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Bandera de Omán Bandera de Emiratos Árabes Unidos

OMÁN / EAU

Guía y relato de viaje a Omán y los Emiratos Árabes Unidos

En este viaje por libre de 16 días a Omán y los Emiratos Árabes Unidos, en coche de alquiler y transporte público. En Omán visitamos Mascate, Sur, Ras al-Hadd, Ras al-Jinz, Nizwa, Salalah y la región del Dhofar, entre otros. Y en los EAU recorrimos los emiratos de Sharjah, Fujairah, Ras al-Khaimah, Ajman, Umm al-Qaiwain y Dubai.

Yolanda y Toni (Viatgeaddictes)
Published on Travel date: 2006/07 | Published on 19/01/2007
Last updated: 04/2022
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Emblema nacional del Sultanato de Omán (Palacio del Sultán, Mascate)
Emblema nacional del Sultanato de Omán (Palacio del Sultán, Mascate)

Introducción

Esta es la guía y relato de una viaje por libre que hicimos a Omán y a los Emiratos Árabes Unidos (EAU) a finales de 2006 y principios de 2007.

En total fueron unos once días recorriendo Omán y otros cinco días más de ruta por seis emiratos de los EAU, con final del viaje en Dubái.

Omán es un sultanato que ocupa el extremo sudeste de la Península Arábiga, además de algunas islas en el mar Arábigo y una pequeña zona en la punta de la península de Musandam, separada del territorio principal por el caprichoso trazado de fronteras que se llevó a cabo durante el proceso de descolonización de la zona.

Con una superficie de 309.500 km² es el tercer país de mayor extensión de la Península Arábiga, pero la población es de sólo 2'5 millones de personas.

Buena parte del territorio omaní está ocupado por desiertos de arena y grava, incluyendo una parte del llamado Distrito Vacío, la mayor superficie cubierta de arena en todo el planeta.

Para el viajero, Omán es un lugar con un turismo aún incipiente en el que encontramos bellos paisajes y un país muy acogedor y en el que nos sorprenden algunas curiosidades locales y el contraste entre lo moderno y lo antiguo.

Los Emiratos Árabes Unidos (EAU), por su parte, son una federación de siete estados árabes formada por los emiratos de Abu Dhabi, Dubái, Sharjah, Ajman, Umm al-Qaiwain, Fujairah y Ras al-Khaimah.

Todos ellos suman una extensión de 83.600 km² y una población de 4 millones de personas, de la que sólo un 20% son nativos de los emiratos, mientras que un 50% son surasiáticos, sobre todo de la India. El interior del país es un desierto de arena salpicado con algunos oasis.

Gracias a la riqueza del petróleo los pequeños puertos de antaño se han convertido en grandes centros ultramodernos con grandes rascacielos y enormes centros comerciales y de ocio, llegando en algunos casos a la extravagancia del nuevo rico.

Aquí la fusión entre lo moderno y lo tradicional es bastante más acentuada que en Omán, dando lugar a unas características propias que captarán el interés del viajero curioso.

Esta guía se complementa con la Guía de viaje a EAU y Musandam, fruto de otro viaje que hicimos años después a los emiratos de Abu Dhabi, Dubái, Umm Al-Quwain, Ras Al Khaimah y a la península omaní de Musandam.


Ficha técnica del viaje

Fecha del viaje

Del 23 de diciembre de 2006 al 7 de enero de 2007.

Itinerario

mapa

Día 1: Barcelona → flight → Praga (CZ) → flight → ...
Día 2: ... - Dubái - Mascate
Día 3: Mascate
Día 4: Mascate - Sur
Día 5: Sur - Al Ayjah - Ras al-Hinz - Ras al-Hadd
Día 6: Ras al-Hadd - Wadi Bani Khalid - Nizwa
Día 7: Nizwa - Jibreen - Bahla - Jebel Shams - Al Hamra - Nizwa
Día 8: Nizwa - Mascate - ...
Día 9: ... - Salalah - Mirbat - Jebel Dhamar - Talaq - Salalah
Día 10: Salalah - Tomba de Job - Mughsail - Salalah
Día 11: Salalah → flight → Mascate
Día 12: Mascate - Dubái - Sharjah
Día 13: Sharjah - Fujairah - Khor Fakkan
Día 14: Khor Fakkan - Al Badiya - Dibba - Ras al-Khaimah - Dubái
Día 15: Dubái
Día 16: Dubáiflight → Praga → flight → Barcelona

Aunque es posible volar desde Europa directamente a Mascate, la capital omaní, nosotros escogimos Dubái como puerto de entrada y salida en la zona porque el vuelo era más económico y también por nuestro interés en ver Dubái, la ciudad donde todo es posible.

Nuestra idea inicial era destinar dos días completos a la visita de la península de Musandam, pero debido a un problema logístico tuvimos que cambiar nuestros planes y utilizar esos dos días para un improvisar un interesante circuito por cinco de los emiratos de EAU.

Nos quedó pendiente para otra ocasión visitar el territorio omaní de la península de Musandam, cosa que pudimos hacer en un viaje posterior.

Dinero

La moneda oficial de los Emiratos Árabes Unidos es el dirham EAU (simbolizados como AED), de paridad fija con el dólar (1 US$ = 3,66 AED). Los euros pueden ser cambiados en todas las oficinas de cambio de divisas. El pago con tarjetas de crédito está muy difundido.

En Omán la moneda de curso legal es el real omaní (simbolizado como RO o OMR). Es posible cambiar moneda tanto en las entidades bancarias como en las oficinas de cambio, en las que en ocasiones el cambio es ligeramente más favorable.

Cambio medio (en las fechas de este viaje):
1 AED = 0,2118 € / 1 € = 4,72 AED (ver cambio oficial actualizado en el enlace Eur -> AED)
1 RO = 2,028 € / 1 € = 0,493 € (ver cambio oficial actualizado en el enlace Eur -> RO)

Gastos del viaje

+ 850 € (vuelo Barcelona - Praga - Dubái, ida y vuelta)
+ 71 € (vuelo Salalah-Mascate)
+ 581 € (transporte, coche de alquiler, alojamiento, comida/bebida, entradas, otros)
= 1.502 € (total por persona)

Nivel de vida: En contra de lo que pensábamos inicialmente ambos países no nos resultaron demasiado caros, con la excepción de hoteles y servicios turísticos (por ejemplo contratando excursiones a través de una agencia local) que sí lo eran.

Comer en la calle, fuera de los hoteles y resorts, fue barato, especialmente en Omán.

Dado que el transporte público era escaso o inexistente tuvimos que destinar una parte del presupuesto al alquiler de un vehículo, aunque en general el precio de este fue inferior a los europeos.

De todos modos, en ambos países, pero especialmente en Omán, se buscaba un turismo de nivel adquisitivo medio-alto y no había prácticamente oferta para viajeros con poco recursos. Por ello era muy difícil encontrar turismo mochilero viajando por el país.

Pero insistimos en el hecho de que siempre es posible ajustar bastante el presupuesto si viajamos por Omán y EAU.

Visado

En los Emiratos Árabes Unidos los ciudadanos españoles sólo debían presentar un pasaporte válido, con más de 6 meses de vigencia desde la fecha de entrada en el país, y sin ningún visado de Israel en él.

En cualquiera de los aeropuertos del país y en las fronteras terrestres se obtenía un sello de entrada gratuito, válido durante 60 días.

En Omán había que presentar un pasaporte con una validez mínima de 6 meses desde la fecha de entrada al país. También era necesario un visado que las autoridades omaníes concedían con una validez de un mes y una sola entrada en frontera, en los aeropuertos internacionales de Omán y en las fronteras terrestres con los EAU.

El coste del visado omaní fue de 6 RO, pero si se llegaba a Omán directamente desde Dubái (EAU) o Doha (Catar) y se contaba ya con un visado de alguno de esos dos países entonces el visado omaní era gratuito. Esto es lo que encontramos en las fechas de este viaje y lógicamente es susceptible de cambiar con el tiempo.

Transporte

Avión. Los trayectos entre Mascate y Salalah (con una distancia de casi 1.000 km) y entre Mascate y Khasab (donde la orografía de la península de Musandam hace que este pueda ser un viaje largo y pesado si se hace por carretera) eran prácticamente los únicos vuelos interiores de la compañía omaní Oman Air a tener en cuenta. Los billetes se podían comprar directamente en las oficinas de la compañía o en cualquier agencia de viajes, aunque en este último caso con un pequeño sobrecoste.

Por otra parte, la compañía de bajo coste Air Arabia comunicaba Mascate con las principales ciudades de la Península Arábiga, el Próximo Oriente o la India.

Autobús. En Omán la compañía estatal MWASALAT (antes ONTC) ofrecía servicios entre las principales ciudades del país (ver servicios y horarios en la web de la compañía). Sus autobuses eran bastante correctos y era conveniente comprar el billete al menos con un día de antelación si vamos a realizar un trayecto largo.

En Mascate y alrededores hay microbuses y taxis, que pueden ser compartidos, para realizar pequeños trayectos en la zona que nos pueden ser útiles para movernos por Mascate o ir al aeropuerto.

En los EAU, por su parte, hay autobuses y minibuses que comunican los distintos emiratos, especialmente Dubái y Abu Dhabi.

Coche de alquiler. Dada la falta de transporte público en ambos países para ir a muchos lugares de interés para el viajero la mejor opción es, de lejos, alquilar un coche, ya que si no tendremos que contratar tours para visitar esos lugares y los precios suelen ser bastante altos.

Además debemos tener en cuenta que alquilar un coche sale más barato que en Europa, la gasolina es mucho más barata y las carreteras, con algunas excepciones en Omán, suelen estar bien indicadas y en buen estado.

Pocos años atrás era imprescindible alquilar un vehículo 4x4 para realizar algunos de los trayectos más interesantes de Omán, pero hoy día ya no es estrictamente necesario. De todos modos continúa aún siendo necesario para realizar algunos trayectos muy concretos (hay que planificar bien lo que queremos hacer e informarnos de si es necesario o no un vehículo todo terreno).

En las fechas de este viaje comprobamos que si alquilábamos un coche en Dubái se podía conducir por este emirato sin un permiso de conducir internacional, pero este era requerido por la agencia de alquiler si queríamos conducir por otros emiratos o pasar el coche a territorio omaní, incluyendo la península de Musandam.

Si no se disponía del permiso internacional los ciudadanos españoles tenían la posibilidad, para casos desesperados, de obtener uno temporal yendo al Dubai Traffic Dept, cerca del Mazda Showroom en Deira.

Según nos dijeron costaba 110 AED y se obtenía en sólo 30 minutos, aunque habría que asegurarse antes de los horarios de esta oficina.

Si el coche se alquila en Omán no era necesaria, en principio, la licencia internacional, siempre y cuando conduzcamos sólo por territorio omaní.

Para alquilar un coche en ambos países un buen punto de inicio es el buscador eAlquilerdecoches.

En EAU el precio medio del equivalente a la gasolina 95 era entonces de sólo 0,29 €/litro (!!!!).

Alojamiento

El alojamiento en Omán era bastante escaso y su precio, en general, caro, ya que solía ser de nivel medio-alto. Esto se debía en parte a la incipiente infraestructura turística del país de aquellas fechas y en parte al deseo de su Gobierno de atraer sólo a un turismo de cierto nivel adquisitivo.

Si se alquila un vehículo es posible ahorrar en el alojamiento haciendo camping por cuenta propia en lugares como playas, wadis, dunas, etc. Pero para ello deberemos llevar el material necesario, estar dispuesto a sacrificar un mínimo de comodidades y tener en cuenta que, en general, para llegar a lugares apartados donde acampar será necesario un vehículo 4x4.

