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Bandera de Jordania

JORDANIA

Guía y relato de un viaje por libre a Jordania y Jerusalén

En este viaje independiente de 13 días a Jordania y Jerusalén, en transporte público, visitamos Ammán, Jerash, el Mar Muerto, Madaba y el Monte Nebo, la ciudad de Jerusalén, Wadi Musa y Petra, Aqaba y el desierto de Wadi Rum.

Yolanda y Toni (Viatgeaddictes)
Published on Fecha viaje: 2003/04 | Publicado el 01/02/2004
Última actualización: 04/2022
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Vista de la fachada de las Tumbas Reales (Petra)
Vista de la fachada de las Tumbas Reales (Petra)

Introducción

Jordania ocupa un territorio sumamente antiguo y con una gran riqueza histórica, aunque se trata de una nación relativamente reciente.

A pesar de poseer un entorno natural seco y hostil, sus grandes extensiones desérticas y sus múltiples vestigios de civilizaciones ya desaparecidas poseen una belleza hipnótica que ha fascinado a grandes viajeros y exploradores de todos los tiempos.

Y a todo esto hay que sumar la calidez y hospitalidad de sus gentes.

La visita a la antigua y extraordinaria ciudad nabatea de Petra ya justifica por sí sola un viaje a Jordania, pero este país ofrece mucho más al viajero: ruinas romanas, paisajes desérticos, castillos en el desierto, reservas naturales, mosaicos bizantinos, la curiosidad del Mar Muerto, o el cada vez más popular turismo de aventura.

Además, se trata de un país bastante fácil de recorrer como viajero independiente y, siendo bastante compacto en extensión geográfica, las distancias son cortas. También, a pesar de la conflictividad de algunos de sus países vecinos, Jordania es un país muy seguro para el viajero.

Debido a la proximidad geográfica decidimos aprovechar también para visitar la extraordinaria ciudad de Jerusalén.

A pesar de la situación de inseguridad que, de forma intermitente, padecen los territorios palestinos, lo cierto es que no podemos dejar de recomendar la visita a la ciudad de Jerusalén, tanto por su historia como por su simbolismo religioso.

Aunque, eso sí, conviene informarse previamente de la situación actual en la zona antes de viajar hasta allí.


Ficha técnica del viaje

Fechas del viaje

Del 25 de diciembre de 2003 al 6 de enero de 2004

Itinerario

mapa

Día 1: Barcelona → flight → Estambul → flightAmmán
Día 2: Ammán - Jerash - Ammán
Día 3: Ammán - King Hussein Bridge - Allenby Bridge - Jerusalén
Días 4 y 5: Jerusalén
Día 6: Jerusalén - Allenby Bridge - King Hussein Bridge - South Shuna - Madaba
Día 7: Madaba - Mt. Nebo - Madaba - Ammán - Wadi Musa
Días 8 y 9: Wadi Musa / Petra
Día 10: Wadi Musa - Ar-Rashiddiyya - Wadi Rum - Áqaba
Día 11: Áqaba - Ammán
Día 12: Ammán - Shuneh - Ammán Beach (Mar Muerto) - Shuneh - Ammán
Día 13: Ammánflight → Estambul → flight → Barcelona

Dinero

La moneda oficial en Jordania es el dinar jordano (abreviada JD), compuesta a su vez de 1.000 fils.

No hay ningún problema en cambiar euros y no se cobra ninguna comisión por el cambio en efectivo.

En las ciudades más importantes también es fácil obtener dinero simplemente con una tarjeta de crédito en cajeros automáticos ATM. En la terminal de llegadas del aeropuerto internacional Queen Allia hay oficinas donde cambiar moneda (abiertas las 24 h), pero el cambio aplicado es bastante malo y recomendamos cambiar aquí lo mínimo.

Los viernes y sábados los bancos jordanos están cerrados.

La moneda oficial en Israel es el nuevo shekel (abreviada ILS).

En Jerusalén los mejores lugares para cambiar de euro a ILS son las oficinas de cambio, especialmente las que se encuentran a la entrada de la Puerta de Damasco, en la ciudad vieja, o bien en el eje comercial de la ciudad nueva.

Cambio medio:
• 1 JD (dinar jordano) = 1,1443 Eur (1 Eur = 0,874 JD)
• 1 ILS (nuevo shekel israelí) = 0,18928 Eur (1 Eur = 5,283 ILS)

Gastos del viaje

+ 494'85 € (vuelo ida/vuelta + tasas aéreas)
+ 22'88 € (visado jordano + tasas de salida de Jordania)
+ 209'24 € (Jordania: transporte, alojamiento, comida/bebida, entradas, ...)
+ 25'36 € (tasas de salida de Israel)
+ 53'64 € (Jerusalén: transporte, alojamiento, comida/bebida, entradas, ...)
= 805'97 € (total por persona)

Presupuesto diario medio (sin contar vuelo, visado, ni tasas):
• Jordania: 23'24 € por persona y día.
• Jerusalén: 17'88 € por persona y día.

Visado

• Para viajar a Jordania es necesario un visado que sólo podrá ser expedido sobre un pasaporte con una validez mínima de 6 meses.

Si se entra al país por el aeropuerto internacional Queen Allia de Ammán el visado cuesta 10 JD y sólo permite una entrada y una salida del país (en el caso de entrar por Áqaba es gratuito al tratarse de una zona económica especial).

Aunque el visado es válido para más de 15 días, si la estancia en Jordania va a sobrepasar ese plazo el viajero debe presentarse, antes de que venza, en una comisaría de policía para su renovación.

Recientemente (en el momento de publicar esta guía, en 2004) el gobierno jordano anunció la posibilidad de eliminar el coste económico del visado para favorecer el turismo, pero hasta la presente no hay nuevas noticias al respecto.

• Si se desea ir a Jerusalén desde Jordania, como fue en nuestro caso, recomendamos hacerlo por la frontera King Hussein-Allenby, por ser la más cercana a Ammán y también porque si se vuelve de nuevo a Jordania antes de 15 días no es necesario un nuevo visado (el gobierno jordano emplea la lógica de que Palestina aún forma parte de su territorio y por tanto no se puede entrar en Jordania si no se ha salido de él).

Es muy importante tener en cuenta que si se desea continuar viaje a otros países sin relaciones con Israel (por ejemplo Siria o Líbano) hay que tener cuidado de no llevar ningún sello israelí estampado en el pasaporte (ni tampoco de salida o entrada a Jordania por algún punto que induzca a pensar que se ha estado en Israel).

Para entrar en Israel el visado no es necesario para estancias de menos de tres meses y el pasaporte debe tener una validez mínima de 6 meses.

Para más datos sobre el tema de los visados y el paso de fronteras entre ambos países recomendamos consultar la información actualizada que proporciona (en inglés) la web Ruth's Jordan.

Salud

No hay ninguna vacuna obligatoria y, en general, no existen problemas sanitarios en Jordania ni Israel. Pero debido al alto coste de los servicios sanitarios se recomienda, como siempre, llevar un seguro propio.

Seguridad

Jordania es, a pesar de la conflictividad existente en algunos de sus países vecinos, un país bastante seguro para el viajero. Los extranjeros son generalmente bien recibidos y aceptados por el hospitalario pueblo jordano.

Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores español recomienda evitar ciertas zonas que pueden ser conflictivas, como los alrededores de los campos de refugiados, las inmediaciones de las fronteras con Israel y Cisjordania y las aglomeraciones que se crean los viernes en las mezquitas.

Nuestro consejo es que, como siempre, conviene usar el sentido común y ser precavidos.

Lamentablemente la seguridad en Jerusalén es algo más precaria debido a los atentados suicidas que, de tanto en tanto, sacuden la zona.

La presencia policial es bastante notable en la ciudad, así como en otros lugares de los territorios ocupados de Cisjordania, especialmente en lugares sensibles por su carácter político o religioso.

También hay que tener en cuenta la existencia de los férreos controles de seguridad a la entrada de lugares como el Muro, la zona de las mezquitas, edificios oficiales e incluso algunos bares y restaurantes en la ciudad nueva.

Pero dicho esto, nuestra experiencia en la visita a Jerusalén fue muy positiva en este sentido. Por tanto recomendamos no dejar de visitar Jerusalén, aunque eso sí, también aquí conviene usar el sentido común, ser precavidos y muy discretos.

Transporte

Autobús. Para moverse por el interior del país jordano, los minibuses privados y taxis colectivos permiten circular rápidamente sobre casi la totalidad del pequeño territorio jordano a unos precios muy buenos. Para algunos trayectos también hay grandes autobuses climatizados de la compañía JETT, más cómodos, pero también bastante caros.

En las fechas de nuestro viaje, y debido a problemas de seguridad, la única posibilidad para ir de Jerusalén a la frontera jordana o viceversa era mediante taxi colectivo (sherut).

Coche de alquiler. Alquilar un coche en Jordania resulta bastante caro, debido a las elevadas tarifas de las agencias de alquiler de coches. Pero si el dinero no es problema puede resultar una buena opción para moverse por el país.

Tren. Sólo hay una línea de ferrocarril, la de Hedjaz, que une Ammán y Damasco, pero no realiza ninguna parada en territorio jordano (excepto Ammán, claro).

Clima

En las fechas de nuestra visita disfrutamos de un tiempo soleado, pero frío, con temperaturas alrededor de los 8ºC, sobre todo por la noche y especialmente en Ammán y la zona norte.

En Áqaba, al lado del Mar Rojo, la temperatura es bastante más suave y casi primaveral.

En cuanto al Mar Muerto, debido a sus características, goza de una temperatura varios grados más elevada que en el resto y, por tanto, es posible bañarse en pleno invierno sin problemas. En Jerusalén la temperatura era fresca, pero algo más suave que en Ammán.

En cualquier caso conviene llevar ropa de abrigo e ir preparados para la lluvia, pero también para el sol, especialmente en las visitas a Petra o a Wadi Rum, en pleno desierto.

Gastronomía

El plato nacional en Jordania es el mansaf (cordero cocinado con yogur y servido sobre arroz), pero también el musakhan (plato a base de pollo asado con cebollas, piñones y aceite de oliva sobre pan) o el maglouba (carne o pescado mezclado con verdura o arroz).

Por supuesto también encontramos platos tradicionales de la zona, como el kebab, el shawarma, el felafel o el hummus. En Áqaba hay una gran variedad de platos de pescado.

Diferencia horaria

+ 1 hora (respecto el horario de invierno de la España peninsular).

Guía de viaje

Jordan, de Lonely Planet Publications (5ª ed. Abril 2003). Debido a lo reciente de su publicación en las fechas de nuestro viaje la información de la guía era bastante exacta. En general es completa y práctica, aunque encontramos a faltar algunos datos que creemos interesantes para el viajero.


Ruta por el norte de Jordania

AMMÁN (I)

Cómo llegar

Vuelo entre Barcelona y Estambul con Turkish Airlines (2.225 km en 3 horas y 15 minutos).

Tras 4 horas de espera en el aeropuerto tomamos el siguiente vuelo, entre Estambul y Ammán, también de la misma compañía (2 horas para recorrer los 1.200 km que separan ambas ciudades).

Finalmente aterrizamos en el aeropuerto internacional Queen Alia, unos 35 km al sur de Ammán.

