Relato de un viaje de 17 días al sur de la India

Llegamos al aeropuerto de Barcelona y la representante de Egiptair nos dice que, debido al mal tiempo, el vuelo que tenía que salir a las 3 de la tarde se retrasaría. Cuando llevamos 2 horas y media de retraso nos dan un bono de 5 € para comprar un refrigerio.

Salimos con 4 horas de retraso y llegamos a las 12 de la noche (4 horas de vuelo), hora de El Cairo (1 hora más que en España).

Como estamos en transito se quedan nuestros pasaportes y los billetes de avión y nos dicen que dentro de 1 hora que volvamos que lo tendrán todo arreglado. También salimos con una hora de retraso sobre el tiempo previsto.

Llegamos a las doce del mediodía, hora de Mumbai (Bombay), 4 horas y media más que en España.

Hay un bus gratuito que te lleva de la terminal internacional a la nacional de donde salen los vuelos low-cost. Cuando nos dan la tarjeta de embarque nos dicen que también hay retraso. Al final esperamos más de 3 horas y salimos a las 18:30.

Llegamos a Bangalore a las 8 de la noche y cogemos un taxi prepago que nos cuesta 250 Rp hasta la estación de tren. Queremos comprar un billete para irnos a Mysore, pero al llegar a la estación nos damos cuenta de que es una utopía, porque hay cientos (miles según quién lo cuente) de personas haciendo cola para comprar un billete y el tren pasa dentro de media hora. Es impactante ver también cientos de personas tiradas en el suelo de la estación haciendo tiempo hasta que llega su tren. Se hace difícil ir de un sitio a otro con tanta gente en medio.

Como no nos podemos ir y ya son la 9 de la noche vamos a buscar un hotel en las cercanías de la estación. El primero está lleno, pero en el segundo (que no es ninguna maravilla) hay sitio y como es tan tarde nos quedamos. La triple cuesta 385 Rp. Vamos a cenar en la misma calle y pagamos 200 Rp los 3.

Nos levantamos pronto y nos vamos a desayunar té y tostadas por 72 Rp los tres. Cogemos las mochilas y nos vamos a la estación de autobuses a coger un bus a Mysore. No hay ningún vuelo hasta Mysore, por lo que el autobús y el tren son las únicas opciones para llegar hasta allí. Cada 15 minutos un autobús con destino a Bangalore sale volando, como alma que lleva el diablo, de la estación, junto a otros con destinos regionales. Hay un bus de lujo que cuesta 110 Rp y hacemos cola para cogerlo.

Casi cuando nos tocaba después de más de 1 hora de cola, nos dicen que hasta 1 hora después no habrá más autobuses. Van viniendo continuamente y cuando se llenan se van. Como uno se ha estropeado tenemos que esperar más rato. Como ya estamos hartos de esperar vamos a buscar un bus local donde tenemos que dar codazos y empujones para poder subir porque los autóctonos por las ventanillas tiran cosas a los asientos para reservarlos y sube uno de la familia y coge asientos para los otros que ya suben con más tranquilidad. Después de perder 2 buses, nos olvidamos de nuestras buenas maneras y hacemos como ellos, conseguimos entrar y sentarnos ¡Aleluya!.

Cuesta 70 Rp por persona. Llegamos a las 14:00 a Mysore. Nos comentan que están los hoteles llenos porque es Nochebuena y los indios tienen fiesta y también van de viaje. Esta encantadora y tranquila ciudad ha sido desde hace tiempo la favorita de muchos viajeros por su tamaño abordable, su clima benigno y su tendencia a conservar y promover su patrimonio cultural en lugar de reemplazarlo.

La localidad es famosa por su seda y constituye, también, un floreciente centro para el comercio del sándalo y el incienso, aunque el aire no sea precisamente más fragante que el de cualquier otra ciudad. Al final ncontramos uno en la calle Sri Harsha Road, que se llama Manrya Palace. Nos cuesta la doble con cama supletoria 1058 Rp. El mismo hotel tiene restaurante y nos vamos a comer con una cervecita fresca que nos sienta de muerte. Nos cuesta 400 Rp los tres.

Después de la comida nos vamos a ver el palacio del sultán. Cuesta 20 Rp por persona la entrada y hay millones de personas porque ellos no pagan y hay colegios completos visitándolo. Hasta la independencia, Mysore fue la sede de los maharajá de Mysore, un principado que cubría alrededor de una tercera parte del actual estado de Karnataka. El indosarraceno Palacio del Maharajá es el principal atractivo de la ciudad, con su caleidoscopio de cristales de colores, ornamentados espejos, techos artesonados de caoba, puertas de plata maciza y colorido algo chillón.