Para buscar alojamiento en ciudades como Dubái o Mascate una buena herramienta es el buscador Booking.com, donde podemos encontrar muy buenas ofertas.

De todos modos, en este viaje aún escogimos todos los alojamiento allí mismo, a la vieja usanza: cuando llegábamos a un lugar echábamos un vistazo a la guía LP que llevábamos o bien veíamos uno o nos dejábamos aconsejar por algún local, veíamos alguno o algunos hoteles y escogíamos en base a lo que veíamos.

Seguridad

Las condiciones de seguridad en Omán y en Emiratos Árabes Unidos son excelentes, especialmente en el primero, donde la sensación de seguridad es total.

Suponemos que esta es una de las razones por las que este país acoge tanto turismo familiar. Los índices de criminalidad y el número de atracos o robos se mantienen muy bajos.

Por otra parte, en ambos países la Ley Islámica vigente impone en las costumbres ciertas restricciones que deben respetarse, siendo quizás Dubái el lugar donde las costumbres son algo más laxas.

Salud

No hay ninguna vacuna obligatoria y ni siquiera recomendable. Las condiciones sanitarias en ambos países son buenas, aunque es altamente recomendable viajar con un seguro médico internacional de amplia cobertura y que incluya también la repatriación en caso de necesidad.

Especialmente en verano es conveniente extremar las precauciones para evitar insolaciones y deshidratación.

Clima

En las fechas de nuestro viaje a la zona gozamos de un clima estupendo, con temperaturas bastante agradables, poco calurosas de día y algo frescas por la noche.

Dado el caluroso clima de la zona, con la excepción de las altas montañas de Omán, con un clima más moderado, no es raro superar los 50ºC de temperatura en verano, por lo que la mejor época para visitar ambos países es de noviembre a marzo.

Por otra parte en la región de Dhofar, en el sur de Omán, el clima es algo más suave y cuenta con la particularidad de un monzón de mayo a septiembre.

Diferencia horaria

Durante el horario de invierno en la España peninsular hay una diferencia de +3 horas, tanto con Omán como con los Emiratos Árabes Unidos.

En las fechas de nuestra visita oscurecía a las 17:45 h. en el norte de Omán y a las 18:20 en la región del Dhofar, en el sur omaní.

Curiosidades de Omán

  • Omán había estado cerrado o había puesto muchas dificultades al turismo hasta tiempos recientes. Quizás por ello era aún un destino muy desconocido entre nosotros y del que era difícil encontrar información en Internet más allá de cuatro generalidades.
  • Las direcciones postales tal como las conocemos nosotros, con calle y número, son inexistentes en Omán, por lo que hay que guiarse por elementos singulares cercanos (edificios, mezquitas, hoteles, rotondas, etc).
  • Las rotondas (que se abrevian como R/A, del inglés roundabout) son un elemento imprescindible para poderse orientar en ciudades o carreteras, ya que a la hora de dar una indicación de como llegar a un lugar se suele dar en base a la ubicación de una o varias de ellas. Además las rotondas son una parte del paisaje omaní y muchas de ellas son realmente dignas de ver.
  • La preocupación por la estética en Omán hace que los compresores del aire acondicionado, que tanto afean las fachadas de los edificios, se suelan disimular con una celosía pintada que los hace pasar inadvertidos.
  • En los restaurantes omaníes siempre sirven una botella de agua gratis.
  • Los hombres omaníes continúan vistiendo su tradicional dishdasha (camisa-vestido hasta los pies y de color normalmente blanco). Y suelen ir muy perfumados.

Guía de viaje

Oman, UAE & Arabian Peninsula travel guide (de Lonely Planet Publications). Nosotros utilizamos en este viaje la edición Nov-2004, en inglés.

Esta guía cubre todos los países de la península arábiga, aunque sin profundizar mucho en cada uno de ellos. Por ello la encontramos muy incompleta, sobre todo en lo referente a Omán, y con bastantes inexactitudes.

También utilizamos la guía Oman. The complete Resident's Guide, de Explorer Publishing Ltd. (3ª edición 2006, en inglés). Esta guía la encontramos una vez allí, en librerías especializadas de Dubái y Omán (también existían otras ediciones para Dubái y para otros Emiratos).

Nos pareció muy completa y con muchísima información sobre hoteles, restaurantes, lugares de interés y mucho más. Además, al cambio venía a costar unos 15 €, por lo que era mucho más barata que lo que costaba entonces la guía LP en papel.

Literatura relacionada

Los árabes del mar, de Jordi Esteva (Editorial Península). El autor dedica una buena parte del libro a recorrer los puertos de Omán. Muy recomendable para antes o después del viaje.

Omán. Magia arábiga, nº 179 (Febrero 2006) de la revista Rutas del Mundo. Interesante artículo con bastantes fotografías.


Guía de Omán: Mascate y alrededores

MASCATE (I) - Omán

Cómo llegar

Empezamos el viaje con un vuelo de la compañía checa Czech Airlines de Barcelona a Praga (2 horas).

En el aeropuerto Rozyne de Praga enlazamos con otro vuelo de la misma compañía a Dubái, adonde llegamos tras 5 horas y 15 minutos de tranquilo viaje. El servicio a bordo, incluida la comida, en esta compañía fue bastante correcto, aunque el espacio en los asientos no era mucho.

Una vez en el moderno y lujoso aeropuerto de Dubái pasamos la zona de control de pasaportes e inmigración en menos de 15 minutos, ya que no había que rellenar formulario alguno ni pagar nada. Sólo ponían un sello en el pasaporte que servía de visado para 90 días.

En la misma sala de equipajes aprovechamos para cambiar algunos euros a moneda local. Recomendamos cambiar aquí lo mínimo posible, ya que en el centro de Dubái se puede conseguir un cambio bastante mejor.

En cualquier caso, aquí mismo aprovechamos para cambiar también unos pocos euros a reales omaníes ya que en el mismo día tomábamos un autobús a Mascate y no sabíamos si en el puesto fronterizo podríamos cambiar.

Al salir de la sala de equipajes encontramos otra gran sala con oficinas de hoteles, coches de alquiler y también de cambio (aunque aquí era peor que en la oficina de la sala de equipajes). También había una pequeña oficina de información turística donde nos dieron un útil mapa de Dubái.

Cómo ir de Dubái a Mascate (Omán) y viceversa

La distancia por carretera entre Dubái y Mascate (a través del puesto fronterizo de Hatta) es de 385 km.

La forma más sencilla y barata de ir de una a otra ciudad era con el autobús público, tal como hicimos nosotros (ver texto adjunto). Costaba entonces unos 12 € (más barato si comprábamos ida y vuelta) y había que contar con unas 5-6 horas de viaje.

Otra posibilidad era el avión, con un corto vuelo de media hora, pero habría que ver si la ganancia en tiempo respecto al autobús compensa el precio del vuelo y los traslados a/de el aeropuerto.

Por último, sopesamos la posibilidad de alquilar un coche en Dubái e ir con él a Omán, aunque sólo era interesante si nuestra ruta por Omán iba a transcurrir por la zona norte (incluyendo la península de Musandam), ya que el sur queda a más de 1.000 km y era más fácil tomar un avión o un autobús a Salalah.

De todos modos hay que tener en cuenta que por llevar el coche a territorio omaní la compañía de alquiler dubaití nos exigía pagar un seguro extra (mínimo de 260 AED/día) que encarecía mucho la cantidad total a pagar.

Por ello quizás sea bastante más interesante (y barato) alquilar un coche en Dubái para recorrer los Emiratos (e incluso ir a Musandam), desplazarse de Dubái a Mascate en autobús, y una vez en Mascate alquilar otro coche para recorrer Omán.

Al salir fuera de la terminal fuimos hasta la parada de los autobuses que comunican el aeropuerto con el centro de Dubái, situada unos 50 metros a la izquierda de la salida.

Dado que nuestra intención era ir seguidamente al Airline Centre, el lugar de donde salían los autobuses hacia Mascate, esperamos a que pasara el autobús nº 401 que finalizaba su recorrido en Deira pero que pasa junto al edificio Dnata (indicad Duh-nata Deira al conductor del autobús o taxi) o Dubai National Travel Agency, aunque también conocido como Airline Centre.

Pero en nuestro caso acabamos subiendo al autobús N4 ya que pasó antes que el 401 y el conductor nos aseguró que nos dejaría también cerca del edificio Dnata.

El billete sencillo costaba 3 AED y es un corto trayecto de sólo 2-3 km. Nuestro autobús nos dejó en un punto en el que tuvimos que cruzar la gran avenida Al-Maktoum por un paso elevado para llegar al susodicho edificio Dnata.

En la parte posterior del edificio, junto a la calle Al-Ittihad, hay un aparcamiento desde donde supuestamente salían los autobuses MWASALAT, la compañía estatal omaní, en dirección a Mascate (a las 7:30 y a las 16:30), pero cuando llegamos aquí aún eran las 5 de la mañana, estaba oscuro y no había ninguna actividad en el aparcamiento ya que era muy pronto.

Preguntamos a alguien por los autobuses a Mascate y nos indicó un punto unos 100 metros más allá, en la calle Al-Rigga.

Nos dirigimos hacia allí y encontramos un par de autobuses de las compañías privadas Sunshine Confort y Al-Khanjry Transport. El primero de ellos estaba cerrado, mientras que el segundo tenía la puerta abierta y su conductor nos preguntó si íbamos hacia Mascate.

Compramos los billetes aquí (50 AED cada uno) tras averiguar que el autobús salía a las 7 de la mañana (el de la otra compañía salía algo después). Mientras esperábamos aprovechamos para desayunar algo en un bar junto a la parada.

El autobús salió puntualmente, aunque iba bastante vacío (5 árabes, 3 filipinos y nosotros dos). Salimos de Dubái siguiendo grandes avenidas flanqueadas por numerosos edificios y complejos enormes aún en construcción.

Tomamos la autovía 44 y, tras recorrer unos 105 km por un paisaje desértico salpicado de parterres artificiales con césped, flores y árboles, llegamos al puesto fronterizo de Hatta, donde bajamos del autobús para que nos sellaran la salida de los EAU en el pasaporte.

Durante los últimos kilómetros ya nos acompañaban las preciosas formas y siluetas de las montañas Hajjar.

Reemprendimos el camino con el autobús y 1 km después tuvimos que volver a bajar en un control de mercancías. Aquí tuvimos que depositar todo el equipaje en una larga plataforma para que los funcionarios aduaneros la revisaran, aunque comprobamos que el nuestro ni lo miraron y se dedicaron a revisar concienzudamente el del resto de pasajeros.

Cuando acabaron con todo el pasaje subimos de nuevo al autobús (agradecimos el hecho de que el autobús fuera pequeño y fuera casi vacío, ya que si no el tiempo de espera se hubiera incrementado bastante) para volver a parar 7 km después, en el puesto fronterizo omaní de Wajaja.

Aquí encontramos ya la primera muestra del gusto por la estética de los omaníes, ya que el edificio que albergaba las oficinas fronterizas era bonito y agradable, cosa inusual en tantas fronteras del mundo mundial. El funcionario de visados nos preguntó si íbamos con coche privado y al decirle que íbamos en autobús procedente de Dubái nos selló el pasaporte con el visado gratis (ver Visados).

Los pasaportes se los quedó el funcionario, pero antes de subir todo el pasaje al autobús el funcionario y el chófer los fueron repartiendo uno a uno.

