Berlín es la capital de la República Federal de Alemania desde el año 1990 tras la anexión de la antigua República Democrática Alemania (RDA), que desapareció casi un año después de la caída del famoso muro que dividía la ciudad en dos mitades.
La ciudad de Berlin está situada en el nordeste de Alemania, a solo 70 km de la frontera con Polonia, y es también la ciudad alemana más poblada, con casi 3,5 millones de habitantes.
Tras la reunificación y la nueva capitalidad, empezó en Berlín una fiebre constructiva que aún era palpable en las fechas de este viaje (2009), con numerosas grúas y obras en curso muy visibles en el centro de la ciudad.
Estos proyectos de construcción (o reconstrucción) de edificios públicos y privados han atraído y atraen a los mejores arquitectos del mundo.
Para el visitante el innegable interés de Berlín radica en su historia, en su inabarcable vida cultural y bohemia, en sus edificios y monumentos, en la peculiaridad de sus habitantes, en sus numerosos parques y jardines o en sus interesantes rincones urbanos.
No se puede decir que sea una ciudad bonita como lo son otras ciudades europeas, pero es muy interesante también por sus contradicciones.
Es una ciudad muy antigua, a pesar de que queda poco del pasado y lo que queda está marcado por pasadas guerras o por los graffiti. En ella se mezcla la arquitectura moderna con edificios construidos en siglos pasados. Y por otro lado, la ciudad mira hacia el futuro, pero sin olvidar el pasado.
Además, a causa de la gran diversidad y multiculturalismo de su población Berlín es quizás la ciudad «menos» alemana de todas, sorprendiendo porque en ella hay lugar para todas las tendencias y formas de pensar.
A continuación encontraréis información, sobre todo práctica, de una escapada de tres días completos que hicimos a Berlín. La descripción exhaustiva de los lugares la encontraréis en los numerosos enlaces que acompañan el texto.
Del 29 de Mayo al 1 de Junio de 2009.
Día 1: Barcelona → →
Berlín
Día 2: Berlín (Kreuzberg, Friedrichshain, Mitte, Potsdamer Platz y Charlottenburg)
Día 3: Berlín (Charlottenburg, Mitte y Prenzlauer Berg)
Día 4: Berlín (Tiergarten y Mitte) → →
Barcelona
DNI o pasaporte en vigor para ciudadanos de la Unión Europea.
+ 198 € (vuelo Barcelona - Berlín - Barcelona)
+ 117 € (3 noches de hotel, por persona)
+ 115 € (otros: restaurantes, supermercados, transporte, entradas, regalos, etc)
= 430 € (total por persona)
En general, el coste medio para el viajero en la ciudad de Berlín no es muy diferente del que encontraríamos en otras ciudades europeas, como Barcelona o Madrid. En función de los días disponibles y las actividades a hacer es interesante estudiar si merece la pena adquirir tarjetas de descuento para el transporte, museos, lugares de interés, etc.
Si se dispone de un carné de estudiante internacional ISIC conviene llevarlo, ya que a menudo se puede obtener algún descuento en las visitas, sobre todo si se es menor de 30 años.
Berlín, de Ecos Travel Books (en castellano, edición 2008). Este libro-guía pertenece a la colección City Breaks, pensada para escapadas urbanas. Contiene prácticos mapas y propuestas de itinerarios, con abundante información para no perderse los lugares más interesantes de Berlín y alrededores.
Y por 1 € compramos un completo mapa de la ciudad en la Oficina de Turismo que había junto a la Puerta de Brandeburgo.
Para viajar a Berlín compramos, a través del buscador Rumbo, un vuelo de la compañía EasyJet, ya que éste era el que mejor se adaptaba a nuestro horario y tenía un precio razonable.
El billete de avión, ida y vuelta y directo desde Barcelona, nos costó 198 € incluyendo todas las tasas y cargos añadidos, pero nos consta que se podían obtener mejores tarifas según las fechas y/o la suerte de cada cual.
El trayecto desde Barcelona hasta el aeropuerto Berlin-Schönefeld nos supuso unas 2 horas y 20 minutos de vuelo.
En aquellas fechas, en 2009, Berlín tenía dos aeropuertos en funcionamiento, Berlin-Schönefeld y Tegel, ya que el antiguo aeropuerto de Tempelhof había dejado de funcionar el año anterior. Pero en 2020 ambos aeropuertos dejaron de estar operativos y dieron paso al nuevo y único aeropuerto Berlin Brandenburg, ubicado junto al antiguo Berlin-Schönefeld.
