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Bandera de Nueva Zelanda

NUEVA ZELANDA

Ruta de 25 días en autocaravana por Nueva Zelanda

Jordi Rodríguez i Marta Colomer
Published on Data viatge: 2003 | Publicat el 01/06/2003
Darrera actualització: 04/2022
3.2 de 5 (306 vots)

Introducción

Nueva Zelanda se encuentra en nuestras antípodas, debajo de nosotros, o mejor aún y como dicen los neozelandeses, nosotros estamos debajo de ellos. Es un país totalmente aislado situado en el Pacífico Sur, separado unos 1.600 km de las costas de Australia.

Está formada por dos grandes islas y algunas otras más pequeñas como la isla Steward. Su capital es Wellington, aunque la ciudad más importante es Auckland. La población del país llega a los 3'8 millones de habitantes (un 66% en la isla norte) con una superficie total de 270.530 km2 (algo más de la mitad de España).

Aotearoa (nombre maorí de Nueva Zelanda y que quiere decir la tierra de la larga nube blanca) es un país fantástico para unas vacaciones, ya que tiene grandes atractivos (los dos últimos años ha sido escogida como uno de los mejores destinos turísticos del mundo por la guía Lonely Planet).

Se trata de un país desarrollado de nivel de vida similar al nuestro, donde el reencuentro con la naturaleza, la tranquilidad, el descanso o la actividad física (según preferencias) está garantizado. El talante de la gente es pausado, simpático, agradable, servicial y sobre todo orgulloso del país que tienen, lo disfrutan y les gusta compartirlo con los visitantes.

Así, todos los aspectos que puedan interesar a los turistas están preparados buscando la comodidad y la facilidad: desde paseos cortos entre árboles milenarios hasta trekkings de varios días; desde playas para bañarse hasta travesías de glaciares a pie o volando; desde volcanes y fenómenos termales hasta fauna única; desde raftings en aguas subterráneas hasta saltos al vacío desde todo tipo de lugares; desde espectáculos maorís hasta partidos de rugby; desde escenarios de las películas del Señor de los Anillos hasta baños con delfines,... son algunas de las actividades que podemos encontrar a lo largo del país y siempre teniendo en cuenta que disfrutaremos en todas partes de fantásticos paisajes para todos los amantes de la fotografía.

Los primeros humanos en habitar las islas fueron los maorís alrededor del 1300 d.C, pero no fue hasta el año 1769 en que el capitán James Cook fue el primer occidental en desembarcar en ellas. Por ello la afectación humana a estos ecosistemas es muy reciente y el entorno se mantiene en un estado aún bastante natural y se pueden encontrar bosques y especies animales únicas en el planeta.

Así los símbolos característicos de Nueva Zelanda son el kiwi (nombre que comparten el fruto que conocemos, un pájaro sin alas similar a una avestruz, pero más pequeño y, también es así como se llaman a sí mismos los neozelandeses) o los helechos plateados ponga de los que se encuentran bosques extensos con ejemplares de hasta 5 o 6 m. de altura.


Ficha técnica del viaje

Fechas del viaje

Nosotros hicimos el viaje entre el 31 de julio y el 24 de agosto de 2003, con un total de 22 días en el destino (el precio del alquiler de la autocaravana baja bastante a partir de los 21 días de alquiler).

En relación a esto debemos mencionar que es muy diferente la temporada alta de la baja. Por suerte para nosotros la temporada baja coincide con su invierno, es decir, nuestro verano. Así en agosto es la época más económica para el alquiler de vehículos y los alojamientos (algunos precios casi se triplican en enero, ya que hay mucha demanda del propio turismo kiwis o australiano).

Efectivamente fuimos en invierno, pero tuvimos mucha suerte y gozamos de un tiempo fantástico. La isla norte tiene un invierno muy suave (más que el nuestro) y la isla sur lo tiene más frío y con menos horas de luz. De todos modos la proximidad de dos grandes mares y las montañas hacen que el clima sea muy cambiante a lo largo del día y la nieve está casi asegurada en el sur. Se recomienda alquilar cadenas, ya que te obligan a ponerlas si nieva, y llevar buenas prendas de abrigo.

Itinerario

mapa

Día 1: BCN - Londres
Día 2: Londres - Hong Kong
Día 3: Auckland - Takapuna
Día 4: Auckland - Ruakaka
Día 5: Ruakaka - Pahia - Bay of islands - Kaitaia
Día 6: Kaitaia - Cap Reinga - Ninety Mile Beach - Waipoua
Día 7: Waipoua - Waitomo
Día 8: Waitomo - Rotorua
Día 9: Rotorua - Wai-o-Tapu - Waimangu - Tongariro
Día 10: Tongariro NP - Wellington - Picton
Día 11: Picton - Havelock - Kaikoura
Día 12: Kaikoura - Arthur's Pass NP - Greymouth
Día 13: Greymouth - Paparoa NP - Franz Josef Glacier - Fox Glacier
Día 14: Fox Glacier - Matheson - Haast Pass - Wanaka
Día 15: Wanaka - Mount Aspiring NP - Queenstown - Te Anau
Día 16: Te Anau - Milford Sound - Te Anau
Día 17: Te Anau - Doubtful Sound - Te Anau
Día 18: Te Anau - Bluff - Waikawa
Día 19: Waikawa - Catlins - Dunedin
Día 20: Dunedin - Oamaru - Burke Pass
Día 21: Burke Pass - Mount Cook NP
Día 22: Mount Cook NP - Christchurch
Día 23: Christchurch
Día 24: Christchurch - Auckland - Hong Kong
Día 25: Hong Kong - Londres - BCN

Estilo del viaje

Para viajar por este país hay varias opciones, pero nosotros nos decidimos por alquilar una autocaravana y recorrer el país a nuestro aire. Así pues, compramos los billetes de avión desde aquí mediante una agencia dónde también nos hicieron la reserva del vehículo. Sólo bajar del avión ya nos estaban esperando para llevarnos adónde teníamos nuestro vehículo-alojamiento. Hicimos nuestro viaje con una pareja de buenos amigos, Lluís e Imma, con los que que compartimos experiencias y gastos.

Nos parece interesante extendernos algo en las ventajas de viajar en autocaravana por un país como este, ya que una vez hemos vuelto del viaje y hemos hablado con otra gente que ha visitado este país por otros medios no lo cambiaríamos en absoluto.

Prácticamente todas las ventajas se resumen en el gran ahorro económico y de tiempo que supone, además de la absoluta sensación de libertad que otorga. Se ahorra en alojamiento ya que se puede parar a dormir en cualquier lugar que no esté expresamente prohibido (ni en el centro de las poblaciones). Esto incluye inolvidables acampadas solitarias junto a un lago, en primera línea de playa, en el frente de un glaciar o en el mismo lugar donde debemos estar el día siguiente a primera hora. Deebemos recordar que la seguridad del país lo permite completamente. Sólo entramos en campings (que los hay por todas partes, perfectamente condicionados a muy buen precio) cada dos o tres días, aunque si se apura mucho no haría falta utilizar ninguno. Un segundo aspecto de ahorro económico es el tema de la comida. Una autocaravana dispone de todas las comodidades incluida cocina y nevera, por lo que yendo a los supermercados (abundantes y muy bien abastecidos) se puede llenar la nevera para los próximos 2 o 3 días y olvidarse de los restaurantes, los cuáles encarecen enormemente el viaje. Tan sólo fuimos 4 ó 5 veces a restaurantes en 21 días de estancia en el país. Además casi todos los campings tienen cocinas fantásticamente equipadas para el uso de los visitantes. Son más grandes que las del interior del vehículo y permiten el contacto con otros viajeros. También se ahorra en tiempo porque permite no perder ni un segundo en buscar lugares para dormir, y si quieres ir a dormir tarde y aprovechar para adelantar carretera puedes hacerlo, quedándote a dormir en cualquier bosque dentro de la autocaravana. Esta ya viene con colchones, mantas y cubrecamas, además de enseres de cocina, de forma que no hace falta llevar ningún tipo de material de acampada desde casa (pero es necesario comprobarlo en el momento de la contratación del vehículo).

Las carreteras están en un estado de conservación y pavimentación perfectos, lo que permite hacer trayectos rápidamente, incluso para las autocaravanas (mucho cuidado en respetar las señales de velocidad!!!) y el consumo de combustible es muy poca cosa comparado con el ahorro que permite, ya que el gasoil es bastante más económico que aquí. Nosotros recorrimos un total 5.063 km que nos costaron 360'76 NZ$ (unos 180 €) en gasoil.

Moneda, dinero

La moneda oficial es el dólar neozelandés (NZ$), que valía aproximadamente medio euro en agosto 2003. Esta divisa cotiza aquí y se puede adquirir en cualquier banco español. También se puede ir con euros para cambiarlos en cualquier banco de allá o sacar moneda local en cualquier cajero (los hay en todas las poblaciones). En todas partes se aceptan las tarjetas de crédito. El nivel de vida, como hemos dicho, es similar al de aquí, con la diferencia remarcable de que el gasoil es bastante más económico (o al menos lo era entonces).

presupuesto

El principal coste es el de los vuelos. Nosotros encargamos a una agencia la tramitación. Ocho meses antes del viaje estábamos ya alerta para buscar ofertas y pudimos coger unos billetes bastante buenos. Con Cathay Pacific, vía Londres y Hong Kong, volamos a Auckland, y sumando el vuelo interno de Christchurch a Auckland (con la australiana Qantas), y el alquiler de la autocaravana para 22 días nos costó 1.382 € cada uno (tasas incluidas). Además contratamos, una vez allí, un seguro de todo riesgo para el vehículo por 770 NZ$. Los campings tenían un precio medio de 44 NZ$ por noche (4 personas + vehículo).

