En una ruta en coche que hicimos durante un viaje a Croacia a principios del año 2008 llegamos a la población costera croata de Cavtat, situada a solo 22 km del lugar fronterizo de Karasovići con Montenegro. Y no pudimos resistir la tentación de hacer una corta escapada a Montenegro para visitar la afamada bahía de Kotor y las históricas poblaciones de Kotor, Budva y Cetinje.
Somos conscientes de que un día da para poca cosa, pero nos permitió, cuando menos, tener una primera impresión de un lugar extraordinario y que nos gustó mucho.
Quedó apuntado en nuestra agenda de viajes futuros volver a Montenegro para visitar otros muchos lugares de interés como la costa sur de Ulcinj, el parque nacional Dormitor, el cañón de Tara o el monasterio de Ostrog entre otros.
Teniendo en cuenta las fechas de nuestro viaje, fuera de la temporada veraniega y de playa, nuestro interés en esta corta visita a Montenegro se centró únicamente en los aspectos históricos, culturales y paisajísticos del país.
Montenegro (en serbocroata, Crna Gora) es una pequeña y joven república situada en el sudeste de Croacia y junto al mar Adriático. También limita con Bosnia y Herzegovina en el noroeste, Serbia en el nordeste, Kosovo al este y Albania en el sudeste.
El país tiene una superficie de 13.812 km², equivalente a la de la provincia española de Córdoba, y una población total de poco más de 600.000 habitantes. Su orografía es muy abrupta, llegando a los 2.522 metros de altura del pico Bobotov Kuk.
Al igual que Croacia, Montenegro formó parte de la antigua República Federal de Yugoslavia, pero después de la disolución de esta en 1992 constituyó una federación con Serbia. Finalmente, en junio de 2006, Montenegro proclamó su independencia después de obtener el apoyo mayoritario de su población en un referéndum.
La mayoría de lenguas occidentales, como el español o el inglés, utilizan el término Montenegro como nombre del país. Este vocablo proviene de la traducción veneciana del término eslavo Crna Gora, el cual significa monte negro y parece tener su origen en el parecido del monte Lovćen cuando estaba cubierto de densos bosques perennes.
Este nombre se empezó a usar en la Edad Media, durante una época en la que esta región tuvo una gran influencia de la otrora poderosa República de Venecia.
28 de marzo de 2008.
Este recorrido de un día por territorio montenegrino lo iniciamos en el lugar fronterizo Karasovići - Debeli Brijeg entre Croacia y Montenegro. Desde aquí continuamos por la carretera E65 hacia el sudeste, bordeando la preciosa bahía de Kotor, y al cabo de 53 km llegamos a la ciudad histórica de Kotor.
Después continuamos unos 23 km hacia el sur por la ruta E80 hasta llegar a Budva y de aquí cogimos la carretera M2.3 hacia el norte con destino a Cetinje, a 32 km. Desde la antigua capital real volvimos a Kotor por la carretera escénica P1 en un trayecto de 42 km que bordea el parque nacional Lovćen.
Finalmente, desde Kotor, deshicimos los 53 km por la carretera E65 que nos devolvió al lugar fronterizo de Karasovići - Debeli Brijeg. En total recorrimos unos 202 km por territorio de Montenegro.
En Montenegro la moneda oficial es el euro, aunque este país no es, a día de hoy, un miembro oficial de la eurozona.
En las fechas de este viaje todavía era muy conveniente llevar dinero en efectivo, puesto que el uso de tarjetas de crédito todavía estaba en expansión.
Por otro lado, Montenegro no nos dio la impresión de ser un país especialmente barato, puesto que en aquellas fechas su nivel de precios era similar al de la vecina Croacia.
En las fechas de este viaje para visitar la República de Montenegro era necesario llevar un pasaporte con una validez superior a los tres meses, ya que el DNI no era válido entonces como documento de entrada.
