan especialmente las numerosas y bonitas casas tradicionales irlandesas, muy llamativas por sus gruesos tejados cubiertos de paja.
Tras la agradable visita a Adare, continuamos viaje hacia Limerick, unos 18 km hacia el nordeste.
Al llegar a la ciudad de Limerick, la capital del condado de igual nombre, paramos en el centro para buscar un lugar donde comer algo. Escogimos el restaurante Hook & Ladder, donde comimos bastante bien.
Tras el almuerzo, dimos una vuelta por el centro de Limerick y paseamos por los alrededores del puente Ennis Rd, el cual cruza el río Shannon.
Y ya al otro lado del río Shannon, fuimos hasta la altura del puente Thomond para ver de cerca el bonito castillo King John's.
Reemprendimos la ruta y recorrimos 76 km más desde Limerick hasta llegar al alojamiento que teníamos reservado para las siguientes noches en Kilcolgan, no muy lejos ya de la ciudad de Galway.
Cuando llegamos al alojamiento dejamos allá el equipaje y como aún quedaban unas pocas horas de claridad, pusimos rumbo hacia Athenry, a 18 km de Kilcogan.
En la población de Athenry pudimos ver su castillo, los restos de la muralla de la ciudad y una abadía en ruinas, además de pasear por su centro histórico.
Alojamiento en Kilcolgan: Red Squirel Lodge (145 €/noche). Se trata de un bungaló situado en una zona bastante aislada, aunque a sólo 300 metros en línea recta de la autovía M18. Esta ubicación la escogimos ex profeso porque está a medio camino de todos los lugares que íbamos a visitar desde aquí.
Kilómetros recorridos en coche: 268 km.
A primera hora de la mañana salimos de Kilcolgan, conectando con la N67 hacia el sudoeste. La primera parada del día fue en el castillo de Dunguaire, situado sobre un promontorio junto al mar, en un lugar muy fotogénico.
Más adelante nos desviamos por la R477 para ir siguiendo la línea de costa. Dejamos Doolin atrás y tomamos la R478 para llegar a los acantilados de Moher.
Al entrar en el aparcamiento de los Cliffs of Moher pagamos la entrada: 10 €/adulto. Desde aquí vamos andando hasta el borde del acantilado. Recorrimos los acantilados desde la torre O'Brien hasta el Mirador Sur, disfrutando de unas vistas extraordinarias sobre los propios acantilados, con una altura que va de los 120 a los 220 metros sobre el mar, así como sobre las islas Aran, situadas frente a esta costa del condado de Clare.
Este lugar es una verdadera maravilla de la naturaleza. En los acantilados de Moher pasamos un largo rato, disfrutando del lugar y haciendo miles de fotos.
Después volvimos al coche y pusimos rumbo hacia Ennistymon. Por el camino nos detuvimos en un restaurante junto a la carretera para comer. En Ennistymon fuimos a ver sus cascadas, con poca agua en el momento de nuestra visita, así como algunos bonitos edificios que vimos en la calle principal.
Desde aquí fuimos hasta un lugar llamado Poulnabrone Dolmen, situado unos 21 km al nordeste de Ennistymon, junto a la R480. Se trata de un dolmen neolítico inusualmente grande, ubicado en una zona elevada y desolada. Es un lugar muy bonito e interesante, nos gustó mucho.
También fuimos a un lugar muy cercano, llamado Caherconnell Stone Fort, pero cuando llegamos a él ya estaban cerrando el acceso y no pudimos entrar. Se trata de un asentamiento circular fortificado de la época medieval.
Ambos sitios arqueológicos están en mitad de un paisaje muy peculiar, en una zona llamada Burren, de origen kárstico. Parte de esta zona ha sido designada como parque nacional, dando lugar al Burren National Park.
Y desde aquí regresamos hacia nuestro alojamiento, situado a unos 36 km. Nuestro navegador nos metió por alguna pista infernal que cruzaba esta zona tan desolada, remota y solitaria, sin ni siquiera una granja a la vista. Aún y así conseguimos acabar conectando con la N67.
Alojamiento en Kilcolgan: Red Squirel Lodge
Kilómetros recorridos en coche: 139 km.
Ayer por la noche habíamos reservado en Internet entradas (gratuitas) para hoy por la mañana en Clonmacnoise, un monasterio paleocristiano en ruinas que fue fundado en el s. VI junto al río Shannon.
Para llegar a él, situado unos 70 km al este de Kilcolgan, empezamos tomando varias vías secundarias hasta conectar con la N65 primero y la autopista M8 después. En esta autopista encontramos el primer peaje de nuestro viaje: 1,5 €/trayecto.
Una vez en Clonmacnoise, recorrimos los distintos puntos de interés del emplazamiento, situado en mitad de un bonito paisaje, junto al río. En el recinto hay numerosas cruces celtas, espectaculares. La visita a este lugar es muy interesante y disfrutable.
En el camino de regreso hacia Galway, nos detuvimos en la bonita población de Shannonbridge, a sólo 8 km al oeste de Clonmacnoise por la R444. Dejamos el coche aparcado en la calle principal del pueblo y cruzamos andando el largo puente de piedra sobre el río Shannon para ir a comer al restaurante que hoy día ocupa el fuerte que construyeron los ingleses en el s. XIX para defenderse de las tropas napoleónicas.
En este punto el río Shannon sirve de frontera natural entre los condados de Offaly y Roscommon. Junto al río, en el lado oeste, hay restos de otras fortificaciones de esa época. Desde el puente o desde ambos lados del río, las vistas son maravillosas, sobre todo saboreando un helado de The Boatyard Cafe.
Después retomamos la ruta y pusimos rumbo hacia el centro de Galway, unos 74 km al oeste de aquí por la M8.
Aparcamos el coche en Market St, en pleno centro de Galway. Hicimos un recorrido a pie por su compacto centro: Latin Square, la plaza Eyre o el Spanish Arch.
También paseamos por la orilla de río Corrib hasta llegar a su imponente catedral y fuimos a una zona ajardinada junto al Eglinton Canal para ver la típica imagen sobre la fachada de la ciudad desde el otro lado del río.
Antes de que oscurezca, ya con el coche, seguimos la carretera R336 que bordea la costa hacia el oeste de Galway hasta llegar a Bearna. Finalmente, desde aquí, regresamos a Kilcogan.
