En este viaje de once días por Rumanía recorrimos un total de 2.800 km con un coche de alquiler, siguiendo una ruta circular con inicio y final en la ciudad de Bucarest, la capital del país.
En esta ruta cruzamos las regiones históricas de Valaquia, Moldavia Occidental, Bucovina Meridional, Maramureș y Transilvania.
Lo cierto es que Rumanía nos sorprendió muy agradablemente y disfrutamos mucho de este corto pero intenso viaje. Además, la tranquilidad, los paisajes y la gente de la Rumanía rural, donde el tiempo parece haberse detenido, nos cautivó.
Los monasterios e iglesias pintadas de Bucovina, las iglesias de madera de Maramureș o las aldeas fortificadas de Transilvania, entre otros muchos alicientes, justifican por sí solos el viaje.
Lógicamente en Rumanía hay otros muchos puntos de interés para el viajero y el país merece una visita de más días, pero en esta ocasión es lo que teníamos.
Por eso os recomendamos que coloquéis a Rumanía en vuestra lista de futuros viajes por Europa. Es un gran destino y a solo tres horas de vuelo de Barcelona.
Rumanía está situado en el sudeste de Europa, limitando con Hungría y Serbia al oeste, Bulgaria al sur, Ucrania al norte y el estado de Moldavia y una pequeña porción del Mar Negro al este. Su superficie es casi la mitad de la de España.
Desde el 1 de enero de 2007 Rumanía forma parte de la Unión Europea.
La cordillera de los Cárpatos recorre el país de norte a sudeste, y en el interior del país se encuentra la meseta de Transilvania, una de las zonas más conocidas del país, con anchos valles y extensas vertientes para el cultivo, aunque las llanuras más extensas se encuentran en la zona de Valaquia. Por otro lado, el río Danubio es el más importante de Rumanía y forma la mayor parte de su frontera con Bulgaria.
A lo largo de su historia, Rumanía ha sido invadida por diversos pueblos que han dejado su legado cultural. Y uno de los que más influencia tuvo fueron los romanos. Tanto es así que el rumano es la única lengua latina de la Europa del Este.
Pero también han dejado su impronta en el país pueblos tan diversos como eslavos, húngaros, griegos, turcos o gitanos. Su influencia ha quedado plasmada en la cultura popular rumana.
Del 9 al 19 de Abril de 2009.
Día 1: Barcelona → → Bucarest
Día 2: Bucarest - Sinaia - Bacau - Roman
Día 3: Roman - Garganta de Bicaz - Lacu Rosu - Piatra Neamț - Targu Neamț - Suceava
Día 4: Suceava - Rădăuți - Câmpulung Moldovenesc - Gura Humorului
Día 5: Gura Humorului - Bistrița - valle de Vișeu - Vișeu de Sus
Día 6: Vișeu de Sus - valle de Izei - Săpânța - valle de Mara - Şurdeşti
Día 7: Şurdeşti - Plopiș - Cluj-Napoca - Sighişoara
Día 8: Sighişoara - Saschiz - Viscri - Biertan - Richiș - Sibiu
Día 9: Sibiu - Făgăraș - Brașov
Día 10: Brașov - Râșnov - Bran - Curtea de Argeș - Bucarest
Día 11: Bucarest → → Barcelona
Bucarest, la capital rumana, fue nuestro punto de entrada y salida de Rumanía. Para visitar el país, y teniendo en cuenta los días disponibles y el tipo de viaje, optamos por alquilar un coche, con el que recorrimos un total de 2.800 km en una ruta circular que nos llevó por algunas de las regiones históricas del país.
La moneda oficial de Rumanía es el Leu (en plural es Lei). El símbolo ISO de la moneda rumana es RON). El leu a su vez se subdivide en 100 bani. En principio, no está previsto que Rumanía adopte el euro como moneda hasta el año 2029.
Las tarjetas de crédito más extendidas suelen ser aceptadas para el pago en bastantes lugares, especialmente en hoteles, restaurantes y tiendas, siendo además necesarias para alquilar un coche.
Cambio de moneda medio. En las fechas de nuestro viaje el cambio medio obtenido fue de: 1 Eur = 4,11 Lei / 1 Lei = 0,243 Eur. Consultar cambio actualizado: Eur -> RON
+ 92 € (vuelo Barcelona - Bucarest con BlueAir)
+ 87 € (vuelo Bucarest - Barcelona con Vueling)
+ 143 € (50% alquiler coche + seguro a todo riesgo + gasolina)
+ 365 € (50% entradas museos y monumentos, hoteles, comida, ...)
= 687 € (total por persona)
Nivel de vida: En las fechas de este viaje Rumanía nos pareció, en general, un país relativamente barato si lo comparamos con sus vecinos y significativamente más barato que los países de la Europa occidental.
El precio de las entradas a las iglesias, monasterios, monumentos, museos, etc. no solía ser caro, pero podíamos ahorrarnos unos cuántos euros presentando un carné de estudiante ISIC, ya que el descuento sobre el precio de la entrada era del 50%.
En el caso de ciudadanos españoles se permite la entrada en Rumanía simplemente con el DNI o bien con un pasaporte válido, no siendo necesario ningún tipo de visado.
Para viajar a Rumanía no hay ninguna vacuna obligatoria. Por otro lado, en caso de ser atacado y/o mordido por alguno de los muchos perros vagabundos que pasean por algunas ciudades, sobre todo por Bucarest, en este caso conviene ir inmediatamente a un centro de vacunación para administrarse la vacuna antirrábica.
Es posible acceder al sistema público de salud de Rumanía con la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE), pero como que las instalaciones y medios sanitarios del país pueden ser un poco deficientes en comparación con los nuestros entonces se recomienda viajar, como a cualquier otro país, con un seguro médico internacional de amplia cobertura y que incluya la repatriación en caso de necesidad.
Rumanía nos pareció, en general, un país bastante seguro, por lo que basta con tomar las precauciones habituales y usar el sentido común, estando siempre vigilantes, sobre todo en lugares públicos muy concurridos.
Nuestra experiencia personal fue del todo positiva, sin tener sensación de inseguridad en ningún momento ni lugar, si bien es cierto que en Bucarest, por la noche, vimos algún pequeño alboroto protagonizado por personas con evidentes signos de embriaguez, pero que ya hemos visto antes en otros lugares.
• Avión. Para volar a Rumanía desde el aeropuerto de Barcelona había unas cuántas opciones de vuelo directo con compañías de bajo coste: Vueling, Tarom, Wizzair y Blue Air. Esta última compañía dejó de operar a finales del año 2022, pero en las fechas en que actualizamos esta guía se ha añadido una nueva compañía: HiSky Europe.
Estas compañías ofrecen vuelos directos a ciudades rumanas como Bucarest, Cluj-Napoca o Timisoara. Lógicamente también es posible volar con otras compañías haciendo escala en alguna ciudad europea.
En nuestro caso, atendiendo a los criterios de horarios y precio, compramos un vuelo de ida de Barcelona a Bucarest con Blue Air (92 €/pax) y otro de vuelta, de Bucarest a Barcelona, con la compañía Vueling (87 €/pax).
En el caso de vuelos domésticos son las compañías Tarom y HiSky Europe, entre otras, las que conectan algunas ciudades rumanas, pero dadas las dimensiones del país difícilmente pueden ser necesarios en un viaje de turismo.
• Tren / Autobús. Dado que nosotros alquilamos un coche para recorrer Rumanía no podemos dar información de primera mano sobre autobuses y/o trenes, pero a continuación tenéis algo de información práctica sobre ambos.
Rumanía tiene una red ferroviaria de unos 11.000 km que cubre casi todo su territorio y une un gran número de ciudades y pueblos del país. Esta red es gestionada por la compañía CFR. Podéis consultar los horarios de los trenes rumanos en la web Romanian train itineraries.
El tren resulta, en general, bastante barato y hay tres tipos posibles: los trenes locales (Personal), los más baratos y lentos; los trenes exprés (Accelerat y Rapid), bastante más rápidos y también más caros, y que requieren la reserva de plaza; y los trenes Inter-City, los más caros y cómodos, aunque no necesariamente son más rápidos que los exprés.
En cuanto a los autobuses puede no resultar fácil para el viajero moverse con este tipo de transporte a causa de su desorganización, con muchas pequeñas compañías que aparecen y desaparecen, siendo difícil obtener horarios actualizados sin la ayuda de la población local. Por eso parece más sencillo y práctico utilizar el tren.
• Coche de alquiler. Sin duda es la forma más rápida, cómoda y práctica de moverse por Rumanía, ya que permite detenerse a voluntad para aprovechar las innumerables oportunidades de fotografía que encontraremos durante los trayectos.
Además, pero no menos importante, permite ahorrar mucho tiempo (y dinero) en la visita a algunos lugares remotos como las iglesias pintadas en Bucovina o los pueblecitos rurales de Maramureș.
Para alquilar un coche hay que ser mayor de 21 años y disponer de una tarjeta de crédito. El carnet de conducir español es válido para circular por Rumanía y no es necesario el carnet de conducir internacional.
A pesar de las mejoras que parecía estar haciendo el gobierno rumano en mejorar las infraestructuras viarias, lo cierto es que algunos tramos de carretera estaban en mal estado y había que conducir con cuidado.
La velocidad máxima en carretera era de 90 km/h y en zona urbana de 50 km/h. El uso del cinturón de seguridad es obligatorio y está penalizado el conducir bajo los efectos del alcohol, siendo la tasa de alcoholemia autorizada de 0 mg.
Tras estudiar bien todas las opciones disponibles en Internet antes del viaje, optamos por reservar un vehículo de la compañía local Prima Rent a Car, directamente a través de su web, pero lo cierto es que nuestra experiencia con esta compañía no fue buena y por tanto no podemos recomendar sus servicios. El coche que nos dieron no estaba en buenas condiciones y en el momento de devolverlo nos quisieron hacer pagar un extra de forma injustificada.
Podéis encontrar otras opciones de alquiler de coche en Rumanía a través del buscador de Booking.com.
Pagamos 286 € por el alquiler de un coche Dacia Logan 1.4 durante 9 días, cantidad desglosada en: 207 € (alquiler 9 días) + 54 € (seguro a todo riesgo) + 20 € (tasa aeropuerto) + 5 € (tasa fin de semana).
En estos nueve días con el coche recorrimos un total de 2.716 km. El precio de la gasolina 95 en las gasolineras rumanas y en las fechas de este viaje era de 3,5 Lei/litro (unos 0,85 €).
+1 hora respecto al horario de la España peninsular.
En Rumanía la corriente eléctrica es de 230 V y 50 Hz. El tipo de enchufe es equivalente a los que encontramos en nuestro país (tipos C y F), por lo que no es necesario un adaptador de enchufes, siempre que el aparato eléctrico cumpla con el estándar europeo.
La lengua oficial de Rumanía es el rumano. El nombre del país y, por extensión, de su lengua deriva de la palabra latina Romanus, el nombre que dieron a esta región los conquistadores romanos cuando tomaron el control de la antigua Dacia en el año 106 A.D.
Se da la circunstancia de que el rumano retiene algunas características del latín que otras lenguas con la misma raíz latina perdieron ya hace muchos siglos. Pero el rumano también ha tomado palabras de las lenguas eslavas de países vecinos, así como del antiguo eslavo eclesiástico, el francés, el alemán, el griego o el turco.
En resumen, debido a su origen latino el rumano es una lengua bastante cercana a la nuestra. Es una lengua fonética, por lo que las palabras se pronuncian tal cual se leen.
Más información sobre el rumano, incluyendo una útil guía de conversación, en la página Romanian Language.
Romania & Moldova, de la editorial Lonely Planet (en inglés, 4ª edición, Mayo 2007). Bastante bien en general, a pesar de que en algunos casos la información dada era un poco imprecisa. Por otro lado, los datos sobre algunos horarios de visita eran incorrectos o habían cambiado.
En una Oficina de Turismo compramos por 6 Lei un detallado mapa de carreteras que nos resultó muy útil, ya que entonces no disponíamos de navegador GPS en el coche ni en el móvil.
Empezamos este viaje con un vuelo de la compañía Blue Air desde Barcelona a Bucarest. En el momento de facturar en este vuelo de BlueAir tuvimos que pagar 7 € por la única pieza de equipaje facturada (no se pagaba en el momento de comprar el billete vía web).