Antes de pasar el control de pasaportes cambiamos dinero en una oficina de cambio del aeropuerto para poder pagar el importe del visado. Dado que el cambio aplicado aquí es bastante peor que en la capital recomendamos cambiar lo mínimo para pagar el visado y poder llegar hasta la ciudad.

Para ir al centro de Ammán desde el aeropuerto es posible tomar un autobús o un taxi.

El autobús Airport Express sale desde fuera de la terminal de llegadas 2 y llega a la estación de autobuses Abdali. Cuesta 1'5 JD y hay uno cada 30 minutos entre las 6:00 y las 22:00, mientras que fuera de esas horas hay sólo uno cada hora.

En nuestro caso, cuando logramos salir de la terminal de llegadas del aeropuerto de Ammán, pasada la medianoche, ya no encontramos este autobús en su parada y optamos por tomar un taxi, compartiendo su coste con otra pareja de viajeros. Después del habitual regateo conseguimos pagar 15 JD entre los cuatro viajeros.

Dormir y comer

El Farah Hotel (en la calle Al-Hussein Cinema, muy cerca del Arab Bank) es muy recomendable como opción económica. Una habitación doble, pequeña, con baño compartido, agua caliente y calefacción cuesta 9'9 JD, impuestos incluidos.

Es recomendable realizar una reserva previa, especialmente si se va a llegar de madrugada. Aunque el hotel está en una zona muy céntrica, por la noche es bastante tranquilo.

Otra opción, de más nivel y también muy recomendable, es el Al-Saraya Hotel (calle Al-Jazza'er, en el lado este de la estación de autobuses Raghadan y a 500 metros del Teatro Romano). La habitación doble, muy espaciosa, con TV y baño privado cuesta 14 JD y tiene una excelente relación calidad-precio.

Además, su propietario, Mr. Fayez Al-Kayyali, es muy amable y atento con todos los huéspedes (en su despacho es fácil encontrar numerosos viajeros tomando té y charlando). Aquí se organizan viajes a Bagdhad, la capital iraquí, para personal de ONGs, periodistas y aventureros en general.

En la calle Hashemi de Ammán, casi enfrente del Teatro romano, está el restaurante Fast Meal, muy limpio, la comida está bien y los precios muy ajustados. Contrariamente a lo que pasa en muchos otros lugares aquí la mayoría de clientes son mujeres jordanas, por lo que este es un lugar recomendado para mujeres occidentales que viajen solas.

El Books@Cafe, en la escondida calle Omar bin al-Khattab (por encima del mercado de frutas y verduras), tiene una librería en la planta baja y un bar-restaurante muy cool en la planta superior. Está decorado con gusto y es un lugar muy agradable, además de tener unas estupendas vistas sobre parte de la ciudad. Los precios son algo caros pero es una oportunidad única para ver la beautiful people jordana en su ambiente, con hombres y mujeres jóvenes vistiendo ropa occidental y con un look muy moderno.

En Jerash recomendamos el restaurante Ajloun, justo al lado del mercado en la ciudad nueva, donde se puede pedir un shawarma exquisito a un precio muy razonable.

Cosas a ver y hacer

AMMÁN es hoy una ciudad bastante moderna e incluso occidentalizada en muchos aspectos, aunque los restos más antiguos que se han encontrado se remontan a más de 3000 años a. C.

En la época romana la actual Ammán tuvo el nombre de Philadelphia y se construyó, como Roma, sobre siete lomas (o djebel en árabe).

Imagen nocturna de la mezquita King Abdullah (Ammán)
Imagen nocturna de la mezquita King Abdullah (Ammán)

Por sus dimensiones y orografía es algo inhóspita para recorrer a pie, si exceptuamos la zona centro.

A pesar de que no cuenta ni mucho menos con los atractivos de El Cairo o Damasco, por poner un ejemplo, sí merece al menos una breve visita.

Además, la ciudad de Ammán es útil como campo base para explorar lugares de interés lo suficientemente cercanos y accesibles como para ir y volver en el mismo día. Algunos ejemplos de ello serían Jerash, el Mar Muerto, Madaba, o las Fortalezas del Desierto.

Volviendo a la ciudad de Ammán, algunos de sus lugares de interés para el viajero son los siguientes:

La mezquita King Abdullah, a sólo 400 metros de la estación de autobuses Agdali, es muy moderna pero construida con buen gusto. Especialmente impactante es su enorme cúpula de color azul.

En teoría es la única mezquita de Ammán visitable por no-musulmanes y la entrada cuesta 1 JD. Por la noche se ilumina con focos y la vista desde el exterior de sus minaretes y cúpula resulta muy bonita.

El Teatro Romano es quizás lo más vistoso de Ammán, al menos de todos los restos romanos de la ciudad. Fue construido en el s. II y restaurado hace algunas décadas. Tiene un aforo de 6.000 asientos.

Vale la pena subir hasta lo alto del teatro por las espléndidas vistas sobre la ciudad y las lomas que hay enfrente.

En invierno cierra sobre las 16:30 y a esa hora hay una bonita luz sobre el entorno ya que coincide con la puesta de sol. La entrada es gratuita.

Delante del Teatro Romano encontramos el Forum, el cual formaba una de las plazas más grandes de todo el Imperio Romano, pero de la que sólo quedan algunas columnas y un pequeño parque que se ha construido sobre él.

Vista del Teatro Romano de Ammán
Vista del Teatro Romano de Ammán

Y junto al Forum encontramos el Odeón, el cual fue construido en la misma época que el Teatro y servía para representaciones musicales. La entrada al Odeón es gratuita.

Justo al lado de la zona anterior está la plaza Hashemita, donde suele haber mucha población local hablando, fumando y viendo pasar la vida. Por la tarde esta plaza está especialmente animada.

Si desde aquí tomamos la calle Hashemi en dirección oeste también encontraremos un gran bullicio.

En ella hay un gran número de comercios de todo tipo, y entre ellos algunas tiendas de recuerdos, con una gran variedad y a precios muy competitivos.

A algo más de 1 km de la plaza Hashemita encontramos la bonita mezquita King Hussein. Esta zona de la ciudad, especialmente a partir de la puesta de sol, es un hormiguero humano.

JERASH es una de las ciudades romanas mejor conservadas en la región de Oriente Medio, y por tanto una de las atracciones principales de Jordania. Jerash (Gerasa en la época romana) formó parte de la Decápolis o liga de las diez ciudades, establecida por los romanos en el año 63 a.C.

Vista del Arco de Adriano (Jerash)
Vista del Arco de Adriano (Jerash)

Sus ruinas se descubrieron en el s. XIX y, desde entonces, sucesivas excavaciones han dejado al descubierto sus tesoros arquitectónicos.

Aunque se considera que la mayor parte de la ciudad antigua está aún por descubrir y por ese motivo continúan hoy día los trabajos de excavación.

La visita a Jerash cuenta además con la ventaja de ser muy accesible desde Ammán y asequible por lo compacto del complejo, por lo que es una fácil excursión desde Ammán.

Entrando por el Arco de Adriano (Arco Triunfal) se pasa junto al Hipódromo hasta llegar a la entrada sur del recinto, donde se encuentra un quiosco de información y donde se compra la entrada, que ahora cuesta 2'5 JD (se ha reducido el precio un 50%).

Nada más cruzar la muralla aparece ante nuestros ojos el Forum, una magnífica plaza oval de 90 metros de largo por 80 de ancho delimitada por 56 columnas de estilo jónico, siendo ésta una de las imágenes distintivas de Jerash.

Enfilamos el Cardo Maximus, la antigua calle principal donde aún son visibles sobre el suelo empedrado las marcas dejadas por los carros romanos al circular repetidamente por ella.

A lado y lado hay numerosas columnas y restos de edificios. Es especialmente impresionante la entrada del Templo de Artemisa.

Imagen del Cardo Maximus de Jerash
Imagen del Cardo Maximus de Jerash

Al llegar frente al bonito Tetrapylon norte, el más conservado, giramos a la izquierda para visitar el Teatro norte.

Desde las gradas superiores del teatro hay una magnífica vista del entorno, incluyendo la cercana ciudad nueva de Jerash.

Desde aquí volvemos hacia el sur por un camino que sigue por un terreno elevado y que pasa ante el Templo de Artemisa, bastante bien conservado y cuyas columnas impresionan por el tamaño.

El camino finalmente conduce al Teatro sur, bastante más grande que el anterior y desde cuya parte superior también hay unas vistas excelentes de la ciudad romana con el Forum en primer plano, y la ciudad nueva justo detrás.

Por último descendemos por el Templo de Zeus, del que queda poca cosa, hasta llegar de nuevo al Forum y dar por concluida la visita a la antigua ciudad romana saliendo de nuevo por la entrada sur.

En total la visita al recinto arqueológico de Jerash requiere unas tres horas más o menos

Jerash está 51 km al norte de Ammán y para llegar a ella se toma un autobús en la estación Agdali, a unos 2 km del centro. Salen minibuses privados cuando se llenan, cuestan 500 fils y tardan una hora en llegar.

La parada final es en la nueva estación de autobuses de Jerash, a 1 km del centro en la carretera a Ajlun. Recomendamos solicitar al conductor que pare al llegar al cruce que hay ante el arco de Adriano para ahorrarnos el camino de vuelta hasta aquí.

Para tomar el autobús de vuelta a Ammán desde Jerash hay que ir hasta la estación de autobuses. La vuelta a Ammán en un autobús público cuesta 375 fils y su destino final es la estación Agdali.

Nota: Con tiempo suficiente es posible extender la excursión a Jerash y visitar también el castillo Qala'at ar-Rabad en Ajlun, población a 22 km al noroeste de Jerash. Los minibuses a Ajlun salen de la nueva estación de Jerash.

EL MAR MUERTO. Se trata de uno de los lugares más peculiares del planeta ya que se encuentra situado a 400 metros por debajo del nivel del mar, siendo uno de los lugares terrestres más bajos de la superficie de la tierra y el lago de mayor salinidad del mundo.

Este elevado nivel de salinidad provoca que sus aguas no contengan peces ni vida marina alguna y que la flotabilidad del agua sea muy superior a la de cualquier otro mar, impidiendo que los bañistas se hundan.

Formas salinas en la orilla del Mar Muerto
Formas salinas en la orilla del Mar Muerto

Por otra parte, la gran riqueza de minerales que el agua lleva disueltos hace que, tanto sus aguas como el lodo del fondo marino, tengan importantes propiedades medicinales.

En la orilla es curioso observar las extrañas formas que adopta la sal al solidificarse.

El especial microclima de la zona posibilita el poder bañarse aquí todo el año, incluso en invierno, aunque parezca inimaginable estando en Ammán, a sólo 50 km de la orilla jordana del Mar Muerto.

Nuestra visita al Mar Muerto fue una excursión de medio día que hicimos desde Ammán al final de este viaje.

Unos 5 km al sur del antiguo Dead Sea Rest House (ahora cerrado) se ha habilitado una nueva zona de baño conocida como Ammán Beach.

Se trata de un sencillo complejo con una playa de arena y palmeras, duchas, vestidores, algunas tiendas y un restaurante. Pagando 3 JD se puede acceder a la playa y utilizar las instalaciones mencionadas, todo bastante limpio.

Una ducha después del baño es especialmente necesaria, puesto que la piel se acaba acartonando por la película de sal blanca que se forma al secarse.

