La Ruta de la Mimosa (Route du Mimosa en francés) es un itinerario de 130 km que tiene su inicio en la población de Bormes-les-Mimosas y acaba en Grasse, el centro mundial de la industria dedicada a la elaboración de perfumes y fragancias.
Las etapas intermedias de la ruta son las poblaciones de Rayol-Canadel-sur-Mer, Sainte-Maxime, Saint-Raphaël, Mandelieu-la-Napoule, Tanneron y Pégomas.
Pero, ¿qué relación existe entre la mimosa y esta zona de Francia?. Pues la mimosa común (Acacia dealbata) es un árbol originario de Australia y de Tasmania, pero hacia el año 1880, empezó a ser visto por las colinas de la Croix des Gardes en Cannes, probablemente introducida por alguno de los ilustres visitantes que solían pasar el invierno en la Costa Azul.
A partir de aquí se fueron multiplicando los cultivos de mimosas por toda la comarca. Y desde lugares como Cannes y Mandelieu, la mimosa se ha ido enviando a todas las ciudades principales de Francia y Europa.
Y es que los mejores perfumistas franceses han utilizado la mimosa en sus fragancias más famosas... El tipo de mimosa que se ha utilizado principalmente es la mimosa cassier, pero poco a poco se está cambiando hacia la mimosa silvestre.
La mejor época para llevar a cabo esta ruta es de enero a marzo, cuando las mimosas florecen y llenan de color amarillo toda la región, siendo el típico icono de la Riviera francesa en invierno .
Durante esta época, cada una de las poblaciones incluidas en este itinerario proponen actividades alrededor de la mimosa: paseos guiados, visitas a las granjas de mimosas, excursiones, gastronomía, pasacalles de flores o carnavales.
Esta ruta la llevamos acbo a mediados del mes de abril, ya fuera del período de floración de la mimosa.
Por tanto, ha sido una ruta de la mimosa sin mimosas !!!. Pero esperamos poder repetir la ruta en el futuro, durante la época de floración.
Simplemente tomamos como base la ruta oficial, pero la personalizamos para adaptarla a lo que nos apetecía hacer en cada momento. La idea era disfrutar de la belleza intrínseca de la zona, de la arquitectura, de los paisajes y de la luz de la Costa Azul en esta época del año, con días ya bastante largos y temperaturas muy agradables.
Y, sobre todo, disfrutar de los olores y la explosión de colores de la gran cantidad de plantas y árboles en jardines públicos y privados de la zona: palmeras, buganvillas, jazmines, ... Y es que la Costa Azul tiene un clima tan templado que es muy propicia para la aclimatación de especies de plantas importadas de cualquier rincón del mundo.
Por falta de tiempo decidimos no llegar hasta Grasse, la última etapa de la Ruta de la Mimosa, porque tiene mucho que ver y merece al menos una visita de medio día o más. Queda pendiente para otra ocasión.
Ya fuera de la ruta propuesta, hicimos una breve visita a Cannes, que ya conocíamos de otro viaje a la Costa Azul. Dar un paseo por La Croissete o tomar una bebida en una terraza de la ciudad vieja de Cannes siempre es un placer.
Otros lugares que no forman parte propiamente de la Ruta de la Mimosa, pero que nosotros visitamos en esta escapada son Hyères, La Tour Fondue, el Fuerte de Brégançon, el lago Saint-Cassien o Saint-Cassien des Bois.
También quisimos repetir la ruta escénica Corniche d'Or, que sigue la carretera que conecta las poblaciones de Saint-Raphaël y Cannes. Esta carretera transcurre a los pies del macizo de l'Estérel y junto a las aguas cristalinas del mar Mediterráneo. El tramo más bonito de esta ruta es el que va de Agay / Cap Dramont a Théoule-sur-Mer (22 km).
Todas las poblaciones incluidas en esta ruta de la Mimosa alternativa pertenecen al departamento del Var, excepto Mandalieu-la-Napoule, Pégomas y Cannes que pertenecen al de Alpes Marítimos (también Grasse).
Y ambos departamentos costeros forman parte de la actual región administrativa Provence-Alpes-Côte de Azur, así como de la zona geográfica litoral conocida como Costa Azul o Riviera Francesa (Côte d'Azur en francés).
Del 14 al 18 de abril de 2022.
