Túnez es un país pequeño con diversidad de paisajes, desde los mas mediterráneos en la costa norte hasta el desierto del Sahara en su extremo sur, pasando por ruinas romanas, pueblos y construcciones bereberes y árabes, lagos salados, oasis de montaña, ciudades sagradas y otras trogloditas, además de la cosmopolita ciudad de Túnez, su capital.
Del 30 de octubre al 13 de noviembre de 2010.
Día 1: BCN - Túnez
Día 2: Túnez - Kairuan
Día 3: Kairuan - Tozeur
Día 4: Tozeur - Chebika -Mides -Tamerza - Tozeur
Día 5: Tozeur - Chott el Jerid - Douz
Día 6: Douz
Día 7: Douz - Gabes - Tataouine
Día 8: Tataouine - Ksar Ezzahra - Ksar Ouled Soltane - Douiret - Chenini - Guermessa - Tataouine
Día 9: Tataouine - Gabes - Matmata - Gabes - Sfax
Día 10: Sfax - El Jem - Susa
Día 11: Susa - Monastir - Susa
Día 12: Susa
Día 13: Susa - Túnez
Día 14: Túnez - Sidï Bou Said - Túnez
Día 15: Túnez - BCN
La moneda oficial de Túnez es el dinar tunecino (D ó TND). Ver cambio oficial actual en el enlace Eur -> TND.
Salimos del aeropuerto del Prat con media hora de retraso y volamos con Air Europa a Túnez. Al llegar al aeropuerto de Túnez pasamos los trámites de la aduana y cambiamos algo de dinero.
Para ir a la ciudad cogemos el autobús amarillo nº 35 hasta el centro. Para dormir escogemos el Hotel de Suisse (rue de Suisse, 5 - Ville nouvelle, Túnez), en un callejón al lado de la avenida Habib Bourguiba, la mas céntrica de la ciudad. La habitación es aceptable y bastante limpia, con baño compartido bastante cutre, pero el precio es barato, 20 D.
Cerca del hotel hay un supermercado para comprar agua y comida. Aprovechamos para pasear por la avenida Habib Bourguiba. Como es sábado hay mucho ambiente, las terrazas están llenas de gente y también hacen una especie de festival de cine, con diferentes actuaciones.
Nos levantamos a las 7 de la mañana y vamos a la estación de autobuses para dirigirnos a Kairuan en el bus de las 8:00 (9,50 D por persona).
A las 10:30h llegamos a la ciudad de Kairuan y cogemos un taxi (1,7 D) al hotel Les Aghlabites, junto a la Place de Tunis, un antiguo funduq.
Tras instalarnos vamos a visitar la ciudad, considerada la 4ª ciudad santa del Islam por la presencia de su gran Mezquita, el centro islámico mas sagrado del norte de África.
En el exterior de esta mezquita destacan sus muros fortificados aglabíes.
Al entrar podemos ver el patio pavimentado con mármol, un minarete y la sala de oración, en la que no se puede entrar, pero se pueden ver desde fuera las 414 columnas que la soportan, cada una diferente.
Otros lugares de interés que visitamos son la Zaouia Sidi Sahab que guarda la tumba de un compañero del profeta Mahoma, las cisternas Aglabíes y la Zaouia de Sidi Amor Abbaba, donde se guardan objetos de dimensiones exageradas.
Para visitar estos lugares se puede comprar un ticket que sirve para la visita conjunta, por 8 D.
Al atardecer paseamos por la Medina, donde encontramos la Mezquita de las Tres puertas, con fachada de influencias andaluzas y una curiosidad que veremos en muchos sitios de Túnez, las puertas de colores vistosos de las casas.
Nos perdemos por las callejuelas donde pasamos un buen rato paseando.
Aprovechamos la primera hora de la mañana para pasear por la Medina, esta vez con poca gente. Visitamos la Zaouia de Sidi Abid el Ghariani. Como la entrada que compramos ayer no nos sirve hoy, el señor que vigila la entrada nos deja visitarla a cambio de un boli. También visitamos Bir Borouta, edificio que rodea un pozo que forma parte de la leyenda fundacional de la ciudad.