Alojamiento en Kilcolgan: Red Squirel Lodge
Kilómetros recorridos en coche: 193 km.
A primera hora de la mañana salimos de Kilcogan y pusimos rumbo hacia Clifden, nuestro destino final de hoy.
Pasado Galway, tomamos la N59 hacia el noroeste. Antes de llegar a Oughterard nos desviamos unos 3 km para ir hasta el castillo de Aughnanure, una interesante casa-torre del s. XVI que visitamos gratuitamente.
De vuelta a la N59 y unos 500 metros después del Pines Island Viewpoint giramos a la izquierda para tomar la R341 en dirección a Roundstone.
Al llegar a Roundstone continuamos otros 3 km por la R341 hasta llegar a la maravillosa playa de Gurteen Bay. Justo detrás de ella se encuentra Dog's Bay, otra playa aún más bella si cabe, pero como el acceso por las dunas está cortado por una valla protectora es necesario dar un rodeo de 3 km con el coche para llegar a ella. Ambas playas son absolutamente maravillosas y vale mucho la pena llegar hasta aquí.
Volvimos hacia Roundstone para comer algo y dar un paseo por la zona del puerto antes de continuar viaje hacia Clifden. Aunque no es el camino más rápido, preferimos continuar por la R341 hacia el noroeste para ir bordeando el litoral, siguiendo la ruta Wild Atlantic Way. Por el camino nos paramos en algunos miradores con magníficas vistas sobre la accidentada costa, como por ejemplo en los alrededores de Ballyconneely.
Cuando llegamos a Clifden dejamos el equipaje en el apartamento y salimos de nuevo con el coche para recorrer la ruta escénica Sky Road.
La Sky Road es una ruta circular de 16 km que forma parte de la ruta costera Wild Atlantic Way. A destacar, sobre todo, el mirador Wild Atlantic Way Discovery Point, situado en el punto más alto de la ruta. Las vistas son sencillamente magníficas. Acabada la ruta, la volvimos a repetir parcialmente, pero esta vez pasando por una carretera llamada Lower Sky Road que transcurre a menor cota que la anterior.
Alojamiento en Clifden: Clifden Bay Apartment nº 4 (73 €/noche). Apartamento situado en pleno centro de Clifden. Aunque está ubicado sobre un bar-restaurante, lo cierto es que no tuvimos ningún problema de ruido. El apartamento está bien equipado y es cómodo. Hay un supermercado a sólo 50 metros.
Kilómetros recorridos en coche: 172 km.
En la jornada de hoy nuestra ruta transcurre por los dominios del Connemara National Park. Salimos de Clifden hacia el norte por la N59. Al cabo de 20 km nos detuvimos en la Abadía de Kylemore para la primera visita del día.
Pagamos 15 €/adulto por la entrada a la abadía de Kylemore, un castillo construido a mediados del s. XIX y que en 1920 se transformó en una abadía de monjas benedictinas. Se encuentra ubicada junto al lago Pollacapall.
En la visita pudimos recorrer algunas estancias del castillo, con paneles explicativos sobre la familia del doctor Mitchell Henry, el propietario inicial del castillo. En el exterior recorrimos un camino junto al lago que nos llevó hasta una iglesia neogótica y al mausoleo donde está enterrado el doctor y su esposa. También paseamos por un bonito camino de 1,4 km hasta llegar al precioso jardín victoriano amurallado que vale la pena ver.
Acabada la visita a la abadía continuamos por la N59 hasta Leenaun, donde tomamos la R336 hacia el sureste. Al llegar a Maum, en el cruce entre la R336 y la R345, nos detuvimos en Keane's Foodstore, un supermercado (y gasolinera), donde nos comimos unos deliciosos sandwiches.
Continuamos por la R345 hacia el este, recorriendo el valle de Maam, hasta llegar a Cong, una bonita población famosa por que en 1952 se filmó ahí la película The Quiet Man de John Ford, con John Wayne y Maureen O’Hara de protagonistas. Cong está situada sobre un istmo que conecta los lagos Corrib y Mask.
Comenzamos viendo la estatua de John Wayne y Maureen O'Hara dedicada a la citada película. Junto a ella se encuentran las ruinas de la abadía medieval de Cong. Después fuimos andando en dirección al bosque de Cong. Junto al puente de piedra que da acceso al bosque se encuentra la Monk’s Fishing House.
El puente, que está situado en un entorno precioso, permite salvar el brazo de un río que hace de frontera entre los condados de Mayo y Galway.
Volvimos a Cong y continuamos andando 1'5 km hacia el este por la R345 hasta llegar al impresionante castillo de Ashford, un castillo medieval reconvertido con los siglos a estilo victoriano y que hoy día es un hotel de gran lujo.
Paseamos por los idílicos alrededores del castillo hasta llegar a la orilla del lago Corrib. Volvimos andando hasta Cong, donde teníamos aparcado el coche, y tomamos la R345 hacia el oeste, vía Corr na Mona, hasta llegar nuevamente a Maum, donde nos desviamos por la R336 hacia el sur.
Al llegar a Maam Cross tomamos la N59 hacia el oeste. Y cuando llegamos a Clifden dejamos el coche en el aparcamiento que hay junto a la entrada del camino que va al castillo de Clifden.
Desde aquí bajamos andando 1 km por un camino hasta llegar al castillo, una casa solariega ahora en ruinas y que fue construida a principios del s. XIX en estilo revival gótico. Las vistas que hay desde el camino de acceso sobre la costa son muy bonitas.
Alojamiento en Clifden: Clifden Bay Apartment nº 4
Kilómetros recorridos en coche: 144 km.
Nuestro destino final de hoy es la península de Mullet. Aprovechamos este largo trayecto para recorrer más carreteras escénicas de la preciosa región de Connemara.
Abandonamos Clifden por la N59 en dirección este, hacia Galway, pero 19 km después nos desviamos por la R344 para ir hacia el norte, cruzando el maravilloso y fotogénico valle de Inagh.
A lo largo de los 15 km de longitud de esta carretera nos detuvimos varias veces para disfrutar de sus paisajes, sobre todo junto a los lagos Inagh y Derryclare. La R344 desemboca nuevamente en la N59, pero esta vez en su tramo norte, donde giramos a la derecha.