Volviendo a nuestro relato, el aeropuerto Berlin-Schönefeld estaba situado a unos 18 km al sudeste del centro de Berlín y para ir al centro de la ciudad la forma más económica era coger el tren en la estación Schönefeld Flughafen Station que se encontraba en unos 350 metros de la terminal, andando por un pasillo exterior cubierto.
El tren más rápido era entonces el Airport Express (RB14, RE7), un tren regional especial, operado por Deutsche Bahn, que partía hacia el centro de Berlín cada 30 minutos (a hh:25 y hh:55) y circulaban entre las 4:25 y las 22:55.
Fuera de este horario (hasta las 00:58 los días laborables y durante toda la noche los viernes y sábado noche) todavía se podía coger un tren S-Bahn (líneas S9 y S45), pero eran más lentos que el Airport Express porque paran en algunas estaciones intermedias más.
Los billetes del tren se compraban en alguna de las máquinas expendedoras de la estación y era importante pulsar la tecla Berlin A-B-C, ya que la estación del aeropuerto de Schönefeld se encontraba en la zona C. El precio del billete sencillo era de 2,8 €, pero si se llega a primera hora del día se podía considerar la opción de comprar un pase diario para las zonas A, B, C.
En nuestro caso cogimos un tren de la línea S9 (dirección Spandau) porque ya eran más de las 11 de la noche y el servicio del Airport Express ya había finalizado. Tardamos exactamente 48 minutos desde el aeropuerto hasta la estación Zoologischer Garten, la más próxima a nuestro hotel. El Airport Express, en cambio, solo hubiera tardado 34 minutos en hacer el mismo recorrido.
Desde el nuevo aeropuerto Berlin Brandenburg (BER) al centro de Berlín hay varias opciones de transporte público:
Dado que Berlín es una ciudad muy extensa es impensable recorrerla toda a pie, ya que algunos puntos de interés turístico pueden estar a bastantes kilómetros de distancia los unos de los otros.
Transporte público. Berlín tiene una red de transporte público (metro, tren de cercanías, tranvía, o autobús) muy completa que cubre prácticamente cualquier rincón de la ciudad.
Según el uso que hagamos del él y/o el número de días que estemos en Berlín y alrededores puede interesarnos adquirir alguna tarjeta de transporte pensada para los visitantes, como la Berlin WelcomeCard o la Berlin CityTourCard, que además incluyen descuentos para algunas atracciones turísticas de la ciudad que pueden ser interesantes... o no.
En nuestro caso, después de analizar todas las posibilidades optamos por el pase diario (Day Pass), el cual se validaba con el primer viaje y permitía viajar sin límite en cualquier transporte público durante el día marcado en la tarjeta hasta las 3 de la madrugada del día siguiente.
Este pase diario costaba 6,10 € para las zonas A y B (las habituales) y 6,50 € si incluía también la zona C (útil para el viaje al aeropuerto, por ejemplo, o a Potsdam). El precio de un billete sencillo, sin el pase, para las zonas A, B era de 2,10 €, por lo que con solo tres viajes el pase diario quedaba amortizado.
Para buscar combinaciones de transporte y horarios en la ciudad de Berlín podéis usar la útil página Trip planner de Berliner Verkehrsbetriebe.
Bicicleta. Una opción divertida para moverse por Berlín puede ser la bicicleta, ya que la ciudad es muy plana y está bastante adaptada a ella. Además, el tráfico no es excesivamente denso y mucha población local la utiliza para sus desplazamientos diarios.
Se pueden alquilar bicicletas por días para ir de forma independiente (en 2009 los precios iban a partir de 10 €/día, con descuentos si se alquilaban por más de una semana) o bien apuntarse a un tour guiado en bicicleta.
Algunas compañías especializadas en alquiler de bicicletas y/o tours guiados en Berlín son Alex rent a bike, Fahrradstation, o Berlin on bike. Se puede subir la bicicleta al vagón de metro o al de tren regional, pero es necesario comprar un billete aparte para ella.
La web BBBike ofrece un práctico planificador de rutas para ciclistas en Berlín y alrededores, con una base de datos de más de 7.500 calles de Berlín y 300 de Potsdam.
Berlín se ha convertido con los años en un importante destino turístico, además de alojar importantes acontecimientos como la Berlinale, el Festival Internacional de Cine de Berlín, o anteriormente la fiesta electrónica Love Parade.
Por este motivo el nivel de ocupación hotelera en la ciudad suele ser alto y esto repercute en el precio del alojamiento, aunque es posible encontrar habitación en un rango de precios muy amplio, desde los económicos albergues hasta los hoteles más caros.
