Este es el resumen de una breve escapada de dos días en coche que hicimos por tierras alavesas durante el verano de 2009.
Álava (Araba en vasco) es un territorio histórico del País Vasco. La ciudad de Vitoria (Gasteiz en vasco) es su capital, así como también de Euskadi.
De las tres provincias vascas Álava es la más extensa, pero también la menos poblada. A causa de esta gran extensión y de sus innumerables puntos de interés turístico tuvimos que concentrar nuestra ruta y por eso escogimos la comarca de la Rioja Alavesa (Arabako Errioxa en vasco) y la ciudad de Vitoria, así como alguna otra población que nos vino de paso en nuestro recorrido.
En esta escapada disfrutamos de la compañía y de la inestimable ayuda de Odebar, un gasteiztarra de pro, co-autor de esta guía, colaborador de Viatgeaddictes.com y amigo nuestro, que nos facilitó enormemente la organización y logística de la ruta, a la vez que ejerció de guía y anfitrión de lujo durante toda nuestra estancia.
Finalmente, decir que este relato y guía se complementa con la Escapada en coche a La Rioja, un recorrido de tres días por la comunidad autónoma de La Rioja que habíamos llevado a cabo un par de años antes.
La Rioja Alavesa es una de las siete comarcas alavesas y su capital es la población de Laguardia.
Está delimitada al norte por la Sierra de Toloño (o Sierra de Cantabria), que la separan del resto de Álava, y al sur por el río Ebro, que la separa de la vecina comunidad autónoma de La Rioja.
La comarca desciende en vertientes escalonadas y disfruta así de un microclima privilegiado para el cultivo de la viña, una tradición que se remonta en esta zona más allá de la época romana. Los pueblos de la comarca, vinculados tradicionalmente a la cultura del vino, conservan todavía el encanto de las villas medievales levantadas entre viñedos y atesoran un vasto patrimonio natural, arqueológico y artístico.
Nuestra ruta por la Rioja Alavesa nos ocupó todo un día entero, con inicio y final en Vitoria, nuestro campo base durante esta estancia en Álava.
Si bien la ruta más rápida desde Vitoria hacia la Rioja Alavesa es por la carretera nacional A-124 que cruza las Conchas de Haro, en esta ocasión elegimos la ruta más directa y también la más pintoresca. siguiendo la carretera local A-2124.
Esta ruta parte desde el sur de Vitoria y atraviesa las Montañas de Vitoria, el Condado de Treviño, la Sierra de Toloño por el puerto de Herrera (1.100 metros de altura) y finaliza en la localidad de Leza, a escasos 10 km de Laguardia.
De camino hicimos una breve parada en San Vicentejo, una pequeña entidad local que pertenece al Condado de Treviño, una comarca de Burgos que se encuentra enclavada en mitad del territorio alavés, para ver la Ermita de Concepción, de estilo románico.
El románico en Álava es tardío, desarrollándose a finales del siglo XII y primer tercio del XIII. Es por eso que su rasgo más característico es la ocupación del arco de medio punto ligeramente apuntado que marca ya la influencia del gótico.
La Ermita de la Concepción es de planta basilical y destaca por su decoración ajedrezada, influencia del estilo que encontramos en la Catedral de Jaca (Huesca), por ejemplo, así como sus arcos polilobulados de marcada influencia árabe. El entorno rural de la ermita realza aún más la belleza del conjunto.
En el Condado de Treviño aún podemos encontrar más ermitas e iglesias de este estilo, como la Ermita de San Juan, en Marquinez, o portadas de iglesias como las de Uzkiano, que dejaremos para una próxima visita.
Después de adentrarnos nuevamente en territorio alavés dejamos a un lado Peñacerrada, en la falda de la Sierra de Toloño. Cruzamos esta barrera montañosa por el puerto de Herrera y pocos kilómetros después de pasar por su punto más alto pudimos contemplar una panorámica de esta región en el denominado Balcón de la Rioja, situado a una altura de 1.000 metros sobre el nivel del mar y desde el cual se puede observar toda la Rioja Alavesa y parte de la Comunidad de La Rioja.