Día 1: Barcelona - Bormes-les-Mimosas (611 km)
Día 2: Bormes-les-Mimosas - Fort Brégançon - Rayol-Canadel-sur-Mer - La Tour Fondue - Hyères - Bormes-les-Mimosas (122 km)
Día 3: Bormes-les-Mimosas - Sainte-Maxime - Pointe des Sardinaux - Saint-Raphael - Les Adrets de l'Estérel (109 km)
Día 4: Les Adrets de l'Estérel - lago Saint-Cassien - Tanneron -Pégomas - Mandalieu-la-Napoule - ruta Corniche d'Or - Port du Poussaï / Cap Dramont - Cannes - Les Adrets de l'Estérel (126 km)
Día 5: Les Adrets de l'Estérel - Saint-Cassien des Bois - Barcelona (672 km)
Durante esta escapada de cinco días (3'5 días efectivos) recorrimos un total de 1.640 km con nuestro re propio coche por los departamentos del Var y de los Alps Marítimos, incluyendo también los desplazamientos de ida y vuelta desde el área de Barcelona.
Tal y como ya hemos explicado en el apartado Ruta de la Mimosa alternativa, nuestra ruta se basa en la Ruta de la Mimosa clásica, pero sobre ella hemos añadido otros puntos de interés en la zona (y hemos sacado Grasse, el último punto de la ruta clásica).
Y si disponéis de, al menos, medio día más, también podéis incluir Saint-Tropez en esta ruta. Nosotros ya le habíamos visitado en otro viaje y por eso ahora la hemos pasado de largo, pero vale la pena de visitar.
A pesar de su elitismo, debido a las celebridades que le han visitado desde mediados del s. XX y a los millonarios que atracan sus espectaculares yates en el puerto, St. Tropez es un pueblo provenzal de postal. Mantiene intacto su patrimonio histórico, incluyendo la ciudadela, desde la que hay unas increíbles vistas sobre el golfo de Saint-Tropez.
En St. Tropez también encontraréis un típico mercado provenzal tradicional, un museo de pintura y playas de arena fina.
+ 95 € (peajes autopista)
+ 150 € (gasolina 95 para los 1.640 km recorridos)
+ 309 € (4 noches alojamiento)
+ 195 € (otros: restaurantes, supermercados, entradas, recuerdos, ..)
= 749 € (Total viaje para 2 personas)
El coste de la vida en esta zona de Francia es, en general, más caro que el nuestro.
Como siempre, comer o cenar en un restaurante en Francia puede ser bastante más económico si buscamos opciones a precio cerrado como menús, plat du jour (las cantidades suelen ser abundantes y con un solo plato puede ser suficiente) o del tipo formule midi.
Y también existe la posibilidad de pedir une carafe de eau (agua del grifo) y así no tener que pagar por la botella de agua. Y si os alojáis en un apartamento o casa con cocina, como solemos hacer nosotros, siempre existe la opción de comprar en el supermercado y prepararse el desayuno y la cena en casa.
El precio de la gasolina en Francia es una de las cosas que es significativamente más cara que en nuestro país, sobre todo en las áreas de servicio de las autopistas.
En las fechas previas a este viaje ya se estaba produciendo una subida generalizada y continuada de los precios de todos los combustibles en todo el mundo debido a la guerra de Ucrania, el aumento de los precios de las materias primas y de otras circunstancias de los mercados mundiales.
Los precios de la gasolina en nuestro país ya rozaba (o en algunas gasolineras, incluso, superaba) la barrera de los 2 €/litro, aunque gracias a la bonificación de 20 céntimos/litro del gobierno español el precio final era inferior.
En el caso de Francia la bonificación del gobierno francés era de 15 céntimos/litro, sobre un precio ya mayor que el de nuestro país, como ya es habitual en Francia desde siempre.
Por este motivo, esta vez, más que nunca, intentamos minimizar el repostaje de gasolina en territorio francés. Antes de entrar en Francia, nos detuvimos en Figueres (Girona) para llenar el depósito en una gasolinera low-cost, pagando por debajo de 1,6 €/litro (gasolina 95).
Y una vez en Francia, cuando teníamos que repostar buscábamos gasolineras de grandes cadenas de hipermercados, como Carrefour y, sobre todo, E.Leclerc. De esta forma conseguimos pagar sólo 1,714 €/litro (gasolina 95).
Otro coste a tener en cuenta es el de los peajes de las autopistas. Ahora, la autopista AP-7 es gratuita hasta La Jonquera y es un gasto menos. Por el contrario, los peajes de las autopistas francesas siguen plenamente vigentes.
