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Bandera de Argentina

ARGENTINA

Ruta por el noroeste de Argentina

Jaume Rovira Colomer i Araceli Soler Vendrell
Published on Travel date: 2005 | Published on 23/11/2005
2.6 de 5 (230 votes)

Ficha técnica del viaje

Fecha del viaje

Del 2 al 15 de septiembre del 2005

Itinerario

Día 1: Vuelo Buenos Aires - Salta
Día 2: Salta
Día 3: Salta - P.N. Calilegua - San Francisco
Día 4: San Francisco - Jujuy - Purmamarca
Día 5: Purmamarca - Tilcara - Humahuaca
Día 6: Humahuaca - Iruya - Abra Pampa
Día 7: Abra Pampa - INTA - Laguna Guatayoc - Salinas Grandes - Purmamarca
Día 8: Purmamarca
Día 9: Purmamarca - Salinas Grandes - San Antonio de los Cobres
Día 10: San Antonio - Abra de Acay - Cachi
Día 11: Cachi
Día 12: Cachi - Molinos - Quilmes - Cafayate
Día 13: Cafayate - Salta
Día 14: Vuelo Salta-Buenos Aires

AVISO: La ruta aquí descrita forma parte de un viaje más amplio por Argentina, continuando por Iguazú y acabando en Buenos Aires, pero como estos últimos ya están bien cubiertos en otros relatos de esta web, el autor del relato que nos ocupa limita este diario de viaje a las regiones de Salta y Jujuy, en el noroeste de Argentina.

Avión

- Vuelo Barcelona-Madrid-Barcelona con Vueling (63 €).

- Vuelo Madrid-Buenos Aires-Madrid con Aerolíneas Argentinas (460 €). Actualmente hay vuelos desde Barcelona. La tarifa más barata aplicada es para las reservas por internet.

- Vuelo Buenos Aires-Salta-Buenos Aires con Aerolíneas Argentinas (190 €). Si el vuelo internacional se hace con ellos, se obtienen tarifas muy buenas en los vuelos interiores de Argentina, que compensan la diferencia de precio de Iberia del vuelo internacional. Las reservas se hacen en el teléfono gratuito 900955747 de España, dando el código de la reserva del vuelo internacional hecha previamente por internet. Hay que reservar los vuelos con meses de antelación para obtener buenos precios.

Las tasas de salida del aeropuerto internacional de Ezeiza son de 18 US$ o 52 pesos, en efectivo.

Si hay que enlazar el aeropuerto internacional y el nacional (aeroparque Jorge Newbery), la mejor opción son las remises de Tienda León, que en Ezeiza tiene la taquilla ubicada justo al salir de la terminal (26 $ cada uno). No hacer caso de las ofertas que hacen en el interior.

Cambio de moneda

Se puede cambiar en bancos, casas de cambio y en privado en casas de alquiler de autos, hoteles, etc. En Ezeiza, evitar la oficina del banco de la Nación que hay en la sala de recogida de equipajes. Esperar a efectuar el primer cambio en la sala de salida, si es necesario. Nuestro mejor cambio es de 3,55 pesos/€ en la casa de alquiler de auto de Salta, regateando (septiembre 2005).

Lloguer de cotxe

Después de consultar por internet a todas las agencia de Salta, reservamos en Global (Buenos Aires 186, a una cuadra de la plaza 9 de Julio). Alquilamos un Dahiatsu Terios 4x4, pequeño pero de sobras para 2 personas, con motor 1.3 de gasolina por 2.000 pesos para 13 días, con km ilimitados. El pago lo quieren en efectivo y se quedan una boleta de Visa como garantía.

La gasolina sin plomo cuesta (en septiembre de 2005) entre 1,90 y 2,00 $/litro. Hay que vigilar que las gasolineras se encuentran muy separadas y no esperar a quedarse con el depósito vacío.

Para la ruta que nosotros pretendemos hacer, sin ser del todo imprescindible un 4x4 o un SUV, es más que recomendable, vista la cantidad de km a recorrer por pistas de tierra, algunas muy malas y a gran altura.

