Relato de un viaje a Tenerife y La Gomera

Vuelo de Ryanair (260 € ida/vuelta para 2 personas con 2 maletas facturadas, comprado a través de eDreams), puntual, al aeropuerto Tenerife Sur.

Recogemos el coche alquilado por internet en la web de PlusCar-Tenerife (precio: 149 € por el alquiler durante 10 días de un Fiat Qubo nuevo, mejor imposible).

Seguimos, ya con el coche, al puerto de Los Cristianos para tomar el ferry Naviera Armas de las 14:00 a San Sebastián de La Gomera (103 € ida/vuelta para 2 personas de 60 años y coche de menos de 4,8 metros, reserva por internet). El tiempo previsto de viaje era de 1h 30', pero tarda menos de 1 hora. El catamaràn de la naviera Fred Olsen es más rápido, pero cuesta un 50% más.

Ya en San Sebastián de La Gomera y después de hacer una breve visita al jardín del Parador para tener una vista aérea del puerto, ascendemos por la magnífica carretera del Norte. Después del descenso a La Hermigua, seguimos a Agulo, donde damos un paseo a pie por sus antiguas calles. Continuamos subiendo y bajando puertos hasta Vallehermoso.

Aquí tenemos habitación reservada en el hotel rural Tamahuche, encantadora casa de 1896 en estilo tradicional (76 € la habitación doble, HD), donde nos atiende el Sr. Jordi, de Girona. Muy recomendable. Lástima que no tengamos más días para repetir. Cenamos en el Bodegón Agana, bastante bien, pero las raciones son enormes.

Hoy seguimos parte de les recomendaciones de Jordi. Comenzamos bajando los 3 km hasta la playa de Vallehermoso para ver los restos de un pescante, antiguas estructuras de carga y descarga de los barcos.

Subimos la empinada carretera a El Bailadero, desde donde tenemos una vista vertical de 1.000 m. sobre Alojera y la costa noroeste de la isla. Vemos la isla de La Palma y la más cercana de El Hierro, que estos días es noticia por terremotos y unas erupciones submarinas. Vale la pena visitar el Mirador del Santo y el Mirador del Palmarejo, cerca de Arure. Seguimos por la carretera del centro en dirección a la capital, San Sebastián.

De las muchas excursiones a pie que contiene el web del Parque Nacional Garajonay, nosotros seguimos el itinerario nº 5 del Jardin de Las Creces, circular de 4,2 km y 90 m. de desnivel, con tiempo teórico de 1 h 30', que hacemos sin prisas en menos de 1 hora. Permite recorrer un precioso bosque de tipo fayal-brezal.

El pueblo de Chipude es conocido por su característica cerámica, que se ve trabajar artesanalmente. El Mirador de la Ermita de Igualero tiene buenas vistas a La Fortaleza.

Desde el Alto del Contadero seguimos a pie el itinerario nº 7 al Alto de Garajonay (1.487 metros), el punto más alto de La Gomera. El recorrido es de 2,5 km y desnivell de 140 m., con tiempo teórico de 1h 30', que hacemos en 50'. La vista del Teide es magnífica. En la cima hay restos de excavaciones arqueológicas. Era lugar ceremonial de los antiguos gomeros.

Continuamos por la carretera del Centro y nos desviamos a la izquierda por la carretera que baja a La Hermigua y de nuevo a la izquierda por el punto llamado Reventón Oscuro. De aquí baja una estrecha pista pavimentada con mucha pendiente por el Barranco del Cedro entre un bosque tan cerrado que el sol no toca el suelo, y que llega a El Chorro, salto de agua que ahora se encuentra en un nivel muy bajo por falta de lluvias.

Retornamos de nuevo a arriba, hasta la carretera del Centro, y la seguimos abajo hacia la capital. Hay que parar en diversos miradores para observar los Roques, especialmente el Roque de Agando. Los roques son pitones volcánicos procedentes de chimeneas solidificadas de volcanes. Las materias que forman el volcán, piedras y cenizas, son fácilmente erosionadas a posteriori, pero las chimeneas formadas por basalto son mucho más duras y quedan en esta forma.