A continuación, en un vertiginoso y zigzagueante descenso, llegamos a la comarca de la Rioja Alavesa, donde su capital, la ciudad de Laguardia, fue nuestro primer dsetino, aunque antes paramos para ver el dolmen de El Sotillo.
La población de Laguardia (Guardia en vasco, a pesar de que todavía sigue usándose el antiguo término de Biazteri) se asienta sobre un collado, dominando la vasta extensión de terreno limitada al norte por la Sierra de Toloño (o Sierra de Cantabria) y al sur por el río Ebro.
Fue fundada por el rey Sancho Abarca en el siglo IX con el nombre de Biazteri (palabra compuesta proveniente del vasco y que viene a significar dos peñas).
Siglos más tarde, en 1164, obtuvo el fuero de población del rey Sancho VI de Navarra (el mismo que fundó Vitoria), dándole el nombre de Laguardia.
Se inicia poco después la construcción de su muralla y de su trazado urbano, el cual se asemeja a un barco.
La muralla actual de Laguardia es una reconstrucción que se hizo en el siglo XIX a causa de los desperfectos que sufrió durante las Guerras Carlistas.
Entre los numerosos atractivos de Laguardia destacamos:
Casa natal de Félix Mª Samaniego. El escritor vasco Félix María Samaniego, natural de esta población, fue famoso por sus fábulas. La Oficina de Turismo se encuentra situada en el interior de este bello edificio.
Muy interesante resulta la visita a la bodega de esta casa, pues es una de los dos únicas bodegas que se pueden visitar en el centro de esta población.
Esta bodega, llamada Bodega El Fabulista (Plaza de San Juan - Laguardia), ofrece una visita guiada a las entrañas de esta población para visitar sus viejas prensas de uva y los calados, a siete metros de profundidad. La visita incluye la degustación de dos vinos y una interesante y amena explicación del proceso natural de elaboración del vino.
Hay que tener en cuenta que la mayor parte del subsuelo de Laguardia se encuentra excavado para acoger las pequeñas bodegas familiares que tiene cada una de sus casas. Tal es el volumen de galerías en el subsuelo de Laguardia que el centro de la ciudad se hizo peatonal para evitar hundimientos por el paso de vehículos.
Acabada nuestra visita a Laguardia volvimos a coger el coche para ir en dirección norte hacia la próxima población de Páganos, pero por el camino nos paramos a pie de carretera para ver el Dolmen de San Martín .
Hay inventariados actualmente unos 85 monumentos megalíticos en Álava, de los cuales ocho están situados en la Rioja Alavesa.
Se estima que fue en torno al año 3250 a.de C. (según datos del Carbono 14) cuando se empezó la construcción de este tipo de monumentos megalíticos en Álava y se extendió hasta el 2500 a. de C.
El primer dolmen descubierto en la Rioja Alavesa fue el de La Chabola de la Hechicera, en el año 1935.
Se puede hacer una ruta de los dólmenes de la Rioja Alavesa que pase por las poblaciones de Elvillar (La Chabola de la Hechicera y Dolmen del Encinar), Laguardia (Dolmen de Layaza, Dolmen de El Sotillo, Dolmen de San Martín, Alto de la Huesera y San Juan ante Portam Latinam) y Kripan (Dolmen Los Llanos).
Siguiendo la carretera A-124 unos 2 km desde Laguardia, y a menos de 1 km de la localidad de Páganos, nos paramos para visitar las Bodegas Eguren Ugarte, la cual tenía la ventaja de poder comer en su restaurante sin necesidad de ser un grupo.
La visita a la bodega incluía una cata de tres vinos: un Ugarte de segundo año, un Heredad Ugarte Crianza y un Dominio de Ugarte Reserva. Se podía completar la visita comiendo en el comedor privado de la bodega y degustando un menú compuesto de exquisita gastronomía de la comarca.
La visita a la bodega, incluyendo la cata de tres vinos, salía entonces por 7 €, mientras que la visita, cata y menú completo subía a 39 €. Cómo en el resto de bodegas, conviene reservar la visita por teléfono o mediante el formulario que se encuentra en su web.