Tras 3 horas y 5 minutos de vuelo aterrizamos en el aeropuerto Baneasa. Este aeropuerto está unos 8,5 km al norte de la ciudad de Bucarest y en él operaban sobre todo las compañías de bajo coste con vuelos a/desde Bucarest.
El otro aeropuerto de la ciudad, el aeropuerto internacional Henri Coanda, también conocido como Otopeni, es el principal de Rumanía y se encuentra a unos 16 km al noroeste de Bucarest.
Aterrizamos sobre las 23:10, hora local, y a continuación nos llevaron hasta la pequeña terminal de llegadas del aeropuerto para pasar los trámites de inmigración. Para cambiar dinero solo encontramos abierto un único quiosco en la terminal de salidas, justo al lado, pero solo cambiamos lo mínimo necesario porque el cambio ofrecido era malo.
Fuera de la terminal negociamos un taxi para que nos llevara al hotel que habíamos reservado desde casa, situado a solo 4 km del aeropuerto. Al principio, el taxista nos pedía 150 Lei, un atraco, pero después de mucho regatear conseguimos un precio más razonable de 30 Lei.
En el 4Seasons Hotel (c/ Erou Iancu Nicolae, 129 - Voluntari) pagamos 66 € (incluidas las tasas municipales) por una habitación doble deluxe con desayuno incluido de tipo bufete.
La habitación que nos dieron era enorme, con dos camas grandes, sofás, cuadros en las paredes, vestuario, terraza cubierta y un baño de dimensiones olímpicas (quizás el más grande que habíamos visto nunca, y hemos visto muchos...). Además, tenía TV grande, DVD, A/A, Wi-Fi gratis y otros extras. Se podía pagar con tarjeta de crédito.
Este hotel, de 4* y de gestión familiar, estaba situado en una zona muy tranquila, junto a un bosque y a solo 4 km del aeropuerto Baneasa y a unos 10 km del centro de Bucarest. Nosotros escogimos este hotel por conveniencia, ya que nuestro vuelo llegaba a Baneasa tarde por la noche y al día siguiente teníamos que recoger el vehículo de alquiler en el mismo aeropuerto, así que no quisimos alejarnos de la zona.
Este hotel era una opción muy recomendable pero, en la fecha que reescribimos esta guía, ya no existe.
Como curiosidad decir que en la recepción del hotel había muchas fotos de huéspedes ilustres de varias nacionalidades, entre los que destacamos el grupo musical español La Oreja de Van Gogh.
Finalmente, decir que al día siguiente pagamos 13 Lei (unos 3 €) por un taxi con taxímetro desde el hotel hasta el aeropuerto Baneasa, teniendo en cuenta que encontramos un gran atasco en la autovía de acceso al aeropuerto. O sea, en condiciones normales su precio habría sido aún más barato.
En nuestra llegada al país no llegamos a pisar el centro de Bucarest, puesto que pernoctamos en Voluntari, una ciudad ubicada en la periferia norte de la capital. Podéis ver información sobre Bucarest al final de esta guía.
Hay un largo trayecto entre el aeropuerto de Baneasa, donde recogimos el coche de alquiler, y la ciudad de Roman, con un total de 398 km. La ruta que seguimos no es la más corta, puesto que nos desviamos para visitar el castillo de Peleș.
Así, saliendo del aeropuerto de Baneasa seguimos la ruta 1 hacia el norte, parándonos en Sinaia para visitar el Castillo de Peleș. Después continuamos hasta llegar a los alrededores de Brașov, donde enlazamos con la ruta 11 en dirección hacia Bacau.
En Bacau conectamos con la ruta 2 y continuamos unos kilómetros hacia el norte hasta llegar a Roman, donde pernoctamos.
En la Pensiunea Joana (situada junto a la ruta 2, entre Bacau y Roman, a unos 7 km de esta última) pagamos 100 Lei por una habitación doble bastante nueva y grande, con baño, TV, sofás y mesa. Las habitaciones estaban bastante bien aisladas del exterior y el ruido del tráfico de la carretera era casi imperceptible.
Se trata de un tipo de motel y que entonces estaba regentado por una mujer con la que tuvimos que recurrir al italiano para poder entendernos. En un edificio anejo al motel hay un pequeño bar/restaurante.
Nos paramos aquí porque se nos hizo tarde y fue el primer lugar que encontramos junto a la carretera y que nos convenció. Lo cierto es que dormimos muy bien y lo recomendamos.
En la ciudad de Bacau recomendamos el restaurante Pasaj (c/ Marasesti, 122 - Bacau), donde comimos bastante bien y barato.
SINAIA. Esta ciudad está situada en una zona montañosa, junto al valle formado por el río Prahova, a unos 60 km al sur de Brașov y 135 km al noroeste de Bucarest.
Sinaia es un destino popular para hacer senderismo y también para practicar deportes de invierno, especialmente el esquí. En las fechas de nuestra visita, a mediados de abril, aún había bastante nieve en las partes altas de las montañas próximas y vimos gente esquiando en las pistas.
Pero a nosotros lo que nos llevó hasta Sinaia fue el castillo de Peleș, su principal atractivo turístico.
En el Boulevardul Carol I, la calle principal de Sinaia, había una Oficina de Turismo donde pudimos obtener algunos folletines turísticos, así como comprar un detallado mapa de carreteras de Rumanía por solo 6 Lei. Y a solo 50 metros de aquí había un chiringuito donde cambiar dinero.
CASTILLO DE PELEȘ (Castelul Peleș en rumano). Este extraordinario castillo, de estilo neo-renacentista y de inspiración romántica alemana, fue construido entre los años 1873 y 1914 por encargo del entonces rey Carol I de Rumanía en un paraje idílico de los Cárpatos, en las afueras de la ciudad de Sinaia.
A pesar de su nombre, el castillo de Peleș es en realidad un palacio, siendo además el primer castillo/palacio europeo en disponer de calefacción central, electricidad o sistema de limpieza.
Originalmente fue construido como residencia veraniega porque las temperaturas estivales en esta zona son más frescas que en la capital del país.
De las 168 habitaciones del castillo solo 35 son accesibles al público, incluyendo el museo que hay en la planta baja y las habitaciones del primer piso.
La visita al castillo costaba entonces 15 Lei (solo 5 Lei con el carné de estudiante) y debía ser forzosamente guiada, durante un total de 45 minutos. Y solo se podían hacer fotos o filmar dentro si se pagaban 30 Lei adicionales.
Los lunes el castillo estaba cerrado, así como los martes entre el 15 de septiembre y el 15 de mayo. Los días que el castillo era visitable las taquillas cerraban a las 16:00.
De todos modos conviene confirmar los horarios y precios en la página web del castillo, ya que están sujetos a cambios por parte del Ministerio de Cultura rumano.
En esta super-interesante visita guiada al castillo de Peleș recorrimos algunas de los aposentos de este fascinante y lujoso castillo. Y nos explicaron, en inglés, numerosos detalles que contextualizaban el lugar y la época en que se construyó el castillo.
Acabada la visita guiada al interior del castillo merece la pena pasear por sus bonitos jardines exteriores, así como recorrer el resto del recinto, en el cual encontramos también el Palacio de Pelișor, más pequeño que el castillo de Peleș, y un Pabellón de Caza.
Era posible visitar el interior del palacio de Pelișor, pero había que pagar otra entrada de igual precio que la de Peleș. Nosotros nos limitamos a ver este palacio por fuera y no podemos opinar sobre si vale la pena o no pagar esta segunda entrada.
Finalmente, mencionar que el entorno boscoso y las cumbres de los Cárpatos que rodean el lugar no hacen más que realzar la belleza del castillo de Peleș. Es una visita absolutamente recomendable.
El castillo está a menos de 2 km del centro de Sinaia y se puede llegar a él andando o bien dejando el coche en el parking (10 Lei) y andando 400 metros hasta la entrada.
A medio camino entre el castillo y el parking había un bar, situado en un bonito edificio, donde era posible comprar algo para picar y sentarse en su terraza contemplando una bonita vista del castillo.
ROMAN. Esta población, de tamaño mediano, está situada en el condado de Neamț, en la confluencia de los ríos Siret y Moldova y en la zona central de la región histórica de Moldavia.
En nuestro caso, Roman fue solo un lugar de paso en el que pasamos la noche, en un motel situado unos 7 km al sur de la ciudad, y poco más.
Desde Roman cogimos la carretera 15D hasta Piatra Neamț (52 km) y después seguimos por la ruta 15 hasta Bicaz (28 km). Aquí nos desviamos por la 12C hasta llegar a Lacu Rosu (29 km), recorriendo así la espectacular garganta de Bicaz.
Al llegar a Lacu Rosu dimos media vuelta y deshicimos el camino hasta llegar nuevamente a Piatra Neamț (57 km), donde nos paramos para visitar la ciudad y comer algo.
Después continuamos hacia el norte por la 15C en dirección hacia Targu Neamț (43 km), pero unos kilómetros antes de llegar nos desviamos para visitar el monasterio de Văratec (5 km).
Desde aquí volvimos a la 15C y pocos kilómetros más adelante nos desviamos nuevamente para visitar el monasterio de Agapia (8 km). De vuelta otra vez a la 15C llegamos a Targu Neamț y aquí cogimos la carretera 15B a la izquierda para ir hasta el monasterio de Neamț, a 15 km de Targu Neamț.
Acabada la visita a este monasterio volvimos hasta Targu Neamț y continuamos por una carretera en dirección norte que conecta con la carretera 2 (E85) y que nos condujo directamente a Suceava (78 km), el destino final de esta etapa.
La distancia total recorrida en esta jornada fue de 344 km.
En el hotel Vila Alice (c/ Simion Florea Marian, 1 bis - Suceava), de 3*, pagamos 120 Lei por una habitación doble, con baño, TV y nevera. Estaba bastante bien y situado en un lugar muy céntrico. Muy recomendable.
En Piatra Neamț podemos recomendar el restaurante Cozla (Piața Stefan cel Mare, 31 - Piatra Neamț), donde comimos bastante bien, a pesar de que los precios no eran baratos. Y en Suceava recomendamos el restaurante Latino (c/ Curtea Domneasca, 9 - Suceava), un lugar con mucho ambiente y donde comimos muy bien.
GARGANTA DE BICAZ (Cheile Bicazului en rumano). Este impresionante cañón está formado por el río Bicaz y es una vía de paso natural entre las regiones rumanas de Moldavia y Transilvania.
La garganta tiene una longitud de 8 km y se extiende entre las poblaciones de Lacu Rosu y de Bicazul Ardelean, quedando dentro de los dominios del Parque Nacional Cheile Bicazului-Hăşmaş.
La carretera 12C que serpentea por esta garganta está considerada como una de las más escénicas de Rumanía.
A medida que conducimos hacia el oeste, en dirección hacia Lacu Rosu, las paredes de piedra calcárea del cañón van ganando altura y superan los 300 metros de alto, asemejándose a las murallas de una enorme ciudadela.
Unos 3 km antes de llegar a Lacu Rosu hay un aparcamiento junto a unos quioscos de recuerdos. Vale la pena dejar el coche aquí y recorrer a pie el tramo de carretera más espectacular, ya que nos permitirá disfrutar, sin prisas, de unas vistas impresionantes.
Por ejemplo, en un punto del cañón la estrecha carretera llega a pasar casi bajo un túnel de rocas colgantes, en una impresionante sección conocida con el nombre del cuello del infierno.
También podremos admirar el Altar de Piedra, una montaña de roca de 1.120 metros de altura que impresiona por su verticalidad, siendo un paraíso para los escaladores amantes de las emociones fuertes.
En el extremo oeste del cañón se encuentra la pequeña población de Lacu Rosu, un centro vacacional situado a 980 metros de altura y famoso por su lago, el lago Rojo, el cual se formó en el año 1838 cuando un desprendimiento de tierras taponó el río Bicaz e inundó el valle formando el lago.
En Rumanía este lago está considerado como una rara maravilla natural por el curioso bosque de troncos de árboles muertos que emergen de sus aguas turbias en un ángulo de 45 grados. A nosotros, pero, este lago no nos pareció nada del otro mundo, a pesar de que, eso sí, en el día de nuestra visita buena parte del lago se encontraba cubierto por una capa de hielo.