Llegar hasta aquí con transporte público no nos resultó fácil, ya que no conseguimos encontrar un autobús directo.

Empezamos nuestro periplo en la estación de minibuses al Mar Muerto, delante de la Muhajireen Police Station, en la calle Al-Ameerah Basma bin Talal (zona de Jebel Ammán).

Imagen de la llamada Amman Beach en el Mar Muerto
Imagen de la llamada Amman Beach en el Mar Muerto

Tras preguntar sobre la existencia de un minibús directo al Mar Muerto y obtener varias respuestas contradictorias optamos por tomar el primer minibús a Shuneh (cuesta 450 fils).

Después de 40 minutos de viaje nos deja en el cruce de las carreteras nº 40 y 65, poco antes de llegar a Shuneh.

Aquí abordamos otro minibús que va hacia el sur. El trayecto de 15 minutos nos cuesta 100 fils y se acaba poco más allá de Suweimah, donde estaba el antiguo Dead Sea Rest House, pero aún quedan unos 5 km hasta Ammán Beach.

En este punto de la carretera hay un control militar (por la cercanía de la frontera israelí) y tras ser preguntados por nuestro destino, un oficial del destacamento, muy amablemente, intercede por nosotros hasta conseguirnos un vehículo, de los que cruza el control, que nos lleve hasta allí.

Tras 10 minutos en un vehículo 4x4, conducido por un jordano muy cortés, finalmente conseguimos llegar a Amman Beach, nuestro destino en la orilla jordana del Mar Muerto.

Para volver a Ammán desde aquí solicitamos un taxi en la entrada del complejo y que compartimos con otros viajeros en nuestra misma situación para ir hasta el cruce cercano a Shuneh (pactamos un precio conjunto de 3 JD).

Ahí tomamos el primer minibús que pasa hacia Ammán (450 fils).

FORTALEZAS DEL DESIERTO. Aunque nosotros no dispusimos del tiempo necesario para llevarla a cabo, una posible e interesante excursión de un día desde la ciudad de Ammán es la visita a estos castillos, situados hacia el este, a medio camino entre la capital y la frontera con Irak.

Estas fortalezas tienen un origen muy antiguo y han perdurado al haber sido modificadas y reconstruidas por los diferentes pueblos que han habitado la zona.

La fortaleza de Qasr Amra, del siglo VIII y cuyo origen parece corresponder a un castillo de recreo construido por los Califas Omeyas sobre unos baños de origen romano, es Patrimonio de la Humanidad, ya que posee unos frescos originales en muy buen estado.

Otros ejemplos son Qasr Azrak, construido en piedra volcánica, y Qasr al-Hallabat, de posible origen romano y transformado en palacio durante la época omeya.


MADABA

Cómo llegar

Para nuestro trayecto de vuelta a Jordania desde Jerusalén empezamos por ir a la oficina de Abdo Taxi, en un pequeño callejón sin salida entre las calles HaNevi'im, Nablus y Sultan Suleyman.

Allí compramos dos plazas en un sherut hacia Allenby. Cuesta 35 ILS cada uno y hay que esperar hasta que se llenen las siete plazas del coche.

Es conveniente estar aquí pronto por la mañana, ya que hay más actividad y el taxi se llena antes. Además, conviene llegar a la frontera lo antes posible.

Después de un viaje de 45 minutos llegamos a la frontera israelí de Allenby Bridge. Antes de sellar la salida deben pagarse las tasas de salida del país: la desorbitada cifra de 134 ILS!!.

Para suerte nuestra los trámites de salida resultan ser muy rápidos: sólo unos 10 minutos. Concluidos estos hay que esperar el siguiente autobús JETT, que cuesta 2 JD y nos debe llevar hasta el lado jordano.

En la frontera jordana de King Hussein Bridge empleamos unos 15 minutos en los trámites de entrada (aquí no pagamos nada).

Una vez fuera, en la carretera, vamos a la parada de taxis que hay a 100 metros y tomamos uno hasta la cercana población de Shuneh. Nos cuesta 1 JD y nos deja en el lugar de donde salen los minibuses.

Tras recabar información contradictoria sobre la existencia de un minibús directo a Madaba y esperarlo un buen rato optamos por tomar uno a Ammán.

El trayecto de 40 minutos hasta el cruce de carreteras de Na'ur vale 450 fils, donde hemos de bajar para conectar con otro minibús que hace la ruta Na'ur-Madaba. Antes caminamos unos 300 metros para bajar a la carretera Na'ur-Madaba y colocarnos ante un restaurante que parece ser la parada oficial de esos minibuses.

El trayecto desde aquí hasta la terminal de autobuses de Madaba cuesta 175 fils y supone sólo 20 minutos. Pagamos 0'5 JD por un taxi desde esta terminal hasta el hotel que habíamos reservado, el Mariam Hotel.

Dormir y comer

En el Mariam Hotel (calle Aisha Um Al Mumeneen, 10) una habitación doble con baño y desayuno incluido cuesta 18 JD, tras una rebaja sobre los 22 iniciales. Tanto la habitación como el hotel en general están muy bien, y por este precio cuesta imaginarse algo mejor. Está a unos 800 metros del centro de Madaba, pero es un paseo por calles.

Para comer algo rápido o tomar algo en un lugar bonito y relajado es el Coffee Shop Ayola, en la calle Talal.

En esta misma calle se encuentra el bar/restaurante Let's Go, un lugar muy agradable para tomar un té sentado sobre cojines en el suelo.

En la calle Palestine está Mr. Shawarma (su propietario vivió bastante tiempo en Málaga y conserva un buen castellano), donde una ensalada, un shawarma muy completo y un jugo natural cuestan 3 JD.

Cosas a ver y hacer

MADABA. El gran atractivo turístico de esta tranquila ciudad jordana son sus magníficos mosaicos de la era Bizantina, importantes desde el punto de vista histórico.

Dada su relativa cercanía al aeropuerto internacional también pasa por ser una buena alternativa para alojarse respecto a Ammán. Desde luego la relación calidad/precio aquí es mucho mejor y la comunicación con la capital en transporte público es bastante buena.

Todos los puntos de interés de Madaba pueden ser visitados fácilmente a pie. El circuito propuesto por la guía de Lonely Planet, de unos 2 km, puede ser una buena referencia.

Vista parcial del mosaico-mapa en la iglesia de San Jorge
Vista parcial del mosaico-mapa en la iglesia de San Jorge

El punto de inicio es la Iglesia de San Jorge y su extraordinario mosaico-mapa de Madaba. La entrada a la iglesia cuesta 1 JD.

Esta iglesia fue construida en el s. XIX sobre otra iglesia bizantina, momento en el que se descubrió enterrado el mosaico, que data del s. VI, y del que sólo ha sobrevivido una tercera parte.

Este mosaico, situado en el suelo de la iglesia, contiene la representación cartográfica original de Tierra Santa y Jerusalén más antigua que se conserva.

Se calcula que en su día este mosaico estuvo formado por más de dos millones de piezas y en él se representan todos los lugares bíblicos más importantes de Líbano a Egipto, con referencias al Nilo, al Mar Muerto, etc. El centro del mapa representa Jerusalén.

Aparte de su importancia histórica, la verdad es que el mosaico es una filigrana, aunque para poder verlo con detenimiento es necesario pasar aquí un buen rato y tener la suerte de que no haya muchos visitantes más.

Continuamos el recorrido por el Palacio Quemado y la adyacente Iglesia de los Mártires.

El primero era una lujosa mansión del s. VI destruida por el fuego y un terremoto dos siglos después. Entre los restos aún se puede ver algún mosaico, pero no son gran cosa.

En cuanto a la iglesia hay que echarle imaginación porque sólo quedan cuatro piedras. La entrada a ambos sitios es gratuita.

La siguiente parada es en el Parque Arqueológico, una serie de ruinas y mosaicos excavados y restaurados a principios de 1990. Aquí vale la pena entretenerse un rato porque algunos de los mosaicos son una maravilla.

Además contiene los restos de una carretera romana bastante bien conservada. La entrada cuesta 1 JD en temporada baja y sirve también para el museo de Madaba y la iglesia de los Apóstoles.

Volviendo a la calle Prince Hussein y yendo colina arriba encontraremos algunas casas antiguas (finales del s. XIX y principios del XX), con bonitos balcones de hierro forjado, como la de Saray (hoy en día es una comisaría de policía) o Beit 'Alamat (en un estado de conservación nefasto).

Respecto al Museo de Madaba no podemos opinar porque aunque en invierno cierra a las 17:00 y nosotros estábamos en la puerta a las 16:15 ya estaba cerrado, y cualquier intento de encontrar al encargado del museo fue en vano (otras veces también pudimos comprobar que los horarios en este país son flexibles). Sólo pudimos verlo por fuera y algo del interior a través de las ventanas.

Por último, en la Iglesia de los Apóstoles se encuentra un gran mosaico del s. VI dedicado a los 12 apóstoles, aunque por su tamaño cuesta un poco hacerse la idea del sentido global. Para entrar aquí vale el mismo ticket combinado del Parque Arqueológico y el Museo de Madaba.

MONTE NEBO. Este es el lugar desde donde supuestamente Moisés vio la Tierra Prometida, aunque para nosotros el verdadero interés en venir hasta aquí son los maravillosos mosaicos que hay en el interior de la basílica y las magníficas vistas sobre del Mar Muerto y el Valle del Jordán, aunque la neblina y la polución disminuyen la visibilidad, como bien pudimos comprobar.

Vistas sobre el valle del Jordán desde el monte Nebo
Vistas sobre el valle del Jordán desde el monte Nebo

Estos mosaicos también son del s. VI y quizás el más remarcable es uno de 9x3 metros con escenas de caza y de cultivo de la viña.

Ya sólo por este mosaico vale la pena venir hasta aquí.

La entrada al complejo cuesta 0'5 JD y unos 30-45 minutos son suficientes para verlo todo.

La cima del Monte Nebo está a 9 km de Madaba, sobre la carretera hacia el Mar Muerto.

Para llegar hasta él se puede tomar un minibús con destino Shuneh y bajarse aquí (250 fils) o bien negociar en Madaba con un service taxi (taxi blanco) que nos lleve por 1 JD (para 2 personas).

Para volver a Madaba se puede esperar el paso de un minibús (la verdad es que pasan con poca frecuencia), o bien pactar con el taxi para que nos espere a la vuelta.

Nosotros negociamos con un conductor particular, a través de un amable señor que se prestó a traducir al árabe, la vuelta a Madaba pagándole 1 JD por los dos.


Traslado Ammán - Jerusalén - Ammán

JERUSALÉN

Cómo llegar

En la estación de autobuses Agdali de Ammán compartimos con otros viajeros un taxi privado (acordamos un precio conjunto de 10 JD) a King Hussein Bridge, la frontera jordana con los territorios palestinos de Cisjordania.

También existen minibuses que hacen este trayecto, aunque hay que esperar a que se llene el vehículo para marchar.

Empleamos unos 50 minutos en recorrer los 56 km que separan ambos puntos.

La ventaja de cruzar esta frontera es que Jordania considera que al pasar a los territorios palestinos realmente no se abandona el país, por lo que no es necesario un visado de múltiples entradas a Jordania si hemos de volver a ella (como era nuestro caso, para tomar el vuelo de regreso).