Pero actualmente es posible entrar en el país solo con el DNI, siempre que la estancia en el país sea inferior a los 90 días en un periodo de seis meses. Aún y así se recomienda llevar también el pasaporte, puesto que en caso de pérdida o de caducidad las autoridades montenegrinas parecen ser muy rigurosas, denegando la entrada en el país.
En caso de utilizar el pasaporte en la entrada al país conviene asegurarse de que en la frontera estampan un sello de entrada en el pasaporte para evitar posibles problemas en el momento de la salida.
No hay ninguna vacuna obligatoria y ni siquiera recomendable para viajar a Montenegro.
Como para cualquier otro viaje conviene asegurarse de que tenemos alguna póliza médica que cubra la asistencia sanitaria en caso de necesitarla, ya que la tarjeta sanitaria europea no es reconocida como válida para obtener cobertura sanitaria a Montenegro.
Montenegro es, en principio, un país bastante tranquilo en lo que a seguridad ciudadana se refiere, por lo que basta con tomar las precauciones habituales y usar el sentido común, estando siempre vigilantes, sobre todo en lugares públicos muy concurridos. Nuestra experiencia personal en ese país fue del todo positiva, sin ninguna sensación de inseguridad en ningún momento ni lugar.
Autobús/tren. Nosotros alquilamos un coche para nuestra corta estancia en Montenegro y por ello no podemos dar mucha información de primera mano sobre transporte público terrestre.
Coche de alquiler. Es la mejor forma para moverse con total libertad por todo el país. Para nuestro viaje a Croacia habíamos alquilado un vehículo de la compañía Avis que cumplía todos los requisitos que buscábamos: el mejor precio, la posibilidad de recoger el coche en Zagreb y dejarlo en Dubrovnik y, muy importante, el poder pasar el coche hacia Montenegro.
Y es que no todas las empresas de alquiler de coches de Croacia autorizan el paso de sus vehículos hacia Montenegro. Por lo tanto, si tenéis pensado visitar Montenegro desde Croacia con un coche alquilado es conveniente asegurarse de que la compañía de alquiler lo autoriza.
En este caso es posible que haya que pagar un suplemento en el seguro del coche. Y es importante también tener la certeza de que el coche lleva toda la documentación necesaria para el paso de fronteras (nosotros tuvimos que mostrar esta documentación en el momento de cruzar la frontera montenegrina en el momento de la entrada al país).
El carnet de conducir español es aceptado para circular por Montenegro y no es necesario el carné internacional.
El estado de las carreteras montenegrinas no es equiparable, en general, al estándar europeo, sobre todo en las carreteras secundarias, con un estado de conservación insuficiente. Por otro lado, la forma de conducir de los conductores montenegrinos puede ser bastante agresiva e imprudente. Por ello, para conducir por Montenegro es necesario extremar la precaución, con un plus de alerta y tensión al volante.
En las fechas de este viaje el precio de la gasolina en Montenegro era algo más cara que en España.
A causa de su orografía y situación Montenegro tiene un clima muy variado, que va del tipo mediterráneo en la costa adriática, con temperaturas moderadas, al clima continental del interior, más extremo en las mínimas y en las máximas.
Por otro lado la pluviosidad suele ser bastante abundante en el interior del país, siendo la zona de Cetinje una de las más lluviosas de Europa. Y si queréis disfrutar de las playas de Montenegro conviene ir en el periodo que se extiende de mayo a septiembre.
La mejor época para visitar Montenegro es entre los meses de abril y septiembre, cuando su clima suele ser más cálido y soleado. Pero es importante tener cuenta con que los meses de julio y agosto, como pasa en otros muchos lugares de la costa mediterránea, las playas montenegrinas suelen estar llenas de gente y las temperaturas llegan a su punto álgido. Los precios del alojamiento en las zonas de playa también se dispara durante ese periodo, con tarifas que casi se duplican. En esos meses la mejor opción es visitar el interior del país.