Una vez hecho el recorrido, recordamos algunos tramos que para turismos bajos serían muy complicados:
- La pista al P.N. Calilegua, en mojado.
- La pista a Iruya, en caso de lluvias, porque cruza el río en vado.
- El tramo de la ruta 11 de Casabindo a las salinas, que tenía acumuladas bandas de arena.
- El descenso del Abra de Acay hacia el sur.

El recorrido final nuestro es de 2.100km, 1.350 de los cuales por pistas de tierra.

Mapa

Atlas de Rutas, Firestone 2005. Mapas de carreteras de toda Argentina y países vecinos (en Altaïr).

Guía

Argentina, de Antonio Vela, Ed. Laertes, Barcelona, 1999. Lo lamentamos, pero era nuestra guía aprovechada de otro viaje anterior, actualmente desfasada de precios, pero por lo demás francamente útil.

Gastos

Los precios expresados en paréntesis detrás de cada gasto del diario de viaje son por persona. Los alojamientos son también por persona en habitación doble, incluyendo desayuno.

Nuestros gastos por persona en el recorrido por la zona se desglosan en:
1.000 $ (alquiler de coche)
140 $ (gasolina)
953 $ (visitas, alojamiento, comida)
200 $ (otros)
2.293 $ (646 €) Total


DIARIO DE VIAJE

Día 1

Salimos del Aeroparque Jorge Newberry, en el vuelo de Buenos Aires a Salta, de 2h 15' de duración.

En el aeropuerto de Salta recogemos el coche alquilado por internet. Salimos de la ciudad y vamos a San Lorenzo (10 km) a la Estancia Eaton Place, todo un lujo de mansión gregoriana, donde nos recibe el Sr. Iturrieta, con su exquisito trato (150 $). Es el lugar idóneo para reposar de los 3 vuelos y 15 horas de avión que llevamos seguidas encima. Cenamos en el cercano restaurante Don Sanca (24 $), caro pero bueno.


Día 2

Día dedicado a la visita de la ciudad de Salta.

Visita al Cabildo (2 $) en la Plaza de Armas. Subida al Cerro de San Bernardo, para contemplar la vista del Valle de Lerma. Museo Arqueologico de Alta Montaña (10 $), muy moderno, con detalles del hallazgo en 1999 de 3 momias de niños en la cima del volcán Llullaillaco (6.700m). Catedral de Salta. Convento de San Bernardo, y su puerta de 1762 de madera de algarrobo. Iglesia de San Francisco, con monjes y su esbelto campanario.

Compramos fruta en el Mercado popular para tener autonomía en los próximos días. Para la ruta que queremos seguir a partir de hoy, hacemos una consulta a Parques Nacionales, donde nos dicen que los accesos al P.N. Baritú, junto a la frontera con Bolivia, están impracticables. Nos preguntamos cómo pueden estar mal ahora que nos encontramos en época seca. ¿Qué pasará cuando llueva?. ¿Cómo es que no nos respondieron a los mails que les enviábamos solicitando información desde nuestro país?. Tienen mucho que mejorar. Cambiaremos los planes que teníamos, yendo al P.N. Calilegua, que nos queda cerca.

Cenamos en el restaurante del Hotel Plaza (26 $). Segunda noche en Eaton Place.


Día 3

Salimos directamente de San Lorenzo por la sinuosa Ruta de la Cornisa, de mejor paisaje que la ruta general 9. Por la ruta 34 nos cruzamos con multitud de grandes camiones llamados cañeros, que llevan la caña de azúcar al ingenio (planta donde se procesa). Seguimos hasta Libertador General San Martín. Justo pasado el pueblo y un puente, hay un desvío a la ruta 83 de ripio al P.N. Calilegua.

En la oficina del parque nos informan que el bosque se encuentra muy seco en las zonas bajas. Ya que estamos aquí, continuamos. Pasamos el Abra de las Cañas, a 1.700m, donde el paisaje se va transformando en abrupto. En las cimas que nos rodean, hay tramos nevados recientemente. Llegamos al pueblecito de San Francisco (1.400m), envuelto entre montañas, donde nos acogen en un albergue municipal muy básico (10 $). Ya al atardecer, damos una vuelta al pueblo para estirar las piernas y comprobamos que todo el mundo nos saluda y tiene puntual noticia de nuestra llegada. Cenamos en el comedor casero de Tia Carola, de Lucy y Freddy (12 $), con una agradable conversación de sobremesa.