Mercado de colorantes de Mysore

Después de la visita vamos al mercado de fruta y verdura de Devaraja, en el corazón de la ciudad, es uno de los más pintorescos de la India. La gente es muy amable y le encanta que les hagan fotos.

Desde el propio Mysore se puede ir de excursión a los templos de Sravanabelagola y Belur, pero en los próximos días no hay excursiones ya que hay poco turismo.

Las organiza el gobierno: se sale a las 7:30 de la mañana y vuelves a las 20:30. Cuestan 325 Rp y es pesado porque como están alejados unos de otros. Estás 9 horas en el autocar pero por tu cuenta tendrías que ir cada día a un templo porque con transporte público es un tostón.

Nos ofrece un taxi por 2.650 Rp para hacer lo mismo pero nos parece un poco caro y pesado, por lo que no aceptamos.

Como también queremos ir a Ooty, al "toy" tren, nos dice que podemos coger un bus turístico que cuesta 200 Rp por persona y pasa por 2 parques nacionales donde en teoría hay hasta tigres... Nos vendrá a buscar a nuestro hotel a las 8 de la mañana.

A las 19:00 el palacio y los templos que hay en el complejo los domingos y días de fiesta se ilumina con miles de bombillas, y es una visión espectacular aunque esto provoque cortes de luz en la ciudad ya que no hay suficiente potencia para todo, o al menos eso creemos.

Cogemos un rickshaw por 20 Rp y nos vamos a comprar billetes de tren para los próximos días. Primero hay que ir a la inquiries office donde les dices tu destino y te dicen horarios y número del tren. No se pueden comprar los tickets del tren de juguete, pero nos aseguran que no habrá problema. Compramos un billete de Coimbatore (Podanur) a Madurai en 2º sleeper por 400 Rp los tres. También compramos otro de Madurai a Kollan por 355 Rp los tres. Cargan 42 Rp por billete y persona por la reserva.

Estatua de un Toro sagrado
cerca del Templo de Chamundeswari

Con el rickshaw nos lleva a desayunar a un hotel que tiene una azotea muy agradable. Unas tortillas de verduras y te con tostadas 110 Rp los tres. Después de desayunar nos vamos al otro centro de interés: la ascensión de mil peldaños hasta la cima de Chamundi Hill, donde se encuentra el enorme templo de Chamundeswari.

El famoso Nandi (toro de Siva), de piedra maciza y 5 metros de altura, monta la guardia ante la escalinata. El Festival Dussehra, que se celebra durante 10 días a principios de octubre, culmina con una espectacular procesión de elefantes ricamente engalanados, criados de librea, caballería, bandas de música e imágenes de deidades hindúes cubiertas de flores. Como no estamos por la labor de subir andando, cogemos el mismo rickshaw que nos subirá los 13 km y nos irá a buscar al toro de Nandi y nos llevará otra vez a Mysore por 200 Rp.

Al llegar al templo hay un montón de tiendas de souvenirs y dos opciones para entrar: pagar 100 Rp y sólo haces una cola de 15 minutos o pagas 20 Rp y haces horas de cola. Obviamente pagamos las 100 Rp.

No se pueden hacer fotos dentro del templo y sólo estás dentro unos segundos porque te empujan para que salgas. No vale la pena entrar. Desde allí se bajan 300 escalones y llegas al toro Nandi que mide 15 metros y la gente le hace ofrendas porque da buena suerte.

Volvemos a comer al hotel ya que hace mucho sol y estamos cansados. A cenar vamos a una pizzería, pero es cara para los estándares del país. Llamamos a España ya que es el día de Navidad y cuesta 25 Rp, unos 5 minutos.

A las 7:30 ya nos están llamando desde recepción porque nos han venido a buscar los del autobús turístico. Como vamos a buscar a otros turistas, salimos a las 8:15. Nos paran a desayunar sobre las 10 de la mañana y nos cobran las entradas a los 2 parques nacionales (20 Rp por persona y parque).

Primero pasamos por Nagarhole National Park y vemos sambares y búfalos. Aunque también hay elefantes, leopardos, tigres etc, no vemos nada más. El guía, que hace años que hace ese recorrido, tampoco los ha conseguido ver nunca. Pasamos del estado de Karnataka a Tamil Nadu y en la misma frontera está el otro parque que se llama Madumalai National Park. No vemos ni un solo animal, pero es normal ya que vamos a una velocidad de vértigo.

