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Bandera d'Egipte

EGIPTO

Guía y relato de un viaje por libre al Egipto más desconocido

En este viaje independiente de 14 días a Egipto, recorrimos con transporte público el valle de Nilo, desde El Cairo a Abu Simbel, así como Alejandría, el Canal de Suez y la península del Sinaí, combinando lugares muy turísticos con otros no tan conocidos.

Yolanda y Toni (Viatgeaddictes)
Published on Fecha viaje: 2008/09 | Publicado el 13/01/2009
Última actualización: 03/2024
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El Monasterio de Sta. Catalina, situado a los pies del monte Sinaí
El Monasterio de Sta. Catalina, situado a los pies del monte Sinaí

Introducción

Pasados 10 años desde nuestro último viaje a Egipto (ver Guía y relato de un viaje al valle de Nilo: del Cairo a Abu Simbel) decidimos volver a este país para visitar otros lugares no tan clásicos e incluso algunos bastante desconocidos, además de repetir alguno de los ya vistos.

Tal como se puede ver en el mapa de la ruta, recorrimos miles de kilómetros por tierras egipcias, lo cual fue costoso en tiempo y paciencia dada la peculiar idiosincrasia del país.

En resumen: nos gustó y disfrutamos muchos de los lugares poco o nada frecuentados por el turismo masivo, pero también sufrimos en silencio el asedio continuado de los vendedores en los lugares más turísticos.

Respecto a nuestro anterior viaje al país notamos que Egipto había retrocedido en muchos aspectos tocantes al turismo: falta de información fiable, corrupción rampante (que sufren tanto los turistas como la propia población local), lo absurdo de los convoyes militares que supuestamente velaban por la seguridad del turista, subidas abusivas en los precios de algunas entradas a monumentos, asedio sin límites en los lugares más turísticos, empleados malhumorados en servicios públicos, etc.

Todo ello es una lástima, porque el interés del país para el viajero es innegable. Y dado que el turismo es la principal fuente de divisas para el gobierno egipcio este debería intentar cambiar esta penosa imagen que transmite.

A menudo se dice que Luxor es la capital egipcia del acoso a turistas e, incluso, la capital mundial. Muy probablemente sea cierto o, al menos, esta fue nuestra sensación y experiencia personal en las dos veces que visitamos el país.

Divertido cartel sobre el asedio a turistas (Luxor)
Divertido cartel sobre el asedio a turistas (Luxor)

Si tenéis pensado ir a Egipto y visitar lugares tan turísticos como Luxor, Asuán o El Cairo, nuestra sugerencia es llevar una camiseta con la siguiente inscripción en lugar bien visible: «No taxi, no felucca, no calesa, no papyrus, no change, no shopping ...». Quizás no tenga ningún efecto práctico, pero al menos reiréis viendo las reacciones de los demás.

Alternativamente también podéis ir por la calle con unos auriculares puestos para intentar evadiros del constante asedio por parte de vendedores, taxistas, comisionistas, etc.

Y si viajáis de forma independiente por el país (no organizados), tal como hicimos nosotros, deberéis armaros, además, de una paciencia infinita para no desfallecer ante los numerosos obstáculos absurdos que posiblemente encontraréis para ir a cierto lugar o hacer tal cosa... a pesar de que esta es parte de la gracia del viaje, ¿o no?.

En cualquier caso, Egipto es tan interesante desde el punto de vista histórico y cultural, entre otros, que es de obligada visita.


Ficha técnica del viaje

Fecha del viaje

Del 24 de Diciembre de 2008 al 6 de Enero de 2009

Itinerario

mapa

Día 1: Barcelona → flight → Estambul → flightEl Cairo

Día 2: El Cairo - Alejandría

Día 3: Alejandría

Día 4: Alejandría - Puerto Saíd - Puerto Fuad - Puerto Saíd - Ismailía

Día 5: Ismailía - Sharm el-Sheij - Dahab

Día 6: Dahab - Sta. Catalina (Sinaí)

Día 7: Sta. Catalina - Dahab - Sharm el-Sheij

Día 8: Sharm el-Sheij - Luxor - Asuán

Día 9: Asuán - Kom Ombo - Asuán

Día 10: Asuán - Abu Simbel - Asuán

Día 11: Asuán - Qena - Dendera - Qena - Luxor

Día 12: Luxor - Menia

Día 13: Menia - El Cairo

Día 14: El Cairoflight → Estambul → flight → Barcelona

Dinero

La moneda oficial en Egipto es la libra egipcia (abreviada como LE o EGP).

El euro podía ser cambiado sin problemas en casas de cambio y algunos bancos. En algunos lugares se podía utilizar la tarjeta de crédito (especialmente la VISA), pero igualmente es del todo recomendable llevar siempre libres egipcias en metálico para evitar contratiempos y no pagar de más.

El cambio medio conseguido en las fechas de este viaje fue de 1 € = 7,68 LE (libra egipcia) / 1 LE = 0,13 €. Ver cambio actualizado en el enlace Eur -> EGP

Gastos del viaje

+ 553 € (vuelo Barcelona - El Cairo - Barcelona)
+ 85 € (vuelo Sharm el-Sheij - Luxor)
+ 11 € (visado)
+ 374 € (entradas museos y monumentos, hoteles, comida, transporte, ...)
= 1.023 € (total por persona)

Es posible ahorrarse mucho dinero en entradas con el carné de estudiante internacional (ISIC), ya que el precio de las entradas a templos, museos y ruinas se puede ver reducido a la mitad, pero de un tiempo acá existe también el requisito de ser menor de 30 años.

Muchas veces también se aceptan directamente los carnés de universidades y/o centros de enseñanza, pero no siempre. En cualquier caso, si se es estudiante y menor de 30 años vale mucho la pena obtener el carné ISIC para viajar a Egipto.

Visado

Para visitar Egipto es necesario un visado de turismo que solo puede expedirse sobre un pasaporte con una validez superior a 6 meses desde la fecha de entrada.

En las fechas de este viaje, si se entraba a Egipto a través de un aeropuerto internacional se obtenía el visado en el mismo aeropuerto. Era suficiente con comprar un sello que se vendía en un quiosco situado poco antes de llegar al control de inmigración. Su coste era de 11 € (15 US$). Al pasar inmigración el funcionario de turno pegaba este sello a nuestro pasaporte, lo cual nos daba derecho a una estancia máxima de 30 días y una sola entrada al país.

En la actualidad Egipto ya ha implantado, como otros muchos países, el sistema de e-Visa que permite obtener el visado de turismo vía Internet. Hay que acceder al Egypt e-Visa Portal y seguir los pasos para la obtención del visado.

En el momento de actualizar esta guía (marzo de 2024) el coste del visado de turismo para una sola entrada es de 25 US$ y el de múltiples entradas 60 US$. El pago se hace con tarjeta de crédito o débito. Junto con el pasaporte debe presentarse una copia impresa del visado a la llegada al país.

Salud

No hay obligación de ninguna vacuna. Solo es obligatorio presentar una prueba de haber sido vacunado de la fiebre amarilla cuando se proviene de una zona con riesgo de infección. Estos países son la mayoría de los que hay en la región del África subsahariana y algunos de América del Sur.

Como siempre, pero sobre todo en Egipto, es importante viajar con un seguro médico internacional de amplia cobertura y que incluya la repatriación en caso de necesidad.

Y no es mala idea llevar unos tapones para los oídos para poder descansar mejor en algunos hoteles que pueden estar muy expuestos al ruido nocturno de los coches en las grandes ciudades. También pueden servir para aislarnos del alto volumen de la música o del video en algunos autobuses o también de los vendedores y comisionistas en los lugares más turísticos.

Seguridad

La sensación de seguridad en Egipto en cuanto a delitos comunes es bastante alta. Por eso, basta con tomar las precauciones habituales y usar el sentido común, estando siempre vigilantes, sobre todo en lugares públicos muy concurridos.

En cuanto a la posibilidad de atentados terroristas en territorio egipcio ciertamente hubo una época en que no eran infrecuentes, sobre todo en lugares turísticos. Dicho esto, hoy en día no hay lugar en el mundo completamente seguro en este sentido y no hay que obsesionarse con ello... ya lo hacen las autoridades egipcias por nosotros!!.

Y decimos esto porque a menudo la policía y ejército egipcios ponían excesivo celo al proteger el turismo con medidas que llegan al paroxismo. Pero, bien, esa es nuestra humilde opinión como sufridores pasivos de esas medidas.

Por otro lado, no hay que olvidar que la situación geográfica de Egipto, compartiendo frontera con Palestina e israel, introduce un nuevo frente de inestabilidad política y militar en la región que puede acabar afectando a nuestro viaje si la cosa se complica.

En las fechas de este viaje (Navidad de 2008), y concretamente durante los días que estuvimos en la península del Sinaí, el estado israelí llevaba a cabo una cruenta ofensiva en la vecina Franja de Gaza, lo cual tuvo una inmediata repercusión en el lado egipcio con la imposición de numerosos controles policiales en todas las carreteras que conducían a la frontera con los estados de Israel y Palestina. Para nosotros supuso solo, como mucho, mostrar el pasaporte y perder tiempo en los desplazamientos por carretera, pero por supuesto era mucho peor para la población local.

Transporte

Avión / vuelo internacional. Para volar a El Cairo desde Barcelona teníamos la opción de hacerlo en un vuelo directo de la compañía EgyptAir o bien con un vuelo de Turkish Airlines haciendo escala en el aeropuerto de Estambul.

Finalmente, a causa de malas experiencias pasadas con la compañía egipcia y a que los días y horas de la segunda cuadraban mejor con lo que queríamos nos decantamos por la opción de Turkish Airlines.

Avión / vuelos domésticos La compañía EgyptAir tiene vuelos diarios entre las principales ciudades y puntos turísticos de Egipto. Algunos de estos trayectos pueden ser una muy buena alternativa a los largos y penosos viajes por tierra en autobús o tren, sobre todo si tenemos la suerte de encontrar una buena tarifa reservando con tiempo y fuera de la temporada alta (de octubre a abril). Los precios de los vuelos son muy cambiantes según disponibilidad y temporada, pero pueden llegar a ser bastante bajos.

Tren: La compañía estatal Egyptian National Railways tiene una red de más de 5.000 km en el eje oeste-este (de Suez a la frontera con Libia vía El Cairo) y norte-sur (del Cairo a Asuán).

Esta compañía fue fundada en 1851, en plena época colonial inglesa, y bien es verdad que desde entonces parece haberse renovado poco, con convoyes e infraestructuras, en general, muy viejas y deterioradas. Los vagones de tercera clase, sin ir más lejos, son dignos de ver... y de oler!!. Las excepciones a esto eran los trenes Espani y Turbini que unían El Cairo y Alejandría, así como los trenes turísticos y nocturnos (con literas) de El Cairo a Luxor y Asuán.

Con un carné de estudiante internacional ISIC se podían obtener descuentos en billetes de tren, pero no siempre. Información sobre rutas y horarios de tren en Egipto.

Obtener información sobre horarios/precios y comprar billetes en algunas estaciones de tren podía llegar a ser un verdadero reto, gracias al nulo interés en ayudar por parte de algunos funcionarios y a la inexistencia de letreros con horarios en inglés. Aun y así, el tren puede ser una buena opción a los trayectos por carretera y los precios suelen ser bastante económicos.

Autobús: Los autobuses conectan prácticamente todas las ciudades y pueblos de Egipto. Los precios de los trayectos no son caros y son comparables a los billetes de tren de 2ª clase, a pesar de que depende del tipo de autobús.

Los billetes se pueden comprar en la terminal de autobuses o en el propio autobús, pero para trayectos largos conviene reservar con cierta antelación por si acaso. En algunos casos y trayectos los horarios pueden ser erráticos.

Si se tiene el carné de estudiante internacional ISIC conviene preguntar si hay descuentos al comprar los billetes. Más información sobre rutas y horarios de autobús en Egipto.

Coche de alquiler: Sobre el papel es posible alquilar un coche en Egipto, pero quizás no sea lo más conveniente. Circular por ciudades como El Cairo o Alejandría es de locos, por no hablar de la altísima siniestralidad de las carreteras egipcias.

Además, hay que contar con los numerosos controles policiales que hay en la mayoría de carreteras a lo largo del país. Si, a pesar de todo, queréis alquilar un vehículo en Egipto debéis tener en cuenta que es necesario el carnet de conducir internacional y tener una edad mínima de 25 años.

Ferry: En Egipto hay un par de líneas de ferry que pueden ser de mucha utilidad a los viajeros.

La primera de ellas surca el Mar Rojo y une las ciudades de Hurghada y Sharm el-Sheij, esta última en la península del Sinaí, siendo actualmente el único ferry de media distancia que une África y Asia. Hay tres servicios por semana, tanto del fast-ferry como del normal, pero puede cancelarse la salida si las condiciones del mar o climatológicas lo desaconsejan. La duración del trayecto en el ferry rápido es de unas dos horas.

La otra línea es la que surca el golfo de Aqaba y une las ciudades de Nuweiba, en la península del Sinaí, con la ciudad jordana de Aqaba. Esta línea es muy útil si se quiere ir deEgipto a Jordania, para visitar Petra por ejemplo, sin tener que ir por tierra y cruzar territorio de Israel.

Más información sobre rutas y horarios de ferrys en Egipto.

Electricidad

En Egipto la electricidad tiene un voltaje de 240 V y una frecuencia de 50 Hz y por tanto no es necesario ningún adaptador de voltaje. Tampoco es necesario un adaptador de enchufes porque los enchufes egipcios son compatibles con las clavijas de nuestros aparatos.

Diferencia horaria

La diferencia horaria en Egipto es de +1 hora respete el horario de invierno en la España peninsular.

Guía de viaje

Egipto, Lonely Planet (colección geoPlaneta en castellano, 4ª ed. Octubre 2008).