Total gastos en destino = 1.126 NZ$
Total coste viaje por persona = 2.000 €

Requerimientos de entrada

Para entrar en el país no se necesituada visado y es suficiente con el pasaporte con 90 días de vigencia. A pesar de todo es conveniente tener en cuenta una serie de consideraciones debido a las particularidades del país: el cuestionario de inmigración es extenso y detallado, haciendo referencia por ejemplo a los lugares adónde hemos ido y si hemos estado en contacto con animales. Este también detalla las importantes sanciones que te esperan si te quieres pasar de listo y las revisiones son extremadamente exhaustivas, ya que existe la figura del detector dog (perro vestido con un chaleco y al que no se le escapa nada). La letra pequeña advierte de la multitud de cosas que no se pueden entrar en el país: por ejemplo no se puede entrar comida de ningún tipo, el material de acampada que llevéis será revisado y limpiado de restos de tierra, e incluso las suelas de los zapatos y sobre todo si lleváis botas de trekking serán igualmente limpiadas o requisadas, etc. Podéis informaros de todos estos aspectos en la web del New Zealand Immigration Service.

Recordad que necesitáis carné de conducir internacional si queréis alquilar algún vehículo (se consigue en la Delegación de Tránsito correspondiente).

Salud

No es necesaria ninguna vacuna para acceder al país y el nivel de higiene es envidiable. Si habéis ido anteriormente a países de riesgo es necesario justificar que estáis vacunados. El sistema sanitario es muy bueno.

Seguridad

Probablemente es uno de los países más seguros del mundo. Esto permite acampar en casi cualquier lugar. A pesar de todo siempre deben respetarse las normas básicas del sentido común.

Transporte

La red de transportes públicos es variada y completa (taxis, autobuses, ferrys, transbordadores, vuelos interiores...) Existen diversos pases de día para Auckland que te permiten tomar todos los transportes. A lo largo de la ruta necesitaréis tomar algunos ferrys o transbordadores para cruzar algún fiordo, son económicos (10, 6 y 24 NZ$ los que tomamos) y rápidos. Para ir de la isla norte a la sur existe una red de ferrys más grandes (Interislander o Lynx ). Podéis comprar los billetes por teléfono antes de llegar, en cualquier punto de información encontraréis el número, los horarios y los precios actualizados. Hay varios cada día. A nosotros nos costó 335 NZ$ (para los cuatro y la autocaravana). Existen varios trenes turísticos bastante recomendables como el Tranz Scenic que cruza transversalmente los Alpes del Sur.

Alojamiento

Los diferentes alojamientos dependerán del medio de transporte que se use. Es imprescindible informarse de los precios y hacer reservas en temporada alta. Hay variedad de alojamientos como hoteles, hostales, albergues, bed&breakfast, granjas, casas de campo... Los campings son abundantes, variados, bien situados y muy bien equipados en general. Destacamos sobre todo los espacios comunes como salas de encuentro con chimenea y sobre todo las cocinas comunitarias, muy bien equipadas con los enseres necesarios. Las recepciones de los campings son improvisados puntos de información para nuestras actividades y casi siempre tienen trípticos informativos de aquello que necesitamos o nos recomiendan la excursión adecuada para aquello que queremos hacer. Existen bastantes sitios de acampada con servicios mínimos, pero muy próximos a puntos destacados con un entorno único (por ejemplo en el parque Nacional Tongariro, en las playas del sur...). Ya mencionamos anteriormente el atractivo de la experiencia de realizar acampada libre, y sólo deberemos prever no acampar en el interior de poblaciones o en lugares especialmente señalizados.

Actividades al aire libre

Merece una mención especial una de las bases de la vida de los neozelandeses que es disfrutar de la naturaleza y de las actividades al aire libre.

Por los más atrevidos, y con buen bolsillo, podemos recomendar las actividades de aventura de última generación inventadas por los creadores del puenting. Se resumen en saltar desde cualquier lugar: por ejemplo desde la azotea de la torre de Auckland (skytower), desde globos aerostáticos, bungie jumpings o saltos al vacío en cañones, parapentw, paracaidismo, raftings por ríos subterráneos o superficiales...

Otras actividades menos arriesgadas son los numerosos trekkings señalizados que se encuentran por todas partes, paseos en bicicleta, esquiar, navegar en velero o windsurf, recorridos con kayac, pesca, vuelos en globo o en helicóptero, paseos en caballo, practicar el golf, andar sobre glaciares, ...

Compras

La influencia de los maorís la encontramos principalmente en los souvenirs que nos podemos llevar a casa, como por ejemplo las tallas de madera que representan figuras míticas, paues (un caparazón de crustáceo de colores vivos que usan para decorar las tallas y esculturas), joyas de jade... También podemos encontrar recuerdos de los All Blacks, todo tipo de rótulos divertidos e imanes de nevera con kiwis, pingüinos, ropa de abrigo con pelo de possum o lana... un recuerdo muy dulce puede ser la miel. Eso sí, todo a precio de país rico y sin regatear.

Gastronomía

Por nuestro forma de viajar sólo fuimos a restaurantes unas cuatro o cinco veces. Podemos destacar como dos platos buenísimos los mejillones de labios verdes que comimos en Havelock, situado al norte de la isla sur (es llamada la capital mundial de estos moluscos), o las ostras que se pueden comer en Bluff (en el extremo sur de la isla sur). Por otra parte el surtido de los supermercados es más variado que el de aquí, con todo lo que podamos necesitar y a buenos precios. Podemos destacar la buena calidad de la carne y las especialidades de miel que se producen.

Diferencia horaria

Los meses de verano Nueva Zelanda se encuentra 12 horas por delante de nuestra hora, mientras que en invierno la diferencia es de 10 horas. El efecto del jet lag depende de cada cual, pero nosotros nos encontrarnos algo cansados los tres primeros días, haciendo algo menos del recorrido que teníamos previsto. Si se va a trabajar al día siguiente de llegar a casa, como en nuestro caso, la vuelta a casa es mucho peor.

Guías y bibliografía

Nosotros hemos usado sobre todo la Guía Visual del País Aguilar sobre Nueva Zelanda y, pese a que pueda parecer que tiene mucha fotografía, os podemos asegurar que no la cambiaríamos por ninguna otra guía. También tenéis a mano una buenísima guía gratuita que es internet, ya que se puede encontrar casi todo y bien estructurado. Finalmente debemos destacar que en cualquier punto de información (que se pueden encontrar por todas partes) podéis recoger mucha información de cualquier lugar del país, todos los atractivos turísticos y abundantes mapas de carreteras o de alojamientos. La información está bien actualizada y por eso creemos que no es necesario comprar demasiadas guías aquí, ya que pueden haber quedado obsoletas.

Aun así os puede interesar la lectura de:

- Altaïr. Nueva Zelanda. El sagrado hogar del pueblo maorí.. Revista nº 33, diciembre 2004.
- Brodie, Ian. The lord of the rings. Location guidebook. Harper Collins, 2003.
- Omler, Kathy. The national parks and other wild place of New Zealand. New Holland, 2001.
- Warne, Kennedy. Fiorland, santuario meridional de Nueva Zelanda. National Geographic, diciembre 2000, nº 6, pag 40-57.
- Ibaibarriaga, Mercedes. Nueva Zelanda. Revista Viajes National Geographic, núm. 54, pág. 82-95.


DIARIO DE VIAJE A NUEVA ZELANDA

31/7 a 2/8: Barcelona - Londres - Hong Kong - AUCKLAND

Empieza la aventura en Barcelona tomando un vuelo de enlace hacia Heathrow. Una vez allí conectamos con la Cathay Pacific hasta Hong Kong. Volamos por la noche y el trayecto de 11 horas y 48 minutos para recorrer 9.642 km pasa en un plis-plas. Tenemos un par de horas en el aeropuerto para estirar las piernas, mirar las orquídeas (fue escogido el mejor aeropuerto de 2003) y emprendemos un nuevo vuelo después de que nos comprueben la temperatura (aquel invierno había habido un brote de la SARS). Acabamos de comernos todo lo que llevábamos de comida porque no podíamos entrar ningún alimento en Nueva Zelanda.

En el vuelo Hong Kong-Auckland ya encontramos neozelandeses que vuelven hacia casa. 9178 km nos separan de nuestro destino y tardamos 9 horas y 57 minutos. No tenemos suficientes relojes para comprobar la hora: 8:16pm en Hong Kong, 12:16pm GMT y 12:16am en Nueva Zelanda!! Durante el vuelo el servicio es excelente y hay bastantes entretenimientos. Antes de aterrizar pasan los papeles de entrada que debemos llenar con calma y que insisten en la importancia de la conservación de un ecosistema único. ¡Nos sentimos del todo analizados! Llegamos a Auckland la mañana del día 2 de agosto tras volar 23 horas y más de 28 de viaje.


2/8: AUCKLAND - TAKAPUNA

Aterrizamos entre verdes y azules. Tenemos una buena bienvenida. Hay poca gente en el aeropuerto y el chico de inmigración nos recibe con una sonrisa y hablamos un buen rato. Llamamos a la compañía de autocaravanas para confirmar la llegada y que nos vengan a buscar. No hay ningún problema con los móviles, sean de tarjeta o contrato. Es más, hay muchos números de información que son gratuitos.

Una vez recogemos el equipaje los directory dogs hacen su trabajo y lo revisan. Nos dirigimos a la línea verde con los papeles de la aduana. Nos miran las botas y declaramos unos caramelos. Nos está cogiendo un complejo!! "Kia Ora", todo el mundo es amabilísimo!. Hay un punto de información dentro el aeropuerto con trípticos de todo el país. Recogemos unos mapas de carreteras gratuitos de cada región. Son fantásticos y nos sentimos muy bien acogidos. Cuando nos vienen a buscar recorremos unos 35 km, interrogando al conductor, que se divierte mucho con nosotros y nos hace algunas recomendaciones interesantes. Aún no nos hacemos a la idea de dónde estamos. Todo son grandes espacios. Al fondo Auckland empieza a dibujarse entre verdes colores.

Cuando llegamos a la oficina de Kea Camper nos atienden con paciencia y amabilidad. Acabamos de rellenar los formularios, cogemos las cadenas porque si nevase la policía nos las haría poner, mapas de carreteras, por dónde podemos pasar... Después vamos a ver la autocaravana. Es nueva y la chica nos explica su funcionamiento (calefacción, termo, vaciado de aguas, mangueras, gas...) No habíamos conducido nunca una autocaravana y se asegura que lo vamos entendiendo, a pesar de nuestro pésimo inglés!! Es más sencillo de lo que parecía. Nos sorprende por su anchura, está muy bien pensada y se aprovechan los rincones, y bien equipada (sábanas, mantas, etc).