Tren de vía estrecha en Ooty

A las 12:30 llegamos a Ooty (Udhagamandalam) y nos dejan al lado de la estación. Preguntamos y nos dicen que el tren sale a las 3 de la tarde.

Dejamos las mochilas en el bar de la estación y nos vamos a dar una vuelta. Esta ciudad es donde los ingleses se venían los meses más calurosos porque está a 2.200 metros de altitud y se nota un cambio importante de temperatura. Venían sobre todo los que estaban destinados en Madras (Chennai).

Tiene muchos senderos para hacer trekking y en los mismos hoteles se pueden concretar. Es mejor ir con guía ya que se tienen que pedir permisos. También hay un lago donde se pueden alquilar barcas a pedales o con motor.

Vamos a ver el Thread Garden, una exhibición de flores todas hechas de hilo. Se ha tardado 12 años y 50 mujeres trabajando para hacerlo. La entrada cuesta 10 Rp y 15 Rp la maquina de fotos. Es típico el chocolate, que cuesta a 15 € el kilo. También venden todo tipo de tés.

Cuando volvemos ya se puede comprar el billete, pero nos dicen que no hace el trayecto completo, si no que sólo llega a Coonoor (tarda 1 hora). Ha habido un corrimiento de tierras y el tren no puede seguir. Desde allí nos tendremos que buscar la vida para llegar a Podanur. El trayecto más bonito no lo hacemos.

A las 4 llegamos a Coonoor y buscamos algo para ir a Coimbatore. No hay nada directo, después de casi dos horas y la ayuda de un policia nos podemos montar en un bus que nos deja en Matapularan, Nos cuesta 50 Rp. En Matapularan vamos a la estación de tren que está más o menos a un kilómetro y compramos un billete hasta Coimbatore. Nos cuesta 33 Rp. Sale a las 19:45 y llega a las 20:30. Solo son 37 km pero se para más de media hora antes de llegar. Como la estación está en otra población, a 4 km, cogemos un taxi que nos cuesta 125 Rp más 7 de la "autopista", para que nos acerque a Podanur. El tren ya está estacionado y aparecen en la lista que está colgada en el vagón nuestros nombres, con el número de la cama al lado. A las 11 en punto sale y llega a las 4:30 a Madurai.

Al bajar del tren en Madurai nos vamos a la waiting-room a asearnos un poco. Las duchas cuestan 2 Rp y el lavabo 1 Rp, pero está razonablemente limpio. Hay mucha animación a pesar de la hora que es, y vamos a ver si conseguimos que nos vendan los billetes que nos faltan. Nos dicen que atienden sólo a partir de las 8 de la mañana. Dejamos las mochilas en la consigna que cuesta 10 Rp las primeras 24 horas.

Salimos como podemos porque hay cientos de personas en la estación y como hay una agencia de viajes abierta, vamos a ver si nos pueden hacer los tramites de compra de billetes. Les decimos lo que queremos y nos dicen que a partir de las 9 de la mañana ya podemos ir a buscarlos. Nos cobran por los 2 trayectos en 2º sleeper 800 Rp, de las cuales 100 es la comisión que ellos cobran. Un trayecto es de Kochi a Goa y el siguiente es de Goa a Bombay.

Nos vamos a desayunar unas tortas con una especie de estofadito muy rico y un té. Todo 32 Rp.

Detalle de las estatuas en el templo Sri Meenakshi

El templo de Madurai abre a las 6 de la mañana, así que para allá vamos, aunque todavía es de noche. Pasamos por una tienda y para hacer tiempo hago un esfuerzo y me compro unas pulseras y unos pendientes a 5 Rp.

Las calles alrededor del templo Sri Meenakshi están muy animadas con los peregrinos que vienen de toda la India a rezar. Van de negro riguroso, ya que está dedicado a Vishnu, con unas faldas y unos collares que venden por todos los sitios. La entrada es gratuita y sólo hay que pagar por la maquina de fotos 50 Rp.

Es el templo hindú más grande de la India, con más de 1.050 figuras de unos colores pastel muy kisch. Mide 6 hectáreas y hay gente todo el día. Las gopuram (torres) miden de 45 a 50 metros. En el mismo complejo hay un museo que cuesta 10 Rp con muchas muestras de arte hindú, esculturas y pinturas.