A pesar de tratarse de una edición muy reciente, en las fechas de este viaje encontramos mucha información desactualitzada, sobre todo en materia de precios y horarios de transporte, cosa que disculpamos en parte por tratarse de un país tan imprevisible como Egipto.

Pero sí que encontramos mucho a faltar en esta guía la inclusión de la grafía árabe para los nombres de los lugares (al menos de poblaciones, monumentos u hoteles), ya que esto nos hubiera resultado muy útil en la mayoría de ocasiones.


NORTE DE EGIPTO: EL CAIRO, ALEJANDRÍA Y EL CANAL DE SUEZ

EL CAIRO (I)

Cómo llegar

Empezamos este viaje con un vuelo directo de la compañía Turkish Airlines desde Barcelona a Estambul (Turquía) en un trayecto de 2.300 km y unas tres horas de vuelo.

Una vez llegados al funcional aeropuerto Atatürk de Estambul (hora local: +1 hora) teníamos una espera de 1,5 horas hasta nuestro siguiente vuelo, también de Turkish y esta vez con destino a El Cairo, adonde llegamos 2 horas después de despegar de Estambul y recorrer unos 1.250 km.

El aeropuerto Atatürk era entonces el principal aeropuerto internacional de Estambul, pero fue cerrado en 2019 a los vuelos comerciales, siendo transferidos todos ellos al nuevo Aeropuerto de Estambul.

El servicio a bordo de este vuelo de Turkish Airlines, sobre todo la comida, fue más que correcto.

Después de aterrizar en el aeropuerto del Cairo desembarcamos y antes de llegar al control de inmigración encontramos en el lado izquierdo del pasillo varias oficinas de cambio donde cambiamos unos pocos euros a libras egipcias para los primeros días de viaje. Había muy poca diferencia en el cambio ofrecido entre estas oficinas bancarias, pero aun y así merecía la pena mirar varias de ellas.

Aprovechamos también para comprar el sello que entonces era necesario para el visado egipcio y que nos costó 11 € (el equivalente a 15 US$ en las fechas de este viaje). Al pasar el control de inmigración el funcionario de turno pegó el sello en una página libre del pasaporte.

Después de recuperar la mochila embarcada salimos de la terminal de llegadas y encontramos al taxista que nos había enviado el hotel que habíamos reservado días antes en Internet con el buscador Hoteles en El Cairo.

Teniendo en cuenta la hora que era (pasaba de las dos de la madrugada) y a sabiendas de como se las gastan algunos taxistas en el aeropuerto de El Cairo (de hecho, como en otros aeropuertos de todo el mundo) preferimos ahorrarnos problemas y no tener que discutir nada más llegar. Por este servicio de taxi hasta el hotel, ubicado en el centro de El Cairo y a 22 km del aeropuerto, pagamos 50 EGP.

Dormir y comer

En el King's Palace Hostel (calle Ibrahim El Qabbani nº3, cerca de la calle Sabri Abu'Alam y la céntrica plaza Talaat Harb - El Cairo) pagamos 140 EGP por una habitación doble con baño privado, A/C (no necesario en esas fechas) y un desayuno correcto, sin más. El hotel está situado en la 4ª planta de un edificio y no había ascensor, por lo tuvimos que subir 105 escalones (absteneos de ir si viajáis con equipaje muy pesado).

La fachada del edificio y la escalera tenían un aspecto bastante dejado, a pesar de que después el hotel por dentro no estaba tan mal. Aun así es un hotel bastante básico, pero como que solo íbamos a dormir unas pocas horas casi nos era igual. El personal del hotel no era especialmente amable ni servicial. Hotel no recomendable.

Para nuestra siguiente estancia en El Cairo, al final de este viaje, preferimos el Hotel Luna (Avda. Talaat Harb nº27, en el centro del Cairo). Aquí pagamos 100 EGP por una habitación doble con baño compartido y que daba a la concurrida avenida Talaat Harb, por lo que era bastante ruidosa, tanto de día como de noche.

En esta ocasión no nos importó el ruido porque solo queríamos disponer de la habitación durante el día para dejar el equipaje, descansar y ducharnos antes de coger el vuelo de vuelta a casa, pasada la medianoche. Pero en caso de dormir aquí merece la pena pagar algo más y quedarse una de las habitaciones interiores.

Este hotel se encuentra en la 5ª planta de un edificio, pero en este caso había un moderno ascensor. Es el típico hotel para mochileros, con muchos servicios para este tipo de viajero. Su personal era bastante solícito, sus instalaciones eran muy correctas e, incluso, agradables. Y la finca donde se encuentra el hotel es bonita. Recomendable.

En la acera opuesta al Hotel Luna había una pastelería donde se podía comprar algo para desayunar en la calle. Para un break más sosegado y descansar del ajetreo cairota una buena opción es la cadena local Cilantro, la cual cuenta con acogedoras cafeterías que ofrecen buenos cafés, zumos, dulces y snacks.

A diferencia de los ahwas, los cafés tradicionales árabes, en estas cafeterías el ambiente es moderno, relajado y para ambos sexos, aunque los precios también son más caros. Nosotros fuimos a la cafetería Cilantro Tahrir, en la calle Mohammed Mahmoud, y los clientes eran, sobre todo, chicos y chicas jóvenes, universitarios y de clases acomodadas.

Cosas a ver y hacer

Patrimonio de la Humanidad EL CAIRO es la capital de Egipto, así como la mayor ciudad de África, puesto que su área metropolitana tiene una población de casi 25 millones de habitantes. La ciudad está situada junto al río Nilo y al sur de su delta.

La parte más histórica de la ciudad, El Cairo Islámico, es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1979.

En nuestro anterior viaje a Egipto ya habíamos visitado los lugares más turísticos y típicos de El Cairo y alrededores, como por ejemplo el Museo Egipcio, barrio del Cairo Islámico, el Barrio Copto, El Cairo central, el zoco de Kan al-Khalili o la Ciudadela de Saladin en El Cairo mismo. Y también las pirámides y necrópolis de Gizah y Menfis, a 20 y 30 km en el sur del Cairo respectivamente.

Monumento a la entrada del Museo Om Kolthoum (isla El-Roda, El Cairo
Monumento a la entrada del Museo Om Kolthoum (isla El-Roda, El Cairo

Por eso, esta vez quisimos dedicar nuestra corta estancia en la ciudad cairota para ver cosas diferentes y, por supuesto, bastante menos conocidas.

  • Museo de Umm-Kulthum. La cantante, letrista y actriz Umm-Kulthum (1900?-1975), también conocida en el mundo árabe como kawkab el-sharq (la Estrella del Este), está considerada como la cantante más famosa, distinguida e influyente del mundo árabe de todo el siglo XX.

    Su voz era extraordinaria, con unos registros increíbles, y cada jueves por la noche las calles de El Cairo se quedaban desiertos cuando los cairotas se cerraban en sus hogares junto a la radio para escuchar el concierto semanal radiofónico de Umm-Kulthum.

    Para hacerse una idea de la importancia y el ascendiente de esta cantante sobre la población árabe basta con decir que el mismo coronel libio Muammar al-Gaddafi retrasó para otro día el golpe de estado que tenía planeado para la noche del 12 de marzo de 1969 contra el monarca libio Idris I al coincidir aquella noche con un concierto de esta cantante egipcia en la ciudad libia de Bengasi.

    Según la traducción del árabe que se haga del nombre de esta cantante podemos verlo escrito de varias formas: Om Kolthoum, Umm Kulthum, Om Kalsoum, Om Koultoum, Om Kalthoum, Om Kalsoum, etc.

    El Museo Umm-Kulthum (Kawkab al-Sharq Museum) fue abierto en 2001 por el gobierno egipcio en memoria de la cantante y está situado en un pabellón del Palacio Manesterly, construido el año 1830 en Manial El-Roda, una isla sobre el río Nilo.

    En el museo, la entrada del cual valía entonces solo 2 EGP, podemos ver numerosos objetos personales de Umm Kulthum, así como premios, interesantes fotografías de la época, grabaciones, un documental sobre su vida y una sala multimedia. Pero echamos de menos paneles explicativos que ayudaran a conocer bien la vida y obra de esta extraordinaria cantante, por lo que conviene ir ya documentado para entender mejor todo en él se expone.

    Terraza del palacio de Manesterly sobre el río Nilo (isla El-Roda, El Cairo
    Terraza del palacio de Manesterly sobre el río Nilo (isla El-Roda, El Cairo

    Nos gustó mucho la visita a este museo, que pudimos hacer con mucha tranquilidad porque éramos los únicos visitantes. Nos interesó porque ya conocíamos de antes la música de esta importante cantante egipcia.

    A escasos metros de este museo existe un Nilómetro del siglo IX. Esta construcción se utilizaba para medir el nivel del agua del río Nilo y predecir así si las cosechas serían buenas o no. La entrada valía 10 EGP. Nosotros no lo visitamos, pero en cualquier caso valía la pena disfrutar de la gran tranquilidad de esta isla (en contraste con el centro del Cairo) y de las bonitas vistas sobre el río Nilo y alrededores.

    Para llegar al Museo Umm-Kulthum se puede coger el metro hasta la estación Mar Girgis (el billete costaba 1 EGP). Al salir de esta estación, en pleno barrio copto, hay que andar unos 100 metros hacia el norte y pasar por un puente para peatones que cruza las vías del metro.

    Después hay que continuar por calles unos 300 metros a través de una zona muy humilde hasta llegar a una gran avenida junto al río Nilo (Corniche al-Nil) y cruzar por otro puente sobre un brazo del Nilo. Una vez en la isla Manial El-Roda hay que ir a la izquierda y a unos 60 metros se encuentra la entrada al recinto del museo.

  • Barrio Copto. A pesar de que ya habíamos visitado el Barrio Copto en viajes anteriores al Cairo, aprovechamos su proximidad al Museo Umm-Kulthum para repetir algunos de sus puntos de interés.

    Detalle de la entrada de la Iglesia Colgante (Barrio Copto, El Cairo)
    Detalle de la entrada de la Iglesia Colgante (Barrio Copto, El Cairo)

    Este barrio se encuentra en la parte antigua de la ciudad y está formado por callejones con numerosas iglesias donde se continúa practicando el rito copto (los coptos son cristianos egipcios).

    En esta ocasión repetimos visita a la Iglesia de Santa María Virgen (Al Mu'allaqa), también llamada Iglesia Colgante. Es el templo cristiano más antiguo de la ciudad, ya que fecha del siglo IX. También volvimos a visitar la iglesia de San Sergio y la iglesia y monasterio de San Jorge.

    Interior de la iglesia de San Sergio (Barrio Copto, El Cairo)
    Interior de la iglesia de San Sergio (Barrio Copto, El Cairo)

    Pero en este barrio hay más cosas a ver, como la iglesia de Santa Bàábara; la sinagoga Ben-Ezra, del siglo VII, la más antigua de Egipto; y el Museo Copto.

    La estación de metro Mar Girgis está junto al Barrio Copto.

  • Barrio de Zamalek. Este moderno barrio se encuentra en la isla de Gecira y no tiene mucho que ver, pero es un lugar agradable para pasear, así como para alojarse o comer en sus restaurantes.

    Zamalek es un barrio residencial acomodado, con jardines, embajadas, escuelas, etc. Nosotros llegamos a Zamalek cogiendo el metro hasta la estación Nasser y después continuando a pie por la concurrida avenida 26th of July hacia el oeste hasta cruzar el puente sobre el Nilo, en un trayecto de 1,4 km.

    Primeramente paseamos por las calles de la parte norte de la isla, donde comprobamos que las tiendas y cafés son aquí de más nivel que en el centro.

    Pudimos ver algunos edificios impresionantes, entre los que destacan los ocupados por embajadas y especialmente el de la embajada de Arabia Saudí (situada en la calle Mohamed Mazhar, paralela a la orilla oriental de la isla). Después cruzamos hacia el sur de la avenida 26th of July.

    Pasamos junto al llamativo Cairo Marriott Hotel, situado en la calle Saray El Gezira. Este hotel ocupa, además de dos modernas torres gemelas, un antiguo palacio real que fue construido originalmente para alojar a Napoleón III y la emperatriz Eugenia con motivo de la apertura del Canal de Suez en 1869. También forman parte del recinto del hotel los preciosos jardines Omar Khayyam, de 2,4 Ha. de superficie.

    Junto a la esquina suroeste del hotel se encuentra el Museo de Cerámica Islámica (calle Al Marsafi nº 1, pero con la entrada en la calle Gezira). Este museo ocupa el Palacio del príncipe Amru Ibrahim.

    Andando por un paseo junto al río Nilo, en la orilla oriental de la isla, se llega al puente 6th October por el cual volvimos hacia el centro histórico.


ALEJANDRÍA

Cómo llegar

La mejor opción para ir desde El Cairo hasta Alejandría es el tren, sobre todo con un exprés como el Sapani. Nosotros cogimos el de las 12 del mediodía en la estación Ramses, la estación principal de la ciudad del Cairo. Un taxi para llegar hasta la estación desde Talaat Harb costaba unas 5 EGP.

En esta estación había una Oficina de Turismo, pero a nosotros no nos resultó demasiado útil por el poco interés en informar de sus empleados.

Los billetes en 2ª clase para el trayecto a Alejandría con el Sapani nos costaron 31 EGP cada uno. Y compramos los de 2ª clase porque es tan cómoda como la 1ª clase, pero bastante más barata.

En el momento de comprar estos billetes en las taquillas de la estación comprobamos nuevamente que hacer cola de forma ordenada no es el fuerte de la mayoría de egipcios, por lo que a veces hay que tener mucha paciencia y, sobre todo, no dejar que los avispados se cuelen delante nuestro.

En el trayecto de 225 km en tren entre El Cairo y Alejandría vimos un gran contraste entre los suburbios cutres del gran Cairo, que cruzamos al principio del viaje, con los campos cultivados y las vacas paciendo en el área del delta del río Nilo que venían después.

Dos horas y media después de salir del Cairo llegamos a la estación central de Alejandría, en un cómodo viaje.