Al lado del hotel hay un animado mercado, así que aprovechamos para pasear por él. Lo que llama más la atención son las cabezas de vaca colgadas en algunos tenderetes.
Acabada la visita cogemos un taxi (1 D) hasta la estación de autobuses, donde cogemos uno hacia Tozeur, el bus esta bastante destrozado.
Una vez en Tozeur nos alojamos en el cercano Hotel-Residence Niffer (Place Bab el-hawa) por 28 D.
Le pregunto al hombre del hotel si organizan excursiones a los oasis de montaña, la principal atracción de la zona y nos concierta una cita a las 18:00 en el hotel con un hombre de una agencia.
Mientras, aprovechamos para dar una vuelta y preguntar en otras agencias, pero son más caras, así que contratamos la que nos proponen en el hotel.
Cenamos en el restaurante La Medina, con platos sencillos y económicos.
A las 8:30 nos recoge el 4x4 para ir a la ruta contratada. Nos acompaña un japonés, Yoichi, y una pareja franco-brasileña.
La primera parada es Chebika, 59 km al norte, pasando por un paisaje desértico, donde visitamos el primer oasis. Subiendo por la montaña llegamos a la antigua Chebika, abandonada tras una inundación, desde donde se divisa una buena panorámica. Seguimos descendiendo hasta un cañón y una pequeña cascada que no lleva demasiada agua, pero el entorno y las vistas son muy bonitas. Regresamos al lado del riachuelo hasta el inicio del camino, donde hay un lugar para tomar algo y tiendas de recuerdos.
Continuamos hacia Mides, haciendo una parada en un mirador con fabulosas vistas a un cañón y al desierto. Mides se encuentra en la frontera con Argelia y la gente de la zona nos explica que cruzan la montaña para hacer contrabando con el país vecino. El antiguo pueblo está en lo alto de un impresionante desfiladero y vemos gente que pasea por su interior, como vamos con la excursión contratada no disponemos de tiempo para hacerlo, una pena!.
Regresamos para ir a Tamerza, el tercer y último oasis, haciendo una parada en un hotel a medio camino entre el pueblo y las cascadas, donde se obtienen las mejores vistas del primero.
En Tamerza hay dos cascadas, aunque durante nuestra visita no llevaban demasiada agua. El acceso a la parte inferior de la segunda está cerrado. En el camino de regreso a Tozeur vemos camellos cerca de la carretera.
La excursión nos cuesta 35 D. El mismo guía nos ofrece otra excursión hacia Douz y Ksar Rhilane, pero no la cogemos porque preferimos ir por nuestra cuenta.
Después vimos que para ir a Ksar Rhilane es más económico ir en excursión desde aquí que contratarla en Douz, a pesar de estar más cerca, ya que parece que allí la mayoría de gente llega con grupo organizado y hay que alquilar un 4x4 entero, lo que encarece el precio.
En Tozeur, después de comer, vamos a visitar el barrio antiguo de Ouled El-Hadef, con callejuelas y plazas con arquitectura de ladrillo tradicional con motivos geométricos en relieve. Esta arquitectura se puede ver aquí y en la vecina Nefta.
También paseamos por la zona de tiendas, muy animada. Un chico de una tienda que habla español y italiano muy simpático habla un rato con nosotros sin intentar vendernos nada.
Por la mañana paseamos por el palmeral de Tozeur, el segundo más grande del país. En la entrada hay muchos turistas que visitan el palmeral en calesa. Un calesero nos ofrece un paseo, muy barato, pero preferimos ir andando. Vamos a Bled-el-Hader, un antiguo barrio y de allí entramos al palmeral por uno de los caminos que se adentran en él y estamos un buen rato recorriéndolo. Hay gente recolectando dátiles.
De regreso volvemos a pasar por la tienda donde el chico de anoche y su primo nos vuelven a invitar a té, esta vez, como nos arrastran hasta la tienda, aceptamos la invitación y pasamos un rato hablando y riendo. De hecho en el viaje vamos encontrando a diferentes tunecinos muy simpáticos, ya sea por la calle, en tiendas, autobuses, etc.
Por la tarde cogemos el bus hacia Douz. Es un bus-furgoneta y todo el rato va subiendo y bajando gente. De camino a Douz atravesamos Chott el Jerid, un inmenso lago de sal de 5.000 km2.
