Relato de un viaje en coche a Italia

En el primer día de viaje salimos de Madrid a las 7:30 para llegar con tiempo a Barcelona y embarcar el coche en el Eurostar de Grimaldi Ferries a las 19:00. El camarote es interior y para dos personas, con buenas instalaciones, pero vibra ya que nos encontramos encima de los motores.

En el trayecto, desde cubierta se ven de lejos Córcega y Cerdeña. Llegamos a Civitavecchia a las 15:30. Inmediatamente de sacar el coche de la bodega la policía de aduanas nos pregunta si llevamos droga y nos inspeccionan el vehículo y el equipaje con perros.

Recorremos los 85 km que nos separan de Frascati (ciudad a 30 km al sur de Roma), donde nos quedamos en el Fast Hotel Roma Sud. Se trata de un alojamiento barato con parking gratuito, situado en la autovía al lado de un autogrill y una estación de servicio. Cuesta 45,5 €/noche en habitación doble con baño y desayuno. La ubicación del hotel resultó muy incómoda.

Esa misma tarde decidimos acercarnos a Roma en coche y creo que no he conducido con un tráfico tan caótico nunca.

Nos levantamos temprano y fuimos en coche hasta la parada de metro de Anagnina a 8 km del hotel, allí dejamos el coche en el parking de la estación. Hasta Termini nos separan 15 o 20 minutos.

Lo primero que visitamos fue el Coliseo (29 € dos personas con visita guiada), luego recorrimos el foro para llegar a los Museos Capitolinos (16 €). Proseguimos por el Monumento Nacional a Vittorio Emanuel II, Piazza Navona, Fontana de Trevi y Piazza Spagna. Desde esta última cogimos el metro hasta Coliseo para ver El Palatino y la Bocca de la Verita.

Este día nos despertamos un poco más tarde, ya que había que ir al Vaticano, donde llegamos a las 10. Personalmente creo que no hay buena receta para hacer menos cola, simplemente saber que estarás un mínimo de dos horas y tomarlo con calma. Visitamos San Pedro, los Museos Vaticanos y el Castillo de San Angelo. En Ottaviano (parada más cercana a San Pedro) cogimos el metro para ir a Circo Maximo y ver las Termas de Caracalla. Después cenamos en el Trastevere. Nos hemos dejado algunas cosas por ver, pero es la mejor excusa para volver.

A las 8:30 salimos dirección Pompeya. Las autopistas italianas me parecieron mejores que las españolas, en el 90% de los tramos tienen 3 carriles, pero pagando, claro.

El Hotel Iside es un hotel familiar con parking gratuito. La habitación doble con baño y desayuno nos costó 80 €/noche. Está a 800 m. de las ruinas, así que pudimos dejarlo en el parking.

Tuvimos la suerte de ir a las ruínaqs el día de entrada gratuita y por el horario desestimamos la opción de una visita guiada, con lo cual hicimos la visita a base de mapa y guía; es un lugar muy impresionante y desde luego merece la pena el desplazamiento.

Nos pusimos en marcha temprano ya que hay muchos kilómetros entre Pompeya y Florencia y los lunes no abren los museos en Florencia.

El hotel escogido en Florencia fue el Grand Hotel Mediterraneo, situado a unos 15 minutos andando de todos los monumentos. Tiene parking gratuito, pero solo dispone de 6 plazas. Es de 3 estrellas, aunque parece de 4. El precio de la habitación doble con baño y desayuno continental fue 90 €/noche. Pudimos aparcar el coche dentro.

Al igual que el día anterior, los museos son gratis. Visitamos La Academia para ver el David (1:30h de cola) y los Uffizi (2:00h).

Dedicamos la mañana a visitar el Duomo y Santa Croce. Al mediodía fuimos a Montecatini Terme, donde nos alojaríamos esa noche, en el Hotel Montebello, a 40 km de Pisa y 30 de Florencia. Se trata de una ciudad pequeña y el coche se puede aparcar en la calle. Misma condición de alojamiento, pero sin desayuno, 60 €/noche. Aprovechamos la tarde para ir a ver Pisa.

Salimos temprano para estar todo el tiempo posible en Venecia, la capital de Veneto. Nuestro hotel, el Villa Graziella, se encontraba en Mestre (Marghera), a sólo 15 minutos en autobús de la Plaza de Roma de Venecia (la línea de autobus es la 6 o la 6/). También con parking gratuito y, como el anterior, sin desayuno: 76 €/noche.

Dejamos el coche en el hotel y con la línea 6 de autobús en 15 minutos estábamos en la Piazza Roma de Venecia. Como dato informativo cada billete de vaporeto cuesta 5 € y realizan visitas para las islas de Murano, Burano y Torcello.

Se acabo nuestro recorrido por Italia, la siguiente noche será en territorio francés. Aunque hacíamos noche en Cannes, pasamos por Mónaco para ver este peculiar país. Solamente la entrada desde la autopista, bajando todo el acantilado hasta la playa por esas carreteras serpenteantes ya merece la pena haber parado y además la primera hora de los parking es gratuita.

Por la noche cenamos en uno de los múltiples restaurantes que hay en el Boulevard de la Croisette de Cannes, muy bonito. En Cannes escogemos el hotel Ideal Sejour (55 €/noche, sin desayuno). Andando hay unos 25-30 minutos hasta la playa. El coche se deja sin problemas en la calle y la zona del paseo marítimo dispone de varios parking de pago.

Madrugamos un poco menos que días anteriores y salimos a las 10 hacia Arles. Nos separan 225 km, pero siempre es un placer conducir por autopistas francesas, la gente aquí es muy correcta y respetuosa.

Arles es una pequeña ciudad relativamente cerca de Marsella donde vivió largos años Van Gogh. También es conocida por el gran anfiteatro romano reconvertido en plaza de toros.

Aquí comimos para proseguir el viaje hasta Cerdanyola del Vallès, donde llegamos a las 19 h.

En Cerdanyola del Vallès nos quedamos a dormir en el hotel Eurostars Parc del Vallès, el mejor en cuanto a instalaciones (piscina, gimnasio e internet gratuito), es un 4 estrellas. Dispone de parking gratis y nos costó unos 60 € sin desayuno, luego lo incluimos (13 € persona).

Al día siguiente realizamos el trayecto final entre Cendanyola del Vallès y Getafe. La vuelta a casa siempre es pesada.