Nosotros nos alojamos, aprovechando una buena oferta en internet, en el Hotel Alsterhof (Augsburger Straße, 5 - Berlin), situado en el extremo este del distrito de Charlottenburg, a 0,5 km de la avenida Kurfürstendamm y a 0,7 km de la estación de tren Zoologischer Garten (10-15 minutos andando).
En el momento de escribir esta actualización el Hotel Alsterhof ya no existe, pero tenéis otros muchos hoteles en Berlín.
Junto a ese hotel estaba la parada de metro Augsburger Straße y algo más allá la muy útil parada de Wittenbergerplatz. La ubicación no era magnífica, pero estaba bastante bien.
Era un hotel de 4 estrellas en el que pagamos 78 €/noche por una habitación doble con baño privado, TV, secador, ... La habitación no era muy grande, aunque era suficiente, y resultó ser un lugar muy tranquilo, a pesar de que el hotel estaba lleno aquellos días.
El precio de la habitación no incluía desayuno, pero a solo 400 metros, en la calle Tauentzienstraße había una estupenda panadería-cafetería de la franquicia Kamps donde se podía desayunar muy bien por unos 3 €.
En cuanto al tema de la restauración en la ciudad de Berlín es posible comer a precios relativamente baratos, ya que las cantidades servidas suelen ser grandes y con un solo plato principal es suficiente o también porque se puede comer bien y barato en un döner kebab, un tipo de fast-food turco muy común en Alemania.
Y un detalle que pudimos constatar en nuestra visita a Berlín es la absoluta devoción que sienten los berlineses por las terrazas al aire libre, independientemente de la temperatura exterior.
En las estaciones de tren principales suele haber una gran oferta de comida rápida para un bocado informal. Por ejemplo, al acabar la visita a la East Side Gallery por su lado norte podéis comer algo en alguno de los diversos puestos que hay en la estación de tren de Ostbanhof. Y en Savignyplatz, cerca de Ku'damm, hay numerosos restaurantes, entre los cuales recomendamos el restaurante italiano San Marino (Savignyplatz, 12 - Berlin).
Otra buena zona, con una gran oferta de restaurantes, es Nikolaiviertel. Aquí destacamos el Alt-Berliner Weißbierstube (Rathausstraße, 21 - Berlin), con una terraza exterior muy agradable donde saborear auténtica comida berlinesa con una cerveza, y lo Zur Gerichtslaube (Poststraße, 28 - Berlin), también de comida berlinesa en un lugar bonito y típico.
En Prenzlauer Berg os recomendamos las terrazas de la calle Knaackstraße, entre las cuales destacamos la de Anita Wronski (Knaackstraße, 26-28 - Berlin). Y en la zona adyacente a Museuminsel hay varias terrazas junto al río Spree y entre las calles Bodestraße y Karl-Liebknecht-Straße en las que tomar algo o comer algo rápido antes o después de visitar los museos.
En el tema de la bebida hay que hablar, como no, de la cerveza, ya que de todos es sabido que Alemania es uno de los países que más cerveza consume de todo Europa.
Además, es el segundo país del mundo en número de fábricas de cerveza y concretamente en Berlín hay varias fábricas de larga tradición y con un estilo propio, siendo Schultheiss y Berliner Bürgerbräu las principales.
En Berlín se puede beber cerveza a cualquier hora del día o la noche y hay para todos los gustos. A la hora del desayuno ya se puede tomar una Molle, una cerveza pils procedente de las más tradicionales cervecerías de Berlín.
Y una variedad de cerveza típicamente berlinesa es la Berliner Weiße, un tipo de cerveza blanca con un contenido alcohólico entre el 2,5% a 3% y de color ligeramente turbio. Una variedad más dulzona de esta es la Berliner Weisse mit Schuss, ya que se le añade jarabe de frambuesas.
En la carta de cervezas de bares y restaurantes berlineses también podemos encontrar nombres como Diesel o Radler, que corresponden a una mezcla al 50% de cerveza alemana con una bebida de cola o con soda respectivamente.
La ciudad de Berlín y alrededores cuenta con un total de tres patrimonios culturales que están inscritos en la lista de Patrimonios de la Humanidad de la UNESCO:
Aparte del placer de recorrer sus calles, plazas y parques, Berlín tiene un sinfin de lugares para visitar, especialmente museos, dependiendo del tiempo disponible, de gustos y de presupuesto.
En esta guía simplemente enumeraremos algunos de estos lugares de interés, ya que en cualquier otra guía en linea o libro podréis encontrar una descripción más exhaustiva y detallada de todo lo mucho que hay a ver o se puede hacer en esta ciudad alemana.
El barrio berlinés de Kreuzberg-Friedrichshain se formó en 2001 uniendo los antiguos barrios de Friedrichshain en el Berlin Este y Kreuzberg en el Berlín Oeste.