La puesta de sol frente a San Sebastián de la Gomera, con el Teide al fondo, es una postal que hay que contemplar con calma. Tenemos reserva en el hotel Villa Gomera, sencillo y funcional, pero correcto (46 € la habitación doble HD). Cenamos muy bien en la familiar Tasca Breñusca (Poyata del Medio, 11), junto al puerto.

Tomamos el ferry de las 7:00 de San Sebastián de la Gomera a Los Cristianos, en Tenerife. Tenemos que ir al Observatorio del Teide y por tanto, tenemos que subir y cruzar Las Cañadas del Teide, pasando por la ruta de Arona y Vilaflor.

Saliendo de Vilaflor empieza el bosque de pino, que se extiende hasta a tocar de la lava. En el punto llamado Boca de Tauce se entra súbitamente en la gran explanada de la caldera, delante mismo del inmenso volcán de 3.717 metros de altura. Se pasa de 0 a 2.046 m. en 38 km. Las visitas guiadas gratuitas al observatorio se hacen entre semana, siempre que haya un mínimo de 15 asistentes. Tienen una duración de hora y media aproximadamente y son interesantes. Se solicitan rellenando un formulario en la web del Instituto Astrofísico de Canarias. Por la tarde, vamos visitando los diversos miradores con paneles explicativos del Parque Nacional.

Tenemos reserva de dos noches en el Parador del Teide, que es el único alojamiento disponible en el parque. Los otros alojamientos mas cercanos se encuentran en Vilaflor o La Esperanza. Cuesta 106 € la habitación doble HD. Los viernes por la noche, un astrónomo imparte una sesión divulgativa de lo más didáctica para los clientes del parador. Recomendable.

Hoy es nuestro dia de ascenso al Teide, que pretendemos bajar a pie. Se sube en teleférico hasta los 3.555m. a partir de las 9 de la mañana (12,5 € por persona y trayecto). El tramo final hasta los 3.717 metros de la cima requieren un permiso de la dirección del parque. Hay unos vigilantes a la salida de la caseta terminal del teleférico que controlan los permisos.

Hay que ser conscientes de que estamos en alta montaña y respetar los criterios de prudencia necesarios. Hay que ir bien calzado y equipado para el frío y el sol y tener en cuenta que por el hecho de subir hasta aquí en teleférico hemos llegado sin ningún tipo de aclimatación natural. Cuidado en el caso de personas sensibles a las bajas presiones.

Nosotros pasamos una hora larga en la cima, contemplando el enorme paisaje. Se observan las islas de La Palma, La Gomera y Gran Canaria. A menudo, como hoy, el cielo está bien nítido, pero hasta media altura del lado norte de Tenerife está presente la caracte- rística nube producida por los vientos alisios, llamado panza de burro, que deja durante horas o días sin sol directo aquella zona.

Bajamos hasta el teleférico, donde los vigilantes nos devuelven nuestro permiso de la cima, seguimos hacia el oeste el camino del Mirador del Pico Viejo (20' ida y vuelta), y posteriormente hacia el este el camino del Mirador de la Fortaleza (20'). Desde éste emprendemos el largo camino del descenso que nos llevará por el refugio Altavista (3.270 m) y la Montaña Blanca (2.750 m.) hasta la propia carretera del parque, a unos 2,5 km del aparcamiento del teleférico, que es donde tenemos nuestro vehículo.

Empleamos unas 4 horas en el descenso, que comporta 1.500 m. de desnivel y unos 11 km de recorrido, aparte de los otros 2,5 km. El camino es una preciosidad. El primer sector, entre el mirador de la Fortaleza y el refugio transcurre por una especie de trinchera entre coladas de lava y el sector de la Montaña Blanca tiene un increíble color ocre, con grandes bloques de lava emitidos por las coladas volcánicas, y que han llegado rodando por la pendiente a kilómetros de distancia. Con su color tan negro contrastan en medio del desierto de piedra menuda ocre. Son Los Huevos del Teide.

