Relato de un viaje por libre al Perú

Lima es una megaciudad megafea. Únicamente el centro tiene algún interés, aunque no es nada del otro mundo. Sólo recomiendo el museo de la Nación (la entrada cuesta 6 soles).

Alojamiento y comida

La mayoría de turistas se alojan en el barrio de Miraflores. Es el más moderno y parecido a una capital europea. Los precios también son superiores. Es un barrio tranquilo y seguro, aunque algún turista tuvo problemas paseando por la costa.

Nosotros no nos alojamos en Miraflores. Estuvimos en Hostal Darier. Se trata de una casa particular, regentada por la Sra. Amina, donde se alquilan habitaciones. Es muy simple y económica. La ventaja principal es que la familia te viene a esperar al aeropuerto y que ofrecen cualquier tipo de ayuda para conseguir billetes para viajar por el país. Como todo en Lima, no está cerca del centro, pero se llega a todos lados con el bus municipal.

Podéis contactar con esta familia a través del correo electrónico. Los haréis felices llevándoles una bolsa de pipas o pistachos (por no decir algo de jamón). Nos salió por 50 US$, dos noches, dos personas y varios trayectos en su coche particular (que es lo que lo encareció).

Algunos precios orientativos para la comida son los siguientes: 2 soles un café, 52 soles una comida de cebiche (pescado aliñado con limón) y 5 soles una pizza.

Moverse por la ciudad

Es necesario preguntar antes de tomar cualquier bus o minibus. Son muy económicos. Los taxis nos salieron por 6 ó 7 soles.

Salir de la ciudad

Nada más llegar aconsejo visitar las compañías aéreas nacionales para ver si tienen ofertas y plazas en algún trayecto. Los trayectos son largos y no hay tanta diferencia entre avión y bus (el cómodo). Nosotros sólo conseguimos billete de Cusco a Lima, al precio de 79 US$ por persona. El resto de los trayectos los hicimos en bus. Hay dos compañías de autobuses que operan por todo el país, Cruz del Sur y Ormeño. Tienen buses de lujo. Son caros, pero recomendables por su seguridad y comodidad. El precio del autobús Lima-Pisco es de 40 soles.

Llegamos a la ciudad de Pisco después de cuatro horas de viaje. Nos hospedamos en el hostal de unos conocidos llamado Hostal Posada Hispana, en la calle Bolognesi 236. El precio de la habitación doble es de 20 US$. Está regentada por Milagros o bien por Joan (nacido en Sabadell).

Precio de una cena para dos personas en el Restaurante Don Manuel: 58 soles. Precio de una comida para dos en el Restaurante El Catamarán: 46 soles. Precio de un café con leche: 3'5 soles.

Prácticamente lo único interesante de la ciudad es el parque nacional de la isla Ballesta. Para visitarlo es necesario contactar con alguna de las agencias locales que hay en la Plaza de Armas. Es posible contratar excursión de día completo o sólo medio día. Dependiendo del tiempo, puede ser necesario abrigarse o llevar protección solar. Nosotros contratamos la excursión de medio día (precio 20 US$ dos personas) para poder tomar el bus a Arequipa. Merece la pena la visita, sobre todo si uno no conoce Galápagos. Nos dijeron que la visita de la tarde también es interesante. Contratar la barca por cuenta propia puede ser complicado, y no implica mucho ahorro.

Esa misma tarde partimos (también en bus de la misma compañía pasando por Ica) a Arequipa. El precio del autobús a Arequipa es de 110 soles. No es directo, se cambia dos veces de autobús. Hay gente que se apea en la segunda parada en Ica, famosa por su duna gigante.

Líneas de Nazca. No las visitamos. Mucha gente iba de Pisco a Nazca. Desconocemos precios, pero sí sabemos que la mayoría de gente se marea.

El viaje es mejor hacerlo de noche, pues dura unas doce horas. El paisaje es bastante feo hasta llegar al destino. De a la estación de buses a la ciudad son 3 soles en taxi. Los taxistas recomiendan hoteles. Como siempre, busque y compare. Estuvimos en dos, Los Balcones de Santa Catalina y Hostal Las Torres de Ugarte, al lado del convento. El primero, si bien es más céntrico que el segundo, lo dejamos por falta de agua caliente y pulgas en la habitación (pueden estar en cualquier hotel). El precio de la habitación doble es de 18 US$. En el hostal Las Torres de Ugarte (en calle Ugarte 401-A) la habitación doble cuesta 50 soles y sus responsables son encantadores.