La distancia por carretera que hay entre Barcelona y el pequeño pueblo de Bormes-les-Mimosas, donde teníamos el alojamiento de los dos primeros días, es de unos 610 km, de los cuales la gran mayoría los hicimos por autopista.
La ruta más directa y rápida a Bormes-les-Mimosas en tiempo y distancia es tomar la autopista AP-7 hasta La Jonquera, la A- 9 hasta Nimes, la A-54 hasta Salon-de-Provence, la A-7/A-8 en dirección a Toulon/Niza >, la A-52 en dirección a Toulon, la A-50 hasta Hyères y finalmente la D-98 hasta Bormes-les-Mimosas.
Este trayecto puede recorrerse fácilmente en unas 6 horas, teniendo en cuenta que en Francia la velocidad máxima en autopista es de 130 km/h.
Para recorrer la ruta propuesta el coche privado es primordial, sea propio o de alquiler.
En caso de no disponer de coche privado o no querer conducir hasta allí, también existe la posibilidad de desplazarse en transporte público hasta Marsella, la ciudad más grande cerca de la zona cubierta por esta ruta, y allí alquilar un coche
Las posibilidades de transporte público para el trayecto de Barcelona a Marsella son las siguientes:
Desde casa habíamos reservado previamente un par de alojamientos en dos puntos diferentes de la ruta, uno al principio y otro hacia el final. Lo hicimos así porque no queríamos cambiar todos los días de alojamiento, pero tampoco queríamos tener que hacer muchos kilómetros cada día yendo y volviendo al sitio de pernocta.
Como fuentes de información turística para este viaje hemos consultado las siguientes páginas web:
También hemos utilizado folletos y mapas obtenidos en las oficinas de turismo de algunas de las poblaciones visitadas, como las de Sainte-Maxime (21 Place Louis Blanc, 83120 Sainte-Maxime) o Saint-Raphaël (99 Quai Albert, 83700 Saint-Raphaël).
La población de Bormes-les-Mimosas, la primera escala en la Ruta de la Mimosa, tiene un bello centro histórico que data del s. XII y que está ubicado en un punto elevado, por lo que ofrece además unas vistas excepcionales sobre la costa y el macizo des Maures. Se trata, pues, de una parada obligada en esta ruta.
Está considerada como una de las Village Fleuri más bonitas de Francia y con razón. Es un verdadero placer recorrer sus estrechas callejuelas y dejarse llevar por las fragancias de las muchas flores y plantas que llenan todos los rincones.
Aparte de perderse por las encantadoras callejuelas medievales, vale la pena ver la capilla de Saint François de Paule, la iglesia de Saint-Trophyme o el castillo de los Señores de Fos.
Por el camino encontraréis algunos miradores, con vistas extraordinarias sobre los alrededores. Y también vale la pena seguir el corto Camino de l'Orangeraie que transcurre por debajo del llamativo Eden Rose Grand Hôtel .
Y otro punto de interés son los parques y jardines de Bormes-les-Mimosas, como el Parque Gonzalez o el Parque du Cigalou.
También vale la pena ver el vivero Pépinières Cavatore, con una impresionante colección de mimosas de más de 180 especies y variedades raras de mimosa.
Y si tenéis tiempo y ganas, Bormes-les-Mimosas es un buen lugar desde el que llevar a cabo numerosas rutas de senderismo por el macizo des Maures.
Y por último, no os vayáis de Bormes-les-Mimosas sin tomar un café o una bebida en la maravillosa terraza exterior del Hôtel Bellevue, con unas vistas insuperables sobre el pueblo y la costa.
El Fort de Brégançon es una fortaleza medieval situada sobre un promontorio, el cual está conectado a tierra firme por un estrecho istmo. Desde 1968 se utiliza como residencia de verano del presidente francés. Se puede visitar con reserva previa. Nosotros nos limitamos a verlo por fuera desde la cercana playa de Brégançon.
En cualquier caso vale la pena ir hasta la playa de Brégançon, en la zona de Cabasson. La zona es bonita y se pueden realizar caminatas cortas o largas por la zona. Esta playa está a unos 9 km al sur de Bormes-les-Mimosas.
La ciudad de Hyères se encuentra a sólo 22 km al oeste de Bormes-les-Mimosas por la D98. Es conocida también con el apodo de Hyères les Palmiers por la gran cantidad de palmeras (más de 7.000) que hay plantadas en el municipio.
A partir del año 1830, Hyères se convirtió en un destino turístico de invierno, reconocido por sus tratamientos balnearios y frecuentado especialmente por las élites inglesas, las cuales dejaron una huella arquitectónica todavía perceptible en el actual paisaje urbano.