Hoy seguiremos en descenso la carretera dorsal, primero hasta La Esperanza, desde donde seguimos a Santa Cruz de Tenerife. Damos una breve vuelta por la capital de Tenerife. Vemos el Parque Marítimo Cesar Manrique, el Auditorio, que tiene un aire al Teatro de la Ópera de Sidney. Entramos a pie por el céntrico barrio de la Iglesia de la Concepción. Vemos la Plaza del Patriotismo y salimos por la Avenida de José Antonio Primo de Rivera, cruzando la Rambla del General Franco, dos de las principales arterias de la ciudad.

Seguimos por la carretera de la costa norte, por San Andrés, y nos bañamos en la que se dice es la mejor playa de Tenerife, la Playa de las Teresitas, creada artificialmente con 4 millones de sacos de arena del Sahara. Un muro de contención evita que las olas se la lleven. Volvemos a cruzar Sta. Cruz para subir a la ciudad de La Laguna.

Tenemos reserva de dos noches en el hotel Aguere, que significa lago en guanche (68 € la habitación doble HD). Es un magnífico edificio del casco antiguo, original de 1760, que fue residencia del Obispo, Colegio Mayor, etc. Las habitaciones no son nada lujosas, pero el aspecto un poco decadente le confiere un especial encanto. Es el único hotel de la zona peatonal y por eso tiene problemas de aparcamiento. Hemos tenido dificultades para localizar la dirección exacta porque diversas calles del casco antiguo tienen doble nombre, el antiguo y el nuevo, lo cual es una fuente segura de confusiones.

Salimos a cenar a la Tasca La Carpintería (c/ Nuñez de la Peña, 14). En su carta tienen un pantomaca (escrito así) con jamón de bellota y vino tinto de la casa excelentes.

Dedicamos el dia al Parque Rural de la Península de Anaga. Salimos por la carretera de Las Mercedes y paramos en el Mirador de la Jardina, con vistas al llano de La Laguna y el Teide al fondo.

Un guarda del Centro de Visitantes Cruz del Carmen nos da amplias explicaciones. Mirador del Pico del Inglés, con buena vista sobre el lado este de la isla. En El Bailadero tomamos el vertiginoso descenso a Taganana, un pueblo colgado sobre la costa. Por error, entramos con el coche por las complicadas calles y tenemos dificultades par salir. Es muy agradable dar un paseo, eso si, a pie.

Continuamos por la playa de Almaciga y hasta la de Benijo, donde nos bañamos entre los surfistas. Volvemos a la carretera principal y ahora la dejamos para bajar a Las Carboneras y Chinamada, desde donde hacemos a pie el camino (20' ida/vuelta) que lleva al Mirador de Aguaide. El torrente que baja del pueblo queda bruscamente cortado en vertical, 600 metros sobre el mar. En cambio la vista hacia el oeste es muy fea debido a los edificios altos y los invernaderos de plástico de Punta Hidalgo.

Volvemos a La Laguna y paseamos tranquilamente por las calles sin coches del casco antiguo. Cenamos bien de tapas en el Bodegon Tocuyo (c/ Juan de Vera, 16). Segunda noche en el Hotel Aguere.

Asistimos a una visita guiada gratuita por el casco antiguo de La Laguna. Hay que reservar en la web de Turismo de La Laguna. Se visitan casas con preciosos patios no visitables normalmente: Casa de los Capitanes Generales, Casa Montañés, Palacio de Lercaro, Casa de los Jesuitas, Casa Salazar, Iglesia de San Agustín, ... Vamos también al Santuario de San Francisco con la intención de ver el Cristo de Plata, pero lo encontramos cerrado.

Salimos por la autovía hasta el centro de La Orotava, donde seguimos una ruta del casco antiguo que nos indican en la oficina de turismo. Podemos entrar en algunas de ellas: Iglesia de San Agustín, Sociedad Liceo, Jardines del Marquesado de la Quinta Roja, Casa Benitez, Hotel Rural Victoria, Casa del Turista, Casas de los Balcones, Casa Ponte Fonte, Casa Monteverde, ... Fueron edificadas en los s. XVI al XIX, con patios y balcones de madera remarcables. También se visita un Molino de Gofio, que aprovechaba un pequeño torrente de agua para mover la maquinaria.