Los siguientes precios son para dos personas: 18 soles un menú vegetariano, 48 soles una cena turca, y 31 soles una cena normal.

La ciudad de Arequipa es preciosa. Su plaza no deja de ser la típica "plaza de armas". Llaman la atención los escribientes, con sus máquinas de escribir sentados en los bancos públicos a la espera de que cualquiera necesite sus servicios. La ciudad supera los dos mil metros de altitud, por lo que no está de más empezar a tomar mate, o Coca-Cola. Hay bastante a visitar dentro de la ciudad. Destaca, por supuesto, el convento de Santa Catalina. La entrada cuesta 15 soles, más propina a la guía, que se pone borde si le parece escasa. Merece la pena dar una vuelta por los alrededores de la ciudad. Desde el mismo hotel llaman a algún guía para un city-tour (tour campiña) de media jornada (coche de particular para dos personas: 50 soles). La visita a la casa Moral cuesta 10 soles.

La lavandería cuesta 10 soles y 1 hora de Internet 1'2 soles.

Un inciso: Cuidado con las postales que enviéis. El precio de los sellos es un auténtico robo.

Valle del Colca. La excursión más típica a realizar desde Arequipa es la visita al valle del Colca. Multitud de agencias locales venden el servicio. La mayoría hacen exactamente lo mismo. Gran parte de la excursión depende de la suerte: guía, vehículo y compañeros de viaje. El paisaje merece muchísimo la pena. Ver cóndores o no también depende de la suerte. El precio del tour para dos personas al Valle del Colca es de 38 US$.

Dirección Chivay se cruza la parte más alta del recorrido que es de 4.800 mts. Cuidado con los excesos de esfuerzo. Mucha gente, los que hacen el viaje en el mismo sentido que nosotros, sufre aquí por primera vez el mal de altura. El pueblo de Chivay tiene poco a visitar, por lo que merece la pena acercarse a los baños termales y quitarse el polvo del camino. En Chivay hace más frío que en Arequipa. Nosotros contratamos hotel económico, y tuvimos frío en la habitación. También era frío el local dónde te llevan a cenar con show folclórico incluido (el precio de la cena en la "Peña" de Chivay cuesta 15 soles, más la propina a los músicos y bailarines). Personalmente me pareció demasiado montaje turístico. Una comida en Chivay cuesta 17 soles.

Al día siguiente, temprano, se reemprende viaje en dirección al mirador. Se hacen una o dos paradas, más que visitas, antes de llegar. El paisaje es lo mejor. Nosotros, por suerte, vimos tres o cuatro cóndores a lo lejos. Te dejan ahí un tiempo suficiente para aborrecer el lugar, si no hay cóndores y para que uno pueda comprar artesanía local. Se come en Chivay, quedando unas dos horas para pasear. La vuelta a Arequipa es un coñazo.

A la llegada del tour, nuevamente en Arequipa, fuimos a recoger el equipaje al hotel y salimos de inmediato a la estación de autobuses para ir a Puno. El billete Arequipa-Puno es mejor adquirirlo con antelación y cuesta 200 soles.

Puno. Hemos viajado toda la noche. La altitud es de 3.830 mts. La claridad del cielo es impresionante, sobre todo si uno no lleva gafas de sol. La ciudad es muy fea. Su principal interés radica en que es el punto de partida para visitar las islas del lago. Es posible hacerlo por cuenta propia, pero contratar una agencia local sale casi al mismo precio. No tuvimos tiempo de salir en barca el mismo día, aunque se puede intentar si os dais prisa al dejar el autobús.

En Puno nos alojamos en Helena, en la calle Jr. nº 333 (tel. 36.76.50, fax 35.21.08). El precio de la habitación doble es de 30 US$. Una comida o cena cuesta 20 soles y un desayuno con pastas y café 4 soles. Un taxi cuesta 14 soles.