Por la misma razón tampoco se sella la salida en el pasaporte. Pero curiosamente sí que hay que pagar 5 JD en concepto de tasas de salida del país (?). La compra y registro de un sello por ese concepto es el único trámite a realizar aquí.

A continuación subimos a un autobús de la empresa JETT que espera un cierto tiempo en este punto para trasladarnos hasta el lado israelí (es un corto trayecto de unos 5 km por un desierto tierra de nadie, minado y con torres de vigilancia) y que cuesta 2 JD, pero no hay otra alternativa.

Cruzado el puente sobre el río Jordán se llega a un primer control israelí, donde hay que descender del autobús para mostrar el pasaporte.

De nuevo en el autobús recorremos 1 km más hasta Allenby Bridge, el punto fronterizo israelí, no muy lejos de la población de Jericó.

Aquí los funcionarios israelíes toman nuestro equipaje para pasarlo por el escáner (nos pegan una etiqueta en el pasaporte que servirá para recogerlo al final del proceso de entrada).

Nosotros y nuestro equipaje de mano seguimos otro camino con control de escáner y arco de seguridad con una sensibilidad muy elevada, con lo que cualquier cosa metálica pita enseguida.

Pasados estos controles viene la parte más dura: el interrogatorio por parte de las funcionarias israelíes.

Con nuestro pasaporte en sus manos se van sucediendo las preguntas sobre el objeto y duración de nuestra visita, nuestra profesión, hotel en Jerusalén, etc.

También debemos mostrar nuestro billete de avión para probar que no es nuestra intención permanecer en Israel, sea para trabajar o con cualquier otra finalidad (?).

Ante la evidencia de un visado sirio en nuestro pasaporte se suceden nuevas preguntas sobre el porqué de nuestra visita a ese país y sobre si hemos estado en Yemen, Irak, Afganistán, etc.

En este punto solicitamos que el sello de entrada a Israel sea estampado en un papel aparte para que no quede constancia de nuestra visita en el pasaporte, con vistas a futuros viajes a países árabes que deniegan la entrada ante la evidencia de un viaje a Israel (la funcionaria pregunta el porqué de esta petición, pero no pone ninguna objeción).

De aquí pasamos a una segunda sala donde debemos esperar sentados en un banco a ser llamados para nuevas preguntas (algunas de ellas son formuladas varias veces bajo formas distintas, suponemos que para verificar la coherencia de las respuestas).

Finalmente una funcionaria nos devuelve el pasaporte con el sello israelí en una hoja aparte, deseándonos una feliz estancia y advirtiéndonos de que vayamos con precaución.

A continuación recogemos nuestro equipaje en una sala contigua.

Todo este proceso en el puesto fronterizo israelí nos supuso alrededor de una hora, poco tiempo si comparamos con algunos viajeros que han llegado a emplear hasta 6 horas (aunque se trata de casos extremos).

Antes de salir al exterior cambiamos lo mínimo para poder pagar el transporte hasta Jerusalén en moneda israelí, ya que el cambio aplicado no es bueno.

Debido a la situación de inseguridad en la zona actualmente no hay servicio de autobuses a Jerusalén, por lo que la única posibilidad de transporte directo es un taxi colectivo llamado sherut (vehículo Mercedes de 7 plazas).

Desde el puesto fronterizo hasta Jerusalén el precio del trayecto es de 35 ILS y hay que esperar a que se llenen las siete plazas del taxi.

Empleamos unos 50 minutos en recorrer los 42 km hasta la Puerta de Damasco, en Jerusalén, parada final de estos taxis. No es raro encontrar controles militares en la carretera.

Conviene llegar a esta frontera como máximo hacia el mediodía, ya que al parecer ésta permanece cerrada por la tarde (al menos esto era así en las fechas de nuestro viaje).

En cualquier caso siempre es buena idea informarse previamente de si esta está abierta o no antes de salir hacia ella, puesto que el gobierno israelí puede decidir su cierre sin previo aviso por razones de seguridad.

Dormir y comer

En el Palm Hostel (calle Ha Nevi'im, 6, en Jerusalén Este) la habitación doble con baño compartido cuesta 80 ILS, aunque se puede regatear y pagar 70 si la ocupamos varias noches.

La habitación es simple, aunque el hotel estaba en renovación en las fechas de nuestra visita. Está muy bien situado, en Jerusalén Este (la parte palestina de Jerusalén), enfrente de la Puerta de Damasco. Dispone de cocina y acceso a Internet, y el personal del hotel es muy afable y una buena fuente de información.

Otra opción muy recomendable, aunque de más nivel y precio, es el Petra Hostel (calle David, nº 1, a unos 120 metros de la puerta de Jaffa). Es el hotel más antiguo de Jerusalén con 170 años de historia y que ha tenido huéspedes ilustres. Es conveniente reservar con antelación.

En la zona de Jerusalén Este los restaurantes y chiringuitos de comida cierran bastante pronto por la noche.

En la calle Aqabat al-Khanqan, en la Ciudad Vieja y a 50 metros de la mezquita Khanqan Salahiyya, se encuentra el restaurante vegetariano Lina, muy bueno y a un precio muy razonable.

En la Puerta de Damasco hay dos pequeños chiringuitos muy recomendables para cambiar dinero. La Oficina de Turismo se encuentra algo escondida, en una esquina de la plaza Safra, dentro del complejo New City Hall.

Cosas a ver y hacer

JERUSALÉN. Realmente no deja de ser una amarga ironía que la ciudad que fue llamada Orshalem (o Ciudad de la Paz) por los cananeos hace 5.000 años no la haya tenido en los últimos 2.000 años.

En ningún lugar santo del mundo han corrido tantos ríos de sangre como aquí. Las tres grandes religiones monoteístas -judaísmo, cristianismo e islamismo- han hecho de ella la manzana de la discordia de sus creencias.

Desde los días de Jesucristo, la ciudad ha sido conquistada once veces y destruida totalmente cinco.

Debido a su enorme simbolismo y carga religiosa no es extraño que aún hoy se den casos del llamado síndrome de Jerusalén, en el que algunos visitantes se vuelven locos y se creen personajes de la Biblia.

Lo cierto es que sea uno creyente o no, es impresionante el patrimonio religioso de esta ciudad sagrada.

Por esta razón la lista de puntos de interés en Jerusalén es casi infinita, ya que además de sus calles y monumentos, la ciudad tiene una intensa vida cultural.

Por todo esto recomendamos prever una estancia de varios días en Jerusalén. Vale la pena el esfuerzo.

Patrimonio de la Humanidad Ciudad Vieja (declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 1981). Esta zona compacta y completamente amurallada está dividida en cuatro barrios diferenciados, los barrios musulmán, judío, armenio y cristiano.

La mejor forma de visitarla es recorriendo a pie sus callejones y bazares, ya que, sin duda, es toda una experiencia, retrocediendo en el tiempo y notando el peso de la historia en cada uno de sus rincones.

El conjunto es fascinante y en general está bien cuidado. A continuación indicamos, a nuestro entender, algunos de sus puntos de interés más sobresalientes:

Puertas y murallas. Las murallas que actualmente circundan la ciudad fueron construidas por Suleiman el Magnífico sobre los antiguos muros romanos, a mediados del s. XVI para proteger la ciudad.

Vista de la Puerta de Damasco
Vista de la Puerta de Damasco

Están formadas por un muro de 12 metros de altura, con 35 torres defensivas y ocho puertas de acceso sobre un perímetro de 4.870 metros.

En teoría es posible recorrer el perímetro de las murallas por su parte superior (excepto el tramo correspondiente a la Explanada de las Mezquitas), proporcionando unas magníficas vistas sobre la Ciudad vieja y sus monumentos más emblemáticos.

Pero en las fechas de nuestra visita los accesos a la muralla, situados junto a las puertas de Jaffa y Damasco, estaban cerrados por motivos de seguridad, imposibilitando el subir a ellas.

De las ocho puertas que dan acceso a la Ciudad Vieja de Jerusalén la más espectacular y característica es, sin duda, la Puerta de Damasco o Damascus Gate (justo delante de ella hay una pequeña plaza donde suele haber un mercadillo muy bullicioso), aunque también son remarcables la Puerta de Jaffa (Jaffa Gate) o la Puerta de San Esteban (St Stephen Gate), por ejemplo.

Aunque cualquiera de las siete puertas accesibles (la octava, la Puerta Dorada o Golden Gate fue sellada ya hace mucho tiempo) merecen ser contempladas y traspasadas.

Explanada de las Mezquitas. Este disputadísimo lugar es conocido como el Monte del Templo por judíos y cristianos (Har HaBáyit en hebreo) y como el Noble Santuario por los musulmanes (al-Ḥaram al-Šarīf en árabe).

Se trata de un lugar sagrado para musulmanes, judíos y cristianos, ya que aquí se encuentra la roca desde la que supuestamente el profeta Mahoma ascendió a los cielos y que también honra el sacrificio realizado por Abraham cuando inmoló un cordero en lugar de su hijo Isaac.

La emblemática Cúpula de la Roca
La emblemática Cúpula de la Roca

Esta explanada, ubicada sobre un pequeño monte, ocupa casi una sexta parte de la Ciudad Vieja y está formada por una gran zona plana y pavimentada y rodeada por bellos edificios de estilo mameluco.

Y en el centro de esta explanada se alza la icónica Cúpula de la Roca, un monumento islámico llamado así por contener la roca sagrada que señala el punto, según creen los musulmanes, desde el cual Mahoma ascendió a los cielos para reunirse con Dios.

La enorme cúpula, forrada en oro, destaca sobre el paisaje urbano de Jerusalén, y corona un edificio de forma octogonal, bellamente decorado por fuera con finos mosaicos persas.

En el lado sur del conjunto se encuentra la interesante mezquita Al-Aqsa, la más grande de Jerusalén, por su curiosa e inusual combinación de estilos arquitectónicos debidos a su larga y agitada historia.

En fin, recomendamos pasear con tranquilidad por la explanada y sentarse a contemplar la serena belleza del conjunto, así como el ir y venir de fieles en las horas de rezo (ante la mirada atenta de las patrullas militares israelíes).

Nadie debería marchar de Jerusalén sin antes haber visitado este lugar, aunque no es raro que las autoridades israelíes prohíban el acceso a la Explanada por razones de seguridad.

Vista de la Explanada y la mezquita Al-Aqsa
Vista de la Explanada y la mezquita Al-Aqsa

Aunque existen nueve puertas de acceso al complejo de la Explanada, sólo las de Bab al-Marghariba (junto al Muro Oeste) y la de Bab as-Silsila (en el extremo oriental de la calle Bab as-Silsila) están permitidas para los visitantes no musulmanes.

El horario de acceso a la Explanada de las Mezquitas parece depender de numerosas variables, pero en cualquier caso parece ser que las 14:00 es la hora límite para entrar. La entrada al recinto es gratuita.

Se debe ir correctamente vestido y tener en cuenta que hay exhaustivos controles militares en las entradas, con arcos de seguridad y escáneres.

En el momento de nuestra visita a Jerusalén el acceso a la mezquita Al-Aqsa y a la Cúpula de la Roca estaba prohibido para no musulmanes. También es importante tener en cuenta que algunas zonas del recinto están estrictamente fuera de límites para los visitantes.