En cualquier caso, insistimos en nuestra recomendación de conducir por este espectacular cañón. Es realmente una ruta muy escénica e imprescindible.
PIATRA NEAMT. Esta ciudad está situada en el valle del río Bistrița, rodeada de montañas, y es la capital del condado de Neamț, en la histórica región de Moldavia. En la ciudad, y especialmente en su centro histórico, hay algunas cosas interesantes para ver, como iglesias, edificios nobles, fortificaciones y museos, entre otros.
Nosotros nos limitamos a dar un largo paseo alrededor de la pintoresca Piața Libertății y zonas limítrofes, donde se encuentran la mayor parte de puntos de interés de la ciudad de Piatra Neamț.
En esta céntrica plaza encontramos la bonita iglesia del Nacimiento de San Juan Bautista (Biserica "Nașterea Sfântului Ioan Botezătorul"), la Torre de Esteban el Grande (Turnul lui Ștefan cel Mare), el Museo de Arte (Muzeul de Artă Eneolitică Cucuteni), el Museo Etnográfico (Muzeul De Etnografie) o el Complejo del Museo de la Corte Real (Complexul Muzeal Curtea Domnească), entre otros edificios de interés.
Y no muy lejos de la Piața Libertății también vale la pena ver el Teatro (Teatrul Tineretului), la Casa Paharnicului, la casa Lalu o el enorme parque Cozla.
MONASTERIOS EN LOS ALREDEDORES DE PIATRA NEAMT. A poca distancia de Piatra Neamț hay unos cuántos monasterios a los cuales merece la pena dar un rápido vistazo si estamos de paso por la región.
Para el viajero el interés de estos monasterios radica más en que son activos centros religiosos y en su pasado cultural que no en su belleza artística actual. Por este motivo no son comparables a los monasterios de Bucovina.
En todos estos monasterios se paga, en teoría, una entrada de 5 Lei, pero nosotros solo pagamos en el monasterio de Neamț porque en los otros no había nadie para cobrar o bien nos dejaron entrar directamente, sin pagar.
Monasterio de Văratec (Mănăstirea Văratec). Este monasterio ortodoxo de monjas fue fundado en el año 1785, a pesar de que la iglesia principal data de 1841, conservando características de la arquitectura moldava del siglo XVIII.
Es el monasterio de monjas más grande de todo el país. Todo el recinto está tan muy cuidado que parece acabado de construir.
La iglesia de la Dormición de la Virgen María es la principal del recinto monástico y en su interior encontramos bonitos frescos y pinturas, así como elementos de plata y bronce. También hay un pequeño museo de objetos religiosos y libros hechos por las monjas.
A causa de su bonito entorno natural el monasterio de Văratec ha atraído a lo largo del tiempo a numerosos poetas, escritores y estudiosos, como el importante poeta rumano Mihai Eminescu.
Este monasterio está situado a escasa distancia de la carretera 15C que une Piatra Neamț y Targu Neamț, a una distancia de 38 km de la primera y a 12 km de la segunda. Como que viene de paso no hay excusa para no visitarlo.
Monasterio de Agapia (Mănăstirea Agapia). Este monasterio ortodoxo fue construido a mediados del siglo XVII y su iglesia, reconstruida varias veces desde entonces, está dedicada a los arcángeles Miguel y Gabriel y fue pintada por el artista rumano Nicolae Grigorescu entre 1858 y 1861.
Hasta el año 1803 estuvo ocupado por monjes, pero desde entonces son monjas las que viven en él y que se dedican, entre otros trabajos, a tejer alfombras y bordados que ya han adquirido una cierta fama. En el recinto del monasterio también hay un museo con una colección de objetos de valor artístico e histórico. En conjunto es una visita bastante interesante.
Se encuentra a solo 7 km del monasterio de Văratec y a 12 km de Targu Neamț siguiendo la carretera 15C.
Monasterio de Neamț (Mănăstirea Neamț). Rodeado por viejos bosques y situado a los pies de las montañas este monasterio es uno de los más antiguos e importantes de Rumanía, ya que fue fundado en el siglo XV, y está dedicado a la Ascensión.
Su iglesia es una joya de la arquitectura medieval moldava y fue construida por orden de Stefan cel Mare, un príncipe de Moldavia que reinó en el siglo XV. La fachada de esta iglesia está cubierta con la decoración característica de esta época: ventanas góticas y frisos con discos esmaltados con los colores verde, amarillo y marrón.
Ante la entrada al monasterio hay también una biblioteca (librăria Sf Ioan de la Neamț) que podría tener más de 600 años de antigüedad. Contiene casi 11.000 volúmenes, de los cuales muchos son libros raros y en algunos casos son los primeros impresos en Rumanía.
El monasterio de Neamț se encuentra 15 km al oeste de Targu Neamț siguiendo la carretera 15B, siendo este además un trayecto muy bonito de hacer. La visita a este monasterio es muy recomendable.
SUCEAVA. Esta ciudad, situada en la histórica región de Bucovina, en la esquina nordeste de Rumanía, fue durando casi 200 años (del 1388 al 1565) la capital del antiguo estado de Moldavia y principal residencia de los príncipes moldavos.
Siglos después, entre 1775 y 1918, formó parte del imperio austro-húngaro, junto con el resto de Bucovina. La mayor parte de puntos de interés turístico de Suceava provienen del periodo histórico en que fue la capital del estado.
En nuestro caso, Suceava fue, sobre todo, el lugar que nos sirvió como punto de partida para la visita de los monasterios pintados de Bucovina, pero la ciudad en si tiene algunos puntos que pueden ser de interés para el viajero.
Entre estos puntos de interés destacamos la iglesia de St. Dumitru (data del año 1535), la próxima iglesia de Mirauti (de finales del siglo XIV) o la iglesia Domnitelor (del siglo XVII), así como los restos de la fortaleza Cetatea de Scaun y el Museo Etnográfico de Bucovina, situado en uno de los edificios más antiguos de Suceava.
Finalmente, destacar la iglesia de San Jorge de Suceava, la cual forma parte del monasterio de San Juan el Nuevo. Esta iglesia, fundada en 1514, cuenta con unos magníficos frescos pintados en sus paredes exteriores y que son similares en estilo a los que encontramos también en las iglesias de los monasterios Moldovita y Humor.
Esta iglesia está incluida en la lista de iglesias pintadas de Bucovina que desde 1993 son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO (ver el apartado Iglesias pintadas de Bucovina en esta misma guía).
Salimos de Suceava por la carretera 2 hacia el noroeste y nos desviamos por la 208O para ir hasta el monasterio de Dragomirna, situado a 12 km.
Acabada la visita a este monasterio volvimos por el mismo camino hasta la carretera 2 y continuamos en dirección hacia Satu Mare, pero nos desviamos por la carretera 2H al llegar a Slobozia y después a la 2K al llegar a Milisauti.
Unos kilómetros más adelante llegamos a Arbore (42 km desde Dragomirna). Desde Arbore volvimos hasta Milisauti por la 2K y tomamos de nuevo la 2H hacia el noroeste, hasta llegar a Rădăuți (18 km).
En Rădăuți tomamos la 17A hacia el oeste para llegar al monasterio de Sucevița (20 km). Continuamos por la 17A, con tramos muy sinuosos, hasta llegar a Vatra Moldovitei (32 km).
Después de visitar su monasterio continuamos por la 17A hasta conectar con la ruta 17 a la altura de Câmpulung Moldovenesc y la tomamos en dirección este para visitar los monasterios de Voroneț (60 km) y Humorului (a 10 km del anterior), antes de quedarnos en las afueras de la población de Gura Humorului, donde pernoctamos.
La distancia total recorrida en esta jornada fue de 184 km.
En la Casa Aura (Aleea Piatra Pinului, 249 - Gura Humorului), un alojamiento de 3* que ocupa una casa familiar de madera, muy nueva, pagamos 90 Lei por una magnífica y gran habitación con una cama grande (camera matrimoniala), TV, baño y calefacción. Y con una ventana y balcón con vistas al valle. Muy recomendable.
Para llegar a la casa hay que coger el primer desvío a la izquierda tras pasar un puente sobre el río Moldova que hay a la entrada del núcleo habitado de Voroneț, un barrio de Gura Humorului situado al otro lado del río. La casa está sobre un punto elevado, a solo 300 metros de la carretera.
En la población de Sucevița recomendamos el restaurante del motel Ieremia Movila. Está situado a unos 500 metros del monasterio de Sucevița siguiendo la carretera hacia Vatra Moldovita. Y en el núcleo de Voroneț nuestra recomendación es para el restaurante Voroneț, situado frente a la entrada del complejo hotelero Casa Elena.
IGLESIAS Y MONASTERIOS DE BUCOVINA. En la parte meridional de Bucovina, en el norte moldavo de Rumanía, encontramos un gran número de monasterios con impresionantes frescos pintados en las paredes interiores y también exteriores de sus iglesias y que se han conservado en magnífico estado desde tiempos medievales.
Por eso su valor histórico y artístico es único y podríamos decir que no hay otro lugar en el mundo donde podamos ver tal cantidad de iglesias con frescos exteriores tan bien conservados y de tanta calidad artística. Y así un total de ocho iglesias de estos monasterios son Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, tal como se explica en el cuadro siguiente.
Un total de ocho iglesias de Bucovina, en la zona norte de la región histórica de Moldavia, están inscritas en la lista de Patrimonios de la Humanidad de la Unesco desde 1993 (y ampliada en 2010):
Estas ocho iglesias cuentan con ornamentaciones en sus muros exteriores, con frescos pintados en los siglos XV y XVI. Todos estas pinturas murales son auténticas obras maestras inspiradas en el arte bizantino, siendo únicas en todo Europa. Además, destacan por su autenticidad y por su buen estado de conservación.
Lejos de ser meros elementos decorativos, los frescos exteriores de estas iglesias representan ciclos completos de temática religiosa. Su composición excepcional, la elegancia de los personajes y la armonía de los colores combinan perfectamente con el bucólico entorno campesino de esta zona del país.
En todas estas iglesias se pagaba una entrada de 5 Lei, pero en realidad no siempre se cobraba.
Sin duda estas iglesias y monasterios de Bucovina son una de las grandes maravillas de Rumanía y todo viaje a este país debería incluir su visita.
A continuación tenéis la relación de monasterios e iglesias de Bucovina que nosotros visitamos en este viaje, dejando claro que no se trata de una lista exhaustiva de todos los que en realidad hay:
Monasterio de Dragomirna. Fue construido en 1609. Su iglesia es única en toda Rumanía por sus proporciones inusuales, ya que es la más alta y apretón de todas las que encontramos en el país e incluso en el mundo ortodoxo, con una anchura de 9 metros y una altura máxima de 40 metros.
Aunque sus paredes no cuentan con frescos, sí están decoradas con figuras de piedra. Lo más espectacular es la torre de la iglesia, completamente esculpida con motivos florales y geométricos de origen caucásico.
Está situado en Mitocu Dragomirnei, unos 12 km al nordeste de Suceava. Se llega siguiendo la carretera local 208U.
Iglesia de Arbore. La iglesia de San Juan Bautista de Arbore fue construida en 1503, pero los frescos en las paredes exteriores datan de 1541 y a su autor, Dragos Coman, empleó 40 años en completar su obra.
Esta iglesia debería ser, quizás, el punto de inicio de la ruta de las iglesias pintadas de Bucovina a causa de sus reducidas dimensiones y porque, después de todo, su principal atracción es una escena del Génesis que adorna la pared oeste de la iglesia.
Además es la única iglesia de la región que no tiene torre campanario. Esto se debe al hecho de que no fue construida por un príncipe, sino por Luca Arbore, un simple ayudante del príncipe moldavo Stefan cel Mare.
La iglesia está situada en la población de Arbore, unos 37 km al noroeste de Suceava siguiendo las carreteras 2 y 2K.
Monasterio de Sucevița. Este monasterio ortodoxo fue construido en 1585 por Ieremia, Gheorghe y Simion Movilă y ocupa un recinto casi cuadrado, de unos 100 metros de lado.