Al llegar a Leenaun tomamos la carretera R335 que bordea el bonito fiordo por su orilla norte, pasando junto a las cascadas Aasleagh. Y unos km después, pasado Delphi y al llegar a la altura del lago Doo nos desviamos a la derecha para tomar la carretera L1824, una vía local que asciende en altura y que es absolutamente recomendable porque los paisajes son sencillamente sobrecogedores.
Al cabo de 20 km por la L1824 esta desemboca en la N59 a la altura de Liscarney. Continuamos hacia el norte por la N59 y a la entrada de Westport nos desviamos a la izquierda para ir hasta Westport Quay.
Westport Quay viene a ser el barrio marítimo de Westport y nuestro objetivo aquí era visitar la famosa Westport House y, de paso, buscar un restaurante donde comer algo. Cuando llegamos ante la casa nos encontramos con que estaba cerrada por obras mayores de restauración, por lo que fuimos a comer al restaurante Coast Bar, situado en el interior del Westport Coast Hotel y no muy lejos de la casa. En él comimos razonablemente bien.
Tras la comida y dar un breve paseo por la zona, volvimos al coche y continuamos viaje hacia Belmullet. Así que retomamos la N59 hacia el norte, cruzamos el centro de Westport por su atractiva plaza de ocho lados (de ahí su nombre: Octagon) y continuamos hacia el norte.
Al llegar a Newport tomamos la R317 y más adelante la R312, la N59 nuevamente y la R313. Y así llegamos hasta el lugar donde se encuentra el alojamiento que teníamos reservado para las dos siguientes noches.
Tras dejar el equipaje en la casa, cómo aún quedaban unas cuantas horas de luz, cogimos el coche y fuimos a recorrer la península de Mullet, un promontorio de 33 km de largo conectado a la isla principal en Belmullet a través de un estrecho istmo. Su anchura varía entre los 200 metros y los 12 km. Sólo hay una carretera que cruza esta península de norte a sur, la R313. El resto son algunas vías secundarias.
Siguiendo la R313 vimos alguna playa bonita, pero sobre todo son preciosas las vistas que ofrece sobre las numerosas islas, penínsulas y bahías que hay en la zona. La R313 finaliza ante la bahía de Blacksod, donde se encuentra el famoso faro de Blacksod desde el que se emitió un aviso de mal tiempo a principios de junio de 1944 que hizo retrasar a los aliados un día la fecha prevista inicialmente para el desembarco del Día-D.
A 1,5 km al suroeste del faro, en Faulmore, hay otro lugar que nos gustó mucho. Se trata de Deirbhiles Twist, una obra del escultor Michael Boffin. Tiene forma de espiral y está formada por 22 piedras de granito que recuerdan a los monumentos megalíticos. El lugar es muy bonito y mágico, con unas vistas maravillosas sobre los alrededores.
Y desde aquí volvimos a nuestro alojamiento, cruzando ahora la península de sur a norte. Por el camino aún pudimos ver algunos otros lugares característicos de la península, como el pozo sagrado St Deirbhile's o el castillo de Bingham.
Alojamiento en Belmullet: Tranmore Lodge (160 €/noche). Se trata de una casa de una sola planta, situada en una zona llamada Toorglass West, a 3,5 km del centro de Belmullet. La casa estaba impecable porque era nueva. Y la propietaria, Majella, muy atenta en todo. Muy recomendable.
Kilómetros recorridos en coche: 229 km.
En esta jornada nuestro objetivo era visitar los puntos de interés de la isla de Achill.
Así que a primera hora de la mañana salimos de la península de Mullet por la R313 hacia el este, hasta conectar con N59 en Bangor Erris. Seguimos por la N59 en dirección sur hasta poco antes de llegar a Mallaranny, donde giramos a la derecha para seguir por la R319, siguiendo las indicaciones que vemos.
Esta carretera cruza un istmo por su parte norte y al cabo de 13 km llegamos a un puente que une la isla principal con la isla de Achill. Cruzamos a la isla de Achill y 200 metros después del puente nos paramos en la oficina de turismo de Achill para obtener mapas e información de la isla que luego nos fueron muy útiles.
Continuamos la ruta y tomamos la carretera L1405 hacia el sur de la isla. Dejamos atrás Derreens y unos kilómetros más allá encontramos la Grace O'Malley's Towerhouse (o también Torre Kildavnet), donde vale la pena detenerse ya que el entorno de la torre es bonito.
Siguiendo la L1405 otros 1,5 km nos topamos con el mirador Cloughmore, el cual forma parte de la ruta Wild Atlantic Way Sus vistas sobre el mar y los acantilados son extraordinarias.
Y 3,5 km más adelante llegamos a otro mirador, el mirador White Cliffs of Ashleam, tanto o más impresionante que el anterior por sus vistas sobre la bahía de Ashleam y sus acantilados de rocas blancas.
Pasado Dooega, la carretera deja la costa y se interna hacia el interior de la isla hasta desembocar en la R319, casi frente al popular restaurante Ted's Bar. Continuamos por la R319 hacia el oeste hasta llegar a Keel, donde disfrutamos paseando por su bonita (y gran) playa. Aprovechamos para comer algo en un restaurante cercano.
Tras el almuerzo continuamos por la R319 hacia el oeste hasta llegar al final de esta carretera, junto a la espectacular playa de Keem, de una belleza sublime. Esta playa suele figurar en los primeros puestos de las playas más bonitas del mundo. Merecidamente.
Extasiados aún por la belleza de la playa de Keem, deshicimos el camino por la R319 hasta Keel, donde nos desviamos por la carretera Slievemore Rd para ir hasta Slievemore Deserted Village, un pueblo abandonado con unas 80-100 casas de piedra en ruinas y situado en un entorno remoto y aislado. Debido a su posición elevada, las vistas desde aquí son bonitas.
Después de esta visita continuamos la ruta siguiendo la carretera Slievemore Rd que va por la costa norte de Achill. Al llegar junto a la bonita playa de Dugort nos detuvimos brevemente para hacer algunas merecidas fotos y seguimos por la carretera L1406 hacia el sur hasta desembocar en la R319, que tomamos a la izquierda al llegar a Bun an Churraigh.