Esta zona fue décadas atrás un importante punto de entrada para los inmigrantes turcos y más recientemente ha destacado por su tradición contracultural, con un importante movimiento okupa y su cultura alternativa.
Desde la parada de metro Hallescher Tor iniciamos la visita a este barrio berlinés empezando por el famoso Checkpoint Charlie.
Este era el nombre que dieron los aliados al paso fronterizo entre los antiguos sectores de Berlin Este y Berlín Oeste durante la Guerra Fría del siglo XX.
El Checkpoint Charlie está ubicado en la confluencia de las calles Friedrichstraße con Zimmerstraße y Mauerstraße.
Fue un símbolo de la Guerra Fría, representando la separación entre este y oeste. Hoy en día es una de las atracciones principales de Berlín y alrededor de ella se ha montado un importante negocio turístico, incluyendo el museo privado Haus am Checkpoint Charlie. A nosotros todo ello nos pareció un poco kistch
Junto al Checkpoint Charlie se encuentra el viejo Café Adler, el cual era un excelente mirador sobre el lado oriental para oficiales y soldados aliados, así como para visitantes y curiosos en general.
A unos 400 metros en el oeste de aquí encontramos Topographie des Terrors, una exposición gratuita al aire libre que explica con fotografías y paneles informativos los horrores que produjo el régimen nazi, ya que en este punto estaban situadas algunas de las instituciones más temidas del Tercer Reich, como la comandancia central de las SS o el cuartel general de la Gestapo. Es muy interesante, pero crudo, por todo lo que ello significa.
Y junto a esta instalación destaca el imponente edificio del museo Martin-Gropius-Bau, construido en 1881 y con un impresionante atrio donde suelen haber exposiciones temporales de nivel internacional.
Siguiendo una ruta por varias calles de este barrio tuvimos la oportunidad de ver algunos edificios pintados de forma muy artística e impactante.
Y así llegamos al Jüdisches Museum, el vistoso Museo Judío de Berlín, que acoge una colección permanente, exposiciones temporales y otras actividades culturales claves para la difusión de la historia y la cultura judeoalemanas.
La espectacular y singular construcción del edificio museístico, obra del arquitecto Daniel Libeskind, lo ha convertido en un monumento emblemático de Berlín.
De vuelta a la parada de metro Hallescher Tor tomamos el metro para recorrer cuatro estaciones hacia el este, hasta llegar a Schlesisches Tor, donde bajamos, salimos del metro y andamos hasta llegar al bonito e histórico puente Oberbaumbrücke, el cual une los barrios de Kreuzberg y Friedrichshain, separados por el río Spree.
Y al otro lado del río, en paralelo a la calle Warschauer Straße, se encuentra la conocida East Side Gallery, una sección de muro de 1.3 km de largo con pinturas de artistas de todo el mundo (es la galería de arte al aire libre más larga del mundo) y que pretende ser un memorial por la libertad. Vale la pena recorrerla por completo para ver algunas auténticas obras de arte.
En las fechas de nuestra visita, en 2009, se estaba redecorando una parte de esta galería para conmemorar el 20º aniversario de la caída del muro que, recordemos, fue en 1989.
Y recordemos también que el famoso muro de Berlín (Berliner mauer en alemán) formaba parte de la frontera entre la Alemania Oriental y la Alemania Occidental durante la Guerra Fría y separaba el Berlín Oeste del Berlín Este.
Este muro de separación se empezó a contruir en 1961 y fue demolido en 1989, salvaguradando sólo algunos tramos. Este muro tenía una longitud de 155 km y una altura de 3.6 metros.
Además del nombre de un distrito berlinés, Tiergarten es también el nombre del principal parque del centro de Berlín, con una superficie de 210 Ha.
Para recorrer esta zona nosotros cogimos la línea de metro U9 hasta Hansaplatz, donde salimos al exterior, a 250 metros del límite norte del parque Tiergarten.
Desde la salida del metro seguimos la calle Altonaer hacia el sudeste hasta llegar a la enorme rotonda Großer Stern.
En el centro de esta rotonda se encuentra la Columna de la Victoria, la cual tiene un mirador en su parte superior y al que se puede subir por una escalera de caracol.
Y a escasos 50 metros al norte de la rotonda pudimos ver la imponente estatua de Bismark (Bismarck-Nationaldenkmal).
Continuamos por la larga calle Straße des 17 Juni en dirección hacia la Puerta de Brandeburgo), a 1,6 km de la rotonda.
Pero antes nos desviamos a la derecha para ver la fachada del Palacio de Bellevue (Bellevue Schloss), la residencia oficial de la presidencia alemana.