En su iglesia encontramos elementos arquitectónicos bizantinos y también góticos, así como otros rasgos comunes en el resto de iglesias pintadas de Bucovina.
Tanto las paredes interiores como exteriores de la iglesia de la Resurrección de Sucevița están cubiertas por murales, los cuales son de un gran valor artístico y muestran pasajes bíblicos del Antiguo y Nuevo Testamento. Estas pinturas datan del año 1601, siendo este monasterio uno de los últimos en ser decorados siguiendo el famoso estilo moldavo de frescos exteriores.
La iglesia está enclavada en mitad de un patio casi cuadrado de 100 metros de lado y rodeado por unas murallas de 6 metros de alto y 3 de ancho, con torres defensivas a cada lado, ya que este monasterio fue además una residencia principesca.
Dentro de las murallas hay un museo con una estupenda colección de objetos históricos y artísticos.
La iglesia de este monasterio fue la última a ser inscrita, en 2010, en la lista Iglesias pintadas de Bucovina como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
El monasterio de Sucevița nos pareció extraordinario, no solo por sus pinturas, sino también por su entorno natural. Una auténtica maravilla.
Está ubicado junto a la pequeña población de Sucevița, unos 20 km al oeste de Rădăuți siguiendo la carretera 17A.
Monasterio de Moldovita. Fue construido en 1532 por el príncipe Petru Raras, hijo ilegítimo del príncipe Stefan cel Mare, para protegerse de los conquistadores otomanos que venían de oriente.
Los frescos de la iglesia de la Anunciación de Moldovita fueron pintados por Toma de Suceava en 1537 y están en muy buen estado de conservación, siendo los mejor preservados de todas las iglesias pintadas de Bucovina.
De entre los muchos frescos de gran calidad que podemos encontrar en este monasterio merece la pena fijarse en el llamado «Asedio de Constantinopla».
Por otro lado, el rasgo más distintivo de este monasterio es que su iglesia tiene un exonártex abierto con tres altos arcos en la fachada oeste.
El monasterio de Moldovita se encuentra en la población de Vatra Moldoviței, unos 32 km al sur del monasterio de Sucevița siguiendo la carretera 17A y a 27 km de la ciudad de Câmpulung Moldovenesc.
Monasterio de Voroneț. Este monasterio fue construido por Stefan III de Moldavia en menos de cuatro meses del año 1488 para conmemorar su victoria sobre los turcos.
Su iglesia está considerada como la más famosa y bella de todas las iglesias pintadas de Bucovina, siendo conocida con el sobrenombre de la Capilla Sixtina oriental por sus pinturas murales interiores y exteriores.
Las paredes exteriores de la iglesia de San Jorge de Voroneț fueron pintadas en 1547 con escenas que ilustran pasajes bíblicos repletos de feligreses, apóstoles, filósofos o mártires. También representan temas como, por ejemplo, el Juicio Final. Todos estos frescos fueron pintados sobre un fondo de color azul muy vívido e intenso. Hoy en día esta tonalidad de color es conocida en el mundo del arte con el nombre de azul Voroneț.
El monasterio de Voroneț se encuentra junto al pequeño núcleo de Voroneț, unos 4 km al suroeste de la población de Gura Humorului, a la cual pertenece administrativamente.
Monasterio de Humor. Construido en 1530 por Petru Raras y su canciller Teodor Bubuiog, fue uno de los primeros monasterios de Bucovina al que se le añadieron frescos, en 1535. Junto con los frescos del monasterio de Voroneț, aquí es donde posiblemente están en mejor estado de conservación.
Por eso, a pesar de que el monasterio de Humor es pequeño, los frescos de su iglesia de la Asunción de la Virgen de Humor hacen de él uno de los grandes tesoros de Bucovina.
La temática de los frescos incluye escenas del lugar de Constantinopla o del Juicio Final, así como de la vuelta del Hijo Pródigo, o una representación del diablo con forma de mujer.
La iglesia, con un tejado en forma de cruz, no tiene campanario, lo cual indica que no fue construida por un príncipe, sino por un oficial de la Corte. En el monasterio se muestra una valiosísima colección de iconos del siglo XVI.
Este monasterio no nos pareció tan interesante como el de Voroneț, pero su visita es igualmente recomendable.
El monasterio de Humor está situado 6 km al norte de la población de Gura Humorului, siguiendo la carretera 177.
RĂDĂUȚI. Esta pequeña ciudad de Bucovina, situada en una llanura entre los ríos Suceava y Sucevița, es uno de los asentamientos más antiguos de Moldavia, puesto que es conocido desde el siglo XIV.
En el trayecto desde Arbore hasta el monasterio de Sucevița dimos un rodeo, siguiendo las carreteras 2K, 2H y 17A, para pasar por Rădăuți y pararnos unas pocas horas en esta agradable ciudad para pasear por su centro.
En este centro destacamos su vistosa Catedral Ortodoxa, con varias cúpulas y construida en el siglo XX, pero sobre todo su interesante monasterio de Bogdana.
La iglesia del monasterio de Bogdana es el edificio religioso más antiguo de Moldavia que aún se conserva en pie, puesto que fue construido por el príncipe Bogdan I de Moldavia alrededor del año 1360.
En el interior de esta iglesia encontramos también hasta 10 tumbas de príncipes y gobernantes moldavos, así como algunos frescos muy bien conservados.
Salimos de Voroneț, un núcleo de la población de Gura Humorului, y cogimos la ruta 17 (I58) hacia el oeste, pasando por Câmpulung Moldovenesc, el puerto de Tihuta y la población de Vatra Dornei antes de llegar a Bistrița (160 km).
Después seguimos por la ruta 17C hacia el norte, pasando por Salva, Cosbuc y Sacel hasta llegar a Moisei, donde conectamos con la ruta 18 hacia el noroeste hasta llegar a Vișeu de Sus (94 km), ya en la región histórica de Maramureș.
La distancia total recorrida en esta jornada fue de 254 km.
En la Pensiunea Nagy (c/ Prislopului, 82 - Vișeu de Sus), un alojamiento familiar de 3*, pagamos 100 Lei por una estupenda habitación doble, con baño, TV y otras comodidades. El desayuno costaba 10 Lei y estaba bastante bien. Es un lugar que recomendamos absolutamente.
Para comer en Bistrița recomendamos la terraza exterior del restaurante Central, el cual estaba situado al principio de la calle Rebreanu y muy próximo a la plaza Centrala. Y en Vișeu de Sus cenamos en el restaurante de la pensión Nagy, un lugar totalmente recomendable porque se comía muy bien y los precios eran los habituales.
BISTRIȚA. Esta ciudad es la capital del distrito de Bistrița-Nasaud, en la región histórica de Transilvania, no muy lejos del puerto de montaña de Tihuta que conecta esta región con la de Bucovina.
Bistrița es una de las ciudades más antiguas de Rumanía, puesto que hallazgos arqueológicos indican que este área ha sido habitada desde tiempo neolíticos, mucho antes de que el escritor irlandés Bram Stoker situara en ella el castillo del conde Drácula en la ficción de esta famosísima novela de terror.
Actualmente, en esta localización ficticia hay un establecimiento hotelero real, el hotel Coroana de Aur, el cual se construyó con fines turísticos.
Nosotros nos paramos solo unas horas en la ciudad de Bistrița porque nos venía de paso en nuestra ruta desde Bucovina hasta Maramureș. Nos limitamos a dar un paseo por su centro histórico para visitar sus principales puntos de interés y aprovechamos también para comer algo.
Vale la pena pasear por la calle de peatones Liviu Rebreanu hasta llegar a la Piața Centrala. En el centro de esta plaza se encuentra la Iglesia Evangélica, la mayor atracción turística de Bistrița.
Esta iglesia fue construida por los sajones en estilo gótico en el siglo XIV, a pesar de que en el siglo XVI se le añadieron detalles renacentistas. En las fechas de nuestra visita esta iglesia estaba cerrada por obras, pero aun así merecía la pena verla por fuera.
En esta plaza y calles adyacentes hay algunas antiguas casas medievales de los siglo XV y XVI que son interesantes, entre las que destacamos las llamadas Șirul Sugălete, un grupo de casas situado en el lado norte de la Piața Centrala.
VIȘEU DE SUS. Esta población está situada en la confluencia de los ríos Vișeu y Vaser, ya en pleno condado de Maramureș. En nuestro caso fue simplemente un lugar donde pasamos la noche y desde el que iniciar la visita a la maravillosa región de Maramureș.
Salimos de Vișeu de Sus por la ruta 18 hacia el sur y al llegar a Moisei (12 km) nos desviamos por la 17C en dirección hacia Sacel (11 km), donde conectamos con la 186 hacia el noroeste, en dirección hacia Sighetu Marmatiei. Esta ruta recorre el bellísimo valle de Izei, la cual tiene además algunos importantes puntos de interés.
Nos paramos en la pequeña población de Bogdan Vodă, ya en territorio de Maramureș, para ver de cerca un interesante y colorido mercadillo que había junto a la carretera.
Y unos 2 km más adelante nos desviamos para ir a Ieud (4 km) y visitar su iglesia. Desde aquí volvimos a la carretera 186 y continuamos hasta llegar a Bârsana (22 km), donde visitamos su monasterio.
A continuación proseguimos el viaje por la carretera 186 hasta llegar a Vadu Izei (13 km), donde enlazamos con la 18 y llegamos a Sighetu Marmatiei (6 km), ciudad fronteriza con Ucrania y separada de ella por el río Tisza.
Una vez llegados a Sighetu Marmatiei cogimos la ruta 19 hacia el oeste, la cual va bordeando la frontera hasta llegar a la población de Săpânța (19 km), donde nos paramos para visitar su curioso cementerio.
A continuación volvimos a Sighetu Marmatiei por la misma ruta 19 y aquí cogimos la 18 hacia el sur, en dirección hacia Baia Mare. Esta ruta recorre el valle de Mara.
Al llegar a la altura de Ferești (a 30 km de Săpânța) abandonamos la ruta 18 y seguimos por la carretera 109F para llegar a Budești (14 km) y visitar su iglesia. De regreso a Ferești continuamos por la carretera 18 desde este punto, aprovechando para ver por fuera las iglesias de Ferești y Mănăstirea antes de llegar a Sat-Șugatag, Hărnicești y Desești.
Después de pasar por Mara, a 2 km de Desești, dejamos atrás el valle de Mara y la ruta 18 asciende hacia un puerto de montaña. En el descenso del puerto llegamos a Baia Sprie (29 km), donde cogimos la carretera local 184 anunciada con el rótulo Șișești.
Transcurridos otros 4,5 km pasamos por la población de Șișești y continuando otros 6 km llegamos a Şurdeşti, el destino final de esta larga jornada de hoy, no por distancia recorrida si no por número de paradas.
La distancia total recorrida en esta jornada fue de 212 km.
En la Pensiunea Amethyst (Str. Principala, 455 - Şurdeşti) pagamos 30 € por una estupenda habitación doble, grande y muy nueva, con baño, TV, nevera y unas vistas muy bucólicas sobre campos con cerezos en flor. Pertenece a una familia muy agradable, en la que la hija hablaba inglés y el padre francés y alemán.
El desayuno valía 5 € por persona y era muy completo. Este lugar es fantástico y muy recomendable.
Para comer en los alrededores de Şurdeşti recomendamos el restaurante del hotel Secret Garden, situado en Danesti, un pequeño núcleo habitado entre Şurdeşti y Șișești. Era un poco caro, pero se comía muy bien y era muy agradable.
Debe tenerse en cuenta que, en cuanto a restaurantes, no hay muchas opciones en toda esta zona tan rural y aislada.
Un total de ocho iglesias de madera de la región histórica de Maramureș forman parte de la lista de Patrimonios de la Humanidad de la Unesco desde el año 1999:
Todas ellas son ejemplos notables de la adopción de soluciones arquitectónicas emanadas de periodos y regiones diferentes. También son una muestra de la diversidad de diseños y técnicas artesanales utilizados para realizar este tipo de construcciones altas y estrechas, que tienen un esbelto campanario en su lado oeste y están cubiertas con tejados sencillos o dobles de tejas planas de madera.