Hay que tener cuidado de no bajar en la estación anterior, el nombre de la cual es Sidi Gaber, puesto que en esta estación baja casi todo el mundo y puede parecer que hemos llegado a nuestro destino final, pero en realidad estamos en los suburbios de Alejandría, a unos cuántos kilómetros del centro.

Un taxi desde la estación central de Alejandría hasta la zona de la Corniche valía unas 5 EGP.

Dormir y comer

En el Egypt Hotel (Degla St, 3 - Alejandría) pagamos 260 EGP por una habitación grande, con baño privado, A/C, nevera, TV, wi-fi y desayuno incluido. El hotel está en la 3ª planta de un bonito edificio con ascensor.

El hotel parecía bastante nuevo y estaba bien, estando en un punto medio entre los baratos y cutres y los de más nivel, pero bastante más caros. Nuestra habitación tenía vistas laterales al mar y a la Corniche. El único inconveniente que tenía es que era un poco ruidoso durante la noche a causa de los coches que pasan por la avenida de la Corniche.

Para comer en Alejandría recomendamos el restaurante de marisco Houda El-Gondol (pronunciado Úda Góndol), situado en la esquina de las calles Omar Lofty y Mohammed M Motwe, no muy lejos de la Biblioteca de Alejandría. Era difícil de encontrar, ya que ni siquiera tenía un rótulo que lo anunciara. Tuvimos que preguntar por la zona para llegar a él. Está en un callejón junto a una mezquita.

Por una bandeja grande, con diferentes tipos de pescado, almejas, calamares y crustáceos frescos que podíamos seleccionar nosotros mismos, con patatas, arroz, ensalada, sopa de pescado, pan chapata y una Coca Cola pagamos el increíble precio de 32 EGP cada uno. No había menú y era de auto-servicio. Una vez seleccionado lol que queríamos tuvimos que buscar una mesa en un edificio anejo. El lugar era básico, pero se comía muy bien.

Otro restaurante muy recomendable, y céntrico, es el Taverna (calle Saad Zaghloul, 52), donde nos encantó la deliciosa pizza de shawarma hecha al fuego de leña.

Una opción más chic y elegante era el restaurante Fish Market, junto al Kashafa Club, en la Corniche, adonde iba la gente con dinero de Alejandría. Este restaurante era caro, pero tiene unas vistas soberbias sobre la bahía.

Los mismos propietarios tienen en el mismo recinto otro restaurante, el Tikka Grill, pero este para carnívoros, así como una pastelería y un magnífico café, el Grand Cafe, con una gran terraza exterior. En fin, un lugar ideal para hacer una parada en un paseo por la Corniche y contemplar la escena pija alejandrina.

En el interior de la cafetería y tienda de café Sofianopoulo (Al Attarin, Alejandría)
En el interior de la cafetería y tienda de café Sofianopoulo (Al Attarin, Alejandría)

Y algo que no debemos perdernos en cualquier visita a Alejandría son las cafeterías, algunas de ellas con mucha historia. Una de ellas es la magnífica Patisserie Délices (Saad Zaghloul, 46), un lugar vetusto pero muy bonito donde tomar una pasta, un pastel, un té y/o un café. Otro lugar es Sofianopoulo, una cafetería y tienda de café abierta desde 1908.

Para cambiar dinero en Alejandría recomendamos la oficina de Pharmacists Exchange Company (AEC), en la calle Midan Saad Zaghloul nº 17, con el mejor cambio de la zona.

Cosas a ver y hacer

ALEJANDRÍA. Esta ciudad, también conocida como La Perla del Mediterráneo, es la segunda más grande de Egipto y su carácter mediterráneo, ambiente y patrimonio histórico y cultural hacen que sea bastante distinta del resto del país.

Vista parcial de la Corniche de Alejandría
Vista parcial de la Corniche de Alejandría

Fue fundada por Alejandro Magno en el año 331 a. de C. y llegó a ser la capital del Egipto greco-romano. Su importante papel como centro cultural de la época podría simbolizarse en el legendario faro construido sobre la isla de Pharos y que fue una de las siete Maravillas del Mundo antiguo.

Tras un declive que duró varios siglos, a partir del siglo XIX Alejandría renació como foco para la expansión comercial y marítima de Egipto. Esta época fue inmortalizada por escritores británicos como Lawrence Durrell, Edward Morgan Forster o el poeta griego Konstantínos Kaváfis.

Además, generaciones de inmigrantes griegos o italianos, entre otros, se establecieron en la ciudad y le dieron un nuevo impulso comercial a la vez que la hicieron más cosmopolita y con un marcado ambiente de cultura bohemia.

A pesar de que a primera vista la ciudad nos decepcionó un poco por su estado decrépito (de su glorioso pasado no queda casi nada), a medida que la fuimos conociendo más y más nos fue atrapando y acabó por fascinarnos.

Por este motivo recomendamos totalmente su visita, la cual puede ocuparnos fácilmente varios días. A continuación tenéis una lista de algunos de sus lugares de interés más importantes, según nuestro criterio:

  • Biblioteca de Alejandría. La Antigua Biblioteca de Alejandría, creada posiblemente a comienzos del siglo III a. C., fue en su época la más grande del mundo y se cree que llegó a tener hasta 700.000 volúmenes. La destrucción de la biblioteca se ha situado en un momento indeterminado del siglo III o IV, cuando el emperador romano Aureliano, y quizás también Diocleciano, conquistó y saqueó la ciudad.

    Vista del exterior de la Biblioteca de Alejandría
    Vista del exterior de la Biblioteca de Alejandría

    En el año 1987 nació el ambicioso proyecto cultural de construir una nueva biblioteca en la ciudad de Alejandría para recuperar así un enclave mítico de la Antigüedad.

    Para llevar a cabo este proyecto se unieron los esfuerzos económicos de varios países europeos, americanos y árabes, más el gobierno de Egipto y la Unesco.

    Finalmente, la nueva Biblioteca Alejandrina fue inaugurada el 16 de octubre de 2002.

    El edificio de la biblioteca es impresionante y muy original visto por fuera, pero por dentro no lo es menos. Una visita muy recomendable.

    Para conocer más sobre la nueva biblioteca nosotros nos añadimos a una visita guiada gratuita que encontramos nada más entrar. Al acabar la visita guiada continuamos por nuestra cuenta viendo un par de interesantes exposiciones en su interior, una de ellas con interesantes fotos de época de Alejandría, y paseamos por el interior de la biblioteca, llena de jóvenes chicos y chicas egipcios consultando su enorme fondo bibliográfico.

    Interior de la moderna Biblioteca de Alejandría
    Interior de la moderna Biblioteca de Alejandría

    La entrada a la Biblioteca costaba 10 EGP (5 EGP con el carné ISIC) y tuvimos que dejar la mochila en una consigna que había junto a la entrada.

    Llegar a la Biblioteca Alejandrina es un agradable paseo de unos 2 km por la Corniche desde el Hotel Egypt.

  • Columna de Pompei y Serapeum. Las ruinas del templo de Serapeum no son gran cosa, pero la columna, de granito rojo y con una altura de 30 metros, es imponente. La entrada al recinto valía 20 EGP (con ISIC eran 15 EGP).

    Para llegar hasta aquí cogimos un taxi desde el centro, en un trayecto de 10 minutos por el que pagamos 5 EGP.

  • Catacumbas de Kom Ash-Shuqqafa. Es la mayor necrópolis romana de Egipto y fue la última gran obra religiosa del antiguo Egipto. En conjunto es una visita muy recomendable, especialmente la tumba principal, donde encontraréis una fascinante mezcla de imaginería clásica grecorromana y del antiguo Egipto: el ritual faraónico de la momificación se combina aquí con la práctica de entierro romana de las catacumbas.

    Grabado representando un faraón ante el toro Apis y flanqueado por una diosa alada (tumba de Kom Ash-Shuqqafa)
    Grabado representando un faraón ante el toro Apis y flanqueado por una diosa alada (tumba de Kom Ash-Shuqqafa)

    La entrada costaba entonces 35 EGP (20 EGP con ISIC). No se permitía entrar cámaras de fotografía y video (?).

    Y para llegar hasta estas catacumbas basta con coger la calle a la derecha al salir del recinto de la columna de Pompei y seguir andando recto unos 5 minutos.

  • Museo Nacional de Alejandría (Sharia Tariq al-Horreyya, 110). Este maravilloso museo fue inaugurado en 2003 y ocupa un precioso palacete restaurado de estilo italiano que empezó a construir en 1926 Al-Saad Bassili Pasha, uno de los comerciantes más ricos de Alejandría.

    El museo contiene cerca de 1.800 piezas que narran la historia de Alejandría y Egipto. En la primera planta y sótano del museo se explica la era faraónica, donde se muestran algunas estatuas y momias que son realmente fascinantes. En la 2ª planta la época greco-romana, incluyendo objetos recuperados de las excavaciones submarinas en la bahía de Alejandría. Y en la 3ª planta hay objetos de las eras copta, islámica y moderna.

    Fachada del palacete que hospeda el Museo Nacional de Alejandría
    Fachada del palacete que hospeda el Museo Nacional de Alejandría

    La entrada al museo costaba 20 EGP (con ISIC eran 15 EGP). Para llegar hasta el museo cogimos un taxi desde el centro, en un trayecto de 10 minutos por el que pagamos 5 EGP.

    Acabada la visita al museo volvimos hacia el centro de la ciudad andando un rato (en el trayecto cruzamos los jardines Shallalat) y después subimos a un tranvía (0,25 EGP).

    Por cierto, conviene saber que en los tranvías de Alejandría hay un vagón reservado exclusivamente a las mujeres.

  • Fortaleza de Qaitbey. Esta fortaleza defensiva del siglo XV está considerada como una de las más importantes del Mediterráneo y está situada en el lado oriental del extremo norte de la antigua isla de Pharos, en el punto donde se cree que estuvo el famoso Faro de Alejandría.

    Después de ser este destruido completamente por un terremoto en el siglo XIV, el sultán Al-Ashraf Sayf al-Din Qa'it Bay erigió aquí, en 1477, esta fortaleza como pieza defensiva contra los ataques turcos.

    Hoy en día es uno de los iconos de la ciudad. En el interior de la fortaleza no hay nada especial, pero es un agradable lugar para pasear y ver las familias y parejas alejandrinas en acción, además de las excelentes vistas que proporciona sobre la bahía. La entrada a la fortaleza valía 25 EGP (15 con ISIC).

    Imagen de la ciudadela de Qaitbey (Alejandría)
    Imagen de la ciudadela de Qaitbey (Alejandría)

    Para llegar a la fortaleza subimos a un tranvía amarillo frente al café Athineos (0,25 EGP) en dirección oeste.

    El tranvía se movía tan despacio que daba tiempo de verlo todo y hacer fotos desde él, como si fuera un Sightseeing Alejandría. Además, un pasajero que teníamos sentado delante nuestro nos dio explicaciones en inglés, con todo lujo de detalles, de los edificios y monumentos que íbamos encontrando en el trayecto.

    Cuando el tranvía se desviaba de nuestro destino bajamos y continuamos a pie en un bonito paseo.

  • Corniche. Es el nombre que recibe el paseo y carretera El-Gaish (también 26 de Julio) que transcurre a lo largo del puerto oriental de Alejandría, un lugar perfecto para pasear.

    Lo que ahora es la Corniche antes era una larga muralla fortificada con torres defensivas que protegieron la ciudad desde el siglo XIII hasta finales del XIX.

    En realidad la Corniche se extiende más de 20 km por la costa alejandrina, desde la fortaleza de Qaitbey hasta el barrio de Muntaza. Merece la pena recorrerla a pie, al menos el tramo de 5 km entre la fortaleza y la Biblioteca Alejandrina.

    Barcas en la Corniche de Alejandría al atardecer
    Barcas en la Corniche de Alejandría al atardecer

    En este trayecto tendremos la oportunidad de ver los astilleros, así como el puerto pesquero y muchas barcas sobre las aguas de la bahía. A lo largo de la Corniche hay, también, algunos preciosos edificios y la única lástima es el pobre estado de conservación en que se encuentran.

    Y vale la pena desviarse solo 100 metros para visitar la magnífica mezquita Abu Habbas el-Mursi, la más bonita y también importante desde el punto de vista histórico de todas las mezquitas alejandrinas. Fue construida en 1775 sobre la tumba de un santo y devoto sufí del siglo XIII y de origen andalusí.

    Exterior de la mezquita Abu Habbas el-Mursi (Alejandría)
    Exterior de la mezquita Abu Habbas el-Mursi (Alejandría)
  • Zoco de Alejandría. Muy recomendable dar un paseo al atardecer por las calles y callejones próximos a Midan Tahrir y la mezquita Terbana para ver los incontables tenderetes y lugares de venta de ropa, comida, especies, bisutería, ...


ISMAILÍA

Cómo llegar

Para llegar al Canal de Suez desde Alejandría cogimos un autobús de la compañía West Delta hasta la ciudad de Puerto Saíd, ubicada justo sobre la salida norte del Canal de Suez al Mediterráneo.

Pagamos 22 EGP por el trayecto de Alejandría hasta Puerto Saíd, comprando los billetes el día anterior en la oficina de West Delta en el centro de Alejandría, en la calle Midan Saad Zaghloul.

El autobús salía desde la terminal de autobuses Al-Moaf-al-Gedid, en las afueras de la ciudad. Para llegar se puede ir en taxi (pagamos 15 EGP), pero es importante indicarle al taxista la frase «majàtat alotobús al gidit» (terminal de autobuses Al Gedid) y asegurarse de que lo entiende para no dar más vueltas de los necesarias.

A pesar de que nos aseguraron que el trayecto en autobús de Alejandría a Puerto Saíd era de 3,5 horas al final fueron 4 horas y 40 minutos y sin saber muy bien el porqué del retraso.