Finalizada la visita a esta bodega retomamos la ruta parándonos en las Bodegas Ysios para ver desde el exterior la llamativa arquitectura vanguardista del edificio que aloja esta bodega, diseñado por el arquitecto Santiago Calatrava.
Esta bodega fue inaugurada en 2001, siendo la pionera en esta moda de las bodegas de autor que podemos ver por la zona. El proyecto arquitectónico se inspiró visualmente en una copa de vino (?). En cualquier caso es vanguardista, pero a la vez no desentona demasiado con el paisaje circundante.
Y es que la Rioja Alavesa cuenta con 13.500 hectáreas de viñas y cerca de 400 bodegas. Si os gusta el enoturismo la Ruta del Vino de la Rioja Alavesa os permitirá experimentar los contrastes entre las pequeñas bodegas bajo tierra, las bodegas familiares y las bodegas centenarias frente a las más vanguardistas propuestas arquitectónicas del momento.
Bordeando el poblado protohistórico de La Hoya llegamos a la población de Elvillar, donde visitamos el magnífico Dolmen de la Chabola de la Hechicera, descubierto en 1935, siendo el primer monumento megalítico descubierto en la Rioja Alavesa. Restaurado a mediados de los 60, se trata de un dolmen de tipo corredor, con nueve losas, más cinco que sustentan el tejado.
Desde Elvillar nos dirigimos hacia los límites de Álava, pasando por Kripán, pueblo situado a una altura de 690 metros, y nos adentramos brevemente en territorio navarro para volver de nuevo a Álava, tras pasar por Meano. Es esta una zona con mucha presencia de parques eólicos.
Dejando a un lado el pequeño pueblo de Barriobusto llegamos a un improvisado mirador situado en la propia carretera A-4210, desde donde hay una extraordinaria vista sobre la pequeña y escondida población de Labraza.
Situada a caballo de las comunidades de Navarra y de La Rioja, la población alavesa de Labraza posee el conjunto monumental amurallado mejor conservado de la Rioja Alavesa después del de Laguardia.
El centro histórico de Labraza es una pequeña villa medieval fundada por el rey Sancho VII El Fuerte en 1196. Su trazado fue parcialmente reformado durante el siglo XVI. Sin embargo, tras haber perdido sus funciones castrenses se fue deteriorando su aspecto y cayó prácticamente en el olvido.
Pero en la década de los 90 del pasado siglo fue sometida a una profunda restauración que le ha devuelto, en parte, su antiguo esplendor. De hecho, su muralla ha ganado el premio Mundial de Ciudades Amuralladas.
En el interior de la villa medieval destaca la iglesia de San Miguel, aunque toda ella merece un detenido paseo para disfrutar de la historia y tranquilidad de cada uno de sus rincones.
Además tuvimos la gran suerte de poder visitar Labraza de la mano del poeta local Urbano Requibatiz a quién encontramos casualmente a la entrada del pueblo. A sus casi 80 años, entonces, y con una lucidez envidiable conocía la historia de cada rincón de Labraza. Él tenía la llave de la iglesia de San Miguel y nos mostró con entusiasmo su interior.
Al concluir la visita, Requibatiz nos llevó hasta su propia bodega para invitarnos a un vino de cosecha propia mientras nos presentaba su libro de poesías que se podía adquirir por un módico precio. Un motivo más para visitar esta preciosa villa alavesa.
Última etapa de esta ruta por la Rioja Alavesa. Desde Labraza nos dirigimos hacia el suroeste. Cruzamos Oion y fuimos al encuentro del río Ebro en el municipio de Assa.
Aquí visitamos el Puente de Mantible, de origen romano y posible paso del camino de Santiago. Fue construido en el siglo II d.C., uniendo las dos orillas del Ebro. Su longitud era de 164 metros, tenía una altura máxima de 30 metros y estaba compuesto por siete arcos de medio punto.
En la actualidad solo se conservan dos de sus siete arcos que dan una ligera idea del tamaño del mismo. La destrucción del puente se produjo en torno al siglo XIV. Este puente está situado en las afueras de Assa.