La ciudad fue también la cuna de los primeros intentos de aclimatación de plantas exóticas en la Costa Azul a partir de 1850.
En la ciudad vieja medieval de Hyères se puede entrar a través de la Porte Massillon.
Más adelante, siguiendo una calle llena de tiendas, está la bonita Place Massillon y su Tour des Templiers (s. XIII). No muy lejos de aquí podemos ver dos hermosas calles: el pasaje Jules Romain y la rue du Repos.
Algunos de los muchos edificios históricos que podemos encontrar en esta zona son la Porte La Peñiscola, con un edificio de estilo renacentista construida sobre ella, y la iglesia colegiata de Saint Paul, de estilo románico.
Sobre una colina por encima de la ciudad vieja están las ruinas del Castillo de Hyères (s. XI).
Las vistas desde este punto son excepcionales: veréis la ciudad a vista de pájaro y, si la visibilidad acompaña, también la península de Giens, las salinas, las playas, el mar y las islas de Hyères.
Y subiendo a la colina encontraréis el impresionante edificio de la Villa Noailles, de estilo arte déco y construida a finales de 1920.
En el barrio del s. XIX, donde se instalaron los ricos e ilustres visitantes que venían a Hyères a pasar el invierno, podremos ver plazas elegantes, fuentes, bulevares con palmeras, edificios de época y antiguos hoteles de lujo.
Entre los lugares a destacar en este elegante barrio de Hyères: el Grand Hôtel des Îles d'Or, el Hôtel des Ambassadeurs, el Teatro Denis, el Grand Casino, la fuente monumental Godillot, la Villa Saint-Hubert (mezcla de estilos normando y clásico del siglo XIX), la Villa Tunisienne (de estilo árabe), los almacenes Aux Dames de France (de estilo Belle Epoque) o la iglesia anglicana de Saint Paul, entre otros.
Hyères también destaca por sus parques y zonas verdes, como el parque Olbius Riquier, el principal parque público de la ciudad.
También el parque Saint-Bernard (el jardín de la villa Noailles), el parque Sainte-Claire o el jardín du Roy, el más antiguo de Hyères.
La Tour Fondue, por su parte, es un fuerte situado en el externo sur de la península de Giens , unos 13 km al sur del centro de Hyères. Fue construido por orden del cardenal Richelieu en el año 1633. Desde aquí hay unas hermosas vistas sobre la costa adayacente y la isla de Porquerolles. Desde este punto también salen los ferrys hacia Porquerolles.
Rayol-Canadel-sur-Mer es una población costera formada por los núcleos de Pramousquier, Canadel y Rayol. Está unos 17 km al este de Bormes-les-Mimosas.
Su principal punto de interés es Le Domaine du Rayol, un antiguo señorío que ahora es un jardín botánico que ocupa 20 Ha. a los pies de los macizo de los Maures.
El conjunto se salvó de la especulación inmobiliaria en 1989 y desde entonces ha sido totalmente rediseñado por el paisajista Gilles Clément. La entrada general a este jardín botánico cuesta 14 €/adulto.
Ahora podemos encontrar en él un mosaico de jardines con especies vegetales de diferentes zonas del mundo: California, América árida, Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda, islas Canarias, Chile, Asia subtropical, Mediterráneo, etc.
Otros lugares de interés en Rayol-Canadel-sur-Mer son la pérgola Le Patec, la capilla Notre-Dame-du-Rosaire, los Degrés de la Mer (escalones de una escalera entre la playa de Rayol y la plaza Jean-Aicard), los Degrés du Centre (escalones de una escala entre las avenidas del Capitaine-Thorel y de Etienne-Gola), y la Grand Escalier (una escalera monumental de la playa este de Rayol).
Y una recomendación para comer en Rayol-Canadel-sur-Mer es el restaurante Maurin des Maures, donde disfrutamos de un menú de cocina provenzal que nos satisfizo en todos los sentidos.
Sainte-Maxime se encuentra en la orilla norte del golfo de St. Tropez y es la población más importante. Vale la pena recorrer su paseo marítimo entre la playa de la Croisette y la zona del puerto.
También se puede dar un paseo por las calles peatonales que hay entre la Oficina de Turismo y la iglesia de Sainte-Maxime, en la que hay un precioso altar de mármol del siglo XVIII. Al lado de la iglesia se encuentra la Tour Carrée, que ahora hospeda el museo de Sainte-Maxime.