Después de unas horas en el templo, cogemos un rickshaw y por 30 Rp nos lleva al Museo de Gandhi. Es gratuito y hay una exhibición de toda la historia de la India, sus luchas por la independencia desde 1757 a 1947. También hay objetos personales que usó Gandhi, su dhot, su plato, su manta etc.

A las 3 de la tarde nos sale el tren y compramos una botella de agua de 2 litros por 20 Rp. Sale con 45 minutos de retraso. Aquí tenemos sólo asientos (no es cama) y estamos rodeados de familias indias que también van de viaje o vuelven de una peregrinación a las que son tan aficionados. En el tren no hay peligro de pasar hambre o sed porque pasan continuamente vendedores con agua, té, refrescos, samosas, platos preparados, pastas etc. Hemos ido más o menos anchos, pero a las 9 de la noche entra muchísima gente y ante nuestro desconcierto se suben a los portaequipajes y se ponen a dormir encima. También se ponen debajo de los asientos. Una parada después lo entendemos, porque entran cientos de personas que no cogen casi de pie. Al pasar el tiempo se van acomodando como pueden y el que vende el té no puede ni pasar. Nuestra parada está prevista para las 12:30 más o menos, pero como nunca estás seguro, empezamos a preguntar. Cada uno nos dice una cosa. En una estación muy lúgubre nos bajamos porque nos dicen que ya hemos llegado pero cuando hemos conseguido llegar al anden tenemos que volver a subir porque no estamos en Kollan, nuestro destino. Suponemos que nos han dicho que ya estábamos para quedarse con nuestros asientos.

Llegamos a Kollan (estado de Kerala) a la una de la madrugada y cogemos un rickshaw para ir al hotel Shah International que habíamos reservado. El portero no tiene noticias de que tenemos que llegar y no nos deja pasar. Al final sale un responsable del hotel al cual le decimos que tenemos reservada una habitación. Entramos y vemos un papelito con nuestros nombres con lo cual nos dicen que nos tenemos que esperar a que nos preparen la habitación. Cuesta 525 Rp con baño y TV dentro. Cuando logramos subir son las 2 de la mañana. Ha sido un día muy largo.

Palmeras en los backwaters de Kerala

Dormimos hasta las 12 del mediodía porque estamos rendidos. En el mismo hotel compramos un ticket para hacer una excursión por los backwaters de las 14:00 a las 18:30 por 300 Rp.

Para comer nos vamos a All Spice, un restaurante con pizzas, hamburguesas, etc. Muy occidental, es un oasis, y a la clase alta keralesa también les gusta. También vamos a correos y vemos que mandar una postal cuesta 8 Rp el sello.

Volvemos al hotel porque nos vienen a buscar allá para la excursión. Nos llevan en coche hasta otra población y allá cogemos la barquita.

Es muy relajante y tranquilo, nos pasean por los canales y nos paran para que bajemos y veamos como se hacen las barcas, como se aprovecha la cáscara del coco para hacer cuerdas de una manera artesanal etc.

A la vuelta damos un paseo por el mercado y nos tomamos un zumo de mandarina buenísimo por 12 Rp. Cenamos en el mismo sitio.

En nuestro hotel hay un buffet libre para desayunar que cuesta 50 Rp. Hay tostadas, zumo de fruta y comida típica india como dosa, café y té.

Después de desayunar copiosamente nos vamos al puerto con un rickshaw por 15 Rp. Tenemos ticket por 300 Rp en un barco turístico que nos llevará durante todo el día por el río, desde Kollan hasta Allepey. Se tardan unas 9 horas.

Este ticket lo venden en todos los hoteles y cuesta lo mismo. A las 13:00 paran en un restaurante para comer. El menú es una hoja de plátano donde encima tenemos arroz y distintas salsitas. Esto cuesta 35 Rp. También pasan con pescado fritos y gambas fritas. El pescado 50 Rp y las gambas 75 Rp. Vamos a golpe de pito porque sólo tenemos media hora para comer.

Pasamos por delante del asrham de la señora que da esos abrazos tan grandes. Se puede uno bajar del barco si se quiere, también sube gente, entre ellos 2 españoles que están un poco alucinados con la experiencia. Ellos nos comentan lo que ya habíamos oído antes, de que hay peligro de atentados en Goa y el ejercito israelí, ayuda al gobierno indio en los aeropuertos a prevenir atentados.