Durante el trayecto cruzamos de oeste a este todo el delta del Nilo siguiendo la línea costera, primero por un paisaje de cultivos y canales, después por una zona de humedales y semi-desierto y finalmente por una estrechísima franja de tierra que separa el Mediterráneo del gran lago Manzala.

Nuestra intención era pararnos en Puerto Saíd unas horas y continuar viaje en autobús a última hora de la tarde hacia Ismailía, nuestro destino final de aquel día. Por eso, solo llegar a la terminal de autobuses de Puerto Saíd fuimos a la oficina de la compañía East Delta Travel para saber el horario de los últimos autobuses del día de Puerto Saíd a Ismailía.

Solicitamos, y nos lo permitieron, poder dejar el equipaje más pesado en la oficina de la compañía East Delta Travel para así poder visitar más cómodamente la ciudad. Un taxi desde esta terminal hasta el centro de Puerto Saíd, por ejemplo al Hôtel de la Poste, costaba 4 EGP.

Después de visitar Puerto Saíd volvimos en taxi a la terminal de autobuses (4 EGP), recogimos el equipaje que habíamos dejado en la oficina de East Delta y compramos allá mismo los billetes hacia Ismailía (6 EGP cada uno).

Salimos en el autobús de las 17:00 (el último del día era a las 18:00) y llegamos a Ismailía 1 hora y 20 minutos después, recorriendo unos 90 km por una carretera que en la primera mitad del trayecto transcurre paralela al Canal de Suez. Un taxi desde la terminal de autobuses hasta el centro, la plaza Al-Gamuriya, valía 4 EGP.

Dormir y comer

En el Crocodile Inn Hotel (179, Saad Zaghloul St - Ismailía) pagamos 260 EGP por una habitación doble con baño privado y desayuno incluido. La relación calidad/precio de este hotel era bastante mala, puesto que las habitaciones y el hotel en general estaban muy faltos de mantenimiento y de personalidad por el precio que tenía.

Pero el problema es que en Ismailía había entonces muy pocas opciones de alojamiento. En el centro solo encontramos este y el Nefertity Hotel, pero este último era realmente indescriptible por lo básico que era (costaba 40 EGP) y solo era apto para clientes con pocas manías.

Una última opción, a pesar de que alejada del centro (a unos 2 km), es el Mercure Forsan Island Ismailía, el único hotel de Ismailía con un estándar internacional en comodidad y servicios (y también en precios) y situado en la isla privada de Forsan.

El único punto a favor del Crocodile Inn Hotel es su céntrica situación, en la esquina de las calles Thawra y Saad Zaghloul, ideal para explorar el barrio europeo, así como para tener a mano la zona comercial y de restaurantes.

En Ismailía probamos el restaurante George's, en Sharia Tawra, con una decoración que recordaba a un pub inglés. No era barato, pero se comía muy bien.

Cosas a ver y hacer

PUERTO SAÏD. Esta ciudad portuaria está situada en el extremo nordeste de Egipto y es el acceso norte al Canal de Suez, desde el mar Mediterráneo.

Además de poder ver el Canal de Suez de cerca, nuestro interés en venir hasta aquí era ver los bonitos y distintivos edificios coloniales del siglo XIX que aún se pueden encontrar y que luchan por sobrevivir. Estos edificios se caracterizan para tener grandes balcones en todos los pisos de la fachada.

Y es que entre los edificios modernos de la ciudad, la mayoría de ellos muy feos, hay verdaderas joyas arquitectónicas que mayoritariamente datan de la época colonial. Desgraciadamente muchos de ellos están en un estado lamentable, como el histórico Hotel National, el cual fue construido en 1889 siguiendo el estilo arquitectónico colonial de la época.

El Hotel National, en el centro histórico de Puerto Saíd
El Hotel National, en el centro histórico de Puerto Saíd

El origen de Puerto Saíd fue en 1859 como un campamento para los trabajadores que construían el Canal de Suez. A finales del siglo XIX ya era un importante puerto donde todas las grandes potencias marítimas tenían un consulado.

Un hecho curioso es que la famosa Estatua de la Libertad, que ahora es uno de los iconos de la ciudad de Nueva York, se inspiró en un proyecto similar que se debía construir en Puerto Saíd, a la entrada del Canal. Fréderic-Auguste Bartholdi, su escultor, la diseñó inspirándose en las enormes estatuas de Abu Simbel y debería reflejar la idea de Egipto llevando la luz de Asia, pero el virrey Ismail (gobernante de Egipto entre 1863 y 1879) rechazó este proyecto por ser demasiado caro y no se llegó a materializar nunca.

Puerto Saíd es un puerto libre de impuestos y en teoría debería tener una aduana en la entrada/salida de la ciudad, pero nadie nos pidió ver el equipaje y ni siquiera el pasaporte, tal como nos había pasado en otros puertos francos, como el de Aqaba, en Jordania.

Empezamos nuestro recorrido por el barrio histórico de Puerto Saíd ante el Hotel de la Poste, en el nº 42 de la calle al-Gomhuriyya. Desde aquí fuimos hasta la calle paralela a esta y vimos el bonito edificio Woolworth, otro interesante vestigio de la era colonial.

Continuamos hacia el norte, pasando junto al edificio del Consulado Italiano, con un curioso grabado fascista de la época de Mussolini, y giramos a la derecha para coger el tramo final de Sharia (calle) Palestina hasta llegar a la mezquita As-Salam.

Pero antes, en la calle Abd El-Salamos Aref, vimos la chocante Villa Fernande. Se trata de un precioso edificio de estilo gótico construido por un arquitecto italiano e inspirado en los palacios venecianos. Sorprende mucho por el contraste con los edificios adyacentes.

Villa Fernande, un edificio de estilo gótico en pleno centro de Puerto Saíd
Villa Fernande, un edificio de estilo gótico en pleno centro de Puerto Saíd

La mezquita As-Salam se encuentra ubicada a solo 200 metros del extremo norte del Canal de Suez y del mar Mediterráneo. Desde este punto miramos hacia el mar y pudimos ver unos cuántos barcos haciendo cola y esperando su turno para poder embocar la entrada hacia el Canal de Suez. Curioso!.

Continuamos por la calle El Zaiem Ghandy y nos desviamos por un camino entre chiringuitos cerrados para llegar hasta la playa, poco atractiva. De vuelta a la calle anterior pasamos por delante del atractivo y popular restaurante Abou Essam.

Giramos hacia el sur hasta llegar a la impresionante iglesia copta de San Bishoi. Continuando con nuestro recorrido a pie por la ciudad volvimos a Sharia Palestina para ir ahora hacia el sur. En este tramo es posible andar por un paseo elevado con excelentes vistas sobre el Canal de Suez, Puerto Fuad y sobre los característicos e interesantes edificios coloniales que aún sobreviven en la calle de Sharia Palestina. Fantástico!!!.

Vista de la dársena portuaria de Puerto Saíd, el Canal de Suez y Puerto Fuad en la otra orilla
Vista de la dársena portuaria de Puerto Saíd, el Canal de Suez y Puerto Fuad en la otra orilla

Justo antes de llegar a la Dársena Comercial encontramos el concurridísimo muelle desde donde salen los ferrys que cruzan el Canal de Suez hacia Puerto Fuad, una ciudad situada en el lado asiático del Canal de Suez y en el extremo noroccidental de la península del Sinaí. De hecho, Puerto Fuad viene a ser un tipo de prolongación o suburbio de Puerto Saíd.

Como hecho anecdótico, la metrópoli formada por Puerto Saíd (África) y Puerto Fuad (Asia) da lugar a una de las pocas ciudades transcontinentales que hay en el mundo, junto con la ciudad panameña de Colón (Norteamérica y Sudamérica) y la ciudad turca de Estambul (Europa y Asia).

Los ferrys entre Puerto Saíd y Puerto Fuad son gratuitos y los hay cada 10 minutos aproximadamente. Cogimos uno de ellos para cruzar el Canal de Suez hacia el lado asiático. La travesía, en un ferry atestado de vehículos y gente, dura unos 10 minutos y permite ver de cerca algunos de los enormes barcos que hay anclados en mitad del Canal.

También, desde el ferry, es la mejor (y única) manera de ver bien la fachada de la icónica Casa del Canal de Suez, construida en 1869 para la inauguración del Canal, con sus bonitas cúpulas verdes.

Fachada de la Casa del Canal de Suez vista desde el ferry entre Puerto Saíd i Puerto Fuad
Fachada de la Casa del Canal de Suez vista desde el ferry entre Puerto Saíd i Puerto Fuad

PUERTO FUAD. Esta ciudad, básicamente residencial, fue establecida en 1927 para aligerar la superpoblación que entonces tenía Puerto Saíd. Su nombre lo tomó del rey Fuad I, el primero con el título de rey en el Egipto moderno.

En Puerto Fuad destacan los altos minaretes de la Gran Mezquita de Puerto Fuad y, a pesar de que esta ciudad no tiene demasiado interés para el viajero, merece una rápida visita como excusa para coger el ferry, atravesar el Canal de Suez y pisar el lado asiático. Paseando por Puerto Fuad pudimos ver, por ejemplo, una zona de casas adosadas con jardín, con un fuerte estilo europeo. No parecía que estuviéramos en Egipto.

De vuelta al muelle de ferrys de Puerto Saíd fuimos bordeando a pie la dársena comercial para ir a ver la Casa del Canal de Suez por detrás. Encontramos un control policial que no permitía acercarse a menos de 100 metros del edificio, pero conseguimos convencer a los policías para que nos dejaran acercar el máximo posible, ya que no era posible visitarla. El edificio en su conjunto es muy bonito. Y aquí dimos por acabada la visita a Puerto Saíd.

ISMAILÍA. Esta ciudad se encuentra a medio camino entre las ciudades de Puerto Saíd en el norte y Suez en el sur. Está situada en el borde occidental del Canal de Suez, en un punto donde este se ensancha por la presencia del lago Timsah.

Ismailía fue fundada en 1863 como centro de construcción del Canal de Suez. Ahora es el centro administrativo.

Ismailía nos sorprendió muy favorablemente y recomendamos del todo la visita a esta ciudad. Su ambiente relajado, sus zonas ajardinadas y sus bonitas villas coloniales la diferencian completamente del resto de ciudades egipcias. Todo en ella es atípico tratándose de Egipto: muchas zonas ajardinadas, calles limpias y cuidadas (también los coches), se respetan los semáforos en rojo, los vehículos no tocan el claxon de forma continuada, etc. En fin, un oasis de tranquilidad y paz.

Empezamos la ruta a pie por Ismailía andando por Sharia al-Thawra, en el centro del viejo barrio europeo, en dirección al plácido canal de agua dulce que desemboca en el lago Timsah. Al llegar al final de al-Tawra fuimos hacia la izquierda, siguiendo la calle Salah Salem. En esta parte de la ciudad hay un montón de parques, zonas verdes y villas de estilo europeo como no habíamos visto en ninguna otra ciudad egipcia.

Esta calle transcurre paralela al canal de agua dulce y entre ambos hay un agradable paseo peatonal ajardinado con algunas glorietas y bancos donde detenerse a descansar y disfrutar de la sorprendente tranquilidad del lugar.

Pérgola y paseo ajardinado junto al canal del lago Timsah (Ismailía)
Pérgola y paseo ajardinado junto al canal del lago Timsah (Ismailía)

Casi 1 km después llegamos al edificio administrativo del Canal, frente al pequeño Museo de Ismailía.

Cerca del museo se encuentra el Jardín de las Estrellas, donde destaca una pequeña esfinge de la época de Ramsés II que se puede ver desde la calle, sin entrar en el jardín. Desde aquí fuimos hasta la orilla del lago/canal, donde tuvimos la oportunidad de ver navegar algunos grandes barcos.

Y volvimos hacia el centro de Ismailía bordeando el canal de agua dulce por el otro lado, en un muy agradable paseo de 1,3 km. Cruzamos el canal por un puente (calle Ahmed Oraby) y justo enfrente hay un vistoso y enorme mural que ilustra los fastos de la inauguración del Canal de Suez.

Mural conmemorativo de la inauguración del Canal de Suez (Ismailía)
Mural conmemorativo de la inauguración del Canal de Suez (Ismailía)

Y a solo 100 metros se encuentra la preciosa Villa de Ferdinand de Lesseps, en la cual residió temporalmente a partir de 1854 el diplomático y empresario francés Ferdinand de Lesseps, el cual fue el director de la construcción del Canal de Suez.

Esta casa no es visitable, al menos en las fechas de nuestro viaje, pero solo verla por fuera ya merecía la pena. La villa contigua a esta también es muy bonita.

La antigua villa de Ferdinand de Lesseps (Ismailía)
La antigua villa de Ferdinand de Lesseps (Ismailía)

Siguiendo la trama de calles perfectamente cuadriculada de esta parte de Ismailía fuimos hasta la plaza al-Gomhuriyya para ver de cerca la preciosa mezquita.

Y unos 150 metros al oeste de la plaza se encuentra el bonito edificio de la Catedral Copta Católica de San Marcos, donde entramos para verla por dentro. Nos atendió un señor muy amable que nos dio profusas explicaciones sobre esta iglesia.


LA PENÍNSULA DEL SINAÍ: DAHAB, SANTA CATALINA Y SHARM EL-SHEIJ

DAHAB (Sinaí)

Cómo llegar

La pequeña población de Dahab está situada en la costa oriental de la Península del Sinaí, a más de 500 km por carretera desde Ismailía. En la terminal de autobuses de Ismailía nos habían informado que había un autobús directo hacia Dahab a las 14:30, pero cuando fuimos a comprar los billetes resultó que ya no era directo y que tendríamos que cambiar de autobús en la ciudad de Sharm el-Sheij. En fin, esto es Egipto y hay que tomarse estas cosas con mucha resignación.

El trayecto de Ismailía a Sharm el-Sheij costaba 40 EGP. Al principio de este trayecto el autobús tomó rumbo sur, hacia la ciudad de Suez. Durante un buen rato fuimos viendo desde la ventanilla del autobús algunos grandes barcos navegando por el Canal de Suez, ya que este transcurre paralelo a la carretera.