Desde Puno pueden hacerse varias excursiones por los pueblos de alrededor. También hay combinaciones para ir a Bolivia, haciendo escala en las islas bolivianas del lago, que parece ser que son muy distintas. Para ir de Puno a Cusco se puede optar entre bus o tren. Nosotros fuimos en bus. Esta vez cogimos uno económico, y casualmente nos dejó tirados a mitad de camino. Llegamos a Cusco con el bus de Ormeño. El precio de ese autobús económico es de 20 soles (duración: 10 horas, en nuestro caso por avería, en realidad deberían ser 6-7 horas). Si os sucediera algo similar, después de mucho insistir recuperaréis buena parte del billete. Unos amigos tomaron un bus que hace paradas por el camino. Puede parecer muy turístico, pero es recomendable puesto que hay lugares muy interesantes, y así uno evita retroceder por el mismo camino cuando llega a Cusco.

Islas del lago Titicaca. El tour a las islas lo ofrecen todas las agencias. Hay muchas, y todas ofrecen exactamente lo mismo. Recomendamos el tour de dos días antes que el de uno, para pasar una noche en Amantaní. Es la isla menos desarrollada de las dos que se visitan. Antes de llegar a Amantaní se hace una parada en las islas flotantes. En mi opinión es un montaje para turistas.

En Amantaní no hay electricidad ni agua corriente. Las familias locales acogen a los turistas, según el riguroso orden de llegada. Nosotros comimos bien, aunque casi a oscuras. Las camas son decentes, aunque sin sábanas. Cuidado con la cabeza al pasear por la casa, pues los indígenas son muy bajitos y todo está hecho a su medida. El water está fuera de las casas, al estilo "casa de la Pradera". Por la tarde subimos a la cima de la isla, a una altura de 4.200 mts, a ver el atardecer. Dicen que es una maravilla, aunque a mí me pareció un atardecer normal, puesto que no había ni una nube que lo adornara. Se baja de inmediato para no quedarse a oscuras. Enseguida se nos hizo de noche, serían las seis. Aprovecha y mira las estrellas, es algo impresionante. Cada uno toma la cena en su respectiva casa. Después, acostumbran a tomar una copa todos juntos y hacer algo de fiesta. No fuimos. No está de más llevarse algo de comer, pues en la casa no es abundante, especialmente el desayuno. Al despedirse, es habitual darles algo de propina y de comida (previamente adquirida en Puno).

Volvimos a subir al barco en dirección a otra isla llamada Taquile. Tuvimos la suerte de que llegamos al pueblo por una cuesta ligera. El otro camino es una escalinata de 500 escalones. Subir eso a 3.800 metros de altura no es fácil. La única forma que veo de evitarlo es preguntando en la agencia qué camino toman. Si vuestra opción es el tour de un día, seguramente las vais a subir. Taquile es mucho más bonita que Amantaní, aunque el paso del turista ya se nota en demasía. Es interesante conocer las dos islas y comparar. Aquí hay tiendas, bares y restaurantes. Un buen lugar para desconectar unos días.

Es muy necesario ponerse crema protectora para el sol. Recomendable ir bien preparados con gorras, gafas de sol y, como no, algo de abrigo. Creo recordar que la duración del paseo en barca hasta Puno es de 4 horas. El precio de la excursión es de 30 ó 35 soles y una comida en Taquile cuesta 11'5 soles.

A la hora de escoger un hotel debéis tener presente que en la mayoría (económicos) no tienen calefacción ni agua caliente. Nosotros estuvimos en tres hoteles. El primero lo pillamos ya de noche cuando no teníamos ganas de buscar. Su nombre es Hotel Santa Catalina y lo dejamos por caro (30 US$ por noche). El segundo (se nos olvidó el nombre y llegamos a él por recomendación de una agencia de catalanes mencionada más abajo), cerca de la plaza de armas, en pleno centro, lo dejamos porque nos hizo mucho frío y no tenía calefacción. El tercer hotel, Hostal El Arcano (C/ Carmen alto, 288 San Blas, telefax 084.23.27.03), está situado en el barrio de San Blas y está regentado por la Sra. Sonia, que es una buena chamán. El precio de la habitación doble es de 15 US$. El servicio de lavandería cuesta 6 soles. En un principio los taxistas no nos recomendaban hoteles en el barrio de San Blas por inseguridad, pero, en cuanto conocimos la zona, vimos cuan equivocados estaban (sería por interés en comisiones).