Muro Oeste. A primera vista se trata de un simple muro de piedra de 15 metros de altura y que corresponde en su parte superior a los restos del Segundo Templo, levantado por Herodes el Grande en el 20 a.C., y en su base al antiguo de Salomón, pero es el lugar más sagrado para los judíos y, sin duda, un sitio fascinante para el visitante.

Desde la Edad Media también es conocido como el Muro de las Lamentaciones, por el hecho de que los judíos acuden aquí a rezar y a lamentarse por la destrucción del templo.

La zona frente al muro es como una gran sinagoga al aire libre y está dividida en dos zonas separadas para hombres y mujeres.

La zona para hombres suele estar más animada y es bastante más pintoresca por la indumentaria y ceremonial asociado al rezo de algunos de los creyentes (desde la zona para mujeres no es difícil poder "espiar" al otro lado, tal como vimos que hacían algunas mujeres).

Rezo ante el Muro de las Lamentaciones
Rezo ante el Muro de las Lamentaciones

Es curioso contemplar el ceremonial con el que se visten algunos hombres para la oración.

Por otra parte, no hay problema en poder acercarse al muro para visitantes no judíos.

Sólo es necesario ir correctamente vestido y, en el caso de los hombres, además, cubrir la cabeza con el yarmulke, un pequeño gorro circular de cartón blanco que se suministra a la entrada.

Una vez junto al muro podremos contemplar los miles de mensajes de papel que los judíos han escrito con sus deseos y esperanzas y deslizado entre las rendijas de las piedras.

Esta acción es para un creyente judío casi como entregárselo en propia mano a Dios, con lo que las oportunidades de ser atendido aumentan considerablemente.

El acceso al Muro Oeste es gratuito y, en teoría, está abierto las 24 horas. Los lunes y martes por la mañana y los sábados suele haber una mayor actividad, al coincidir con algún tipo de ceremonia.

Para entrar al recinto del Muro también hay exhaustivos controles militares a las entradas. Si antes de pasar el control, entrando por Bab as-Silsila, nos desviamos para entrar en el pasaje Misgav Ladakh llegaremos a un punto panorámico con excelentes vistas sobre el Muro y la Cúpula de la Roca.

Barrio Musulmán. Es el más poblado y activo de la Ciudad Vieja de Jerusalén. La Vía Dolorosa cruza este barrio desde la Puerta de San Esteban hasta la iglesia del Santo Sepulcro, ya en el barrio cristiano.

Se trataría de la ruta que hizo Jesús cargando la cruz hasta el Calvario, y aunque están marcados cada uno de los pasos para los peregrinos, esta ruta parece más basada en la fe que en la realidad, puesto que ha ido variando su trazado con el tiempo.

La Vía Dolorosa y el Arco de Ecce Homo
La Vía Dolorosa y el Arco de Ecce Homo

Al principio de esta calle se encuentra el lugar, algo claustrofóbico, donde nació la Virgen María y murieron sus padres (dejad un donativo).

Justo al lado está la Iglesia de Santa Ana, de estilo románico y el más bello ejemplo de arquitectura de los Cruzados en Jerusalén. La entrada cuesta 7 ILS y ciertamente se trata de un lugar muy interesante.

Más adelante pasamos bajo el Arco de Ecce Homo, junto al Convento de las Hermanas de Sión.

Ya en la calle Aqabat at-Takiya se pueden contemplar algunos ejemplos, en diversos estados de conservación, de edificios mamelucos de la edad de oro de la arquitectura islámica (s. XIII a XVI).

Estos edificios son reconocibles por las bandas de piedra roja y blanca en sus fachadas y quizás el más sobresaliente es el Palacio de Lady Tunshuq, que ahora parece servir de taller y almacén.

Aprovechando unas obras en el recinto contiguo entramos y subimos por unas escaleras que nos conducen hasta una serie de terrazas interconectadas que nos proporcionan vistas insólitas de los tejados de esta parte de la Ciudad Vieja.

En la esquina de esta calle y la de Al-Wad podemos ver Ribat Bayrar Jawish, otro bonito edificio.

Barrio Judío. Al contrario que el barrio musulmán, el barrio judío parece estar siempre desierto.

Arrasado durante la guerra de 1948 ha sido casi completamente reconstruido desde que los israelíes reconquistaron la ciudad, en 1967, aunque, eso sí, respetando la arquitectura tradicional para mantener el aspecto de la Ciudad Vieja.

Barrio Cristiano. Aquí es posible encontrar iglesias, monasterios y otras instituciones religiosas pertenecientes a más de 20 sectas cristianas distintas.

Sin duda, la Iglesia del Santo Sepulcro es su edificio más importante, edificado sobre la cima del monte Gólgota, donde Cristo fue crucificado y enterrado.

Se trata de un conglomerado de diferentes estilos arquitectónicos, producto de las obras llevadas a cabo en diferentes épocas históricas. En el interior de la construcción se conserva un saliente rocoso del monte Gólgota. Quizás sea más imponente por su simbolismo que por su aspecto interior y exterior.

A menos de 50 metros se encuentra la Iglesia Luterana del Redentor (Redeemer), característica por su alta torre que domina toda la Ciudad Vieja. Es posible subir a lo alto de la torre, por una escalera muy estrecha y en espiral, para contemplar una vista magnífica de todo el entorno. Subir cuesta 3 ILS, pero realmente vale la pena.

Barrio Armenio. La pequeña comunidad armenia ha tenido una presencia continuada en Jerusalén desde el s. IV y vive en una ciudad dentro de la ciudad, ya que vive tras unas murallas que le aíslan del resto cada tarde cuando se cierran las puertas de acceso al recinto.

Aunque no hay mucho que ver en este barrio sí vale la pena visitar la Catedral de San Jaime. Ciertamente posee un aire místico imponente, al que ayuda el ambiente cargado de incienso, las enormes lámparas doradas y el suelo cubierto de enormes alfombras con vistosos dibujos.

Como, además, sólo se puede visitar durante la misa es una magnífica oportunidad para sentarse en un banco y contemplar extasiado el ritual y los cánticos que acompañan la misa. Esta catedral se encuentra en la calle Armenian Orthodoxy Patriarchate y abre de 2:45 a 15:30.

Monte de los Olivos. Está situado al este de la Ciudad Vieja y ocupado en su mayor parte por el Cementerio Judío más grande y antiguo del mundo, ya que data de tiempos bíblicos.

También podemos encontrar en él numerosas iglesias, aunque la mayor excusa para subir hasta su cima es la maravillosa vista panorámica sobre Jerusalén (es la que hemos visto tantas veces como fondo en las crónicas de los corresponsales de TV en Jerusalén).

Una posible ruta a pie desde la Ciudad Vieja hasta la cima podría ser la siguiente:

Salimos de la Ciudad Vieja por la Puerta de Dung (Dung Gate), dejando a la izquierda los Jardines Arqueológicos Ophel. Una vez en la carretera HaOphel vamos a la izquierda, dejando enfrente el valle Kidron y Silwan, un pequeño suburbio árabe que se encarama por el lado este del valle.

Desde aquí hay una magnífica vista sobre el enorme Cementerio Judío, con miles de tumbas que ocupan buena parte del Monte de los Olivos.

La Basílica de Getsemaní y la iglesia de María Magdalena
La Basílica de Getsemaní y la iglesia de María Magdalena

Unos 500 metros siguiendo la carretera tomamos un camino que baja hacia el valle de Jehoshaphat y que conecta con la carretera de Jericó.

Este camino nos permite ver de cerca varias tumbas del siglo I, como la tumba de Jehoshaphat, el Pilar de Absalom, B'nei Hezir o la tumba de Zacarías. Son bonitas, pero el entorno está algo sucio y abandonado.

Llegados a la carretera de Jericó continuamos a la izquierda, pasando por delante de la Basílica de Getsemaní o también iglesia de Todas las Naciones. Es de construcción reciente, del año 1924, pero vale la pena fijarse en un gran mosaico dorado reluciente que adorna su fachada.

Encontramos de frente y bajo el nivel de la carretera un edificio Cruzado del s. XII, que ahora pertenece a la Iglesia Ortodoxa Griega, sobre el lugar donde supuestamente está la tumba de la Virgen María.

Como viene de paso vale la pena entrar a echar un vistazo, ya que su interior es bastante bonito (entrada gratuita).

Junto a la iglesia hay una gruta muy acogedora, donde la tradición dice que se reunía Jesús con sus discípulos, y cuyo techo tiene algunos interesantes frescos.

Ya de subida, y al otro lado de la carretera, encontramos la pequeña entrada al Huerto de Getsemaní, con algunos de los olivos más viejos del mundo (científicamente datados sobre los 2.000 años de edad), y aceptado como el lugar donde Jesús pasó sus últimos instantes orando con sus discípulos antes de ser arrestado por los soldados romanos. La entrada es gratuita.

Ascendiendo por el camino a la cima pasamos por delante de la iglesia rusa de María Magdalena muy característica por sus impactantes cúpulas doradas, al estilo ruso, que no pasan desapercibidas en el paisaje del monte.

Esta fue construida por Alejandro III en memoria de su madre. Se puede visitar y la entrada es gratuita, al igual que la cercana iglesia de Dominus Flevit.

Vista sobre Jersualén y el Cementerio Judío en primer término
Vista sobre Jersualén y el Cementerio Judío en primer término

Aunque este camino de subida es algo empinado, la recompensa es la privilegiada vista que nos va proporcionando sobre la Cúpula de la Roca y toda la Ciudad Vieja, así como sobre el Cementerio Judío, donde tenemos la oportunidad de ver numerosos grupos de judíos de visita y orando en el cementerio.

Al llegar a la cima del monte, enfrente del controvertido hotel Seven Arches, construido por los jordanos sobre una parte del cementerio, encontramos un amplio mirador sobre Jerusalén, con la Explanada de las Mezquitas en primer término.

Aquí nos podemos pasar un buen rato contemplando esta vista sin igual, y muy, muy fotogénica.

Para hacer fotos es mejor la mañana que la tarde, ya que en el primer caso el sol está a nuestras espaldas e ilumina de lleno la cúpula dorada de la Roca. Desde luego si el día es soleado mucho mejor que si no lo está (lo decimos por experiencia, ya que subimos hasta aquí una primera vez con el cielo bien nublado y otra ya con el día soleado).

Otra forma de ir hasta el Monte de los Olivos es tomar el autobús nº 75 en la calle Sultan Suleyman de Jerusalén Este (estación de autobuses Suleyman St Arab). Cuesta 2 ILS y nos deja justo al lado del mirador, pasando antes por el monte Scopus.

Ciudad Nueva. La parte nueva de la ciudad de Jerusalén está situada al noroeste de la Ciudad Vieja y también tiene algunos puntos de interés para el viajero:

Mea She'arim. Este es el barrio-gueto donde viven los judíos ultra ortodoxos y que constituye el único ejemplo que queda de gueto judío tal como eran en la Europa del Este antes del Holocausto.

Muchos de sus habitantes visten de forma más que tradicional, tal como en la Europa oriental del s. XVIII, y su estricta interpretación de la Ley Judía hace que su actitud hacia los visitantes pueda ser poco amistosa.