Al cabo de 3,1 km dejamos la R319 y giramos a la derecha por la carretera Mweelin Rd que va hacia Dooega. Siguiendo esta carretera 1,6 km al oeste llegamos a un desvío indicado como Barr an Mhionnáin (Minaun Heights) que tomamos a la derecha para seguir por una carretera que asciende la montaña y que 2,9 km después desemboca en un aparcamiento junto a unas antenas de comunicaciones.
La cima de Minaun Heights se encuentra a una altura de 466 metros y en un día claro (afortunadamente el nuestro lo fue) las vistas que ofrece son realmente imbatibles, no sólo sobre la propia isla de Achill, si no también sobre la bahía de Blacksod o la isla de Clare. Para mejores vista aún, desde el aparcamiento podéis seguir un sendero de subida que conduce al punto más alto, donde hay una estatua de la Virgen María.
Con la ascensión a Minaun Heights dimos por finalizada nuestra visita a la isla de Achill, la cual superó ampliamente nuestras expectativas.
En algún sitio leímos que la isla de Achill ofrece los mejores paisajes costeros de todo Irlanda y con el plus de que no hay autobuses de turistas. No podemos estar más de acuerdo, la verdad.
Para el regreso a Belmullet retomamos la R319, cruzamos el puente hacia la isla principal y continuamos hasta conectar con la N59 que tomamos hacia el norte.
En Ballycroy está la puerta de entrada al Wild Nephin National Park, aunque no nos detuvimos porque ya era tarde para ello.
Pero antes de llegar a Cross Hill vimos un desvío a la izquierda, indicado con Doona Castle y Spanish Armada Monument, que inmediatamente nos picó la curiosidad.
Conectando diversas carreteras locales, y no sin cierta dificultad, conseguimos llegar al lugar donde se encuentra el castillo de Doona (coordenadas GPS: 54.0464746, -9.9008112), situado en la parte posterior de una granja, junto al mar, en una zona tan remota y aislada que le da un aire realmente fantasmagórico.
Y a 200 metros de este punto hay un viejo cementerio e iglesia en ruinas, junto a la que hay una placa conmemorativa del desembarco aquí el 21 de septiembre de 1588 de los 419 marineros que iban a bordo del navío español Rata Santa Maria Encoronada, el cual había embarrancado en la bahía de Tullaghan. Este navío formaba parte de la conocida expedición militar Armada Invencible.
Ya era tarde y desde aquí regresamos a Belmullet, conectando con la N59 primero y la R313 después. Esta ruta de hoy fue bastante improvisada, la verdad, pero el resultado no pudo ser mejor.
Alojamiento en Belmullet: Tranmore Lodge
Kilómetros recorridos en coche: 223 km.
Salimos por la mañana de la península de Mullet con destino a Donegal. Tras unos 120 km, casi enteramente por la N59, hicimos nuestra primera parada del día en el Cementerio Megalítico de Carrowmore.
Este lugar está formado por numerosos monumentos megalíticos que datan del IV milenio a. C.
A causa de la pandemia, la entrada era gratuita y la visita la hicimos por libre, pero encontramos a faltar plafones explicativos sobre lo que estábamos viendo.
En cualquier caso, llaman la atención los dólmenes de distinto tamaño que hay en el complejo.
Desde Carrowmore recorrimos los 6 km hasta llegar al centro de la ciudad de Sligo.
En esas fechas la Abadía de Sligo estaba cerrada por obras de restauración, así que nos limitamos a pasear por las calles del centro y junto al río Garvoge para ver algunos de sus puntos de interés, como el edificio Sligo Courthouse o el monumento dedicado al poeta y dramaturgo William Butler Yeats.
Antes de marchar de Sligo aprovechamos para comer algo en la agradable terraza junto al río del restaurante Camile Thai.
Salimos de Sligo por la N15 hacia el norte y poco después nos desviamos por la L3305 para ir hasta la Lissadell House, una espectacular casa de campo construida en estilo neoclásico griego, pero la encontramos cerrada a causa de la pandemia.
Así que volvimos a la N15, viendo desde la carretera la llamativa forma de la característica montaña Benbulbin.
Y pocos km después, al llegar a Cliffoney, nos volvimos a desviar por la R279 en dirección a Mullaghmore, pero antes de llegar a esta población nos desviamos por una carretera local para ir hasta el mirador Mullaghmore Head, con bonitas vistas sobre el litoral.
Siguiendo por la misma carretera litoral hacia el sur de la península de Mullaghmore llegamos a un espectacular mirador que es el lugar idóneo para disfrutar de las vistas sobre la escarpada costa de esta península y con el plus del castillo de Classiebawn como fondo de postal. El pasado de este castillo está ligado al final trágico de Lord Mountbatten, el cual fue asesinado en 1979 por el IRA frente a la costa de esta península.
De vuelta nuevamente a la N15, recorrimos los 45 km que nos quedaban para llegar a Donegal. Tras dejar el equipaje en el B&B que teníamos reservado, fuimos con el coche hasta el centro de la ciudad de Donegal.
Aquí sólo pudimos hacer un rápido paseo por las calles alrededor de la céntrica plaza Diamond, del castillo de Donegal y del río Eske a causa de la persistente lluvia que venía cayendo desde media tarde. De hecho, era la primera lluvia que veíamos en todo este viaje.
Alojamiento en Donegal: Heeneys Lodge B&B (100 €/noche). Este B&B está situado a unos 3,5 km del centro de Donegal, en la carretera que va al lago Eske. El lugar está bien. Desayuno incluido en el precio.
Kilómetros recorridos en coche: 223 km.
Antes de entrar en territorio de Irlanda del Norte nos habíamos planteado ir hasta los acantilados de Slieve League, 50 km al oeste de Donegal, pero el día había amanecido algo lluvioso y muy nublado y no quisimos arriesgarnos a ir expresamente hasta allá para luego no poder ver nada.
Así que salimos de Donegal por la N15 con destino a Derry, ya en territorio norirlandés. Al llegar a Stranorlar tomamos la N13 hacia el norte y al cabo de 39 km, al llegar a Speenogue, tomamos la L7921 hacia la derecha para ir hasta Grianan of Aileach, a 3 km de la N13.