De aquí volvimos nuevamente hacia Straße des 17 Juni y por azar nos encontramos con un zorro despistado que se acabó escondiendo en el bosque del parque.
Más adelante pasamos por el lado del Memorial a los soldados soviéticos (Sowjetisches Ehrenmal), un monumento en memoria a los soldados soviéticos caídos en Berlín al final de la II Guerra Mundial.
Y andando llegamos a la archifamosa Puerta de Brandeburgo, donde coincidimos casualmente con un acto multitudinario en favor del LTTE (Liberation Tigers of Tamil Eelam, un partido político tamil de Sri Lanka) y de denuncia de la dura represión del gobierno de Sri Lanka de entonces contra su pueblo, donde lógicamente la mayor parte de los asistentes eran de etnia tamil.
Y desde aquí nos dirigimos al cercano y muy monumental edificio del Reichstag, especialmente llamativo por la cúpula de vidrio, obra del arquitecto Norman Foster, que se añadió a finales de los años 90.
La visita a la cúpula del Reichstag es gratuita, pero debido a que se ha convertido en una atracción turística de primer nivel y en un símbolo de la ciudad las colas a la entrada solían ser interminables, por lo que después de varios intentos nosotros desistimos de realizar esta visita, dejándola para una próxima ocasión.
Desde hace ya un tiempo es obligatorio registrarse en linea para hacer la visita al Reichstag, lo cual permite visitar la terraza y la cúpula del edificio del Reichstag en el día y hora escogida según disponibilidad.
Junto a la esquina nordeste del Reichstag hay unos escalones sobre el río Spree que permiten descansar un rato mientras contemplamos el nuevo edificio de la Biblioteca del Parlamento Alemán.
De vuelta a la Puerta de Brandeburgo continuamos hacia el sur siguiendo el borde oriental del distrito de Tiergarten hasta llegar al Monumento a los judíos asesinados de Europa (en alemán Denkmal für die ermordeten Juden Europas).
Este memorial, también conocido con el nombre de Monumento al Holocausto, está formado por 2.711 estelas o losas de hormigón y es obra del arquitecto norteamericano Peter Eisenman. Fue inaugurado en 2005 en memoria de todos los judíos asesinados en Europa víctimas del Holocausto.
Y continuando por la calle Ebertstraße otros 400 metros hacia el sur llegamos a la zona de Potsdamer Platz.
Tras muchos años de abandono y de ser una zona desaprovechada, ya que estaba dividida por el muro de Berlín, la nueva plaza y los espacios adyacentes empezaron a ver la luz a partir del año 1998, llegando a ser en su día la zona en construcción más grande de todo Europa.
Tanto el proyecto como el posterior desarrollo urbanístico de la zona no ha estado libre de polémicas y controversias, pero finalmente la Potsdamer Platz se ha convertido en una atracción turística en sí misma y en un lugar de ocio para los propios berlineses.
Actualmente, en este nuevo barrio podemos encontrar rascacielos, centros comerciales, edificios residenciales, museos, centros de ocio, y la nueva estación de metro. Además, aquí se lleva a cabo el prestigioso festival internacional de cine berlinés, La Berlinale.
Vale la pena dar una vuelta por el interior del Sony Center, por ejemplo, o por las calles de las manzanas adyacentes a la plaza para ver otros muchos interesantes edificios, como la BahnTower o los que forman el barrio Daimler AG.
El distrito de Charlottenburg-Wilmersdorf, el cual aúna desde 2001 los antiguos distritos de Charlottenburg y de Wilmersdorf, está situado en la zona oeste de Berlín. Charlottenburg fue una población independiente hasta 1920.
La arteria principal de este distrito es la avenida Kurfürstendamm, conocida también como Ku'damm y es una de las más famosas de la ciudad.
Esta avenida es muy larga y ancha, de estilo parisiense, siendo junto con la calle adyacente Tauentzienstraße la zona de compras de alto nivel por excelencia en Berlín.
Aquí se concentran una gran cantidad de comercios, hoteles, restaurantes y, sobre todo, todas las marcas de lujo.
En la plaza Breitscheidplatz, donde esta avenida se encuentra con Tauentzienstraße, se encuentra la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm (Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche), una iglesia evangélica luterana erigida en recuerdo del emperador Guillermo II de Alemania.
Esta iglesia resultó bastante destruida durante la Segunda Guerra Mundial y se ha conservado en estado de ruina como recuerdo de la guerra.
Junto a ella se construyó en los años 50 del siglo pasado una nueva iglesia de dudoso gusto estético.