Se entiende que si uno desea internarse en sus calles deba adaptarse a sus peculiares reglas, porque de lo contrario es mejor abstenerse (se han dado incluso casos extremos de apedreamiento por considerar que alguien ha roto sus reglas de conducta).

Varios carteles en las entradas al barrio recuerdan claramente al visitante cuales son esas reglas, como por ejemplo que las mujeres no pueden vestir ropa corta y ni siquiera pantalones largos, sino falda larga y mangas también largas; los hombres deben ir con pantalones largos; y las parejas no pueden ir cogidas de la mano y mucho menos besarse. También hacer fotos puede herir susceptibilidades.

Nuestra visita a Mea She'arim fue entre curiosa e interesante, ya que uno tiene la sensación de estar en una película de época: mujeres con largas faldas y hombres de piel blanquísima, con barba y tirabuzones en el pelo, y vestidos con levita, zapatos y sombrero de riguroso negro.

El silencio es casi total y nadie habla, ríe o se saluda en la calle. Mayormente fuimos ignorados por los residentes (que es lo mejor que puede pasar) y en todo momento intentamos no violar sus reglas de conducta (ni siquiera hicimos fotos, nos limitamos a pasear y mirar).

Este barrio se encuentra a 1'5 km de la Puerta de Damasco, siguiendo las calles Shivtei Y'israel y Mea She'arim.

Calle Etiopía. A sólo 500 metros al sur de Mea She'arim encontramos esta bonita y tranquila calle, donde destaca la magnífica Iglesia Etíope (construida a finales del s. XIX), con una impresionante cúpula.

Para alguien que haya estado en Etiopía ver la iglesia por fuera o entrar a su interior es como transportarse directamente a ese bello país africano, y más teniendo en cuenta que sus monjes y feligreses forman parte de la numerosa colonia etíope que vive en Jerusalén.

Se puede visitar gratuitamente y cierra entre las 5 y 6 de la tarde.

Al otro lado de la calle se puede ver la casa de Ben Yehuda donde vivió este gran lingüista que reactivó el uso de la lengua hebrea.

Zona centro. Yendo hacia el sur por la calle Mounbaz pasamos por el Recinto Ruso, adquirido por la iglesia rusa en 1860, y su Iglesia de la Santa Trinidad, con sus vistosas cúpulas de color verde.

Continuando por la carretera de Jaffa hacia el oeste llegamos a la plaza Sión, de donde arranca la calle peatonal Ben Yehuda. Esta calle y las adyacentes están llenas de tiendas, bares y restaurantes y suelen estar muy animadas.

Debido al sangriento historial de atentados en este área no sorprende que a la entrada de algunos locales muy concurridos haya controles de metales.

Museos. Con una historia tan larga e intensa por un parte, y una gran vida cultural por otro, no es de extrañar que en la ciudad de Jerusalén haya una gran cantidad de museos: de arqueología, religiosos, de arte moderno, etc.


Ruta por el sur de Jordania: Petra, el desierto de Wadi Rum i Áqaba

WADI MUSA / PETRA

Cómo llegar

Empezamos por tomar un minibús de Madaba a la terminal Raghadan de Ammán. Vale 350 fils, sale cuando se llena y emplea casi 1 hora en recorrer los 35 km de distancia.

Una vez en la terminal Raghadan tomamos un autobús urbano hasta Wahedat, la terminal sur de Ammán.

En esta terminal, como en el resto, no hay ninguna indicación (al menos en inglés) sobre el destino de los autobuses, por lo que hay que realizar una importante labor de investigación, dificultada por los taxistas y comisionistas que os intentarán convencer de que el último autobús a Petra, por ejemplo, ya ha salido (aunque sean las 7 de la mañana !!), con el objetivo de colocaros su taxi.

Con perseverancia conseguimos encontrar el autobús, grande y de color blanco, con destino a Wadi Musa, la población que da acceso a Petra. Cuesta 3 JD y emplea 3 horas en recorrer los 230 km que separan Ammán de Wadi Musa por la carretera Desert Highway.

Cuando el autobús llegue a Wadi Musa y para no alejarse del centro, lo mejor es bajar al llegar a la rotonda Sasheed, ya que el autobús continúa más allá.

Dormir y comer

En Wadi Musa elegimos el Petra Moon Hotel para estar más cerca de la entrada de Petra (está a sólo 250 metros) y también para estar lejos del relativo bullicio nocturno de Wadi Musa (el hotel está a unos 2 km del centro).

Aunque el precio inicial de la habitación doble con baño era de 25 JD negociamos un precio final de 16'6 JD por noche con desayuno incluido (son las ventajas de ir en temporada baja). La habitación es grande y el hotel está bien, aunque se le nota envejecido y necesitaría una puesta al día. Además el personal del hotel es muy servicial.

Muy cerca del hotel, en la Tourist Rd, está la pizzeria Papazzi, con buenas pizzas y platos de pasta. Justo al lado está el restaurante Red Cave, muy correcto y acogedor.

Para refugiarse del frío invernal nocturno en un ambiente agradable una de las poquísimas alternativas es el bar del hotel Petra Palace. Y en la rotonda Sasheed, en el centro de Wadi Musa, tenemos el restaurante Al-Arabi, que sirve buena comida aunque no es barato.

Cosas a ver y hacer

WADI MUSA. Esta pequeña población, la cual cuenta con sólo unas pocas calles, ha crecido al calor del turismo que visita el sitio arqueológico de Petra. Aparte de hoteles, restaurantes y tiendas de recuerdos no tiene mucho más.

Por ello, su único interés para nosotros era como campo base en los días de nuestra visita a Petra. La rotonda de Sasheed viene a ser su punto central y está a unos 2'5 km de la entrada a Petra.

Patrimonio de la Humanidad PETRA (declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1985) es, en nuestra opinión, una de las grandes maravillas de Oriente Medio y del mundo entero.

Vista del Tesoro a través del siq (Petra)
Vista del Tesoro a través del siq (Petra)

Desde luego cualquier viaje a Jordania debe incluir una visita al sitio arqueológico de Petra, la cual, por si sola ya justifica sobradamente el viaje a Jordania.

Y recomendamos dedicarle al menos dos días completos para poder disfrutar con cierta tranquilidad de esta maravilla y no tener que ir con prisas, ya que el complejo es bastante grande.

Aunque todos tenemos en la cabeza imágenes de esta antigua capital nabatea gracias, sobre todo, a la película Indiana Jones y el Templo Maldito, la realidad de su contemplación en directo supera con creces todo lo que hayamos podido ver sobre ella en cine o televisión.

Petra fue fundada en el siglo VI a. C. por los nabateos. Después de varios intentos finalmente los romanos tomaron Petra en el año 106 e impusieron en ella su plan urbanístico usual, como por ejemplo las calles encolumnadas.

Tras la invasión musulmana en el s. VII pasan 500 años sin nada remarcable hasta que en el s. XII los Cruzados se trasladan a Petra y construyen un fuerte.

Desde esa época y hasta el año 1812 se pierde el rastro de la ciudad, cuya situación era un secreto celosamente guardado y custodiado por tribus beduinas, ya que se la consideraba un lugar sagrado, además de creer que el lugar escondía múltiples tesoros.

Fue en 1812 cuando el explorador suizo Burckhardt rompió el aislamiento de Petra al divulgar su existencia al mundo.

La entrada a Petra cuesta 11 JD un día, 13'5 JD dos días y 16 JD tres días (estos precios suponen una reducción del 50% respecto de los precios oficiales que había previamente, impuesta por el gobierno jordano para intentar atajar la crisis turística tras los atentados del 11-S y la guerra de Irak, y aunque esta situación puede cambiar en el futuro, la verdad es que el bolsillo del viajero agradece esta rebaja).

Tal como ya hemos dicho antes, en nuestra opinión dos días enteros es el tiempo óptimo necesario para ver bien Petra, ya que con un sólo día sólo podemos aspirar a ver lo imprescindible, a cambio de darnos una paliza monumental (las distancias a recorrer a pie dentro de Petra son importantes).

Y la mínima diferencia en el precio de la entrada hace que aún valga más la pena comprar la entrada para dos días.

Otro factor importante a tener en cuenta en Petra es la climatología, ya que es puro desierto de piedra, y para visitar algunos de los puntos de interés hay que salvar desniveles importantes.

En la época de nuestra visita (invierno) disfrutamos de una temperatura ideal, ya que durante el día el sol sólo conseguía calentar un poco el ambiente, por lo que difícilmente sudábamos.

Pero en verano, cuando el calor aprieta de verdad, debe ser horrible, ya que además la posibilidad de encontrar sitios con sombra es remota.

Por otra parte conviene saber que Petra no se cierra ningún día del año, excepto si existe riesgo fundado de riadas (en los años 60 murieron varios turistas franceses arrastrados por una riada de agua, con lo que el gobierno jordano desde entonces quiere curarse en salud para evitar que se repita una tragedia similar).

Accediendo a Petra a través del siq
Accediendo a Petra a través del siq

Recomendamos comenzar la visita a Petra muy pronto por la mañana (se puede entrar al recinto a partir de las 6:00) con el objetivo de evitar los tours en el famoso siq (cañón) de entrada a Petra. Los autobuses turísticos suelen llegar a la entrada a partir de las 8:30.

Conviene prepararse algo la ruta a seguir durante el día por Petra para optimizar las distancias a recorrer.

Tampoco está de más cargar con algo de comida y bebida para pasar el día (se puede comprar en tiendas de Wadi Musa), porque lógicamente los precios de los chiringuitos que hay en Petra no son baratos.

Y aunque no se puede entrar a Petra a partir de las 16:30 de Octubre a Abril y de las 17:30 el resto del año (excepto para el show de luz nocturno, que requiere una entrada aparte) sí es posible quedarse dentro del recinto hasta la puesta de sol, aunque debemos tener en cuenta que luego la oscuridad será absoluta.

Una vez pasado el control de la entrada hay un camino ancho de grava de 800 metros de largo.

Caminando por él primero encontramos a la derecha los Bloques de Djinn, posiblemente tumbas nabateas.

Al otro lado está la Tumba del Obelisco, formada por 4 obeliscos construidos en el s. I y que eran símbolos funerarios. Justo debajo tenemos el Bab as-Siq Triclinium, 3 salas excavadas en la roca.

El camino desemboca en la entrada al siq, un cañón de unos 1.200 metros de longitud, espectacular por sus altas paredes de piedra, por su estrechez en algunos puntos y por los colores y vetas de la roca.

Ya al final del cañón divisamos la archifamosa (y sin duda espectacular) imagen parcial del Tesoro (Al-Khazneh).

Ante el Tesoro vale la pena quedarse un rato contemplando su majestuosa fachada (43 metros de alto por 30 de ancho), excavada de forma magistral en la roca. Para poder verla bañada por la luz del sol, muy recomendable, es conveniente estar aquí entre las 9 y las 11 de la mañana, dependiendo de la época del año.

Continuando adelante aparece a nuestra derecha el curso seco del río Wadi Musa. A partir de aquí ya tenemos varias alternativas para continuar nuestra visita en función del orden y preferencias de cada uno, y por tanto ya no presuponemos ningún orden concreto en los lugares enumerados a continuación:

El Alto Lugar del Sacrificio (Al-Madbah) es un conjunto de altares donde se realizaban sacrificios y que se encuentran en la cima de una loma.