En invierno, el interior del país tiene un clima subalpino, con temperaturas glaciares y lluvias abundantes que a menudo se manifiestan en forma de nieve.
Los meses de junio y septiembre se consideran óptimos para visitar Montenegro, cuando el sol está prácticamente garantizado y hay mucha menos gente.
En Montenegro hay la misma hora que en la España peninsular.
En Montenegro la corriente eléctrica es de 230 V y 50 Hz. El tipo de enchufe es equivalente a los que podemos encontrar en nuestro país (tipo C y F), no siendo necesario ningún tipo de adaptador, siempre y cuando el aparato eléctrico cumpla el estándar europeo.
La lengua oficial de Montenegro, según la Constitución aprobada el 2007, es el montenegrino. A pesar de ello, una gran parte de la población del país declara que el serbio es su lengua materna, mientras que el montenegrino es el segundo más común.
En cualquier caso, tanto el montenegrino como el serbio son variedades estandarizadas de la lengua serbocroata, junto con el bosnio y el croata. La lengua montenegrina se encuentra escrita en los alfabetos latino y cirílico.
Las lenguas minoritarias reconocidas legalmente en Montenegro son el albanés, el bosnio y el croata.
Fantasmas Balcánicos: viaje a los orígenes de Bosnia y Kosovo, de Robert D. Kaplan. En este libro Kaplan relata su viaje por la antigua Yugoslavia en 1991, justo después de la caída de la Unión Soviética. En él proporciona abundante información sobre la zona, situada en su contexto histórico, y retratando a inolvidables personajes en sus páginas.
Aprovechando la proximidad de la frontera con Montenegro, a solo 22 km de la población croata de Cavtat donde nos encontrábamos hacia el final de un viaje a Croacia, hicimos una excursión de un día entero a esta jovencísima república europea, independiente desde el 2006, con menos de dos años de vida en el momento de nuestra visita.
Dado que solo contábamos con un día, nuestro objetivo se limitaba a visitar Kotor y Cetinje, dos de los puntos de interés más importantes de Montenegro desde el punto de vista histórico y paisajístico.
A continuación detallamos algunos aspectos de esta escapada a Montenegro con inicio en la población costera de Cavtat y final en la ciudad de Dubrovnik, ambas ubicadas en el sur de Croacia.
A primera hora de la mañana salimos de la población costera croata de Cavtat con el coche y cogimos la Ruta 8 / E65 hacia el sur. Al poco pasamos por Cilipi, un pequeño pueblo pegado al aeropuerto de Dubrovnik, y cruzamos hacia el sur la región de Konavle, famosa también por sus viñas y vinos.
Dejamos atrás la población de Grude y pocos kilómetros después llegamos a Karasovići, la aduana croata de la frontera con Montenegro, la cual pasamos casi sin pararnos.
En la aduana montenegrina de Debeli Brijeg, separada 2 km de la anterior, nos pidieron el pasaporte y la documentación del coche.
A continuación el policía de la aduana nos estampó un sello en el pasaporte y... ya estábamos oficialmente en Montenegro!.
Los trámites en ambas aduanas no nos supusieron ni cinco minutos.
Tras recorrer unos pocos kilómetros por la carretera E65 montenegrina en dirección hacia Herceg Novi ya habíamos notado que Montenegro parecía ser un país más sucio y caótico que su vecina Croacia.
En cuanto a la forma de conducir de los locales también constatamos que Montenegro era un país de contrastes y ciertamente imprevisible: igual nos adelantaba un conductor suicida en un lugar imposible como teníamos que frenar en seco al encontrarnos con un conductor que no pasaba de 40 km/h en una recta.
El paisaje, eso sí, era realmente fantástico y llegamos a ver alguna montaña con nieve aún a la cumbre.
Continuando por la ruta E65 llegamos a Herceg Novi, la primera población montenegrina importante que encontramos, situada en la entrada de la preciosa bahía de Kotor.