A las 5 de la tarda nos paran para que nos tomemos el té o lo que quieras. Llegamos más tarde de lo que pensabamos a Allepey, sobre las 19:30. Un rickshaw nos lleva a un hotel que se llama Astmandi, que no nos gusta demasiado, pero estamos cansados y lejos del resto de hoteles. Desde Kollan hemos intentado reservar hotel, pero todos a los que hemos llamado (6 ó 7) estaban llenos. Las 2 habitaciones cuestan 700 Rp.

Vamos al pueblo a cenar y nos encontramos con un mercadillo muy animado lleno de puestos con productos chinos básicamente pero es divertido. Después de pasear un rato buscamos en la misma calle un restaurante y nos hacen un garlic chicken bastante bueno.

Nos levantamos pronto y nos viene a buscar un rickshaw que nos deja en la estación de buses. Queremos ir a Fort Cochi y cuando llegan los buses ya están llenos, porque la gente pone papeles en los asientos, además es el sistema indio que has de dar empujones y es la ley del más bruto. Pasan 3 buses y nos damos cuenta que tenemos que hacer lo mismo. Nos cuesta 33 Rp el bus y es superfast. Preguntamos dentro y nos dicen que no es directo, que nos tenemos que bajar no sabemos donde y coger otro. Después de 65 kilómetros a una velocidad espantosa en un cruce nos bajamos por casualidad y desde allí, tenemos que buscar algo para llegar a Fort Cochi. Hay un indio que también va a Fort Cochi y nos pegamos a el. Pasa un bus y nos dice que nos subamos. Cuesta 5 Rp y nos deja en nuestro destino.

En Fort Cochi vamos a unos cuantos hoteles, pero todos están llenos. Al final encontramos una homestay que solo tiene 3 habitaciones en la calle Burguer Street. La doble cuesta 400 Rp y la single 300 Rp. Vamos a desayunar delante de nuestro hotel ensalada de frutas, te y café por 215 Rp.

Nos vamos de paseo por Fort Cochi, a las iglesias, el cementerio holandés y el puerto. Este puerto tiene como característica las redes chinas, una forma de pesca artesanal donde intervienen unos cuantos hombres porque deben hacer mucha fuerza para empujar las redes hacia abajo y luego hacia arriba. Hay unos contrapesos de piedras que les ayudan.

Compramos unas gambas y unos calamares directamente a los pescadores por 150 Rp. En un chiringuito justo al lado nos lo cocinan por 100 Rp. Se hacen de rogar, pero están buenísimas. Nos ofrecen cerveza, pero ocultándola en una bolsa de plástico y echándolas en unas jarras como de té. No queremos porque nos resulta raro.

Nos vamos a descansar un rato al hotel porque hace mucho sol y a las 5 de la tarde tenemos función de Katakali que nos ha costado 125 Rp. El maquillaje es a las 5 y la función en si es a las 18:30. Mientras estamos en el teatro viendo como se maquillan, oímos gritos y caídas de mesas, sillas, vidrios rotos etc. Como las paredes del teatro son de bambú puedo ver que son unos exaltados musulmanes tirando piedras que echan a los turistas de los restaurantes donde estaban tomando algo tranquilamente. Fue el día en que ejecutaron a Saddam Hussein. Es un poco inquietante porque si nos quisieran hacer algo estamos dentro de una sala toda de bambú y no tenemos escapatoria.

Vamos a cenar al Italian Restaurant que está muy bien, pero los precios son europeos, por lo que nos vamos enfrente a un indio que es correcto aunque tardan mucho.

Nos levantamos pronto y vamos al barrio judío. Es un paseo bastante agradable, aunque nuestra sorpresa es que está todo cerrado por ser domingo. Antes de esto hemos desayunado en nuestra calle en el Casi Art Café. Por 70 Rp te dan fruta fresca, unas tostadas con miel. El té o café 30 Rp y los zumos 25 Rp. Es un sitio muy recomendable porque es una galería de arte y el sitio es muy agradable porque estás en un jardín con flores. También el servicio es muy bueno y todo es de diseño. Abren a las 8:30 y hay más de 10 personas esperando en la puerta.

Llegamos al Mattancherry Palace, cuya entrada cuesta la friolera de 2 Rp. Es un palacio del siglo XVI regalado por los holandeses al rajá como gesto de buena voluntad y para que les dejasen seguir comerciando sin problemas. Lo más destacable son los murales del Ramayana, que son de lo mejorcito que hay en la India. Hay una galería de los rajás que ha habido y también una colección de monedas antiguas.