Este fuerte circular de piedra está situado en la cima de una colina en la península de Inishowen y es curioso de ver, pero lo mejor de todo son las impresionantes vistas panorámicas sobre los condados de Donegal, Derry y Tyrone, destacando sobre todo las vistas sobre el fiordo de Swilly y el estuario del río Foyle. Muy recomendable.
Continuamos por la N13 hacia el este y al cabo de 7 km nos desviamos por la A515 primero y por Upper Galliagh Rd después para llegar hasta el alojamiento que teníamos reservado para hoy. Sin ni siquiera darnos cuenta hemos entrado en territorio de Irlanda del Norte.
Tras dejar el equipaje en el bungaló, con el coche fuimos hasta el centro de Derry y lo aparcamos en un gran aparcamiento junto a Queens Quay. Desde aquí fuimos andando unos 500 metros hasta el centro y nos dirigimos a la oficina de turismo Visit Derry que hay junto a la muralla.
Tras hacer acopio de mapas y folletos informativos iniciamos la visita a esta extraordinaria ciudad, de visita más que obligada. Empezamos por subir a lo alto de su muralla, por la entrada junto al Tower Museum. Esta muralla rodea casi por completo el centro histórico de Derry a lo largo de casi 1,5 km. Desde la posición elevada que proporciona se obtienen excelentes vistas sobre la ciudad y sus alrededores.
También paseamos por las calles interiores de la zona amurallada, alrededor de la plaza central The Diamond, aprovechando para comer algo en el restaurante Badger's Bar, donde comimos bastante bien.
A continuación fuimos hasta Rossville St, en el barrio de Bogside, de mayoría católica y republicana irlandesa, para ver sus archiconocidos murales, los cuales han sido y son a la vez arte, propaganda y un desahogo emocional para sus residentes.
Y para el visitante es una forma gráfica de entender mejor ese doloroso periodo histórico para el pueblo norirlandés durante la segunda mitad del s. XX, conocido como The Troubles.
Alrededor de unos 12 murales, además del Free Derry Corner o el Bloody Sunday Obelisk Memorial son algunos de los lugares a recorrer en esta zona de la ciudad.
Todos ellos impresionan por su enorme significado y reflejo histórico.
Después cruzamos el río Foyle por el llamativo Puente de la Paz hacia el lado oriental de la ciudad, el distrito de Waterside.
En esta zona de la ciudad se encontraban las Ebrington Barracks, unas instalaciones militares donde estaban destacadas las tropas británicas durante la época del conflicto norirlandés. Recientemente, el espacio que ocupaban esos barracones ha sido completamente reurbanizado, dando lugar, por ejemplo, a Ebrington Square.
Los barrios de esta zona de la ciudad son principalmente protestantes y unionistas (probritánicos), a diferencia de los que están al oeste del río, que son católicos y republicanos. Un paseo por Bonds St, en el barrio de Clooney, nos permitió ver murales que, lógicamente, muestran el otro lado del conflicto.
Andando por Ebrington Terrace y St Columb's Rd llegamos al enorme St Columb's Park, un buen sitio por el que pasear y donde una área de juegos infantiles hizo las delicias de nuestra hija.
Y desde aquí caminamos de vuelta hacia el coche los 2,4 km, cruzando de nuevo por el puente peatonal Peace Bridge, hasta llegar a Queens Quay, donde teníamos aparcado el coche.
Acabamos derrotados de la larga caminata por la ciudad, pero muy satisfechos por todo lo visto. Derry fue, para nosotros, una de las grandes sorpresas de este viaje.
Alojamiento en Derry: Elagh Cottages (107 €/noche). Se trata de un bungaló muy bien equipado que se encuentra en mitad de una bonita zona rural a unos 4 km del centro de Derry. Recomendable.
Kilómetros recorridos en coche: 98 km.
En esta jornada recorrimos aproximadamente la mitad de la ruta escénica Causeway Coastal Route, la cual nos pareció sencillamente fascinante y nos quedamos con ganas de más. Esperamos poder volver en el futuro.
La climatología, además, nos acompañó mucho, ya que tuvimos sol y temperaturas cálidas todo el día.
La Causeway Coastal Route es un itinerario de 190 km que bordea la mayor parte de la costa norirlandesa, desde Derry hasta Belfast, con numerosos puntos de interés a lo largo del camino: acantilados, playas, miradores, montañas, castillos, pequeñas aldeas, puertos costeros y mucho más.
Técnicamente se podría recorrer toda esta ruta en un sólo día, pero sin tiempo para disfrutar del momento, por lo que lo desaconsejamos totalmente. Tres días completos serían suficientes para recorrerla toda sin agobios.
En nuestro caso, recorrimos los primeros 100 km de la Causeway Coastal Route, entre las ciudades de Derry y Ballycastle, así como sus dos últimas paradas: Carrickfergus y Belfast.
Salimos de Derry por la autovía A2 en dirección nordeste. Pasado Limavady tomamos la Windyhill Rd (B201) y 2,5 km después nos desviamos a la izquierda por la ruta escénica Bishop's Rd.
Esta carretera forma parte de la Causeway Coastal Route y vale la pena recorrerla.
La Bishop's Road gana altura en sus primeros kilómetros hasta llegar al mirador de Gurtmore, el cual ofrece unas vistas impresionantes sobre los alrededores y, si el día es claro, llegan hasta el condado de Donegal o las islas de Islay y Jura, situadas frente a la costa escocesa.
Desde Gurtmore la carretera desciende hacia la costa hasta llegar a Downhill, donde nos detuvimos para ver el Templo de Mussenden y el Downhill Demesne, un sitio de obligada visita. La entrada es gratuita y el lugar extraordinario, con el plus de unas vistas sin igual. Además, este es uno de los numerosos escenarios de filmación de Juego de Tronos en Irlanda del Norte.
Dejamos atrás Coleraine y el pueblo costero de Portrush y nuestra siguiente parada fue en el mirador de Magheracross, también con unas vistas sobre el litoral que quitan el hipo.
Y unos 500 metros más adelante nos volvimos a detener ante el castillo de Dunluce, de la época medieval y ahora en ruinas. Su ubicación es realmente impresionante. Y sí, es otro escenario de Juego de Tronos. Nosotros nos limitamos a verlo y fotografiarlo desde el exterior, sin entrar a visitarlo.