La bahía de Kotor (Boka Kotorska en montenegrino y serbio) es referida con frecuencia como el fiordo más meridional de Europa, pero en realidad se trata de una ría formada por un cañón fluvial sumergido en el mar Adriático.
Esta bahía o golfo también es conocida con el nombre de Bocas de Kotor.
El conjunto formado por la propia bahía y las paredes calcáreas de los montes Orjen, de 1.892 metros de altura, y el Lovcen cayendo a pico sobre ella da lugar a uno de los paisajes mediterráneos más extraordinarios que podemos encontrar.
Allí dicen que la bahía de Kotor es una de las bahías más bonitas del mundo... y realmente es muy bonita.
A partir de Herceg Novi la carretera bordea la orilla norte de esta extraordinaria bahía.
Entre los múltiples lugares donde pararnos para disfrutar de las vistas y hacer unas cuántas fotos destacamos un mirador que hay pasada la población de Bijela, ya que desde él se divisa una vista magnífica sobre las poblaciones de Risan y Perast al otro lado de la bahía, así como de las dos pequeñas islas que hay frente a esta última. Im-pre-sio-nante!!.
Al llegar al pequeño núcleo de Lipci hay una rotonda desde donde parte la P11. Esta carretera gana altura sobre la bahía y al cabo de 5,4 km encontramos a la derecha un fantástico mirador elevado sobre las Bocas de Kotor.
De vuelta a la carretera E65 continuamos bordeando la bahía. Primeramente pasamos por la población de Risan y 5 km después por Perast, muy interesante.
Desde el paseo marítimo de Perast vimos de cerca los dos islotes que hay a poca distancia de su costa:
Desde Perast seguimos la carretera unos 13 km hacia el sudeste, hasta llegar a la histórica ciudad de Kotor, situada al final de uno de los entrantes de la bahía.
La distancia recorrida desde Cavtat, el punto de inicio de esta escapada, hasta Kotor había sido de 76 km.
KOTOR. Se trata de una población situada en la parte más recóndita de la bahía de Kotor. En 1979 la ciudad vieja de Kotor y el entorno natural de la bahía fueron declarados Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
La ciudad vieja de Kotor es una de las ciudades medievales mejor preservadas de todo el Adriático. Tiene una trama urbana típica de la Edad Media, construida entre los siglos XII y XIV, cuando este puerto mediterráneo rivalizaba en el comercio con las repúblicas de Ragusa y de Venecia.
Después, durante casi cuatro siglos, Kotor estuvo bajo el dominio veneciano, el cual proporcionó a la ciudad el estilo barroco veneciano que podemos ver hoy en día en muchos de sus edificios.
A lo largo de la historia ha sufrido varios terremotos que han destruido una parte significativa de la ciudad, el último de ellos en el año 1979.
Kotor es un importante y merecido polo de atracción turística, tanto por la belleza de la bahía como por la propia ciudad vieja, siendo uno de los conjuntos medievales mejor conservados del Adriático.
Y la vieja muralla que rodea la ciudad tiene una longitud total de 4.5 km, ya que asciende por la empinada vertiente de la montaña que hay justo detrás de la ciudad.
La ciudad medieval de Kotor es muy compacta y muy bonita, con una estructura asimétrica de plazas y estrechas calles.
En el lado izquierda de la entrada principal a la ciudad vieja, la Puerta de Mar, hay un pequeño chiringuito de información turística donde se puede conseguir un útil mapa de la ciudad medieval.
Una vez situados dentro de la ciudad amurallada de Kotor encontraremos un gran número de edificios de interés.
El más representativo de todos ellos es la Catedral de San Trifón (Katedrala Svetog Tripuna), construida el siglo XII. Es el icono de la ciudad y también el monumento más representativo de la arquitectura católica romana en el Adriático.