Ya oficialmente en territorio omaní continuamos viaje y la carretera llegó junto a la costa del Golfo de Omán, llamada aquí costa Batinah.

A partir de la ciudad de Shinas la carretera, una autovía en realidad, transcurre paralela al mar, pasando junto a la mítica ciudad de Sohar, de donde el legendario personaje de Simbad el Marino zarpaba para llevar a cabo sus extraordinarias travesías.

Un llamativo arco triunfal sobre una de las rotondas de la autovía commemora su pasado marinero.

Es realmente increíble comprobar lo bien hechas y cuidadas que están las rotondas en este país, mimadas por los numerosos inmigrantes del subcontinente indio que trabajan como jardineros.

Pero aún hay más: los últimos 40 km de autovía antes de llegar a Mascate, la capital, están flanqueados por preciosos jardines de flores a ambos lados y en la mediana, con un césped más verde que los prados ingleses de Yorkshire.

Y todo ello es aún más surrealista si tenemos en cuenta que estamos en el desierto (!!). Esta es una de las innumerables peculiaridades de este interesante país.

Aún alucinados por estas primeras horas en Omán finalmente llegamos a la estación de autobuses de Ruwi, en la ciudad de Mascate, hacia la una del mediodía, tras 6 horas de viaje desde Dubái.

Dormir y comer

En Mascate nos alojamos en el Corniche Hotel, situado delante de la lonja del pescado de Muttrah. La habitación doble con baño, TV, A/A y desayuno incluido nos costó 20 RO. Era correcto para su categoría y el personal fue muy atento, aunque el desayuno no era gran cosa.

Justo al lado encontramos el Marina Hotelimage, donde nos pidieron 35 RO por una habitación que no llegamos ni a ver. Una opción algo más económica es el cercano Hotel Naseem (Muttrah Corniche, 114 - Mascate), donde la habitación valía 15'3 RO sin desayuno (no podemos opinar sobre la habitación porque no la vimos, pero el empleado en la recepción fue bastante antipático.

Aunque hay otras zonas de Mascate con hoteles de más categoría y lujosos que los de Muttrah, a nosotros esta zona nos pareció maravillosa por su preciosa Corniche y su ambiente animado y auténtico, y por ello la recomendamos. Aunque si queréis tener la playa al lado del hotel olvidaros de Muttrah.

Si tenéis la necesidad de dormir junto a la estación de autobuses de Ruwi existe la opción del Al Wafa Hotel Flats (costaba 20 RO la habitación doble) o el más caro Sun City Hotel (valía 35 RO la habitación doble).

Para comer en Muttrah un lugar recomendable es el Fastfood'n'Juice Centre, donde hacían buenos jugos y excelentes platos (como kebab, shwarma, etc) que se pueden tomar en una terraza exterior que permite contemplar la Corniche y el paso de la gente al cercano zoco.

También estaba bien el que está justo al lado del anterior. Para tomar algo dentro mismo del zoco de Muttrah recomendamos hacer una parada en el Al-Ahli Coffeeshop (un jugo costaba 0,5 RO).

En Ruwi, justo al lado de la mezquita Sultan Qaboos, está el restaurante indio Al-Waseem, con buena comida y a precios de ganga.

En la zona de Shatti al-Qurm recomendamos el restaurante D'Arcy's Kitchen, situado en unas pequeñas galerías comerciales muy cerca del Hotel InterContinental, donde sirven comida internacional a precios algo más caros porqué esta es una zona más chic.

Cosas a ver y hacer

MASCATE (Muscat en inglés, pronunciado máscat), la capital de Omán, es una ciudad atípica, ya que se extiende a lo largo de una estrecha franja de casi 50 km entre las montañas y el mar, y está formada por varios núcleos de población, cada uno con su propio carácter y separados entre sí por lomas y tierras sin urbanizar.

De estos núcleos los más interesantes para el viajero son Muttrah, Ruwi, Old Mascate y Qurm.

Otra característica atípica es que, en general, Mascate presenta un aspecto bastante homogéneo en sus construcciones, con edificios de poca altura (hay pocos con más de 5 plantas) y generalmente de color blanco.

Imagen de la bahía de Muttrah (Mascate)
Imagen de la bahía de Muttrah (Mascate)

Todo ello, juntamente con la abundancia de árboles y zonas ajardinadas, hace que Mascate sea una ciudad muy agradable a la vista, a pesar de encontrarse en un entorno árido.

Muttrah (pronunciado mátra) es la zona portuaria y comercial de Mascate, aunque una vez en ella da la sensación de ser un pequeño núcleo de pescadores.

Debido a su situación y puntos de interés es de visita obligada para cualquier visitante de Mascate.

Su primer punto de interés es la bonita Corniche (paseo marítimo), recientemente renovada en las fechas de nuestra visita, en la que vale la pena darse un paseo de punta a punta para apreciar los distintos ángulos de la bahía, sobre todo al caer el sol, por el color dorado que adquieren las rocas de las montañas circundantes.

En la bahía pudimos ver fondeados algunos dhows (daus en árabe), unas preciosas embarcaciones tradicionales árabes de madera y vela triangular.

En el extremo norte de la Corniche, en un edificio cubierto, está el mercado del pescado, que bien merece una visita, pero hay que ir a primera hora de la mañana (de 6 a 8), cuando llegan las barcas con la pesca del día: atunes, tintoreras, peces espada, rayas, cangrejos, sepias, etc.

Pero sin lugar a dudas el lugar más popular de Muttrah es su zoco, un laberíntico conjunto de callejuelas con cientos de tiendas bajo un moderno edificio de precioso techo. Es uno de los más interesantes y característicos del país. La entrada obvia está en la Corniche y yendo a la derecha se llega al zoco del oro, con numerosas tiendas cuyos espectaculares escaparates refulgen de oro.

En un lugar elevado sobre la costa, al sur de la Corniche, está el vistoso fuerte de Muttrah, con seis torres, construido durante la ocupación portuguesa de Mascate en 1580. No es posible visitarlo.

Pasado el fuerte y continuando hacia el sur por el impoluto paseo marítimo se llega a una pequeña esplanada con fuentes que se iluminan de colorines por la noche.

Más allá encontramos el parque Al-Riyam con su llamativo y enorme quemador ornamental de incienso, desde el que hay muy buenas vistas sobre la bahía de Muttrah y alrededores.

Viejo Mascate (conocido también como la Ciudad amurallada de Mascate o Old Muscat). Es la parte más antigua de la ciudad y la capital oficial del Sultanato de Omán.

Museo de la Puerta de Mascate, en el Viejo Mascate
Museo de la Puerta de Mascate, en el Viejo Mascate

El Viejo Mascate alberga el palacio del actual sultán así como los edificios administrativos y gubernamentales, pero posee además ciudadelas, fuertes, torres, murallas y edificios históricos.

Está situada unos 4 km al sudeste de Muttrah y la mejor forma de llegar a ella es andando por el paseo que bordea el mar (nosotros seguimos un recomendable circuito a pie propuesto por la guía Lonely Planet).

Retomando el camino de antes dejamos en el parque Al-Riyam continuamos hacia el este y pasamos junto a una torre de vigía que construyeron los portugueses.

Unos 700 metros más adelante dejamos a la izquierda el parque Kalbuh Bay, una zona de picnic muy popular entre la población local.

Andando otros 300 metros más llegamos al museo de la puerta de Mascate, el cual da acceso a la ciudad amurallada. Este museo es gratuito y es muy interesante, con fotos, grabados y mapas que explican muchos aspectos históricos, culturales y del día a día de Omán y Mascate. Las puertas de madera son las originales que cerraban esta parte de la muralla por la noche hasta tiempos tan recientes como 1970.

Visitado el museo bajamos por la calle Qasr al-Alam hasta llegar a los pies del fuerte Al-Mirani (no es visitable por ser de uso militar), construido a finales del siglo XVI, en tiempos de la ocupación portuguesa.

Al otro lado de la bahía vimos el fuerte Al-Jalali, el cual tampoco es visitable. Fue construido en la misma época que el anterior. Estos dos fuertes protegían perfectamente la entrada al puerto.

Entre ambos fuertes se encuentra el llamativo y curioso Palacio del Sultán. Vale la pena andar por los alrededores de la verja para ver sus jardines y el edificio en sí.

Minarete de la mezquita Al Khawr y el fuerte Al Mirani, en el Viejo Mascate
Minarete de la mezquita Al Khawr y el fuerte Al Mirani, en el Viejo Mascate

Por pura casualidad, cuando estábamos junto a la entrada del palacio coincidimos con la llegada al palacio (y más tarde también la salida) de la espectacular comitiva del entonces sultán Qabus ibn Said Al Said, el máximo mandatario de Omán desde 1970 hasta el día de su muerte, ocurrida el 10 de enero de 2020.

En uno de los coches de esta comitiva, formada por numerosos coches de lujo, tanquetas, coches y motos de policía, jeeps, ambulancias y grúas, iba el propio sultán Qaboos, ya muy familiar para nosotros por haber visto su foto en cada rincón de Omán. Curiosamente el público congregado en las calles para ver la comitiva eran mayormente inmigrantes del subcontinente indio (!).

Continuando con nuestro recorrido fuimos hasta el Bayt Az-Zubair, un interesantísimo museo (la entrada valía 1 RO) situado en una casa preciosa y cuyo contenido son objetos cotidianos de la vida omaní, armas, ropa tradicional, joyas, accesorios, etc. Vale la pena dedicarle un buen rato.

En nuestra ruta a pie también pasamos por delante del Museo Franco-Omaní, pero no llegamos a entrar en él.

Para volver a Muttrah desandamos el camino que habíamos hecho hasta que el cansancio nos hizo tomar un taxi compartido (0,5 RO).

Ruwi (pronunciado rubi. Esta zona de la ciudad es el centro comercial, de negocios y del transporte, así como el lugar donde podemos encontrar la Little India de Mascate por la cantidad de comercios y restaurantes regentados por inmigrantes del subcontinente indio.

Su interés para el viajero radica en que alrededor de la rotonda Ruwi podemos tomar los minibuses que circulan por los núcleos de Mascate o sus alrededores y en la confluencia de las calles Al-Jaame y Al-Forsan están las oficinas y aparcamientos de los autobuses que van a otras ciudades de Omán o a Dubái, por ejemplo (este también es el punto de llegada de esos mismos autobuses).

Pero en Ruwi también están la mayoría de oficinas de alquiler de coches, así como un gran número de restaurantes baratos.

Y si tenemos que comprar algo o cambiar dinero nada mejor que andar por la bulliciosa calle Souq Ruwi, con cientos de comercios indios (aquí uno se olvida fácilmente de que nos encontramos en la Península Arábiga).

Por mencionar algo a ver en Ruwi podemos hablar de la Torre del Reloj (Clock Tower), en la calle Al-Jaame, poco antes de llegar al Sheraton Oman Hotel.

Un minibús desde la rotonda Samak en Muttrah hasta la rotonda Ruwi (unos 5 km) costaba 0,1 RO cada uno.

Al-Ghubbrah. En esta zona se encuentra la espectacular Gran Mezquita del Sultán Qabus (Grand Mosque), un imponente edificio que alberga la tercera mezquita más grande del mundo.

Imagen de la Gran Mezquita Sultan Qaboos,<br />en Al Ghubbrah (Mascate)
Imagen de la Gran Mezquita Sultan Qaboos,
en Al Ghubbrah (Mascate)

Fue un regalo del sultán Qaboos a su pueblo para conmemorar el 30 aniversario de su llegada al poder y desde luego no escatimó en medios económicos.