Cargamos las cosas y nos damos cuenta de lo cansados que estamos. Vamos a comprar a un Townfood (una cadena de supermercados muy bien surtidos) de camino a Takapuna . Así el primer día no hemos de entrar a la ciudad (recordad que se conduce por la izquierda) y nos quedaremos lo suficiente cerca para visitarla el día siguiente. El camping de Takapuna está al lado de una playa de lava negra. Tiene un cierto aire marinero con una pequeña cocina-comedor de madera. Hacemos un ágape como es debido y nos vamos a dormir temprano. Ha oscurecido antes de las 6 de la tarde. La autocaravana nos permite vaciar el equipaje y ponernos cómodos: perchas y armarios, cajones, doble fondo... y hay lugar suficiente para almacenar comida para varios días, con nevera incluida.


3/8: AUCKLAND - RUAKAKA

Nos despertamos muy temprano y salimos a ver un amanecer fantástico. Uno de los aspectos que debemos destacar por su belleza son las salidas y puestas de sol. Es importante aprovechar al máximo las horas de luz y por tanto es necesario adaptarse al horario solar.

Tras desayunar nos dirigimos al puerto de Devonport, dónde cada media hora sale un ferry hacia Auckland. Allá mismo compramos un Auckland Pass (8 NZ$) que hace que podamos disfrutar de los viajes que queramos con el link bus (un autobús circular). Pensamos hacer una visita a esta ciudad de más de un millón de habitantes que, a pesar de no ser la capital, tiene una importancia vital para el país. Cerca de la gran ciudad se pueden encontrar playas fantásticas y la costa del norte de Auckland es uno de los lugares de veraneo preferidos por los habitantes de la zona.

Llegando a Auckland te das cuenta que la relación con el mar es importante para los neozelandeses. Desde el embarcadero puedes conseguir billetes de ferry para ir a visitar islas próximas (la compañía Fullers ofrece viajes a la isla Rangitoto, Waikeke... y los precios oscilan sobre los 40 NZ$ por persona), hay gran cantidad de veleros... la ciudad se articula alrededor del mar. El barrio marítimo es uno de los lugares por dónde pasear, con algunos edificios destacados del siglo XIX.

Nosotros nos adentramos en la ciudad andando por calles muy anchas con fuertes subidas y bajadas hasta que encontramos la Skytower (que se ve desde cualquier sitio) de 328 metros de altura (considerada la más alta del hemisferio sur) que nos ofrecerá vistas espectaculares de toda la ciudad. Es una forma de tomar un primer contacto para los que no quieren dedicar mucho tiempo a visitar la ciudad, ya que desde arriba tienes una vista de 360º sobre la ciudad y se pueden ver las islas del golfo de Hauraki. Está abierta a partir de las 8:30am hasta última hora de la tarde y vale 4 NZ$. Si queréis empezar con un bautizo de adrenalina os podéis tirar desde la torre, a una altura de 192 metros, atados por los pies (Sky Jump).

Tras la visita y utilizando el Auckland Pass (autobús) fuimos al parque Domain. Es uno de los muchos parques que hay en la ciudad y que están construidos en algunos de los 14 conos volcánicos que hay en el centro. Este es uno de los parques más antiguos y se extiende sobre una amplia zona. Es muy agradable y placentero pasear entre árboles centenarios. Puedes encontrar fácilmente campos de deportes con familias jugando a rugby y disfrutando del día. Dentro del parque se encuentra el Auckland Museum, construido en 1929 y de diseño clásico. El exterior no es ninguna maravilla, pero lo que contiene sí que merece una buena visita porque os permitirá un primer contacto con la cultura maorí. Podemos encontrar utensilios de las islas del Pacífico y tesoros maorís (incluida una waka o canoa y un templo maorí fantásticamente tallado). Recomendamos la visita a esta zona (planta baja) para entender el origen de los primeros habitantes llegados de las islas del Pacífico. Abren de 10am a 5pm y la entrada es un donativo de 3 NZ$. También debemos destacar la sala de historia natural (primera planta) para ir entendiendo las características que nos esperan a lo largo del viaje.

Si tenéis más días para dedicar a Auckland hay muchas posibilidades de ocio y visitas próximas a la ciudad como por ejemplo el Antartic World, las islas próximas...

Seguimos paseando por la ciudad hasta Victoria Market y volvemos a la zona de aparcamiento de Devonport donde hemos dejado la autocaravana por la mañana. Aún nos queda alguna hora de luz y aprovechamos para hacer camino por la carretera nº 1 dirección norte, hacia Paihia. Adelantamos hasta que anochece (las fuerzas ya flaquean por el jet lag) y decidimos acampar en la Ruakaka Reserve Board (8 NZ$) (hay diferentes opciones durante el camino).


4/8: RUAKAKA - PAIHIA - KAITAIA (hasta el día de hoy 423 km)

Cuando nos levantamos descubrimos que estamos en un estuario rodeados de conejos (como Teletubilandia!!) con un paisaje sobrecojedor.

Seguimos la ruta hacia Paihia. No vamos al ritmo previsto porque aún nos estamos adaptando al cambio horario, pero no tenemos prisa. Nos adentramos en la zona llamada Portland y decidimos pasar por una scenic route que nos ofrece playas y costas recortadas. El asfalto es muy bueno y la conducción agradable. Llegamos a mediodía a Paihia, la bahía de las islas, tras haber hecho muchas paradas para contemplar la costa cálida del océano Pacífico con la Tempiro Bay, la Waipiro Bay... En esta zona se pueden encontrar algunos restos de pa o construcciones maorís, ya que esta fue una zona maorí dónde se estableció el primer contacto con los europeos.

Una vez en Paihia el crucero por las islas es muy recomendable. Hay diferentes tipos de crucero (con más o menos emociones y recorrido). Una duración de tres horas te permite ver una cantidad increíble de pequeñas islas, llegar al Hole in the Rock, visitar el faro de Capo Brett y ver delfines saltando en su medio. También se puede escoger una opción para bañarse con los delfines.

Tras la visita nos desplazamos de camino hacia Kaitaia y dormimos junto al comienzo de la Ninety Mile Beach. Al día siguiente queremos recorrer la playa hasta llegar al Cape Reinga, pero los vehículos de alquiler no tienen permitido el acceso por las variaciones de la marea, la inestabilidad de la arena... Hay diferentes compañías que ofrecen el aliciente de recorrer la playa en un autobús sobre el agua. En el camping The Park Ninety Mile Beach (12 NZ$) nos recomiendan el servicio local de un maorí del pueblo y ellos mismos nos hacen la reserva para el día siguiente por la mañana con la compañía Harrisons Cape Runner. Hay otras compañías como Sand Safaris, Dune Rider, o Fullers.


5/8: NINETY MILE BEACH - WAIPOUA (350 km en autobús + 127 km en autocaravana)

Antes de que nos recoja el autobús vamos andando desde el camping a la playa Ninety Mile Beach (la más larga del país) para ver la salida del sol tras las dunas, que pueden llegar a los 143 metros de altura. Vamos con el pijama, el anorak y botas, y no encontramos nadie en el corto camino que recorremos. Decidimos probar la gélida agua del mar de Tasmania remojándonos más de lo que inicialmente pensábamos. Estamos mucho rato paseando y recogiendo pechinas gigantes de tonalidades azules y marrones. La playaces inmensa y debemos andar mucho hacia adentro para nuestro bautizo en el mar de Tasmania. Antes de que se nos haga tarde nos duchamos y desayunamos.

Nos recoge el autobús a las 9 de la mañana en la recepción del camping. El coste de la excursión de todo un día es de 40 NZ$ e incluye la comida-picnic. Empezamos el recorrido conduciendo por la playa en dirección norte. Junto a la playa podemos ver el bosque de Te Aupori con la vegetación típica de la zona. El conductor se pasa el trayecto cantando canciones maorís y el recorrido en un día espectacular transcurre tranquilo hasta que llegamos a la zona de Te Paki. Nos adentramos a través de un río al interior de la península y allá nos ofrece las tablas de surf para deslizarnos por las dunas (algo de adrenalina no va mal, ¿verdad?). Visitamos Cape Reinga prácticamente solos. Este lugar tiene una importancia especial para los maorís, que lo llaman mundo subterráneo y que hace referencia a la creencia que desde este lugar es dónde los espíritus de los muertos emprenden su viaje hacia Hawaiki. Desde el faro hay una vista espectacular de las playas y se ve el Columbia Bank, lugar de unión entre el océano Pacífico y el mar de Tasmania.

Comemos en la playa de Tapotupotu Bay y continuamos el camino entre zonas que combinan las dunas, los prados y los bosques volviendo al lugar de inicio por la parte este del istmo. Paramos en la playa de Rarawa, donde hay una arena silícica muy fina y encontramos unos caracoles transparentes fantásticos. Llegamos a media tarde al camping y como que aún es claro decidimos seguir adelantando en nuestra ruta.

Emprendemos la carretera nº 12 cruzando el Hokianga Harbour en ferry desde Kohukohu a Rawene (24 NZ$) para llegar al bosque de Waipoua, zona dónde visitaremos los kauris. Dormimos junto a la carretera en medio de la zona ocupada por el bosque de kauris.


6/8: WAIPOUA - WAITOMO (430 km)

Al día siguiente por la mañana nos levantamos y ya estamos a cinco minutos de dónde empieza el corto paseo para visitar el Tane Mahuta o "dios del bosque" de 51 metros de altura y perímetro de 14 metros. Es un árbol kauri de más de 1.500 años. El paseo es muy corto sobre unas pasarelas de madera que protegen la vegetación. Dentro del bosque hay mucha humedad y pronto descubrimos que lo que al comienzo nos parecen palmeras resultan ser las famosas panga o helechos gigantes espectaculares. Por la zona se pueden ver otros kauris en diferentes paseos bien indicados y de tiempo fiable como por ejemplo las Four Sisters. Hay un centro de información próximo.

Continuamos el camino hasta las Waitomo Caves. Dejamos los bosques frondosos con estos árboles altos y firmes y nos adentramos en el corazón de la isla norte.