Otras interesantes iglesias de la ciudad vieja son la iglesia de San Lucas (Sveti Luka) del siglo XIII, la iglesia de Santa Ana (Sveta Ana) del siglo XII, la iglesia de Santa Maria (Sveta Marija) del siglo XIII o la iglesia ortodoxa de San Nicolás (Sveti Nikola) del siglo XX y con bonitos y valiosos iconos en su interior.
Otros lugares de interés en el casco antiguo de Kotor son el palacio Drago, con ventanas góticas del siglo XV; el palacio Bizanti, del siglo XVII; el palacio Pima, del siglo XVI; la torre del reloj, del siglo XVI; o el Teatro de Napoleón, del siglo XIX.
Finalmente, pero no menos importante, vale la pena subir por el camino que asciende por la vertiente de la montaña hasta llegar a las fortificaciones que hay en la parte más elevada de la muralla que hay a las espaldas de Kotor.
Las vistas desde este punto elevado sobre la ciudad vieja, la bahía y las montañas circundantes son extraordinarias y compensa sobradamente el gran esfuerzo que supone subir por ese camino.
Pero si no tenéis suficiente tiempo o ganas para hacer la ascensión a pie hasta este punto, donde está el castillo de San Juan (Svetog Ivana), recomendamos subir al menos hasta donde se encuentra la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios (Crkva Gospe od Zdravlja), situada más o menos a medio camino.
Para encontrar el inicio del camino de subida hacia el castillo de San Juan hay que buscar el palacio Grubonja, en el extremo nordeste de la ciudad vieja, y una calle lateral conduce hacia él.
Para salir de la ciudad vieja de Kotor recomendamos hacerlo por la bonita puerta Gurdić, en el extremo sur de la ciudad.
Impactados aún por la visita a la ciudad medieval de Kotor retomamos la marcha con el coche con destino a Budva. Para el trayecto entre las poblaciones de Kotor y Budva se puede seguir la vieja carretera, llamada Jadranska magistrala, la cual bordea una península y la bahía de Kotor por el otro lado, pasando por Tivat o también se puede tomar la autovía E80 que va por el largo túnel Vrmac.
Esta segunda alternativa, de 23 km, es bastante más rápida y corta, pero también mucho menos escénica que la primera, que supone un recorrido total de 41 km.
BUDVA. Esta ciudad, situada a orillas del Adriático, está considerada como uno de los asentamientos más antiguos de los Balcanes y de toda la costa Adriática, ya que su fundación data de 2.500 años atrás.
La ciudad vieja de Budva, situada en un bonito promontorio sobre el mar, posee varias iglesias de diferentes épocas y una fortificación medieval del siglo XV muy bien conservada.
Por otro lado, la zona de playas alrededor de Budva, conocida con el sobrenombre de la Riviera de Budva, es el principal centro turístico de Montenegro.
Tras una breve parada en Budva continuamos con nuestra ruta por Montenegro tomando la carretera M2.3 que va a Cetinje, a unos 30 km de distancia. Esta carretera asciende rápidamente por la montaña y proporciona unas estupendas vistas sobre Budva y su costa. Merece la pena pararse en algún mirador para contemplar el paisaje.
Cuando la carretera llega al punto más alto de la montaña vira hacia el interior y transcurre por unos bonitos paisajes. Como curiosidad, en los últimos kilómetros antes de llegar a Cetinje, a ambos lados de la carretera había entonces bastantes negocios de venta de coches: en el exterior había centenares de coches con el capó abierto como reclamo.
CETINJE. Esta ciudad de interior es la capital honorífica de Montenegro, ya que la capital oficial del país es Podgorica. Por otro lado también alberga la residencia oficial del presidente montenegrino.
Cetinje está situada en un pequeño valle kárstico rodeada de montañas, entre las que destaca el monte Lovćen. La altura media de la ciudad es de 671 metros sobre el nivel del mar.
La ciudad fue fundada en el siglo XV y a lo largo de los siglos siguientes sufrió varios altibajos, hasta que en 1878 fue reconocida la independencia de Montenegro como país y la ciudad de Cetinje pasó a ser la capital del nuevo estado europeo.