Y desde este punto emprendimos el regreso, siguiendo la N-124, hacia Vitoria, pasando nuevamente por Laguardia y continuando por Samaniego, Ábalos y Labastida.
Pero antes de llegar a Vitoria hicimos una breve parada en la Casa Torre del Infantado, situada en Mendoza, un pequeño núcleo ubicado a 12 km del centro de Vitoria.
La Torre de Mendoza fue construida en el siglo XIII como residencia de la familia Mendoza y en las fechas de nuestra visita acogía el Museo de Heráldica de Álava. Esta breve visita podría servir, a manera de prólogo, para otra ruta en una nueva visita a Álava. El nombre de la ruta sería Los Linajes Alaveses: por las tierras de los Mendoza, Ayala y Varona.
Vitoria (Gasteiz en vasco) es la capital de Euskadi y del territorio foral de Álava. Fue fundada en 1181 en un cruce de caminos, siendo a lo largo de la historia un importante punto estratégico militar, comercial y cultural.
Actualmente tiene una población de unos 250.000 habitantes y como capital de Euskadi, la ciudad es la sede de las principales instituciones políticas de esta comunidad, como el Gobierno Vasco y el Parlamento Vasco, entre otras.
No deja de sorprender que Vitoria sea aún una ciudad cerrada en sí misma: es una ciudad pensada para el ciudadano y despreocupada hasta hace no muchos años hacia el viajero, que queda sorprendido cuando se adentra en ella.
En principio no cuenta con grandes monumentos o hitos de relevancia que atraigan al visitante, pero, sin embargo, toda ella en conjunto, ofrece una imagen cautivadora, equilibrada, limpia y verde a quien la recorre.
Cuál es el secreto de la bella desconocida, el sobrenombre que podría definir esta ciudad?. Quizás tenga que ver con que es la segunda ciudad europea con más espacios verdes por habitante, después de Londres. Dispone de un anillo verde formado por una red de parques periurbanos unidos por senderos que rodean toda la ciudad. También suele figurar entre las capitales de provincia con mayor renta per cápita de España.
Popularmente Vitoria también es conocida con el sobrenombre humorístico de «Siberia-Gasteiz» a causa del intenso frío invernal que puede darse en esta ciudad.
Iniciamos esta visita a Vitoria en la periferia suroeste de la ciudad, en la Basílica de San Prudencio de Armentia. Esta interesante iglesia, de estilo románico, acoge la imagen de San Prudencio, el patrón de Álava.
Después continuamos la agradable caminata siguiendo el Paseo de San Prudencio. Pasamos junto al lado del Complejo Deportivo de Mendizorrotza antes de llegar al Paseo de Fray Francisco, con magníficas mansiones señoriales de principios de siglo que se alternan con exclusivos colegios privados y conventos.
Destaca en este paseo el Palacio de Augusti, actual sede del Museo de Bellas Artes de Àlava. Y frente a él se encuentra el Palacio de Ajuria Enea, edificio de 1918 y actual residencia del Lehendakari, el presidente del gobierno vasco. En su frontón acoge el Museo de Armería de Álava, donde debe destacarse la sección dedicada a la Batalla de Vitoria contra las tropas de Napoleón.
Siguiendo el Paseo de la Senda y tras desviarnos brevemente para ver la fachada neogótica del Convento de las Salesas, construido en 1879, llegamos al corazón de Vitoria, donde se encuentra el bonito Parque de la Florida (1820-1855), donde destacan las estatuas de los Reyes Godos que rodean al quiosco modernista de la música.
Por cierto, en una esquina de este parque encontramos una estatua a tamaño natural, y apoyada en un banco, que representa a Wynton Marsalis, el famoso trompetista de jazz norteamericano. Fue erigida en 2006 con el fin de ratificar la relación que desde hace años une a este músico con el Festival de Jazz de Vitoria.