Y continuando por la A2 unos 3,8 km llegamos a Bushmills, donde nos paramos para comer en la agradable terraza exterior del muy recomendable restaurante Bushmills Inn. Después de comer damos un paseo por este tranquilo y agradable pueblo, conocido por la Old Bushmills Distillery de la marca de whisky irlandés Bushmills.
Y otros 4 km al norte nos llevaron hasta la extraordinaria Calzada del Gigante (Giant's Causeway), una curiosidad geológica formada por unas 40.000 columnas de basalto, la mayoría hexagonales, que descienden de forma escalonada hacia el mar.
Este lugar natural forma parte de la lista de Patrimonios de la Humanidad de la Unesco.
Dejamos el coche en el aparcamiento delante de la bonita Giant's Causeway & Bushmills Railway, pagando 8 £ por este concepto.
Desde aquí andamos unos 350 metros hasta la entrada del Centro de Visitantes, donde no tuvimos que pagar nada más para iniciar la visita al lugar.
Desde ahí el camino desciende hasta la costa, pasando junto a la bonita Bay of the Cow y llegando 1 km después hasta la Calzada del Gigante propiamente dicha. Es el camino Blue Trail, el más fácil, corto y directo.
El paisaje circundante es muy bonito, pero el fenómeno geológico que ha dado lugar a esta atracción tan popular es del todo extraordinario. Con más tiempo disponible sería del todo recomendable recorrer el camino Red Trail, el cual bordea el acantilado por su parte superior y ofrece unas vistas elevadas sobre la costa. Es un camino de dificultad moderada y con una distancia máxima de 3,2 km.
Tras la visita de esta maravilla natural, volvimos al coche y continuamos por la Causeway Rd hacia el este y unos 4 km después llegamos al aparcamiento que da acceso a los restos del castillo de Dunseverick.
Y 8 km más allá por la misma ruta llegamos ante la entrada al puente de cuerda Carrick-a-Rede, pero ya era tarde (cerraban a las 17:30) y no entramos.
Aunque lo cierto es que tampoco teníamos un gran interés en hacerlo. Así que continuamos ruta y 1,5 km después nos detuvimos en el mirador Portaneevy, un lugar absolutamente imprescindible. Desde él se puede ver el puente de cuerda, la isla de Carrick y todo el litoral adyacente. Una auténtica maravilla.
Otros 3,4 km más adelante nos desviamos a la izquierda por la Whitepark Rd y 1 km más adelante la carretera finaliza en un aparcamiento, del cual parte el camino que bordea el acantilado hasta llegar a los restos del castillo de Kinbane. Desgraciadamente, en las fechas de nuestra visita, este camino estaba cerrado por trabajos de conservación y no pudimos llegar hasta el lugar donde se encuentra el castillo.
Ya empezaba a ser tarde y desde aquí pusimos rumbo hacia Carrickfergus, unos 87 km al sudeste, donde nos esperaba el alojamiento de esa noche. Continuamos por Whitepark Rd hasta conectar con la autovía A44 y después seguir por las A26, A36, A8 y A2 hasta llegar a la ciudad de Carrickfergus.
El lugar más emblemático de esta ciudad, que forma parte también de la Causeway Coastal Route, es el imponente castillo de Carrickfergus. Al anochecer paseamos por el exterior de este castillo normando, así como por algunas calles del centro.
Alojamiento en Carrickfergus: The Tramway House (127 €/noche). Esta casa es bastante céntrica, a sólo 300 metros del castillo, pero su ubicación, junto a la autovía A2 puede hacer que sea algo ruidosa en las habitaciones que dan a ese lado.
Kilómetros recorridos en coche: 199 km.
Desde Carrickfergus hasta el centro de Belfast son sólo 18 km siguiendo la A2 y la M5 hacia el sur.
Una vez en el centro de Belfast dejamos el coche en un aparcamiento de pago en la calle Grosvenor Rd, a sólo 360 metros de la plaza Donegall Sq, el centro-centro de la ciudad. Dedicamos una buena parte del día a recorrer los principales puntos de interés de la ciudad.
Comenzamos en la calle Great Victoria St, donde vimos el bonito edificio de la Grand Opera House, así como del histórico pub Crown Liquor Salon Belfast o el vecino Robinson's. A continuación fuimos a Donegall Sq, donde se encuentra el gran edificio del Belfast City Hall y alrededor de él hay varios monumentos conmemorativos, como por ejemplo el Titanic Memorial Garden.
Desde esta plaza parte la ruta a pie City of Merchants Trail (indicada en señales con el color verde claro), la cual seguimos a ratos para descubrir muchos lugares interesantes del centro. Así pudimos ver los históricos Belfast Entries, unos estrechos callejones comerciales que conectan calles principales, sobre todo alrededor de High St y Ann St. Andando por calles con mucho comercio y algunos edificios victorianos llegamos hasta la St Anne's Cathedral, con su característica aguja de acero de 40 metros de altura situada sobre el tejado de la catedral.
Junto a ella se encuentra el Buoy Park y detrás St Anne's Square, donde se ubica el llamativo edificio del Metropolitan Arts Centre (conocido como MAC).
Después continuamos por Hill St, donde encontramos bonitos murales artísticos, el llamativo callejón Commercial Court o el precioso edificio histórico ahora ocupado por el lujoso Merchant Hotel, entre otras muchas cosas.
De vuelta a High St vimos la icónica Torre del Reloj Albert Memorial.
Pasamos junto a la Jaffe Memorial Fountain y entramos en el moderno centro comercial Victoria Square para ver desde dentro su llamativa cúpula de vidrio.
A la hora de comer escogimos el restaurante Pizza On The Square , donde comimos bastante bien.
Después de comer y callejear más por el centro, fuimos a buscar el coche para desplazarnos hasta el Titanic Quarter, al otro lado del río Lagan. Esta zona de nueva urbanización ocupa lo que en el pasado fueron parte de los astilleros Harland & Wolff (H&W) que construyeron en este lugar el archifamoso buque Titanic.
Nuestro interés en el Titanic Quarter fue básicamente la visita al espectacular museo Titanic Belfast, el mayor museo del mundo dedicado íntegramente al transatlántico RMS Titanic y sus avatares históricos.
