Eslovaquia es un país centroeuropeo interior, cuya capital es Bratislava, que limita con Austria y la República Checa al oeste, Polonia al norte, Ucrania al este y Hungría al sur. Su territorio es mayormente montañoso y en él viven más de cinco millones de habitantes.
La República Checa (abreviada como Chequia) también es un país centroeuropeo y sin salida al mar que limita con Alemania al oeste, Austria al sur, Eslovaquia al este y Polonia al nordeste. Su población es de 10.5 millones de habitantes y su capital es Praga.
Ambos países son el resultado de la disolución amistosa y pacífica de la antigua Checoslovaquia que se materializó el 1 de enero de 1993. Se volvió así a la situación histórica previa al año 1918, cuando se rompe el Imperio austrohúngaro. Ahora, ambos países forman parte de la Unión Europea desde 2004.
En este viaje a Eslovaquia y Chequia encontramos bonitos paisajes, imponentes castillos, núcleos históricos excepcionales, una gastronomía más que aceptable, buena cerveza y buen vino, y mucho más.
Además son países fáciles para el viajero. Y si a ello sumamos el hecho de que sus ciudades y poblaciones son bastante tranquilas, exceptuando quizás Praga por su tamaño y su gran número de visitantes, entonces tenemos un destino ideal para ir con niños.
Podéis ver más fotos de este viaje en el álbum Eslovaquia y Chequia (Septiembre 2016) que tenemos publicado en nuestra pçagina de Facebook.
Del 3 al 17 de septiembre de 2016.
Día 1: Barcelona → → Viena (Austria) - Bratislava (Eslovaquia)
Día 2: Bratislava
Día 3: Bratislava - Banská Štiavnica - Počúvadlianske jazero - Banská Štiavnica
Día 4: Banská Štiavnica - Hronsek - Banská Bystrica - Vlkolínec - Zdiar
Día 5: Zdiar - Kežmarok - Levoca - Marianska Hora - Castillo de Spiš - Poprad - Zdiar
Día 6: Zdiar - Tatranská Lomnica - Skalnaté Pleso - Tatranská Lomnica - Tatranská Lesná - Starý Smokovec - Dolný Kubín
Día 7: Dolný Kubín - Oravský Podzámok - Čičmany - Trenčín
Día 8: Trenčín - Olomouc (Rep. Checa)
Día 9: Olomouc - Telč - Český Krumlov
Día 10: Český Krumlov
Día 11: Český Krumlov - castillo de Hluboká - Loket - Karlovy Vary - Loket
Día 12: Loket - Praga
Días 13-14: Praga
Día 15: Praga → → Barcelona
Ante la inexistencia de vuelos directos entre Barcelona y Bratislava, la capital eslovaca, y el nivel de precios de los vuelos con conexión, iniciamos este viaje tomando un vuelo directo de Barcelona a Viena.
Y es que la proximidad del aeropuerto vienés a Bratislava (sólo 50 km por la carretera B9) y las facilidades de transporte público entre ambos lugares hacían de esta nuestra mejor opción en términos de tiempo efectivo de viaje, comodidad y presupuesto.
Tras aterrizar en el aeropuerto de Viena tomamos un autobús fuera de la terminal de llegadas y en una hora nos deja en el centro de Bratislava. Dedicamos un día y medio a visitar esta bonita y tranquila ciudad.
A partir del tercer día de viaje dispusimos de un coche de alquiler durante 9 días completos y con el que recorrimos un total de 1.849 km. De estos, los primeros cinco días los dedicamos enteros a recorrer distintos rincones de Eslovaquia, como por ejemplo Banská Bystrica y alrededores, la zona de los Altos Tatras, Levoca, Čičmany o Trenčín, entre otros muchos.
En los cuatros días siguientes recorrimos distintos lugares de la República Checa, como Olomouc, Telč, Český Krumlov, Loket o Karlovy Vary, antes de llegar a Praga, donde devolvimos el coche de alquiler.
En Praga, la capital checa, estuvimos tres días completos visitando la ciudad antes de regresar a casa desde el aeropuerto Vaclav Havel de Praga.
+ 300 € (3 pax vuelo Barcelona - Viena con la compañía Vueling)
+ 277 € (3 pax vuelo Praga - Barcelona con la compañía Czech Airlines)
+ 237 € (coste coche alquiler, 9 días, incluyendo seguro a todo riesgo)
+ 112 € (gasolina coche alquiler, 96,98 litros, 1.849 km recorridos)
+ 11 € (3 pax autobús desde el aeropuerto Viena a Bratislava)
+ 1.121 € (alojamiento, 14 noches)
+ 38 € (3 pax telecabina ida/vuelta a Skalnate Pleso, en los Altos Tatras)
+ 710 € (otros: restaurantes, supermercados, entradas, recuerdos, ...)
= 2.806 € (total viaje para 3 personas)
El coste de la vida en Eslovaquia, al menos para el viajero, es significativamente inferior al de España, sobre todo en el apartado de restaurantes, alimentación, o entradas turísticas. En la República Checa, y especialmente en Praga, en cambio, es algo más elevado que en el país vecino, pero aún y así algo inferior al nuestro. La verdad es que nos esperábamos un nivel de precios superior al que realmente encontramos :-)
Es importante saber que si viajáis a Eslovaquia y/o a la República Checa con niños/as menores de 6 años os vais a ahorrar bastante dinero, ya que cuentan con importantes descuentos o incluso la gratuidad en entradas turísticas, transporte público, etc.
Por ejemplo, sin ir más lejos, el viaje de ida/vuelta en telecabina entre Tatranská Lomnica y Skalnaté Pleso, en los Altos Tatras eslovacos, cuesta 14 € para niños entre 6 y 12 años, pero es gratis para los menores de 6. También los tranvías, autobuses urbanos o el metro en Praga son gratis para ellos.
En Eslovaquia la moneda oficial es el Euro. En la República Checa, por su parte, la moneda oficial es la Corona Checa (abreviada como Kč o CZK).
En las fechas de este viaje el cambio medio obtenido en las oficinas de cambio checas fue de 1 € = 26,37 Kč (ver cambio oficial actualizado en el enlace Eur -> CZK). Como siempre, a la hora de cambiar dinero en las oficinas de cambio o bancos conviene comparar el precio ofrecido porque puede haber diferencias significativas entre distintos sitios.
Por otra parte, el uso de las tarjetas de crédito está bastante extendido y en algunas ciudades, además, es posible encontrar cajeros automáticos.
En la Rep. Checa, además, no es raro que nos acepten pagar directamente con euros, aunque, en general, siempre será preferible pagar en moneda local porque la tasa de cambio aplicada puede ser muy pobre.
• Avión. Tal como hemos comentado antes la mejor opción para volar a Eslovaquia (concretamente a Bratislava, su capital) desde Barcelona es hacerlo al aeropuerto de Viena (código IATA: VIE).
Nosotros tomamos un vuelo directo de la compañía Vueling de Barcelona a Viena por el que pagamos un total de 300 € para los tres. Para la vuelta a Barcelona desde Praga, en la República Checa, escogimos un vuelo directo de la compañía Czech Airlines, con un coste total de 277 € por las tres plazas.
En ambos casos el precio indicado incluye la tarifa completa para dos adultos y una niña de 5 años (que a todos los efectos paga lo mismo que un adulto), así como los extras por facturar una sola pieza de equipaje.