Proseguimos nuestro paseo hacia la Catedral de María Inmaculada, más conocida como Catedral Nueva, puesto que fue levantada entre 1907 y 1969 en estilo neogótico. Actualmente aloja el Museo de Arte Sacro. Hay que destacar en su interior la maqueta del proyecto original y los vitrales de su ábside.
El museo está alojado en la girola (el espacio que rodea el altar mayor de la iglesia y que permite pasar por detrás del altar sin estorbar la misa) y expone piezas pictóricas de pintores de la talla del Greco, Alonso Cano o Rivera.
Tras bordear la sede del Parlamento Vasco y la Plaza del General Loma, donde hay dos esculturas del escultor y pintor vasco Agustín Ibarrola, llegamos al centro neurálgico de la capital alavesa: la bonita Plaza de la Virgen Blanca.
La Plaza de la Virgen Blanca está presidida por el monumento conmemorativo a la Batalla de Vitoria. De un lado de la plaza salen tres calles gremiales: Correría, Zapatería y Herrería. En el lado oriental de la plaza hay una entrada a la Plaza de España o Plaza Nueva, una plaza porticada obra del arquitecto local Justo Antonio de Olaguibel.
Tras visitar esta última plaza, salimos por su lado oriental y nos dirigimos hacia Los Arquillos, una ingeniosa solución arquitectónica proyectada también por el arquitecto Justo Antonio Olaguibel que permite salvar el desnivel existente entre el viejo cerro de Gasteiz y el Ensanche neoclásico de la ciudad.
Se trata de un conjunto de viviendas que es atravesado por una galería porticada. Salvando el desnivel llegamos a la balconada de San Miguel, la cual domina toda la plaza de la Virgen Blanca. En esta balconada se haya el acceso a la iglesia de San Miguel y hay una hornacina con una imagen de la Virgen Blanca, la Patrona de la ciudad.
Desde fechas recientes también se puede ver aquí una simpática escultura que representa a Celedón, el personaje protagonista del comienzo y final de las fiestas de la Virgen Blanca, la fiesta patronal de Vitoria, que se celebran del 4 al 9 de Agosto.
Subiendo hacia el cerro de la Vieja Gasteiz llegamos hasta la Plaza del Machete, llamada así por ser el lugar donde el procurador general síndico juraba guardar los derechos y privilegios de la ciudad sobre una biblia y un machete y bajo pena de cortarle la mano con el mencionado machete en caso de que incumpliera el juramento.
Actualmente se conserva una copia de este machete en una pequeña hornacina adosada al ábside de la iglesia de San Miguel. Preside también la plaza el Palacio de Villa Suso, mandado construir por Martín de Salinas en el siglo XVI.
Salvando las escaleras de San Bartolomé llegamos a su punto más alto del cerro de la Vieja Gasteiz. Cogiendo la calle de Fray Zacarías enseguida encontramos el Palacio de Escoriaza Esquibel, el palacio renacentista mejor conservado de la ciudad, y un tramo de la vieja muralla medieval de Vitoria.
La calle de Fray Zacarías desemboca finalmente en la Catedral de Santa María o Catedral Vieja, la cual está siendo sometida desde hace años a un profundo proceso de restauración integral que, en las fechas de escribir esta actualización (año 2024), aún no ha finalizado. El proyecto de obras llevado a cabo en este templo se ha convertido en un referente mundial.
Pero, aún y estar las obras de reconstrucción en marcha, se puede visitar el templo. Con el singular eslogan de «Abierto por obras» se realizan visitas guiadas a las obras de restauración de la Catedral, tratándose de una auténtica visita de obra, con casco incluido, pero con las correspondientes medidas de seguridad, que no deja de sorprender tratándose de un proyecto vivo y abierto. Poder pasear y contemplar una de las catedrales góticas más bellas de Europa en estas circunstancias es algo único.
Podemos certificar que la visita es muy interesante, a la vez que amena. Antes había que reservar la visita por teléfono o por e-mail y el precio normal de la visita para un adulto era de 5 €. Ahora se puede hacer la reserva a través de la web del templo y hay varias modalidades de visita, a partir de 8,5 €.