Unos 400 metros al norte de Ku'damm se encuentra la bonita Savignyplatz, una plaza que ha sabido mantener su papel como centro de la cultura en lo que antes era el Berlín Oeste. Bajo las vías del tren ahora hay tiendas, librerías, galerías de arte, o restaurantes.
En el otro extremo de este distrito se encuentra el bello Palacio de Charlottenburg (Schloss Charlottenburg), uno de los más grandes del mundo en términos de superficie. Fue construido a finales del siglo XVII y ampliado a lo largo del XVIII.
Para llegar a él subimos el metro hasta la parada Sophie-Charlotte Platz, para después andar 900 metros hacia el norte por Schloßstraße hasta llegar a la puerta de entrada al palacio.
La entrada para visitar la parte antigua del palacio costaba entonces 10 € e incluía una audio-guía en castellano que explicaba las diferentes salas. Había una entrada combinada de 12 € que permitía visitar la parte antigua del palacio más todos los edificios anejos. No se podían hacer fotos en el interior.
La visita a este palacio es muy interesante para entender la historia de la realeza prusiana, pero como palacio los hemos visto mejores, dejando de lado el hecho de que la mayor parte del mobiliario y salas no son las originales porque el palacio fue seriamente destruido durante la II Guerra Mundial.
Acabada la visita paseamos por los preciosos jardines que hay en la parte posterior del palacio, los cuales son públicos y, por tanto, de acceso gratuito. Andando dimos la vuelta al lago y pasamos junto al edificio del Belvedere.
Finalmente salimos del recinto por una puerta que hay en el extremo nordeste de los jardines y que da acceso a un puente ferroviario sobre el río Spree. Y así llegamos andando hasta la próxima parada de metro de Jungfernheide.
El barrio de Nikolaiviertel fue fundado sobre el año 1200 y es el corazón histórico de Berlín. Está situado a solo 5 minutos andando desde la plaza Alexanderplatz.
Nosotros empezamos nuestro recorrido por el barrio en la enorme Alexanderplatz, una plaza que aún cuenta con un marcado aire socialista.
En el centro de la plaza destaca la Fuente de la Amistad entre Naciones (Brunnen der Völkerfreundschaft), con un diseño fiel al modernismo socialista. La base de la fuente está decorada con grafitos muy coloreados y artísticos.
Alrededor de Alexanderplatz hay varios edificios y estructuras de envergadura. De entre todas ellos destaca, sobre todo, la Fernsehturm o torre de la televisión, un punto de referencia muy conocido y que se convirtió en un icono de la ciudad desde el mismo momento en que fue construida, en el año 1969, por la extinta República Democrática Alemania.
Esta característica torre, con una altura de 368 metros, era entonces el segundo edificio más alto de Europa. En la parte superior de la torre hay una gran esfera en la cual se sitúan un mirador, a 204 metros sobre el suelo, y un restaurante que gira 360 grados cada media hora. La entrada para subir al mirador costaba entonces 10 €.
Otro edificio que destaca en Alexanderplatz es el del antiguo Forum Hotel Berlín, ahora llamado Park Inn by Radisson Berlin Alexanderplatz, el edificio propiamente dicho más alto de la ciudad de Berlín, con una altura de 125 metros.
Y, finalmente, en esta plaza destacamos el Reloj Universal, una gran estructura de metal que rota permanentemente y muestra la hora de todo el mundo.
Tras la torre la televisión hay un gran espacio abierto donde se encuentra la bonita iglesia Marienkirche, construida con ladrillos, y a su lado la fuente Neptunbrunnen. En el lado sur de este gran espacio destaca lo Rotes Rathaus, el imponente edificio del Ayuntamiento y que destaca por el color de su ladrillo roja.
Y entre el ayuntamiento y el río Spree se encuentra el barrio de Nikolaiviertel propiamente dicho.
En el centro de este barrio destaca la iglesia de San Nicolás (Nikolaikirche), la iglesia más antigua de Berlín puesto que fue erigida en el año 1230, aunque, con el tiempo, ha sido reformada varias veces.
Alrededor de la iglesia hay un bonito conjunto de callejones de origen medieval, pero tuvieron que ser reconstruidos porque resultaron muy dañados en los bombardeos durante la II Guerra Mundial.
Pasear por las calles y plazas de Nikolaiviertel es muy agradable y placentero. Durante el paseo encontraremos restaurantes, terrazas, o tiendas de recuerdos, ya que esta es una zona muy turística.
En el extremo sur del barrio destaca el Ephraim Palais, un precioso edificio de 1762 y que ahora aloja un museo sobre la historia y la cultura berlinesa.