Día 4

Después de un buen desayuno y que el sol salga a las 9 por encima de las montañas, nos vamos de retorno. Cerca del puente de madera sobre el río Jordán recogemos a un hombre que ha roto la cruceta de su vieja furgoneta Ford. Mientras lo llevamos a Libertador, nos cuenta que una vez llegó hasta Purmamarca, evidentemente a pié, a buscar sal y no ha estado nunca tan lejos.

En San Salvador de Jujuy, damos una breve vuelta por la plaza Belgrano y enfilamos la ruta hacia el norte. Desde Jujuy vamos subiendo lentamente a la inmensa Quebrada de Humahuaca, excavada por el Río Grande de Jujuy, que nos recuerda como son las verdaderas dimensiones de medida americana. El sol de tarde nos permite ver bien iluminada la Paleta de Pintor, un largo estrato de colores sobre el lado este de la quebrada cerca de Tumbaya. A partir de los 2.000 m. de altura empezamos a ver grandes cactus (cardones) en las pendientes de las montañas.

Paramos a dormir en Purmamarca (2.100m). Es un pueblo muy agradable para descansar del viaje, todavía sin los inconvenientes de las grandes altitudes. A nosotros nos recuerda el aspecto de San Pedro de Atacama, en Chile. Nos instalamos en el Hostal del Viejo Algarrobo (37 $), delante mismo del auténtico algarrobo de 800 años de historia, bajo el que según la tradición, el general Belgrano acampaba durante sus batidas. Cenamos en La Posta de Purmamarca, que tiene mucha fama pero nos defrauda (20 $).


Día 5

En la arbolada plaza, visitamos la iglesia de Sta. Rosa de Lima, del 1648. Llega un autocar con escolares de Jujuy y le escuchamos decir ufanamente al maestro que les hace de guía, que el algarrobo tiene 2.000 años y la iglesia (de evidente estilo colonial) es de estilo románico español. Asustados, nos vamos a dar la vuelta por la pista de la parte posterior del pueblo a ver el Cerro de los Siete Colores a primera hora de la mañana, en que el sol es el favorable. Es el plegamiento más espectacular de la región, aún más que el de Tumbaya.

Nos vamos en dirección norte a visitar el Pucará de Tilcara. Es un poblado omaguaca ocupado del s.XI al XIV. Su abandono coincide con la conquista incaica. No es exactamente una fortaleza, como su nombre en quechua indicaría, pero está construido sobre una colina y lo parece. Las casas reconstruidas que se visitan son de paredes rectas de piedra en seco, techos de barro y paja, y sólidas vigas de madera de cardón. Al lado hay un sencillo jardín botánico de altura. Cuesta 3 $/persona + 1 $/coche.

En la plaza del pueblo visitamos el Museo Arqueológico Eduardo Casanova (la entrada va incluida en la del Pucará). Es uno de los museos arqueológicos más completos del norte argentino. Uno de los puestos del pequeño marcado de la plaza se llama Arte Nativo.

A unos 40 km se encuentra Humahuaca (2.900m). La oficina de turismo que hay a pie de carretera está cerrada, pero un chico situado en medio del asfalto hace de guía improvisado y debemos reconocer que nos indica correctamente. Pese a sus buenas indicaciones nos cuesta encontrar el Hotel de Turismo (22 $), de tan grande y moderno que es. Una vez dentro, resulta estar vacío y limpio, pero en fatales condiciones de conservación. La calefacción hace tiempo que no funciona, pero nos ponen una estufa eléctrica. Nos explican que es un hotel que quebró y se lo ha quedado la municipalidad, que sólo lo utiliza para actividades oficiales. De hecho, solamente compartimos el hotel con unos maestros que vienen de pueblos de la región para reuniones de trabajo. Visitamos la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria y vemos el monumento a los Héroes de la Independencia, con el aspecto de majestuosidad de los monumentos de los países del este europeo, sin ningún interés. Cenamos temprano, para protegernos del aire helado que sopla acanalado por las calles, en el comedor del Hotel Portillo (17 $), con ambiente agradable y una buena estufa. Esta noche empezamos a notar los síntomas iniciales de la puna, que combatiremos con mates de coca al por mayor.