Por el barrio judío hay muchas tiendas de té y especies, pero las únicas que hay abiertas son para turistas y con unos precios europeos, con lo que a pesar de que nos dan a probar unas cuantas cosas no compramos nada. Llegamos a la sinagoga, donde no se puede entrar si llevas pantalón corto o camiseta de tirantes. La entrada cuesta 2 Rp. No es gran cosa, pues es muy pequeña y lo único resaltable es el altar de oro y muchas lámparas de vidrio de colores. Hay muchas tiendas de antigüedades que por 120 US$ adicionales te traen cualquier mueble que te guste. Nos acercamos al cementerio judío que no está bien indicado y no vale la pena. Cogemos un rickshaw hasta Fort Cochi.

Al ser domingo por la tarde la gente va al paseo marítimo a ver y a ser visto, Se arreglan con sus mejores galas y es muy entretenido. Vemos la puesta de sol y más tarde, después de arreglarnos un poco, vamos a un restaurante a cenar (lo han inagurado hoy). Primero hemos ido al italiano, pero allí no hay cerveza y como es fin de año lo queremos celebrar. Este restaurante nuevo está muy cerca del teatro del Katakali. Al ir para allá nos hemos cruzado con una manifestación a favor de Sadam Hussein, al que ajusticiaron ayer. Van cantando consignas y se les ve un poco enfadados.

Nos traen la cerveza camuflada en una tetera blanca muy bonita. Mientras esperamos a que nos traigan la comida, de pronto, nos empiezan a tirar piedras a los que estamos en el restaurante y una de ellas esta a punto de acertar en la cabeza de uno de nosotros. Echamos a correr y nos escondemos en las cocinas del restaurante, mirando una posible vía de escape por si las cosas se ponen muy mal. Los dueños del restaurante ya tenían preparada una red para que no entrasen, pero no ha servido de nada porque eran muchos. Nos dicen cosas que no entendemos, pero la intención está clara. Al cabo de unos minutos de tensión los manifestantes se van y nosotros salimos de las cocinas y volvemos a nuestra mesa. Quitan las luces y nos ponen unas velas para que no seamos tan visibles. Nos piden perdón los cocineros, los dueños, los camareros, etc. A los pocos minutos pasan varios convoyes de policía, en persecución de los exaltados.

En el restaurante nos comentan que esta noche es peligroso ir por las calles porque la gente está muy borracha y siempre hay problemas, con lo que cuando acabamos la cena nos vamos derechito al hotel. Nos cuesta 900 Rp la cena, con espectáculo incorporado, ¡Una ganga!. Las calles están tomadas por la policía, ya que han venido autocares enteros a proteger a los occidentales.

Cogemos el bus a Ernakulan por 33 Rp ya que es exprés que nos deja cerca de la estación de tren. Dejamos el equipaje por 10 Rp el bulto y nos vamos a desayunar al Indian Coffee House. Después vamos andando al templo Hindu Ernaculathappan Shiva. De allí cogemos un rickshaw que nos lleve al mercado. Volvemos a la estación porque a las 12:30 sale el tren.

Tenemos 2º sleeper y vamos bastante anchos. Después de un montón de horas llegamos a la estación de Margao a las 3 de la madrugada. Tenemos un hotel reservado, pero no hay taxis y nos dicen que hasta las 6 no volverá a haber. Hay una ventanilla con taxis prepago y según donde vas te cobran un precio u otro. A Palolem cuesta 900 Rp y a Panaji que es la capital de Goa 600 Rp más 20 por el equipaje. Tampoco hay rickshaw, por lo que no nos queda otro remedio que quedarnos en la estación hasta que haya taxis.

A las 6:30 abren el restaurante y desayunamos. Al final decidimos irnos a Panaji, donde llegamos en 45 minutos porque el conductor va como loco (parada de la policía con multa incluida).

Buscamos un hotel, pero todos los que recomiendan la guía están llenos y otros que no los recomienda son muy cutres. Aquí el check-out es a las 8 de la mañana que nos parece una hora muy temprana, pero sólo te los dejan ocupar a partir de las 12 del mediodía. En el Paseo Marítimo llegamos al hotel del Gobierno que se llama Residency, pero también está lleno. Nos dicen que también hay uno del gobierno en la playa, a 3 km en la playa Miramar y que hay plazas. Llama por teléfono para reservarnos una habitación. Cogemos un bus que pasa al lado y nos deja en la puerta. Nos cuesta 1.200 Rp la triple con baño dentro de la habitación y TV. Aquí la salida es a las 12 del mediodía. No esta mal, pero les tenemos que decir que cambien las sábanas porque están sucias. La ducha es la primera que nos sale el agua caliente y con mucha presión.