Tras pasar junto al Gran Lago Amargo y unos 8 km antes de llegar a Suez nos desviamos a la izquierda para cruzar el Canal de Suez por el túnel Ahmed Hamdi, un túnel subterráneo de 1,6 km de longitud construido en los años 80 y flanqueado por unos cuántos controles policiales de seguridad.

Dejamos atrás África y cuando emergimos en el otro lado del túnel ya estábamos en territorio de la península del Sinaí, la cual ya pertenece a Asia. Cambiamos de continente solo cruzando este túnel. Realmente curioso!!.

En el otro extremo del túnel el autobús tomó una carretera hacia la derecha y a partir de aquí fuimos bordeando la costa del Mar Rojo, en el llamado Golfo de Suez, y en mitad de un paisaje muy desértico.

Tras cruzar incontables controles policiales que retrasaron bastante la marcha del autobús llegamos a la terminal de autobuses de Sharm el-Sheij unas 6 horas después de salir de Ismailía, en un viaje que, a pesar de todo, no se nos hizo nada pesado ni aburrido.

En Sharm el-Sheij compramos el billete para el siguiente autobús hacia Dahab (15 EGP) y salimos sólo 15 minutos después. Para hacer el trayecto de Sharm el-Sheij a Dahab, de 85 km, necesitamos 1,5 horas a causa de otros cuantos controles policiales y del excesivo celo de la policía con algunos de los pasajeros de nuestro autobús.

Así que, finalmente, llegamos muy cansados a la terminal de Dahab, tras casi 8 horas de viaje desde Ismailía. Un taxi hasta el hotel nos costó 5 EGP.

Dormir y comer

En el Dyarna Dahab Hotel pagamos 220 EGP por una habitación doble con baño, TV, nevera y desayuno incluido. El lugar en si no estaba nada mal, incluso tenía una gran piscina que daba al mar, pero la habitación estaba ya pidiendo a gritos algunos arreglos. Este hotel se encuentra en la tranquila zona de Mashraba (Assalah), junto al mar.

En Dahab no miramos más hoteles porque llegamos tarde, estábamos ya muy cansados y el Dyarna nos pareció aceptable, pero aquí hay una buena oferta hotelera y de precios para todos los gustos (ver Hoteles Dahab).

Y si no queréis pagar los altos precios de los restaurantes turísticos que hay junto al mar, recomendamos el restaurante Quickly, situado en la calle El Mashtaba, a unos 300 metros del hotel Dyarna. Aquí la relación calidad-precio era muy buena, como la comida, y además el ambiente era agradable, con música árabe de fondo y no con música de Bob Marley, como en otros lugares. Que conste que Bob Marley nos gusta mucho, pero no en este contexto.

Cosas a ver y hacer

DAHAB (significa oro en árabe). Es una pequeña población situada en la costa sudeste de la península del Sinaí, unos 85 km al norte de Sharm el-Sheij. Hace unos años Dahab era simplemente un pueblo beduino de pescadores, pero con el paso del tiempo se acabó convirtiendo en un destino turístico muy popular.

Al principio Dahab atrajo principalmente a mochileros que viajaban de forma independiente y que se alojaban en pequeños hoteles y campamentos en el núcleo beduino de Assalah. Pero con la llegada de grandes cadenas hoteleras que abrieron algunos resorts de lujo en la parte nueva de Dahab, a 2,5 km de Assalah, ahora la clientela es más variada.

Imagen de la costa de Dahab, en la península del Sinaí
Imagen de la costa de Dahab, en la península del Sinaí

Muchos viajeros iban a Dahab atraídos por su ambiente pseudo-hippy y bohemio, pasando los días entre la playa y los restaurantes de decoración medio beduina medio hippy y junto al mar.

Pero Dahab también tiene un gran renombre internacional como lugar para practicar el windsurfing. Y la existencia de varios arrecifes a pie de playa también ofrece grandes oportunidades para la esnórquel y el buceo, sobre todo en el archifamoso Blue Hole.

El Blue Hole es un tipo de cueva submarina que llega hasta los 100 metros de profundidad y que es conocida con el inquietante alias de «El cementerio de submarinistas» por la gran cantidad de accidentes mortales ocurridos en sus aguas (se habla de más de 100 submarinistas muertos). Por esta razón, este lugar de inmersión está considerado como uno de los más peligrosos del mundo.

Otro lugar de buceo muy popular en la zona es el conocido como The Canyon. Ambos lugares de inmersión se encuentran situados muy cerca de la costa, unos pocos kilómetros al norte de Dahab.

En nuestro caso Dahab fue simplemente un lugar de paso para ir hacia el monasterio de Santa Catalina. Aun y así dimos una vuelta por el paseo marítimo de la zona de Mashraba y junto a la bahía de Dahab. Desde aquí se divisan perfectamente las montañas de la costa de Arabia Saudí, en la otra orilla del golfo de Áqaba.


SANTA CATALINA (Sinaí)

Cómo llegar

A pesar de que en teoría había un autobús diario a las 8 de la mañana hacia el monasterio de Santa Catalina desde la estación de autobuses de Dahab (135 km), en la práctica, tal como pudimos comprobar nosotros mismos, este servicio se cancelaba la mayoría de días (quizás por falta de viajeros o vaya usted a saber porqué).

De hecho, conocimos el caso de una viajera rusa que llevaba cinco días yendo diariamente a la terminal para ver si salía este autobús y... nada de nada.

Otra opción para llegar al monasterio de Santa Catalina era comprar una plaza en alguno de los tours hacia el monasterio que organizaban muchos hoteles de Dahab a las 8:00 o a las 23:30 (este último para subir al monte Sinaí), pero tampoco era seguro que salieran, ya que todo dependía del nº de viajeros apuntados.

La opción más segura, y también la más cara, era alquilar un taxi para recorrer ese trayecto (costaba 200 EGP un trayecto). Y, si era posible, se podía compartir este gasto con otros viajeros que pudiéramos encontrar en la misma situación.

Y aún había una última opción que pasaba por ir en autobús hasta Sharm el-Sheij y allá coger un taxi compartido hasta El Tur, desde donde había minibuses hacia Santa Catalina. Pero también era una opción muy incierta y, en el mejor de los casos, nos podría llevar casi todo un día llegar al monasterio.

Nosotros optamos por alquilar un taxi para hacer el trayecto de solo ida y compartirlo con algún viajero que encontramos en la terminal de autobuses. Pagamos 190 EGP entre todos y esto nos permitió marchar a la hora que quisimos y hacer el trayecto sin paradas no deseadas.

El trayecto por carretera entre Dahab y Santa Catalina, de 130 km, es en su mayor parte bastante espectacular. Al salir de Dahab nuestro taxi tomó la carretera en dirección a Nuweiba, hacia el norte, y al cabo de 85 km, en Wadi Umm Rawa, se desvió a la izquierda, en un punto donde había un control policial.

Carretera entre Daha y el monasterio de Santa Catalina (península del Sinaí)
Carretera entre Daha y el monasterio de Santa Catalina (península del Sinaí)

Unos 5 km después del desvío el paisaje se vuelve repentinamente extraordinario, con llanuras desérticas de arenas blancas y cerros de rocas multicolores. Así se van sucediendo paisajes de desierto muy bonitos durante más de 30 km.

Y 1 km antes de llegar al pequeño pueblo de Al Milga nos paramos junto a una caseta que había junto a la carretera para pagar las 17 EGP que costaba entonces la tasa turística de entrada a la zona protegida de Santa Catalina. Poco después el taxi nos dejó en el aparcamiento del monasterio, tras dos horas de viaje desde Dahab.

Ya sea sólo por la espectacularidad de este trayecto, merecía mucho la pena de venir hasta aquí...

Dormir y comer

En Santa Catalina nos alojamos en The Monastery Guest House o Casa de Huéspedes del Monasterio de Santa Catalina, situada en unas dependencias modernas junto al propio monasterio.

Pagamos 300 EGP por una magnífica habitación con baño privado, calefacción y A/C con bomba de calor, y media pensión incluida (desayuno y cena). La calefacción es realmente imprescindible para las gélidas noches invernales.

La habitación era espartana y tenía solo lo imprescindible, ideal en un lugar tan espiritual, pero estaba impecable y mereció la pena pagar el sobreprecio también por la tranquilidad y la excepcionalidad del lugar. Y dado que la ascensión al monte Sinaí tiene su inicio y final aquí, nada mejor que tener la habitación a mano tras el gran esfuerzo que supone esa excursión.

Entonces solo era posible reservar el alojamiento por teléfono o fax y aún hoy parece funcionar así. Nosotros tuvimos suerte de poder encontrar habitación sin reserva previa (había poco turismo en aquellas fechas), pero en otras circunstancias puede ser buena idea reservar antes porque en el propio monasterio hay poca oferta de alojamiento.

En la vecina población de Al Milga, a unos 4 km del monasterio, había otras opciones de alojamiento de diferentes precios, siendo uno de los más económicos el Desert Fox Camp. En esta población hay diferentes servicios de utilidad para el viajero.

Cosas a ver y hacer

Patrimonio de la Humanidad PROTECTORADO DE SANTA CATERINA. Se trata de un parque nacional creado en 1996 y que con una extensión de 4.350 km² comprende la mayor parte de la zona montañosa central del sur de la península del Sinaí, incluyendo la montaña más alta del país, Jebel Katharina, de 2.629 metros de altura.

Este parque se creó para preservar las grandes riquezas culturales, naturales y de historia religiosa que reúne en su territorio, puesto que posee un ecosistema único de desierto a gran altura y un paisaje con muchas referencias religiosas que se entretejen con tesoros de la vida y de la cultura beduina local.

Señal en el camino hacia el Monte Sinaí, en el Protectorado de Santa Catalina (península del Sinaí)
Señal en el camino hacia el Monte Sinaí, en el Protectorado de Santa Catalina (península del Sinaí)

En el año 2002, una zona equivalente a 650 km² en el núcleo de este parque fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, incluyendo el Monte Sinaí y el Monasterio de Santa Catalina. La tasa turística de entrada a esta zona protegida de Santa Catalina costaba entonces 17 EGP.

Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí. Es un monasterio griego ortodoxo y está situado sobre el wadi el-Deir, a los pies del Monte Horeb o Monte Sinaí (para los musulmanes es Jebel Musa) donde, según el Viejo Testamento, Moisés recibió las Tablas de la Ley.

El relato bíblico dice también que mientras Moisés pacía sus rebaños en esta zona se encontró con una zarza ardiendo que, milagrosamente, no fue consumida por sus propias llamas. Y una voz que hablaba desde el fuego (Éxodo 3:1-13) le mandó que sacara su pueblo de la esclavitud en Egipto y volviera con ellos a esta montaña del Sinaí.

Pues bien, el monasterio de Santa Catalina se construyó sobre el lugar mencionado en este relato, rodeando a la que se dice que es la zarza ardiente. Por todo ello, esta zona es sagrada para cristianos, musulmanes y judíos.

Este monasterio fue construido por orden del emperador Justiniano entre los años 527 y 565 (siglo VI), por lo que se le atribuye el hecho de ser el monasterio en activo más antiguo del mundo, a pesar de que el monasterio de San Antonio, situado en la costa del Mar Rojo, al sur del Cairo, también reclama este título.

El monasterio está protegido por una formidable fortificación, con muros de granito que llegan hasta los 35 metros de altura, de gran valor para los estudiosos de la arquitectura bizantina.

Vista del monasterio greco ortodoxo de Santa Catalina (península del Sinaí)
Vista del monasterio greco ortodoxo de Santa Catalina (península del Sinaí)

En su interior podemos encontrar valiosísimas obras de arte, como mosaicos árabes, iconos griegos y rusos (los mejores del mundo, algunos son del siglo VI y son los más antiguos que aún sobreviven), pinturas al óleo, pinturas sobre cera, ornamentos sacerdotales, o relicarios.

Pero su mayor importancia viene del hecho de poseer la segunda mayor y más importante colección de códices y manuscritos del mundo (después del Vaticano), con unos 4.500 volúmenes escritos en griego, copto, árabe, armenio, hebreo y otras muchas lenguas.

En el recinto también hay una mezquita fatimí, pero no llegó a ser usada nunca porque no está correctamente orientada a la Meca. Para acabar, el monasterio se encuentra enmarcado en un paisaje montañoso agreste que alberga numerosos lugares arqueológicos y religiosos.

La visita al monasterio en sí es gratuita. El recinto del monasterio no es muy grande y se visita en poco tiempo porque, además, no todo él es visitable.

Entre las cosas que sí se pueden ver está la venerada Zarza Ardiente, descendiente, al parecer, de la original que se menciona en la Biblia; el Pozo de Moisés; o la interesante Iglesia de la Transfiguración, con un valiosísimo mosaico del siglo VI sobre el altar, pero que es difícil de apreciar por la poca luz y los objetos que hay delante de él.

La zarza del monasterio de Santa Catalina, supuestamente descendiente de la Zarza Ardiente original
La zarza del monasterio de Santa Catalina, supuestamente descendiente de la Zarza Ardiente original

Mención aparte merece el interesantísimo Museo de los Iconos. La entrada a él costaba 25 EGP (10 EGP con ISIC) y el acceso era escalonadp para que la visita fuera más cómoda. La colección de iconos, códices y otros objetos que se muestra es magnífica y en ella destacamos, ni que sea por proximidad, un retablo catalán del año 1387 y el autor del cual es Martín de Vilanova.

Alrededores del Monasterio. Una de las principales razones que mueve a muchos viajeros a venir hasta Santa Catalina es, aparte de la visita al propio monasterio, la ascensión al Mone Sinaí, sobre todo antes del amanecer para ver los primeros rayos de luz del día sobre un lugar tan sagrado.

Podéis encontrar una descripción detallada de esta caminata en la página Mount Sinai, a walking trail guide.