La Pointe des Sardinaux, por su parte, es un lugar natural e histórico situado unos 3 km al este de Sainte-Maxime, en un saliente de la costa. Es un lugar para pasear, hacer picnic y disfrutar de unas vistas espléndidas sobre la costa.
El patrimonio arquitectónico de la ciudad de Saint-Raphaël es bastante rico y data de distintas épocas. Por ejemplo, la basílica Notre Dame de la Victoire, de estilo bizantino, o la iglesia románica de San Raféu y el casco antiguo que hay a su alrededor.
Paseando por la ciudad y por casualidad, en el nº 115 de la Av. Victor Bontemps, encontramos la iglesia Saint-Raphaël el arcángel, una pequeña iglesia ortodoxa rusa que es muy bonita.
Y en Saint-Raphaël es muy recomendable también realizar el circuito de las villas Belle Époque del barrio Notre Dame, el cual incluye 20 magníficos ejemplos de casas de época (de finales del s. XIX y principios del XX).
Delante de cada casa hay un panel en el que se cuenta la historia del edificio. La mayoría de ellas se encuentran en las calles Du Maréchal Lyautey y Du Clocher de Fréjus.
Por último, vale la pena dar un paseo por el Jardín Bonaparte, situado frente al puerto viejo de Saint-Raphaël. Desde aquí habría una vista estupenda sobre la gran basílica de Notre Dame de la Victoire, si no fuera por una... horrorosa torre de apartamentos que tapan la fachada. Brrrrr!!
El pueblecito de Les Adrets de l'Estérel fue, en nuestro caso, un sitio donde establecer el alojamiento para la parte final de esta escapada. El municipio de Les Adrets de l'Estérel se compone de dos barrios históricos separados unos 2 km: el barrio de Planestel en la parte alta del municipio y el barrio de la Église en la baja.
Si disponéis de tiempo y ganas, podéis dar un breve paseo por la Place de la Mairie y alrededores, en el barrio de Planestel, y/o detenerse en la hermosa Place de l'Église, ubicada en la parte baja.
También se pueden realizar muchas rutas a pie o en BTT por las montañas circundantes, con vistas excelentes sobre la bahía de Cannes, las islas de Lérins o sobre el monte Vinaigre.
El lago Saint-Cassien es, en realidad, un embalse de 430 Ha de superficie. Actualmente es un lugar donde es posible bañarse, realizar actividades náuticas, pescar y muchas otras. También hay varias rutas a pie alrededor del lago. Y en su extremo oeste se encuentra la reserva ornitológica de Fondurane, con una gran variedad de aves.
Capilla de Saint-Cassien des Bois . Esta capilla está ubicada en un lugar muy tranquilo y solitario, en mitad de la naturaleza, junto a la D94 y a unos 13 km al noreste de la oficina de turismo Maison du Lac de Saint- Cassien.
La capilla de Saint-Cassien des Bois se utilizaba en las peregrinaciones del Camino de Santiago.
Detrás suyo está el río Siagne, que hace aquí de frontera natural entre los departamentos del Var y el de los Alpes Marítimos.
En la zona también podemos ver un antiguo molino harinero y la Torre Cuadrada (Tour Carrée), lo que queda de una fortificación originaria del s. XII.
Tanneron es un pequeño y tranquilo pueblo donde no hay mucho a ver fuera de la época de la floración de la mimosa, pero su situación elevada hace que tenga muy buenas vistas sobre los alrededores.
Vale la pena subir hasta lo alto de la colina donde se encuentra la iglesia Notre Dame de Peygros para contemplar las vistas sobre el lago de Saint-Cassien, las montañas y valles de la zona, y el mar.
Y la carretera D38, entre el embalse de Saint Cassien y Pégomas vía Tanneron, es una ruta escénica que vale la pena hacer.
Pégomas. En esta población tampoco hay mucho que ver, pero destacan la sobria iglesia de St. Pierre (s. XVIII) y, sobre todo, el Jardín de las Mimosas, un agradable lugar donde pasear y ver las más de 11 variedades diferentes de mimosa, especialmente durante la época de floración de la mimosa.
Por otro lado, el tramo de 10 km de las carreteras D38 y D309 entre los núcleos de Pégomas y Tanneron es conocido como la Route d'Or (Ruta d'Or) porque cuando la mimosa florece gran parte de los bosques que atraviesa esta carretera se llenan de un intenso color amarillo dorado.