Día 6

Esta noche ha helado y lo hará en las siguientes. Seguimos en dirección norte por la amplia ruta 9 y la dejamos para tomar la dura y lenta pista a Iruya. Pasamos por Iturbe, un pueblo que ha quedado fantasmagórico con su estación de tren abandonada. La pista cruza a vado un pequeño torrente por once veces, lo que significa graves problemas para pasar por aquí en épocas de lluvia. Pasamos cerca de algunas casas aisladas, de las que salen niños corriendo a vernos. Al pasar un cambio de rasante, nos topamos de cara con un grupo de unas 10 personas que van a pie, cantando y rezando. Llevan sobre palos imágenes y banderas de santos. Son peregrinos que vienen de Nazareno y van a Salta con motivo de la celebración del Señor y la Virgen de los Milagros el día 15 de septiembre en la Catedral. Hoy es día 7, llevan muchos kilómetros caminando, han pasado un puerto de casi 4.000m y les quedan 7 días más). Estos santos son los patrones de la capital desde 1692, en que se dice que la salvaron de los terremotos. Nos quedamos pasmados de su fe.

Paramos en el Abra del Cóndor (3.900m). En su cima hay dos apachetas, enormes montones de piedras, botellas y restos de comida que los caminantes ofrendan tradicionalmente en honor a la madre tierra Pachamama al cruzar los grandes puertos. El paisaje hacia el este cambia bruscamente. La pista baja la pendiente con espectaculares lazadas, que nosotros nos permitimos el lujo de acortar por un atajo que baja directamente, que para eso llevamos un 4x4. La espectacular vista de la iglesia protegida por un espolón rocoso que ofrece la llegada a Iruya (2.800 m.) nos compensa del cansancio y las dos horas largas de pista para recorrer 50 km. Andamos por las inclinadas calles adoquinadas del pueblo buscando alojamiento, sin éxito porque coincidimos con una convención ministerial que ha ocupado todas las plazas disponibles. Almorzamos en un comedor muy básico (12 $) y emprendemos el camino de retorno a la carretera general asfaltada. Una vez de nuevo en la ruta 9 en dirección norte, cerca de Tres Cruces, se divisa a la derecha de la ruta otro plegamiento de colores. Nos pide ayuda un chico de una furgoneta con una rueda pinchada. Le llevamos a Abra Pampa (3.400 m.), donde nos quedaremos a dormir. En la oficina de Parques Nacionales, hacemos una consulta para saber el estado de la Laguna de los Pozuelos, de la que tenemos conocimiento de que contiene una colonia de 50.000 flamencos. Los conservadores nos explican lo que nos debían haber contestado por mail, que en este momento casi no quedan animales, así que lo dejamos correr.

Los alojamientos del pueblo son muy sencillos. Nos quedamos en la Residencial Coyita (15 $) muy bien atendidos y donde también cenaremos (8 $). La señora de la casa nos da a beber infusión de pupusa, que dice que va aún mejor que la coca para la puna o mal de altura. El viento gélido que corre entre las casas del pueblo no invita en absoluto a pasear.


Día 7

Tomamos la ruta 11, ya sin asfaltar en dirección oeste y luego sur. A 20 km visitamos la Estación Zootécnica del INTA. Nos explican los estudios experimentales con llamas, alpacas y vicuñas que efectúan y el soporte que dan a los ganaderos que quieran criar vicuñas por el valor de su lana, la más apreciada de los camélidos sudamericanos, esquilando sin sacrificar al animal. Como que por ahora somos los únicos visitantes, los biólogos nos invitan a tomar un te en su laboratorio y tenemos ocasión de charlar largamente con ellos.

Continuamos por la ruta a Casabindo (3.900m), donde vemos la iglesia y la plaza donde el 15 de agosto celebran el Toreo de la Vincha sin sacrificio, donde los toreros tienen que coger una moneda de plata que cuelga de las astas del toro. Seguimos horas por la solitaria y plana pista, junto a la Laguna de Guayatayoc, ahora de color amarillo, de tan seca como está.

