Córcega (llamada Corsica en corso y Corse en francés) es la cuarta isla más grande del mediterráneo, con una superficie de 8.680 km² y está situada al sudeste de la Costa Azul francesa, y al norte de la isla de Cerdeña.
Desde el año 1768, con un breve periodo de independencia entre 1855 y 1869, forma parte del territorio francés. Su capital es la ciudad de Ajaccio, en la costa occidental de la isla.
A lo largo de los siglos han sido muchos los pueblos que se han sentido atraídos por su belleza natural y que han ocupado la isla (o al menos lo intentaron): griegos (que la bautizaron con el nombre de Kallisté, que significa la más bella), cartagineses, romanos, genoveses, etc.
En la actualidad se conoce a Córcega con el nombre de isla de la Belleza por su naturaleza exuberante, por su costa y su mar azul, por sus playas de arena fina y por sus verdes y boscosas montañas.
En Córcega hay más de 20 picos que superan los 2.000 metros de altura, siendo el Monte Cinto, con sus 2.706 metros d'altura, el más alto de la isla y uno de los más altos de todo el Mediterráneo.
Su agradable clima, el bello paisaje, las impresionantes líneas de costa, la playa y las interminables posibilidades de senderismo y montañismo hacen de ella un destino bastante popular entre los franceses y, en menor medida, viajeros de otros países europeos.
Por ello el turismo desempeña un papel muy importante en la economía de Córcega.
Pero, a pesar de todo, la isla no había tenido (al menos en las lejanas fechas de nuestra visita a la isla) el mismo nivel de desarrollo turístico observado en otras muchas zonas de la costa mediterránea en esa misma época y aún era un territorio relativamente virgen.
El turismo que visita Córcega, sobre todo francés, se concentra especialmente en el área alrededor de Porto Vecchio y Bonifacio en el sur de la isla, y de Calvi en la costa noroeste de la isla.
No nos ha sido posible, por falta de tiempo, escribir el relato completo de este viaje, por lo que os emplazamos a leer otros relatos y/o consejos de viaje a Córcega (y Francia en general) publicados en esta web.
Semana Santa de 1991.
Este viaje por la isla de Córcega lo llevamos a cabo durante los días de la Semana Santa del año 1991.
Nosotros llegamos a la isla con un vuelo de Air France de Barcelona a Marsella, donde conectamos con un vuelo doméstico a Bastia, ciudad en el extremo norte de la isla de Córcega.
Otra posibilidad es tomar un ferry desde Toulon, Niza o Savone (ciudades en la costa sur francesa) hasta los puertos corsos de Bastia, Ile Rousse, Calvi o Ajaccio.
El trayecto por mar supone un mínimo de 6 horas, pero tiene la ventaja de que también podemos embarcar nuestro propio vehículo (coche, moto y/o bicicleta).
Una vez en Bastia alquilamos un coche, la mejor forma de recorrer la isla con comodidad y libertad si uno no dispone de vehículo propio en la isla.
En cuanto al alojamiento decir que en periodos vacacionales punta para los franceses puede ser conveniente reservar alojamiento en Córcega, ya que la isla no cuenta con la abundancia de oferta de otros lugares en la costa mediterránea.
Las reducidas dimensiones de la isla (unos 183 km de largo por unos 85 km de ancho) permiten ir de una punta a otra en pocas horas, pudiendo pasar de un paisaje nevado en la montaña a la playa en menos de una hora.