En el caso de Czech Airlines facturar una pieza de equipaje (peso máximo: 15 kg) supone pagar 15 € extra en el caso de la tarifa de billete estándar, pero si el equipaje facturado supera ese peso máximo entonces hay que pagar 30 € por el exceso de peso. En nuestro caso facturamos una única mochila que superaba en pocos kilos ese peso máximo, pero en previsión de que eso pasara, antes del viaje uno de nosotros se hizo miembro del programa de viajeros frecuentes OK Plus de la compañía checa, ya que presentando el nº de miembro en el momento de la facturación se permite facturar equipaje hasta los 23 kg sin pagar exceso de peso.
• Alquiler de Coche. Para nuestra ruta por Eslovaquia y la República Checa optamos, una vez más, por alquilar un coche para tener total libertad y poder modificar la ruta sobre la marcha, porque si bien hay transporte público (tren y/o autobús) entre las principales poblaciones, también es cierto que este no llega a todos los rincones ni lo hace con la frecuencia deseada.
Así reservamos un coche de la compañía Budget a través del portal de reservas Booking.com, con recogida en el aeropuerto de Bratislava (no había punto de recogida de Budget en la ciudad) y entrega en la estación de ferrocarril de Praga.
De hecho, esta empresa era la única que nos permitía recoger el coche en la capital eslovaca y dejarlo en la capital checa, aunque debe tenerse en cuenta que la entrega del coche en un punto (y país) distinto del de la recogida acarrea un coste adicional por parte de la compañía de alquiler. Conviene valorar en cada caso si este sobrecoste compensa, pero en nuestro caso podemos decir que compensó sobradamente.
El precio total que pagamos por un coche compacto para 9 días, incluyendo seguro a todo riesgo y conductor adicional, fue de 237 €. El coche que nos entregaron fue un Hyundai i30.
Por otra parte optamos por comprar en Bratislava el asiento elevador infantil necesario para que nuestra hija pudiera viajar con seguridad en el coche alquilado, ya que alquilar este extra a la compañía de alquiler del coche duplicaba el precio de compra de un asiento elevador nuevo. Encontramos una gran oferta en la enorme tienda Brendon (Obchodné centrum Bratislava-Rača, abierto todos los días de 10 a 19 h), que hay a las afueras de Bratislava (tranvía nº 5 desde el centro). Compramos un estupendo asiento elevador por 21 €.
Por lo que respecta al combustible, en Eslovaquia el precio medio de la gasolina 95 era de 1,24 €/litro en las fechas de este viaje, mientras que en la República Checa repostamos a un coste de 1,067 €/litro al cambio.
En general, todas las carreteras que recorrimos en ambos países estaban en bastante buen estado y bien señalizadas, aunque se nota que Eslovaquia ha invertido más que su vecino en la mejora de sus infraestructuras viarias. En cuanto a la forma de conducir de eslovacos y checos no tenemos nada particular que destacar, aunque, como en cualquier otra parte, conviene adaptarse a las costumbres locales.
Para nuestros trayectos en coche por ambos países nos fue muy útil la aplicación MapFactor Navigator, sobre tableta Android, que hace las veces de navegador GPS y no necesita conexión online porque los mapas se pueden descargar localmente en el dispositivo con conexión wifi antes de viajar.
• Autobús. Para el trayecto de 50 km entre el aeropuerto de Viena (Austria) y la ciudad de Bratislava (Eslovaquia) escogimos la opción de ir en autobús. Hay al menos tres compañías que realizan este servicio: Slovak Lines, Postbus y FlixBus.
Nosotros escogimos la primera, la de Slovak Lines, por horario y precio (hay muchas servicios a lo largo de todo el día y costaba 5 € cada adulto y 1 € los menores de 6 años). Sus autobuses salen desde el andén nº 4 en el exterior de la terminal de llegadas del aeropuerto y llegan a la terminal central de autobuses de Bratislava tras una hora aproximada de viaje.
Otras opciones para ir de Viena a Bratislava son el ferrocarril o el barco por el río Danubio, pero son más costosas en tiempo y en dinero porque en ambos casos hay que ir antes hasta el centro de la capital austríaca.
• Transporte urbano. Cuando no dispusimos de coche, en las ciudades de Bratislava y Praga, utilizamos (cuando fue necesario, ya que mayormente las recorrimos a pie) tranvías, autobuses urbanos, metro y taxi.
Todas la reservas de alojamiento en ambos países las hicimos a través del portal de reservas Booking.com. Los alojamientos en las ciudades de Bratislava y Praga los reservamos desde casa, antes de iniciar el viaje, pero el resto los fuimos reservando sobre la marcha, a medida de que íbamos definiendo nuestra ruta con el fin de tener más flexibilidad.
Por comodidad, y teniendo en cuenta que viajamos con una niña pequeña, buscábamos un tipo de alojamiento que nos permitiera no tener que desayunar y cenar fuera, por lo que mayormente acabamos reservando apartamentos, aunque también reservamos algunos hoteles con habitaciones donde pudiéramos dormir los tres.
En Bratislava y Praga, al principio y final del viaje respectivamente, no disponíamos de coche, por lo que un criterio importante a la hora de buscar alojamiento era que estuviera junto al centro histórico para no perder tiempo en desplazamientos diarios andando o en transporte público. Para el resto, disponiendo de coche, buscábamos principalmente que estuvieran en una zona tranquila y que tuvieran aparcamiento.
Ver detalle de los alojamientos utilizados durante este viaje en la descripción del día a día de la ruta seguida.
Tanto en Eslovaquia como en la República Checa las condiciones sanitarias son bastante aceptables, con una atención médica correcta. Y en ambos países se puede utilizar allí la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE), pero nunca está de más tener un seguro médico privado de amplia cobertura que incluya también la repatriación.
Ambos países se caracterizan por un clima continental típicamente europeo, con veranos cálidos y secos e inviernos bastante fríos, aunque poseen una orografía tan diversa que las variaciones en el clima pueden ser importantes.
En los días de nuestra visita, al final del verano, las temperaturas fueron, en general, cálidas de día y algo frescas por la noche, dependiendo de si estábamos en la llanura o en altura. De todos modos conviene llevar ropa de abrigo si se van a visitar zonas de alta montaña, como los Altos Tatras.
La hora local en Eslovaquia y en la República Checa es la misma que en la España peninsular. Por otra parte, en las fechas de nuestro viaje, el sol salía sobre las 6:15 h. y se ponía aproximadamente a las 19:30 h.
En Eslovaquia y en la República Checa la electricidad es de 220/240 V y 50 Hz, y el tipo de enchufe que encontramos es el tipo europeo de dos clavijas (tipos C/E), por lo que no es necesario ningún tipo de adaptador para nuestros aparatos.
En todos los alojamientos donde nos hospedamos en este viaje y en algunos restaurantes o cafés hay conexión wi-fi, aunque su calidad y alcance depende de cada lugar.
Central Europe, de Lonely Planet (10ª edición, Octubre 2013, en formato digital Pdf y publicada en inglés). Información bastante útil y suficientemente actualizada, aunque a veces algo escasa, ya que cubre 8 paises del centro de Europa, entre ellos Eslovaquia y Chequia.
Para complementar la información proporcionada por la anterior guía recurrimos también a mapas y folletos que obtuvimos en distintas oficinas de turismo locales de Eslovaquia y de la República Checa.
Salimos del aeropuerto de Barcelona/El Prat en un vuelo de Vueling con destino al aeropuerto de Viena, donde aterrizamos al cabo de 2 horas y habiendo recorrido unos 1.400 km.
Tras recoger el equipaje facturado salimos fuera de la terminal y esperamos en el andén 4 la llegada del siguiente autobús de la compañía Slovak Lines con destino a Bratislava (hay uno más o menos cada hora; pueden consultarse los horarios en su página web). Cuando llega compramos los billetes directamente al conductor (5 € cada adulto y 1 € nuestra hija por ser menor de 6 años).