El Hostal El Arcano queda cerca de la iglesia de San Blas. La plaza de enfrente es muy tranquila. En la calle que va de San Blas a la Plaza de Armas, hay una estupenda pastelería.

La Oficina de Información Turística está en la c/Mantas, 117-A. Un taxi de la estación de buses al centro cuesta 4 soles.

En Cusco hay mucha oferta en restaurantes. Habitualmente comíamos de menú y cenábamos tipo occidental. Para tomar menú, lo mejor es preguntar a los lugareños. Si bien no hemos mencionado ningún restaurante, no podemos dejar de mencionar el Restaurante Greens, en la calle Tandapata 700, tocando a la Plaza San Blas. La decoración es inglesa y la comida es, simplemente, diferente (excelente arroz a lo tropical). El precio de una cena en el restaurante Suizo es de 30 soles, de un desayuno 8 soles, de una comida en un bar de menú 2'5 soles, y de una cena 38 soles.

Hay un montón de agencias locales. Ante la duda de cual escoger, podéis acudir a Atalaya, regentada por catalanes. También echan una mano para encontrar hotel. Los encontraréis en Calle Arequipa 242 (Tel. 54-84-228327).

Cusco. En Cusco y alrededores hay mucho que ver. Es necesario planificarse un poquillo los dias de estancia por esta zona para aprovechar mejor el tiempo y los desplazamientos entre pueblos. Es conveniente comprar el boleto de visitas del valle que cuesta 10 US$.

Es imprescindible visitar algún mercado, en Chincheros o en Pisac. En los dos casos, el día de máximo esplendor es el domingo. Se celebra también mercado en martes y jueves. Si bien en Pisac hay movimiento en cualquiera de los días mencionados, el mercado intersemanal de Chincheros queda reducido a la mínima expresión. Puesto que la mayoría de turistas se van de mercado en domingo, éste puede ser un buen día para visitar Machu Picchu, y así evitar algo de aglomeraciones. Nosotros lo hicimos así aunque no puedo decir si acertadamente o no. Ciertamente no había mucha gente en Machu Picchu, pero no sé qué nos perdimos en Pisac o Chincheros (sobre todo este último).

Chincheros. A parte del mercado, sólo hay una iglesia y alguna terraza inca a visitar. El camino de Cusco a Chincheros es muy chulo (aspecto general en todo el valle). El taxi a la estación de autobuses de Cusco cuesta 2 soles y el autobús a Chincheros 3 soles. A la vuelta un taxi compartido de Chincheros a Cusco nos costó 6 soles.

Pisac. Para ir a Pisac hay muchos autobuses. Como nos quedan pocos días y estamos cansados, vamos en taxi. Además, debe considerarse que uno de los inconvenientes de tomar un bus es que puede oler muy mal. Más de un turista se marea. El bus te deja en el pueblo, mientras que el taxi nos deja en las ruinas (un poco alejadas del pueblo, y cuesta arriba). Las ruinas son impresionantes. El problema está en volver al pueblo. Mientras esperas o negocias un taxi, ofrecen estupendos zumos de naranja. El mercado, aunque ya está muy enfocado para los turistas, es interesante. De Pisac a Cusco también es un problema. Los buses que pasan ya vienen llenos. Nosotros nos juntamos con otros turistas para compartir taxi. El precio del taxi fue de 49 soles. Una comida para dos personas costó 18'5 soles.

De los monumentos a visitar por la zona no hacemos mención en este relato. Aparecen en todas las guías y el interés que puedan tener depende de los gustos de cada uno. Es necesario comprar un talonario de entradas en la oficina de turismo de Cusco para acceder a la mayoría de ellos. Todas las agencias ofrecen visitas por la ciudad de 4 horas. El éxito de la visita depende exclusivamente de la calidad del guía. En nuestro caso fue un fiasco absoluto. A otros amigos les entusiasmó, con otra guía.