Y paseando por el agradable paseo fluvial Spreeufer, junto al río Spree, y cruzando la calle Rathaustraße se llega al Marx-Engels Forum, un parque público que debe su nombre a las estatuas de Karl Marx i Friedrich Engels que podemos encontrar en él. Ambos son los fundadores del socialismo moderno y autores del Manifiesto Comunista de 1848.
Este parque fue creado por las autoridades de la antigua República Democrática de Alemania (RDA) en 1986 y hoy en día es una atracción turística más del Berlín moderno.
Unter den Linden es el principal bulevar de Berlín, habiendo recuperado después de la caída del muro su lugar como calle favorita de la ciudad, junto con Kurfürstendamm.
Tiene una longitud aproximada de 1,5 km, teniendo su extremo oeste en la Pariser Platz, justo frente a la Puerta de Brandeburgo, y el extremo este en el puente Schlossbrücke, el cual da acceso a la Isla de los Museos y la parte oriental de Berlín. A lo largo de este bulevar se encuentran numerosas instituciones y lugares de interés turístico y cultural.
Nosotros iniciamos el recorrido por este bulevar en el puente Schlossbrücke (puente del castillo), viniendo desde la isla de los Museos. Inmediatamente a la derecha encontramos el Deutsches Historisches Museum (el Museo de Historia de Alemania), situado en un viejo edificio al que se le ha añadido una parte moderna de vidrio muy llamativa.
Algo más allá, al otro lado, se encuentra el edificio de la Deustche Staatsoper (la Ópera Estatal alemana), construida entre los años 1741-43 y restaurada en 1955. Y situado junto a la Ópera veremos el edificio del Opernpalais, construido en el periodo 1733-37 y conectado al antiguo Palacio del Príncipe de la Corona por un puente arqueado.
En este palacio se encuentra el Operncafe o Café de la Ópera, ubicado frente a la Bebelplatz. Se trata de un precioso lugar donde disfrutar de los lujos de hoy en día en un ambiente del siglo XIX. En el interior de este café hay una gama de pasteles que harán las delicias de cualquiera, aunque los precios no son, lógicamente, nada baratos.
Continuando hacia el oeste encontramos la Humboldt-Universität zu Berlin, el centro universitario más antiguo de Berlín, fundado en 1810 y con una fama y nivel académico que lo han convertido en ejemplo de otras muchas universidades.
Y algo más allá estaba (en 2009) el Deutsche Guggenheim, un museo de arte que cerró en 2013.
Al llegar a la altura de Charlottenstraße giramos a la izquierda y continuamos a pie unos 250 metros hacia el sur hasta llegar a la magnífica Gendarmenmarkt, una plaza grande y elegante que está considerada como la más bonita de la ciudad, y con razón.
En ella destaca la sala de conciertos y auditorio Konzerthaus, situada en el centro de la plaza. En el lado norte está la Französischer Dom (la Catedral Francesa) y en el lado sur la Deutscher Dom (la Catedral Alemana).
Y no os perdéis la chocolatería Fassbender & Rausch Schokoladenhaus, situada en un bonito edificio en el lado suroeste de la plaza, donde confluyen las calles Charlottenstraße y Mohrenstraße. Los/las amantes del chocolate encontrarán aquí el paraíso, siendo esta la mayor chocolatería del mundo.
En la planta baja de esta chocolatería hay una tienda donde se vende chocolate bajo todas las formas posibles, siendo un bonito y dulce recuerdo de la ciudad. Y de paso podréis ver iconos de Berlín, como el edificio del Reichstag, la Puerta de Brandeburgo, o un oso, hechos enteramente con chocolate y a escala. En las plantas superiores hay una cafetería y restaurante donde degustar todas las especialidades de la casa. Es un lugar muy recomendable.
De vuelta al bulevar Unter den Linden subimos por la calle comercial Friedrichstraße y continuamos hacia el oeste. En el nº 63-65 de Unter den Linden destaca el edificio de la que fue la embajada de la antigua Unión Soviética (Sowjetische Botschaft) en el Berlin Este y que en las fechas de este viaje hospedaba el consulado de Rusia.
Y así llegamos a la Pariser Platz, ya junto a la Puerta de Brandeburgo.
Tras la guerra y la construcción del muro esta céntrica plaza fue una zona vacía, ya que formaba parte de la frontera que dividía la ciudad. Pero después de la reunificación, en 1990, fue reconstruída siguiendo unas estrictas reglas.
Uno de sus edificios más destacables es el reconstruido Hotel Adlon, que llegó a ser uno de los hoteles más lujosos y famosos de la Europa de entreguerras, pero que después pasó por muchos avatares. El edificio y hotel actuales fueron inaugurados en 1997.