A nosotros no nos apetecía levantarnos a horas intempestivas, pasar frío (las temperaturas nocturnas en pleno invierno son realmente frías) e ir en fila con un montón de gente que llegaba en tours desde Dahab y Sharm el-Sheij con el único objetivo de hacer esta ascensión.

En el camino de subia hacia el Monte Sinaí (península del Sinaí)
En el camino de subia hacia el Monte Sinaí (península del Sinaí)

En vez de esto optamos por subir nosotros solos hacia el Mont Sinaí de día, siguiendo la ruta de los llamados Escalones del Arrepentimiento hasta llegar a un punto muy alto (pero sin llegar a la cumbre propiamente dicha), desde donde volvimos atrás por el mismo camino. En cualquier caso las vistas sobre el propio monasterio, el barranco wadi El-Deir y las montañas circundantes son realmente extraordinarias y ya solo por este motivo merecía la pena venir hasta aquí.

Si disponéis de tiempo y ganas hay otras rutas a pie por la zona que pueden ser interesantes de hacer. Aparte de esto, nosotros fuimos hasta el pueblo de Al Milga, a 4 km del monasterio (un taxi desde el aparcamiento del monasterio costaba 5 EGP), pero bien es cierto que no tenía más interés que la vista de las montañas que rodean al pueblo.


SHARM EL-SHEIJ (Sinaí)

Cómo llegar

El trayecto de 200 km entre el monasterio de Santa Catalina y Sharm el-Sheij lo hicimos en dos etapas.

En la entrada del alojamiento del monasterio contactamos con el conductor de un minibús que estaba a punto de partir hacia Dahab con cuatro pasajeros y buscaba completar el pasaje. Pagamos 50 EGP cada uno por este trayecto en el que fuimos muy cómodos. En el camino el conductor accedió a parar en algunos lugares para hacer fotos.

Curiosas formas talladas en la roca per la erosión natural (península del Sinaí)
Curiosas formas talladas en la roca per la erosión natural (península del Sinaí)

Al llegar a Dahab nos dejó en la terminal de autobuses, donde esperamos el siguiente autobús hacia Sharm el-Sheij, rato que aprovechamos para comprar algo y matar el hambre.

Salimos de Dahab a las 15:00 en un autobús súper-moderno (poco habitual en aquellas fechas en Egipto). El billete nos costó 20 EGP/pax y llegamos a la terminal de autobuses de Sharm el-Sheij poco más de una hora después.

Los taxistas que había en la terminal nos pedían auténticas barbaridades (a partir de 80 EGP) para ir a la zona de hoteles, puesto que parecían acostumbrados a un tipo de turismo que paga lo que le pidan.

Nosotros optamos por ignorarlos e irnos andando por la carretera en dirección hacia el centro de Sharm el-Sheij. Poco después se paró a nuestro lado una furgoneta y aceptó llevarnos al hotel que le dijimos por solo 8 EGP (!).

Dormir y comer

En el Sunrise Hotel (calle Hadabet Om Elseid, a menos de 1 km de la parte vieja de Sharm el-Sheij y de la playa Sharm al-Maya) pagamos 300 EGP por un apartamento grande, con baño y cocina. El lugar era correcto, sin más.

Este hotel, como todos los que había por esta zona, es una especie de resort con apartamentos alrededor de una gran piscina y por lo que vimos la mayor parte de su escasa clientela, al menos aquel día, eran de origen ruso.

En cualquier caso, hay una gran oferta de hoteles en Sharm el-Sheij, pero muy orientada a paquetes de vacaciones y a turismo masificado, por lo que los precios van en consonancia.

Para comer en Sharm el-Sheik podemos recomendar el restaurante Safsafa, situado en el Mercado Viejo. El restaurante era pequeño, pero se comía buen pescado a un precio razonable.

Cosas a ver y hacer

SHARM EL-SHEIJ. Esta ciudad, conocida como La Ciudad de la Paz por la gran cantidad de conferencias internacionales de paz que se han llevado a cabo en ella, está situada en el extremo meridional de la península del Sinaí.

En las últimas décadas Sharm el-Sheij se ha desarrollado como un importante destino turístico internacional gracias a sus temperaturas agradables todo el año y a sus playas de aguas cristalinas, con abundancia de lugares por el buceo o el esnórquel, catalogados cómo de los mejores del mundo.

En nuestro caso Sharm el-Sheij fue solo un lugar de paso en nuestro trayecto desde la península del Sinaí hasta la ciudad de Luxor, en el valle del Nilo. Debíamos coger un vuelo que salía a primera hora de la mañana desde su aeropuerto y decidimos pasar la noche aquí en vez de hacerlo en Dahab para no apurar demasiado.

Aun y así tuvimos tiempo de dar un paseo por el Mercado Viejo, situado junto a la bahía de Sharm al-Maya. Se trata en realidad de un recinto al aire libre lleno de tiendas, restaurantes e incluso un pequeño centro comercial. Es un buen lugar para comer barato, pero por otro lado es tan turístico como el resto de Sharm el-Sheij.

El 23 de julio de 2005 este mercado fue el objetivo de un ataque terrorista, perpetrado por una organización islamista, que dejó un total de 88 personas muertas y unas 200 heridas, siendo esta la acción terrorista más sangrienta sufrida por Egipto. No nos sorprendió, pues, encontrar aún en las fechas de este viaje un gran despliegue policial en la zona, sobre todo teniendo en cuenta la importancia que tiene Sharm el-Sheij como fuente de divisas para el gobierno egipcio.

En resumen, la impresión que nos causó Sharm el-Sheij fue la de un lugar muy turístico, masificado y sin ninguna personalidad, apto solo para turistas de paquete, amantes de los resorts, y aquellos que buscan un ambiente de playa internacional, sin nada que les recuerde a Egipto.

Dahab es también bastante turístico, pero es mucho más relajado y con más encanto que Sharm el-Sheij, por lo que si queréis pasar unos días en la costa del Sinaí mejor escoger Dahab, aunque dependerá de vuestras preferencias.


EL VALLE DEL NILO: ASUÁN, ABU SIMBEL, LUXOR, QENA Y MENIA

ASUÁN

Cómo llegar

Empezamos este largo trayecto desde Sharm el-Sheij hasta Asuán cogiendo un taxi a primera hora de la mañana ante nuestro hotel para ir hasta el aeropuerto de Sharm el-Sheij, situado a unos 25 km. El taxi costaba 30 EGP hasta la entrada de la terminal o 25 EGP si nos dejaba fuera del recinto del aeropuerto (a 100 metros de la terminal).

A continuación cogimos un vuelo doméstico de EgyptAir con destino a Luxor que habíamos comprado días antes en Internet por 85 €/pax. Es un vuelo corto, de solo 50 minutos, para recorrer 350 km, en un avión modelo Embrair.

Antes de decidirnos por este vuelo nos habíamos planteado coger el ferry entre Sharm el-Sheij y Hurghada (1'5 horas, 250 EGP solo ida) y de aquí conectar con un autobús a Luxor (4 horas, 255 km, 40 EGP).

Pero finalmente desistimos de hacerlo porque nos suponía consumir muchas horas de viaje, sin tener además la seguridad de que hubiera ferry aquel día (en invierno no es raro que se cancele algún servicio a causa del estado del mar) y la diferencia de precio real entre una alternativa y otra tampoco era determinante.

Una vez aterrizamos en el aeropuerto de Luxor anduvimos hasta la terminal de autobuses, a 1'3 km, pero al llegar, no sin dificultades, nos encontramos con que las autoridades egipcias no permitían que los extranjeros subiéramos a un autobús público en dirección a Asuán y, por lo tanto, no nos vendían los billetes.

Así que cogimos un taxi y fuimos hasta la estación de tren de Luxor (7 EGP), donde cogimos el siguiente tren (o al menos el siguiente que nos permitían abordar, ya que no todos eran permitidos a los extranjeros) con destino Asuán. Pagamos 26 EGP por un billete en 2ª clase.

Tras un viaje de 3 horas y 10 minutos para recorrer una distancia de 220 km llegamos a la estación de tren de Asuán, donde cogimos un taxi hacia el hotel (5 EGP), situado en el centro.

Dormir y comer

En el Keylani Hotel (25, Keylani St - Asuán) pagamos 154 EGP por una habitación doble con baño privado y desayuno incluido. El hotel era bastante espartano, con un claro perfil mochilero, pero su situación era buena y el personal del hotel muy atento y amable, ayudando con la organización de lo que hiciera falta.

Si no tenéis grandes pretensiones esta es una excelente opción y a un precio razonable. El desayuno era bastante correcto y se servía en una terraza exterior con buenas vistas.

Antes, pero, habíamos visto el Nile Hotel, un hotel de 3* situado en la Corniche, ante el Nilo, pero nos pidieron 80 US$ por una habitación doble y no aceptamos (no estábamos seguros que ese fuera el precio habitual, porque aquella noche era Fin de año y el hotel estaba muy lleno).

Para comer junto al río Nilo un buen lugar es el restaurante Aswan Moon, casi frente al Isis Hotel, a pesar de que el servicio era un poco lento. El restaurante El Shawish, situado a 300 metros del hotel Keylani y a escasa distancia de la calle principal del zoco, era un lugar más que correcto.

La Nubian House es un agradable café-restaurante con decoración núbia que tiene unas vistas fantásticas desde su terraza sobre el río Nilo y la primera catarata, sobre todo al atardecer. Se encuentra cerca de la calle Sharia Abtal at-Tahrir, 1 km cuesta arriba desde el Museo Nubio. Aquí podéis probar el karkaday (o karkadé). Se trata de una infusión caliente de color muy rojo hecha con extracto de flores de hibiscos. Vale la pena probarla.

Cosas a ver y hacer

ASUÁN (Aswān). Esta población fue en la antigüedad la frontera sur del Antiguo Egipto. Hoy en día es un importante centro turístico y tiene un activo zoco. La ciudad está situada en la orilla este del río Nilo, junto a su primera catarata.

Colores en una tienda de especias del zoco (Asuán)
Colores en una tienda de especias del zoco (Asuán)

Como curiosidad decir que Asuán es uno de los lugares habitados más secos del mundo, pudiendo pasar hasta 7 años entre un episodio de lluvia y el siguiente.

Nosotros ya habíamos visitado Asuán en un viaje anterior, pero regresamos de nuevo con la intención de visitar algo nuevo, así como también repetir otros lugares ya vistos y disfrutar nuevamente del encanto de la ciudad.

Así que paseamos tranquilamente por la Corniche, el paseo junto al río Nilo, interrumpidos, eso sí, por los numerosos vendedores al acecho de turistas.

Entre los numerosos cruceros atracados en los muelles de Asuán tuvimos la suerte de poder ver el precioso SS Sudán, el único barco de vapor que aún navega por el río Nilo. Este barco fue construido en 1883 y solo tiene 23 cabinas, incluyendo cinco suites. Ofrece la posibilidad de realizar cruceros de auténtico lujo por el Nilo, además sin la masificación de pasajeros del resto de cruceros.

En este barco navegó Nilo abajo, en 1937, la gran escritora británica Agatha Christie. Este crucero y su viaje por Egipto la inspiró para escribir una de sus novelas policíacas más conocidas, «Muerte en el Nilo», en la que el protagonista es el célebre detective Hércules Poirot.

Décadas después, en 2004, el SS Sudán fue uno de los principales escenarios de la filmación del capítulo Muerte en el Nilo, el episodio 27 de la serie de TV Agatha Christie's Poirot, protagonizada por el actor David Suchet.

Falucas navegando por el Nilo entre la isla Elefantina y Asuán
Falucas navegando por el Nilo entre la isla Elefantina y Asuán

En el extremo sur de la Corniche se encuentran los Jardines Feriales (Fryal Garden), unos bonitos y cuidados jardines que son un magnífico lugar para relajarse y disfrutar de las vistas, especialmente durante la puesta de sol, cuando la luz sobre el río Nilo, las falucas (pequeñas embarcaciones, de carga o pasaje aparejadas con una gran vela latina) y el desierto dibujan un entorno de postal. La entrada a los jardines valía 5 EGP.

Junto a estos jardines se encuentra el histórico hotel Legend Old Cataract, construido en 1889 junto al río Nilo y frente a la isla Elefantina. Es de estilo victoriano y por sus instalaciones han pasado celebridades como Winston Churchill, Agatha Christie o el Agha Kan.

En las fechas de este viaje este hotel estaba cerrado por reformas y tenía prevista su apertura en enero de 2011.

También es muy recomendable la visita a la isla Elefantina, contigua a la primera catarata, y que hoy en día forma parte de la ciudad de Asuán. La isla mide unos 1.200 metros de longitud por 400 metros de anchura.

Imagen nocturna de la entrada de una casa núbia decorada (isla Elefantina, Asuán)
Imagen nocturna de la entrada de una casa núbia decorada (isla Elefantina, Asuán)

En esta isla encontraréis algunos interesantes poblados nubios, así como restos arqueológicos que son Patrimonio de la Humanidad desde 1979, incluidos bajo la denominación de Monumentos nubios de Abu Simbel y File. El precio de la barca que permite cruzar desde la orilla de Asuán hacia la isla y viceversa era de 1 EGP.

De vuelta a Asuán merece la pena también dar un paseo por el animado y enorme zoco de la ciudad, donde podéis comprar un CD de música núbia, bastante más animada que la música árabe típica.

Patrimonio de la Humanidad ABU SIMBEL. Se trata de dos enormes templos excavados en la roca que fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979 bajo el epígrafe de Monumentos nubios de Abu Simbel y File.

Una de las enormes estatuas del faraón Ramsés II<br />en la entrada del templo principal de Abu Simbel
Una de las enormes estatuas del faraón Ramsés II
en la entrada del templo principal de Abu Simbel

Se encuentran ubicados en la región de Núbia, en la orilla occidental del lago Nasser, a unos 290 km al sur de Asuán y a 10 km de la frontera con Sudán. Ambos templos fueron erigidos durante el reinado del faraón Ramsés II (siglo XIII a. de C.).

