Guía y relato de una escapada al departamento de Pirineos Orientales

Día 1

Entramos en Francia por el paso fronterizo de La Jonquera-Le Perthus y en la población de Le Boulou tomamos la carretera D618 hasta Colliure, pasando muy cerca del bonito castillo de Valmy.

Una vez en la preciosa población de Colliure (Collioure en francés) dedicamos un buen rato a visitar sus numerosos puntos de interés: el camino del Fauvismo, el Palacio Real, la tumba de Antonio Machado, etc.

En Colliure comemos en el Bar de la Marine (1, Quai de la Amiraute - Colliure), donde disfrutamos de un menu du routard por 12'90 Eur sentados en su terraza exterior.

Después de comer y, antes de marchar, seguimos la carretera que bordea la llamada Costa Vermella hasta llegar a la población de Port-Vendres.

Desde aquí damos media vuelta y tomamos la ruta D114 primero y la N114 después hasta llegar a Perpiñán, la capital del departamento, donde visitamos su interesante núcleo histórico.

Visitando el centro de Perpiñán coincidimos con una colorida fiesta previa al partido de rugby (deporte muy popular en Francia) entre el equipo local, los Dragones Catalanes, y el equipo inglés Leeds Rhinos.

A última hora de la tarde salimos de Perpiñán por la carretera N116 en dirección hacia Prades, la población donde pernoctaremos.

De camino, vemos desde la carretera los Orgues de Ille sur-Têt, una curiosa formación geológica que recuerda la Capadocia.

También, poco después, hacemos una breve parada en el fotogénico pueblecito de Eus.

Ya en Prades escogemos el Hotel Hostalrich (156, avda. Général de Gaulle - 66500 Prades; tel. 04 68 96 05 38), donde una habitación doble con baño privado y TV nos cuesta 32 Eur. Es sencillo, pero muy correcto por este precio.

Y para cenar recomendamos el menú de 15 Eur del restaurante Le Meridienne (20, rue des Marchands - 66500 Prades).

Día 2

Empezamos el día yendo a la bonita población de Vilafranca de Conflent, donde visitamos su núcleo amurallado (también se puede subir al Fuerte Liberia).

Volvemos a Prades y desde aquí tomamos una carretera local que nos conduce a la abadía de San Miguel de Cuixá.

Los domingos la abadía no es visitable, pero aprovechamos la misa de las 11 de la mañana para poder entrar y ver su precioso claustro, de mármol rosado, y el interior de la iglesia.

Volvemos por la N116 en dirección a Perpiñán y en Ille sur-Têt nos desviamos por la D615.

Poco antes de llegar a la población de Thuir nos desviamos por una carretera local hasta llegar a Castelnou, un precioso pueblo de piedra encaramado a un cerro y con un castillo, con mucha historia, en su cima. Castelnou está considerado como uno de los pueblos más bonitos de Francia.

En Thuir vemos por fuera las interesantes Cavas de Byrrh, creadas en 1891 para producir el aperitivo Byrrh, el cual llegó a tener fama mundial. En estas cavas, visitables, se encuentra la cuba de roble más grande del mundo.

Desde aquí continuamos por la carretera D615 en dirección a Céret (es muy bonito el trayecto a partir de Llauro).

En la población de Céret hay numerosos puntos de interés: el núcleo medieval, el Puente del Diablo, etc.

En esta población aprovechamos para comer un menú de 16 Eur, que estaba bastante bien, en la brasseria Le France (35, bulevar Maréchal Joffre).

Acabada la visita a Céret continuamos hacia el oeste. Nos paramos en Arles sur-Tech para visitar su bonita abadía.

Continuamos el trayecto hasta Prats-de-Mollo-la-Preste para hacer la última visita de esta ruta. Aquí visitamos el núcleo histórico de la villa y el Fuerte Lagarde.

Por último, desde Prats cogemos la carretera en dirección a Ripoll, la cual asciende por la montaña, proporcionando unas perspectivas magníficas hacia el norte sobre Prats-de-Mollo-la-Preste y las cumbres nevadas como telón de fondo.

La carretera asciende hasta llegar a los 1.510 metros de altura del Collado de Ares. A partir de aquí se inicia el descenso, ya por tierras gerundenses, en el camino de vuelta en casa.