Cogemos un bus en la puerta del hotel que nos lleva a la estación de buses por 5 Rp, y desde allí a Old Goa por 7 Rp por persona. Está a 9 km de Panaji, tiene más de 12 iglesias y catedrales (las más grandes de Asia) y fue la capital de los portugueses cuando era colonia suya, la cual duró hasta 1961. Cae un sol de justicia y se agradece entrar en las iglesias ya que se está fresquito. La más importante es la iglesia de San Francisco Javier donde está el cuerpo incorrupto.

Vamos a un restaurante que hay en la misma carretera donde dejan los buses y nos comemos un pollo tandori espectacular y una cerveza fresca que nos deja nuevos después del palizón de la noche. Cuesta 60 Rp el pollo y 60 Rp la cerveza.

Después de un ratito seguimos con las visitas hasta que nos cansamos y hacemos el camino contrario. Descansamos un rato en el hotel y salimos al atardecer a ver la puesta de sol. La playa no es bonita y además es peligrosa, ya que hemos leído en un periódico que murieron 3 personas el día anterior por las corrientes marinas.

Cogemos un bus al mercado que nos cuesta 4 Rp. En algunos buses ponen el recorrido y lo que valen (va por km recorridos). Para cenar vamos a A Ferradura, donde hay platos típicos como el chourisso que pica un montón y es incomible. También comemos pescado, que pica, pero no tanto.

Hoy es miércoles y hay según la guía un mercado en Anjuna que vale mucho la pena. Vamos a la estación de buses, pero para llegar tenemos que coger como 3 transportes diferentes y cogemos un taxi que nos lleva por 250 Rp. Antes desayunamos en la estación unas samosas y unas magdalenas con café.

Al llegar a Anjuna vemos que es un mercadillo enorme con puestos de artesanía, bisutería llevado por tibetanos, hippies pero donde hay lo que puedes encontrar en cualquier tienda de Natura y por descontado a los mismos precios. Aparte la gente que se ve por allá es un turismo mucho peor del que llega a Lloret de Mar, como hooligans, turistas muy cutres que van medio desnudos por medio del mercado llamando la atención innecesariamente.

Al poco rato estamos hartos y buscamos un transporte de vuelta, pero al mismo precio que hemos pagado para llegar es imposible y nos cobran 400 Rp. Recomendamos encarecidamente contratar el taxi de ida y vuelta porque así te evitas muchas discusiones y te vas cuando te cansas, que seguramente será pronto.

Vamos después de comer al hotel porque hace un sol que te reblandece las ideas y a las 16:00 salimos para hacer un circuito walking tour que recomienda la Lonely. Se pasa por la Iglesia de Nª Señora de la Inmaculada Concepción. Después de una larga caminata que no está indicada en ningún sitio se llega al Maruti Temple que no es nada interesante. Siguiendo hacia arriba llegamos al palacio del Obispo y a la residencia del ministro.

Vamos a cenar al Sher-E-Punjab, que tiene 2 salas, una con aire acondicionado y otra con ventiladores. En la que hay aire acondicionado hace un frio terrible, por lo que vamos a la de fuera. Nos comemos un pollo tandori espectacular, una ración enorme por 80 Rp y la cerveza 60 Rp. También pedimos garlic and cheese nann que cuesta 30 Rp y está buenísimo.

Desayunamos en el hotel, huevos fritos, tortilla y una torta de queso, para beber te y café por 130 Rp. Hacemos el check-out y nos ofrecen un taxi en el hotel por 560 Rp que cogemos. Nos deja en la estación de Margao y dejamos los equipajes en consigna a 10 Rp por bulto.

Cogemos un richshaw al centro por 50 Rp. Nos acercamos al mercado para hacer algunas compras de especies, telas etc. Comemos en un restaurante punjabi, que está cerca de la carretera principal y el pollo tandori, el naan y la cerveza nos entra muy bien. Volvemos a la estación y el tren sale una hora tarde. Salimos a las 18:00 y llegamos a las 5:30 a Mumbai.

Nos esperamos un rato en la estación a que se haga de día, y como siempre es muy ameno porque hay mucha gente, Vamos a coger un taxi y cuando le decimos el hotel que queremos ir nos dice que está cerrado. No nos lo creemos y cogemos otro taxi por 50 Rp que nos lleva a Colaba, la zona donde queremos buscar hotel. Al llegar resulta que es verdad. Al lado está el hotel Strand pero está lleno. Nos dicen que es muy difícil encontrar habitación, pues al día siguiente hay un congreso y está todo ocupado. Después de una hora buscando encuentran en Garden Street el Godwin Hotel. Es un 3 estrellas y es una suite que cuesta 4.666 Rp (casi 84 €). Una barbaridad, pero hemos buscado mucho y estamos cansados.