Su emplazamiento actual no es el original, ya que entre 1964 y 1968 los templos de Abu Simbel fueron desmantelados y reconstruidos nuevamente, piedra a piedra, para evitar su desaparición bajo el agua con la construcción de la gigantesca presa de Asuán.

La nueva ubicación de los templos se fijó a solo 200 metros de distancia del original y 65 metros más alta.

El más grande de los dos templos está dedicado a los dioses Ra, Ptah y Amón y en su fachada se esculpieron cuatro estatuas colosales que representan al propio Ramsés II. Está considerado como uno de los más bonitos de todos los edificados durante su reinado, así como uno de los más bellos de todo Egipto.

El templo menor está dedicado a la diosa Hathor, personificada por Nefertari, la esposa favorita de Ramsés II.

Los templos de Abu Simbel son, merecidamente, sin duda, una de las atracciones turísticas más importantes de Egipto.

En un viaje anterior ya habíamos visitado Abu Simbel, pero nos apetecía repetir la visita y esta vez yendo por carretera, ya que la vez anterior nos vimos obligados a ir en avión por problemas de seguridad.

En el hotel Keylani contratamos la excursión larga a Abu Simbel por un precio de 70 EGP/persona. Este precio incluía el transporte (pero no las entradas) a Abu Simbel, con paradas a la vuelta en la Gran Presa de Asuán, el templo de File y el Obelisco Inacabado. La excursión corta valía 60 EGP y solo visitaba Abu Simbel y el Obelisco.

Excursión a Abu Simbel desde Asuán

La excursión empezó a las tres de la madrugada, cuando en el hotel nos dieron una caja con el desayuno y nos vinieron a buscar en un minibús que nos condujo hasta el lugar de encuentro de todos los taxis, minibuses y autobuses repletos de turistas y con la escolta militar que nos debía acompañar, sí o sí, hasta Abu Simbel.

A las 4:00 iniciamos la marcha hacia Abu Simbel, adonde llegamos sobre las 6:50. Por el camino pudimos ver salir el sol por el horizonte del vasto y llano desierto nubio.

Templos de Abu Simbel

El minibús nos dejó en el enorme aparcamiento junto al complejo de Abu Simbel. Al ver la gran cantidad de gente que llegaba en el mismo convoy, corrimos rápido hacia las taquillas donde se vendían las entradas, al módico precio de 90 EGP (con el carné ISIC eran 48,5 EGP).

Después de hacer una larga cola para comprar las entradas entramos en el recinto sobre las 7:20 y visitamos los dos templos acompañados de un gran gentío.

No se permitía hacer fotos en el interior de los templos. En la anterior ocasión que habíamos visitado Abu Simbel pudimos visitar el interior de la montaña artificial en la cual se asientan los templos, pero en esta segunda visita esto no fue posible, lo cual es una lástima porque era muy curioso de ver.

Por suerte, mucha gente se limitaba a hacer una visita exprés de los templos y volvía rápido hacia el aparcamiento, permitiéndonos al final visitar el interior de los templos con bastante más tranquilidad.

A las 8:40 dimos por acabada la visita a los dos templos de Abu Simbel y volvimos hacia el aparcamiento, donde después de reunirnos de nuevo todos los ocupantes de nuestro minibús iniciamos el regreso hacia Asuán a las 9:00.

De izquierda a derecha las estatuas de Ptah, Amon, Ramsés II i Ra en el interior del templo principal de Abu Simbel
De izquierda a derecha las estatuas de Ptah, Amon, Ramsés II i Ra en el interior del templo principal de Abu Simbel

En resumen, los templos de Abu Simbel son un lugar arqueológico fantástico y de visita obligada, pero hacerlo en estas condiciones de masificación, con la farsa de los convoyes militares que concentran casi todos los visitantes de Abu Simbel a la misma hora, es muy engorroso y al final nos quedó una sensación agridulce.

Por eso, si disponéis de tiempo (y presupuesto), quizás sea muy recomendable pasar la noche en el pueblecito de Abu Simbel, a poca distancia del lugar arqueológico. No hay muchas opciones de alojamiento, pero hay algunas, a pesar de que son bastante caras para lo que ofrecen. De este modo podréis visitar los templos de Abu Simbel con toda la tranquilidad y sin compartirlos con centenares de visitantes más.

Para ir y volver desde Asuán a Abu Simbel existe la opción del avión, la del coche privado (taxi) o bien la del autobús público.

Esta última opción es, con diferencia, la opción más económica, pero el problema es (o al menos así era en las fechas de este viaje) encontrar este autobús o que nos dejen subir a él con la excusa de que el gobierno egipcio prohíbe a los extranjeros ir por libre. También se puede probar la opción de comprar una plaza de ida para un día y vuelta para el día siguiente en un minibús para extranjeros a través del hotel o de cualquier agencia de Asuán.

En cualquier caso debési saber que el trayecto de 290 km entre Asuán y Abu Simbel se hace por una carretera en buen estado que transcurre a través de un paisaje completamente desértico.

Gran Presa de Asuán

Volviendo a nuestra excursión, en el camino de regreso y unos 16 km antes de llegar a Asuán, nuestro minibús se desvió para ir hasta la entrada de la Gran Presa de Asuán para hacer la visita.

Nosotros, al igual que otros viajeros de nuestro minibús, preferimos no visitarla (la entrada costaba 20 EGP). No teníamos ningún interés en hacerlo porque ya lo habíamos visitado en un viaje anterior. Esperamos fuera conversando animadamente.

Complejo de File en la isla Agilkia

Poco después reiniciamos la ruta de la excursión y fuimos con el minibús hasta el aparcamiento próximo a la isla donde se encuentra el complejo de los templos de File (Philae en inglés), adonde llegamos cuando eran las 12:25.

Estos templos ya los habíamos visitado en un viaje anterior, pero nos apeteció repetir la visita.

El conjunto de templos de File fue erigido en la isla de igual nombre durante los periodos ptolemaico y romano (siglos III y II a. C).

La isla de File donde se encontraban estos templos originalmente quedó sumergida en 1970 bajo las aguas de la Gran Presa de Asuán, aunque previamente el conjunto de templos había sido desmontado, trasladado y reconstruido en la cercana isla de Agilkia, donde está emplazado actualmente.

El quiosco de Trajano, en el complejo de File (isla Agilkia)
El quiosco de Trajano, en el complejo de File (isla Agilkia)

La entrada al recinto costaba entonces 50 EGP (la mitad con ISIC) y se compraba justo antes de acceder al embarcadero donde están las barcas que llevan hacia la isla.

Nosotros negociamos duramente (en las zonas más turísticas de Egipto hay que sudar cada libra que se quiera regatear) el precio con uno de los barqueros y finalmente conseguimos pagar 7,5 EGP ida y vuelta por persona. El trayecto en barca y la aproximación a la isla es realmente bonito.

Ya desembarcados en la isla vimos que en aquel momento eran pocos los visitantes y pudimos recorrer el conjunto de templos de File con tranquilidad durante más de una hora. Visita muy recomendable.

Obelisco inacabado

Acabada la visita a File y de vuelta al aparcamiento subimos en el minibús que nos tenía que llevar de regreso a Asuán. Pero antes, a 2 km del centro de Asuán, el minibús se paró junto a la cantera donde se encuentra el Obelisco Inacabado.

Se trata de un obelisco de 42 metros de largo y un peso de 1.168 toneladas que fue abandonado en la propia cantera de la cual se extrajo el granito cuando se detectó una fisura en el obelisco estando a media construcción.

La entrada al recinto costaba 25 EGP, pero nosotros no entramos porque creímos que no valía la pena. De hecho, el obelisco se podía ver perfectamente desde el exterior. No es necesario verlo de cerca porque no está pulido ni tiene inscripciones.

Finalmente el minibús de nuestra excursión nos dejó ante el hotel Memnon cuando eran las 14:30, finalizando así esta larga excursión a Abu Simbel y compañía.

TEMPLO DE KOM OMBO. Este templo doble fue construido durante el reinado de la Dinastía Ptolemaica (siglo II a. de C.) en la población agrícola de Kom Ombo, unos 42 km al norte de Asuán.

Es un edificio inusual, completamente simétrico, con dos entradas, dos salas hipóstilas y dos santuarios porque está dedicado a dos dioses: el lado izquierdo al dios halcón Haroeris (Horus) y el derecho a Sobek, divinidad local con cabeza de cocodrilo.

Imagen de la doble entrada del templo de Kom Ombo (Kom Ombo)
Imagen de la doble entrada del templo de Kom Ombo (Kom Ombo)

Muchas partes del templo han sido destruidas por las crecidas del río Nilo, por los terremotos, o porque posteriormente se usaron piedras para otras construcciones, pero a pesar de todo merece la pena visitar este bonito templo.

Uno de los grandes atractivos que tiene es su ubicación, junto al río Nilo. Si a esto le sumamos el hecho de que durante nuestra visita estuvimos prácticamente solo entonces la experiencia fue del todo positiva.

La entrada al templo de Kom Ombo costaba 25 EGP (con ISIC eran 15 EGP) y se puede visitar tranquilamente en 1,5 horas.

Para ir hasta Kom Ombo, unos 42 km al norte de Asuán, contemplamos la opción del tren, pero los había con poca frecuencia y vimos que no era práctico. Así que paramos un taxi en la Corniche de Asuán y negociamos con el conductor un precio de 70 EGP para ir a Kom Ombo y volver.

En algunos tramos del trayecto nuestro conductor abandonaba la carretera principal y circulaba por laberínticos caminos rurales, perdidos entre campos de caña de azúcar. El motivo de esto, según nos explicó él mismo, era evitar los controles policiales en la carretera principal, ya que, al parecer, algunos policías cobraban propinas a los taxistas que llevaban extranjeros para repartir los beneficios.

Este trayecto a Kom Ombo nos permitió disfrutar de bonitas imágenes del Egipto más rural, así como valorar las buenas aptitudes de nuestro taxista como conductor de ralis.


LUXOR

Cómo llegar

Para hacer el trayecto en tren desde Asuán hasta Luxor, de 215 km, comenzamos yendo en taxi desde el hotel hasta la estación de tren de Asuán (5 EGP) a primera hora de la mañana. Una vez en la estación subimos al primer tren que partía hacia Luxor, el rápido 983.

No nos vendieron el billete en las taquillas de la estación, sino que nos dijeron que lo compráramos directamente en el tren. Ello nos permitió improvisar sobre la marcha y decidimos continuar el viaje hasta la ciudad de Qena, 65 km al norte de Luxor, para visitar el templo de Dendera.

Cuando pasó el revisor del tren pagamos 35 EGP por el billete en 2ª clase desde Asuán hasta Qena, en un trayecto que nos supuso 4 horas y 10 minutos de viaje.

Nuestra intención era, una vez finalizada la visita al templo de Dendera, continuar el viaje en tren desde Qena hasta Menia, unos 360 km más hacia el norte. Pero una vez llegados a Qena nos informaron de que el siguiente tren que podíamos coger en dirección norte saldría muy tarde y llegaríamos a Menia sobre las 2-3 de la madrugada.

Por este motivo cambiamos de nuevo los planes iniciales y decidimos, una vez finalizada la visita al complejo de templos de Dendera, volver hacia el sur hasta Luxor, adonde llegaríamos a una hora razonable para poder buscar alojamiento.

Finalmente, en el aparcamiento del templo de Dendera encontramos, sin buscarlo, un taxi compartido que por 60 EGP (tras regatear desde un precio inicial de 150 EGP) nos llevó directamente a Luxor, adonde llegamos después de un viaje de 70 minutos por una carretera con muchísimos controles policiales.

Dormir y comer

Llegados a Luxor quisimos evitar alojarnos en el centro, tal y como habíamos hecho en viajes anteriores, y cruzamos el río Nilo con un ferry para buscar un hotel tranquilo en la otra orilla del río, en la orilla oeste. Finalmente elegimos el fantástico Hotel El Fayrouz (orilla oeste del Nilo - Luxor).

Pagamos 150 EGP por una magnífica habitación, grande, con baño privado, A/C con bomba de calor y balcón. Y por si esto fuera poco, el precio también incluía un completo desayuno que nos sirvieron en el agradable jardín del hotel.

Nosotros nos alojamos en la habitación nº 15, situada en la parte alta del edificio y con maravillosas vistas sobre los vecinos campos de caña de azúcar, el río Nilo y las desérticas montañas que empiezan donde acaba la vegetación del valle del Nilo. El hotel, de propiedad germano-egipcia, estaba decorado con mucho gusto, sobre todo las habitaciones.

Globos aerostáticos sobre la orilla oeste del Nilo en Luxor (Luxor)
Globos aerostáticos sobre la orilla oeste del Nilo en Luxor (Luxor)

Sin duda este fue el hotel con la mejor relación calidad-precio de todos los de este viaje. Un chollo absolutamente recomendable, puesto que además se encuentra en una zona muy tranquila, lejos del bullicio de la ciudad.

Para llegar al Hotel Fayrouz desde la estación de tren de Luxor, por ejemplo, hay que andar 1,3 km (o subir a un taxi) hasta el embarcadero del ferry y allá coger un ferry para cruzar el río Nilo (1 EGP) a la otra orilla. Una vez llegados al embarcadero del ferry en la orilla oeste hay que andar otros 400 metros hasta el hotel.

Para comer en Luxor merece la pena probar el restaurante Sofra (sharia Mohamed Farid , 90 - Luxor), situado en una casa de 1930 decorada con muy buen gusto. Buena comida local en un ambiente muy acogedor y relajado y con unos precios muy razonables.

Cosas a ver y hacer

QENA (pronunciado Quina). Se trata de una ciudad del Alto Egipto que se encuentra junto al río Nilo y a unos 64 km al norte de la ciudad de Luxor. En nuestro caso Qena fue simplemente un lugar de paso para visitar el extraordinario conjunto de templos de Dendera, situado unos 8,5 km hacia el suroeste, en la otra orilla del río Nilo.