Cuando de lejos se intuye la blancura de las salinas, cruzamos con cierta dificultad unas franjas de arena que el viento ha acumulado y nos damos cuenta de que tenemos una rueda pinchada. El desagradable viento nos dificulta el trabajo, entrando arena cada vez que abrimos una puerta. Ponemos el gato para cambiarla y descubrimos que la llave de las ruedas está deformada y no permite abrir tornillo alguno. Desde Abra Pampa no nos hemos cruzado ningún vehículo en todo el día, así que no queda otra solución que uno de nosotros vaya a pié hasta cruzar la ruta 52 asfaltada que comunica Purmamarca con Susques y Chile, por donde seguro pasará alguien. Acabamos por tener mucha suerte porque quedaban sólo 2 o 3 kilómetros. Cerca del cruce hay una providencial casa, donde un buen hombre nos deja una llave de ruedas, que le podremos devolver pronto, después de cambiar nuestra rueda. Como que ahora ya no llevamos rueda de recambio ni llave para cambiarla, debemos rehacer los planes que teníamos de llegar a San Antonio de los Cobres. Entre ir a Susques o a Purmamarca, elegimos este último pueblo, donde es más probable poder reparar la rueda pinchada y además conseguir otra llave de ruedas, sin la cual, no podemos seguir.

Cuando estamos cruzando los Salares Grandes (3.400m) en dirección este, recogemos a una chica que va pie por la cuneta. Resulta ser una maestra que anda extraviada buscando la escuela a la que ha sido enviada a hacer unas substituciones. Le acompañamos, siendo conscientes de que nos estamos buscando problemas saliendo de nuevo de la carretera general yendo por pistas sin posibilidad de arreglar otro pinchazo ni recibir ninguna ayuda. Al tercer intento a un costado y otro de la ruta 52 localizamos las cuatro casas y la escuela donde va destinada la maestra. Al dejarla, dice que nos lo agradecerá toda su vida. ¡Quizás no haya para tanto!.

Subimos sin novedad al Abra del Quemado (4.200m) y bajamos la larguísima pendiente de la Cuesta de Lipán hasta Purmamarca (2.100 m.) de noche. Nos alojamos en unas casitas nuevas de la Posta de Purmamarca (45 $) y cenamos como unos señores en el restaurante Los Morteros (19 $), excelente.


Día 8

Día dedicado a mantenimiento y reposo. El gomero Cordobés, muy competente, nos repara la rueda (7 $) y nos vende una llave usada (25 $). Entramos en un cibercafé, hacemos compras de artesanía en el mercado de la plaza, vamos a Tilcara a llenar el tanque de gasolina y aspirar la arena acumulada dentro del auto, enviar postales, etc. Repetimos noche en La Posta y cena en Los Morteros (18 $).


Día 9

Por la mañana, hacemos la Cuesta de Lipán, esta vez de subida. El panorama es espectacular. En el Abra del Quemado (4.200 m.) hay hielo en las cunetas. También la perspectiva hacia los Salares Grandes (3.400m) es inmensa. Hoy tenemos tiempo para visitar las salinas. Al ser época seca, se puede circular en coche directamente sobre la sal endurecida. Esta extraordinaria experiencia sólo es comparable a la sensación de circular sobre un mar helado. No nos cansaríamos de contemplar el contraste entre el blanco de la sal, el marrón de las montañas y el azul perfecto del cielo. Seguimos por la ruta 40 hacia el sur. Sobre una colina el cementerio de Tres Morros es muy representativo de los de la región. Después de bordear las salinas, la pista tiene unos tramos de roderas profundas, pero sin dificultad. No nos cruzamos ningún vehículo hasta cerca de San Antonio de los Cobres (3.800m). El color de las casas, tan igual al de las montañas que las rodean, hace que no se distingan a distancia. Es un pueblo minero de origen muy antiguo. Pasamos de largo el polvoriento pueblo para ir al Viaducto de la Polvorilla (4.200 m.), a unos 15 km de distancia en dirección a Chile. No es que esté indicado, pero como vamos 4 o 5 coches seguidos, damos por hecho que vamos bien. ¡Lo que pasa es que no estamos acostumbrados a tanto tráfico!. Debajo mismo del viaducto hay una llama para hacerse fotos y unos vendedores dispuestos a asaltar pacíficamente a los turistas, que se quedan en este punto. Observamos que al otro lado del viaducto no hay nadie y la perspectiva es muy buena y a favor de sol. Guarnecidos del viento de la puna, nos quedamos un buen rato a comer y observar. El turístico Tren de las Nubes, que sube desde Salta hasta el viaducto, hace unos meses que no funciona. Parece que el gobierno lo ha interrumpido por las irregularidades de la compañía que explota el servicio. Oficialmente, es por avería y se piensa reanudar en breve, sin detalles.