El autobús toma la carretera B9, cuyo recorrido es más o menos paralelo al curso del río Danubio, y tras una hora de viaje y recorrer unos 51 km nos deja en la estación de autobuses de Bratislava (AS Mlynské nivy).
Tras recoger algunos mapas y folletos en una pequeña oficina turística que hay en la estación salimos fuera para tomar el trolebús nº 212 (0,70 € cada adulto).
Bajamos de él en Hodžovo námestie y seguimos andando por la calle Palisády y Sulekova hasta llegar a nuestro alojamiento en Bratislava (ver recuadro).
Tras un breve descanso nos vamos andando hacia el centro histórico de Bratislava, entrando a él por la preciosa puerta fortificada Michalská brána.
Dedicamos el resto de la tarde a recorrer esta bonita zona de Bratislava, llena de bares y restaurantes con bastante animación.
Alojamiento en Bratislava: Mamaison Residence Sulekova (110 €/noche). Apartamentos situados en una zona residencial muy tranquila, a sólo 500 metros a pie del centro histórico. Nuestro apartamento era enorme, bien equipado y bonito. Muy recomendable. A unos 200 metros, en la calle Palisády con Svoradova, hay un supermercado Tesco donde comprar lo necesario
Comenzamos hoy nuestra visita a Bratislava encaminando nuestros pasos hacia el castillo de Bratislava, pero cuando llegamos a él nos econtramos con que estaba cerrado al público puesto que pocos días después albergaba una cumbre de jefes de estado de países de la Unión Europea.
Aún y así pudimos recorrer libremente sus bonitos jardines exteriores, desde donde hay unas vistas magníficas sobre el centro histórico, el río Danubio y alrededores.
Después bajamos andando hasta la Catedral de San Martín (Dóm sv. Martina), lugar donde se coronaron varios emperadores austrohúngaros.
Continuamos por el precioso bulevar Hviezdoslavovo námestie, donde encontramos una animada feria artesanal hasta llegar ante el magnífico edificio histórico del Teatro Nacional Eslovaco.
Siguiendo la calle Mostová llegamos hasta la orilla del río Danubio. Aprovechamos para comer en la agradable terraza del restaurante Prazdroj (Mostová, 275/8).
Después volvemos a pasear por distintas calles del centro histórico.
En la calle comercial Obchodná tomamos el tranvía nº 5 para ir hasta la zona de Rača (0,9 €/adulto), donde se encuentra la tienda Brendon en la que compramos un asiento elevador infantil, necesario para que nuestra hija pudiera ir de forma segura (y legal) en el coche que recogeremos al día siguiente. Pagamos por él 21 €.
De vuelta al centro histórico pasamos por la preciosa plaza Hlavné námestie, donde se encuentra el edificio del antiguo ayuntamiento (Stará radnica), y encontramos en ella un animado concierto de música tradicional de los Cárpatos.
Alojamiento en Bratislava: Mamaison Residence Sulekova
A primera hora de la mañana vamos hasta el pequeño aeropuerto de Bratislava a recoger el coche de alquiler que habíamos alquilado antes de viajar. Como llegar al aeropuerto en transporte público desde el centro de Bratislava supone tomar dos autobuses, el 31 y el 61, y el precio de un taxi nos pareció razonable, optamos por tomar este último, negociando con el taxista una tarifa fija de 15 €.
En la oficina de la empresa Budget recogemos el coche que habíamos alquilado a través del portal de reservas Booking.com. El coche, un Hyundai i30 prácticamente nuevo y con matrícula de la República Checa, incluye viñetas para circular gratuitamente por las autopistas de peaje eslovacas y checas.
Salimos del aeropuerto en dirección a Banská Štiavnica, en un trayecto de 162 km. Al principio seguimos la carretera 61, pero al llegar a la población de Nitra entramos en la autopista E58. En Žarnovica salimos de ella y seguimos por una carretera muy revirada hasta llegar a Banská Štiavnica.
Nos dirigimos al alojamiento reservado en Banská Štiavnica (ver recuadro) para dejar el equipaje. A continuación vamos con el coche hasta el centro histórico y buscamos un restaurante. Comemos muy bien en el restaurante Fortune - Na Trojici (Námestie Sv. Trojice 17 - Banská Štiavnica), donde profundizamos en la gastronomía eslovaca.
La Ciudad histórica de Banská Štiavnica, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1993, cuenta con palacios renacentistas, iglesias del siglo XVI, elegantes plazas y mansiones señoriales debido a su rico pasado como centro minero en la época medieval.
Durante un par de horas recorremos a pie el minúsculo y compacto centro histórico. Vale la pena.
Una vez finalizado este recorrido salimos de Banská Štiavnica con el coche por la carretera 524 para disfrutar de esta zona tan bucólica.
Pasamos por la minúscula población de Štiavnické Bane, con su pequeño lago Velka Vindsachta. Continuamos unos pocos kilómetros y nos desviamos a la izquierda por la carretera 2533 para ir al idílico lago Počúvadlianske jazero, donde damos un pequeño paseo por su orilla.
Al atardecer volvemos a nuestro alojamiento en Banská Štiavnica.
Alojamiento en Banská Štiavnica: Penzion Kremenisko (45 €/noche). Situada en una zona rural, a 3,5 km del centro histórico de Banská Štiavnica, aunque si se dispone de coche esto no es problema. Tiene una buena relación calidad/precio.
Kilómetros recorridos en coche: 187 km.
Dejamos Banská Štiavnica por la ruta 51 hacia el norte para ir a buscar la autopista hacia Banská Bystrica. Al cabo de pocos kilómetros salimos de la autopista para ir a Hronsek.
Iglesia de madera de Hronsek. Esta iglesia, situada en Hronsek, unos 14 km al sur de Banská Bystrica, forma parte del conjunto de iglesias de madera de la parte eslovaca de los Cárpatos que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2008.
Esta impresionante iglesia de madera, construida en 1725 puede albergar hasta 1.100 feligreses sentados en una especie de amfiteatro.
Es la única iglesia de madera de Eslovaquia que muestra influencias arquitectónicas escandinavas que, por otra parte, se desconoce como llegaron hasta aquí.
Cuando llegamos a la iglesia esta estaba cerrada y no había nadie, pero una vecina que vive en la casa adyacente nos vio y salió con la llave para abrirla y mostrárnosla. Como ella sólo habla eslovaco y alemán nos pone una cinta de casete con una corta alocución explicativa en inglés. Después podemos deambular libremente por el interior de la iglesia. Antes de irnos pagamos 3 € en concepto de entrada. Realmente vale mucho la pena.
Continuamos ruta hacia Banská Bystrica, unos 14 km al norte de Hronsek.
Esta ciudad cuenta con un precioso centro histórico formado por iglesias, mansiones y fortificaciones que datan de finales de la Edad Media, cuando la minería del cobre generó mucha riqueza en la zona. Vale la pena explorarlo, ni que sea unas pocas horas.
Seguimos ruta por la carretera E77 hacia Ružomberok y nos paramos a comer en el restaurante Koliba Bodega, donde comemos muy bien y por sólo 18 € los tres.
Después reemprendemos el viaje y pocos kilómetros después nos desviamos por una estrecha carretera local para ir a Vlkolínec.
Vlkolínec, Patrimonio de la Humanidad desde 1993, es una pintoresca aldea situada en una zona montañosa que se caracteriza por ser un ejemplo intacto de la arquitectura rural del s. XVIII en la región de los Cárpatos Septentrionales.