El día anterior habíamos comprado las entradas por Internet(19,5 £/adulto y 8,75 £/niño) para asegurarnos la visita a la hora que queríamos. La visita al museo es muy interesante y amena, explicando el antes, el durante y el después del hundimiento del Titanic, así como su contexto histórico. Y el moderno edificio que alberga el museo es muy atractivo. Pasamos un muy buen rato visitando este museo y mereció la pena el precio pagado.
Acabada la visita al museo fuimos a pasear por sus alrededores, por el dique seco donde se encuentra el barco de vapor SS Nomadic, el cual fue construido en 1911 por la naviera White Star Line como transbordador para sus grandes transatlánticos, entre ellos el célebre RMS Titanic. Ahora el SS Nomadic es un barco-museo.
Seguimos caminando por la zona adyacente de los muelles, donde están los apartamentos ARC, y volvimos al coche para recorrer la avenida Queens Rd hasta el final del Titanic Quarter, pasando por delante de los Titanic Studios, el estudio de filmación de algunos episodios de la célebre serie de HBO Juego de Tronos.
Y para acabar nuestra visita a Belfast nos desplazamos con el coche hasta la zona de West Belfast para ver alguno de los conocidos como muros de la paz, en realidad barreras divisorias entre los barrios católicos y protestantes que tenían como finalidad evitar enfrentamientos entre ellos.
Recorrimos Cupar Way desde el principio, en la confluencia con N Howard St y donde es posible ver una de las puertas que impedía el acceso de un lado al otro del muro, hasta el final de la calle, en el lado protestante.
A lo largo de este muro de 5,5 metros de altura hay una gran cantidad de grafitis y pinturas murales.
A continuación recorrimos el lado católico, por Springfield Rd y Falls Rd, donde pudimos ver el conocido mural Bobby Sands, entre otros muchos murales.
Salimos de Belfast hacia el sur por la A12. La A1 pasa junto al castillo de Hillsborough y las ciudades de Banbridge y Newry antes de abandonar el territorio norirlandés y volver a los rótulos irlandeses expresados en kilómetros.
Más al sur, ya en la M1, nos desviamos brevemente por la R169 para enlazar con la N2. Pasado el pueblo de Collon dejamos el condado de Louth y entramos en el de Meath. En Slane conectamos con la N51, pasando justo por delante del bonito castillo de Slane, y unos 27 km después llegamos a Trim, nuestro destino final de hoy.
Alojamiento en Trim: Highfield House Guesthouse (126 €/noche). Ocupa un bonito edificio del s. XIX, con mobiliario y decoración de la época, situado junto al río Boyne y a sólo 250 metros del castillo de Trim. Recomendable, aunque alguna habitación puede ser algo ruidosa por estar cerca de una rotonda con tráfico.
Kilómetros recorridos en coche: 189 km.
Tras un buen desayuno en el agradable jardín que hay delante del alojamiento, con vistas al río y al castillo, fuimos a dar un paseo por lo preciosos alrededores del castillo de Trim, el mayor castillo normando de Irlanda.
En este castillo se han filmado escenas para diversas películas y series de TV, pero quizás la más conocida de todas sea Braveheart, film de 1995 basado en la vida de William Wallace, un héroe nacional escocés.
Después de rodear el castillo cruzamos el río Boyne por el bonito puente peatonal Millenium y fuimos a ver los restos de St Mary's Abbey, con una torre tan alta que se ve desde kilómetros. Cruzamos una puerta de piedra, la Sheep Gate, y continuamos por un bonito camino que transcurre paralelo al río.
Cuando llegamos a la altura de la carretera R154, finalizamos este paseo por tan idílico y bello entorno. Así que regresamos al alojamiento a buscar el coche y pusimos rumbo hacia Dublín, a 47 km.
Salimos de Trim hacia el este por la R154 y al llegar a la altura de Dunshaughlin conectamos con la autopista M4, donde pagamos un peaje de 1,50 €. Cuando llegamos a Dublín nos dirigimos directamente al alojamiento reservado para las siguientes noches, donde dejamos el equipaje antes de ir a devolver el coche de alquiler, en la oficina de Sixt en Malborough St, no muy lejos del alojamiento.
Después de comer algo en Xian Street Food fuimos por N Earl St, donde vimos la estatua de James Joyce, hasta llegar a O'Connell St. Muy cerca se encuentra la oficina de turismo, donde conseguimos mapas y folletos turísticos de la ciudad, así como información sobre bonos de transporte y sobre el autobús al aeropuerto.
A continuación bajamos por O'Connell, cruzamos el río Liffey por el puente O'Connell y paseamos por los alrededores del Trinity College antes de ir al bonito parque de Merrion Square, donde vimos otra estatua dedicada al escritor dublinés James Joyce.
En este parque hay una zona de juegos infantil donde nuestra hija disfrutó mucho.
Y nuestra siguiente parada fue otro parque, este aún más grande y bonito que el anterior, el parque de St Stephen's Green, el cual cuenta también con una área de juegos infantil.
Desde aquí fuimos en dirección al río por la animada calle comercial Grafton St, seguimos la orilla sur del río Liffey y lo cruzamos por el puente Butt para llegar ante el gran edificio de Custom House, pasando junto al James Connolly Memorial.
Ahí tomamos la calle Amiens St y andamos otros 700 metros hasta llegar al principio de N Strand Rd, donde se encuentra nuestro alojamiento en Dublín.
Acabamos el día muy cansados por la larga caminata urbana, pero así tuvimos una impresión rápida y una primera toma de contacto con la ciudad de Dublín.
Alojamiento en Dublín: Five Lamps Suites (185 €/noche). Este moderno apartamento se encuentra situado en la zona de North Strand, ni muy cerca ni muy lejos del centro a pie. La cocina está bien equipada y hay un supermercado Spar a menos de 50 metros. Es recomendable, aunque en nuestro caso el alto precio se justificaba por ser fin de semana y porque además se jugaba la final nacional de fútbol galés y la ciudad estaba atestada de seguidores de ambos equipos venidos de otros condados.
Kilómetros recorridos en coche: 59 km.
A primera hora de la mañana salimos del apartamento en dirección a O'Connell St, andando por la Killarney St.
En la confluencia con la calle Buckingham Lower St vimos por casualidad una casa con una placas y unos murales artísticos que conmemoran el hecho de que el escritor irlandés Bram Stoker, conocido sobre todo por su novela Drácula, vivió aquí durante seis años de su vida.