Al bajar del tren en la estación de Qena la policía nos vino a preguntar adonde íbamos y por un momento pensamos que tendríamos problemas por el hecho de ir de forma independiente o que nos obligarían a ir con escolta. Pero, por suerte, después de convencerlos nos dejaron marchar y continuar a nuestro aire.

Fuera de la estación paramos un taxi y tras pactar un precio razonable nos llevó hasta la entrada del complejo.

TEMPLOS DE DENDERA (pronunciado Déndera). Se trata en realidad de un complejo de 40.000 m² que incluye varias construcciones y que está situado en la población de Dendera, unos 8,5 km al suroeste de Qena.

Este complejo, sobre todo el Templo de Hathor, su templo principal, es uno de los mejor conservados, si no el que más, de todo Egipto, ya que estuvo varios siglos enterrado en la arena hasta que lo desenterró el arqueólogo y egiptólogo francés Auguste Mariette, a mediados del siglo XIX.

De las construcciones que podemos ver en estae complejo la más antigua es del siglo IV a. de C., pero también se puede apreciar la huella de los romanos en varias ampliaciones que hicieron con posterioridad. Alrededor del recinto aún se conserva un enorme muro de ladrillo con una altura de 8 a 10 metros.

Imagen de la doble entrada del templo de Kom Ombo (Kom Ombo)
Imagen de la doble entrada del templo de Kom Ombo (Kom Ombo)

El templo de Hathor es una verdadera maravilla y no dudamos en calificarlo como el gran descubrimiento de este viaje, siendo el mejor de todos los que vimos en Egipto por su tamaño, calidad de los grabados y colores y estado de conservación.

Además, se puede recorrer casi todo el templo, de abajo arriba. Tiene sótanos y criptas a las cuales se accede por un estrecho paso. También cuenta con una terraza, ya que se puede subir al tejado del templo. Si a esto le añadimos que tiene pasillos y escaleras entonces tenemos un caso único entre todos los templos del Antiguo Egipto.

A cada paso descubrimos una nueva maravilla, con preciosas figuras de vivos colores en techos y paredes. También merece la pena rodear este templo principal por fuera para apreciar sus gárgolas y grabados en su pared exterior.

Además del templo principal de Hathor, también forman parte del recinto el templo de Isis, el lago sagrado, los cimientos de adobe del sanatorio, la Mammisi (maternidad) romana y la de Nectanebo I, o una basílica copta del siglo V, entre otros. En resumen, se trata de un lugar im-pre-sio-nan-te, que no dudamos en recomendar absolutamente.

Imagen de la puerta sudeste de la muralla que daba acceso al complejo de Dendera (Dendera)
Imagen de la puerta sudeste de la muralla que daba acceso al complejo de Dendera (Dendera)

La entrada al complejo de Dendera valía 35 EGP (con ISIC eran 20 EGP). A diferencia de otros lugares de Egipto, el entorno alrededor de este templo estaba bastante cuidado, era tranquilo y bonito.

Visitamos el recinto durante más de dos horas, la mayor parte de las cuales estuvimos completamente solos. Por no haber no había ni alguien que nos quisiera vender algo. Parecía increíble que estuviéramos en Egipto...

Patrimonio de la Humanidad LUXOR. Se trata de una ciudad situada junto al río Nilo, unos 200 km al norte de Asuán, y está edificada sobre las ruinas de la antigua Tebas, la que fue capital del Imperio Nuevo del Antiguo Egipto durante unos 1.500 años.

Los monumentos de la antigua Tebas y sus necrópolis son Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1979.

En la ciudad de Luxor y alrededores destacan el Templo de Luxor, el Templo de Karnak, los Colosos de Memnon, el Valle de los Reyes y el Valle de las Reinas, o las necrópolis de la orilla occidental del Nilo, donde fueron enterrados los faraones y nobles del Imperio Nuevo de Egipto.

Nosotros ya habíamos visitado Luxor en un viaje anterior, por lo que remitimos al relato de aquel viaje para mayor información sobre todo lo que se puede visitar en Luxor y alrededores.

El templo de Luxor con iluminación nocturna (Luxor)
El templo de Luxor con iluminación nocturna (Luxor)

En esta ocasión, el escaso tiempo que estuvimos en Luxor lo dedicamos a recorrer la Corniche, pasear por el zoco, disfrutar de la puesta de sol sobre el río Nilo y las abruptas montañas de la orilla occidental, o ver el templo de Luxor con iluminación nocturna.


MENIA

Cómo llegar

En la estación de Luxor subimos al primer tren que pasó en dirección hacia El Cairo para bajarnos al llegar a la ciudad de Menia (pagamos 37 EGP por un billete en 2ª clase).

Desde la ventanilla del tren pudimos disfrutar de los bellos paisajes rurales del valle del Nilo, con sus campos de caña de azúcar o arroz, salpicados de campesinos, camellos y asnos, palmeras, y el omnipresente río Nilo con las montañas del desierto algo más allá, ...

Y hay tiempo de sobra para disfrutar de estos paisajes, porque en este trayecto entre Luxor y Menia, de unos 430 km, empleamos casi 7 horas. Sobre todo fue muy lento el tramo entre las ciudades de Qena y Sohag.

Dormir y comer

En Menia nos alojamos en el King Akhenaton Hotel (El Horria St - Menia), donde pagamos 145 EGP por una habitación doble, con baño privado, TV, A/C con bomba de calor y vistas laterales sobre el río Nilo. En el precio estaba incluido el desayuno.

Este hotel contaba con la ventaja de tener una situación muy buena, frente a la Corniche y el río Nilo, pero, como muchos hoteles en Egipto, estaba ya bastante viejo y necesitaba de una renovación urgente.

En una esquina de la calle Al-Gomhoriyya, junto al restaurante Savoy, había un mini-restaurante donde se hacían pollos asados, patatas fritas, etc. para llevar y en el cual se comía bastante bien, a pesar de que el lugar era básico.

Frente a la estación de tren había una bonita pastelería donde poder tomar un té y comer algo dulce.

Y en la avenida Kornish Al Nile, unos 200 metros al norte de Al-Gomhoriyya, se encontraba el bar-restaurante Seven Eleven, un lugar bastante moderno, de ambiente muy agradable y animado, donde parecía concentrarse la gente joven de Menia, con abundancia de mujeres cristianas (sin velo) y parejas. Sitio muy recomendable.

Cosas a ver y hacer

MENIA. Es una ciudad del Alto Egipto situada sobre la orilla occidental del río Nilo, unos 245 km al sur de El Cairo. En el pasado la ciudad fue un centro algodonero y de esa época de esplendor han quedado algunos edificios que pertenecieron a ricos empresarios del algodón. Aproximadamente la mitad de su población es cristiana copta.

Edificio histórico de estilo rococó italiano en el barrio colonial de Menia
Edificio histórico de estilo rococó italiano en el barrio colonial de Menia

En los años 90 del siglo pasado Menia fue el centro de una importante rebelión islamista contra el gobierno egipcio que dejó la zona fuera de límites para los viajeros. Afortunadamente hoy en día estos problemas parecen superados y solo se da algún caso de violencia sectaria entre musulmanes y coptos.

Como anécdota, al poco de registrarnos en el hotel de Menia apareció un policía que quería conocer nuestros planes de visita a la ciudad. Le contestamos con evasivas y antes de que reaccionara ya nos habíamos escapado. Tras un breve intento de seguirnos por las calles, finalmente desistió y pudimos continuar sin sentirnos vigilados.

En general, notamos que en las poblaciones del valle del Nilo comprendidas entre El Cairo y Asuán (excluyendo los centros turísticos) a las autoridades egipcias no los parece gustar mucho ver viajeros independientes que se mueven sin su control y lógicamente preferirían que todos fuéramos organizados.

En la ciudad de Menia no hay gran cosa a ver, pero es un lugar fantástico y súper-tranquilo para partir el largo viaje por tierra y con transporte público entre Luxor y El Cairo, de 660 km.

En cualquier caso, si paráis en Menia, merece la pena dar un paseo por la Corniche, una larga avenida arbolada y ajardinada, desde donde podréis ver la larga isla Banana en mitad del río Nilo.

Y en la otra orilla del Nilo destaca un edificio muy llamativo a causa de su forma piramidal. Se trata del Museo Aten, dedicado al faraón Akhenaton, de la 18ª dinastía. En las fechas de este viaje el edificio del museo aún estaba en obras, aunque la forma exterior ya estaba terminada. Pero desde entonces ha habido múltiples retrasos en su finalización. En el momento de actualizar esta guía, el museo aún no había sido inaugurado, pero parecía algo inminente.

Edificio en construcción del nuevo museo Aten dedicado a Akhenaton (Menia)
Edificio en construcción del nuevo museo Aten dedicado a Akhenaton (Menia)

Durante el quinto año de su reinado este antiguo rey egipcio cambió su nombre de Amenhotep IV a Akhenaton, coincidiendo con el abandono del politeísmo tradicional que había regido hasta entonces y la sustitución de la deidad principal y oficial de Egipto de Amon a Aton. Además, trasladó la capital dinástica al actual lugar arqueológico de Amarna, lugar ubicado al sur del actual Menia, y que denominó Akhenaton.

Volviendo a la actual ciudad de Menia, al final de la Corniche encontramos un impresionante edificio neoclásico de color blanco donde reside el Gobernador de la región. Y en la calle Al-Gomhoriyya pudimos ver algunos interesantes y bonitos edificios del siglo XIX, aunque la mayoría de ellos estuvieran ya bastante deteriorados.

En la calle que nace de Midan Tharir hacia el sur de la ciudad está el animado zoco, donde sorprende ver la gran cantidad de pastelerías que hay. Y aún resulta más sorprendente el hecho de poder pasear por el zoco sin sentirse asediado por vendedores, tal como pasa en otras ciudades egipcias del valle del Nilo como Asuán, Luxor o El Cairo.

En este paseo por el zoco, y por las calles de la ciudad en general, nos dio la sensación de ser el foco de atención por la novedad, suponemos, de ver dos guiris paseando tranquilamente por allá. Es más, mucha gente se dirigía a nosotros con un cortés «Welcome» y una sonrisa de oreja a oreja. Una vez más se hace patente la diferencia entre los lugares ya acostumbrados al turismo y los que no. Por todo ello Menia merece al menos una parada, aunque sea breve.


EL CAIRO (y II)

Cómo llegar

En la terminal de autobuses de la compañía Upper Egypt de Menia cogimos un autobús hacia El Cairo (20 EGP) a primera hora de la mañana. El autobús que nos tocó en suerte era muy viejo y la calefacción ya no funcionaba. Hasta que el sol no empezó a calentar, el ambiente dentro del autobús fue gélido.

Fuera, la diferencia térmica entre el aire y las aguas del Nilo y canales adyacentes era tan acusada que estos humeaban, formando una espectacular capa de niebla de solo 2-3 metros de altura sobre los campos de los alrededores. Curioso!.

Tras cruzar la ciudad de Gizah y pasar junto a sus famosas pirámides, llegamos a la terminal de autobuses Aboud, en el distrito Shubra de El Cairo. Nuestro autobús empleó cuatro horas en recorrer la distancia de 247 km entre Menia y El Cairo. La carretera estaba en buen estado y encontramos algunos controles policiales.

Desde la terminal Aboud, lejos del centro, un taxi a la zona de Talaat Harb al Hotel Luna por ejemplo) costaba 10 EGP.

Dormir y comer / Cosas a ver y hacer

Ver el apartado EL CAIRO en esta misma guía.

Y el viaje se acaba ...

Para ir al aeropuerto del Cairo desde el centro cogimos el autobús urbano nº 400 que salía desde la pequeña terminal Abdel Munim Riyadh que se encuentra medio escondida entre el excalextric formato por los viaductos de las avenidas 6 de Octubre y Ramsés. Esta terminal estaba a solo 10-15 minutos andando desde el Hotel Luna donde nos alojábamos.

El autobús nº 400 funcionaba las 24 horas (día y noche), mientras que el nº 356, que también sale de esta misma terminal, funcionaba solo de 7:00 a 23:00. El primero no tenía A/C y costaba 0.5 EGP, mientras que el segundo sí tenía y valía 2 EGP.

Numeració aràbiga
Numeració aràbiga

Es conveniente conocer la numeración arábiga (ver imagen adjunta) para poder identificar los autobuses, ya que el letrero con el nº de autobús que llevan en su parte frontal está solo en árabe. También se puede preguntar por el autobús a alguien en la terminal y cruzar los dedos...

Con poco tráfico, por ejemplo de madrugada, el autobús tardaba unos 40 minutos en llegar a la terminal 1 del aeropuerto.

Si el vuelo sale de la terminal 2, la vieja, entonces hay que coger también el shuttle-bus gratuito que cada 30 minutos conecta las dos terminales y la parada de las cuales está indicada y delante de cada terminal.

Si váis con prisa y no podéis esperar este autobús de conexión entre terminales entonces podéis coger un taxi para ir de terminal a terminal, pero tendréis que estar dispuestos a pagar lo que os pidan.

En general, en Egipto es recomendable siempre ir muy sobrados de tiempo, porque puede pasar de todo en cualquier momento y en cualquier lugar.

Finalmente, iniciamos nuestro regreso a casa con un vuelo de Turkish Airlines hacia Estambul en un trayecto de 1.250 km y 2 horas. Y tras una espera de 2,5 horas en el antiguo aeropuerto Atatürk de Estambul embarcamos en otro vuelo de la misma compañía con destino a Barcelona, en un trayecto de 2.260 km que hicimos en 3 horas y 15 minutos.


Crónica de un viaje a Egipto - José Luís García López [2009]
Diario de viaje a Oriente Medio - Sandro Alarcón & Rosa Moreno [2007]
Notas sobre un viaje a Egipto - José Luís Chamarro [2005]
Diario de viaje de un crucero por el Nilo - Robinson & Blue [2003]