El acceso a la Catedral es a través del Centro de Acogida al Visitante, en la Plaza de la Burullería, frente al Portalón.
Desde el año 2015 la Catedral de Santa María está en la lista de monumentos Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO bajo la denominación Caminos de Santiago: Camino francés y caminos del Norte de España.
Y como curiosidad mencionar que este templo inspiró al autor galés Ken Follet para escribir la obra «Un mundo sin fin», la segunda parte de la exitosa saga literaria «Los Pilares de la Tierra».
A su vez, la Plaza de la Burullería está flanqueada por tres notables edificios:
Siguiendo por la calle Cuchillería llegamos hasta el Palacio Bendaña, construido en el siglo XVI donde antes se ubicaba el Palacio de los Arrieta Maeztu, del que todavía quedan algunos restos.
Sobre este antiguo palacio renacentista el arquitecto Francisco Mangado, discípulo de Rafael Moneo, ha levantado un complejo museístico denominado BiBat y que fue inaugurado en 2009. Este moderno complejo acoge actualmente el Museo de Arqueología de Álava y también el Museo Fournier de Naipes.
Más adelante en la misma calle encontramos la Casa del Cordón, un palacio construido en el siglo XV y que representa un bello ejemplo de arquitectura gótica civil. Actualmente aloja numerosas exposiciones de carácter didáctico y en su interior se encuentra un trozo de la vieja muralla de la ciudad.
Y continuando hasta el final de esta calle llegamos nuevamente a Los Arquillos, donde dimos por acabada esta visita a pie por Vitoria.
Y para recuperarnos del esfuerzo hecho, iniciamos un breve recorrido por una selección de la gastronomía local.
El centro de la ciudad y el casco medieval de Vitoria conforman una gran área peatonal de tráfico restringido a residentes. Una vez en el centro las distancias son pequeñas y se pueden recorrer a pie, sin prisas ni mucho esfuerza, en relativamente poco tiempo.
Parkings donde dejar el coche alrededor del centro: Catedral, Palacio de Congresos, Juan de Ayala, El Corte Inglés, y en el Museo Artium. Más información sobre donde aparcar en Vitoria.
En la oficina de turismo, así como en los centros cívicos, se alquilan bicicletas a un precio simbólico para recorrer la ciudad. También todos los hoteles de 3-4-5 estrellas ofrecen este servicio.
Otra alternativa para llegar al centro es el moderno tranvía que va desde los barrios de Lakua y Abetxuko, pasando por el eje de la Avenida Gasteiz, hasta el mismo centro de la ciudad.
En el centro de Vitoria las mejores opciones, descartando los grandes hoteles, son las siguientes:
Y si se busca más lujo nada mejor que el Gran Hotel Lakua, en la calle Tarragona nº 8, a solo 2 km del centro. Es el único hotel de 5* de la ciudad y fue inaugurado en 2002. Cuenta con todas las comodidades y servicios de un moderno hotel de su categoría, incluyendo un spa, y ofrece ofertas especiales para fines de semana y escapadas temáticas.
Las mejores barras de pintxos de Vitoria son las siguientes:
Además, todos los jueves del año tenía lugar lo que se conoce como pintxo-pote, un auténtico fenómeno social que nació en 2004 y que por solo 1 € permitía degustar un pintxo y una copa de vino. Son varias las zonas de la ciudad donde se puede disfrutar de esta oferta, siente la más arraigada la de la calle Gorbea.
En la actualidad hay varias rutas por la ciudad en diferentes días de la semana (miércoles, jueves, viernes y sábados), en horario de 19:00 a 23:00. Este fenómeno también se ha exportado a otras ciudades y pueblos del País Vasco.
En el Casco Medieval:
En el Ensanche Neoclásico:
En la zona Avenida de Gasteiz:
Restaurantes temáticos en el centro de la ciudad:
Destacamos la Confitería Goya (Eduardo Dato Kalea, 6 - Vitoria), conocida sobre todo por los bombones Vasquitos y Nesquitas (bombones de chocolate) y las trufas. Y también la Confitería Sosoaga (c/ Diputación, 9 - Vitoria).