Para llegar a Machu Picchu desde Cusco hay dos opciones: andando o en tren.

- Andando. Puede escogerse entre andar dos días o cuatro. No lo hicimos por la lluvia, el mal de altura que teníamos y nuestra baja forma. TODOS cuantos vimos que lo habían hecho decían lo mismo: "muy bonito, estoy muy contento de haberlo hecho, pero es muy duro no volvería a hacerlo nunca más". Cuentan que el segundo día es muy duro. Las agencias te dicen que por el camino del inca serás el primero en llegar a Machu Picchu por la mañana. Es falso, en tren y bus se llega antes. No sé precios, lo siento.

- En tren. Llega hasta Aguas Calientes. De ahí se toma un bus hasta el Machu Picchu. El tren es muy caro. Para ahorrar algo, y aprovechar mejor el día, no lo tomamos en Cusco sinó en Ollantaytambo, la penúltima estación. Es aconsejable reservar plaza en seguida que lleguéis a Cusco. Cuentan que la vista nocturna de Cusco desde el tren es impresionante. Muchos dicen que si lo hubieran sabido, se hubieran bajado en cualquier estación para tomar un bus, y así ahorrarse la paliza de tantas horas en tren.

Ollantaytambo. Hay varias combinaciones de autobuses para llegar a Ollantaytambo desde Cusco y el billete cuesta 3 soles (y el taxi para llegar a la estación de autobuses cuesta 2 soles). Llegando por la mañana, hay tiempo suficiente de visitar las ruinas y el pueblo y, o bien volver a Cusco, o bien tomar el tren a Aguas Calientes (a las 18 h). Si tenéis mala suerte y llueve, hay en el pueblo muy pocos lugares donde resguardarse. El pueblo es alucinante. En día soleado debe ser la ostia. Todo el trayecto en tren a Aguas Calientes se hace de noche y cuesta 20 US$, ida y vuelta.

Aguas Calientes. Llegamos a Aguas Calientes ya de noche. La primera impresión es como si hubiéramos llegado al último pueblo del mundo. El tren paró en mitad del pueblo como si de una película del oeste se tratara. Fuimos al hotel que nos recomendó un viajero y después fuimos a cenar. Se trata del Hostal Rupa Wasi (Tel. 084-211101). La gente del hostal es muy amable, pero el sitio es carillo (30 US$ la habitación doble). En el mismo hostal dan masajes y ceremonias con plantas medicinales. Sólo probamos el masaje, que es normalito (15 US$ pax). Hay muy poco que hacer en el pueblo.

Machu Picchu. A las 6:00 h de la mañana sale el bus de Aguas Calientes a Machu Picchu (cuesta 9 US$). Si se toma el primer bus, se llega a las ruinas cuando no hay nadie o llegan los primeros caminantes. Después de unas cuantas curvas llegamos a la cima de nuestro viaje. La sensación al llegar fue preciosa. Todo el mundo va directamente al mirador, desde donde se hacen las típicas fotos. Había un manto espeso, húmedo, que a medida que despertaba, unas nubes tímidas se estiraban como si de unos brazos fuesen. Un sol vago iluminó a su capricho partes del reptil que a nuestros pies aún dormía. La gente se queda embobada y en silencio contemplando. Lo cierto es que pasó mucho tiempo hasta que empezamos a bajar del mirador. Contratamos una visita guiada (2 horas). La entrada al recinto cuesta 20 US$.

En cuanto llegan los turistas procedentes de Cusco en tren (el primero llega de 10 a 11 de la mañana), ya está casi todo visto. Por el tipo de billete comprado, tuvimos que esperar a la mañana siguiente para subir a Cusco (contrariamente a lo que la mayoría cree, de Cusco a Machu Picchu se desciende, pues éste está camino de la selva). El tren barato a Ollantaytambo sale a las seis. Al llegar, hay un montón de autobuses para ir a Cusco (el autobús cuesta 5 soles).

Nuestro viaje se acaba. Paseamos hasta la hora de comer y aprovechamos para tomar cebiche (pescado crudo aliñado con limón, muy bueno). Nuestro vuelo sale muy temprano hacia Caracas y de allí a Madrid.