Otro edificio a destacar en Pariser Platz es el Palais Wrangel, hoy ocupado por el DZ Bank. En su interior hay una gran escultura del arquitecto Frank Gehry que se puede medio ver desde la puerta de entrada.
Otros edificios a destacar son los de las embajadas de EE.UU. y Francia, el Palais am Pariser Platz o la Haus Liebermann.
La Isla de los Museos (Museumsinsel en alemán) es como se denomina a la mitad norte de la Spreeinsel, una isla que queda delimitada por el río Spree, el canal Kupfergraben y la calle Karl-Liebknecht-Straße.
Se denomina así por el hecho de estar ocupada en su totalidad por varios museos de renombre internacional.
Estos museos son:
En las fechas de nuestra visita a Berlín estos museos y sus colecciones estaban en proceso de reconstrucción y reorganización, aunque eso no signigfica que estuvieran cerrados.
De todos estos museos nosotros solo visitamos el Pergamonmuseum (Museo de Pérgamo). La entrada valía entonces 10 € (la mitad si se presentaba el carné ISIC). Si la intención hubiera sido visitar varios museos de la isla entonces era recomendable comprar una entrada combinada de 14 € (o 7 € con ISIC).
La entrada a este museo incluía una audio-guía, disponible en varios idiomas. Se podían hacer fotos en el interior.
El Pergamonmuseum está estructurado en diferentes partes: arte helénico, de Asia Menor y Oriente Medio, y arte islámico. En las fechas de nuestra visita había, además, una exposición temporal sobre arte griego.
Por supuesto, lo más espectacular de este museo son las reconstrucciones de enormes edificios de gran importancia histórica, como el Altar de Pérgamo, la Puerta del mercado de Mileto, o las paredes del Palacio babilonio de Ishtar. También merece la pena ver el precioso interior de una casa de Alepo (Siria) en la sección de arte islámico.
La visita a este museo vale mucho la pena, pero sería deseable poder ver estos tesoros en los suyo lugar original.
En la Museumsinsel se encuentra también la Berliner Dom, la Catedral de Berlín, situada junto a los jardines Lustgarten que anteriormente habían formado parte del desaparecido palacio real Berliner Stadtschloss. La entrada a la Catedral costaba entonces 3,5 €.
El barrio de Prenzlauer Berg, el cual ocupa el extremo sur del distrito berlinés de Pankow, es hoy en día un importante foco en la escena cultural de Berlín, así como un barrio popular entre la población estudiantil.
Gracias a ello, en este barrio es fácil encontrar numerosos cafés, pubs, restaurantes, galerías y pequeñas tiendas que crean una de las mejores atmósferas de la ciudad de Berlín, tanto de día como por la noche.
Por otro lado, en este barrio vivió en el pasado, y vive aún hoy en día, una importante comunidad judía.
Nuestra ruta por este barrio empezó en la estación de metro Eberswalder Straße (línea U2).
Siguiendo las indicaciones desde el metro llegamos fácilmente al cercano Kulturbrauerei, un conjunto industrial monumental de estilo neoromántico dónde, desde mediados del siglo XIX, se producía la famosa cerveza Schultheiss, la primera que introdujo la cerveza en botella, en el año 1880.
A partir de 1990 los 20 edificios de la cervecería pasaron a ser un centro público y multicultural, en el que hoy en día podemos ver salas de exposición, clubes, restaurantes, teatros, tiendas, editoriales, etc.
Desde aquí bajamos andando por la calle Schönhauser Allee hasta llegar al Jüdischer Friedhof (el Cementerio Judío). Y continuando por Wörther Straße llegamos a la plaza Kollwitz Platz, donde hay una escultura de la pintora y escultora alemana Käthe Kollwitz, la cual vivió en este barrio unos años de su vida.
De esta plaza parte la calle Husemannstraße, con bonitos edificios de finales del siglo XIX. Después paseamos por Knaackstraße hasta llegar a la Wasserturm Prenzlauer Berg, la torre-depósito de agua más antigua de Berlín, acabada en 1877 y que estuvo en uso hasta el 1952. Tiene una altura de 44 metros y es posiblemente el icono de este barrio.
Muy cerca de aquí, en la calle del mismo nombre, se encuentra la sinagoga Rykestraße, la más grande de Alemania. En aquellas fechas la sinagoga era visitable los jueves de 14:00 a 18:00 y los domingos de 11:00 a 16:00, pero nosotros no la visitamos porque cuando llegamos ya estaba cerrada.
Después de tomar una bebida en una de las múltiples y agradables terrazas de la calle Knaackstraße dimos por acabada la visita a Prenzlauer Berg. Fuimos a pie hasta la estación de metro Senefelderplatz para volver al centro.