A partir de ese momento se construyeron numerosos edificios singulares destinados a embajadas. En el año 1910 Montenegro pasó a ser un reino, momento en que Cetinje era la capital de estado mundial con menos población, con solo 5.895 habitantes.
El periodo entre 1878 y 1914 fue el más próspero para esta ciudad, pero en los años entre las dos guerras mundiales la capitalidad del país se trasladó a Podgorica y Cetinje entró en crisis, estando durante varias décadas abandonada a su suerte, desaprovechando el enorme potencial cultural y turístico que atesoraba la ciudad.
Andando por las calles de Cetinje nos dio la sensación, al menos esa fue nuestra experiencia, de estar en un pequeño pueblo a causa de su tranquilidad y poca actividad.
Y coincidimos totalmente en que Cetinje estaba muy poco aprovechada desde el punto de vista turístico, porque se trata de un atractivo e interesante lugar desde el punto de vista histórico, cultural y espiritual y, en cambio, en aquellas fechas parecía todo bastante abandonado. Suponemos, y esperamos, que con el tiempo se le hará justicia.
Entre los muchos lugares de interés de Cetinje destacamos el Monasterio de Cetinje, ubicado en el barrio de Ćipur, el núcleo histórico de Cetinje. Se trata de un monasterio de la iglesia ortodoxa serbia que tiene una gran importancia histórica y cultural en el país. Fue fundado en 1484, pero desde entonces ha sufrido varias destrucciones y reconstrucciones.
Dentro del complejo encontramos la bonita iglesia de la Natividad de la Virgen Maria (Dvorska crkva na Ćipuru), construida por el rey Nikola I de Montenegro en 1890.
En el interior de la iglesia se encuentran las tumbas del propio rey Nikola I, de su esposa la reina Milena y de las princesas montenegrinas Ksenija y Vjera, así como de Ivan Crnojević, el fundador del propio monasterio.
Otros edificios de interés en el corazón de Cetinje son la iglesia de Vlaska (del siglo XV) o el Palacio y Museo de Biljarda, el cual fue una antigua residencia real construida por el príncipe Petar II Petrović-Njegoš y que también albergó el antiguo Senado montenegrino.
El Palau Azul (Plavi Dvorac) fue construido en 1895 para ser la residencia del príncipe Danil de Montenegro, entonces el heredero natural al trono. Actualmente es la residencia ofocial del presidente de Montenegro. El edificio había sido restaurado con fondos noruegos poco antes de nuestra visita.
Los numerosos museos que hay en la ciudad de Cetinje, así como la gran cantidad de objetos que atesoran le han proporcionado una merecida reputación como ciudad de museos.
El Museo Nacional de Montenegro (Narodni muzej Crne Gore), por ejemplo, es el más grande del país y fue establecido en el año 1896 en Cetinje.
Y la biblioteca del monasterio de Cetinje es la más antigua de Montenegro, ya que fue fundada a finales del siglo XV.
Para acabar este recorrido por Cetinje, mencionar la abundancia de bonitos edificios que en su momento fueron embajadas extranjeras o edificios oficiales cuando Cetinje era la capital del país.
De todos ellos destacamos las antiguas embajadas de Francia, Rusia, Italia o Bulgaria, la cual ahora es un bar. También el edificio del antiguo Banco Central montenegrino.
El día se nos había pasado muy rápido y teníamos que ir pensando en el regreso hacia la ciudad de Dubrovnik, la siguiente escala en nuestro viaje a Croacia.
En vez de deshacer todo el camino que habíamos hecho para llegar a Cetinje desde Kotor, vía Budva, decidimos coger la antigua carretera entre Cetinje y Kotor, la P1, que conecta directamente ambas ciudades a través de las montañas, bordeando el parque nacional Lovćen por su vertiente norte. En su momento era la única conexión de Cetinje con la costa Adriática.