Llegando a Waitomo al atardecer dormimos cerca del lugar de visita de las cuevas, después de que los mismos propietarios del camping nos informen de las posibilidades de la visita.


7/8: WAITOMO - ROTORUA (234 km)

Las cuevas de Waitomo deben su renombre a la existencia de las glowworm o luciérnagas. Se pueden visitar las cuevas de los Glowworm (con formaciones calcáreas y luciérnagas en el techo de un lago que se cruza en barca) y las de Aranui (espectaculares por las formaciones y situadas en un frondoso bosque). Deben visitarse con guía (primer turno a las 9 de la mañana) y se puede comprar una entrada conjunta de 35 NZ$ para las dos cuevas o 22 NZ$ cada una. La zona, con más de 45 km de cuevas, ofrece otros alicientes como hacer rafting por aguas negras de distintos niveles y duración, rapel por paredes verticales, ...

Tras la visita (dónde no se pueden hacer fotos con flash ni se puede filmar en Glowworm) emprendemos el camino hacia Rotorua. Nos desviamos hacia Matamata, que es desde dónde salen los tours para visitar Hobbiton, de la película El señor de los anillos. Tienen un horario establecido y lo que ofrece no es demasiado interesante ya que están todos los escenarios desmontados. Así, pues, continuamos nuestro camino hacia Rotorua.

La ciudad de Rotorua está estratégicamente situada en una zona volcánica con gran influencia maorí. Más de un tercio de la población son descendientes y es uno de los mejores lugares para poderse adentrar en las tradiciones de esta cultura. También se puede disfrutar de la experiencia de alojarse en una granja y participar de las actividades relacionadas con las ovejas. Por supuesto no debemos olvidar que uno de los mayores atractivos son las zonas termales con una gran cantidad de fenómenos diversos.

Sólo llegar a Rotorua nos encontramos con el parque Kuirau dentro la ciudad y empezamos a ver fumarolas por todas partes. También salen vapores de las cloacas y el intenso olor a azufre lo invade todo. Comemos algo en las mesas que hay en este parque público, lleno de lodos burbujeando, fumarolas... que contrastan con el verde de la hierba. Realizamos la visita maravillados... y esto es sólo un parque público de acceso libre!!

Subimos al monte Ngongotaha para tener una visión de la ciudad y su lago al atardecer y después decidimos solicitar información para los espectáculos maorís y el Polinesian Spa en el centro de información.

Al atardecer nos relajamos en este centro termal dónde se pueden alquilar piscinas privadas (de una a seis personas) con aguas sulfurosas que hacen nuestras delicias. Muy recomendable para relajarse tras unos días de viaje. Se pueden adquirir lodos de la zona en la misma tienda del centro. Abierto de 6:30 hasta 23h y se puede disfrutar de las piscinas exteriores ricas en radio a temperaturas de 33º a 43ºC o de las privadas dónde se puede regular la entrada de agua caliente al gusto.

Cuando salimos vamos a buscar el hotel Millennium, que es dónde hemos contratado el espectáculo. Quisimos huir de las turistadas y escogimos una opción más tranquila y económica, pero no vale mucho la pena. La cena no es típica y el espectáculo resulta pobre. Hay muchas opciones y las podéis consultar en el centro de información de la población. La opción más conocida es el Tamaki Maori Village, que ofrece la reconstrucción de un antiguo poblado, comida típica y disfrutar de las danzas.

Dentro la ciudad podemos encontrar el área termal de Whakarewarewa que incluye la reproducción de un poblado maorí, un instituto de artesanía y la zona termal con géisers, como el Pohutu, de 30 metros de altura.

Dormimos en las afueras de la ciudad de camino a Wai-o-Tapu, la primera de nuestras visitas del día siguiente.

Otra opción para los amantes del vulcanismo se encuentra partiendo de la ciudad de Rotorua y tomando la carretera 30 dirección nordeste hasta Whakatane, donde se puede visitar la White Island en helicóptero y aterrizar en ella. Esta isla es un volcán permanentemente activo que ofrece fumarolas y formaciones espectaculares, aunque el billete es caro.


8/8: ROTORUA - WAI-O-TAPU - WAIMANGU - TONGARIRO NP (260 km)

Dedicamos el día a explorar algunos de los centros termales próximos a la ciudad. La oferta es muy amplia y se puede dedicar todo un día entero para disfrutar. Se ofrecen diferentes packs de ahorro según las preferencias. Hay un ticket combinado de Wai-o-tapu Thermal Wonderland y el Waimangu Volcanic Valley que vale 36'50 NZ$.

Wai-o-tapu es el área termal más colorista y diversa del país que se encuentra 27 km al sur de Rotorua. Es una amplia zona termal en la que se pueden visitar cráteres hundidos, piscinas de agua y lodo, fumarolas de vapor... y el Lady Knox Geyser de 20 metros de altura que se activa a las 10:15 puntualmente (lo estimulan con jabón).

Hay tres posibles recorridos de 30', 45' y 75', pese a que nosotros dedicamos más de 4 horas sin cansarnos de admirar los colores y las formaciones. Algunos ejemplos son la Champagne pool (piscina de 60 m. de diámetro a 70º, llena de burbujitas y de color verde y naranja), Artist's Palette (terraza silícica que cambia de color según el nivel del agua), Primrose Terrace (terraza de cuarzo blanco y amarillo), Devil's Bath (cráter lleno de agua de color verde intenso por el arsénico que contiene)... Es una visita indispensable para hacerse una idea de la zona volcánica de Taupo.

La zona hidrotermal de Waimangu se creó como consecuencia de la acción del volcán Tarawera. Es más abrupta y salvaje que Wai-o-tapu y el paseo de hora y media sigue el curso del río y todos los fenómenos próximos a él: terrazas silícicas, pequeños surtidores, el lago Frying Pan, el cráter del Inferno (que forma un lago con temperaturas de 80ºC que sube y baja de nivel en un ciclo de 38 días)... Un autobús gratuito pasa por diferentes puntos del recorrido y vuelve al punto de origen. A la entrada dan suficiente información.

En esta zona estaban las llamadas Pink and White Terraces que fueron destruidas en el año 1886 durante la erupción del volcán Tarawera y de 1900 a 1904 por el géiser Waimangu de 400 metros de altura. El paisaje es muy abrupto.

Tras el interesante recorrido iniciamos el camino hacia el parque nacional del Tongariro. Llegamos al atardecer y dormimos en una zona de acampada al pie de los volcanes de este parque. Es una zona de acampada libre con los servicios mínimos. Dejamos el coste simbólico dentro un sobre en un buzón.


9/8: TONGARIRO NP - WELLINTONG - PICTON (380 km)

P.N. Tongariro
P.N. Tongariro

El parque nacional de Tongariro es un lugar fantástico para admirar paisajes volcánicos y hacer actividades al aire libre. Desde cualquier punto la visión de los tres volcanes principales nevados, el Ruapehu de 2.797 m., el Ngauruhoe de 2.291 m. y el Tongariro de 1.968 m., te transportan a tierras primitivas. Fue declarado patrimonio de la humanidad por su valor natural en 1990 y cultural en 1993. Hay rutas de 4 ó 5 días, zonas de esquí... pero si sólo se dispone de un día se recomienda hacer la Tongariro Crossing (según los neozelandeses es el mejor trekking de un día de todo el país).

Nos levantamos muy temprano y descubrimos las siluetas de los tres volcanes nevados delante nuestro. El día se presenta frío pero claro. Decidimos realizar la caminata del Tongariro Crossing: esta se inicia en Mangatepopo y acaba en Ketetahi. Nosotros la hicimos hasta los lagos Esmeralda y volvimos atrás hasta la autocaravana. Si se quiere realizar la vuelta completa debemos contratar el servicio de un transporte que te devuelva a Ketetahi, en su punto de origen. El camino está muy bien señalizado y no hay pérdida. Muchas zonas tienen pasarelas de madera para no malograr la delicada vegetación. Hay una primera parte suave que cruza los campos de lava del Ngauruhoe y el espectáculo es fantástico según avanza el día. Estos paisajes corresponden a algunas escenas de Mordor del Señor de los Anillos. Andamos prácticamente solos por esta tierra inhóspita. Encontramos algunos saltos de agua que invitan al baño si no fuera porque vamos con anoraks y gorro. Pronto entramos en calor cuando debemos superar una larga subida llena de piedras volcánicas. La vista desde arriba vale la pena ya que tenemos enfrente todo el valle. Seguimos ascendiendo hasta llegar al cráter sur. Ahora ya andamos sobre nieve y hay gente que ya se ha puesto crampones. Nosotros vamos bien con las chirucas, aunque sabemos que deberemos bajar de culo. Cruzar la llanura del cráter sur del Tongariro, entre los dos volcanes, es fantástico y otra vez nos toca subir hasta llegar al cráter rojo. Arriba hay poca nieve debido a la temperatura y las emanaciones del suelo. Las chimeneas y los colores rojizos que se ven desde la cumbre justifican el esfuerzo realizado. Desde aquí se ven los lagos esmeraldas de un verde intenso, si no es que están helados!. Nosotros volvimos atrás sobre nuestros pasos y el paisaje adquirió otra dimensión. Si se quiere continuar el camino entonces este desciende bordeando el lago Esmeralda y con vistas al lago Taupo. En Ketetahi hay un refugio.

Volviendo a la caravana comemos algo, pensando en la mañana vivida de paisajes únicos. Una vez recuperados emprendemos el camino hacia Wellington para tomar el primer ferry disponible y cruzar el estrecho de Cook hasta la isla sur. Realizamos algunas llamadas para reservar el ferry para el día siguiente a primera hora y nos informan que ha uno por la noche. Nos animamos y reservamos plaza por teléfono (no hay descuentos ni por familia, carné de estudiante...). Tenemos que estar en Wellington antes de las nueve y esto quiere decir conducir sin cesar hasta llegar, ya que hay 380 km de distancia. Llegamos antes de tiempo y enseguida encontramos el muelle gracias a las muy buenas indicaciones. Embarcamos la autocaravana en la bodega y nos vamos al piso de arriba. A las 9:15 zarpamos, pero ninguno de nosotros lo llega a ver cansados como estamos de todo el día. Nos despertamos cuando llegamos al puerto de Picton pasada la medianoche. Salimos del puerto y acampamos en el Parkland marina (10 NZ$). Ya estamos en la isla sur.