Cuando llegamos a Douz nos alojamos en el Hotel 20 Mars (rue 20 Mars - Douz) por 20 D con desayuno incluido, una buena opción.
Pregunto precios de excursiones a Ksar Rhilane y todas son bastante caras, así que vamos a cenar y en el restaurante conocemos a Michelle, una china de Hong Kong con la que cenamos y reímos junto con el camarero del restaurante. Ella también tenia intención de ir a Ksar Rhilane pero lo encuentra caro y tampoco irá. De hecho, el chico del restaurante dice que tiene un amigo que por poco dinero nos llevaría, pero al final decidimos no ir.
Por la mañana, aprovechando que es jueves y día de mercado en Douz, damos una vuelta por él.
Hay muchísima gente y cuesta andar en medio de la gente, las ovejas y las cabras, así que visitamos el mercado del zoco, menos concurrido, aunque también muy animado, donde se vende de todo.
Por la tarde cogemos un taxi, por 2 D, hasta la puerta del Sahara, donde comienza el desierto de arena y desde donde parten excursiones en camello para pasar la noche en el desierto.
El Sahara de verdad comienza a 50 km, pero es un buen lugar para pasar la tarde y hacer alguna actividad. Regresamos a Douz dando un paseo.
Para cenar escogemos un restaurante donde van locales y nos sirven pollo con patatas y pan, y somos la distracción del resto de personas. Pagamos 7 D.
Desayunamos a las 6:15 porque a las 7 de la mañana cogemos el autobús a Gabes, adonde llegamos a las 10:00 y cogemos otro hacia Tataouine. Una vez en Tataouine vamos en taxi (2 D) hasta el Hotel Residence Hamza (avenue Hedi Chaker - Tataouine).
Tataouine no tiene nada a visitar, de hecho es una ciudad bastante fea, pero es la base para visitar los pueblos centenarios bereberes y árabes encaramados en las montañas y también los ksour.
Como no vemos ningún tour, le pregunto al chico del hotel y nos ofrece una excursión a 5 sitios por 70 D. En la calle, otro hombre, Ali Baba, nos ofrece otra a 2 sitios por 40, así que cogemos la de 5 sitios. Otra opción que intenté fue contratar un taxi directamente, tal como dice la guía Lonely Planet, pero los taxistas que encuentro no hablan francés ni inglés y no nos entendemos.
Damos un paseo por Tataouine y lo más interesante son unos dulces típicos, las cornes de Gazelle, muy dulces, de frutos secos y miel. Están muy buenos y cuestan 2 D cada uno.
Nos levantamos a las 7:00 y almorzamos lo típico (pan con mermelada, croissant, ...) para comenzar la excursión pactada. De hecho el chico del hotel nos presenta a un hombre y este nos acompaña a un taxi y le dice al hombre el recorrido a realizar. Todos deben cobrar, pero tampoco hay demasiadas opciones para hacer la excursión. Además el taxista va metiendo y sacando el indicativo del taxi, depende por donde pasemos.
Los primeros lugares que visitamos son Ksar Ezzahra y Ksar Ouled Soultane, los más bonitos de la región. Los ksour son las construcciones características de la arquitectura bereber. Es un granero tradicional fortificado, para conservar y proteger las cosechas de cereales. Los ksour están formados por gorfas, estancias largas y estrechas, con techo de bóveda de cañón, de piedra, yeso y barro, gracias a la baja humedad y al fresco del interior, los cereales podían guardarse durante años sin estropearse. Las gorfas se apilan en tres o cuatro pisos de altura, conectados por escaleras.
Después nos dirigimos a Douiret, un pueblo abandonado colgado en lo alto de una montaña, con muy buenas vistas. No hay turistas, así que podemos pasear tranquilamente. Tiene una mezquita y tumbas. Las casas están excavadas en la roca y dispuestas en terrazas, siguiendo el relieve de la montaña.
La siguiente parada es Chenini, el más famoso de los pueblos de montaña. Aún está habitado y se puede visitar alguna casa a cambio de una propina. Aquí la presencia de turistas es importante, ya que paran los tours organizados. Al igual que Douiret las casas están excavadas en la roca y en terrazas.