En la oficina de turismo de O'Connell St compramos tres tarjetas Leap Visitor Card de un día (10 € cada una), las cuales nos permitieron subir a cualquier autobús o tranvía, sin límite, durante 24 horas a partir del primer uso.
Estrenamos esta tarjeta de transporte tomando el tranvía para ir hasta el barrio de Smithfield, donde se encuentra Jameson Distillery Bow St, un museo que ocupa la antigua destilería donde se destiló desde 1780 hasta 1971 el whisky irlandés Jameson.
Nosotros no entramos al museo, pero por Bow St accedimos al interior del complejo y pudimos ver alguna cosa. Recomendable.
Desde Smithfield fuimos andando hacia el río y lo cruzamos por el puente Father Mathew, pasamos junto a la iglesia St Audoen y llegamos hasta la imponente catedral de St Patrick y el parque de St Patrick.
A continuación andamos otros 800 metros hasta llegar al castillo de Dublín, donde encontramos un conjunto de bonitas estatuas de arena ubicadas en el patio del castillo.
Acabada la visita al castillo fuimos a la cercana zona de Temple Bar, una conocida zona de ocio nocturno dublinés, llena de pubs y restaurantes.
Después de comer en uno de ellos fuimos andando hasta Dame St y allá tomamos un bus que nos llevó hasta Harcourt St, junto a los Jardines Iveagh. Cruzamos este recóndito y pequeño jardín de sur a norte, para después bordear el parque de St Stephen's Green y continuar hasta el parque de Merrion Square.
Paseamos por los alrededores de la plaza Merrion para ver las puertas de colores vivos en algunas de las lujosas casas de estilo georgiano que hay en la zona.
Desde aquí fuimos callejeando hacia el norte, cruzamos el río Liffey por el puente Talbot Memorial y en Custom House Quay tomamos un autobús que nos llevó hasta el final de N Wall Quay.
Toda esta zona de North Wall corresponde a los antiguos muelles del puerto de Dublín y ahora está en plena transformación urbanística.
Desde el final de N Wall Quay fuimos deshaciendo el camino hacia Custom House Quay, pero ahora andando para poder ver con calma la nueva arquitectura que se está construyendo en esta zona.
Por el camino vimos el llamativo edificio inclinado de The Convention Centre Dublin.
Y un poco más adelante pasamos junto a la réplica del barco Jeanie Johnston, el cual es un museo que explica la historia de los miles de irlandeses que huyeron de la Gran hambruna irlandesa y se embarcaron en un dramático viaje con la esperanza de una vida mejor en Norteamérica. Y unos 200 metros más allá encontramos The Famine Memorial, una escultura conmemorativa de la Gran Hambruna (1845-1849).
Cuando llegamos nuevamente a Custom House Quay subimos a un autobús que va por Amiens St y nos dejó prácticamente delante del alojamiento en N Strand Rd.
Alojamiento en Dublín: Five Lamps Suites
Último día de este viaje, pero nuestro vuelo a Barcelona era por la tarde, por lo que aún podíamos aprovechar unas cuantas horas en Dublín, sobre todo para la visita del Trinity College que aún teníamos pendiente.
A primera hora de la mañana salimos del apartamento y tomamos el autobús 14, el cual nos dejó muy cerca del Trinity College, al cual accedimos por la entrada en Nassau St. El día anterior habíamos comprado online las entradas para ver el extraordinario Book of Kells (16 €/adultos y menores gratis) que se expone aquí.
Comenzamos la visita pasando por unas salas donde se explica el origen y la historia alrededor del Libro de Kells. A continuación se nos hizo pasar a una sala con luz atenuada donde se muestra el original del Libro de Kells dentro de una urna de cristal. Es una auténtica filigrana y su importancia histórica es enorme.
Tras extasiarnos viendo el Libro de Kells continuamos la visita yendo a la Long Room o Sala Larga, la sala principal de la antigua biblioteca, la cual data de principios del s. XVIII, contiene más de 200.000 volúmenes y hace 65 metros de largo. Es una preciosidad y su visita es imprescindible.
Salimos al exterior para ver los edificios de estilo neoclásico alrededor de la Library Square y la Parliament Square, como por ejemplo el Campanile. Todo ello dentro del complejo del Trinity College.
Y salimos por la puerta principal que da a College Green, dando así por finalizada esta interesantísima visita a la universidad más prestigiosa de Irlanda y en la élite de las universidades europeas.
El resto de nuestro tiempo en Dublín lo dedicamos a pasear tranquilamente por el centro, repitiendo algunas cosas que ya habíamos visto y descubriendo otras como la estatua de Molly Mallone.
En esta jornada, en el centro de Dublín, había una gran presencia de seguidores de los equipos de los condados de Mayo (Irlanda) y de Tyrone (irlanda del Norte), cada uno ataviado con sus colores (verde y rojo para los del condado de Mayo y blanco y rojo para los de Tyrone). Ambos equipos eran los finalistas que por la tarde disputaban en el estadio Croke Park la gran final del All Ireland Senior Football League (fútbol gaélico).
Fuimos a buscar el equipaje al alojamiento y volvimos a O'Connell St para tomar aquí el autobús hacia el aeropuerto. Antes de eso comimos algo en la terraza exterior del restaurante Ann's Bakery, situado en N Earl St, donde comimos bastante bien, mientras pudimos disfrutar del gran ambiente a causa de los miles de seguidores desplazados por ambos equipos a la capital.
Fuimos a la parada de los autobuses Aircoach al aeropuerto, situada en el lado oeste de O'Connell St. Habíamos comprado los billetes en su página web el día anterior, pagando 7 €/adulto y 2'5 €/niño.
En el trayecto hacia el aeropuerto, este autobús pasó por Dorset St Lower, en las inmediaciones del estadio de Croke Park, por lo que tuvimos la oportunidad de ver la imagen de miles de seguidores por las calles adyacentes esperando el inicio de la gran final. En sólo media hora ya estábamos en la terminal del aeropuerto de Dublín.
Y finalmente nuestro vuelo de Ryanair despegó del aeropuerto de Dublín a las 17:20 y aterrizó en el aeropuerto de Barcelona/El Prat a las 20:27 hora local (+1 horas), siendo 2 horas y 7 minutos de vuelo efectivo.