La isla norte nos ha sorprendido por su vegetación: desde prados de verdes intensos a nivel del mar hasta los bosques de kauris o los helechos jurásicos gigantes. Las zonas volcánicas nos han ofrecido espectáculos únicos y variados con colores difíciles de describir. El contacto con la cultura maorí nos ha transportado a un pasado rico y exótico.


10/8: PICTON - KAIKOURA (163 km)

Hoy nos relajamos a la hora de levantarnos porque la noche anterior pasamos el estrecho de Cook con el ferry. Nos levantamos a las 8 en un día claro y radiante. Nos despedimos de Picton sin prácticamente visitarlo y enfilamos la carretera Queen Charlotte Drive para realizar un recorrido por los Marlborough Sounds. Esta zona llena de islas, fiordos y bahías se puede recorrer en bicicleta, kayak... pero nosotros nos limitamos a algunas caminatas señaladas desde la carretera y a la visita de playas y calas hasta llegar a Havelock a la hora de comer.

Picton
Picton

Enseguida que dejamos Picton la carretera asciende bordeando el fiordo Queen Charlotte, al final del cual se encuentra la población. Nuestra primera parada nos ofrece una vista de todo el conjunto con el ferry matinal llegando a la población entre montañas de un verde intenso y helechos que recortan el paisaje. A partir de aquí los escenarios se suceden compitiendo en belleza. Pequeñas caminatas marcadas nos aproximan a los mejores lugares para tener las vistas más amplias. Vemos gente haciendo kayak cerca de las playas llenas de patos. Hace un día muy caluroso y nos vienen ganas de bañarnos!

Llegamos a Havelock, población autodenominada la capital mundial del mejillón de labios verdes. Este pueblo se dedica en la actualidad básicamente a la pesca y la piscifactoria. Hay grandes zonas de crianza de estos mejillones gustosos y buenísimos. Comemos en uno de los muchos restaurantes de la zona, el Mussel Boys, dónde nos ofrecen diferentes propuestas de platos de estos mejillones: con leche de coco, con especies, bacon... Si no se quiere ir al restaurante, se pueden encontrar en diferentes supermercados ya que son los que consume la población. Vale la pena probarlos!! En este pueblo también se pueden adquirir objetos hechos con paua (caparazón de molusco muy utilizado por los maorís y de colores brillantes) y de otras artesanías. Siguiendo en esta dirección y bordeando la costa se puede llegar a la zona del Parque Nacional Abel Tasman que ofrece también muchas posibilidades, pero nosotros no fuimos.

Desde Havelock emprendemos la carretera 6 dirección sur para adentrarnos en la región de Blenheim y sus viñas. Atravesamos grandes extensiones de cepas dónde se pueden visitar cavas. Es una zona muy llana dónde se divisan las montañas de Richmond al fondo (atención con la velocidad!!)

Nuestro objetivo es llegar hasta Kaikoura para poder hacer el día siguiente el avistamiento de ballenas. Desde Blenheim seguimos dirección sur por la carretera 1 que bordea la costa. Es una zona muy deshabitada sin ninguna gasolinera en 130 km y sin prácticamente ninguna población (son 3 ó 4 casas). Conviene hacer previsión de combustible si no queréis quedaros sin, como nosotros. Aún así nuestra experiencia nos permite decir que la gente es muy amable y que nos ayudaron en todo momento.

Llegamos a Kaikoura por la noche. Antes hemos llamado a la compañía Whale Watch para reservar plaza para el día siguiente. Sólo hay plaza en el primer turno y nos tocará madrugar. Aún así hemos tenido suerte porque es una actividad muy solicitada y el principal objetivo de visita de la zona. Con la plaza asegurada llegamos más tranquilos a Kaikoura cuando ya es por la noche. Nos instalamos en el parking del puerto (junto a la oficina dónde hemos contratado la excursión) y nos vamos a pasear por el pueblo. Esta población ofrece algunos restaurantes con especialidades de marisco fresco (cómo por ejemplo la langosta), pero nos decidimos por un vegetariano. Dormimos junto al mar.


11/8: KAIKOURA - GREYMOUTH (400 km)

Antes de las 7 de la mañana ya estamos en la caseta dónde nos confirman que el barco saldrá, aunque el estado del mar no es muy bueno. La población de Kaikoura está situada en una península muy próxima a una llanura abisal dónde la elevada profundidad y las aguas frías hacen que haya mucho alimento cerca de la costa. Por eso es fácil observar aquí ballenas de diferentes especies y delfines durante todo el año. Hay empresas que ofrecen varias actividades como poder nadar con los delfines o hacer un recorrido para observar las ballenas en alta mar cómo hicimos nosotros. Hacemos el primero de los cuatro recorridos diarios con la empresa Whale Watch.

Emprendemos la aventura en un catamarán modernísimo con alta tecnología incorporada. A pesar de la mala mar el barco prácticamente no se balancea. En el interior, cómodamente sentados, mediante unas pantallas podemos hacer el seguimiento de la zona que recorremos y la profundidad que hay. Nos dan explicaciones de las características de la zona y las diferentes especies de animales que podemos encontrar. Los primeros en visitarnos son los delfines Dusky que nos acompañan prácticamente en todo el recorrido. A través de un sistema de radar y escucha podemos saber dónde se encuentran las ballenas y de esta forma localizamos cinco ballenas sperm o cachalotes gigantes que podemos observar a una distancia prudencial mientras respiran y se hunden elevando elegantemente la cola. Todo este espectáculo está aliñado con el trasfondo de las montañas nevadas y sin tener que alejarnos demasiado de la costa por las características que ya hemos explicado.

A las once de la mañana ya hemos vuelto a la autocaravana y nos disponemos a emprender el camino hacia Greymouth, situado en la costa oeste. Por ello debemos cruzar la isla hacia el otro lado y elegimos la opción de atravesar el parque nacional Arthur Pass. Tomamos la carretera 1 dirección sur y nos desviamos a la altura de Rangiroa, a pesar de la niebla y la lluvia (por la costa hemos visto leones marinos). De Rangiroa hasta Springsfield circulamos por una scenic route dónde podemos ver muchas granjas de ovejas, de ciervos... y algunas de llamas!! Aprovechamos el fondo de este paisaje para comer .

Desde Springfield la carretera 73 nos permitirá cruzar el Arthur Pass. Creíamos que era un puerto de montaña ya que es la más alta y espectacular que cruza horizontalmente la isla y nos sorprende una carretera bien asfaltada y con relativas pocas curvas. Se pueden ver fantásticos paisajes y montañas en todo el recorrido (si hace un buen día). Nosotros teníamos vistas del valle, pero la niebla en las cumbres nos acompañó prácticamente todo el camino. Hay distintos puntos de interés que merecen una parada como el Castle Hill (una gran formación de roca calcárea), el lago Pearson...

Dormimos cerca de Greymouth, en el camping South Beach (9 NZ$)


12/8: GREYMOUTH - FOX GLACIER (257 km)

Llegamos a Greymouth y la zona de los Pancakes que es nuestra primera visita del día tomando la carretera 6 en dirección norte. En Punakaiki todo está indicado para poder visitar estas formaciones rocosas tan espectaculares integradas dentro del parque nacional de Paparoa.

Los Pancakes Rocks se encuentran a la orilla del mar y son unas formaciones rocosas producidas por una sedimentación de material calcáreo y erosionadas por los elementos. El aspecto actual es como si fueran torres de altura considerable con capas muy estrechas y bien diferenciadas. La parte de los sopladores se puede observar con la marea alta. Hay una caminata con explicaciones que dura aproximadamente 20 minutos y en la que se pueden ver las formaciones. Hay otras opciones que requieren más tiempo y se puede consultar en la caseta de información situada junto a la entrada.

Tras la visita nos dirigimos al Westland National Park, en los Alpes meridionales. Se caracteriza por las altas montañas (hasta 3.500 metros), los glaciares, los bosques tropicales, los lagos... todo en pocos km cuadrados. El parque tiene más de 60 glaciares, pero los más conocidos son el Franz Josef y el Fox.

Llegamos al pueblo de Franz Josef a mediodía y encontramos prácticamente una única calle dedicada a las actividades relacionadas con los glaciares y la naturaleza de la zona. Destacan las compañías de vuelos que aprovechan cualquier indicio de buen tiempo para ofrecer inolvidables vistas aéreas. Cuando llegamos el cielo estaba nítido y las montañas se presentan imponentes. Decidimos contratar un vuelo con helicóptero aprovechando el momento y al cabo de 10 minutos ya estamos en el helipuerto dispuestos a iniciar el vuelo para hacer un recorrido por los dos glaciares más importantes, aterrizar en la cabecera del glaciar y poder contemplar el Mt. Cook y el Mt. Tasman. La experiencia resulta inolvidable. En un momento estamos encima del glaciar observando el circo glaciar coronado por las cumbres más altas del país. Las impresionantes formas del hielo y poder ver a la vez la pendiente de los glaciares, los bosques tropicales en su base y el mar cercano. Es una experiencia única. Empresas como Franz Josef Glacier Guides, Air Safaris, Tekapo Helicopters, o Alpine Guides Fox Glacier, por decir algunas, pueden orientaros en vuestra elección. Tras el vuelo aún nos queda un rato de luz y decidimos visitar el frente del glaciar que se encuentra a pocos kilómetros del pueblo. Así pues, emprendemos una caminata llana hasta un mirador dónde podemos ver el frontal del glaciar y el río Waiho y dónde se puede apreciar el retroceso que está padeciendo este glaciar único (tiene unos 11 km y está a 300 metros sobre el nivel del mar). Antes de ver el hielo se camina por entre bosques de vegetación frondosa. El paseo puede ser más largo o corto dependiendo de si nos queremos acercar más o menos.