Estos templos son exponentes de una expresión artística autóctona, muy característica del paisaje cultural de la serranía del norte de Rumanía donde se encuentran.
Lo cierto es que el entorno rural y bucólico que rodea estas iglesias de madera de Maramureș las hace aún más extraordinarias si cabe. Normalmente junto a estas iglesias hay un pequeño y cuidado cementerio.
Las iglesias suelen estar cerradas con llave y si queremos ver su interior tendremos que buscar a la persona que tiene la llave, aunque a veces no es fácil dar con ella. Si visitáis el interior de la iglesia se recomienda dejar un donativo antes de marchar.
Para llegar a algunas de estas iglesias es imprescindible disponer de vehículo privado, ya que no hay transporte público regular. Todas ellas están ubicadas en los valles de Izei, de Mara y de Cosãu.
VALLE DE IZEI. Este valle, por el que transcurre el río Iza, se encuentra en la parte norte de la región histórica de Maramureș, junto a la frontera con Ucrania. Está rodeado de montañas y formado por pequeñas aldeas en un entorno muy rural y bucólico que hacen de él un bonito lugar y un marco incomparable para sus altas iglesias de madera.
En el valle de Izei nosotros visitamos los siguientes puntos:
Iglesia de la colina de Ieud (Biserica din Ieud Deal). Esta iglesia, dedicada a la Natividad de la Virgen María, fue construida a principios del siglo XVII, siendo una de las iglesias de madera más antiguas de Maramureș.
Su nombre proviene del hecho de que se encuentra ubicada en la parte más alta de una colina que lleva este nombre y también permite distinguirla de otra iglesia que hay en el valle de Ieud.
Está construida con madera de pino y abeto. Tiene pequeñas ventanas, un techo doble y un único e impresionante campanario. Su austeridad exterior contrasta con la calidad de las pinturas murales interiores, haciendo de esta iglesia un hito en el arte y la técnica de la construcción de iglesias de madera en Maramureș.
En el camino que sube a la iglesia hay 14 iconos que representan escenas bíblicas, que van desde el Juicio a la Crucifixión de Cristo, para recordar simbólicamente el camino a la Cruz que recorrió Jesucristo.
Esta iglesia se encuentra en el pequeño pueblo de Ieud. A causa del mal estado de sus calles nosotros preferimos dejar el coche junto al río Ieudisor que cruza el pueblo y andar unos 500 metros hasta la colina donde se encuentra situada la bonita iglesia.
En el extremo sur de Ieud hay otra iglesia, del siglo XVIII, que aloja una gran colección de iconos de vidrio.
Monasterio de Bârsana. Está considerado como uno de los complejos monásticos más bonitos de Rumanía por el hecho de ser una síntesis de arquitectura oriental y occidental, con elementos góticos y bizantinos.
Sus edificios están construidos en madera y conforme a la tradición local, sin utilizar clavos ni herramientas en la construcción. La madera cortada y las pinturas en las paredes son una muestra de la habilidad de los constructores y artesanos rumanos.
En este complejo se encuentra la bonita iglesia de la Presentación de la Virgen de Bârsana (Biserica de lemn din Bârsana). Fue construida en 1720 en madera y cuenta con unos bonitos frescos interiores de influencias barrocas y rococó, pintados por Toader Hodor en 1806.
Esta iglesia formaba parte de un complejo monástico que fue cerrado en 1791 y trasladada posteriormente a su ubicación actual a principios del siglo XIX. Así mismo esta iglesia tiene una excelente colección de iconos pintados sobre vidrio y antiguos libros de temática religiosa.
El monasterio de Bârsana está situado sobre una área elevada, en la población de Bârsana, y tiene además un precioso jardín, muy bien cuidado por las monjas del monasterio. Visita muy recomendable.
VALLES DE MARA Y COSÃU. El valle de Mara transcurre a lo largo de 40 km a lado y lado del río Mara, entre las poblaciones de Sighetu Marmatiei y Baia Mare, y es el corazón de la región histórica de Maramureș. En este valle encontraréis preciosos paisajes formados por colinas de formas muy redondeadas y pueblos tradicionales.
Además de las famosas iglesias de madera, en algunos pueblos de este valle podremos admirar sus magníficas puertas talladas de madera. Estas grandes puertas de acceso a las casas suelen estar junto a la carretera y son verdaderas obras maestras. Las figuras ornamentales talladas en estas puertas tradicionales provienen de motivos paganos antiguos, como por ejemplo la viña, las bellotas, una cuerda retorcida, símbolos solares, cruces o animales del bosque.
El valle de Cosãu, por su parte, transcurre por el lado oriental del valle de Mara.
En ambos valles nosotros visitamos las siguientes poblaciones (ordenadas de norte a sur):
Budești. La iglesia de San Nicolás de Budești fue construida en 1643 y es de las pocas iglesias de la región que ha estado y es una parroquia activa y en uso de forma continuada desde entonces.
Es un ejemplo típico de iglesia de Maramureș, ya que conserva su forma original, a pesar de que sus dimensiones son algo más grandes de las habituales.
Pero es la única iglesia de la región que tiene cuatro pequeños pináculos en la base del tejado del campanario, uno a cada lado, siendo este un rasgo característico de las iglesias de la zona de Lăpuș, en la parte sur de Maramureș.
Esta iglesia de San Nicolás contiene bellas pinturas murales en forma de pequeñas escenas, casi miniaturas, que fueron pintadas en 1762 por Alexandru Ponehalschi. La iglesia también es famosa para albergar objetos que pertenecieron a un par de libertadores del siglo XVIII que lucharon contra la dominación austríaca de los Habsburgos. Además, posee iconos pintados sobre madera y vidrio de los siglo XV al XVII.
El precioso pueblo de Budești está ubicado en el valle de Cosãu y a él se llega por la carretera 109F en dirección a Ferești o bien la 185 hacia Hărnicești.
Ferești. En este pueblecito encontramos la iglesia de San Nicolás de Ferești, construida en 1798, en un periodo donde el estilo de construcción de las iglesias en Maramureș había llegado ya a su madurez.
Esta iglesia está muy muy conservada y prácticamente toda ella sigue siendo la original. En su oscuro interior hay pinturas de vívidos colores que fueron realizadas en la primera mitad del siglo XIX.
La población de Ferești se encuentra unos 2 km antes de llegar a Giulești, siguiendo la carretera 18.
Mănăstirea. La iglesia de los Santos Arcángeles de Mănăstirea fue construida en 1777. Su tejado es de las pocos en Maramureș que tiene solo un conjunto de aleros. La iglesia está situada sobre una terraza que da al río Mara y tiene vistas sobre el pueblo. En su interior hay algunas pinturas que datan de 1783 y son de gran calidad.
Esta iglesia se encuentra en Mănăstirea, un núcleo de Giulești que encontramos 1 km antes de llegar a Sat-Șugatag.
Sat-Șugatag. La iglesia de Sat-Șugatag fue construida en 1642 y es de planta rectangular. El estado de sus frescos no es muy bueno y buena parte de ellos han desaparecido. En cualquier caso merece la pena fijarse en las viejas cruces circulares que hay en el cementerio adyacente.
Hărnicești. La iglesia del Nacimiento de la Santa Virgen de Hărnicești fue construida en 1770, a pesar de que solo se conserva parcialmente la iglesia original.
En el interior de la iglesia hay valiosos iconos. Y por otro lado, en el camino de subida a la iglesia desde la carretera (el camino está indicado con el letrero Spre Monument) hay una preciosa y trabajada puerta tallada de madera.
Desești. En esta pequeña población se encuentra la iglesia de Santa Paraskeva de Desești, la cual fue construida en 1770. El campanario y las paredes exteriores de la iglesia fueron seriamente dañadas por un rayo en 1925, pero fueron reparadas posteriormente.
Las paredes interiores fueron pintadas por Radu Munteanu y Gheorghe Zugravul en 1780, mientras que el famoso artista Alexandru Ponehalschi pintó el iconostasio y los iconos de la iglesia entre los años 1778 y 1780. Entre los temas representados en los interesantes frescos interiores destacamos la Crucifixión y Sodoma y Gomorra.
Es una de las más interesantes de todas las iglesias de madera de Maramureș a causa de la armonía de su conjunto y de sus magníficas pinturas murales, de las mejores de toda la región.
Mara. Al pasar por este pueblo conviene fijarse bien en los numerosos y espectaculares ejemplos de puertas y muros de madera tallada que hay a la entrada de varias casas y a lo largo de la carretera. Mara está 2 km hacia el sur de Desești siguiendo la carretera 18.
Șișești. Esta población se encuentra unos 5 km antes de llegar a Şurdeşti siguiendo la carretera 184 desde Baia Sprie. En ella lo más remarcable es, a primera vista, una llamativa y enorme iglesia que fue construida en 1910 por el rector Vasile Lucaciu y que, al parecer, para su construcción se inspiró en la basílica de San Pedro del Vaticano.
Şurdeşti. La iglesia de los Santos Arcángeles Miguel y Gabriel de Şurdeşti fue construida en 1721. Desde su construcción fue la iglesia de madera más alta de Europa, con su altísimo campanario de 72 metros de altura, hasta que a finales del siglo XX se construyó el monasterio de Săpânța-Peri, el cual cuenta con una iglesia de madera que tiene una altura de 78 metros.
La iglesia de Şurdeşti es una de las más impresionantes de Maramureș y en su interior aún se conservan algunas bonitas pinturas murales. La puerta de madera que da acceso a la iglesia y el pequeño cementerio también son muy bonitos y merecen ser vistos.
Se llega al pequeño pueblo de Şurdeşti siguiendo la carretera local 184 desde Baia Sprie (10 km), al oeste, o también desde Cavnic (14 km), al este.
Y para llegar a la iglesia desde Şurdeşti hay que seguir la carretera 184 hacia Cavnic y 1'5 km más allá girar a la izquierda, continuando por una estrecha pista asfaltada de 600 metros que finaliza ante la iglesia.
Plopiș. La iglesia de los Santos Arcángeles de Plopiș fue construida entre los años 1796 y 1798 en un pequeño núcleo rural a solo 4 km de Şurdeşti.
La técnica de construcción empleada en esta iglesia, la armonía de sus proporciones, las pinturas y tallas de madera, así como su ubicación hace de ella una de las mejores iglesias de madera de Maramureș. Las paredes de la iglesia están formadas por gruesas láminas de roble y de forma cuadrada asentadas sobre grandes bloques de piedra.
Las pinturas murales interiores son de Stefan de Șișești y datan de 1811, pero solo se conserva una parte de ellas.
Por el hecho de compartir algunas características, esta iglesia de Plopiș puede ser considerada la hermana pequeña de la de Şurdeşti, a pesar de que otros aspectos la hacen única entre las iglesias de la región.
Para nosotros lo mejor de esta iglesia es su extraordinaria situación, sobre una pequeña colina y rodeada de campos, con buenas vistas sobre Plopiș y alrededores.
Para llegar a Plopiș desde Şurdeşti hay que seguir la carretera 182C hacia Copalnic Manastur y 1 km más allá tomar un desvío a la izquierda. La iglesia de Plopiș está sobre una colina y es visible desde varios kilómetros a la redonda.
SĂPÂNȚA. En esta población, situada en el noroeste de Maramureș, se encuentra el famoso Cementerio Alegre de Săpânța (en rumano: Cimitirul Vesel), el cual es actualmente un museo al aire libre y una importante atracción turística.
Su fama proviene de sus tumbas de colores vivos y con pinturas naif que describen de una forma original, poética y, incluso, con humor, al difunto enterrado allá. También se describen algunas escenas de su vida.
Se dice que esta actitud desinhibida hacia la muerte es un legado del pueblo Dacio, los antiguos pobladores de Dacia, la actual Rumanía. Estos creían en la inmortalidad del alma y veían la muerte solo como un tránsito a una vida mejor y no como un trágico final.
Por este motivo el Cementerio Alegre de Săpânța diverge claramente de las creencias prevalentes en el resto de sociedades europeas, donde se ve la muerte como algo muy solemne y trágico.
El origen del cementerio data de 1935 y está ligado a Stan Ioan Patras, un artista local que era escultor, pintor y poeta, todo en uno. Durante medio siglo Patras usó todas sus habilidades para crear centenares de cruces de madera de roble, trabajadas con un estilo característico, tan famoso ahora.