Se trata de un precioso ejemplo de arquitectura islámica moderna y en ella destacamos el lujo de la sala de oración principal, con una enorme araña de cristal Swarovski, los bonitos paneles de mármol de las paredes y columnas o la alfombra persa hecha a mano más grande del mundo, con unas dimensiones de 70 por 60 metros. Unas 600 mujeres tardaron cuatro años en tejer esta enorme alfombra.

Pero también los edificios anexos, patios y jardines exteriores son impresionantes. Es una visita muy recomendable.

La mayor parte del complejo de la mezquita es visitable por no-musulmanes, pero recordamos que hay que ir con pantalones largos y que las mujeres deben cubrir sus brazos y su pelo (mejor llevar encima un gran pañuelo o similar).

Para llegar a la Gran Mezquita, situada en la periferia del Gran Mascate, a unos 30 km al oeste de Ruwi, junto a la autovía Sultan Qaboos que va al aeropuerto o a Sohar, nosotros aprovechamos el coche que teníamos alquilado. Pero nos consta que también se podía llegar hasta ella en cualquier autobús o minibús que venga de Ruwi y que pase por este punto de la autovía.

Qurm / Shatti al-Qurm. Esta zona de Mascate, situada unos 10 km al oeste de Ruwi, es una área residencial, de embajadas y de modernos centros comerciales.

Además, desde aquí parte una carretera de casi 50 km, hasta Seeb, que va pegada a la playa y donde podemos encontrar los grandes hoteles de cadenas internacionales como el Crowne Plaza, el Grand Hyatt Mascate o el InterContinental.

Entre Qurm y Shatti al-Qurm hay una reserva natural, cerrada al público, que engloba una zona de manglares. Junto a la reserva hay un parque con una cascada artificial, un pequeño lago y un parque de atracciones.

En esta zona hay también una larga playa, la playa de Qurm, por la que es posible pasear o bañarse. Desde esta playa o el paseo marítimo adyacente pudimos ver bonitas mansiones, muchas de las cuales son embajadas.

Por último, también en Qurm, está la tienda/factoría del perfume Amouage, el más caro y valorado del mundo. Este perfume está hecho de incienso y almizcle, entre otros muchos ingredientes.

Otras zonas del Gran Mascate. Unos 15 km al sureste de Ruwi siguiendo la avenida Al Bustan (o 7 km al sur de Mascate) está el famoso hotel de super-lujo Al Bustan Palace, la única construcción que hay en una magnífica bahía y rodeado de afiladas montañas.

Por fuera se ve grande, pero no es especialmente atractivo. La impresión se produce cuando entramos en el es-pec-ta-cu-lar lobby, con un opulento e imponente atrio formado por arcos de estilo árabe. Entrar aquí es como entrar en otro mundo, tal como reza la publicidad del propio hotel.

Lobby del hotel Al Bustan Palace (Mascate)
Lobby del hotel Al Bustan Palace (Mascate)

Es cierto que parece más un palacio que un hotel, por lo que los 152 RO (+ impuestos) que costaba una habitación estándar no nos pareció exagerado si lo comparamos con lo que costaban hoteles con mucho menos glamour en otros lugares del mundo.

A la piscina y la playa del hotel no se podía acceder si no se era huésped del hotel, ni siquiera pagando, tal como apuntaba nuestra guía LP.

Con taxi o con coche de alquiler vale la pena venir hasta aquí para ver el hotel por dentro. Poco después de nuestra visita, el hotel cerraba durante un año para llevar a cabo unas reformas multimillonarias, por lo que suponemos que ahora el hotel debe estar mejor, si cabe.

A unos 300 metros de la entrada del hotel había un control de acceso donde un guarda de seguridad nos preguntó si éramos huéspedes del hotel, pero dijimos que íbamos a tomar algo al bar del hotel y conseguimos que nos dejara pasar.

La carretera de acceso al hotel parte de la rotonda Al-Bustan, en mitad de la cual hay una réplica del dhow Sohar, la embarcación con la que un marino omaní navegó a mediados del siglo VIII hasta Guangzhou, en China.

De hecho, con esta réplica el historiador, explorador y escritor británico Tim Severin y una tripulación de omaníes llevó a cabo en 1980 la expedición The Sindbad Voyage para demostrar que este viaje era posible, repitiendo la hazaña, aunque tardaron ocho meses en navegar las 6.000 millas náuticas desde la ciudad omaní de Sur hasta la ciudad china de Guangzhou.

Siguiendo la calle Sidab hacia Mascate desde la rotonda Al Bustan encontramos el Marina Bander al Rowdha, un club privado con una bonita playa. Aunque en principio era sólo para socios, nos ofrecieron la posibilidad de entrar pagando sólo 1 RO cada uno.


Guía de Omán: ruta costera de Mascate a Sur, Ras al-Hadd y Ras al-Jinz

SUR - Omán

Cómo llegar

Para realizar la ruta de cinco días completos que habíamos planeado para ir desde Mascate a Sur por la costa, de Sur a Ras al-Hadd, de aquí a Nizwa por la carretera del interior y al final vuelta a Mascate, optamos por alquilar un vehículo, la única posibilidad real entonces para hacer este itinerario.

Tras una intensa búsqueda de oficinas de alquiler de vehículos en la zona de Ruwi nos quedamos con una que encontramos cerca de la Clock Tower. Se trata de Al-Bouri Trading (Rent a Car) (tel. 968 24798344), un pequeño negocio regentado por un indio.

Aquí alquilamos un Mazda 323 de cambio manual y motor 1.3, ya con muchos kilómetros hechos. El precio era de 10 RO/día, ya con todo incluido, y era, de largo, el precio más barato que encontramos, aunque no hay que olvidar que el coche era ya bastante viejo y no tenía A/C (innecesario en las fechas de nuestro viaje, pero imprescindible en verano).

Igual que en el resto de empresas de alquiler en Omán por aquel entonces, el kilometraje incluido era de 200 km/día y cada kilómetro que excedía esa cantidad costaba 0,05 RO adicionales. En el momento de recoger el coche tuvimos que pagar en efectivo (no se podía pagar con tarjeta) los cinco días por adelantado más un depósito retornable de 50 RO.

La verdad es que tras recorrer 1.326 km por todo tipo de carreteras y pistas el coche se comportó de maravilla y no nos dio ningún problema, aunque en las empinadísimas rampas que subían a Jebel Shams la potencia de su motor resultó ser muy justa. Pero aguantó las durísimas pistas que encontramos en algunos puntos de la ruta.

Después de leer numerosas opiniones (algunas contradictorias) en foros de viajeros sobre si era necesario un vehículo 4x4 para recorrer la ruta de Mascate a Sur por la costa o para ir a Jebel Shams nosotros optamos por un vehículo normal ya que la diferencia de precio era grande (los precios para un 4x4 empezaban a partir de 110 €/día y cada kilómetro que excedía los 200 gratuitos también costaba más caro que en un coche normal).

Tras nuestra propia experiencia sobre el terreno, ahora podemos decir que nuestra elección fue acertada, porque pudimos ir con el coche a todos los lugares que teníamos planeados sin ningún contratiempo.

Pero aún y así, si se puede compartir el gasto entre cuatro personas o más, quizás vale la pena estudiar la posibilidad de alquilar un 4x4 porque indudablemente da más seguridad y libertad para meterse en cualquier terreno.

De todos modos, nos consta que desde la fecha de nuestra visita las infraestructuras omaníes en cuanto a carreteras han mejorado muchísimo. Así, donde antes había pistas en un estado lamentable en el camino de Mascate a Sur, ahora hay una estupenda autovía que acorta muchísimo los tiempos de viaje.

El precio de la gasolina super en Omán, en las fechas de nuestro viaje, era de 0,12 RO/litro.

En el apartado Ruta de Mascate a Sur por la costa encontraréis la descripción de esta bonita y fotogénica ruta.

Dormir y comer

En Sur nos alojamos en el Sur Hotel (Al Sharqyah, 411 - Sur), situado en el centro de la ciudad, junto al nuevo zoco. Pagamos 15 RO por una habitación doble con baño privado.

Pedimos una habitación en el último piso y en un lateral del hotel, por lo que la habitación no resultó tan ruidosa como anunciaba la guía LP. Este hotel fue correcto y su propietario era bastante amable y servicial.

Para comer en Sur recomendamos el restaurante Arabian Sea, situado justo en la parte trasera del edificio que ocupa el Hotel Sur. En él comimos muy bien y tenía una estupenda terraza exterior.

Para desayunar comprábamos pan árabe en una pequeña tienda en la plaza y luego nos sentábamos a comerlo en la terraza de un coffee-shop cercano, donde pedíamos un té. Muy bueno. Y además nos daba la oportunidad de hablar con otros clientes del bar o con gente que pasaba por la plaza, muy concurrida por estar junto al zoco.

Cosas a ver y hacer

RUTA DE MASCATE A SUR POR LA COSTA. Nosotros iniciamos la ruta en Ruwi, desde donde seguimos las indicaciones hacia A'Seeb hasta llegar a la rotonda Wadi Aday, unos kilómetros hacia el oeste.

En la rotonda giramos a la izquierda siguiendo la indicación Quriyat. Llegamos a la entrada de Quriyat tras recorrer 84 km de una buena carretera asfaltada.

Justo a la entrada de la población hay una rotonda con la indicación Sur/Tiwi, pero seguimos recto para entrar en Quriyat, ya en la región de Sharqiyah.

Se trata de una pequeña población de pescadores, con un pequeño castillo del siglo XIX, cerrado al público, y una larga playa de arena junto a la Corniche, donde podremos ver los barcos de pesca y una peculiar torre de vigía triangular.

A partir de Quriyat no había más gasolineras en la ruta hasta Sur, por lo que era muy importante salir con el depósito lleno desde aquí (o desde Mascate).

Tramo de pista y playa cerca de Dibab, camino de Sur
Tramo de pista y playa cerca de Dibab, camino de Sur

Volvimos hacia la rotonda a la entrada de Quriyat mencionada anteriormente y tomamos la carretera en dirección a Sur/Tiwi. Tras 6 km de carretera asfaltada tomamos un desvío a la derecha y aquí se acabó el asfalto y empezó la pista de tierra.

A partir de aquí fueron los peores kilómetros de toda la ruta hasta Sur, especialmente un tramo que discurre por el lecho del uadi Dayquat, con muchas piedras, y que nos hizo temer por la integridad del coche.

Un uadi es una palabra de origen árabe que hace referencia a una rambla o cauce seco de un río o torrente que sólo lleva agua durante la temporada de lluvias. Son frecuentes en la península arábiga y en el norte de África.

Pues bien, tras un trecho por el uadi Dayquat, que se nos hizo larguísimo, la pista ascendía hasta una planicie. A partir de aquí fueron 30 largos kilómetros de pista hasta Dibab.

Poco antes de nuestro viaje unas lluvias torrenciales en esta zona desértica arrastraron algunos puentes de la ruta, por lo que la única manera de poder continuar viaje era bajando hasta el lecho del uadi, completamente seco en esas fechas, por una improvisada pista, cruzarlo y subir por el otro lado.

Tal era la dificultad que más de una vez nos pareció imposible poder continuar con nuestro vehículo, pero con cuidado y paciencia fuimos superando todos los obstáculos y pudimos continuar la ruta.

Para bien o para mal, según se mire, ya estaba bastante avanzada entonces la construcción de una autovía que transcurría más o menos paralela a esta pista, encajadas ambas entre las montañas y el mar. Esta autovía permitirá, sin duda, hacer el viaje mucho más rápido y seguro, aunque sin el encanto de la pista que transcurre pegada al mar en algunos de sus tramos.