Seguimos al núcleo de El Guincho, de Garachico, donde tenemos reserva para pasar las tres últimas noches de este viaje. El hotel rural El Patio (74 € la habitación doble HD) está situado en el centro de la finca Malpaís, una plantación de plátanos de 60 Ha, primera propiedad en el 1507 del genovés Cristóbal de Ponte, fundador de la villa de Garachico. Los herederos de la familia Ponte gestionan el hotel. Es un lugar encantador, ideal para terminar nuestro recorrido por Tenerife.

Día dedicado a conocer el pueblo de Garachico.

La pequeña Fortaleza de San Miguel contiene una interesante exposición histórica. Parte del pueblo y el puerto fueron arrasados por una colada de lava en 1706. Las piscinas del Caletón, aprovechan entradas naturales entre las rocas. El Convento de San Francisco, tiene dos claustros y ahora es la Casa de Cultura. Hay una exposición sobre vulcanismo.

En la magnífica Plaza de la Libertad, si lo permiten, vale la pena entrar en el patio de la Casa-palacio de Los Marqueses de la Quinta Roja, actualmente un hotel de lujo. Comemos pescado fresco en el restaurante Arístides de la misma plaza, bueno, pero tardan una eternidad en servir.

Vamos en ruta por Silos y Buenavista en dirección a Punta Teno. Se han gastado un dineral en letreros de gran tamaño a lado y lado de la carretera, en 4 idiomas, advirtiendo de la prohibición de pasar por aquí debido a la caída de piedras, pero todo el mundo pasa sin ningún miramiento. No encontramos ni una sola piedra sobre la carretera, que pasa sobre unos acantilados verticales. La Punta Teno es el extremo noroeste. de Tenerife. Desde el faro, el aspecto de la costa en dirección a Los Gigantes es espectacular.

Retornamos a Buenavista y subimos por la carretera de El Palmar, desde donde nos desviamos a Teno Alto. Es un pueblo muy pequeño sobre el macizo del Teno, a 800 metros de altura. Seguimos la tradición de comprar queso de cabra.

Volvemos a El Palmar y seguimos ahora por el Mirador de Baracán, con vista espectacular sobre el pueblecito de Masca. Es muy típico desde aquí bajar a pie el encajonado Barranco de Masca hasta el mar y salir en barca. Se tarda unas 3 horas. Hay que contratar antes el transporte en barca al puerto de Los Gigantes. Para recoger el vehiculo en Masca o en Santiago del Teide hay diversas combinaciones de guaguas o taxis (contactos: Fliper tel. 922 862 120 y Nashira tel. 922 861 918). Estas compañías son las mismas que hacen recorridos en barca para observar delfines y ballenas a partir de Los Gigantes.

Seguimos ahora el tramo de 6 km entre Masca y Santiago del Teide, que es el mas espectacular de la zona. Como que no queremos dejar Tenerife sin volver a contemplar Las Cañadas del Teide, seguimos la carretera principal por Chio y subimos por la C-823 por Samara y Boca de Tauce, atravesando de nuevo todo el parque nacional del Teide.

Desde el Portillo, bajamos por la carretera de La Orotava, viendo nuevamente el fenómeno de la panza de burro. Volviendo a Garachico damos una vuelta por el centro de Puerto de la Cruz. Al margen de les construcciones tipo Benidorm, todavía conserva algunas edificaciones antiguas. En Garachico cenamos en el restaurante Ardeola (Av. Tomé Cano, 4), excelente.

Desde Garachico tomamos la carretera de El Tanque y nos incorporamos a la general C-820. Nos desviamos para visitar el puerto de Los Gigantes. La vista del acantilado en dirección a Punta Teno es magnífica, la de las construcciones artificiales masificadas, no.

Seguimos por la carretera de la costa y la autovía, a través de Los Cristianos, hasta el aeropuerto Tenerife Sur. Vuelo de Ryanair a Barcelona, sin novedad.