Después de su muerte, en 1977, su trabajo fue continuado por su discípulo Dumitru Pop Tincu.
La entrada al cementerio nos costó 2 Lei. Valió realmente la pena desplazarse hasta esta población para ver esta curiosidad, probablemente única en el mundo.
El único pero, en esas fechas, era no poder entender el texto escrito en rumano en los epitafios impresos sobre las cruces. Nos tuvimos que conformar con las divertidas ilustraciones. Pero hoy en día, con el uso de aplicaciones de traducción a partir de imágenes de cualquier teléfono inteligente es fácil poder entender lo que explican estos curiosos epitafios.
Unos 2 km al norte del Cementerio Alegre, y a solo 1 km de la frontera con Ucrania, se encuentra el monasterio de Peri-Săpânța (Mănăstirea Peri-Săpânța). Su iglesia, con una altura de 78 metros, es la iglesia de madera más alta del mundo.
Partimos de Şurdeşti y seguimos la carretera 182C hacia el sur hasta llegar al pueblecito de Plopiș (2 km). Recorriendo otros 12 km por esta misma carretera llegamos a Copalnic Manastur, donde nos desviamos para coger la carretera 18B hacia Targu Lapus vía Cernesti (20 km).
Una vez en Targu Lapus seguimos la 109F hasta Galgau (30 km), donde conectamos con la 1C/E-58 que nos condujo hasta Dej (24 km). Y desde Dej hasta Cluj Napoca son 58 km por la 1C/E-576.
Tras la visita de Cluj-Napoca salimos de esta ciudad por la carretera 1 en dirección hacia Bucarest, pero al llegar a Turda (33 km) nos desviamos hacia el este por la carretera 15/E-60 hasta llegar a Targu Muras (78 km), donde cogimos la ruta 13/E-60 hacia el sur con destino final en Sighişoara (55 km)..
La distancia total recorrida en esta jornada fue de 314 km.
En la Pensiunea Casa Saseasca (plaza Cetății, 12 - Sighişoara) pagamos 135 Lei por una fantástica habitación situada en las buhardillas del edificio. La habitación en si no era muy grande, pero el baño era sensacional y todo el mobiliario estaba pintado al estilo transilvano o sajón. En este precio no estaba incluido el desayuno.
Desde las dos ventanas de la habitación había vistas parciales sobre la torre del reloj y otros edificios de la ciudadela de Sighişoara. Y es que esta pensión, de 3*, se encuentra literalmente en el corazón de la ciudadela, en el lado oriental de su plaza principal. Absolutamente recomendable.
A pesar de que el interior de la ciudadela (y por tanto la plaza donde se encuentra la pensión) es para peatones, también se puede acceder a ella en coche, pero hay que pagar un peaje.
En nuestro caso optamos por dejar el coche en una calle sin aparcamiento de zona azul, fuera de la ciudadela, y subir el equipaje hasta la plaza en un trayecto corto a pie que pasa bajo la Torre del Reloj.
Para comer en Sighişoara algunos lugares recomendables son Casa Wagner o el Café International, ambos en la plaza Cetății, o también la pizzería Concordia, ubicado en la plaza Hermann Oberth nº 1, en la parte baja de la ciudad.
CLUJ-NAPOCA. Es la cuarta ciudad de Rumanía en número de habitantes y la capital de Transilvania, una de las regiones históricas de Rumanía. Su rica y agitada historia ha legado un patrimonio arquitectónico de primer orden.
Hoy en día sus instituciones culturales (teatros, bibliotecas, galerías de arte, varios festivales etc.) son de las más importantes y mejores de toda Rumanía. El centro de Cluj-Napoca es muy agradable para pasear y un buen lugar para disfrutar de su ambiente, sus actividades culturales y su maravilloso legado histórico.
En la ciudad de Cluj-Napoca solo estuvimos unas pocas horas, en las cuales hicimos un bonito e interesante recorrido por su centro histórico.
Empezamos el recorrido en la plaza Unirii, el centro del centro de Cluj-Napoca, donde destaca la enorme iglesia de San Miguel, un edificio gótico construido en el siglo XIV al que se le añadió una torre de estilo neogótico en el siglo XIX, y que está considerado uno de los más bellos ejemplos de arquitectura gótica de toda Rumanía.
En el lado sur de la iglesia hay una gran estatua ecuestre de Matthias Corvinus, un famoso rey húngaro que nació en esta ciudad.
Y en el lado oriental de la plaza, por su parte, se encuentra el Palacio Bánffy, construido en 1791 y de estilo barroco. Actualmente hospeda el Museo de Arte de Cluj-Napoca.
Paseando por las pequeñas calles que salen de la plaza Unirii podemos encontrar bellos patios interiores, antiguos edificios o iglesias. No muy lejos, al norte de la plaza, se encuentra el monasterio franciscano, del siglo XV y uno de los edificios más antiguos de Cluj-Napoca.
Y próximo a él se encuentra el Museo de Historia de Transilvania y el viejo Obelisco, regalado a la ciudad por el emperador austríaco Franz Ferdinand en el siglo XIX.
El bulevar Eroilor, situado al este de la plaza Unirii, es un lugar atractivo y con mucho ambiente, siendo un magnífico lugar para tomar una bebida en una de sus terrazas y disfrutar del ambiente. Este bulevar acaba ante dos grandes plazas, a derecha y a izquierda del bulevar.
En la primera de ellas, la Piața Avram Iancu, se encuentra la Catedral ortodoxa de Nuestra Señora de la Asunción, además de bonitos edificios de época, de finales del siglo XIX y principios del XX, alrededor de la plaza, mientras que en la otra plaza, la Piața Ștefan cel Mare, se encuentra el bonito edificio del Teatro Estatal Húngaro y Ópera.
La ciudad de Cluj-Napoca da para bastante más, pero en nuestro caso esto es lo que pudimos ver y visitar.
Finalmente, como curiosidad, decir que en la Piața Unirii pudimos ver una improvisada procesión de personas vestidas de romanos y tocando tambores, similar a las procesiones de Semana Santa de nuestro país.
SIGHIŞOARA. Esta ciudad, situada también en la región histórica de Transilvania, fue fundada por artesanos y mercaderes alemanes, conocidos como sajones transilvanos, en el siglo XII. Sighişoara desarrolló durante varios siglos un importante papel estratégico y comercial en los confines de la Europa Central.
Hoy en día, en cambio, es un destino turístico popular gracias a su pequeño y muy conservado centro histórico medieval, considerado uno de los más bonitos de Europa.
Centro histórico de Sighişoara. Se encuentra ubicado dentro de los límites de una ciudadela del siglo XIV muy conservada, con nueve torreones y dos bastiones, además de calles con adoquines, y viejos edificios e iglesias.
El año 1999 este centro histórico de Sighişoara fue inscrito en la lista de Patrimonios de la Humanidad de la UNESCO.
Durante los siglos XIV a XVI los artesanos Sajones y Magiares construyeron las murallas de la Ciudadela de Sighişoara para defenderse de los ataques turcos.
De los catorce torreones originales y cinco bastiones de artillería de la muralla solo sobreviven actualmente ocho torreones y dos bastiones.
Dado que las dimensiones de esta ciudadela son muy compactas merece la pena pasear a pie por sus callejones e ir descubriendo todos sus rincones.
La plaza Cetății es el centro de la parte vieja e histórica de Sighişoara y está flanqueada por edificios del siglo XVIII y de origen noble.
En el actual nº 8 de esta plaza se encuentra la casa donde nació el príncipe Vlad III, también conocido como Vlad Țepeș (Vlad el Empalador en rumano) o como Vlad Drácula, el cual fue gobernante de la región histórica de Valaquia entre los años 1456 y 1462.
Al parecer, la legendaria crueldad de este príncipe inspiró el escritor irlandés Bram Stoker para su celebérrimo y ficticio protagonista de la novela de terror Drácula, publicada en 1897.
En la llamada Casa Drácula (Casa lui Vlad Dracul en rumano) nació Vlad Țepeș en 1431 y en ella vivió hasta los cuatro años. Ahora aloja un restaurante, llamado Casa Vlad Dracul, que ha renovado completamente el interior del edificio.
Una placa en la fachada de la casa recuerda esta efeméride con el siguiente texto en rumano: «Vivió en esta casa entre 1431-1435 el gobernante de Valaquia Vlad Dracul, hijo de Mircea cel Batrin».
Continuando hacia el este se encuentra la Iglesia del Monasterio Dominico, la cual data de finales del siglo XIII y fue la principal iglesia luterana de los Sajones a partir del año 1556. En el momento de nuestra visita esta iglesia estaba cerrada por obras de restauración. Detrás de ella hay una estatua de Vlad Țepeș.
Muy cerca de esta iglesia se levanta la Torre del Reloj, el principal icono de Sighişoara. Fue construida en el siglo XIV y ampliada en el XVI. Tiene una altura de 64 metros y era la principal entrada a la ciudadela.
El reloj es del siglo XVII y tiene dos discos, uno de ellos orientado a la parte baja de la ciudad y el otro hacia el interior de la Ciudadela. Cuenta con unas figuras talladas en madera que se mueven con el mecanismo del reloj. La Torre del Reloj sirvió como lugar de reunión para el Ayuntamiento de la ciudad hasta el año 1556.
Desde el año 1899 esta torre hospeda el interesante Museo de Historia de Sighişoara (la entrada costaba 6 Lei en las fechas de este viaje). Desde la parte superior de la torre hay unas fantásticas vistas sobre los tejados de teja roja de la ciudad vieja y también sobre la parte nueva de Sighişoara.
Siguiendo la calle Scolii hacia el sur desde la plaza Cetății se llega a la entrada norte de la Escalera de los Escolares (Scara Şcolarilor), una escalera cubierta formada por un tramo de 172 escalones que desde 1642 permiten subir hasta la Iglesia de la Colina a cubierto de las inclemencias invernales.
La Iglesia de la Colina (Biserica din Deal) está situada en la parte más alta de la ciudad, a una altura de 429 metros. Esta iglesia fue mencionada por primera vez en un documento del año 1345. Actualmente es una iglesia luterana y representa unos de los mejores ejemplos de estilo gótico en Transilvania.
Junto a la iglesia hay un Cementerio Sajón (Cimitirul Bisericii Din Deal) que vale la pena de ver. De vuelta a la parte baja de la ciudadela, en el lado oriental de la Piața Muzeului, encontraréis la Casa Veneciana, construida en el siglo XVI y después restaurada en estilo gótico veneciano. Ahora aloja unas oficinas administrativas.
Desde Sighişoara salimos por la carretera 13/E-60, con dirección hacia Brașov, pero al llegar a Bunești (35 km) nos desviamos por la 104L hasta llegar a Viscri, después de recorrer 8,5 km por esta carretera local.
Si pasamos de largo el desvío de Bunești hay otra opción para llegar a Viscri, aunque supone unos 20 km más: continuamos por la 13/E-60 hasta casi llegar a Rupea y tomar un desvío a la derecha indicado como Dacia. Siguiendo esta carretera unos 2 km más, la 105A, se llega a Dacia y aquí hay que desviarse a la derecha, por la 104L e indicada como Viscri, llegando a Viscri tras recorrer 8 km por una pista que no estaba asfaltada, pero sí en buen estado.
Viscri fue nuestra primera parada en la ruta que hicimos por las aldeas de Transilvania con iglesias fortificadas.
Acabada la visita a Viscri volvimos hacia Sighişoara, vía Bunești, siguiendo la misma ruta de antes: 104L y a continuación la 13/E-60. Pasamos de largo Sighişoara y seguimos por la ruta 14 hacia el oeste, en dirección hacia Mediaș.
Pero al llegar a la altura de Șaroș pe Târnave, a 22 km de Sighişoara, nos desviamos a la izquierda por la 141B para llegar a Biertan (9 km) y visitar su iglesia fortificada.
Después continuamos 4 km más por la 141B hacia el sur, hasta llegar a Richiș. Finalizada la visita a Richiș deshicimos el trayecto por la 141B (13 km) hasta conectar nuevamente con la 14 y la cogimos hacia el oeste para llegar a Mediaș (18 km). Finalmente, desde Mediaș continuamos por la carretera 14, ahora hacia el sur, para llegar a Sibiu (56 km).