Decidimos ir a dormir al pueblo de Fox Glacier. Cuando llegamos los operadores de actividades ya han cerrado y nos recomiendan estar a primera hora dónde nos interese. Nos gustaría poder andar por el glaciar con crampones. También hay otras muchas actividades de aventura. Os podéis inspirar en los puntos de información de los pueblos. Todo depende del tiempo y el bolsillo que tengáis. Descansamos en el Fox Glacier Holiday Park (10 NZ$).


13/8: FOX GLACIER - WANAKA (320 km)

Glaciar Fox
Glaciar Fox

Nos levantamos al pie del glaciar (está prácticamente dentro del pueblo). A las 8:03 ya estramos por la puerta de la agencia que organiza las excursiones y nos confirman que está todo lleno. No podemos esperar otro día y nos organizamos mientras tomamos un buen desayuno. Decidimos ver el frente del glaciar lo más cerca posible de él.

Al acercarnos al glaciar Fox, ya desde la carretera, se ven marcas que nos indican hasta donde había llegado su frente, así como la erosión que ha quedado marcada en las rocas. Dejamos la autocaravana dónde empieza el camino y empezamos a andar. El terreno tiene las marcas del avance del glaciar. Las paredes son agrestes y recortadas y la vegetación, por increíble que parezca, es tropical con helechos incluidos. Nos vamos aproximando al frente del glaciar y muchos carteles nos informan de su inestabilidad y de la necesidad de mantenerse a una distancia prudencial. Cuando llegamos nos pasamos un buen rato contemplando los azules de esta maravilla natural. Lo que resulta increíble es encontrar los glaciares a tan poca altura respeto el nivel del mar y rodeados de esta vegetación tan imponente. Son los únicas del mundo con estas características.

Cuando volvemos a la autocaravana decidimos parar por el camino visitando el lago Matheson. El día es fabuloso y no hay ni una sola nube. En el parking hay pocos coches y no se ve el lago desde aquí. Emprendemos un camino que nos indica un recorrido que da la vuelta al lago. Quedamos embelesados cuando llegamos al lago y nos encontramos el Mt. Cook y el Mt. Tasman reflejados en las aguas negras del lago. La belleza del entorno hace que no nos creamos nuestra suerte. Nos animamos y damos toda la vuelta a pie bordeando el lago durante una hora y media. Pasamos por pequeñas cascadas llenas de musgo, helechos, líquenes, ... y de vez en cuando volvemos a ver las fantásticas montañas reflejadas en las aguas del lago. Un paisaje de postal! Es un espejo del cielo!

Reflejos en el lago Matherson
Reflejos en el lago Matherson

Emprendemos el camino hacia el Haast Pass. Comemos en el lago Parinya y continuamos. La isla sur nos está ofreciendo paisajes de postal que muchas veces no sabemos ni situar. Sencillamente paramos, admiramos la belleza y la tranquilidad y continuamos. En el Haast Pass cruzamos el largo valle del río Haast rodeado de picos repletos de glaciares. Llegamos a Wanaka y encontramos mucho ambiente en las calles. Este es un centro de esquí muy importante. Las tiendas presentan las últimas novedades y hay multitud de esquiadores disfrutando del tiempo y los locales nocturnos. Queremos dormir cerca del lago Wanaka, pero hay carteles que lo prohíben. Alrededor de la población principal hay urbanizaciones con casas increíbles junto al lago y con vistas a las montañas. Al final conseguimos estar cerca del lago y descansar en una de las noches más frías en la isla. Desde nuestra posición podemos ver las luces del esquí nocturno de la estación Treble Cone y por supuesto contemplar una cantidad de estrellas increíbles con la Cruz del Sur presidiéndolo todo.


14/8: WANAKA - TE ANAU (400 km)

Mount Aspiring
Mount Aspiring

Nos despertamos junto al lago. El paisaje es fantástico y helado. Llegamos a Wanaka para desayunar. Junto al lago hay unos lavabos públicos (cómo en todos los pueblos) y mucho movimiento de esquiadores que se dirigen a las pistas. Deshacemos el camino del día anterior para ver mejor el lago Hawea. Como que tenemos tiempo decidimos hacer un recorrido por el Mount Aspiring National Park, bordeando el valle del río Matukituki. El camino es de tierra, pero podemos avanzar rápido, ya que es llano. El día está claro y los picos quedan reflejados en los numerosos lagos. Las ovejas comen tranquilamente bajo la sombra de las montañas nevadas. Bordeamos el amplio valle del río admirando montañas, prados... entre ocres, verdes, marrones... Mount Aspiring lo preside todo. Recorremos el camino de tierra durante más de hora y media contemplando la magnitud del valle y los tonos del invierno. En esta zona se pueden realizar muchas caminatas, escaladas... Nosotros nos limitamos a recorrer el camino y hacer cortos paseos. Aquí vemos una camioneta llena de posums. Este animal parecido a una zorra con larga cola, pero más pequeño, es un animal que fue introducido y que causa un grave desequilibrio ecológico. Hay muchos y los podéis encontrar atropellados en la carretera. Hay cacerías controladas y se aprovecha su pelo para ropa de abrigo.

Nos dirigimos a Queenstown por una scenic route donde conforme nos acercamos a la ciudad vemos la cordillera de los Remarkables. Una vez allí paseamos por el centro y pasamos la tarde viendo la cantidad de deportes de aventura diferentes que ofrece la ciudad que llaman la capital de la aventura de Nueva Zelanda. Al atardecer nos trasladamos a Te Anau, pueblo desde el que pensamos visitar la zona del Fiordland National Park. Llegamos al Te Anau Great Holiday Park (11 NZ$), un camping muy moderno dónde pedimos información para recorrer la zona de los fiordos. Contratamos la excursión al fiordo Doubful a una empresa familiar y organizamos los días que nos quedan en esta región. Por la noche llueve a cántaros.


15/8: TE ANAU - MILFORD SOUND - TE ANAU (235 km)

El Fiorldland National Park es el parque nacional más grande del país. Ha sido declarado patrimonio de la humanidad por sus características geológicas. Desde Te Anau se pueden realizar varias excursiones para explorar esta gran zona, ya que ofrece todos los servicios necesarios. Si no se tiene la suerte de disponer de muchos días para realizar algunas de las grandes caminatas a los fiordos, como el Milford Track de 5 días, el Hollyford Track de 6 días, o el Routeburn Track de 3, se puede plantear la opción de visitarlos en coche o excursiones organizadas. Debe tenerse en cuenta que las características de vegetación y paisaje están producidas justamente por el alto índice de pluviosidad.

Hoy decidimos ir a visitar el Milford Sound, aunque el día se presenta nublado y con niebla. Este es el único fiordo que se puede visitar con el propio vehículo, aunque hace falta llevar cadenas por si las moscas (consultar información de carreteras de Milford Sound). Encontramos una carretera en buenas condiciones que bordea el río Eglinton, asciende 1.200 metros hasta Homer Tunnel y cruza el valle de Cleddau hasta llegar a la altura del mar. Encontramos agua por todas partes: nos cae encima, debajo, en la carretera, por los lados.... todo es un mundo de cascadas y riachuelos entre la densa vegetación y la niebla en esta región indómita. El propio recorrido por si mismo ya vale la pena y es muy espectacular. Por el camino hacemos algunas paradas en los lugares indicados y encontramos keas, un loro alpino de dimensiones considerables y de plumaje verde y calabaza, que se deja observar con curiosidad. Llegamos al fiordo en medio de claros, pero hace frío y no cogemos el barco que recorre el fiordo y que permite acceder a las Bowen Falls y ver fauna como pingüinos, focas o delfines entre la niebla. Para este servicio hay diferentes empresas como la Milford Sound Scenic Route, Milford Sound Cruises... En invierno ofrecen un par de recurridos al día y hay diferentes opciones (precios entre 46 y 65 NZ$). Aún así podemos ver la silueta del Mitre Peak de 1.692 metros junto a las aguas oscuras del fiordo y disfrutar del paisaje que varía de color dependiendo de la luz.

Por el camino de vuelta empieza a nevar y pasamos el Homer Tunnel cuando la nieve empieza a cuajar. Es un trayecto de 200 km sin gasolineras. Vamos al camping a descansar y aprovechamos que dispone de cocina, sala de estar con chimenea, comedores, lavandería...


16/8: TE ANAU - DOUBFUL SOUND - TE ANAU

Hoy también se presenta el día lluvioso y las montañas que rodean el lago Te Anau están bien nevadas. Tenemos contratada la excursión al Doubtful Sound con la compañía Fiordland Explorer Charters, aunque hay otras compañías como la Scenic Cruises.

León marino
León marino

Lo primero que hacemos es ir hasta el lago Manapouri en una furgoneta. Allá nos reunimos con el grupo y subimos a una barca familiar para cruzar este lago en aproximadamente una hora. El mal tiempo nos permite ver la dureza del clima en esta zona, aunque dicen que el invierno es la mejor época para visitarla. Nos lo cogemos con mucha filosofía y disfrutamos del viaje. Cuando llegamos al otro extremo del lago subimos a un minibús para hacer un corto recorrido hasta el centro de información de la central hidroeléctrica que visitamos. Cuando salimos enfilamos una carretera de curvas dónde pronto hace aparición la nieve y el paisaje se transforma. Nos encanta el paisaje nevado y agreste, tan salvaje y auténtico, pero parece que al resto no les hace gracia que el día no acompañe. El propietario de la empresa nos dice que tenemos suerte porque estamos descubriendo la zona tal y como es la mayor parte del año. Continúa nevando durante todo el camino y llegamos al fiordo, dónde subimos a otra barca, ahora más grande y cómoda y empezamos el recorrido cruzando el fiordo, viendo las cascadas caer directamente al agua, algunos picos se dejan ver entre los claros, ya que el tiempo se muestra muy variable, el verde brillante de las montañas, el negro oscuro del agua... intentamos no pensar cómo sería si luciera el sol!! Aprendemos muchas cosas en el recorrido: la composición del agua con una capa superficial mayormente dulce de tanto que llueve, que llega a los 420 metros de profundidad, 40 km de largo, las Browne Falls tienen 619 metros de caída, los valles son en forma de U por la erosión de los glaciares... Al final resulta ser un recorrido de lo más increíble. Encontramos algún león marino dentro del agua, pero los pingüinos y los delfines se resisten. Volvemos de la excursión a las 18:30, tras deshacer el camino en medio de la nieve que ya ha cuajado.