De camino a Guermessa, el siguiente destino, el coche se rompe y el taxista no puede ponerlo en marcha, así que llama al chico que nos acompañó al taxi y el finalmente lo arranca.
Guermessa es un pueblo bereber abandonado. Para visitarlo hay una buena subida, pero vale la pena. Las casas se reparten entre dos montes unidos por un paso estrecho.
De regreso a Tataouine el coche se vuelve a romper y esta vez no hay manera de arrancarlo, así que viene otro y nos remolca con una cuerda hasta un taller donde hacemos el cambio de coche hasta el hotel.
Excursión muy recomendable y además, excepto Chebica, sin turistas, por lo que puedes pasear a tus anchas por los diferentes lugares.
Vamos a la estación de autobuses y decidimos probar un louage a Gabes, nudo de comunicaciones de esta parte de Túnez. Los louages son taxis compartidos para trayectos largos que parten cuando están llenos, sin horario fijo.
En la carretera hay muchos controles policiales y nos piden la documentación. En Gabes cogemos otro autobús a Matmata, famosa por sus viviendas trogloditas y por ser escenario de algunas películas, como Star Wars (La Guerra de las Galaxias).
El tiempo no acompaña mucho y damos un paseo por el pueblo.
En un lugar de información le pregunto al hombre para visitar alguna casa y nos acompaña hasta una que hay cerca y una niña nos la enseña a cambio de una propina.
La casa consta de un agujero principal, alrededor del cual están las diferentes habitaciones de la casa, así como la cocina y el establo para las cabras.
Después de visitar la casa nos dirigimos al Hotel Marhala, uno de los mejores hoteles subterráneos que se pueden visitar en Matmata, aunque no nos alojemos en él.
Decidimos no pasar la noche en Matmata y regresamos a Gabes, donde cogemos un louage hacia Sfax que sale al momento.
En Sfax cogemos un taxi hasta la entrada a la medina, que está amurallada, y nos alojamos en el Hotel Ennacer (rue des Notaires, 100 - Sfax) por 25 D la doble.
Vamos a dar una vuelta, pero ya anochece y las tiendas van cerrando. Encontramos un restaurante abierto donde sirven pollo y aprovechamos para cenar.
Por la mañana cambiamos dinero y vamos a la estación de tren a preguntar horarios para el siguiente destino.
Con el trabajo ya hecho vamos a pasear por la Medina de Sfax. Aquí no se ven casi turistas y está muy tranquila. Paseamos también por Bab Diwan, la puerta principal, los diferentes zocos, como el Souq des Etoffes, y la Funduq des Forgerons. Y por último, el fortín Borj Ennar y la kasba.
Cogemos el tren de las 11:15 y a las 12 llegamos a El Jem, antiguo coliseo romano, impresionante y muy bien conservado. Desde la estación de tren ya se ve el coliseo, rodeado de los edificios de la ciudad. Como estamos de paso, llevamos encima las mochilas y el hombre de la taquilla nos las guarda. Pagamos 8 D y en la entrada se incluye la visita al coliseo y al museo.
El coliseo de El Jem fue declarado patrimonio de la humanidad y fue el tercero en tamaño del mundo romano, con un aforo para unas 30.000 personas, número bastante superior a la población de El Jem.
Pasamos la tarde caminando por los diferentes niveles de gradas, la arena y los pasillos subterráneos donde esperaban los gladiadores y animales.
El museo, a 1 km del coliseo, tiene una colección de bellos mosaicos que merece la pena visitar.
Acabada la visita cogemos un louage a Susa por 4 D. Al llegar a Susa ya es de noche, pero se nota que es una ciudad muy turística y está muy animada. Nos alojamos en el hotel de Paris, situado cerca de la entrada principal a la medina, por 22 D, muy bien situado.
Salimos a ver el ambiente y cenamos bocadillos y patatas para llevar y económicos, siguiendo el ejemplo de mucha gente.
Por la mañana nos dirigimos a Monastir. Para ello cogemos un bus que sale delante de la medina, muy cerca del hotel y tarda unos 45 minutos en hacer el recorrido. Por el camino podemos ver los complejos hoteleros que hay por toda la costa, donde mucha gente se recluye y pasa las vacaciones.