Continuamos unos kilómetros más por la ruta 51, a trozos muy mala, hasta llegar al Abra de Chorrillos (4.560m), ya de nuevo en pista totalmente solitaria. Como que estamos cansados de polvo y pista que llevamos desde Purmamarca, descansamos unos minutos dentro del coche, pero no conseguimos dormir, seguramente por efecto de la altura.

En el pueblo de San Antonio de los Cobres tenemos reservado alojamiento en la nueva Hostería de las Nubes (30 $). Los vehículos de las agencias suben desde Salta en el día, almorzando en la hostería y retornando a Salta, por este motivo por la noche estamos solos. También por ser los únicos clientes no encienden la calefacción hasta las 11 de la noche. Cenamos en solitario (22 $): muy bien.


Día 10

Por la mañana, el riachuelo que pasa por el centro del pueblo está completamente helado. Tras rellenar de gasolina por precaución, salimos temprano inicialmente por la ruta 51 en dirección a Salta, la dejamos a 11 km y tomamos la ruta 40, directa al sur. La soledad de esta carretera es total. No encontraremos ningún vehículo hasta Payogasta, ya cerca de Cachi, a 106 km de puerto. Ya desde al principio se divisa la cima del Nevado Acay (5.950 m.) y a su lado se insinúa el puerto por el que pasaremos. Vemos rebaños de vicuñas salvajes y también burritos.

El Abra de Acay (4.985 m.), es el puerto de carretera más alto de Argentina. Los argentinos dicen que es el más alto del mundo en carretera general. Esta es la ruta 40, de 5.121 km de longitud que une La Quiaca (en la frontera con Bolivia) y Ushuaia en el extremo sur de la Patagonia. La vista desde el puerto es inmensa, especialmente hacia el norte, con el Nevado Chañi (6.200 m.) y el Quewar (6.129 m.). Son claramente visibles a 100km en línea recta los Salares Grandes de Jujuy. Dejamos una piedra en una de la apachetas. El fortísimo viento que sopla nos dificulta hacer fotos y filmar. La pista de descenso hacia el sur nos ofrece toda la gama imaginable de colores de rocas, amarillo, verde, rojo y negro. La yareta es un curioso tipo de musgo de color verde intenso que tapiza piedras. Parando y tomando fotos, la bajada se nos hace eterna hasta Payogasta, donde encontramos unos 10 km de carretera asfaltada hasta Cachi (2.280 m.), donde nos alojamos en la Hostería Sol de Valle (55 $). Como socios del Racc de Catalunya, nos aplican la tarifa de socio del Automóvil Club Argentino. También cenamos en ella (20 $).


Día 11

Día de estancia en Cachi. Visitamos la iglesia Parroquial, del siglo XVIII. Construida en adobe sobre cantos rodados, tiene techo de madera de cardón y espadaña de tres campanas. Paseamos por las tranquilas y estrechas calles adoquinadas. Visitamos el Museo Arqueológico Pío Pablo Díaz (2 $), muy interesante, con muchas piezas del cercano yacimiento de Las Pailas, visitable a 16 km. Subimos a la parte superior del pueblo donde hay una pista de aterrizaje con una magnífica vista del Nevado del Cachi (6.380 m.). Es un lugar perfecto para comer algo y tomar el sol. Seguimos un recorrido circular por la zona agrícola de Cachi Adentro. Está llegando un frente de viento helado del sur. Como el parabrisas de nuestro coche lleva una fisura de unos cuantos centímetros (que la noche pasada en San Antonio de los Cobres creció algún cm y esta noche se presenta muy fría), mientras buscamos un garaje para protegerlo, pasa un coche de la policía local. Es largo de contar, pero nuestro coche pasa la noche gratis en el garaje policial, sin estar detenido. Repetimos noche en la Hosteria Sol del Valle y también cena (15 $).