A partir de la población de Dibab la pista transcurre junto al mar, dejando a la derecha las imponentes montañas del Hajjar Oriental.

Siguiendo la pista unos 40 km más (con algunos tramos asfaltados) llegamos a Wadi Shab, un magnífico lugar que vale la pena visitar.

Aquí la pista se convierte de pronto en un empinado camino de hormigón que desciende a una pequeña laguna de agua verdosa en medio de una zona de vegetación que destaca sobre el desértico paisaje que nos ha acompañado en los últimos kilómetros.

Recooriendo el maravilloso Wadi Shab
Recooriendo el maravilloso Wadi Shab

Junto a la laguna hay un aparcamiento donde dejamos nuestro vehículo y a partir de aquí iniciamos una ruta a pie que nos condujo a una zona de piscinas naturales, cascadas, palmeras y zonas cultivadas. Sorteando la laguna tomamos un camino que iba siguiendo el barranco que forma el propio uadi.

El paisaje es sencillamente precioso: el verde de las palmeras y el agua de las piscinas contrasta con el color claro de las paredes pétreas del barranco.

En algún punto tuvimos que vadear el uadi: el agua nos llegaba a las rodillas y había que ir con cuidado para no resbalar en las rocas cubiertas de algas. Tras andar unos 3 km llegamos a una zona donde vimos algunas cascadas y más piscinas naturales donde era posible bañarse.

A partir de aquí, con más tiempo disponible, es posible seguir andando por el barranco o nadando por el uadi para explorar más allá, pero nosotros, tras un descanso en este maravilloso lugar iniciamos el regreso al aparcamiento donde habíamos dejado el coche.

Salimos de Wadi Shab y continuamos viaje hacia Sur. Tras 2 km de pista con pronunciadas cuestas llegamos a la pequeña población de Tiwi, donde paramos para comprar algo de comida en una tienda y comer más adelante, junto a una playa.

A la salida de Tiwi encontramos una pequeña rotonda donde el camino de la derecha conduce hacia Wadi Tiwi, similar a Wadi Shab aunque Wadi Tiwi es bastante más grande.

Se trata de un camino de unos 10 km accesible en 4x4 o, preferiblemente, a pie. Debido a nuestras limitaciones en cuanto a nuestro vehículo y al tiempo disponible (y también a que nos habían dicho que, puestos a elegir, el de Wadi Shab valía más la pena) optamos por seguir nuestra ruta hacia Sur.

El mausoleo de Bibi Miriam (Qalhat)
El mausoleo de Bibi Miriam (Qalhat)

Dado que en toda esta zona no había entonces ningún tipo de hotel ni similar la única opción de alojamiento para el visitante era acampar en alguna de las playas. Y como no había tampoco ningún tipo de transporte público que recorriera esta ruta, la única forma de llegar hasta aquí era con un vehículo de alquiler o con un taxi desde Sur si se encuentra un taxista que acepte el viaje.

Dejamos atrás Tiwi y unos 22 km más adelante llegamos a la histórica población de Qalhat, visitada por los incansables viajeros Marco Polo y Ibn Battuta en los siglos XIII y XIV respectivamente.

A la salida de la población encontramos unas pequeñas ruinas alrededor del bonito mausoleo de Bibi Miriam. Paramos para hacer alguna foto y explorar las ruinas y la zona circundante.

Unos pocos kilómetros al sur de Qalhat pasamos no muy lejos de la Qalhat LNG Terminal, una enorme refinería de gas líquido que ya era visible en el horizonte desde hacía un buen rato.

Aquí reencontramos el asfalto y así los últimos 10 kilómetros hasta Sur transcurrieron por una carretera asfaltada. En total, habíamos recorrido unos 180 km en la ruta desde Mascate hasta Sur.

SUR. Esta ciudad es la capital de la región omaní de Ash Sharqiyah y es una de las ciudades más interesantes del norte de Omán.

En el pasado fue muy conocida por la construcción de dhows. También fue el principal centro omaní en el comercio con la India y el África oriental desde el siglo VI y hasta que llegó el declive en el siglo XIX, con la abolición del tráfico de esclavos primero y la apertura del Canal de Suez después.

Pequeño ferri desde el centro de Sur a Al Ayjah
Pequeño ferri desde el centro de Sur a Al Ayjah

Hoy en día Sur es un lugar muy tranquilo y en el que aún es posible ver como se construyen los dhows, los cuales han cambiado bien poco a lo largo de los siglos.

Además de su propio interés histórico, Sur es un buen punto de inicio para explorar los distintos puntos de interés en los alrededores. Sur está a una distancia de 350 km desde Mascate siguiendo la carretera por el interior (ruta 23) y 173 km por la autovía que transcurre paralela a la costa (ruta 17).

Al llegar por carretera a Sur hay que ir con cuidado para no pasar de largo la rotonda de donde sale la carretera que lleva al centro. Esta rotonda es identificable porque tiene una torre con un reloj y un mural con motivos marinos en las paredes de la torre.

Girando a la izquierda en esta rotonda (Roundabout 1) y siguiendo la carretera, pasando por cinco rotondas más, se llega a lo que podríamos llamar centro, una especie de plaza donde está el Hotel Sur y los zocos, por ejemplo.

Cada una de esas rotondas es conocida por el número de orden a partir de la Roundabout 1 y es bueno conocerlas para orientarse en Sur.

Centro de Sur. Nosotros comenzamos nuestra visita a Sur en la plaza que hay junto al zoco, desde la que nos internamos en sus laberínticas callejuelas. Por el camino encontramos algunas casas antiguas muy bonitas, con preciosos y trabajados detalles en puertas, ventanas arabescas y fachadas.

Imagen del histórico dhow Fatah al-Khair
Imagen del histórico dhow Fatah al-Khair

Al no disponer de un mapa de la ciudad nos dejamos llevar por nuestro sentido de la orientación y yendo en dirección sudeste finalmente llegamos a la orilla de la laguna formada por el uadi Fulayi.

Desde ella hay una magnífica vista sobre el hermoso barrio de Al Ayjah, al otro lado de la ensenada que forma el mar y el uadi.

Ahora estábamos en el extremo oriental de una península. Hacia un lado podíamos ver la Corniche, el paseo que hay junto a la playa, y hacia el otro los muy interesantes astilleros tradicionales, donde aún es posible ver como se construyen y reparan los dhows que siguen utilizando algunos pescadores de la zona.

Aún más allá, siguiendo la carretera que bordea la laguna, encontramos un pequeño parque donde se expone el precioso dhow Fatah al-Khair. Este barco tradicional se construyó en Sur hacia la década de 1930 y fue traído de su retiro en Yemen para restaurarlo meticulosamente y poderlo exhibir en su emplazamiento actual como un ejemplo de los últimos barcos de carga y pasajeros de este tipo que surcaron los océanos.

Castillos y fuertes omaníes

En Omán cerca de un millar de fuertes, castillos y torres de vigía forman parte de la arquitectura defensiva que en el pasado ofrecieron protección frente a ataques del exterior.

Pero además jugaron un papel muy importante en la historia omaní como lugares de convergencia social, política o religiosa, así como centros para actividades administrativas, educativas y comunales.

La mayoría de ellos han sido restaurados en los últimos años.

En las fechas de nuestra visita, la entrada solía costar 0,5 RO y el horario de visita de la mayoría de ellos era de 8:30 a 14:30, de domingo a jueves. Había un folleto informativo con una pequeña explicación, fotos y mapa con los principales castillos y fuertes que se pueden visitar.

Fuertes de Sur. Para visitar los fuertes que hay en el área de Sur es conveniente disponer de vehículo propio, ya que se encuentran lejos del centro.

El castillo de Bilad Sur es quizás el más importante de la zona y es conocido por tener una torre poco común. Fue construido dos siglos atrás para defenderse de las tribus del interior.

La entrada costaba 0,5 RO, aunque nosotros entramos gratis. Cuando llegamos, el encargado de la entrada estaba dormitando a la sombra, pero fue amabilísimo con nosotros, lo cual, dicho sea de paso, es lo habitual que encontramos en Omán.

Para llegar al castillo viniendo desde el centro de Sur hay que girar a la derecha a 1,3 km de la rotonda nº 1.

El castillo de Sunaysilah, por su parte, está sobre una colina y tiene una antigüedad de más de 300 años. Su planta es cuadrada y tiene torres circulares en cada una de sus cuatro esquinas. Desde lo alto de sus murallas y torres hay buenas vistas del entorno.

La entrada aquí también valía 0,5 RO y el castillo está a unos 200 metros de la entrada colina arriba.

En la zona de Sur hay otras fortalezas, como el fuerte Al Rafsah, recientemente restaurado, pero en las fechas de nuestra visita estaba cerrado y no era visitable.

En el castillo de Bilad Sur (Sur)
En el castillo de Bilad Sur (Sur)

En este caso el encargado de la entrada era un abuelo que estaba como una cabra, pero con el que reímos mucho por su peculiar forma de ser.

Este castillo está junto a la rotonda nº 3, pero para llegar a la entrada hay que ir hasta la rotonda nº 4 y coger la vía de acceso desde aquí.

Al otro lado de la autovía 23 que hay junto al castillo de Sunaysilah encontramos el Sur Maritime Museum, con entrada gratuita.

Este museo exponía interesantes fotos de Sur de principios del siglo XX. Posteriormente el museo fue trasladado junto al lugar donde se expone el dhow Fatah al-Khair.

Barrio de Al Ayjah. Este barrio está separado del centro histórico y núcleo principal de Sur por la ensenada que forma el uadi Fulayi.

Desde la orilla norte del estuario se aprecia la mejor vista de Al Ayjah, con sus hileras de blancas casas, su característico faro y las tres torres de vigía que conducían a los dhows hacia el canal de acceso a la laguna, un estupendo refugio natural para la navegación.

Si visitamos Sur vale la pena cruzar a Al Ayjah y pasear tranquilamente por sus calles para apreciar algunos elegantes edificios que fueron construidos en el siglo XVIII por ricos comerciantes de la zona. También vale la pena por las magníficas vistas desde el faro de Ayjah sobre la Corniche de Sur, con las montañas Hajjar de fondo. De paso podremos imbuirnos de la tranquilidad que se respira en este pequeño núcleo de pescadores.

Al barrio de Al Ayjah se accede por un moderno puente colgante que salva el estuario sobre el uadi Fulayi.

De charla con el barrio de Al Ayjah de fondo (Sur)
De charla con el barrio de Al Ayjah de fondo (Sur)

Pero en las fechas de nuestra visita este puente aún no estaba construido y la principal vía de acceso era tomando una pequeña embarcación que hacía de ferri, cuando lo permitía la marea, y que cruzaba la laguna partiendo de un punto cercano a la zona de los astilleros de dhows. Este ferri costaba 0,1 RO por persona y trayecto, el cual duraba 5 minutos mal contados.

Otra opción para ir desde el centro de Sur hasta Al Ayjah, pero sólo si se dispone de vehículo privado, es recorrer 12 km por una bonita carretera que bordea los manglares de la laguna.


RAS AL-HADD Y RAS AL-JINZ- Omán

Cómo llegar

Ras al-Hadd está 61 km al este de Sur y la única forma de llegar hasta aquí era con transporte privado.

La carretera estaba asfaltada y bien indicada, por lo que era difícil perderse. Al salir de Sur hay que seguir las indicaciones hacia Al Ayjah y después ir siguiendo la carretera, la cual pasa por algunos paisajes muy bonitos.

No es difícil ver dromedarios por el camino y de hecho alguna señal de tráfico nos recuerda que moderemos las velocidad por la presencia de estos animales.

Tras dejar a la izquierda una planície con una capa superficial de sal, la carretera se bifurca y hay que ir hacia la izquierda para llegar a Ras al-Hadd (el ramal de la derecha conduce a Ras al-Jinz).

Dormir y comer

En Ras al-Hadd nos alojamos en el Ras al-Hadd Beach Hotel, donde pagamos 21 RO por una habitación doble con baño, TV, A/A y desayuno incluido. Nuestra habitación estaba en una especie de confortables barracones ubicados al lado de la playa (hay otras habitaciones más caras en el edificio principal). Este lugar nos pareció más que correcto.

Para llegar al hotel cruzamos el pequeño núcleo de Ras al-Hadd y en la bifurcación que hay tras pasar el fuerte Al Hadd girar a la izquierda y seguir 3'2 km por una bonita carretera que discurre entre el mar y una ensenada.

Para comer, fuera del propio restaurante del hotel, las opciones aquí eran limitadísimas. Sólo encontramos un pequeño bar-restaurante local en el núcleo urbano, junto a la carretera.

Cosas a ver y hacer

RAS AL-HADD. Esta pequeña población de pescadores, habitada desde tiempos remotos, principalmente por el clan omaní Al Oraimi, está situada geográficamente en uno de los puntos de entrada al Golfo de Omán.

Debido a la antigüedad de este asentamiento humano, actualmente la península en la que se asienta Ras al-Hadd es un lugar de gran interés para los arqueólogos.

Ras al-Hadd cuenta además con un puerto natural para las embarcaciones en las ensenadas de Al Hajar y Jarama. Asimismo, debido al tortuoso relieve de esta zona de costa, durante la Segunda Guerra Mundial se construyó aquí un aeródromo para que los aeroplanos encontraran refugio en caso de necesidad y cuya antigua pista aún es visible, cerca del fuerte Al Hadd.

Nuestro único interés en Ras al-Hadd fue, en principio, como campo base para ir a la cercana Reserva de Ras al-Jinz, aunque esta es una excursión que puede ser hecha perfectamente también desde Sur ya que es un trayecto de menos de una hora en coche.

Pero nosotros preferimos cambiar de lugar y pernoctar en Ras al-Hadd, lo cual nos permitió poder visitar el castillo de Ras al-Hadd y también la bonita ensenada que hay en el camino hacia el Ras al-Hadd Beach Hotel.

En esta ensenada pudimos ver fondeados numerosos dhows utilizados para la pesca y que con el último sol de la tarde formaban una estampa maravillosa. Junto al hotel hay una atractiva playa, pero la lástima es que la arena estaba sucia, con residuos de todo tipo, por lo que no invitaba demasiado a pasear por ella.

RAS AL-JINZ (o Ras Al Junayz). Es el punto más oriental de la Península Arábiga, donde limitan el Golfo de Omán y el mar de Arabia y su principal atractivo es la oportunidad de ver tortugas verdes, una especie amenazada y una de las cinco especies de tortuga que se reproducen en la costa omaní, siendo este uno de los lugares más importantes para este tipo de tortuga en todo el Océano Índico.

Desde Ras al-Hadd hasta Ras al-Jinz hay una distancia de 18'5 km que se recorren en unos 15 minutos. Hay que tomar la carretera en dirección a Al-Ashkarah y girar a la izquierda en un desvío bien indicado. La carretera es buena y sólo los últimos 5'5 km son de pista arenosa.

Reserva de Tortugas de Ras al-Jinz. Esta reserva natural ocupa una área de 120 km² y es la principal zona de anidamiento en territorio omaní de las tortugas verdes. Cada año, principalmente entre octubre y diciembre, entre seis y trece mil tortugas llegan aquí desde el golfo Arábigo, el mar Rojo y la costa oriental africana.

Las tortugas verdes pasan la mayor parte de su vida en el mar, pero vuelven cada año a estas playas para depositar sus huevos en la arena, aprovechando la oscuridad de la noche.

En la zona de la reserva también hay manglares y arrecifes de coral y suele ser lugar de paso para aves migratorias durante los meses de invierno. Se han contabilizado hasta 130 especies animales distintas y entre ellas el zorro rojo o la gacela de Arabia.

Ras al-Jinz se encuentra bajo la protección del gobierno omaní, el cual tiene la misión de compatibilizar la protección de las tortugas y sus lugares de desove con las necesidades de los pescadores locales, así como de minimizar los efectos adversos del turismo.

Nosotros llegamos a Ras al-Jinz sobre las 21:00 y pagamos el permiso de visita a la Reserva (entonces era de 1 RO por persona) en una caseta que había a la entrada. Por tanto no nos fue necesario gestionar previamente la obtención de un permiso para visitar la Reserva, tal como habíamos leído en algún lugar, pero quizás en temporada alta esto fuera distinto.

Poco después encontramos un gran aparcamiento donde dejamos el coche. Allí encontramos ya unos cuantos turistas esperando en la oscuridad, sólo rota por la luz de la luna y de algunas linternas.

Sobre las 21:40 llegaron unos guardas de la Reserva y les seguimos todos hasta la playa. Allí formaron dos grupos de unas 30 personas cada uno y a continuación nos separaron unos metros un grupo del otro.

Después de casi dos horas de espera en la playa conseguimos ver bien un par de enormes tortugas verdes desovando y después tratando de enterrar los huevos en la arena para dejarlos fuera del alcance de los depredadores.

La verdad es que la experiencia valió bastante la pena, pero nos fuimos con la impresión de que la visita fue más desorganizada y caótica de lo deseable. Los guardas de la reserva no consiguieron imponer un mínimo de orden entre los visitantes para que las tortugas no fueran molestadas por flashes de cámaras, niños, móviles sonando, gritos, acoso, etc.

En este sentido nos dio un poco de lástima por los pobres animales y sentimos vergüenza ajena por el comportamiento que tuvieron algunas personas del grupo.

Tras dar por acabada esta visita nocturna regresamos a nuestro coche e iniciamos el camino de regreso a Ras al-Hadd, llegando a nuestro hotel sobre las 23:30.

Los guardas de la Reserva nos dijeron que podíamos volver de nuevo a las 5:30 de la mañana para ver las últimas tortugas desovando antes de volver al mar con las primeras luces del día, pero vista la experiencia preferimos dormir y reservar fuerzas para la ruta que nos esperaba al día siguiente.


Guía de Omán: ruta de Ras al-Hadd a Nizwa. Salalah y la región del Dhofar

NIZWA - Omán

Cómo llegar

Para ir desde Ras al-Hadd hasta Nizwa seguimos principalmente la carretera 23, en un trayecto de unos 340 km.

Puesto que durante este trayecto aprovechamos para visitar puntos intermedios de interés, encontraréis la descripción pormenorizada de esta en Ruta desde Ras al-Hadd a Nizwa.

Dormir y comer

En Nizwa nos alojamos en la Majan Guest House, donde pagamos 20 RO por una habitación doble con baño, TV, A/A y desayuno. Recomendamos pedir una habitación que no dé a la carretera.

Estuvo muy bien, tanto el hotel en sí como el desayuno incluido en el precio, siendo quizás el alojamiento con mejor relación calidad-precio que había en Nizwa por aquel entonces.

La Majan Guest House está situada a 8 km del centro de Nizwa, entre las rotondas Firq y Al-Hashar.

Pero nuestra primera noche en Nizwa la habíamos pasado en el Safari Hotel, donde pagamos 35 RO por una suite muy grande, pero muy desangelada, y con desayuno incluido. Está a unos 10 km del centro de Nizwa, frente al hipermercado Lulu.

No lo recomendamos y de hecho nos alojamos en él forzados por el hecho de no encontrar habitación disponible en ningún otro hotel de la zona, ya que estábamos en plena festividad religiosa del Eid al-Adha y al parecer los hoteles estaban llenos de omaníes que habían venido a Nizwa para el mercado especial del día siguiente, con el objetivo de comprar animales que sirvieran de ofrenda en esta festividad tan señalada.

Para comer en Nizwa recomendamos el restaurante Al-Arzaq, en la zona del zoco. Y para variar de menú existía la opción de un Pizza Hut, a 5 km del centro, junto a la carretera Mascate-Nizwa.

Para conectarnos a Internet utilizamos un Ciber-Café que había en el centro, donde pagábamos 0,6 RO/hora, con una conexión muy rápida.

Cosas a ver y hacer

RUTA DESDE RAS AL-HADD A NIZWA. Desde Ras al-Hadd volvimos a Sur por la misma carretera que habíamos seguido a la ida. Son 61 km que recorrimos en unos 40 minutos.

Al llegar a Sur no tomamos la carretera que bordea la laguna y seguimos recto hasta llegar a la rotonda nº 4, donde giramos a la izquierda para llegar a la rotonda nº 1 y tomar la carretera hacia Mascate por el interior (una señal indicaba una distancia de 340 km).

Tras recorrer unos cuantos kilómetros hacia el sur llegamos al pequeño pueblo de Al Kamil, donde la carretera 23 desemboca en la carretera 35 que va de Al Ashkarah hacia Mascate.

Aquí tomamos la dirección sureste y recorrimos unos 17 km hasta llegar a las poblaciones de Jaalan Bani Bu Hassan y Jaalan Bani Bu Ali. En esta última hay un bonito castillo con espléndidas vistas sobre el palmeral.

Aflaj en Wadi Bani Khalid
Aflaj en Wadi Bani Khalid

Desde Jaalan Bani Bu Ali volvimos por la misma carretera, pero ahora en dirección noroeste.

Más adelante reencontramos a nuestra derecha el sistema montañoso de Hajjar Oriental que ya habíamos visto en la ruta de Mascate a Sur por la costa, aunque ahora por la otra vertiente.

Unos 15 km antes de llegar a Al Mintarib encontramos el desvío hacia Wadi Bani Khalid, una excursión que recomendamos muchísimo si circuláis por la ruta entre Mascate y Sur por la carretera del interior.

De hecho, el desvío hacia Wadi Bani Khalid está a medio camino entre Al Kamil y Al Mintarib. Desde el desvío son 24 km hasta el pueblo de Wadi Bani Khalid propiamente dicho por una bonita carretera que asciende por las montañas para luego volver a bajar un poco.

La ascensión proporciona algunas vistas impagables sobre las montañas circundantes e incluso sobre las dunas de Wahiba Sands a lo lejos. Al llegar al pueblo nos desviamos a la izquierda por una carretera más estrecha que, tras 7 km, finalizaba en un aparcamiento.

Aquí dejamos el coche y andamos unos 250 metros por un estrecho camino que transcurría paralelo a un aflaj hasta llegar a la zona donde empiezan las piscinas de este gran uadi, con agua todo el año.

Sistemas de irrigación aflaj de Omán

Patrimonio de la Humanidad Los sistemas de irrigación aflaj de Omán pasaron a ser Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2006. Incluyen cinco zonas de aflaj en territorio omaní (Al-Khatmeen, Al-Malki, Daris, Al-Mayassar y Al-Jeela) que representan cerca de tres millares de sistemas de irrigación aún en uso hoy día.

Este sistema de irrigación, formado por antiguas acequias o canales de agua, data del siglo VI.

La palabra árabe aflag es el plural de falaj, cuyo significado viene a ser «dividir en partes», ya que efectivamente reparte el agua entre los habitantes de la zona, fluyendo por gravedad desde sus manantiales de origen hasta las casas y tierras.

El paisaje circundante es realmente precioso, con muchas palmeras y vegetación que hacen de este lugar un sitio idóneo para bañarse o hacer pic-nic.

De hecho aquí encontramos bastante gente, entre población local y turistas.

El único pero que encontramos a este fantástico lugar es que habían hecho una especie de vestuarios de cemento que desentonaban totalmente con el lugar. Por lo demás, el color del agua y el entorno rocoso del uadi son fantásticos.

Desde la zona de piscinas se puede ir andando, con muchas dificultades ya que el camino no es evidente ni fácil (hay que sortear, subiendo a ellas o pasando por bajo, grandes rocas caídas sobre el uadi) e incluso habrá que vadear alguna zona de agua, pero si superamos todos estos obstáculos podremos llegar la cueva Moqal. La cueva en sí no tiene nada de especial, pero lo interesante y bonito es el camino hasta ella.

En un gran rótulo a la entrada del uadi se menciona la posibilidad, para los más aventureros, de realizar una ruta a pie desde Wadi Bani Khalid a Wadi Tiwi, al otro lado las montañas Hajjar.

Se trata de una ruta exigente, que supone varios días de marcha y que, lógicamente, por las características de la ruta, será vital estar en forma, ir preparado con el material necesario y contratar los servicios de guías locales que conozcan bien el terreno.

De vuelta a nuestro coche, continuamos ruta por la carretera 23 y unos 20 km más adelante llegamos a la población de Al Mintarib, conocida por su castillo junto a un oasis de palmeras datileras, pero sobre todo por ser la puerta de entrada a la zona de las Arenas de al Wahiba (en inglés Sharqiyah Sands o Wahiba Sands).

Las Arenas de al Wahiba es una región desértica con una de las mayores superficies del mundo de desierto de pura duna. La zona se extiende a lo largo de 180 km de norte a sur y 80 km de este a oeste. Por ella se desplazan grupos de beduínos nómadas con sus dromedarios.

Si se dispone de tiempo y no se ha visto nunca un mar de dunas puede ser una gran experiencia hacer una incursión en la zona, pero para ello habrá que contratar un tour con una agencia local o bien hacerlo conduciendo un vehículo 4x4 alquilado.

En el caso de escoger la segunda opción conviene ser un experto en conducción sobre arena y en navegación con GPS, además de tener la precaución de ir acompañado de al menos otro vehículo 4x4 por si hay problemas.

En nuestro caso no contemplamos esta excursión por falta de tiempo y porque ya habíamos visto grandes zonas de dunas en el Sahara. En cualquier caso, conduciendo por esta carretera entre Mascate y Sur, en las inmediaciones de Al Mintarib, el mar de dunas es claramente visible desde la ruta, ya que su límite oriental transcurre paralelo a la carretera durante unos kilómetros.

Siguiendo la carretera 23 en dirección a Mascate otros 43 km llegamos a la ciudad de Ibra, donde los miércoles por la mañana había un peculiar mercado de artesanía donde tanto los vendedores como los clientes son sólo mujeres, venidas de toda la región (por tanto, abstenerse hombres). En cualquier caso, nosotros pasamos por Ibra un jueves, por lo que no tuvimos la posibilidad de plantearnos la visita a su mercado.

Muchos kilómetros después, al llegar a Al Jarda nos desviamos a la izquierda y dejamos la carretera hacia Mascate para tomar la que va a Izki, donde conectamos con la autovía Nizwa-Mascate. Tras unos cuantos kilómetros más por esta rápida autovía llegamos finalmente a Nizwa.

En total, desde Ras al-Hadd hasta Nizwa, incluyendo los desvíos que hemos hecho a lo largo de la ruta de hoy, la dsitancia recorrida ha sido de unos 370 km.

NIZWA (pronunciado nis-ua). Esta ciudad histórica, actualmente la capital de la región omaní de Ad Dakhiliyah, está situada en una planicie rodeada de las altas montañas del Hajjar Occidental, a unos 165 km de Mascate.

Nizwa siempre tuvo la fama de ser una ciudad muy conservadora y tanto es así que a mediados del siglo XX no se le permitió la entrada al famoso explorador británico Wilfred Thesiger.

Por algo será que recibe el sobrenombre de Perla del Islam. Hoy en día no hay ningún problema en visitar Nizwa, pero, por respeto, conviene ser discretos en el vestir y en el comportamiento.

Vistas del palmeral y las montañas Hajjar desde el fuert de Nizwa
Vistas del palmeral y las montañas Hajjar desde el fuert de Nizwa

Es una de las ciudades más antiguas de Omán y durante un tiempo, en los siglos VI y VII, fue su capital, siendo entonces el centro del comercio, la religión, la educación y el arte del país.

Nizwa tiene algún punto de interés para el viajero y es útil también como base para explorar la región:

Fuerte de Nizwa. De todos los fuertes que hay en Omán este es el más característico por su enorme torre circular en el centro de la construcción. Fue construido en el siglo XVII y llevó 30 años acabarlo.

Vale la pena recorrer sus dependencias y sobre todo subir a la torre y almenas para disfrutar de una fantástica vista sobre la ciudad vieja que hay detrás del fuerte, con sus estrechas y laberínticas callejuelas y sus casas de tejados planos, el enorme oasis de palmeras datileras y las montañas Hajjar.

La entrada al fuerte costaba 0,5 RO y estaba abierto de 9:00 a 16:00, de sábado a jueves, y de 8:00 a 11:00 los viernes.

Zoco de Nizwa. Muy cerca del fuerte y detrás de un enorme y bonito trozo de muralla, se encuentra el interesante zoco de la ciudad.

Parte de él, el correspondiente al mercado de frutas, verduras, pescado y carne, está alojado en nuevos edificios, pero estos han sido construidos siguiendo patrones tradicionales.

Vale la pena recorrerlo para ver los productos expuestos y, sobre todo, a la población local en su ambiente. Aquí tuvimos la oportunidad de ver comprando algunas mujeres vestidas con máscaras tradicionales.

Es especialmente interesante el mercado de animales vivos (a la izquierda de la entrada en la muralla), puesto que permite ver como se realizan las transacciones para la venta de los animales.

Viendo a los omaníes, vestidos con sus ropas tradicionales, comprobando el estado de la mercancía a comprar (una cabra, por ejemplo) y negociando el precio final a pagar, incluso a gritos, es fácil pensar que este mercado ha cambiado poco a lo largo de los siglos.

En el mercado de animales vivos de Nizwa
En el mercado de animales vivos de Nizwa

Quizá la diferencia es que ahora se llevan las cabras a casa en la parte trasera de un flamante pick-up todoterreno (!).

Al parecer este mercado es más activo a primera hora de la mañana de los jueves, pero nosotros estuvimos en él un viernes y quizás por coincidir con la fiesta del Eid al-Adha (muy señalada en el calendario musulmán) encontramos una gran actividad.

Y en la parte del zoco más cercana al fuerte están las tiendas de artesanía y recuerdos, en las que es posible comprar la afamada plata de Nizwa o bien un khanjar (pronunciado janyár), un puñal tradicional omaní que veréis omnipresente en muchos comercios del país e incluso en la bandera del país.

Patrimonio de la Humanidad BAHLA. En la ciudad de Bahla, 46 km al oeste de Nizwa, encontramos el mayor fuerte de todo el país, el cual es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde el año 1987.

Se cree que algunas partes del fuerte de Bahla datan de tiempos preislámicos, pero la fortaleza en sí fue construida entre los siglos XII y XV.

En las fechas de nuestra visita el fuerte estaba cerrado al público desde hacía tiempo porque se estaba llevando a cabo un profundo trabajo de restauración que duraría varios años (el fuerte fue reabierto al público en 2012).

Aunque no se visite por dentro vale la pena parar (está situado junto a la carretera entre Nizwa y Ibri) para verlo por fuera, ya que sus dimensiones son sencillamente descomunales.

Vista exterior del fuerte de Bahla
Vista exterior del fuerte de Bahla

Junto al fuerte está la mezquita más antigua de Omán, del siglo X, también cerrada. Al otro lado de la carretera y a lo largo de 1 km aún se pueden ver restos de la muralla original que rodeaba al castillo.

Bajo la muralla se extiende la ciudad de Bahla, con uno de los pocos zocos tradicionales que quedan.

En la entrada de Bahla, viniendo desde Nizwa, y desviándose a la derecha por una carretera estrecha se llega a algunas tiendas y talleres donde se vende la famosa alfarería de Bahla. Las tiendas más alejadas son las más tradicionales y donde es posible ver como se hacen las piezas.

JABRIN (o Jabreen). Este pequeño pueblo, conocido por su impresionante castillo, está situado a 7 km de Bahla, siguiendo la carretera hacia Ibri y luego desviándose a la izquierda. Sólo se puede llegar a él si se dispone de transporte propio.

El magnífico castillo de Jabrin fue construido hacia 1670 como residencia palaciega en el cénit de la dinastía Ya'aruba. Es una remarcable mezcla de arquitectura defensiva y sofisticada habilidad artística, con más ornamentos que de costumbre, como sus famosas pinturas en techos y sus tallas en madera.

Su soledad en un entorno completamente llano y desolado le hace destacar aún más. Aunque se hayan visto muchos otros castillos en Omán no hay que perderse este por nada del mundo, porque se disfruta cada uno de sus rincones. Es de los mejores, sino el mejor, de todos los que vimos (y fueron unos cuantos!!).

Vale la pena dedicarle un buen rato y recorrerlo con tranquilidad, desde las cámaras con tumbas que hay en los subterráneos del castillo hasta las almenas superiores. La entrada al castillo valía 0,5 RO.

JEBEL SHAMS. Con una altura de 3.009 metros Jebel Shams es la montaña más alta de Omán, así como también la excursión de montaña más popular el país, gracias al Wadi Ghul, el cual forma un espectacular cañón conocido también como el Gran Cañón de Arabia.

Con tiempo suficiente es posible hacer impagables rutas de senderismo por el borde del cañón, pero si no se dispone de él vale igualmente la pena porque los paisajes y las vistas durante el trayecto hasta la cima son igualmente impresionantes.

Para esta excursión también es necesario disponer de transporte privado, el cual puede ser un 4x4 o un vehículo normal, aunque hay que reconocer que en este último caso el coche sufre mucho por las empinadísimas rampas que hay que salvar, tanto para subir como para bajar (hay que cruzar los dedos para que las marchas y los frenos del coche aguanten!!).

Para llegar a Jebel Shams hay que tomar la carretera de Nizwa a Bahla y tras recorrer unos 30 km, pasada la pequeña población de Tanuf), girar a la derecha al pasar una estación de servicio BP.

El pueblo fantasma de Ghul
El pueblo fantasma de Ghul

Unos 15 km después de pasar Tanuf sale un desvío a la derecha que va hasta la entrada de la cueva Al Hoota. Esta cueva tiene una longitud de 4'5 km, incluyendo cuatro lagos, y se estima que se formó hace unos dos millones de años.

El acceso a la cueva fue abierto al público poco tiempo después de nuestro viaje a la zona, por lo que no llegamos a visitarla.

Continuamos durante 12 km hacia Al Hamra y girar a la izquierda al llegar a una estación de servicio Shell.

Ahora la carretera sigue el cauce de Wadi Ghul durante unos 9 km hasta el inicio del ascenso, a 16 km de la gasolinera, donde podremos ver a la izquierda el fotogénico pueblo abandonado de Ghul.