La distancia total recorrida en esta jornada fue de 262 km.
En la Pensiunea Ela (c/ Noua, 43 - Sibi) pagamos 110 Lei por una habitación no muy grande, pero más que correcta, confortable y con baño privado. La pensión ocupa una bonita casa con patio y está cerca del centro histórico de Sibiu, un corto trayecto de 10 minutos a pie. El desayuno no estaba incluido en este precio.
Para comer en Sibiu recomendamos el restaurante La Reggina (Piața Mica, 8 - Sibiu). Y para desayunar o tomar un café y algo dulce en un entorno cool nada mejor que el Café Redal (c/ Nicolae Balcescu, 24 - Sibiu).
Un total de siete aldeas con iglesias fortificadas en la región histórica de Transilvania figuran en la lista de Patrimonios de la Humanidad de la UNESCO desde el año 1993, añadiendo los últimos en el año 1999:
Todas ellas ilustran perfectamente el paisaje cultural de la Transilvania meridional. Fueron fundadas por los sajones transilvanos y se caracterizan por haber conservado desde finales de la Edad Media una ordenación territorial, una distribución de los edificios de las granjas familiares y un esquema de poblamiento sumamente peculiares.
Las iglesias fortificadas que dominan estas aldeas son ilustrativas de los sucesivos estilos arquitectónicos imperantes entre los siglos XIII y XVI.
VISCRI. Esta minúscula población rural, con solo 400 habitantes, es una maravilla y, sin duda, vale mucho la pena su visita, ya que además cuenta con una de las iglesias fortificadas más interesantes de todas.
La iglesia fortificada de Viscri tiene su origen en el año 1100, cuando los Sículos construyeron una pequeña iglesia con una sola nave y ábside semicircular. Alrededor del año 1185 la iglesia fue tomada por los colonos sajones.
Y en 1525 empezaron a construir las primeras murallas defensivas y con torres alrededor de la iglesia. En el siglo XVIII la iglesia ya estaba rodeada por un segundo muro de defensa.
Junto a la iglesia fortificada hay un cementerio con lápidas que datan de la cultura Bjielo-Brdo.
La entrada para visitar la iglesia fortificada por dentro costaba 6 Lei. Es realmente espectacular.
Hay un pequeño, pero interesante, museo donde se exponen antiguos objetos de los pobladores sajones. Merece la pena subir hasta lo alto de la torre de la iglesia, a pesar de que había que tener valor porque la escalera estaba muy deteriorada en algunos puntos y parecía que se tuviera que romper en cualquier momento.
Desde lo alto de esta torre las vistas de 360° son impagables sobre la fortificación, el pueblo y todo el valle rural. Además la quietud del lugar hace aún más agradable la visita.
Acabada la visita a la iglesia vale la pena dar un paseo por el núcleo de Viscri para admirar las preciosas e idílicas casas sajonas. Muy recomendable, de verdad. Durante la visita a Viscri estuvimos solos, lo cual nos hizo pensar que muy pocos visitantes se desplazaban hasta aquí por la dificultad del acceso.
Desde Sighişoara hasta Viscri hay unos 43 km: hay que seguir la carretera 13/E-60 en dirección a Brașov y al llegar a Bunești (35 km) desviarse por la carretera local 104L durante 8 km hasta llegar a Viscri.
En este trayecto hacia Viscri pasaréis por el pequeño pueblo de Saschiz, a 20 km de Sighişoara por la ruta 13.
Merece la pena detenerse en Saschiz para ver su iglesia-torre fortificada, construida entre los años 1493 y 1496 por colonos Sajones. Es fácilmente visible desde la carretera.
BIERTAN. En esta pequeña población se encuentra la que, posiblemente, sea la más popular e importante de las aldeas sajonas con iglesias fortificadas. Entre 1572 y 1867 fue la sede del obispado Evangélico Luterano en Transilvania.
La iglesia fortificada de Biertan es del siglo XV y está situada sobre un cerro, rodeada por la aldea y campos de viñedos.
Tres niveles de murallas defensivas de 12 metros de altura, conectadas por torres y puertas, rodean esta iglesia que fue totalmente inexpugnable en la Edad Media.
De arquitectura gótica tardía, con enormes puertas y dobles paredes exteriores, la iglesia tiene el mayor altar de Transilvania, hecho con varios paneles de madera y que fue construido por artesanos de Viena y Núremberg entre 1483 y 1513.
La puerta que protegía la sacristía es una verdadera maravilla de la ingeniería, ya que tiene un mecanismo muy ingenioso de bloqueo con 15 tuercas que pueden ser activadas al mismo tiempo por una llave.
En la Torre de los Obispos pueden verse las lápidas de obispos sajones de Transilvania, de cuando Biertan era la sede.
La entrada a la iglesia fortificada costaba 5 Lei. Las vistas desde las murallas son espectaculares. Por todo esto y mucho más la visita a Biertan es realmente imprescindible.
Biertan está situada 31 km al oeste de Sighişoara, siguiendo primero la ruta 14 y después la 141B.
Una vez finalizada esta visita continuamos por la 141B hacia el sur para tener una perspectiva de lejos de la iglesia-fortaleza de Biertan sobre los viñedos y también para ir hasta Richiș, a solo 4 km. En el centro de Richiș hay una bonita iglesia de piedra, de origen medieval y fortificada, pero menos famosa que otras de la región.
SIBIU. Esta ciudad fue fundada por colonos sajones en el siglo XII, que la bautizaron con el nombre alemán de Hermannstadt. Sibiu fue la mayor y más rica de las siete ciudades amuralladas que construyeron los sajones transilvanos en esta época. En consecuencia, parte de su arquitectura tiene un distintivo sello germánico.
Las otras seis ciudades transilvanas de origen sajón son las actuales Bistrița, Brașov, Cluj, Mediaș, Sebeș y Sighişoara.
Entre los años 1692 y 1791 Sibiu fue la capital del Principado de Transilvania. Y en el año 2007 fue, junto con Luxemburgo, la Capital Europea de la Cultura.
Ciudad vieja de Sibiu. El magnífico centro histórico de Sibiu retiene buena parte de la grandeza de sus inicios, cuando sus ricos y poderosos mercaderes dominaban el comercio de la región.
Partes de la muralla medieval aún protegen la zona histórica, donde estrechas calles separan edificios del siglo XVII con tejados empinados a dos aguas y que desembocan en grandes plazas dominadas por una iglesia.
La ciudad vieja de Sibiu se puede visitar fácilmente a pie, con dos zonas diferenciadas: la parte alta (Orasul de Sus), donde están la mayoría de los lugares históricos, y la parte baja (Orasul de Jos), con casas de colores, calles empedradas y rodeada por las imponentes murallas de la ciudad y sus torres defensivas.
Un rasgo distintivo de esta ciudad vieja son los llamados Ojos de Sibiu (Ochii din Sibiu en rumano), los cuales son en realidad ventanas de buhardillas bajo el tejado de algunos edificios y que tienen una forma de ojo y ceja muy característica.
Se han convertido en un símbolo y son una atracción turística de la ciudad. Por este motivo Sibiu recibe los sobrenombres de: «la ciudad con ojos», «la ciudad que te mira», «la ciudad donde las casas no duermen» o «Seebiu», este último en inglés.
Un buen punto para empezar la visita al centro histórico de Sibiu es la Piața Mare (la plaza Mayor), en la parte alta.
En un lado de la plaza está la Torre del Consejo (Turnul Sfatului), construida en el siglo XIII y que a lo largo de los siglos ha servido para muchas cosas. La entrada a la torre costaba 2 Lei y permitía acceder a su parte superior, desde donde hay unas magníficas vistas panorámicas sobre la Piața Mică y la ciudad vieja.
En el lado oeste de la plaza se encuentra el Palacio Brukenthal, construido entre 1778-1785 en un refinado estilo barroco tardío. Ahora aloja el Museo Brukenthal, el más antiguo de Rumanía, ya que abrió en 1817. Contiene colecciones de arte rumano y de la Europa occidental de los siglos XVI a XVIII. En la misma Piața Mare hay otros bonitos edificios, como el nuevo Ayuntamiento.
Cerca de aquí, en la Piaţa Albert Huet, hay varios edificios de estilo gótico donde destaca la Catedral Evangélica, un edificio con cinco torres puntiagudas que fue construido en 1520 y al que merece la pena visitar su interior.
Desde la Piața Mare y pasando por uno de los dos arcos que pasan bajo la Torre del Consejo se llega a la preciosa Piața Mică (la Plaza Pequeña), donde se encuentra el interesantísimo Museo Farmacéutico (la entrada valía 6 Lei, con visita guiada).
Este museo está ubicado en un edificio del siglo XVI y muestra recipientes de madera y de vidrio, morteros de bronce, balanzas y muchos objetos más relacionados con la historia farmacéutica. También se muestran objetos del físico alemán Samuel Hahnemann, quién abrió en 1797 en Sibiu el primer laboratorio homeopático del mundo.
Varias calles empinadas y escaleras permiten pasar de la parte alta a la parte baja de la ciudad. Una de ellas pasa a través del Puente de Hierro, construido en 1853. En la parte baja de la ciudad las calles son largas y bastantes anchas para el estándar medieval, con algunas pequeñas plazas y una arquitectura bastante rústica y característica.
En la parte baja destacamos la Piața Aurarilor, una tranquila y íntima plaza rodeada de bonitas y antiguas casas con ventanas, entradas y torreones medievales. Esta plaza está conectada a la Piața Mică por una escalera del siglo XV.
En el nº 13 de la calle Mitropoliei se encuentra la Casa de las Cariátides (Casa cu Cariatide en rumano), un edificio construido en 1786 en estilo barroco tardío de Sibiu. Su elemento más representativo son las dos cariátides que enmarcan la puerta de entrada de la casa. Cada una de ellas está colocada sobre un cuño alto y sostienen un balcón abierto, formando un conjunto decorativo realmente espectacular.
Y en el nº 33 de esta calle, a unos 180 metros de la Casa de las Cariátides, se encuentra la Catedral Ortodoxa de la Santísima Trinidad (Catedrala Ortodoxă "Sfânta Treime"), construida entre 1902 y 1906 con un estilo de basílica bizantina y claramente inspirada en la basílica de Santa Sofia de Estambul, pero en formato reducido.
Finalmente, al sur de Piața Mare, en la calle Cetății, se puede ver una sección de la antigua muralla, del siglo XVI. Y más allá se encuentra el Museo de Historia Natural, uno de los más antiguos y completos de su tipo en Rumanía.
Salimos de Sibiu hacia el este por la carretera 1/E-68 y tras recorrer 77 km nos detuvimos en la ciudad de Făgăraș para comer y ver, de paso, su ciudadela/castillo. Después continuamos por la misma carretera otros 69 km hasta llegar a la ciudad de Brașov, el destino final de hoy.
La distancia total recorrida en esta jornada fue de 146 km.
En la Casa Cristina (c/ Curcanilor, 62A - Brașov) pagamos 120 Lei por una fantástica habitación, con baño privado, todo como nuevo. Es un alojamiento familiar gestionado por un matrimonio extremadamente amable y servicial. Recomendable 100%.
Desde la terraza de la casa hay unas vistas fantásticas sobre el barrio de Schei. La casa está situada al sur de la zona amurallada de Brașov, no muy lejos de la catedral de San Nicolás y a a los pies del monte Tampa.
El desayuno, no incluido en el precio de la habitación, costaba 15 Lei, pero era muy completo y totalmente casero.
FĂGĂRAȘ. En el camino de Sibiu a Brașov, siguiendo la carretera 1, nos paramos brevemente en Făgăraș, una ciudad situada junto al río Olt, para visitar la ciudadela de Făgăraș (Cetatea Făgărașului en rumano).
Esta ciudadela fue construida en 1310 y ampliada en los siglos XV y XVII. Estaba considerada la fortificación más robusta de Transilvania. Está rodeada por un profundo foso y un puente sobre este foso es el único punto de acceso. A lo largo de los años esta fortaleza fue la residencia de varios príncipes y sus familias.
Actualmente la fortaleza contiene el Museo del Condado de Făgăraș, pero nosotros no lo visitamos y nos limitamos a ver la fortaleza desde el exterior.