Mandalieu-la-Napoule está a sólo 8 km de Cannes por la costa y es conocida por su Festival de la Mimosa en el mes de febrero, pero para nosotros su verdadero interés era el magnífico Castillo de la Napoule, un castillo del s. XIV que fue comprado y reconstruido a principios del s. XX por Henry y Marie Clews, un matrimonio de estadounidenses.
Hay visitas guiadas para recorrer algunas estancias del interior del castillo, pero nosotros preferimos la visita por libre a los jardines y el exterior del castillo (4 €/adulto) y es del todo recomendable.
Estos jardines tienen elementos paisajísticos de estilo francés, inglés e italiano, con fuentes, balsas, un pozo veneciano y unas terrazas con unas vistas extraordinarias sobre la bahía de Cannes.
También vale mucho la pena recorrer el Sentier litoral du Château, un caminito precioso que bordea el castillo por su parte trasera, junto al mar. El camino termina en la playa de la Raguette.
Y unos 50 metros al oeste de la entrada al castillo se encuentra la estación de tren Mandalieu-la-Napoule, donde nos encontramos con un espectacular mural dedicado al mítico tren Oriente Express.
Y todo el pasaje que comunica los dos andenes de la estación por debajo de las vías muestra una extraordinaria decoración temática submarina basada en la novela Veinte mil leguas de viaje submarino del fabuloso escritor francés Jules Verne, incluyendo efectos de sonido. Extraordinario!!.
La Ruta Corniche d'Or (o Cornisa de l'Estérel) es el nombre con que se conoce el tramo de 40 km de las carreteras D559 y D6098 que recorre el litoral de la Costa Azul entre las poblaciones de Saint-Raphaël y Cannes. Está considerada como una de las rutas escénicas más espectaculares de Francia.
Su tramo más espectacular es el que hay entre Agay y Théoule-sur-Mer, donde la carretera y la línea de ferrocarril transcurren incrustadas entre el mar y el macizo de l'Estérel.
Ofrece panorámicas excepcionales gracias al contraste de las rocas volcánicas de color rojo del macizo, el azul del cielo y el color turquesa del Mediterráneo.
Debido al accidentado relieve de los Alpes Marítimos, esta carretera no siempre transcurre a nivel de mar, sino que sube y baja sobre cornisas situadas a distintas altitudes.
Su punto más alto se encuentra en la Pointe de la Galère, a 110 metros sobre el mar.
Nosotros ya habíamos hecho este trayecto en un viaje anterior a la Costa Azul, pero no pudimos evitar el repetirlo en esta ocasión. Salimos de Mandelieu-la-Napoule por la D6098 en dirección a Théoule-sur-Mer.
Al llegar a Trayas la carretera cambia a D559. Tras pasar la bonita bahía de Agay llegamos a Le Dramont, donde nos desviamos para ir hasta el Port du Pousaï y la reserva natural de Cap Dramont.
Desde el Cap Dramont hay unas vistas magníficas sobre la Île d'Or (isla de Oro), un islote situado a tan sólo 200 metros de la costa y sobre la que hay construida una torre medieval de planta cuadrada y de color rojo gracias a la riolita, la roca ígnea volcánica que caracteriza al macizo de l'Estérel.
Y al otro lado del pequeño Port du Poussaï se encuentra la Plage du Débarquement, en la que el 15 de agosto de 1944 desembarcaron más de 20.000 soldados aliados con el objetivo de liberar la Provenza de la ocupación alemana, algo que pudieron conseguir unos días después.
Esta playa tiene la particularidad, además, de que está formada por piedras de esterelita, una rara roca magmática de color azul originaria de esta zona del macizo de el Esterel y de ahí el nombre.
Desde aquí volvimos por la misma carretera, pero ahora en dirección a Cannes. Por el camino nos detuvimos en diferentes miradores o lugares con bonitas vistas sobre el macizo de l'Estérel y la costa.
Esta carretera suele ser muy transitada, sobre todo en fines de semana y en épocas vacacionales. Así que, si podéis, mejor hacer esta ruta fuera de los días u horas de mayor afluencia.
La ciudad de Cannes es uno de los centros neurálgicos de la Costa Azul y es mundialmente famosa por su festival internacional de cine, el cual llena las calles de la ciudad de estrellas de cine y de celebridades durante unos días del mes de mayo de cada año .
Nosotros ya habíamos visitado Cannes en un viaje anterior y esta vez sólo pasamos aquí unas pocas horas.
Pero la ciudad tiene unas cuantas cosas a ver que requieren al menos de un día. Destacaríamos: