Bruselas (Bruxelles en francés y Brussel en neerlandés) es la capital de Bélgica, así como la capital de facto de la Unión Europea. Además de acoger las principales instituciones de la Unión Europea también es la sede de la OTAN, así como de otras organizaciones internacionales, por lo que en ella se reunen numerosos políticos y funcionarios de muchos países.
Habiendo sido a lo largo de los siglos un lugar de encuentro de culturas (la Germánica de la Europa septentrional y la Románica de la meridional) y jugando un importante papel en Europa, Bruselas ha tomado algo de todos, aunque todavía retiene un carácter único. Aunque la mayor parte del centro histórico de la ciudad fue destruido en el s: XIX con el fin de dejar espacio a la nueva capital administrativa, vale la pena visitar Bruselas.
Flandes (Vlaanderen en neerlandés, su idioma oficial) es una de las tres regiones oficiales en que se divide Bélgica, junto con Valonia y Bruselas-Capital. Ocupa la parte norte del país y representa el 44.29% del territorio belga, siendo una de las zonas más densamente pobladas de toda Europa.
Flandes tiene una gran riqueza desde el punto de vista histórico y cultural, palpable en sus edificios y festivales. Sus principales ciudades históricas son Brujas (Brugge), Gante (Gent), Lovaina (Leuven), Amberes (Antwerpen), Lier o Mechelen, de las cuales las cuatro primeras son los principales destinos turísticos de Bélgica. En este breve viaje nosotros sólo pudimos visitar Brujas y Gante y lo cierto es que ambas nos gustaron mucho, pero especialmente Brujas por su particular atmósfera.
A continuación encontraréis información, sobre todo práctica, de una escapada de 3 días completos a las ciudades belgas de Bruselas, Brujas y Gante. La descripción exhaustiva de los sitios a ver la podéis encontrar en los numerosos enlaces adjuntos.
Del 24 al 27 de Junio de 2011
Día 1: Barcelona → → aeropuerto Charleroi - Bruselas
Día 2: Bruselas - Brujas
Día 3: Brujas - Gante - Brujas
Día 4: Brujas - Bruselas - aeropuerto Charleroi → → Barcelona
DNI o pasaporte en vigor para ciudadanos de la Unión Europea.
+ 102 € (vuelo Barcelona - Charleroi (Bélgica) - Barcelona)
+ 145 € (3 noches de hotel, por persona)
+ 125 € (otros: comida, transporte, entradas, regalos, etc)
= 372 € (total por persona)
En general el coste medio para el viajero en las ciudades belgas visitadas no es muy diferente del que encontraríamos en ciudades como Barcelona o Madrid. En los restaurantes, por ejemplo, el coste de los platos es, en general, superior a los de nuestras ciudades, pero también hay que decir que las cantidades son bastante generosas, por lo que es posible comer/cenar con un solo plato o bien compartirlo.
Por otra parte, en función de los días disponibles y las actividades a hacer conviene estudiar si vale la pena adquirir tarjetas de descuento para el transporte, museos, lugares de interés, etc.
Si no se dispone de vehículo privado (propio o de alquiler) la mejor forma de moverse por Bélgica es en tren. Los ferrocarriles belgas (SNCB en francés y NMBS en neerlandés) disponen de una red de más de 3.500 km que cubren prácticamente todo el país, además de conectar el país con Holanda, Alemania y Francia (también a Londres vía París).
Los servicios de tren entre las ciudades belgas son frecuentes y los precios de los billetes de tren son comparativamente algo más caros que los de nuestro país, pero hay numerosas fórmulas para reducir el coste: abonos, pases, ofertas, etc. Destacamos el hecho de que hay un billete de fin de semana con un 50% de descuento (ida y vuelta entre el viernes a las 19:00 y el siguiente domingo). También hay un billete de verano (operativo entre el 1 de julio y el 31 de agosto, de lunes a viernes) que permite viajar sólo por 7,50 € (o 15 € ida y vuelta) entre dos ciudades belgas cualesquiera. A través de la propia página web del operador ferroviario belga se pueden obtener horarios y precios de cualquier trayecto en tren, local y/o internacional, así como hacer la compra del billete en sí.
En muchas estaciones de tren belgas, entre ellas la de Bruselas Central, hay un útil servicio de consigna para guardar el equipaje (luggage lockers y left luggage office). El precio varía entre los 3 y los 4 € por 24 horas según el tamaño que necesitemos.
Para acabar con el apartado ferroviario, decir que en Bélgica se abrió la primera línea ferroviaria de la Europa continental: fue el 5 de mayo de 1835 entre Bruselas-Groendreef/Allée Verte y Mechelen.
Para moverse por el casco urbano de las ciudades belgas visitadas la mejor forma es hacerlo a pie cuando la distancia a hacer sea asequible. Para largos desplazamientos (o si vamos cargados) podemos recurrir al autobús o al tranvía, en los que siempre sale más a cuenta comprar los billetes por anticipado en las máquinas que hacerlo directamente al conductor. En el caso de Bruselas otra buena opción es el metro.
Si estáis haciendo alguna dieta (operación biquini de cara al verano) o similar quizás viajar a Bélgica no sería una buena decisión. Y es que en Bélgica las tentaciones en forma de caloría son continuas. Y las cantidades servidas en sus platos no son precisamente frugales. De hecho, se dice que en Bélgica se sirve la cantidad de comida de Alemania pero con la calidad de la cocina francesa, haciendo de los belgas un país de Gourmands, palabra francesa que define a alguien que tiene la tendencia a comer mucho y bien.
La cocina belga es variada, rica en verduras, con carne y pescado. Algunos platos típicos belgas son las sopas (Soep en neerlandés o Potage en francés), las patatas fritas (muy típicas de Bélgica y que se pueden encontrar en un chiringuitos llamados frietkot en neerlandés o friterie en francés y que suelen estar en plazas y calles), el Hutsepot flamenco (cazuela dónde se estofan varios ingredientes a fuego lento), el Stoofvlees (o carbonade flamende en francés, elaborado con carne de ternera a la brasa adobada con diferentes hierbas aromáticas), o los archifamosos Mosselen met frieten (en neerlandés, o moules-frites en francés), un plato simple compuesto de mejillones hervidos al vapor que se comen con patatas fritas y se acompaña de cerveza.
Tal y como hemos dicho anteriormente, en general, las cantidades de los platos servidos en los restaurantes belgas son bastante generosas, por lo que es posible comer/cenar con un solo plato o bien compartirlo. Por otra parte, en algunos restaurantes la carta sólo la encontraréis escrita en las dos lenguas oficiales en Bélgica: el francés y el neerlandés. Y en restaurantes de la zona de Flandes, incluso, sólo en neerlandés. Pero esto tampoco supone ningún problema...
En el apartado de los postres el rey indiscutible es el gofre de Bruselas (Gaufre de Bruxelles en francés o Belgium Waffle en inglés), postre belga de fama internacional que se caracteriza por su tamaño, su forma rectangular y sus grandes cortes. Se come caliente y recubierto de azúcar, nata, chocolate, miel, etc.
Y en el apartado de golosinas destacamos el chocolate belga, famoso mundialmente gracias a la calidad que impone su elaboración tradicional, y los bombones, una de las especialidades de chocolate más famosas de Bélgica. Hay unos cien tipos diferentes de bombones, como los manons, las trufas, los bombones con nata, con mazapán o con licor. Otra golosina muy belga son los cuberdons (llamados neuzekes en Flandes), un tipo de bombón de color rojizo y aromatizado con sabor de frambuesas.
En cuanto a bebidas debemos destacar la cerveza belga, con una gran variedad, especialmente de cervezas de abadía, cervezas trapenses y cervezas especiales. Pese a que Bélgica es un país pequeño tiene más de 1.000 marcas de cerveza, con una amplia gama de gustos. Y casi cada cerveza belga tiene su propio vaso, el cual puede tener formas muy variadas.
La climatología en Bélgica tiene una mala reputación bien merecida, con un tiempo muy húmedo y con una alta y uniformemente distribuida media anual de precipitaciones (más de 200 días de lluvia al año). La humedad hace que la sensación de frío sea más acusada de lo que realmente es. Incluso en verano las temperaturas difícilmente superan los 22ºC. Por ello es recomendable llevar siempre ropa de abrigo (más ligera en verano y bastante más consistente el resto del año), así como un paraguas.
El calzado también conviene que sea a prueba de agua y humedad y, aunque no relacionado directamente con la climatología, recomendamos llevar calzado que sea muy cómodo, ya que buena parte de los recorridos por los centros históricos belgas transcurren sobre superficies con adoquines.
En este viaje no hemos usado ninguna guía propiamente dicha, puesto que con la información obtenida de los folletines turísticos y los mapas en las Oficinas de Turismo y con la abundante información existente en Internet ya hemos tenido suficiente. Para el caso concreto de la ciudad de Bruselas existe también la posibilidad de utilizar los servicios de las audioguías mp3 de Play and Tour.
Para viajar a Bélgica compramos un vuelo de la compañía Ryanair, puesto que su precio era razonable y también era el que, por horario, nos permitía aprovechar al máximo un largo fin de semana. El billete de avión, ida y vuelta y directo desde Barcelona, nos costó 102 €/pax, incluyendo todas las tasas y cargos añadidos. El único inconveniente es que Ryanair vuela al aeropuerto de Charleroi, situado unos 46 km al sur de Bruselas, bastante más alejado de la capital que el principal aeropuerto belga, conocido como aeropuerto de Bruselas (o Brussels National), a sólo 11 km al nordeste de la ciudad.
El vuelo de Barcelona al aeropuerto Bruselas Sur Charleroi dura unas 2 horas y 10 minutos. Este aeropuerto, tal y como hemos dicho antes, está situado a unos 46 km al sur del Bruselas, y para desplazarse al centro de la capital la opción más rápida y barata es el Brussels City Shuttle, un autobús que sale cada 30 minutos (de 8:15 a 23:45) y tarda una hora en llegar a la estación de tren Brussels Midi, lugar dónde finaliza el trayecto. Su precio es de 13 € por persona y trayecto (o 22 € ida y vuelta).
Otra opción para ir a Bruselas, menos práctica, es coger una combinación de autobús y tren: en la salida nº 2 del aeropuerto se toma el autobús que lleva a la estación de tren Charleroi Sur (unos 15 minutos) y ahí se conecta con el tren a Bruselas o a cualquier otra ciudad belga. Un tren directo de Charleroi Sur a la estación Brussels Midi de Bruselas tarda unos 50 minutos y el precio conjunto de autobús y tren es de 11,40 €
En nuestro caso, dado que nuestro vuelo llegaba a Charleroi Sur a última hora de la tarde y para no llegar muy tarde a nuestro hotel en Bruselas (situado lejos del centro), optamos por un transporte privado que acordamos con nuestro hotel. Nos costó 40 €, pero en poco menos de una hora ya estábamos en nuestro alojamiento.
Nosotros nos alojamos en el Ambiorix Bed & Breakfast (Rue van Campenhout, 88 - Bruselas; tel. +32 492 996077), situado unos 2,5 km al este del centro, pero a sólo 10 minutos andando de los edificios de la Comisión Europea. La ubicación no es magnífica, pero está bastante bien. Se trata de un establecimiento de gestión familiar del tipo bed and breakfast y situado en una típica y acogedora casa de la zona, con sólo 3 habitaciones. Pagamos 89 € por una habitación doble, bastante grande, con vistas al jardín, baño compartido (sólo con otra habitación) y un completísimo y variado desayuno. Tiene conexión a internet wi-fi gratuita y su propietaria, la Sra. Ilze, es muy amable y atenta en todo aquello que podáis necesitar.
Es un lugar muy recomendable y la única pega que le encontramos es que está alejado del centro, pero a cambio se encuentra en una zona muy tranquila. Para ir a la zona histórica de Bruselas se puede tomar el metro en la parada Schuman, la cual se encuentra a 15 minutos andando, y con las líneas 1A o 1B son 4 paradas hasta la Gare Centrale, el lugar más céntrico. Otra opción es el autobús nº 63 en la plaza de Ambiorix, a sólo 5 minutos del B&B, y en unos 14 minutos ya estaremos en la Gare Centrale.
Otras opciones para buscar alojamiento en la ciudad de Bruselas y alrededores: Booking.com Bruselas y también Hotel.info Bruselas.
En cuanto a restaurantes ya os podéis imaginar que la oferta que podemos encontrar en el centro histórico, la zona más turística de la ciudad, es enorme. Y uno de los lugares con más densidad de restaurantes es la famosa Rue des Bouchers y los alrededores de las galerías comerciales de St. Hubert, pero también en la Grand Place y calles adyacentes. Como siempre, conviene mirar muy bien los menús y los precios, porque siendo una zona tan turística hay de todo... y no siempre bueno.
Nosotros os podemos recomendar un par de restaurantes que probamos personalmente: Le Marmiton (rue des Bouchers, 43A - Bruselas; tel.+32 2 511 79 10), para comer en un lugar acogedor, con buena comida belga y a un precio muy razonable si cogéis alguno de los menús ofertados; y un lugar bastante más informal es Aux Gaufres de Bruxelles (rue Marché aux Herbes, 113 - Bruselas), dónde comer ensaladas, pasta, sandwiches, mejillones y patatas fritas, platos combinados, etc, además de la especialidad de la casa: los gofres.
BRUSELAS. Muchos de los lugares de interés en Bruselas se encuentran no demasiado alejados los unos de los otros, lo cual facilita el poder recorrerlos a pie. La parte más antigua de la ciudad, como en otras ciudades belgas, está formada por calles adoquinadas que son incómodas para andar, pero con la ventaja de que muchas de esas calles también están cerradas al tráfico. Lógicamente en Bruselas hay un montón de cosas a ver y actividades a hacer, y por lo tanto aquí mencionaremos sólo algunas de ellas, puesto que el resto lo encontraréis en cualquier guía o folletín turístico:
Grand Place-Grote Markt (declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998). Este magnífico espacio viene a ser la plaza Mayor de Bruselas y está considerada como una de las plazas más bonitas del mundo, ya que presenta un conjunto extraordinariamente homogéneo de edificios públicos y privados, los cuales datan principalmente del siglo XVII. Su arquitectura es un excelente compendio y una clara muestra del nivel logrado en ese periodo por la vida social y cultural de este importante centro político y comercial. A cualquier hora es muy bonita, pero al atardecer, con la iluminación, es sencillamente espectacular. También vale la pena recorrer las pequeñas calles que salen de la plaza.
Manneken Pis (significa niño que orina en dialecto de Bruselas). Es uno de los símbolos turísticos de la ciudad y una de sus máximas atracciones. En el fondo es sólo una estatua de bronce de no más de 50 cm de altura, con la particularidad de que representa a un niño pequeño desnudo orinando dentro de una fuente. Está situada en el centro histórico, en una esquina del cruce de las calles Rue de l'Étuve/Stoofstraat y Rue du Chêne/Eikstraat, a unos 350 metros al suroeste de la Grand Place.
Galeries Royales Saint-Hubert es una galería comercial cubierta que fue inaugurada en 1847, precediendo así a otros famosos centros comerciales del s. XIX como la Galleria Vittorio Emanuele II de Milán y The Passage en San Petersburgo. Es un pasaje de 215 metros de largo, con una altura de 2 pisos y de decoración neoclásica, mientras que el techo es una vuelta formada por un arco de paneles de vidrio con una delicada estructura de hierro fundido. La galería consta de dos secciones principales (llamadas Galerie du Roi y Galerie de la Reine), separadas por la Rue des Bouchers, y una galería lateral más pequeña (la Galerie des Princes). Está considerada como la galería comercial cubierta más bonita de Europa y realmente vale la pena recorrerla para admirar sus bonitos y lujosos escaparates, así como cafés o librerías. La entrada principal es a través de la plaza Marché Aux Herbes.
Parque du Cinquantenaire-Jubelpark. En este parque se encuentra el gran Arc de Triomphe-Triomfboog, el cual dispone de una terraza en la parte superior con buenas vistas de la ciudad (la entrada es a través del Musée Royal de l'Armée et d'Histoire Militaire y es gratuita). El parque se encuentra en unos 200 m. al este de la plaza Schuman (estación metro Schuman).
Atomium. Este es otro de los iconos de Bruselas. Es una estructura de 102 metros de altura, hecha de acero y aluminio, que fue construida para la Expo de 1958. Está formado por nueve esferas de acero de 18 m. de diámetro y simboliza un cristal de hierro ampliado 165 mil millones de veces. La esfera más alta, a la que se sube con un rápido y moderno ascensor, proporciona vistas espectaculares (si el tiempo acompaña) de la ciudad de Bruselas, pero se da la circunstancia de que el día que nosotros visitamos el Atomium el ascensor estaba averiado y no se podía subir. El Atomium abre cada día de 10:00 a 18:00 y el precio de la entrada para un adulto es de 11 €.
El Atomium está situado a unos 6 km al noroeste de la Grand Place y la mejor forma de llegar a él es con el metro: para ello es necesario conectar con la línea 6 e ir en dirección Roi Baudouin-Koning Boudewijn y bajar en la estación Heysel-Heizel, andando después unos 5 minutos hasta llegar a los pies del Atomium. Se da la circunstancia de que muy cerca de esta estación de metro se encuentra el tristemente célebre estadio de Heysel (ahora rebautizado como estadio Roi Baudouin-Koning Boudewijn), dónde en la final de la Copa de Europa de 1985 entre el Liverpool y la Juve, y debido a graves disturbios, murieron 39 seguidores de la Juventus.
Acabada la visita al Atomium se puede volver al centro andando en dirección sur por el Blvd. Centennaire, desde dónde se disfruta de una muy buena perspectiva para fotografiar el Atomium y a la vez permite visitar los bonitos (y enormes) parques de Osseghem y de Laeken. Después tomando la calle Reper Vrevenstraat y andando unos 750 m. se llega a la estación de metro Houba-Brugmann de la línea 6, la cual os llevará de nuevo al centro de la capital.
Unión Europea. Se puede visitar el Parlamento Europeo (rue Wiertz/Wiertzstraat, 60) con un tour guiado gratuito en todas las lenguas oficiales de la UE a las 10:00 y 15:00 de lunes a jueves y viernes sólo a las 10:00. Es necesario presentar el DNI, pasaporte o carné de conducir. Para visitar la Comisión Europea (rue Archimède/Archimesstraat, 73) y el Consejo de Europa (rue de la Loi, 175) se necesita reserva previa y sólo para grupos de 15 o más personas.
Ruta de los cómics murales. Bélgica fue la cuna del cómic del s. XX (Lucky Luke y Tintín son sólo algunos de los ejemplos de cómics de fama mundial creados por autores belgas) y este ya forma parte de la cultura del país. Pues bien, en el mismo centro de Bruselas podéis encontrar ahora mismo más de 36 murales pintados con personajes de cómic (bande dessinée). Algunos de estos bonitos murales están tan bien integrados en su entorno urbano que a veces puede costar verlo a simple vista. En el Pdf Comic strip trail podéis encontrar una muy interesante ruta a pie del cómic en Bruselas, donde se indica la ubicación de algunos de los cómics murales más notables que hay en el centro de Bruselas.
Museos. En Bruselas hay museos para todos los gustos. Algunos de los más importantes son: Musées Royaux d'Art et d'Histoire, fundado en 1835 con una importante colección de objetos de arte de diferentes civilizaciones de todo el mundo; Musées Royaux des Beaux Arts de Belgique, con arte moderno y clásico repartido en varios edificios; Musées d'Extrême-Orient, situado en el parque Laaken, no muy lejos del Atomium, comprende una torre japonesa, un pabellón chino y un museo de arte japonés; Musée Royal de l'Afrique Centrale, con importantes colecciones de objetos etno-gráficos del África Central, el único de este tipo en todo el mundo (contiene, por ejemplo, todos los archivos del explorador inglés Henry Morton Stanley); Centre Belge de la Bande Dessinée, un museo del cómic situado en un palacio art nouveau del arquitecto Victor Horta, con una exposición permanente sobre los inicios del cómic y de otras exposiciones itinerantes.
Horta Museum. Este museo ocupa la que fue vivienda-estudio del arquitecto y diseñador belga Victor Horta, uno de los iniciadores del art nouveau. Su visita es una muy buena introducción al estilo art nouveau en Bruselas. Esta casa, junto con otras tres que también llevan el sello de Victor Horta (la Casa Tassel, la Casa Solvay, y la Casa Van Eetvelde), son Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000 por el hecho de ser obras arquitectónicas que están entre las más innovadoras de finales del siglo XIX.
Cervecería Cantillon (rue Gheude, 56). Esta es la última cervecería tradicional de la variedad gueuze (tipo de cerveza lambic, una variedad muy distintiva de cerveza que sólo se hace en esta zona de Bélgica) que queda en Bruselas. Las cervezas lambic y gueuze se hacen sin edulcorantes ni jarabes añadidos, sólo con productos orgánicos y naturales que le dan un gusto amargo distintivo. De visita obligada para amantes de la cerveza. Abre de lunes a viernes de 8:30 a 17:00 y los sábados de 10:00 a 17:00.
En nuestro caso hicimos la visita de la ciudad de Gante yendo y volviendo en tren el mismo día desde Brujas. El trayecto Brujas-Gante, ida y vuelta, nos costó 6,80 € cada uno por el hecho de podernos acoger al descuento del billete de fin de semana (el precio normal sería de 11,80 €). Tratándose de la misma línea ferroviaria que va a Bruselas hay unos cuántos trenes cada hora que paran en Gante, pero conviene asegurarse de que tomamos uno que vaya directo. El trayecto dura unos 25 minutos.
Viniendo desde Brujas (o desde Bruselas) el tren nos deja en la estación de Gent-Sint-Pieters, la cual está algo lejos del centro, a unos 3 km. Saliendo de la estación y yendo a la izquierda unos 100 m. encontraréis la parada del tranvía nº 1 (dirección Flanders Expo - Wondelgem Industrieweg), el cual os llevará en 17 minutos (1,20-2 €) al centro de Gante, a la plaza Korenmarkt, desde dónde iniciar la visita a la ciudad. Pero si llegáis a Gante desde Amberes (Antwerp) entonces el tren os dejará en la estación Gent-Dampoort, la cual está bastante más cerca del centro (a unos 15 minutos andando).
Tal como ya hemos dicho la visita a Gante la hicimos como una excursión de un día desde Brujas, motivo por el cual no podemos dar ninguna referencia directa de alojamiento en esta ciudad flamenca. En cualquier caso, si estáis interesados en alojaros aquí podéis encontrar mejores precios a través de los buscadores de alojamiento Booking.com Gante y también Hotel.info Gante.
En cuanto a restaurantes decir que hay una gran oferta en la plaza Korenmarkt y alrededores. También los encontraréis en el precioso barrio de Patershol, pero aquí son de nivel alto y los precios caros. En la plaza Vrijdagmarkt nosotros recomendamos el restaurante Eden (Vrijdagmarkt, 20), especializado en ensaladas, pasta y platos belgas. Lugar agradable, con mesas grandes y cómodas y amplios ventanales que dan a la bonita plaza Vrijdagmarkt y permiten disfrutar del ambiente fuera mientras comemos. Todo lo que pedimos estaba muy bueno, las cantidades eran más que suficientes y los precios de la carta bastante moderados.
GANTE. El centro histórico de Gante es bastante compacto, lo cual facilita que se pueda recorrer a pie fácilmente, sobre todo teniendo en cuenta que es el centro urbano con la zona peatonal más grande de todo Bélgica. Una muy buena forma de descubrir los monumentos y lugares de interés del centro histórico de Gante es siguiendo el itinerario a pie que propone la Oficina de Turismo local (plaza Botermarkt, 17A - Gante, situada detrás de la Torre Campanario) en su web, aunque también lo podéis conseguir in situ.
Esta propuesta de paseo, a la que recomendamos destinar al menos medio día, empieza y termina en la mencionada Oficina de Turismo. Los puntos más importantes que podremos ver a lo largo de este recorrido son los siguientes:
Torre Campanario (es Patrimonio de la Humanidad desde el año 2005, junto con otros campanarios municipales de Bélgica y Francia). Construida en el s XIV, era un símbolo de la independencia de la ciudad. Con un ascensor es posible subir a la parte superior de la torre, a 66 m. de altura, desde donde se pueden ver las campanas y disfrutar, si el tiempo acompaña, de vistas panorámicas sobre Gante. Su nombre en neerlandés es Belfort van Gent y se encuentra en la calle Emile Braunplein.
La Catedral de San Bavón (Sint-Baafskathedraal) está situada en Sint-Baafsplein, al lado de la Torre Campanario. Es de visita obligada, porque aunque su exterior no destaca especialmente, el interior está repleto de obras de arte valiosísimas, entre las que destacan las pinturas de Jan van Eyck o Rubens. Entre la Torre y la Catedral hay el bonito edificio del Teatro Nacional Flamenco. Más adelante, en Botermarkt, encontramos el hotel Cour St-Georges, el más antiguo de la Europa Occidental. Y enfrente de él el curioso edificio del Ayuntamiento (Stadhuis), mitad de estilo gótico flamígero y la otra mitad de estilo renacentista italiano.
Dejamos la iglesia Sint-Jacobskerk, del s. XII, a la derecha y llegamos a la plaza Vrijdagmarkt, dónde todavía hay mercado los viernes y sábados. Aquí destacamos el ecléctico edificio Ons Huis Bond Moyson, de principios del s. XX. Cruzamos el río Leie por el puente Zuivelbrug y llegamos a la zona llamada Patershol, el barrio más antiguo de Gante, de estrechas calles dónde ahora podemos encontrar restaurantes de nivel. En la calle Kraanlei, junto al río, encontramos la Huis van Alijn, una antigua casa con un bonito patio interior. Más adelante encontramos la antigua Lonja de la Carne (Groot Vleeshuis), dónde ahora se venden productos típicos de Flandes. Y muy cerca encontramos el Castillo de los Condes de Flandes (Gravensteen), una impresionante fortaleza del s. XII que es visitable.
Siguiendo la ruta y 0,5 km más adelante llegamos a Graslei-en Korenlei, el lugar dónde desde el s. XI estaban situados los muelles de las Hierbas y el Trigo, pertenecientes al que era el puerto comercial más importante de Gante. Ahora, con los preciosos edificios que hay a ambos lados del río Leie, es un lugar extraordinariamente bonito. Lástima de la presencia de terrazas, rótulos y barcos turísticos que rompen, para nuestro gusto, la perfecta armonía del conjunto. Desde el puente de San Miquel (Sint-Michielsbrug) tendréis una muy buena vista de esta zona.
Tras pasar por la animadísima Korenmarkt llegamos a la iglesia Sint-Niklaaskerk, ahora en restauración, y que representa un ejemplo único del llamado gótico Escalda (una mezcla de elementos románicos en la arquitectura flamenca). En la misma calle Cataloniestraat podemos ver la bonita fachada del edificio Metselaarshuis. En el lado contrario, en Emile Braunplein, hay un par de lugares de interés que ahora mismo (en el momento de escribir esta guía) no se pueden ver debido a las obras en esta plaza. Son la Grote Triomphante, una campana fundida con los restos de otra importante campana desde el punto de vista histórico, y la fuente Bron der Geknielden, obra de un escultor contemporáneo de Rueden.
Sin vehículo privado la mejor forma de llegar a la ciudad de Brujas desde Bruselas es con el tren. Desde la estación central de Bruselas (Bruxelles-Central), vía la estación Bruxelles-Midi, hay unos cuántos trenes directos a Brujas cada hora. Emplea 1 hora y 2 minutos en recorrer los 97 km que separan ambas ciudades y el precio del billete sencillo es de 13,10 €.
La estación de tren de Brujas se encuentra junto en el extremo sur de la ciudad histórica, pero fuera de ella. Desde la estación se puede ir andando a cualquier lugar del centro, aunque según dónde sea puede ser un largo paseo dependiendo del equipaje que llevemos. Además de taxis hay una buena red de autobuses urbanos que gestiona la empresa flamenca De Lijn.
En Brujas nos alojamos en el B&B Anna's (Annaplein, 31 - Brujas; tel. +32 50 684518), situado a sólo 5 minutos a pie de las céntricas plazas Markt y Burg, en el lado oriental del centro histórico de Brujas. Su ubicación es muy buena porque, además, se encuentra en una zona muy tranquila y bonita, junto a la iglesia de Sta. Ana (Sint-Annakerk), sin duda una de las más bonitas de Brujas.
Este B&B es bastante nuevo y ocupa una casa de la zona que su propietaria ha reformado para ofrecer tres habitaciones y zonas comunes. Nosotros pagamos 100 €/noche por una habitación doble, bastante grande y con magníficas vistas a la iglesia de Sta. Ana y la plaza, baño privado y un completo y variado desayuno. Tiene conexión a internet wi-fi gratuita, así como un ordenador con Internet. Su propietaria es muy atenta y podréis hablar con ella horas y horas. En resumen, es un lugar que recomendamos completamente.
Siendo Brujas un lugar tan turístico no os sorprenderá si os decimos que hay un montón de restaurantes, de todos los tipos, precios y calidades, desde restaurantes con tres estrellas Michelin (como el restaurante De Karmeliet) hasta lugares de comida rápida. En general, pero, conviene evitar los restaurantes del epicentro turístico de la ciudad, los situados en las plazas Grote Markt y Burg, por su mala relación calidad-precio.
Nosotros os podemos recomendar el restaurante Riva del Sole (Wollestraat, 22 - Brujas), restaurante de especialidades italianas. Es un lugar sin pretensiones, pero agradable, genuino (el propietario es realmente italiano) y muy popular entre los locales, lo cual ya es una garantía. Si además tenéis la suerte, como nosotros, de que os toque la mesa que da a la calle y que está sola en un rincón entonces podréis disfrutar de un ambiente bastante íntimo. Ah! y las pizzas estaban buenísimas. Precios moderados en comparación a otros restaurantes de la zona.
BRUJAS. El centro histórico de Brujas no es muy grande y se puede recorrer a pie, pero conviene llevar calzado cómodo debido a la abundancia de calles adoquinadas que también dificultan el poder recorrer cómodamente la ciudad en bicicleta, otra buena alternativa (hay muchos lugares dónde alquilarlas). Este centro histórico está rodeado por un canal y formado por calles y plazas repletas de preciosos edificios con siglos de historia a sus espaldas.
El precio a pagar por este paisaje de postal, y porque últimamente la ciudad se ha volcado excesivamente en el turismo masivo, es el gran número de visitantes que se concentran en ciertas zonas de la ciudad, especialmente alrededor de las plazas Markt y Burg, haciendo que la ciudad se parezca cada vez más a un parque temático como ya le pasa a Venecia desde hace tiempo (este no es el único punto en común entre ambas ciudades, puesto que curiosamente Brujas también es conocida como la Venecia del Norte, suponemos que por los canales y la monumentalidad de sus edificios).
Indudablemente hay que visitar los puntos de interés más populares, intentando esquivar en la medida de lo posible las masas de turistas, pero para reconciliarnos con Brujas recomendamos visitar rincones de la ciudad, como el barrio de Sta. Ana, dónde no encontraremos prácticamente ni un visitante y que nos permitirán hacernos una idea de cómo era la vida hace unos siglos en la ciudad de Brujas.
El Centro histórico de Brujas es Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000 como ejemplo excepcional de asentamiento humano medieval que ha sabido conservar su tejido urbano histórico tal y como ha ido evolucionando a lo largo de los siglos, con construcciones góticas primigenias que forman parte de la identidad de este capital comercial y cultural de la antigua Europa.
Para visitar el centro histórico de Brujas una muy buena opción es tomar como referencia las rutas que propone Turismo de Brujas en su útilGuía oficial de la ciudad (en español, formato Pdf). Esta guía también se puede conseguir en la propia Oficina de Turismo de Brujas (en el Concertgebouw o en la estación de tren). De entre las rutas propuestas por la mencionada guía destacamos un par de ellas:
Ruta 1: Brujas, ciudad Patrimonio de la Humanidad. Esta ruta por la Brujas más monumental empieza en el Concertgebouw, una sala de conciertos en la plaza 't Zand, y acaba en el antiguo Hospital de San Juan, con una distancia aproximada de 3 km. Este itinerario pasa por la Catedral de San Salvador (Sint-Salvatorskathedraal), la plaza Simon Stevinplein, la Torre Campanario (Belfort; se puede subir a lo alto de la torre, a 83 m. de altura, para disfrutar de muy buenas vistas de la ciudad) en la plaza Grote Markt, el Bruggemuseum-Stadhuis y otros edificios de la plaza Burg, el Mercado del Pescado (Vismarkt), la plaza de los Curtidores (Huidenvettersplein), el Muelle del Rosario (Rozenhoedkaai, uno de los lugares más fotografiados de Brujas), el museo Groeninge (de Bellas Artes), el museo Gruuthuse (en un lujoso palacio que contiene objetos cotidianos de los siglos XV a XIX), la plaza Guido Gezelleplein (con la estatua de Guido Gezelle, el poeta más famoso de Brujas, y la iglesia de Nuestra Señora, del s. XIII-XV y con una riquísima colección de arte), el palacio Arentshuis, el romántico Lago del Amor (Minnewater), el bonito Beaterio (Begijnhof ten Wijngaarde), la cervecería De Halve Maan (la última fábrica artesanal de cerveza que queda en Brujas), y finalmente el antiguo Hospital de San Juan (Sint-Janshospitaal).
Ruta 2: Paseando por la Brujas tranquila. Esta ruta por la Brujas menos visitada, pero igualmente interesante, empieza en el Museo del Chocolate (Choco-story), en la calle Wijnzakstraat, y finaliza en el Café Vlissinghe, en la calle Blekersstraat, con un recorrido aproximado de 4 km. Este itinerario pasa por Lumina Domestica (el museo de la lámpara, con la mayor colección del mundo), la iglesia de Sta. Walburga en la plaza Sint-Maartensplein, el puente sobre los canales Spinolarei y Spiegelrei, el barrio de San Gil (Sint-Gillis, conocido como el barrio de los artistas y de los obreros) y la iglesia de San Gil (Sint-Gilliskerk), el bonito puente Snaggaardbrug, el Gran Seminario (Groot-seminarie), el hospital museo Nuestra Señora ter Potterie (Hospital-museum), el canal Damse Vaart y sus esclusas, los molinos Koelewei y Sint-Janshuis (dos de los cuatro molinos que se conservan en esta zona de los 30 que existieron), la casa-museo Gezelle, la calle Balstraat y sus casas de obreros, la inusual iglesia de Jerusalén (su torre es octogonal), la iglesia de Sta. Ana (Sint-Annakerk, una de las iglesias barrocas más bonitas de Brujas), la calle Sint-Annarei, y finalmente, en el nº 2 de la calle Blekersstraat, el Café Vlissinghe (la taberna más antigua de Brujas, en funcionamiento ininterrumpido desde 1515).
Por último decir que también os podéis construir una ruta a medida por Brujas con los servicios de la página web Citytrip in Bruges, indicando los días de que disponéis, el lugar de inicio de la ruta y las preferencias personales.
Nuestro vuelo de vuelta a casa es desde el aeropuerto Bruselas Sur Charleroi y para llegar a él desde Brujas tomamos primeramente un tren que nos lleva a Bruselas, concretamente a la estación Bruxelles-Midi (13,10 € el billete sencillo y 1 hora de trayecto), dónde bajamos para enlazar con el siguiente tren a la ciudad de Charleroi. Alternativamente, en esta misma estación de Bruxelles-Midi también podríamos haber cogido el autobús Brussels City Shuttle que va directo al aeropuerto Bruselas Sur Charleroi, opción más rápida y poco más cara que el tren, pero como disponíamos de tiempo suficiente nosotros preferimos continuar con el tren a Charleroi.
Desde la estación Bruxelles-Midi hay al menos un tren cada hora (que no implique cambio de tren) con destino Charleroi-Sur. El trayecto dura unos 55 minutos (se detiene en unas pocas estaciones) y cuesta 11,70 €, incluyendo el precio del autobús que conecta la estación de tren y el aeropuerto. Una vez llegamos a la estación Charleroi-Sud seguimos las indicaciones del autobús al aeropuerto. Fuera de la estación encontramos las paradas del autobús y buscamos la línea A, la que va directamente al aeropuerto (el billete de tren incluye el precio del autobús). Pocos minutos después sale el autobús y en menos de 15 minutos ya estamos ante la terminal de salidas del aeropuerto Bruselas Sur Charleroi.
Embarcamos y pasamos los controles rápidamente. En este punto es importante recordar que conviene no olvidarse de realizar la facturación online de los vuelos de Ryanair antes de salir de casa y llevar impresa la tarjeta de embarque para evitar tener que pagar una importante penalización de esta compañía. Nuestro vuelo a Barcelona salió con puntualidad y 2 horas y 15 minutos después ya estábamos en el aeropuerto de Barcelona, disfrutando durante el vuelo del show-bussiness al que nos tiene acostumbrado esta aerolínea irlandesa.
Finaliza aquí una corta pero intensa escapada a Bélgica que cumplió sobradamente las expectativas, aunque la climatología no nos acompañó todo lo que hubiéramos deseado en cuanto a tiempo soleado. En cualquier caso, destino más que recomendado !!!