A desayunar vamos al Leopold's, que es muy caro, porque una ensalada de frutas cuesta 40 Rp y un café 30 Rp. Alrededor hay un montón de tiendas con souvenirs muy interesantes para gastar las ultimas rupias. Vamos al mercado de Colaba donde a las 5 de la mañana se hace la venta de pescado, las pescaderas ayudan con las redes y empiezan la venta. Cuando nosotros vamos son las 11 de la mañana, pero a pesar de todo es interesante. Hay una pobreza inimaginable con unas chozas pequeñísimas donde se hacina la gente, los perros, los gatos, niños gateando en las basuras. Nos quedamos sin palabras para describir tanta pobreza y degradación. También hay habitaciones que suponemos que las dedican a la prostitución. A las vendedoras no les gusta nada que se les hagan fotos y tienen que ser un poco robadas.

Si se quiere ir a isla Elefanta hay que coger un ferry que cuesta 120 Rp. Si quieres ir en cubierta te cobran otras 10 Rp adicionales. La entrada a la cueva cuesta 250 Rp, y un trenecito que te lleva por 8 Rp. Hay una subida de media hora y todo está lleno de tiendas.

A la tarde cogemos un taxi que por 50 Rp nos lleva a los mercados de fruta, especies y telas. Hay muchos pesados que se pegan a nosotros y que nos piden de todo. Cuando nos cansamos de que nos acosen cogemos un taxi a Chowpati Beach, donde la gente va a pasear y a ver la puesta de sol que es espectacular. Esta lleno de niños y niñas jugando. Hay unos adolescentes que tienen unos coches de juguete que los alquilan por 10 Rp y los arrastran por la arena un ratito. Tienen unos equipos de música enormes que hacen mucho ruido. También hay masajistas que se ofrecen para dejarte nuevo.

A la vuelta para cenar vamos al Café Churchill, donde hacen una cocina muy elaborada, pizzas, pastas y unos sándwiches buenísimos alrededor de 75 Rp cada uno. Ya en nuestra habitación vemos en la TV que han apedreado un autobús en Agra lleno de turistas indios y los han herido. También ha habido disturbios en Srinagar.

El desayuno en el hotel es muy completo y después de esto cogemos un taxi para ir al aeropuerto de Mumbai. Cuesta 400 Rp, a pesar de la hora tan temprana tarda más de 1 hora en llegar.

Las medidas de seguridad en el aeropuerto son extremas y al final salimos con 1 hora y media de retraso, a las 13:40. Tardamos unas 6 horas en llegar a El Cairo. Cuando llegamos debemos ir a tránsito porque no tenemos visado de Egipto y nos tienen que hacer un pase especial. Dejamos pasaporte y billetes y nos dicen que volvamos en una hora.

Cuando volvemos cual no será nuestra sorpresa cuando nos dicen que nos esperemos un momento que nos llevarán al hotel del aeropuerto. Nosotros no nos lo podemos creer porque en los billetes de avión ponía expresamente que esa noche era a nuestro cargo. Nos llevan afuera un responsable de la compañía aérea y un autocar nos lleva al hotel que está a 300 metros de la Terminal.

Es un hotel de una cadena Suiza de 5 estrellas que para ser el último del viaje se agradece el lujo. La habitación tiene una cama tan grande que no nos encontramos en toda la noche. El lavabo tiene botellitas de todo. En fin una maravilla porque nuestro plan era ir al centro y buscar un hotel para volver al aeropuerto a primera hora de la mañana para coger el vuelo a Madrid. Nos dan de cenar muy bien.

Salimos después de desayunar en un autocar al aeropuerto y en unas oficinas ya tienen nuestro boarding-pass preparado. Salimos con una hora de retraso.

Al cabo de 5 horas llegamos a Madrid y el vuelo de Air Europa Madrid-Barcelona ha sido cancelado.

Somos 200 personas preguntando a ver que pasa con nosotros y después de unos momentos nos endosan el vuelo con Spanair y salimos con 1 hora de retraso y sin el equipaje de uno de nosotros, que, por cierto, nunca llegó. Llegada a Barcelona sin novedad y se acabó el viaje.