BRAȘOV (pronunciado Bra'shof). Esta ciudad es el centro y eje de Transilvania y uno de los lugares más visitados de Rumanía a causa de su arquitectura gótica, barroca y renacentista, así como por su riqueza en atractivos turísticos y su proximidad a las montañas de los Cárpatos meridionales. En Brașov se respira un nítido ambiente medieval.
La ciudad fue fundada por caballeros teutones en 1211 y después poblada y fortificada por sajones transilvanos.
El centro del Brașov medieval es la Piața Sfatului (Plaza del Consejo), una de las más bonitas del país y también un buen lugar para sentarse en un banco y disfrutar del ambiente y del entorno.
En el centro de la plaza destaca el bonito edificio de la antigua Casa del Consejo (Casa Sfatului en rumano), construido en 1420, y que actualmente aloja el Museo de Historia de Brașov. Este edificio fue construido en 1420 y servía como lugar de reunión de los regidores del ayuntamiento.
Sobre la Casa del Consejo se levanta la Torre del Trompetero, usada en la Edad Media como torre de vigilancia.
Alrededor de la plaza Sfatului, o no muy lejos de ella, encontramos numerosos puntos de interés: la Casa Hirscher (o Merchant's House), de estilo renacentista, los bonitos arcos de la Catedral Ortodoxa o el Museo Memorial Muresenilor, entre otros.
La esquina sudeste de la Piața Sfatului está dominada por la Iglesia Negra (Biserica Neagră), el icono más famoso de la ciudad y la principal iglesia gótica de Rumanía y la más grande entre Viena y Istambul.
Esta iglesia fue construida entre los años 1385 y 1477. Su nombre proviene de cuando, en 1689, un gran incendio destruyó la mayor parte de la ciudad y ennegreció las paredes de la iglesia.
En su bonito interior encontramos galerías, vidrieras de colores, un enorme órgano de 4.000 tubos, grandes columnas de piedra y paredes adornadas con 119 fabulosos tapices turcos. La entrada a la iglesia costaba entonces 4 Lei.
Al este del centro, conectando las calles Cerbului y Poarta Schei, se encuentra la curiosa Strada Sforii que con una anchura de entre 1,11 y 1,35 metros, y una longitud de 80 metros, es la calle más estrecha de Brașov y una de las más estrechas de Europa.
Esta calle aparece mencionado por primera vez en documentos del siglo XVII y en sus orígenes este callejón para peatones era utilizado como una ruta de acceso rápida para los bomberos de la ciudad.
Entre los siglos XV y XVII los sajones fortificaron la ciudad vieja de Brașov con murallas, torres defensivas y puertas de acceso.
Originalmente la muralla tenía una altura de 12 metros y una longitud de 3 km, de la cual actualmente aún queda una parte.
De los siete baluartes originales, solo unos pocos han sobrevivido, incluyendo el restaurado Bastión Graft (de 1521), que se encuentra en mitad del ala noroeste de la ciudadela.
En el lado oeste de la muralla, merece la pena pasear a lo largo de la pintoresca calle Dupa Ziduri para ver la Torre Blanca y la Torre Negra, ambas del año 1494. Desde lo alto de la torre hay muy buenas vistas sobre la ciudad.
El Bastión de los Herreros, del año 1529, era uno de los siete construidos y protegidos por los gremios de la ciudad y está situado en el extremo sur de Dupa Ziduri. Siguiendo la muralla hacia el sudeste se llega a la Puerta de Catalina, construida en 1559 y que fue en su momento la entrada principal a la ciudad medieval y ahora es la única puerta original que queda.
Cerca de ella está la Puerta Schei, construida en su forma actual por el emperador Francisco I de Austria en 1827 para sustituir la que había, muy dañada por el fuego. Finalmente, desde la calle George Cosbuc podemos ver el Bastión de los Tejedores, del siglo XVI y el mejor conservado de todos.
Durante el mandato de los Sajones en Brașov, entre los siglos XIII y XVII, los rumanos tenían prohibido vivir dentro de la ciudadela y se establecieron en el distrito Schei, al sur de la zona amurallada.
En este distrito, andando por la calle Prundului se llega a Piața Unirii, donde encontramos la bonita Iglesia ortodoxa de San Nicolás (Biserica Ortodoxă Sfântul Nicolae din Șchei), construida en 1495 y ampliada en el siglo XVIII.
Su arquitectura es una mezcla de estilos bizantino, barroco y gótico. Está rodeada por muros con grandes puertas de madera y en el recinto hay también un viejo cementerio donde hay enterradas varias personalidades rumanas.
Desde Brașov salimos por la carretera 73/E-574 para ir hasta Râșnov (18 km) y visitar su ciudadela. Después continuamos viaje por la misma carretera hasta llegar a Bran (13 km), donde visitamos su castillo y comimos.
Después retomamos el viaje desde Bran hacia el suroeste por la misma 73/E-574, pero al llegar a la altura de Loturi (64 km) nos desviamos hacia el oeste por la 73C con destino a Curtea de Argeș (45 km) para visitar su monasterio.
Y finalmente salimos de Curtea de Argeș con destino en Bucarest tomando la 7C hacia el sur para llegar a Pitesti (38 km), donde conectamos con la ruta 7 dirección sureste que nos condujo a la ciudad de Bucarest (113 km).
La distancia total recorrida en esta jornada fue de 291 km.
En el hotel Ibis Gara de Nord (c/ Grivitei, 143 - Bucarest) pagamos 55 € por una habitación doble, grande y confortable, con baño y TV, pero sin desayuno. Este hotel está situado a unos 200 metros de la estación de tren norte y a 2 km del centro de Bucarest, lo cual no es ningún problema si se dispone de coche privado.
Lo cierto es que nosotros elegimos este hotel porque llegamos tarde a Bucarest, sin tener nada reservado, y encontramos este hotel y nos convenció. Es muy probable que se puedan conseguir mejores precios reservando online.
Un lugar que encontramos muy recomendable para comer en Bucarest fue el restaurante La Mama Ateneo (c/ Episcopiei, 9 - Bucarest), situado en una casa del siglo XIX.
RASNOV. En nuestro camino desde Brașov hacia el sur nos detuvimos en Râșnov para visitar su fortaleza.
La fortaleza de Râșnov fue construida alrededor del año 1215 por los caballeros teutones sobre una colina rocosa en los Cárpatos, unos 230 metros por encima de la ciudad de Râșnov. Más tarde fue ampliada por los Sajones locales, ya que está situada estratégicamente en la ruta comercial que unía las provincias de Transilvania y Valaquia.
A diferencia de otras fortalezas sajonas, la de Râșnov fue diseñada como un lugar de refugio para periodos prolongados de tiempo. Como tal, tenía al menos 30 casas, una escuela, una capilla y otros edificios más habitualmente asociados a un pueblo. A lo largo de su historia solo fue conquistada una vez, en el año 1612.
La entrada a la fortaleza costaba 10 Lei y, excepto las vistas sobre los alrededores, el interior de la fortaleza no tenía demasiado interés. Râșnov está a 18 km de Brașov siguiendo la carretera 73.
BRAN. Siguiendo hacia el sur unos 13 km por la ruta 73 desde Râșnov llegamos a Bran, una población situada sobre la frontera entre las regiones de Transilvania y Valaquia y que es muy turística gracias a la presencia de su famoso castillo.
El Castillo de Bran es también conocido como el Castillo de Drácula porque Bram Stoker situó aquí el hogar de su famoso Conde Drácula literario, a pesar de que ni Bram Stoker visitó nunca Transilvania ni hay evidencias de una relación directa entre este castillo y el verdadero Vlad Țepeș, gobernante de Valaquia.
Aun así, este castillo continúa ejerciendo una gran atracción sobre los fans del sanguinario conde, quizás porque sus imponentes torres y torreones le dan un aura de misterio y leyenda.
El castillo fue construido sobre una enorme roca de 75 metros de altura y la primera referencia a él aparece en el año 1377. Desde 1920 a 1957 fue residencia real de la Reina Maria de Rumanía.
En la actualidad hospeda un museo que, en los 60 aposentos del castillo, muestra colecciones de mobiliario y arte de la reina María, así como armas y armaduras de los siglo XIV a XIX. La entrada al castillo costaba entonces 12 Lei.
CURTEA DE ARGEȘ. Esta población, perteneciente a la región histórica de Valaquia, es una de las más antiguas de Rumanía, ya que fue fundada a principios del siglo XIII y llegó a ser la capital de la región.
Nuestro interés en Curtea de Argeș no era otro que visitar su espectacular basílica, la Catedral de Curtea de Argeș. Fue construida a principios del siglo XVI en los terrenos de un monasterio por el príncipe Neagoe Basarab.
El edificio actual data de 1875 y su aspecto es el de un enorme y elaborado mausoleo, de estilo bizantino y con arabescos moriscos. A la derecha de la entrada están las tumbas de mármol blanco de Carol I y su esposa Elizabeth, mientras que a su izquierda están enterrados el rey Ferdinand I y la reina María. El interior de la catedral está decorado con frescos.
En el bonito y cuidado entorno a la basílica hay otras interesantes edificios que forman parte del actual monasterio.
La entrada al recinto del monasterio costaba solo 2 Lei y lo cierto es que nos gustó mucho, porque la catedral es realmente espectacular por sus formas y materiales empleados en su construcción.
Para llegar hasta aquí desde Bran basta con seguir la ruta 73 y al llegar a Loturi (64 km) desviarse por la 73C hacia Curtea de Argeș (45 km).
BUCAREST (București en rumano). Es la capital y la principal ciudad de Rumanía y está situada en el sudeste del país. Bucarest aparece documentada por primera vez en el año 1459, pero es la capital rumana solo desde 1862.
En el centro de Bucarest encontramos anchos bulevares llenos de árboles, así como imponentes edificios de época. De hecho, en el periodo entre las dos guerras mundiales del siglo XX esta ciudad se ganó el alias de Pequeño París por su elegante arquitectura y la vida sofisticada de sus élites.
Nosotros decidimos dedicar solo unas pocas horas a Bucarest y así disponer de más tiempo para el resto del país, de más interés para nosotros. Por este motivo nos limitamos a recorrer la ciudad en coche y ver por fuera algunos de sus edificios más representativos.
El más destacado es, sin duda, el mastodóntico Palacio del Parlamento (Palatul Parlamentului en rumano), la construcción del cual empezó en 1984 por órdenes del megalómano Nicolae Ceaușescu, el que fue dictador y líder del Partido Comunista rumano hasta el año de su muerte, en 1989.
Este colosal edificio tiene varios récords mundiales: es el edificio administrativo que más dinero costó y el segundo más grande del mundo, solo superado por el edificio del Pentágono. También es el edificio que más pesa.
En su construcción trabajaron 20.000 obreros y 700 arquitectos. El edificio tiene 12 plantas, 1.100 habitaciones, y 4 niveles subterráneos, incluyendo un enorme refugio nuclear. LO cierto es que solo verlo desde el exterior ya impone por su enorme tamaño. Actualmente está abierto a visitas guiadas.
Otro icono de Bucarest es el Arco de Triunfo (Arcul de Triumf en rumano), ubicado en la Piața Arcul de Triumf, construido en granito el año 1936 para homenajear a los soldados rumanos que lucharon en la 1ª Guerra Mundial.
También pasamos con el coche por algunas de las plazas más representativas de Bucarest, como la Piața Unirii, la Piața Universitatii o la Piața Revolutiei, entre otras. Pero Bucarest tiene otros muchos puntos de interés para quien esté interesado: edificios, museos, palacios, iglesias, parques, etc.
Era el último día de viaje en Rumanía y hora de volver a casa. Salimos de Bucarest con el coche hacia el norte por la carretera 1/E-60 para llegar hasta el aeropuerto internacional Henri Coanda, conocido también por el nombre de Otopeni, y que está a 22 km del centro de la capital.
Después de devolver el coche de alquiler en el mismo aeropuerto, entramos en la terminal de salidas para facturar y pasar los rigurosos controles de seguridad. Finalmente embarcamos en un vuelo de la compañía Vueling que nos llevó desde Bucarest hasta Barcelona en tres horas.