La aldea cuenta con unas 45 casas de madera, de colores apastelados, así como un campanario de madera y una capilla barroca muy bien conservados.
Las casas con números 16 y 17 albergan un museo etnográfico sobre la vida rural de la zona.
El maravilloso entorno natural del pueblo pone el colofón a esta visita tan recomendable.
La visita cuesta 2 €/adulto. Si vais con niños pequeños no os podéis perder el parque infantil que hay a la entrada del pueblo.
Cuesta imaginarse un lugar más idílico para que los pequeños puedan jugar a sus anchas.
Tras la visita a Vlkolínec ponemos rumbo hacia Ždiar, nuestro destino final en el día de hoy, población situada unos 111 km hacia el nordeste, en pleno corazón de los Altos Tatras.
Alojamiento en Ždiar: Privát Za Lesíkom (66 €/noche). Se trata de un apartamento de dos plantas que está bastante bien, aunque cuesta encontrarlo. El matrimonio que lo gestiona es muy simpático. A la entrada de Ždiar hay un pequeño supermercado.
Kilómetros recorridos en coche: 257 km.
Ždiar está situada a una altura de 896 metros, a los pies de los Altos Tatras. A pesar de su modesta altura, lo cierto es que el pueblo y su entorno son de aspecto muy alpino.
Desde Ždiar parten diversas rutas de senderismo que se adentran en los Altos Tatras y en los alrededores hay pistas de esquí, por lo que este es un destino popular tanto en verano como en invierno. Y a sólo 10 km está la frontera con Polonia.
A primera hora de la mañana damos una vuelta por los alrededores de nuestro apartamento para disfrutar de las extraordinarias vistas sobre algunos de los picos de los Altos Tatras y de los bonitos paisajes verdes.
A continuación tomamos el coche para iniciar una jornada de visitas culturales por distintos lugares en la zona que son Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Kežmarok, población situada unos 22 km al sureste de Zdiar, cuenta con remarcables monumentos en un bonito centro histórico, entre los que destacamos su castillo (en restauración en las fechas de nuestra visita), numerosos edificios renacentistas, o una iglesia construida totalmente en madera en el s. XVII y que posee un órgano con tubos de madera.
Esta iglesia también forma parte del conjunto de iglesias de madera de la parte eslovaca de los Cárpatos que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2008.
Levoča es una ciudad situada unos 28 km al sureste de Kežmarok que cuenta con un centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 2009.
Entre sus muchos puntos de interés destacamos la monumental puerta Košice, la iglesia barroca del Espíritu Santo, mansiones nobles del Renacimiento, el antiguo Ayuntamiento, el antiguo monasterio de los Minoritas, la iglesia luterana evangélica o la iglesia católica de St. Martin, con el altar gótico de madera más grande de Europa, del maestro Pablo de Levoča. La visita guiada de esta iglesia nos cuesta 7 € los tres.
Acabada la completa visita al centro histórico de Levoča volvemos al coche para ir a la iglesia de Mariánska hora, sitauada en lo alto de un cerro a 3 km del centro de Levoča. La iglesia es moderna, pero el entorno boscoso es muy bonito y las vistas sobre Levoča y alrededores son espectaculares.
Castillo de Spiš (Spišský hrad en eslovaco). Este castillo, uno de los mayores de toda Europa en superficie, está situado sobre la población de Spišské Podhradie, unos 20 km al este de Levoča.
El castillo de Spiš es Patrimonio de la Humanidad desde el año 1993. La entrada cuesta 5 €/adulto y la verdad es que, aunque está mayormente en ruinas, la visita vale bastante la pena.
Nosotros estuvimos un buen rato visitando sus dependencias. Desde lo alto de su torre hay unas vistas extraordinarias sobre los alrededores.
De vuelta a Ždiar pasamos por Poprad, la mayor población de esta región y que está situada a los pies de los Altos Tatras. Cuenta también con un centro histórico bastante pintoresco.
Alojamiento en Ždiar: Privát Za Lesíkom
Kilómetros recorridos en coche: 168 km.
Hoy dejamos Ždiar y comenzamos este día tan radiante yendo con el coche a Tatranská Lomnica, población situada a sólo 16 km hacia el sur. Es un centro de esquí y senderismo en los Altos Tatras, pero el verdadero motivo por el que nosotros hemos venido hoy hasta aquí es porque desde Tatranská Lomnica parte el teleférico que sube a Skalnaté Pleso, nuestro destino, y al Lomnický Štít.
El precio del teleférico a Skalnaté Pleso es de 19 €/adulto (los niños van gratis si tienen menos de 6 años y pagan 14 € si son mayores de esa edad) y sube desde los 850 metros de Tatranská Lomnica hasta los 1.754 metros de altura de la estación de Skalnaté Pleso.
Y para subir desde Skalnaté Pleso hasta la cima del Lomnický Štít, el segundo pico más alto de los Altos Tatras, con una altura de 2.654 metros, hay que pagar otros 27 €/adulto más (y 20 € en el caso de niños mayores de 6 años).
Pero las plazas para este trayecto, mucho más limitadas que para el de Tatranská Lomnica a Skalnaté Pleso, se suelen agotar rápido, por lo que si estáis realmente interesados en subir al Lomnický Štít conviene comprarlas con antelación o bien estar en las taquillas cuando abren por la mañana.
Nuestro objetivo era, como ya hemos dicho antes, subir a Skalnaté Pleso, por lo que no tuvimos ningún problema en comprar los billetes directamente en las taquillas a nuestra llegada (aunque comprándolas por internet cuestan 1 € menos). Montamos en una cabina del teleférico de 4 plazas que nos sube hasta una estación intermedia, donde cambiamos a una cabina de 15 plazas que nos conduce hasta Skalnaté Pleso en un viaje muy chulo.
Skalnaté Pleso, a una altura de casi 1.800 metros, es un valle con un lago de origen glacial que está en el lado sur del pico Lomnický Štít. Junto al lago hay un bar-restaurante y un observatorio astronómico y meteorológico. Además de la enorme belleza del lugar, otro aliciente añadido es que desde aquí se pueden hacer diversas excursiones con niveles de dificultad y duración para todos los gustos. Para los pequeños también hay un parque infantil al aire libre donde se lo pasan en grande mientras los adultos podemos disfrutar del paisaje.
Nosotros pasamos un muy agradable medio día en Skalnaté Pleso, disfrutando del paisaje y haciendo algunos trekkings fáciles por la zona. El tiempo nos acompañó mucho y la temperatura en altura era agradable, sobre los 20ºC, pero conviene llevar ropa de abrigo por si acaso.
Para la vuelta a Tatranská Lomnica también es posible ahorrarse un trayecto del teleférico y bajar a pie por un camino que serpentea entre los postes del teleférico, pero en realidad sólo os ahorraréis 3 € por billete respecto a comprar un billete de ida y vuelta.
De vuelta a Tatranská Lomnica y tras comer algo en un restaurante cerca del aparcamiento del teleférico subimos al coche para ir a la cercana Starý Smokovec, a sólo 6,5 km.
Esta pequeña población es otra popular base para actividades de esquí y senderismo en los Altos Tatras.
Starý Smokovec tiene algunos bonitos edificios, como el sanatorio o el Gran Hotel (fundado en 1904), y unas vistas privilegiadas sobre las montañas que justifican un paseo por él.
A continuación emprendemos el camino hacia Dolný Kubín, donde tenemos el alojamiento para hoy.