En Monastir hay algunas visitas interesantes. Para comenzar visitamos el Ribat, la principal atracción turística de la ciudad, perfectamente conservado y considerado el mejor ejemplo de arquitectura militar islámica del país, siendo divertido perderse por sus diferentes laberintos de pasillos y escaleras.
Para tener buenas vistas de las playas de agua transparente y de la ciudad sólo es necesario subir al nador, la torre del ribat.
En su interior también hay un pequeño museo con monedas, cerámica y fotos antiguas.
Y si el lugar os suena es porque quizá hayáis visto la película de humor La vida de Brian, del grupo británico Monty Phyton, pues algunas escenas fueron rodadas aquí. También hay un bar, por si queréis tomar algo.
Otra visita interesante es la del mausoleo de Habib Burguiba (entrada gratuita), al que se accede por una calzada pavimentada.
El patio del mausoleo es de mármol y las cúpulas verdes y doradas.
En el interior hay las tumbas de la familia, para verlas mejor se puede subir una escalera. También hay un pequeño museo con objetos del presidente.
Se puede completar la visita a Monastir con la gran mezquita y paseando por las calles de la medina, eso sí, llenas de turistas y tiendas de recuerdos.
De regreso cogemos un autobús hasta Susa, donde hacemos otro paseo nocturno por sus animadas calles.
Al día siguiente dedicamos la jornada a descubrir Susa, paseando por las calles de la amurallada medina, con multitud de mezquitas y edificios históricos y también por la corniche, al lado de la playa Boujaffar.
Por la mañana dejamos Susa y nos dirigimos a Túnez, la capital del país, último destino del viaje.
Nos alojamos es el Hotel de Suisse, al igual que el primer día del viaje.
Túnez es una ciudad árabe, africana y mediterránea, con la ciudad antigua, la medina, llena de laberínticas callejuelas, edificios históricos y zocos y la ciudad moderna, con la animada avenida Habib Bourguiba y algunos edificios coloniales franceses.
Empezamos la visita paseando por la animada Medina, del siglo VII, donde se encuentran los edificios históricos y las hordas de turistas.
El día no acompaña mucho e incluso llueve.
En la medina se puede visitar la gran mezquita Zaytouna y ver, aunque sea des de fuera, otras no tan importantes, como la mezquita de la Kasbah, la mezquita de Youssef Dey, con un minarete muy colorido, o la de Sidi Marhes.
También madrazas, como la de Mouradia o Slimania, y la Place du Gouvernement, con edificios oficiales.
Los zocos, o mercados organizados en gremios, que encontramos en la medina están muy animados, como el de los perfumistas, los libreros o el de los sastres.
Una zona muy tranquila y con pocos, o casi ningún, turistas es la zona oeste de la gran mezquita, con casas de un blanco inmaculado y casas con puertas de colores y tachuelas.
Otro sitio sin turistas es la zona de Halfaounie, donde encontramos un mercado muy animado y la mezquita Sabih el-Tabia.
De allí se puede regresar a la medina perdiéndose (literalmente) por los zocos hasta regresar a la Place de la Victoire.
Dedicamos la mañana a visitar Sidi Bou Said, pueblo encaramado en una colina cercana a Túnez, con blancas bungavillas, vistas al mar, flores y turistas. Para llegar a él una manera fácil y económica es con el metro ligero que parte de la Place de Barcelone y el TGM, un tren suburbano des de Tunis Marine.
De regreso a la capital podemos parar en algunas ruinas de la ciudad de Cartago, aunque la mayoría están muy deterioradas.
Por la tarde regresamos a Túnez y paseamos por la ville nouvelle, o ciudad nueva, con la parte más animada alrededor de la avenida Habib Bourguiba, con la catedral de San Vicente de Paul, y edificios con algunas fachadas llamativas como el teatro nacional y la torre del reloj.
Al día siguiente aprovechamos las últimas horas en Túnez para visitar el mercado, situado cerca del hotel y de la medina, con fruta, quesos, pescado y carne, muy colorido.
Ahora sólo nos queda coger las mochilas e ir a la place Barcelona, donde cogemos el metro y el bus hacia el aeropuerto para tomar el vuelo de regreso a casa.