Para subir a ellos hay un camino formado por unos 800 escalones de piedra que parte de un punto cerca del Teatro, pero la ascensión no es tan dura como se podría pensar.

Los altares en sí no valen la pena, pero la vista sobre el entorno es sencillamente alucinante: todo es desierto de roca y montañas salpicadas de tumbas por todas partes (se calculan unas 500 tumbas en Petra). Caminando unos 50 metros más hacia el filo de la cima llegaremos a un punto con unas vistas magníficas sobre las Tumbas Reales.

Vista de la fachada del Monasterio o Al-Deir
Vista de la fachada del Monasterio o Al-Deir

En vez de bajar por el mismo camino de subida recomendamos vivamente hacerlo por el camino de su lado oeste (hay que buscarlo siguiendo las pilas de piedrecitas una vez pasado el chiringuito de bebidas de la cima), francamente espectacular y mucho menos concurrido que el otro.

Por el camino encontraremos interesantes lugares como el Monumento del León, la Tumba de Jardín, la Tumba del Soldado o el Triclinium del Jardín, aparte de rocas con formas y colores increíbles.

Ya casi abajo vamos siguiendo el camino que bordea el cauce seco del Wadi Farasa, pasando por delante de la columna Pharaun y desembocando justo al lado del templo Qasr al-Bint, una de las pocas estructuras de Petra que permanece en pie.

La subida al Monasterio se inicia unos 100 metros al norte del puente sobre el Wadi Musa y delante de Qasr al-Bint.

Al poco rato de iniciar la subida encontramos a la izquierda la entrada a un minúsculo siq, el cual nos conduce al Triclinium del León.

En la ascensión al Monasterio (Al-Deir) también hay 800 escalones, pero aquí el camino es más duro que el que conduce al Lugar del Sacrificio, aunque la recompensa durante la subida son unas cuantas vistas espectaculares.

El camino acaba en una explanada ante la magnífica fachada del Monasterio, con un cierto parecido a la del Tesoro, aunque más grande (50 metros de ancho por 45 de alto) e igualmente impresionante.

Desde el otro lado de la explanada podemos contemplar sin prisa toda la majestuosidad de esta obra.

Caminando desde aquí otros 500 metros en dirección noroeste llegamos a unas rocas estratégicamente situadas desde las que hay una vista panorámica espectacular sobre las montañas circundantes.

Por la situación del sol es recomendable visitar el Monasterio por la tarde, cuando el sol ya va bajando, pero en cualquier caso no podemos marchar de Petra sin subir hasta aquí.

Sinfonía de colores y formas en las rocas, Tumbas Reales
Sinfonía de colores y formas en las rocas, Tumbas Reales

El magnífico Teatro que podemos ver hoy día es el resultado de la ampliación que llevaron a cabo los romanos en el s. II sobre uno ya existente que había sido construido por los nabateos unos dos siglos antes, pasando su capacidad de 3.000 a 8.500 plazas, aunque también es cierto que luego fue seriamente dañado por un terremoto en el s. IV.

Entre el Tesoro y el Teatro está la llamada Calle de las Fachadas, con unas 40 tumbas y casas construidas también por los nabateos.

Al venir de paso y estar más o menos al mismo nivell de la calle son las más fáciles de explorar y algunas de ellas valen realmente la pena.

Enfrente del Teatro, excavadas en una de las caras del monte Umm al'Amr, destacan las impresionantes Tumbas Reales, nombre dado a un conjunto de panteones.

De sur a norte quizás las más destacables son la Tumba Urn, la Tumba de Seda, la Tumba Corintia y la Tumba Palacio. Algunas de ellas muestran claras influencias helenísticas.

Si a todo ello sumamos su grandiosidad, los colores de la roca (del rosado al blanco, pasando por el amarillo) o la belleza del entorno tenemos un resultado que difícilmente podemos describir con palabras (más que nada porque ya se nos han acabado los adjetivos superlativos para definir Petra).

Además, el último sol de la tarde sobre la fachada rocosa de las Tumbas Reales, vista desde el Cardo Máximo, proporciona una imagen difícil de olvidar por la intensidad del color rojizo de la roca y el juego de sombras.

El Cardo Máximo o Calle de las Columnas transcurre paralelo al cauce seco del Wadi Musa y fue construido por los romanos sobre una calle nabatea.

A ambos lados quedan algunos restos de las terrazas donde se asentaban los mercados y también el Palacio Real.

Vsita sobre el Cardo Máximo y lasTumbas Reales
Vsita sobre el Cardo Máximo y lasTumbas Reales

La calle acaba en la Puerta de Temenos, la cual hacía de frontera entre la zona comercial y la zona sagrada de la ciudad.

En el lado norte del Cardo está la Iglesia Bizantina, la cual atesora unos mosaicos de la época bizantina muy bonitos e interesantes.

No lejos de aquí está también el Templo del León Alado, recientemente excavado.

No hay gran cosa a ver en él, pero las vistas desde aquí están muy bien ya que se encuentra en un lugar algo elevado.

Al otro lado del Cardo podemos pasear por las excavaciones aún en curso del Gran Templo, las cuales permiten hacerse una idea aproximada de la enormidad del edificio.

Justo detrás de Qasr al-Bint hay una pequeña colina llamada Al-Habis (Prisión) donde subiendo por unas escaleras se llega a un pequeño museo que no tiene demasiado interés. En cualquier caso vale la pena subir hasta aquí por la vista sobre el Cardo y su entorno, con el fondo de las Tumbas Reales.

Vista desde arriba sobre el Tesoro
Vista desde arriba sobre el Tesoro

Si disponéis de tiempo y ganas podréis disfrutar de una inédita vista desde arriba sobre el Tesoro siguiendo un sendero llamado Al-Khubtha y que muy poca gente hace por no estar indicado y por su relativo nivel de dificultad.

Para encontrar el inicio de este sendero hay que situarse en la parte posterior de la Tumba Palacio, de donde parten unas escaleras que suben hasta la cima del monte Umm al'Amr, justo encima de las Tumbas Reales. La ascensión por las escaleras es fatigosa, pero no es difícil.

Al llegar arriba se acaban las escaleras y empieza un camino, no siempre fácil de seguir (hay que ir buscando los montoncitos de piedras), que baja ligeramente por el otro lado hasta llegar a un precipicio que da justo sobre el hueco en el que está situado el Tesoro, obteniendo así una curiosa y espectacular perspectiva cenital sobre él.

Como lo más probable es que estemos solos, desde aquí sólo oiremos el eco de las voces de la gente que está al pie del Tesoro, unos 200 metros por debajo nuestro.

Hay que ir con cuidado y no dar un paso en falso o acercarse demasiado al precipicio para evitar una caída fatal.

Tiempo atrás parece que este camino continuaba hacia abajo hasta desembocar delante del Tesoro, pero debido a los desprendimientos ya no es posible bajar por aquí y hay que volver por el mismo camino, aunque encontrar el camino de vuelta hasta llegar de nuevo a las escaleras tampoco es una tarea fácil.

Debemos contar con al menos 1'5 horas para recorrer el camino de ida y vuelta y disfrutar un rato de la vista.

Por otro lado, se dio la circunstancia fortuita de que la mañana del primer día de nuestra visita a Petra coincidió con la visita privada a la antigua ciudad nabatea del entonces primer ministro británico Tony Blair y su esposa Cherie.

Tony Blair, familia y acompañantes en su visita privada a Petra
Tony Blair, familia y acompañantes en su visita privada a Petra

Bien es verdad que, fuera de la curiosidad de ver el despliegue de seguridad y la carpa que se montó junto al Cardo Maximus para él y sus acompañantes, a nosotros no nos supuso ningún inconveniente e, incluso, nos pudimos acercar a él sin que se nos echara encima el personal de seguridad.


AQABA / WADI RUM

Cómo llegar

Puesto que nuestra idea era visitar el desierto de Wadi Rum de camino a la ciudad de Áqaba y nos surgió la posibilidad de compartir el viaje (y su coste) con otra pareja de viajeros decidimos organizarlo todo a través de la agencia Zaman Tours & Travel, cuya oficina se encuentra en los bajos del hotel Silk Road, en la calle Tourist de Wadi Musa.

Con el manager de la agencia, Mr. Mohammed Harb Farajat, negociamos todo lo que queríamos ver en Wadi Rum, así como las condiciones y por supuesto el precio final.

Contratamos un vehículo para el desplazamiento desde Wadi Musa hasta Wadi Rum, y un vehículo 4x4 para una excursión de unas 5 horas por el desierto de Wadi Rum, tras la cual nos debía llevar hasta Áqaba (cada uno de ellos con su correspondiente conductor).

El precio total negociado fue de 99 JD para cuatro personas (24'75 JD por persona), debiendo pagar la mitad en el momento de la contratación y la otra mitad al finalizar el servicio. Este precio incluye la entrada al área protegida de Wadi Rum: 2 JD por persona y 5 JD para el vehículo.

Nuestra valoración final del servicio recibido por parte de esta agencia respecto del precio pagado fue muy buena.

El vehículo contratado nos pasó a buscar por el hotel a la hora convenida e iniciamos el viaje hacia el sur por la espectacular (por las vistas) carretera a Tayyibeh.

Después de 75 minutos de conducción paramos en las oficinas del centro Ecotourism Project, en la pequeña población de Ar-Rashiddiyya, situada en la carretera de Ma'an a Áqaba.

Tras un cambio de vehículo y de conductor partimos 15 minutos después en dirección al pequeño pueblo de Rum para iniciar aquí la ruta por la zona protegida del desierto (ver Wadi Rum más abajo para más detalles).

Acabada la excursión por el desierto emprendimos el camino hacia Áqaba en el mismo vehículo, adónde llegamos unos 40 minutos después, dejándonos en el lugar de la ciudad que le indicamos al conductor.

Dormir y comer

En Áqaba nos alojamos en el Red Sea Hotel, situado en un callejón paralelo a la calle All-hammat al-tunisyya. Está bastante envejecido y es algo cutre, pero la habitación doble con baño cuesta 10 JD, es tranquilo, está bien situado y el manager es simpático y servicial.

Previamente habíamos mirado el Dweikh Hotel, justo al lado del anterior, pero la relación calidad-precio era peor y el recepcionista bastante antipático.

El restaurante National, en la calle Zahran, es un lugar muy recomendable para comer pescado a precios muy razonables. Por su parte, el bar-restaurante Ali Baba, en All-hammat al-tunisyya, quizás es más recomendable para tomar algo en un lugar agradable, porque como restaurante es caro.

Y un buen restaurante de comida árabe es el Abu Hmade, enfrente del hotel Aquamarina 2. Y por último una excelente heladería es la Gelato Uno, en la calle An-Nahda.

Cosas a ver y hacer

Patrimonio de la Humanidad DESIERTO DE WADI RUM. Este valle desértico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2011 y es, sin duda alguna, una de las grandes atracciones de Jordania.

Se trata de un lugar realmente fascinante, cuyo paisaje recuerda a un paisaje lunar (o de Marte por el color rojo de la arena), con antiguos lechos de ríos, escarpadas formaciones rocosas y llanuras cubiertas por arena.

Las caprichosas formas de la naturaleza unidas a unos colores ciertamente increíbles y la sensación de soledad propia del desierto hacen que Wadi Rum sea un lugar de visita ineludible para cualquier viajero que recorra el país.