Esta ciudad, unos 100 km al oeste de Starý Smokovec, es la capital histórica de la región de Orava. El motivo de pernoctar en Dolný Kubín fue el de estar cerca del castillo de Orava, con la idea de visitarlo al día siguiente.
Alojamiento en Dolný Kubín: Apartmány Kubínska Hoľa (50 €/noche). Situados en Beňovolehotská nº 29, unos 3,5 km al noroeste de Dolný Kubín. Estos apartamentos están muy bien y son muy acogedores, aunque están un poco lejos de todo (pero teniendo coche no importa mucho).
Kilómetros recorridos en coche: 148 km.
A primera hora de la mañana salimos de Dolný Kubín con destino a Oravský Podzámok, a 9 km. En esta pequeña población se encuentra el magnífico castillo de Orava (Oravský hrad), situado en lo alto de una enorme roca sobre el río Orava. Este castillo está considerado como uno de los más bonitos de Eslovaquia, lo cual tiene mérito en un país donde hay castillos para aburrir.
Como curiosidad comentar que aquí se filmaron varias secuencias de la película Nosferatu de 1922, un clásico del cine de vampiros, donde el castillo era en la ficción el castillo del Conde Orlok en Transilvania.
El castillo de Orava es impresionante por su ubicación, su tamaño y su estado de conservación.
Cuando fuimos a la taquilla a comprar la entrada nos dijeron que sólo se podía visitar en un tour guiado de 90 minutos, en eslovaco, y aún teníamos que esperar más de una hora hasta el siguiente.
Así que decidimos no visitarlo por dentro y, a cambio, paseamos por sus inmediaciones para tener distintas perspectivas del castillo.
Es especialmente bonita la vista del castillo desde el puente que hay sobre el río Orava, en la carretera 2251.
Dejamos Oravský Podzámok y nos vamos hacia Čičmany, situada 106 km al suroeste por la carretera 70 y pasando por Martin. En el trayecto nos detenemos en el restaurante Salaš Kľak, situado junto a una pista de esquí y en un entorno idílico. Además de una buena comida local y un ambiente muy agradable cuenta con numerosos alicientes para los más pequeños, como un parque infantil o una mini-granja. Muy recomendable.
Čičmany es un pequeño pueblo muy pintoresco, rodeado por las montañas Strážovské vrchy y Malá Fatra, y conocido por sus casas de madera pintadas con originales patrones geométricos de color blanco en sus paredes exteriores.
Al parecer el origen de esta tradición está en el hecho de proteger los troncos de madera de sus casas contra el efecto de los rayos solares.
Čičmany fue la primera reserva de arquitectura rural declarada en el mundo, en 1977, y comprende un total de 136 casas.
Algunas de las mejor conservadas son la casa Radenov dom y la vecina Gregorov dom, que alberga un museo etnográfico donde se muestra la historia y el folklore de la región.
Tras una tranquila y relajada visita de este maravilloso lugar, ponemos rumbo a nuestro siguiente destino, Trenčín, a 55 km de aquí por las carreteras 1912 y E50/E75.
Cuando llegamos a Trenčín vamos primeramente al alojamiento reservado para esta noche, dejamos las cosas en la habitación y con el coche vamos hasta el centro de Trenčín, aparcando el coche en un gran aparcamiento en superficie que hay junto a la calle Rozmarínová.
El resto de la tarde/noche paseamos por el centro histórico y disfrutamos en la plaza Mierové námestie de las actuaciones del festival musical Pri Trenčianskej Bráne que tenía lugar aquí este fin de semana.
Alojamiento en Trenčín: Penzion In Lux (72 €/noche). Situada en la zona de Zamarovce, a 3,5 km del centro de Trenčín. En nuestra opinión el precio pagado no se corresponde con lo ofrecido, por lo que no lo recomendamos. Pero no encontramos nada mejor en Trenčín y alrededores para este día, ya que luego supimos que en Trenčín había una importante fiesta local que había atraído mucha gente de otras regiones.
Kilómetros recorridos en coche: 190 km.
Por la mañana vamos nuevamente hasta el centro de Trenčín y aparcamos el coche en el mismo lugar de ayer por la tarde. Hoy también hay mucha animación en la plaza Mierové porque continúa el festival musical.
Si algo destaca en esta ciudad es el imponente Castillo de Trenčín, el tercero en tamaño de todo Eslovaquia, y visible desde cualquier punto de la ciudad y alrededores por encontrarse en un lugar elevado.
Para visitar el castillo optamos por comprar una entrada que cuesta 3,5 €/adulto que nos permite visitar todo el recinto del castillo, excepto las estancias interiores de sus palacios. Estuvimos un buen rato paseando por sus patios, jardines y torres exteriores, disfrutando además de vistas magníficas sobre la ciudad. Es una visita muy recomendable.
Bajo el castillo, en la ladera de la cima sobre la que se asienta, hay una antigua iglesia parroquial junto a la plaza Mariánske námestie a la que se accede por unas escaleras cubiertas del s. XVI, así como por sinuosas calles laterales.
El casco antiguo de Trenčín tiene una gran plaza principal, Mierové námestie, con una gran iglesia barroca y una torre del reloj barroca (Mestská veža). Se puede subir a lo alto de esta torre pagando 1 €/adulto, con vistas muy buenas sobre el castillo y el centro histórico. Cerca de ella se encuentra la sinagoga de Trenčín, construida en 1913 y que hoy es un centro cultural con exposiciones y conciertos.
Pasamos por la bonita plaza Štúrovo námestie antes de ir a buscar el coche al aparcamiento y poner rumbo a Olomouc, ya en territorio checo y a 130 km de aquí.
Poco después de salir de Trenčín siguiendo la ruta 50 cruzamos la frontera de Eslovaquia con la Rep. Checa. Dejamos Eslovaquia con una cierta pena por la magnífica impresión que nos ha dejado este país, muy recomendable, porque además de todo lo que tiene de interés para el visitante cuenta con la enorme ventaja, sobre todo si lo comparamos con su vecino checo, de que el número de visitantes es aún muy modesto.
En el camino a Olomouc nos detenemos a comer en el restaurante del Motel Pepčín, en Uherský Brod, donde la comida está razonablemente bien y los más pequeños cuentan con un parque infantil para jugar.
Cuando llegamos a Olomouc vamos primeramente a nuestro alojamiento reservado para el día de hoy.
A continuación vamos con el coche hasta el centro histórico de Olomouc y aparcamos el coche en la calle Zámečnická. Cambiamos euros a coronas checas en una oficina que hay en un pequeño centro comercial en la calle 28. října, a sólo 60 metros de la plaza principal, Horní náměstí.
Olomouc es una ciudad situada en la región checa de Moravia y que durante varios siglos fue el centro administrativo y eclesiástico de esa región, hecho que explicaría la gran cantidad y calidad de edificios históricos con los que cuenta la ciudad.
Entre los numerosísimos puntos de interés de Olomouc para el viajeros destacamos las grandes plazas Horní náměstí y Dolní náměstí, la magnífica columna de la Santísima Trinidad (construida en estilo barroco, entre 1716 y 1754, e inscrita como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en el año 2000), el edificio del Ayuntamiento (del s. XV, flanqueado por una capilla gótica y con una torre de casi 100 metros de altura y con un curioso reloj astronómico, denominado orloj), un excepcional conjunto de fuentes barrocas y columnas de la peste, la catedral obispal de San Wenceslao (con una parte residencial que incluye el antiguo castillo y las casas de los canónigos), el Palacio Episcopal, la iglesia de San Mauricio (Kostel sv. Mořice), así como numerosos palacios municipales, casas burguesas o varios parques y jardines de gran valor paisajístico.