Día 12

En ruta hacia el sur, paramos a visitar Molinos. La iglesia de San Pedro Nolasco es de obligada visita. Es de finales del XVIII, construida por el último gobernador español de Salta, Don Nicolás Severo de Isasi Isasmendi y Echalar. Es la iglesia de arquitectura más notable de la región, similar y aún mejor que la de Cachi. Tras una lápida yace el cuerpo momificado del que destacó en la represión contra la rebelión indígena de Tupac Amaru de 1781. Delante mismo hay que visitar el precioso patio de su casa, actualmente hosteria.

La sinuosa pista atraviesa la espectacular zona conocida como la Quebrada de las Flechas. Es una zona donde la ruta pasa entre agujas y plegamientos de areniscas de colores. En San Carlos recuperamos el asfalto. Pasamos de largo Cafayate y seguimos hasta las ruinas de Quilmes (2 $).

Un guía nos da detalladas explicaciones de lo que se ha excavado hasta ahora, que es tan sólo una parte de la enorme extensión original. Sorprende la grandiosidad del conjunto estrictamente planificado a partir de una olla natural en descenso hacia el llano que forma la quebrada. Vistamos los recintos urbanos con paredes de 2 m. de grosor formados por dos apilamientos de piedras planas, interior y exterior, rellenos de tierra. Nos imaginamos lo que seria esta ciudad en actividad. El recinto estuvo ocupado de manera irregular desde el s. IX. En el s. XV llegaron los incas. En el 1665, el gobernador español de Tucuman, harto de la resistencia de los indígenas quilmes, hizo desterrar a las 270 familias que quedaban en una marcha a pie de más de 1.000 km hasta cerca de Buenos Aires, con la consiguiente mortalidad.

Se visita un pequeño museo. En el mismo núcleo de las ruinas está el Parador Provincial, la decoración y la arquitectura semisubterránea del cual nos recuerda la casa de Jorge Manrique en Lanzarote. Tenemos una reserva hecha para dormir aquí, pero no nos gusta el recibimiento que nos dispensan y cambiamos de idea para irnos a Cafayate. Nos alojamos en la Vieja Posada (25 $), un lugar agradable regido por una pareja de jóvenes porteños. Cenamos en el cercano comedor de la Mamma (10 $), sencillo, con música en directo aún más sencilla.


Días 13 y 14

Es nuestro día de retorno a la capital de Salta. Disfrutamos del paisaje durante los 30 km de la Quebrada de las Conchas, donde la erosión ha dado formas caprichosas a las rocas areniscas, llegando a su máxima expresión en el Anfiteatro y la Garganta del Diablo, que son dos puntos angostos de dimensiones espectaculares. En Alemanía (acentuado) hay una buena perspectiva de la abandonada estación de tren.

A medida que nos vamos acercando a Salta vamos encontrando peregrinos que llegan a pie a la capital, de la misma manera que lo hacía el grupo de gente que nos encontramos hace días cerca de Iruya. Llegan a ser tanta gente, que ocupan toda la acera y la mitad derecha de la carretera. Llegamos de vuelta a la ciudad, que está saturada de peregrinos y visitantes. Afortunadamente, habíamos reservado anticipadamente alojamiento en el Hotel del Antiguo Convento (45 $), junto al Convento de San Bernardo. Salimos a pasear por la Plaza de Armas y entramos en la Catedral con dificultades entre la masa de peregrinos. Cenamos en la Terraza Posta (España 456, entre Zuviría y Dean Funes) un magnifico bife de chorizo (17 $) para celebrar nuestro regreso.

El último día un chofer de la casa de alquiler de nuestro auto nos lleva al aeropuerto, para continuar nuestro viaje por Argentina.


Relato de un viaje a la Patagonia e Iguazú - Vanessa Faig & David Calvet [2008]
Relato de un viaje a Argentina y Uruguay - Diego Martínez [2008]
Viaje a la Patagonia argentina - Marga & José Miguel [2006]
Viaje a Argentina, Bolívia y Chile - Víctor Bordás & Paquita Poch [2004]
Capitales de Argentina, Chile y Uruguay - Marga & José Miguel [2004]