Puesto que nosotros ya habíamos vivido la experiencia de pasar una noche en el desierto y encima no nos sobraba el tiempo decidimos realizar únicamente la excursión en 4x4, pero con tiempo y ganas existe la alternativa de poder contratar una excursión que incluya pasar la noche en tiendas beduinas, lo cual puede estar bien.

En 1998 la Royal Society for the Conservation of Nature (RSCN), sociedad que administra la zona de Wadi Rum, estableció el Área Protegida de Wadi Rum con el objeto de lograr el equilibrio entre el turismo y la protección de un ecosistema tan frágil como este.

Junto al puente rocoso de Umm Fruth (Wadi Rum)
Junto al puente rocoso de Umm Fruth (Wadi Rum)

Nuestra excursión a Wadi Rum se inició en las oficinas del centro Ecotourism Project de Ar-Rashiddiyya (ver el apartado Cómo llegar más arriba), de donde salimos con un vehículo 4x4 y con un chofer-guía aprobado por el RSCN, todo ello gestionado por la propia agencia a la que contratamos la excursión.

Enseguida tomamos la carretera a Diseh, paralela a una línea de tren sólo para mercancías.

Unos 15 km más allá nos desviamos a la derecha para tomar la carretera a Rum, el pequeño pueblo que está en el corazón de la zona protegida.

Al pasar el nuevo Centro de Visitantes, aún en construcción, dejamos la carretera y nos internamos en el desierto propiamente dicho, circulando a partir de este momento sólo sobre arena y pista.

Nos encontramos de frente con una enorme y curiosa formación rocosa llamada los Siete Pilares de la Sabiduría, llamada así a partir del libro del conocido militar, arqueólogo y escritor británico Thomas Edward Lawrence (o Lawrence de Arabia para los amigos).

Más allá paramos el vehículo para subir a una gran duna de arena y poder disfrutar del paisaje desértico.

A unos 5 km de aquí paramos nuevamente junto a una roca para ver inscripciones talmúdicas, una especie de grafitti sobre la roca realizados por camelleros de la tribu Thamud de Arabia Saudita.

Continuamos circulando por el Wadi Umm al-Ishrin hasta llegar a las ruinas de la que fue la casa de Lawrence de Arabia, aunque sin duda lo interesante del lugar es la vista sobre el mar de arena rojiza del wadi.

De aquí vamos hasta casi el extremo sudeste del área protegida para ver el puente rocoso de Burdah, un estrecho trozo de roca en equilibrio a 80 metros sobre el suelo.

Ahora nos dirigimos al oeste para ver el remoto puente rocoso de Umm Fruth, más pequeño que el anterior. Aquí paramos para beber un té que nos prepara nuestro conductor-guía.

Volvemos hacia el norte para ir hasta el puente rocoso de Wadak (Rakahbt al-Wadak).

Vista de Wadi Rum desde Rakahbt al-Wadak
Vista de Wadi Rum desde Rakahbt al-Wadak

Este es más fácil de escalar que los anteriores, pero además el escaso esfuerzo que supone subir a él se ve recompensado con creces por una vista que no podemos describir con palabras.

Pero para hacerse una idea es como una mezcla de un paisaje de Arizona y el de una foto enviada por una sonda desde la superficie de Marte.

Si tuviéramos que escoger el lugar preferido de Wadi Rum, nosotros nos quedamos con éste, aunque debemos reconocer que la elección no es nada fácil.

Desde aquí vamos al cercano Jebel Khazali para explorar un siq que se interna unos 150 metros y que se puede explorar si el agua y las rocas lo permiten.

En algunas de las paredes de este siq se pueden ver más inscripciones talmúdicas en las paredes rocosas.

Para acabar vamos hasta el pie de Jebel Rum, la montaña más alta de Jordania, con 1.754 metros, para ver el modesto manantial de Lawrence, las ruinas de un templo nabateo y más inscripciones nabateas y talmúdicas del s. II a.C., aunque todo ello poco atractivo en comparación con el resto de atracciones de Wadi Rum.

Aunque aquí hemos descrito algunos de los puntos más característicos de Wadi Rum debemos decir que cualquier rincón de la zona tiene una belleza fuera de lo común. Una excursión muy, muy recomendable.

Para realizar la ruta anterior por el área protegida empleamos casi 5 horas y recorrimos unos 80 km.

Para visitar la zona hay muy pocas alternativas al vehículo 4x4. A pie sólo es posible visitar las inmediaciones de Rum, que además de ser costoso en tiempo no nos permitirá ver algunos de los lugares más interesantes.

Otra vista de Wadi Rum
Otra vista de Wadi Rum

También es posible realizar la excursión en camello o caballo, más ecológica que en vehículo a motor, pero también es bastante más lenta y con precios similares al vehículo o incluso más caros si se es un grupo.

Llegar hasta el pueblo de Rum en transporte público desde otros lugares del país es posible, sobre todo desde Áqaba, la ciudad más cercana.

Pero ello no es fácil ni inmediato, ya que Rum es un pueblo muy pequeño y los visitantes de Wadi Rum ya suelen traer contratado su vehículo.

Aún así, si llegamos a Rum con transporte público y no tenemos vehículo para la excursión entonces es posible contratarlo en las oficinas del RSCN, sitas en el Government Rest House de Rum, o bien en el nuevo Centro de Visitantes de Wadi Rum cuando este sea abierto.

AQABA. Esta ciudad costera no tiene gran cosa a ver, pero nos apetecía dedicarle al menos unas horas para ver este puerto de mar, disfrutar de su agradable climatología y ambiente relajado, y volver desde aquí a la capital.

Áqaba está situada en el golfo del mismo nombre en el mar Rojo, a 5 km de la frontera con Israel y a 18 km de la de Arabia Saudita, y es una pequeña ciudad de pescadores.

Ya en tiempo de los romanos, como ahora, era un centro de descanso debido a sus agradables temperaturas (en invierno las temperaturas diurnas difícilmente bajan de los 20ºC).

Depilación con hilo en la barbería Al-Kamal
Depilación con hilo en la barbería Al-Kamal

Por esta razón y por tratarse de un puerto franco no es difícil encontrar aquí turismo formado por jordanos del norte del país, sauditas o del este de Europa.

Fuera de la temporada invernal también el buceo y algunas de sus playas hacia el sur son otros de los atractivos.

La zona centro de Áqaba, sobre todo por las calles All-hammat al-tunisyya y Zahran, suele estar muy concurrida, especialmente al caer el sol, ya que aquí se encuentra el mercado y también un gran número de tiendas.

La barbería Al-Kamal Saloon del súper-simpático Mr. Nabil Al-Sose es un buen lugar para cortarse el pelo o depilarse el bigote o las cejas. La depilación la hacen de una forma muy habilidosa con hilo de algodón de coser, de tal forma que verlos trabajar ya es en sí mismo un espectáculo.

La Corniche o calle King Hussein viene a ser el paseo marítimo que va paralelo a la costa. Desde aquí se puede ver el puerto, y también la población israelí de Eilat y la egipcia de Taba al otro lado del golfo.

Caminando por ella hacia el sur pasamos por delante de los baños turcos de Áqaba, al parecer bastante recomendables, aunque en el momento de nuestra visita no disponían de personal femenino para atender a las mujeres que lo desearan.

En los restos del castillo de Áqaba
En los restos del castillo de Áqaba

Unos 500 metros más allá se llega al castillo de Áqaba o Fuerte Mameluco, construido en el s. XVI.

Al lado del castillo está el pequeño museo de Áqaba, en la que fue la casa del bisabuelo del rey jordano actual, con monedas, relieves, cerámicas, etc.

Tanto el castillo como el museo no son gran cosa, pero tampoco están mal. La entrada conjunta a los dos lugares cuesta 500 fils.

Andando ahora por la Corniche hacia el norte pasamos por el lado de algunas playas públicas, nada atractivas, pero curiosas al contemplar el atuendo de baño megarecatado de las mujeres de una familia saudita.

Por esta zona recibimos miles de ofertas para subir a una embarcación glass-bottom que permite ver el fondo marino, pero el cristal es tan pequeño que no nos convence ni siquiera por los 2 JD que nos piden.

De hecho, asomándose al agua en un lugar algo profundo es posible notar la transparencia del agua e incluso ver peces multicolores.

Antes de llegar al lujoso hotel Mövenpick están las ruinas de Ayla, la vieja Áqaba donde estuvo el puerto medieval.


AMMÁN (II)

Cómo llegar

Para el viaje desde Áqaba a Ammán tomamos un autobús de la empresa International Trust Transport, cuyas oficinas están en la calle An-Nahda. Hay varios autobuses al día, son muy cómodos y cuestan 4 JD. Si es posible es mejor comprar los pasajes el día anterior.

La ruta seguida por este autobús es por la Dead Sea Highway, más rápida que la Desert Highway.

Pocos kilómetros después de salir de Áqaba el autobús se detiene en una aduana (no olvidemos que Áqaba es una zona especial libre de impuestos) donde se debe bajar el equipaje para que sea revisado por los funcionarios, aunque finalmente los extranjeros nos libramos.

Reemprendemos el viaje y durante un buen rato vamos paralelos a la cercana frontera israelí, donde son visibles las torres de vigilancia.

También se pasa por el lado oeste de la Reserva Natural de Dana y posteriormente se bordea de sur a norte toda la longitud del Mar Muerto.

Después de un plácido viaje se llega a Ammán cuatro horas después de salir de Áqaba. El autobús acaba su viaje ante la oficina de la compañía Trust en Ammán, muy cercana al 7º Círculo y bastante lejos del centro.

Desde aquí un taxi al hotel Al-Saraya, el escogido para pasar la última noche de este viaje, cuesta 2 JD.

Dormir y comer / Cosas a ver y hacer

Ver el apartado Ammán al principio de esta misma guía.

Y el viaje se acaba ...

Dada la muy temprana hora de nuestro vuelo (5:30 de la mañana), que nos obliga a estar en el aeropuerto muy pronto, tomamos un taxi que contratamos la noche anterior en el propio hotel Al-Saraya.

Acordamos pagar 12 JD por el taxi al aeropuerto, precio a compartir con otra pareja de viajeros. Empleamos 45 minutos en llegar a la terminal de salidas del aeropuerto (a esa hora las calles de Ammán están desiertas).

Después de facturar debemos abonar 5 JD por persona en concepto de tasas de salida. Ya sólo nos queda un vuelo de Ammán a Estambul (1'5 horas) y otro desde Estambul a Barcelona (3'5 horas), ambos de Turkish Airlines.


Relato de un viaje a Jerusalén y Belén - Manel Cristóbal [2020]
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Relato de un viaje a Israel - Rafel Campoy [2008]
Diario de viaje a Oriente Medio - Sandro Alarcón & Rosa Moreno [2007]
Relato de un viaje a Jordania - Marta, Jordi & Josep [2005]
Viaje a Jordania - Víctor Bordás & Paquita Poch [2003]
Jordan travel information - Mini-guía online de Lonely Planet.
Ruth's Jordan - Una completísima web sobre Jordania, con mucha información para el viajero.
The Jerusalem travel site - La web oficial del Ayuntamiento de Jerusalén, con info turística.