Para nosotros Olomouc fue la gran sorpresa (agradable) de este viaje, no ya por su gran e incontestable belleza e interés, sino también por constatar lo poco turística que es dado su gran valor. Esto, en nuestra opinión, es un gran punto a favor y supone un enorme contraste con la ciudad de Praga, la cual tiene un nivel de visitantes tan brutal que hace incómoda su visita.
Alojamiento en Olomouc: Penzion Pupek (45 €/noche). Está situada a unos 2 km del centro, en una área residencial. Nuestro apartamento era muy funcional y correcto, con una muy buena relación calidad/precio. Recomendable.
Kilómetros recorridos en coche: 150 km.
Dedicamos toda la mañana a recorrer nuevamente el centro histórico de Olomouc, tanto por sitios que no habíamos visto el día anterior como repitiendo otros que ya conocíamos. También aprovechamos la oportunidad para ver por dentro la Columna de la Santísima Trinidad, ya que encontramos abierto un acceso a su interior.
Hacia el mediodía volvimos al coche y dejamos Olomouc para ir hacia Cesky Krumlov, nuestro destino final en el día de hoy y situada a 285 km hacia el suroeste de Olomouc.
Salimos de Olomouc hacia el sur, en dirección a Brno por la autopista E50. Al pasar Brno dejamos la autopista, la cual continúa hacia Praga, y tomamos la carretera 23 que pasa por Třebíč antes de llegar a Telč, donde hacemos una larga parada para visitar esta preciosa ciudad, quizás una de las más bellas y fotogénicas de Chequia.
Telč es una pequeña población situada en la parte meridional de la región checa de Moravia y cuyo centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en el año 1992.
Si algo destaca poderosamente en el centro histórico de Telč es la plaza Zachariáše z Hradce, un conjunto único formado por una plaza urbana de forma alargada y rodeada de casas adosadas renacentistas y barrocas, muy bien conservadas, con altos pórticos y arcadas, y pintadas con colores vivos.
Las casas tienen un tamaño y proporción similares, pero cada una cuenta con elementos decorativos únicos en su fachada.
La Columna de la Virgen y la fuente que hay en el centro de la plaza datan del siglo XVIII.
Aunque hoy día alrededor de la plaza hay numerosos cafés, restaurantes y tiendas, esta ha logrado mantener esencialmente la misma apariencia durante siglos, siendo uno de los mejores ejemplos de arquitectura renacentista al norte de los Alpes. Y es una lástima que ahora las autoridades locales permitan aparcar a los coches en el centro de la plaza, ya que parece que hasta hace pocos años este estaba prohibido (!!).
Aún y así es muy probable que esta plaza y las fachadas de las casas que la rodean estén entre lo más fotografiado por los visitantes en la República Checa.
El otro gran punto de interés en Telč es su monumental castillo renacentista (Státní zámek Telč), que cuenta con un bonito parque de estilo inglés. El castillo actual es una reconstrucción llevada a cabo en el siglo XVII sobre un castillo gótico anterior.
Y por último, tres grandes estanques (Telčský potok) rodean el pequeño centro histórico y el castillo de Telč, proporcionando grandes oportunidades a los amantes de la fotografía con sus imágenes reflejadas sobre el agua. Vale la pena pasear por los caminos que rodean estos estanques ya que se trata de un lugar muy tranquilo y relajado, además de bello.
Acabada la visita a Telč emprendemos la marcha hacia Český Krumlov, a 115 km de aquí por la ruta E551. Llegados a Český Krumlov nos dirigimos al alojamiento reservado para hoy. El resto de la tarde/noche lo aprovechamos para pasear por el centro histórico y tener así una primera toma de contacto con este pueblo de postal. El día siguiente lo dedicaremos por completo a recorrer todos sus rincones.
Por último comentar que Český Krumlov fue el primer lugar de los visitados en este viaje donde encontramos bastante turismo, sobre todo oriental.
Alojamiento en Český Krumlov: Apartmán u Vltavy (62 €/noche). Está situado a 500 metros a pie de la plaza principal del centro histórico y a 700 del castillo. Delante de la casa, al otro lado del río Moldava, hay un gran parque infantil y una bonita zona para pasear. Recomendable.
Kilómetros recorridos en coche: 320 km.
Český Krumlov es una ciudad situada en la parte meridional de la región checa de Bohemia. Su centro histórico, incluyendo el castillo, fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en el año 1992.
La primero que llama la atención en Český Krumlov, e indudablemente uno de sus puntos fuertes, es su situación, con su centro histórico encaramado a una península formada por un meandro del río Moldava (Vltava) y su castillo colgado sobre una gran roca que da al río.
El precioso centro histórico de Český Krumlov, alrededor de la plaza Svornosti y calles adyacentes, cuenta con un buen número de edificios con arquitectura medieval gótica, renacentista y barroca.
En cuanto al castillo decir que es sorprendentemente grande para un pueblo del tamaño de Český Krumlov. De hecho este es el segundo castillo más grande de la Rep. Checa, solo superado por el Hradčany de Praga.
En el interior de la zona amurallada del castillo de Český Krumlov hay un gran jardín rococó y una iglesia, la de San Vito (Kostel Sv. Víta), de estilo gótico y que data del siglo XV, conservando frescos de la época. Y conectando el castillo con los jardines hay un gran puente sobre una brecha profunda en la roca.
Coincidió que el día de nuestra visita al castillo de Český Krumlov era lunes, por lo que la visita al interior del castillo estaba cerrada. Pero esto no fue un problema para nosotros porque realmente sólo estábamos interesados en visitar su parte exterior y esta era visitable y además gratuita.
Así pudimos pasar un buen rato paseando por distintas dependencias del castillo no interiores, incluyendo los distintos patios, el puente y los jardines.
También subimos a lo alto de la torre del castillo (50 Kc/adulto), la cual se eleva a una altura de 86 metros sobre el nivel del río y ofrece unas vistas soberbias sobre el centro histórico, el río Vltava y los alrededores de Český Krumlov. Vale la pena subir los 162 escalones hasta arriba de todo.
Y para comer recomendamos el restaurante del Depo Pub (c/ Latrán 74 - Český Krumlov), donde comimos muy bien, en una terraza exterior muy tranquila y agradable que da a un gran parque que hay detrás del castillo. También hay un pequeño parque infantil junto a la terraza para que jueguen los más pequeños.
El resto del día lo dedicamos a visitar los distintos rincones del centro histórico.
Destacar, por ejemplo, el pequeño jardín-mirador que hay en el nº 151 de la calle Horní, con unas preciosas vistas sobre el río y el castillo.
Para los que viajéis con niños pequeños comentar que hay un parque infantil bastante grande en el paseo que hay junto al río Vltava, cerca del Cafe Retro Pizza (Hradební, 60), en el lado sur de la península. Y otro más en el precioso parque Městský, junto a la capilla de St. Martín.
Alojamiento en Český Krumlov: Apartmán u Vltavy
Hoy volvemos a la carretera. Dejamos Český Krumlov a primera hora de la mañana y ponemos rumbo a Loket, nuestro próximo destino, a 236 km hacia el noroeste por la ruta 20.
Tras dejar atrás Ceské Budejovice nos desviamos brevemente (6 km) por la ruta 105 para ir hasta Hluboká nad Vltavou y ver de pasada el impresionante castillo de Hluboká, considerado como uno de los más bonitos de Chequia. Su aspecto actual data del s. XIX, cuando fue reconstruido siguiendo el estilo romántico del castillo de Windsor.