Al volver al camping descubrimos que se juega la final de rugby del torneo de las Tres Naciones y Nueva Zelanda juega con Australia. Antes del partido decidimos ir al pueblo a por cervezas Mac's y algo de aperitivo y nos situamos en la sala con chimenea, dispuestos a disfrutar de la velada animando fervorosamente al país que tan bien nos acoje. Empieza el partido con el tradicional Haka maorí: Ringa pakia a, ka mato, ka mato, ka ora, ka ora... por parte de los All Blacks. Montamos un espectáculo porque la gente que nos acompaña, en el terreno del rugby, son rivales de verdad. Al final acaba ganando Nueva Zelanda y nosotros acabamos con algunos amigos más (aunque algo disgustados!).


17/8: TE ANAU - BLUFF - WAIKAWA (360 km)

Hace un día radiante!! Descubrimos que estamos en medio de un paraíso con las montañas bien nevadas. Hay unas vistas fantásticas. Emprendemos el camino hacia el lago Te Anau y deshaciendo el camino de ayer hacia el lago Manapouri, que presentan paisajes idílicos. Este lago es reconocido como uno de los más bonitos de Nueva Zelanda. Tiene una extensión de 142 km2 y 433 metros de profundidad, y contiene hasta 35 islas.

Recorremos una scenic route con paisajes de montaña espectaculares. Nos dirigimos al sur y empezamos a cruzar zonas más secas y montañeras. El viento también empieza a hacer acto de presencia hasta llegar a Bluff. El Slope Point es el lugar más al sur de la isla y nos hacemos la foto de rigor en el poste indicador de distancias con la senyera que nos acompaña todo el camino. Somos un espectáculo!!.

Desde este punto vemos la isla Steward que está a 35 km y a la cual nos estamos planteando llegar. Antes, pero, decidimos ir a comer al pequeño restaurante que está en el cerro ante el indicador. Nos hartamos de ostras de Bluff y pescado frito. Estamos allí bastante rato porque hay un ambiente muy casero (aunque también algo rígido). Tienen información sobre la isla y como organizarnos. Mientras decidimos si tomar el ferry, vemos como se aproxima, pero la pereza nos puede. A la isla Steward no podemos ir con la autocaravana y una vez allí debemos contratar una excursión nocturna para ver los kiwis en libertad (con algunas de las seis especies que existen) en el Rakiura National Park, quedarnos a dormir, pagar el transporte y todos las comidas, por lo que el presupuesto se nos dispara. A media tarde decidimos abandonar el restaurante.

La ruta de la costa que hemos elegido, la southern scenic route por la región de los Catlins, resulta encantadora con prados inacabables llenos de ovejas de tipos Merina, junto al mar y los árboles inclinados por la acción del viento que no para nunca de soplar. Hay distintos atractivos recorriendo esta carretera. Nosotros llegamos hasta la Porpoise Bay y acampamos en una zona junto al mar y en lo alto de un acantilado, con servicios muy básicos, pero con unas vistas espectaculares sobre la costa agreste. Dormimos con el rumor del mar enfurecido de fondo (3 NZ$).

Porpoise Bay es una playa ideal por bañarse con los delfines Hector que están en verano y otoño. También es fácil ver parejas de pingüinos de ojos amarillos y focas.


18/8: WAIKAWA - DUNEDIN (295 km)

Vemos salir el sol desde la playa Porpoise donde recogemos pechinas. Nos trasladamos a una cala próxima dónde hay un bosque petrificado, la llamada Curio Bay. Los restos de este bosque jurásico son visibles sobre una plataforma rocosa cuando baja la marea. Desde el mirador y con la ayuda de un plano explicativo puedes apreciar mucho mejor todas las formas, pero cuando impresiona es al pisar esta madera fosilizada y se aprecian sus vetas, los nodos y los agujeros de los árboles, así como algunos cambios de colores. Tiene una extensión considerable y pronto la marea empieza a subir advirtiéndonos de que se nos acaba el tiempo de visita.

Seguimos nuestra ruta por la zona de los Catlins en un día bastante soleado y sin prisa. Nos desviamos de la carretera para visitar el Nugget Point. Tras una caminata se llega a un mirador desde dónde se pueden ver unas rocas llenas de colonias de focas, leones marinos, cormoranes, pingüinos... en la lejanía es algo difícil distinguirlos, pero unos buenos prismáticos ayudan.

Seguimos el camino en dirección a Dunedin, en la provincia de Otago, enfilando la carretera 1 hacia el norte. Una vez en la ciudad y antes de visitarla nos dirigimos a la península de Otago. En esta península de 24 km de longitud (con curvas y de recorrido lento) podemos encontrar variedad de paisajes costeros, casas de interés o fauna. Nosotros nos dirigimos al Yellow Eyed Penguin por la Portobello Road. Esta reserva tiene una forma de observar los pingüinos de ojos amarillos de cerca a través de unas trincheras, sin estorbar su ritmo de vida ni estresarlos. Cuando llegamos el último tour ya ha salido (es conveniente asegurarse de los horarios en invierno y reservar). La mejor hora para observarlos es por la tarde. También se puede visitar una colonia de albatros reales en el Royal Albatros Centre. De todas formas vale la pena llegar hasta el final de la península de Otago para ver el cabo de Taiaroa y los cormoranes de la isla Steward.

Llegando a Dunedin nos adentramos en una de las pocas ciudades de la isla sur. Tiene una gran influencia escocesa y puede recordarnos algunos edificios de Edimburgo. El centro se estructura en el llamado Octagon y hay relativamente poca distancia entre los edificios a visitar. Nosotros paseamos por las calles y visitamos la antigua estación de ferrocarril con vitrales decorados y grandes salas. Hay otros edificios destacables como la catedral de St. Paul, las cámaras municipales... Nos centramos más a descubrir algunas tiendas como la de los All Blacks. Pasamos la noche en el camping Leith valley Touring Park (10 NZ$).


19/8: DUNEDIN - BURKE PASS (288 km)

Empezamos el día recorriendo de nuevo el Octagon de Dunedin. En comparación con otras ciudades europeas no es muy interesante, pero llevamos muchos días sin ver ciudades, ni ambiente y nos gusta pasear.

Retomamos el camino hacia Oamaru por la carretera 1 dirección norte, dónde hemos leído que también existe la posibilidad de ver pingüinos. Antes de llegar a Oamaru hacemos una parada en la Moeraki Boulders Scenic Reserve. En esta reserva se visita una playa llena de unas formaciones rocosas generadas en el fondo marino, a partir de un núcleo calcáreo. Las rocas, esféricas y finas, son más grandes de lo que creíamos (llegan a los 4 metros de perímetro) y acabamos de pasar una mañana muy sorprendente, junto a estas formaciones tan especiales. Algunas están rotas por la acción del mar y la erosión y se puede ver su interior cristalizados. Parecen colocadas estratégicamente y las hay pequeñas y otras mucho mayores. Nos encanta la visita!! Podemos subirnos encima de las rocas o incluso meternos dentro. La playa que se recorre hasta llegar a los Moerakis está llena de tesoros: pechinas, paues, moluscos... Debemos jugar con el agua para no mojarnos!!

Al llegar a Oamaru (denominada the penguin capital of New Zealand) reducimos su visita a una calle con edificios de estilo colonial inglés, ya que nosotros buscamos el centro de información dónde nos puedan indicar dónde y cuando ver los pingüinos. Nos informan de dos visitas y nos han dicho que a partir de las tres de la tarde podemos ir a un punto de observación para ver pingüinos de ojos amarillos (a la Bushey beach) y al atardecer podemos ver pingüinos azules en la Oamaru Blue Penguin Colony.

A las 15:05 ya estamos preparados y equipados para instalarnos en el mirador, en lo alto de un acantilado para observar la larga playa de arena anaranjada. No sabemos muy bien qué veremos y aprovechamos para leer las recomendaciones que debemos seguir estrictamente, ya que estos pingüinos están en peligro de extinción. No nos podemos acercar ni nos pueden ver ya que les causamos estrés. Tampoco podemos acercar animales domésticos o movernos bruscamente... Estamos muy emocionados y a las 15:15 puntualmente aparece una especie de pato patoso sobre el rompiente de las olas. Se trata de un pingüino que empieza a cruzar la playa para esconderse en los arbustos dónde tiene el nido. Un señor, que es el vigilante, nos hace señales para que nos acerquemos. En maorí reciben el nombre de Hoiho y miden alrededor de 65 centímetros y entre 5 y 8 kilos de peso. El vigilante controla los nidos y nos enseña el pingüino de muy cerca. Hace mucho frío a pesar de que vamos muy abrigados. Tras más de 2 horas de viento helado y 5 pingüinos decidimos ir a tomar chocolate caliente (con una nubecilla de gominola!!).

Al atardecer tenemos contratada una visita para ver los pequeños pingüinos azules que llegan a partir de las 7 de la tarde. La reserva está situada a cinco minutos en coche desde el pueblo y por el camino se pueden ver divertidos carteles advirtiendo del peligro de los pingüinos. Nos sentamos en una grada de madera ante la costa escarpada y las rocas golpeadas por un mar enfurismado. Poco a poco van apareciendo estos pequeños pingüinos, de nombre maorí Korora, que parece que se vayan a lesionar cuando salen del mar. No se les puede hacer fotos ni filmar y se esconden en los nidos que tienen muy cerca del agua. Son muy curiosos y se acercan a la gente. Son la especie de pingüinos más pequeña del mundo. Miden 25 centímetros de altura y pesan alrededor de un kilo.

Es tarde, cuando salimos emocionados de la visita, decidimos adelantar algo de camino para aproximarnos tanto cómo podamos al Mt. Cook. Dormimos junto a un lago.


20/8: BURKE PASS - MT. COOK NATIONAL PARK (147 km)

Por el hecho de no visitar la isla Steward, inicialmente planificada en el recorrido, tenemos más días libres y decidimos adentrarnos para volver a visitar los Alpes, pero desde el otro vertiente, ya que nos han gustado mucho. Por eso es por lo que nos dirigimos al Aoraki/Mt. Cook National Park. Este parque tiene 19 picos de más de 3.000 metros, entre ellos el más alto del país, el Mount Cook, y el 40% de su superficie son glaciares.