Este trayecto entre Cetinje y Kotor por la P1 es de unos 42 km, pero hay que contar un mínimo de una hora y cuarto.
Se trata de un trayecto muy recomendable por las vistas y la belleza del paisaje, pero debemos avisar de que no es una ruta apta para personas miedosas, con vértigo o poco dadas a la aventura.
Al menos así era en las fechas de este viaje, porque entonces la carretera era muy estrecha (a veces solo había espacio para un solo coche), con muchísimas curvas, con rocas que se desprendían sobre algunos tramos de la carretera y, sobre todo, con acantilados de centenares de metros de caída junto a la carretera y sin ningún tipo de guardarraíles que ofrecieran un poco de protección.
Muy probablemente ahora esta carretera ya disponga de barandillas de seguridad en sus tramos más peligrosos, lo cual redundará en mejorar la sensación de seguridad.
Saliendo de Cetinje esta carretera asciende rápidamente para salvar una montaña hasta llegar a una altura considerable. Nosotros nos encontramos bastante nieve en este trayecto, aunque, por suerte, la carretera estaba limpia.
Al cabo de unos kilómetros la carretera cruza por el pequeño pueblo rural de Njegusi, el lugar donde nació el gran escritor y gobernante montenegrino del siglo XIX Petar II Petrović-Njegoš (Pedro II de Montenegro), una de las figuras políticas más importantes y uno de los más grandes pensadores de Serbia y Montenegro.
Unos 4 km más allá de Njegusi se llega al punto más alto de la carretera, en un collado, donde hay un cruce del que sale la carretera que va hacia el Lovćen. Pero si continuamos por la P1 esta empieza a descender hacia la costa y aquí pudimos ver las primeras vistas sobre la bahía de Kotor y la ciudad de Tivat desde una altura aún considerable.
A partir de cierto punto de la ruta contamos hasta 28 curvas en forma de U, con giros de 180°, los cuales hacen posible que la carretera salve un gran desnivel pegada a la vertiente de la montaña. Es realmente increíble y hace de este trayecto algo todavía más memorable de lo que ya es de por sí.
La ruta P1 desemboca finalmente en la carretera P22, en un punto a 1 km hacia el sur de Kotor.
Entre las muchas paradas que hicimos para disfrutar de las vistas y la lógica precaución para no precipitarnos con el coche por algún precipicio, tardamos un buen rato en completar este recorrido y cuando llegamos a Kotor ya era casi de noche.
Afortunadamente encontramos muy poco tráfico y ello nos permitió detenernos en cualquier lugar de la carretera porque no había arcén ni espacio para apartarnos.
No podemos negar que esta carretera nos hizo sufrir en algunos momentos, pero valió mucho la pena y no la olvidaremos nunca.
Hay quién dice que este es uno de los mejores recorridos escénicos de Europa y probablemente no le falte razón.
Hacer este recorrido en moto debe ser antológico, mucho mejor que con el coche.
Y para acabar con esta ruta escénica P1, un consejo: a causa de la posición del sol es mejor hacer esta trayecto por la mañana, cuando la luz inunda la bahía y las montañas adyacentes. Aunque, a última hora de la tarde, cuando lo hicimos nosotros, también tiene su punto por el juego de sombras.
En cualquier caso, para los que se aventuren por esta ruta el premio es un paisaje precioso y unas vistas sobre la bocas de Kotor que quitan el aliento, siendo algunas tan extraordinarias que parecen del todo irreales.
Finalmente, desde Kotor continuamos por la carretera E65 que bordea las bocas de Kotor por su orilla norte, vía Herceg Novi, hasta llegar nuevamente a la frontera Debeli Brijeg - Karasovići entre Montenegro y Croacia.
Una vez pasada la frontera solo nos quedaban los últimos 38 km por la ruta D8 hasta llegar a Dubrovnik, nuestro destino final de ese día.