Cuando llegamos a Loket vamos directamente a nuestro alojamiento reservado para el día de hoy (ver recuadro), para descargar el equipaje. Después, tras comer en la agradable terraza exterior del restaurante U Karla IV (en el nº 134/10 de la calle T. G. Masaryka), iniciamos la visita al pequeño centro histórico de Loket.
Loket es una pequeña población de sólo 3.000 habitantes que está situada sobre un promontorio en forma de península rodeada por el río Ohře. Su centro histórico fue declarado monumento nacional, por lo que está protegido contra desarrollos urbanísticos que pongan en peligro su aspecto medieval.
Y junto al minúsculo centro histórico destaca el Castillo de Loket, construido a principios del s. XIII, aunque ha sido reconstruido varias veces desde entonces. Esta fortaleza ha jugado un papel importante en la historia de Chequia, llegando a ser la residencia temporal de miembros de la Casa de Luxemburgo.
El castillo es visitable a través de un tour guiado. Las vistas sobre el castillo desde el puente que hay en el lado norte de Loket son impresionantes. Y lo cierto es que la visita a Loket es muy muy recomendable. Es una maravilla de pueblo, mire por donde se mire. No sorprende pues que haya sido el escenario escogido para escenas de temática tan dispar como la película Casino Royale de James Bond (film del año 2006, donde Loket pasaba por ser una localidad de Montenegro) o el anuncio de Ariel del año 2015.
Acabada la visita a Loket tomamos el coche para ir hasta Karlovy Vary, a sólo 13 km por la autopista E48.
Karlovy Vary es una histórica ciudad balneario situada en el extremo occidental de Chequia, en la región de Bohemia. El nombre de Karlovy Vary viene a significar "baños termales de Carlos" en honor al emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y Rey de Bohemia Carlos IV, quien fundó la ciudad en 1370.
Desde entonces ha sido conocida por las supuestas propiedades curativas de sus numerosas fuentes termales y del río Teplá, también de aguas calientes, haciendo de Karlovy Vary la ciudad balneario más visitada de Chequia. Fue en el s. XIX cuando la ciudad se convirtió en popular destino turístico de la aristocracia europea e ilustres personajes del mundo de la música, la literatura, la ciencia, etc. que buscaban tratamientos termales.
A pesar de que Karlovy Vary es un lugar muy turístico (mayormente visitada por turismo ruso y con muchos de los negocios orientados a esta nacionalidad), la verdad es que creemos que bien merece una visita. Posee un gran número de edificios de época muy interesantes y una clase que dan fe de su época de esplendor.
Nuestro paseo por su zona histórica y monumental empezó en la calle comercial T. G. Masaryka , que seguimos hacia el este hasta llegar al cruce con la calle Zahradní, donde vemos a la izquierda el bonito Jardín de Flores de Karlovy Vary y el edificio de época lázeňský dům. Cruzamos el puente sobre el río Tepla y giramos a la derecha pasando por delante del Spa Thermal Hotel, ubicado en un feo edificio de la era soviética.
Volvemos a cruzar el río Tepla por otro puente y llegamos al parque Dvořákovy sady, situado junto a la preciosa Sadová kolonáda, una columnata montada en hierro fundido y ricamente decorada que es lo único que queda de una antigua sala de conciertos.
Continuamos por Mlýnské nábř., el paseo que transcurre junto al río Tepla. Poco más adelante encontramos Pramen Svoboda, un cenador octogonal de columnas de madera construido sobre una fuente termal, la cual es parada frecuente entre los visitantes de Karlovy Vary para beber sus aguas minerales. Unos metros más adelante está la bonita Mlýnská kolonáda. Conectamos con la calle Lázeňská y más adelante pasamos junto a la espectacular Tržní Kolonáda, de estilo art nouveau, y el Zámecké Lázně, ahora convertido en hotel.
Cruzamos por su interior el moderno edificio Vřídelní kolonáda que alberga la fuente termal más popular de Karlovy Vary, con un géiser que llega a los 12 metros de altura. Seguimos por la calle Divadelní y vemos los bonitos edificios de la iMěstská Spořitelna (Caja de Ahorros municipal) y el Karlovarské městské divadlo (Teatro Municipal).
Seguimos por la calle Nová louka, con numerosos hoteles y boutiques de lujo a la izquierda y el río Tepla a la derecha, hasta enlazar con la calle Mariánskolázeňská y llegar a una zona ajardinada ante el Kaiserbad Spa, un imponente edificio de dos plantas en estilo Pseudo-Renacimiento construido a finales del s. XIX que albergaba un prestigioso spa estatal, con las instalaciones balneológicas más modernas de la corona austro-húngara (hoy día el edificio está en restauración).
Cruzamos nuevamente el río Tepla por un puente y nos situamos delante del Grandhotel Pupp, un hotel de superlujo con más de tres siglos de historia ubicado en un enorme edificio de estilo neo-barroco. Aquí se celebra el Karlovy Vary International Film Festival, uno de los más antiguos del mundo, pero este hotel es también muy conocido porque en la película de James Bond Casino Royale (2006) se transforma en el Hotel Splendide de Montenegro donde se juega la partida de póquer que da pie al título de la cinta.
Desde aquí volvemos al punto de origen siguiendo la calle Stará Louka y posteriormente Tržiště hasta conectar nuevamente con la calle Lázeňská. En el camino nos desviamos un poco para ver la Zámecká kolonáda, una columnata construida a principios del s. XX en estilo Art Nouveau.
Ya tarde marchamos de Karlovy Vary con el coche para volver a nuestro alojamiento en Loket.
Alojamiento en Loket: Hotel Stein Elbogen (69 €/noche). El hotel ocupa una enorme casa con historia situada a la entrada de este pequeño pueblo. Nuestra habitación, enorme, contaba con cocina y en el precio se incluye un buen desayuno.
Kilómetros recorridos en coche: 283 km.
Tras el desayuno salimos de Loket con el coche con destino a Praga, unos 138 km al este por la Ruta 6.
La autopista que tomamos en las afueras de Loket se acaba pocos kilómetros después de Karlovy Vary y se convierte en una carretera con bastantes tramos en obras. Recuperamos la autopista unos 45 km antes de llegar a Praga, pero debemos abandonarla unos 5 km antes de llegar a nuestro destino y seguir por una carretera con semáforos y atascos incluidos.
Llegamos a nuestro alojamiento reservado en Praga (ver recuadro), donde tras descargar y dejar todo nuestro equipaje en el apartamento vamos con el coche hasta la estación de ferrocarril de Praga (Praha Hlavní Nádraží), a unos 5 km de aquí, al otro lado del río Moldava (Vltava en checo), ya que es el lugar que elegimos para devolver el coche de alquiler.
Para nosotros el coche en Praga no solamente no es necesario, sino que es un estorbo.
Ya sin coche vamos a la concurrida oficina de turismo que hay en el interior del edificio de la estación de tren para conseguir mapas de la ciudad y del transporte público.
En la zona ajardinada que hay delante de la estación dejamos que nuestra hija juegue un rato en el parque infantil que hay frente al nº 985/47 de la calle Opletalova antes de iniciar nuestra visita a la ciudad de Praga, durante el resto del día de hoy y los dos días siguientes.
Alojamiento en Praga: Necton Prague Castle (140 €/noche), situado en el distrito histórico de Malá Strana, a unos 400 metros del Castillo de Praga y a 900 metros del Puente de Carlos. La ubicación del apartamento nos pareció muy buena porque, además de conveniente para el visitante, está en una zona muy tranquila por la noche. El apartamento en sí está bien, aunque es quizás algo pequeño.