En el camino nos encontramos con el lago Tekapo y el Pukaki. Su visita merece mucho la pena. Son lagos con unas vistas fabulosas de los Alpes. El lago Pukaki es artificial, pero permite ver el monte Cook reflejado en sus aguas y el lago Tekapo tiene un color azul turquesa como consecuencia de las finas partículas de roca que han arrastrado los glaciares y que varía con la intensidad de la luz. Seguimos nuestro recorrido cruzando un inmenso valle glacial en dirección opuesta al río Tasman. Al fondo se puede ver este inmenso glaciar y los picos cubiertos de nieve. Al llegar nos encontramos un pueblecito en la falda de la montaña. Hay pocos edificios y vamos al punto de información. El punto de información tiene mucho material para poder hacer caminatas, hay muchos datos de la zona, riesgos de aludes, condiciones metereológicas... Compramos un mapa de las caminatas y decidimos aprovechar la fantástica tarde que hace.

Emprendemos el camino del Hooker Track. Un corto recorrido con la autocaravana nos sitúa en el inicio del valle. La caminata no es de gran dificultad y está bastante indicada. La espectacularidad radica en las altas cumbres y el paisaje alpino. Algunas zonas tienen pasarelas de madera para no malograr la vegetación, algún puente colgante... Está muy bien cuidado. Nuestra primera parada la hacemos en la cabecera del glaciar Muller. Vamos parando por el camino al sentir los pequeños aludes que van cayendo de las cumbres. Primero sentimos el trueno y después vemos la polvareda. Seguimos andando a buen ritmo hasta llegar al lago del glaciar Hooker, lleno de pequeños icebergs. No hemos encontrado nadie durante el camino y el paisaje nos impresiona muchísimo. Hacemos nuestras apuestas ubicando las montañas y creemos detectar el Mt. Cook, aún iluminado por un sol que empieza a dejar el valle en la penumbra. Tras la caminata, de más de 4 horas, decidimos volver al pueblo, dónde tras marchar el sol empieza a hacer bastante frío.

En esta zona se pueden hacer vuelos en helicóptero, caminatas a diferentes glaciares como el Murchirson, el Mueller, el Godley, ... con diferentes dificultades... y disfrutar del paisaje único, pero siempre teniendo en cuenta las indicaciones de los guardas.

Volviendo al pueblo nos metemos en el único bar que encontramos y que tiene una vidriera enorme con vistas a los Alpes y un ambiente muy acogedor de madera, con chimenea y sofás (es un pequeño paraíso tras la caminata a los glaciares). Empezamos con algo caliente y acabamos cenando hasta que, tras más de 4 horas y repasar todas las aventuras, debemos marchar. Nos hubiéramos quedado a pasar la noche!

Emprendemos el camino hacia el glaciar Tasman para pasar la noche en el aparcamiento. Al día siguiente por la mañana queremos hacer una caminata por la zona y es la mejor forma de aprovechar el tiempo. No hay nadie.


21/8: MOUNT COOK N.P - CHRISTCHURCH (336 km)

No nos arrepentimos nada de haber tomado la decisión de volver a visitar los Alpes neozelandeses desde el otro vertiente. De este modo hemos tenido la oportunidad de ver otro tipo de entorno y glaciares no tan conocidos, pero con trekkings accesibles y paisajes fantásticos. El día se presenta con niebla y hacemos la caminata de una hora, pero no podemos ver toda su magnitud. Pasamos por el lado de los Blue Lakes, unos pequeños lagos de color verde, hasta llegar al mirador. El glaciar Tasman es el más grande del país y desemboca en un lago dónde se pueden ver icebergs. En verano se puede recorrer el lago en barca y acercarse al glaciar (3 horas de duración, 85 NZ$), pero hoy los únicos visitantes somos nosotros. Hemos de apartar la nieve del cartel informativo para situarnos delante del valle. De vuelta a través de un bosque de matorrales empiezan a caer unos copos de nieve grandes y redondos. Bailamos bajo la nieve. No nos molesta el tiempo, ya que es lo que hace posible que este país sea cómo es y a estas alturas ya tenemos el corazón robado por las montañas, los espacios amplios y los horizontes lejanos. Rodeados de montañas nos despedimos de los glaciares y en poco tiempo ya estamos de nuevo en el valle, como si estas estuvieran a días de camino. Dirigiéndonos a Christchurch volvemos a pasar por los lagos encantados y los vemos de distintas tonalidades. Llegamos al atardecer a Christchurch.


22/8: CHRISTCHURCH

Hoy es el último día y nos toca limpiar la autocaravana. Estamos contentos y tristes a la vez. Contentos porque ha sido una experiencia inolvidable, que tardaremos días en asimilar, y tristes porque ya nos toca abandonar este país tan acogedor y fantástico. La noche anterior hemos empezado a hacer el equipaje.

En el camping dónde estamos podemos limpiar la autocaravana por dentro y por fuera. Comprobamos el fuel, el gas, el agua... Salimos a las 11 del camping y nos dirigimos a la empresa de alquiler, que encontramos con facilidad. Ya habíamos pactado dejar la autocaravana en Christchurch y dejan que nos la quedemos hasta el día siguiente y así poder dormir en ella. Las llaves las depositaremos en un buzón ya que debemos marchar temprano. Ellos mismos nos avisarán un taxi que nos llevará al aeropuerto y del cual se hacen responsables. Agradecemos la amabilidad y preguntamos por la casa de los kiwis. No podemos marchar sin ver uno de los símbolos del país. Miramos los horarios y, a pesar de la llovizna, nos decidimos a hacer el recorrido por Willowbank.

Es una reserva de fauna dónde hay diferentes secciones: animales introducidos, de granja, autóctonos... Nos gustó mucho la distribución y la organización. Es un tipo de zoo dónde los animales tienen mucho espacio y corren libres. Vemos ciervos, patos, aves, wallabis, keas, tuatores... y kiwis!! El kiwi es un animal nocturno y en peligro de extinción. En libertad se pueden encontrar en la isla Steward, pero hay distintos centros llamados kiwis house y repartidos por el país, dónde también se pueden observar como en libertad. Entramos dentro de un gran recinto a oscuras, dónde tras habituar la vista podemos observar estos animales, de dimensiones considerables, buscando comida bajo las hojas... es muy emocionante porque los tenemos muy cerca y sin ninguna barrera. Los miramos en silencio durante mucho rato. Cada vez vemos más. Los tenemos a menos de medio metro y nos emociona estar junto a este animal prehistórico. No tienen cola ni alas y el pico es muy largo. Tienen plumas de emú y unos ojos pequeños. Van de aquí a allá sin molestarse. El tamaño de esta especie es comparable a la de una gallina y las patas son muy largas.

Saliendo nos dirigimos al centro de Christchurch para hacer la visita de la ciudad, pero tenemos la sensación de que tras ver los kiwis no nos queda nada más por hacer. En el centro de Christchurch encontramos la catedral y el punto de información. Visitamos el río Avon, con sus zonas verdes y las casitas del entorno, con el tranvía que recorre la ciudad. Es la ciudad más grande de la isla sur, pero conserva su encanto. Pasamos mucho rato visitando el jardín botánico, fundado en el año 1863, y que resulta ser un espacio muy interesante y tranquilo.

Cenamos en el restaurante Barcelona, qué casualidad!! y nos vamos a dormir a las 12.


23/8: CHRISTCHURCH - AUCKLAND - Hong Kong

Nos levantamos a las 6 de la mañana para esperar el taxi, que llega puntual. Dejamos las llaves de la autocaravana en el buzón tras revisarlo todo.

Tomamos el vuelo de la compañía Qantas, dónde tras 1h 15' de vuelo llegamos a Auckland. Por el camino vemos el mar de invierno, los espacios verdes, los Alpes al fondo... e intentamos identificar algún lugar conocido. Volvemos del mismo modo que hemos llegado, con un vuelo de la Cathay Pacific y tras 10h 50' de vuelo llegamos a Hong Kong.


24/8: Hong Kong - Londres - Barcelona

Llegamos a Londres tras cruzar Asia y dormir bastante en el avión. Comprobamos los billetes y colocamos el equipaje en el servicio de maletas antes de tomar el metro para visitar el centro. Tenemos algunas horas y las queremos aprovechar, gastando nuestras últimas energías. Recorremos la abadía de Westminster, el palacio de Buckingham, el Big Beng...

Un último avión nos lleva a casa. En total han sido 27 horas de vuelo y 18 de espera en los aeropuertos. Se ha acabado la aventura, pero los recuerdos perdurarán para siempre.


Y el viaje se acaba...

La isla sur nos ha sorprendido por la variedad y belleza de sus paisajes. Poder apreciar las maravillas naturales en total libertad y ver la convivencia y el respeto de los neozelandeses hacia su país es admirable. La mayoría de paisajes tienen las montañas como protagonistas y la bastante de la naturaleza como única artista de estas bellas obras de arte.

Somos conscientes de que nos han quedado muchas cosas por descubrir: el parque nacional de Nelson, Abel Tasman, Mt. Egmont, la isla de Steward... así como muchas actividades relacionadas con la naturaleza (esperamos volver algún día!!). También hay islas en el Pacífico como las Cook, las Tokelau y las Niueu con autogobiernos, pero asociadas a Nueva Zelanda, que representan una opción para escoger un descanso paradisíaco al final de la ruta. Invitamos a todo aquel que tenga la suerte de poder disfrutar de este país a que también contribuya a su conservación.


Relat d'un viatge de 28 dies a Nova Zelanda - Manel Cristóbal [2018]
NOVA ZELANDA - Guia i relat d'un viatge a Nova Zelanda - Yolanda & Toni (Viatgeaddictes) [2011]
Relat d'un viatge a Nova Zelanda - Antonio & Trini [2008]
Nova Zelanda en autocaravana - Raquel Mateo [2007]
Nueva Zelanda: recorrerse el país en autocaravana - Interesante reportaje en la revista online Consumer.es Eroski.