Hay que tener en cuenta, tal como se podría esperar, que el precio medio del alojamiento en Praga es bastante superior al de cualquier otro de los destinos recorridos en este viaje.
Kilómetros recorridos en coche: 146 km.
Praga (Praha en checo) es la capital de la República Checa, así como la capital de la región de Bohemia. Su centro histórico es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde el año 1992.
Gracias a su innegable belleza y a la riqueza de su patrimonio histórico Praga está entre las veinte ciudades más visitadas del mundo.
Y este enorme éxito turístico es un aspecto que, para nuestro gusto, resta mucho encanto a la visita de esta ciudad por las aglomeraciones de visitantes en los monumentos más populares o la gran cantidad de terrazas de bares/restaurantes y tiendas de recuerdos, entre otros.
Dicho ésto, su fama y popularidad es más que merecida, por lo que Praga es de obligada visita. No en vano está considerada como una de las ciudades más bellas del mundo.
Como curiosidad comentar que durante nuestra estancia en Praga vimos un gran número de parejas de novios orientales haciéndose fotos en los rincones más populares de la ciudad. En China o Corea del Sur, por ejemplo, deben vender paquetes de turismo romántico y al parecer tienen un gran éxito.
La mayor parte de los puntos de interés turístico en Praga se concentran en los barrios que componen el casco histórico: Hradčany, Malá Strana, Staré Město y Nové Město.
Esta zona es relativamente compacta, por lo que nosotros básicamente nos movimos por la ciudad a pie, aunque en algún caso también tomamos el tranvía y el autobús. El metro también es una opción para moverse por Praga.
No es nuestro objetivo aquí pormenorizar todo lo que vimos o hicimos en Praga o, más aún, todo lo que se puede ver y hacer en Praga. Para eso ya hay buenas y completas guías en papel y el digital. Nos limitaremos a mencionar cosas que creemos de interés o bien curiosidades.
Para comer en un lugar bonito, muy tranquilo y alejado de las hordas de turistas recomendamos el Cafe Bar Nad Čertovkou.
Vale la pena pasear junto al río Moldava (Vltava en checo) y cruzarlo por distintos puentes, no sólo por el archiconocido puente de Carlos. Se obtienen buenas perspectivas de la ciudad.
En el nº 22 de la calle Spálená, frente al centrol comercial Quadrio, está la sorprendente estatua Metamorfosis de Franz Kafka, del artista checo David Cerny. Se trata de una obra de arte con movimiento formada por 45 toneladas de acero repartidas en 42 capas que se mueven de forma independiente, cambiando la forma y la orientación del busto del famoso escritor Franz Kafka.
El Puente de Carlos (Karlův most) suele estar siempre repleto de turistas. Para verlo vacío o casi vacío hay que levantarse muy pronto. Un buen momento es al amanecer, cuando desde el puente podemos ver el sol levantándose sobre la ciudad vieja. Vale mucho la pena.
Y si pasáis por la calle U Lužického semináře de Malá Strana, concretamente entre los números 24/100 y 26/101, no dejéis de ver la calle Vinarna Certovka.
Este callejón está situado entre dos edificios y es tan tan tan estrecho que tiene un semáforo en cada extremo para evitar encontrar a otro peatón que venga del extremo opuesto, ya que su anchura va de los 50 a los 70 cm.
Probablemente el poner un semáforo sea más producto de la novedad o el marqueting que de la necesidad, pero no deja de ser curioso verla.
Dicen que esta calle es la más estrecha de Praga (y quizás una de las más estrechas del mundo).
Desde la posición donde se encuentra la escultura gigante con forma de metrónomo en movimiento, en el parque Letná, hay buenas vistas sobre el río Moldava, el centro histórico y más allá. Lástima que sea un lugar de botellón y esté bastante sucio y descuidado.
Caminando desde el metrónomo unos 700 metros hacia el este por el agradable parque se llega al Castillo de Letná (Letenský zámeček en checo), ahora ocupado por un restaurante y que cuenta con una terraza exterior con unas vistas fantásticas sobre Praga.
Si vais a Praga con niños pequeños aquí tenéis unos cuantos parques infantiles públicos en el centro de Praga (o accesibles a pie desde el centro) que os pueden ir bien para que ellos se entretengan un rato:
En la zona de Malá Strana:
• Junto al restaurante Kampa Park.
Junto al restaurante Kampa Park, en el lado norte del puente de Carlos.
• En el parque Petřín.
En el parque Petřín (Petřínské sady), cerca de la base del funicular que sube al monte Petřín. Se accede a él desde la calle Újezd 429/36.
En la ciudad nueva (Nové Mesto):
• En el Jardín Franciscano (Františkánská zahrada).
Hay un parque infantil moderno en el interior de este agradable y tranquilo parque público, el cual tiene una entrada en el nº 747/28 de la calle Jungmannova.
• Delante de la estación de tren.
En el parque Vrchlického, delante de la estación central de ferrocarril y frente al nº 985/47 de la calle Opletalova. Instalaciones muy modernas y seguras, con WC.
• En la isla Slovanský.
En el lado sur del restaurante Zofin Garden, en la isla Slovanský sobre el río Vltava, muy cerca del Teatro Nacional, con acceso por la avenida Masarykovo. Lugar muy agradable y tranquilo.
En la zona de Letná:
• En el parque Letná.
En el parque Letná (Letenské sady), junto a unas pistas de tenis. Letná se encuentra en el lado norte de la Ciudad Vieja de Praga (Staré Město), en la otra orilla del río Vltava. Se accede desde la avenida Nábřeží Edvarda Beneše en la confluencia con el puente Čechův.
Alojamiento en Praga: Necton Prague Castle
Último día de este viaje y vuelta a casa desde Praga. Hoy, por primera vez en muchos días, la mañana se presenta muy nublada, fresca y con amenaza de lluvia.
Dejamos el apartamento y andamos los 200 metros hasta la plaza Malostranské náměstí. En una máquina expendedora compramos dos billetes de larga duración (32 Kč/adulto, unos 1,2 euros) que nos permiten ir a al aeropuerto en distintos medios de transporte.
Comenzamos por tomar el tranvía nº 15, que baja por la calle Letenská, y bajamos delante de la parada de metro Malostranská de la línea A (verde). Entramos en el metro con el mismo billete y esperamos hasta la llegada del siguiente convoy en dirección a Nemocnice Motol.
Recorremos cuatro paradas hasta llegar a la de Nádraží Veleslavín (indicada con la señal de aeropuerto), donde dejamos el metro y subimos a la superficie siguiendo las indicaciones hacia el autobús del aeropuerto (el metro no llega al aeropuerto, al menos cuando escribimos esto).
Subimos al autobús que hay estacionado en la parada indicada y este arranca enseguida. Al cabo de pocos minutos bajamos del autobús delante de la terminal 2 del aeropuerto Vaclav Havel de Praga, la que corresponde a nuestro vuelo. En total hemos tardado unos 55 minutos en este trayecto entre nuestro apartamento y el aeropuerto.
Antes de embarcar cambiamos en una oficina de cambio (hay una antes de pasar el control de seguridad y otra en la zona de embarque) algunas coronas checas que nos han sobrado. La tasa de cambio es mala, por eso conviene que sobre el mínimo de moneda local.
Embarcamos en un vuelo directo de la compañía Czech Airlines con destino a Barcelona. Tras un vuelo que cubre una distancia de 1.178 km y en el que empleamos dos horas y 10 minutos aterrizamos en el aeropuerto de Barcelona/El Prat. Fin de este magnífico viaje.