Vale la pena desviarse a la derecha por una pista para acercarse a Ghul y poderlo ver más de cerca; no hay palabras para describir el paisaje.

A partir de aquí una pista, que había sido mejorada y asfaltada a trozos poco antes de nuestra visita, sube hasta una meseta, a 2.000 metros de altura. Como dijimos antes hay algunas rampas en esta pista que quitan el hipo.

En esta meseta era posible acampar, casi junto al cañón, pero hay que tener en cuenta que estamos a unos 1.800 metros y las noches pueden ser frías.

Junto a la pista, en mitad de la nada, encontramos un chiringuito donde gente local vendía alfombras de lana de cabra. Y es que aquí se encuentra el mirador quizás más espectacular sobre el cañón de Wadi Ghul, porque es el que ofrece la vista más abierta sobre él.

Dejamos el coche aquí y andamos por una camino hasta llegar al borde del precipicio, desde donde hay una vertiginosa caída de 1.000 metros sobre el cañón, sin ningún tipo de barrera de seguridad, por lo que conviene ser muy precavidos.

Una cabra junto al cañon de Wadi Ghul, en Jebel Shams
Una cabra junto al cañon de Wadi Ghul, en Jebel Shams

A partir de este punto la pista continúa ascendiendo hacia la cima de Jebel Shams, con nuevas rampas que ponen a prueba nuestro vehículo. Hay tramos de este trayecto que no son aptos para personas con vértigo, ya que hay grandes desniveles a tocar de las ruedas del coche.

En la cima de la montaña de Jebel Shams hay una estación de radar de la Royal Air Force omaní, gracias a la cual se intenta que la pista esté siempre en buen estado. En los 39 km que hay desde Ghul hasta la cima hay varios puntos donde podemos detenernos para contemplar las fantásticas vistas que hay sobre el cañón de Wadi Ghul y los alrededores de esta zona montañosa.

En resumen, y tal como decíamos antes, se trata de una excursión muy muy recomendable, tanto si tenéis la oportunidad de acampar aquí y hacer rutas a pie por el cañón, como si sólo llegáis con un vehículo para hacer una breve visita a la zona.

AL HAMRA. A la vuelta de nuestra excursión a Jebel Shams nos desviamos unos pocos kilómetros para visitar la población de Al Hamra, una de las más antiguas de Omán.

Nuestra intención era ver algunas de las casas más antiguas que aún se conservan en Omán, situadas en la parte vieja de Al Hamra. La verdad es que después de dar unas cuantas vueltas por la zona nos fuimos sin estar seguros de haberlas visto.

Pero fue la excusa perfecta para ver esta pequeña población omaní, situada a los pies de las montañas Hajjar.


SALALAH Y LA REGIÓN DEL DHOFAR - Omán

Cómo llegar

Nuestra primera etapa en el trayecto desde Nizwa a Salalah fue volver hacia Mascate.

Con el coche alquilado recorrimos los 170 km que separan Nizwa de Mascate en algo menos de 2 horas, incluyendo algunas paradas para hacer fotos.

Una vez en Mascate devolvimos el coche en la oficina de Ruwi donde lo habíamos alquilado. Finalmente habíamos recorrido con él un total de 1.326 km en cinco días, por lo que tuvimos que pagar 16 RO extras por los 326 km que excedían los 200 km/dia incluidos en el precio, a razón de 0,05 RO/km. Eso sí, nos devolvieron los 50 RO que habíamos dejado de depósito.

Desde esta oficina fuimos andando unos 300 metros hasta la terminal de autobuses Mwasalat, en Al-Jaame St de Ruwi, donde compramos los billetes de autobús hacia Salalah (7 RO cada uno).

Había varios autobuses diarios entre Mascate y Salalah, pero nosotros tomamos el servicio nocturno.

Salimos aquel mismo día a las 19:00 h. de la terminal en Ruwi y llegamos a la terminal Mwasalat de Salalah, junto al nuevo zoco, a las 6:00 del día siguiente. Por tanto, el autobús empleó 11 horas para recorrer unos 1.040 km, incluyendo una parada para cenar y otra para ir al lavabo.

El autobús no estaba mal, aunque los asientos eran algo estrechos.

Dormir y comer

En Salalah nos alojamos en el Salalah Hotel, a sólo 100 metros de la estación de autobuses Mwasalat y del nuevo zoco. Pagamos 12 RO por una habitación doble con baño, TV, A/A y desayuno.

Este fue quizás el hotel con la mejor relación calidad-precio de todos en los que nos alojamos en Omán, además de contar con un personal de recepción muy atento y servicial.

En Salalah podemos recomendar el restaurante Al-Masqoof (as-Salam St). En Mughsail comimos muy bien en el restaurante del Al-Mughsail Beach Tourist House, que también es hotel, justo delante de una enorme playa. En Mirbat recomendamos el restaurante Sharah Tourism, donde comimos muy bien en una terraza junto al mar.

Para cambiar dinero nada mejor que los cambistas indios que hay alrededor del cruce de las calles As-Salam y An-Nahdah. Para conectarse a Internet había un internet-café junto al nuevo zoco (0,8 RO/hora).

Cosas a ver y hacer

Región del Dhofar

El Dhofar es la región más meridional de Omán, separada del norte del país por cientos de kilómetros de desierto pétreo y una línea de costa prácticamente sin nada.

A pesar de encontrarse en el desierto de Arabia esta zona disfruta de un clima relativamente moderado durante buena parte del año.

Es muy peculiar el hecho de que tenga una época de monzones, llamada aquí khareef, que va de mediados de junio a mediados de septiembre, en la que el desierto se transforma en verdes pastos gracias a las lluvias.

Durante el khareef multitud de visitantes de todos los países del Golfo inundan Salalah para disfrutar del monzón y escapar del severo calor que hace por esas épocas en el resto de esa zona del mundo, por lo que la población de Salalah se ve casi doblada.

Así, si tenéis previsto visitar Salalah por esas fechas se hace imprescindible reservar el alojamiento con bastante antelación.

SALALAH. La ciudad de Salalah es la capital de la región meridional de Dhofar, siendo la segunda ciudad del país en población y el lugar donde nació el que entonces era el sultán de Omán, Qaboos bin Said.

De hecho, en la tradición omaní el sultán del país solía vivir en Salalah, hasta que Qaboos rompió esta norma y vivió en Mascate desde que llegó al poder en el año 1970.

Por otra parte, una rama de la familia real omaní gobernó en la isla de Zanzíbar, en la costa oriental de África, hasta el año 1964, por lo que no es extraño que Salalah tenga un carácter africano muy distintivo que la hace ser bastante distinta de las ciudades en el norte omaní.

La gran cantidad de palmeras cocoteras que hay por doquier también le dan un aire muy particular y atractivo.

Para visitar el Dhofar se hace necesario disponer de vehículo propio, ya sea alquilando un vehículo o contratando un taxi. Nosotros nos inclinamos por la primera opción y fue la primera gestión que hicimos una vez conseguido el hotel en Salalah.

A través del staff del hotel conseguimos in extremis un coche de la compañía Rent A Car LLC / Sixtimage, que fue el único que encontramos disponible en ese momento. Alquilamos un Hyundai Sonata automático, de gama alta, por 16 RO/día, incluyendo un kilometraje de 200 km/día.

Lo alquilamos durante dos días y con él recorrimos un total de 442 km, aunque la compañía nos perdonó los 42 km extras que habíamos hecho en el momento de entregarlo. Además la compañía de alquiler nos llevó el coche al hotel y nos permitió devolverlo en el aeropuerto.

En Salalah hay varias cosas a ver, pero una de las más interesantes son las ruinas de Al-Baleed, que llevaban abiertas al público hacía pocos años cuando las visitamos.

En ellas pudimos ver los restos arqueológicos de una antigua ciudad establecida aquí en el siglo X.

En una tienda de perfumes del zoco Al Hosn (Salalah)
En una tienda de perfumes del zoco Al Hosn (Salalah)

Visitar las ruinas supone un agradable y largo paseo mientras se leen algunos paneles explicativos, junto a restos de antiguos muelles, mezquitas, edificios o tumbas. También el museo junto a las ruinas es muy recomendable por la cuidada exposición.

Las ruinas de Al-Baleed están situadas a unos 3 km de Salalah por la salida a Mirbat y la entrada al recinto costaba 1 RO.

Dentro de la ciudad, pero no muy lejos del aeropuerto se encuentra la tumba de Homran, donde se cree que está enterrado el padre de la Virgen María.

Siguiendo la calle An-Nahdah hacia el mar esta desemboca frente al palacio del Sultán, aunque sólo pudimos ver sus altos muros ya que estaba cerrado al público.

A lo largo de la calle As-Salam, el centro comercial de la ciudad, hay multitud de tiendas y negocios de todo tipo, mayormente regentados por indios.

Pero para comprar incienso, perfumes o algún recuerdo en general lo mejor es ir al zoco Al-Hosn, situado junto al mar, en la parte sur de la ciudad. En él hay muchas tiendas donde poder ver y comparar.

De todo modos, si queréis comprar incienso nosotros recomendamos la tienda Al Shahanda Shop, en la calle Ash Shuruq, regentada por el amable Sr. Hassan.

Y para bañarnos en Salalah escogimos la playa del hotel de lujo Crowne Plaza Resort, situado a 7 km del centro de Salalah en dirección a Mirbat, con una enorme playa de arena blanca, muy bonita y limpia. Y no hay ningún problema en utilizarla porque la playa aquí no está cerrada.

Playa solitaria de arena blanca en Salalah
Playa solitaria de arena blanca en Salalah

Además tuvimos la oportunidad de ver una curiosa escena: un grupo de pescadores sacando unas enormes redes de pesca del agua utilizando un 4x4 para tirar de ellas (es la pesca de arrastre con 4x4).

Y en la ruta del centro de Salalah al hotel hay unas cuantas paradas de fruta bajo unos cocoteros que constituyen una estampa muy fotogénica. Y unos 250 metros más allá del hotel hay una pequeña zona de marismas donde pudimos ver numerosas aves, entre ellas muchos flamencos.

Durante la época del khareef se organizan numerosos eventos en Salalah bajo el nombre de Khareef Festival.

RUTA DE SALALAH A MIRBAT. Comenzamos tomando la carretera que parte de Salalah hacia el este y nos dirigimos a Mirbat, a 70 km de Salalah y punto final de esta ruta, para luego volver por el mismo camino.

Mirbat fue famoso en el siglo IX gracias a la cría y exportación de caballos, así como por el comercio del incienso. Hoy es una pequeña población de pescadores.

Justo a la entrada de Mirbat, a nuestra derecha, pudimos ver la llamativa tumba de Bin Ali, con una doble cúpula de color blanco.

Ya en Mirbat es interesante el puerto, con sus dhows de pesca, algunas casas de mercaderes con sus bonitas ventanas de celosía de madera, o el fuerte, el cual estaba cerrado en el día de nuestra visita.

En el camino de vuelta a Salalah, unos 4 km antes de llegar a Taqah, encontramos a la derecha una carretera, con la indicación Tawi Attar, que sale hacia las montañas.

La tomamos y la seguimos durante unos 4 km hasta llegar a Wadi Dharbat, un sitio que no hay que perderse por nada del mundo.

Por el camino encontramos infinidad de dromedarios, vacas y asnos campando libremente por la carretera y campos, y es que en esta época del año miembros de la tribu Jibbali establecen aquí su campamento, visible desde la carretera, para que los animales puedan pastar en la hierba verde del uadi. Sí, verde...!!

El oasis verde de Wadi Dharbat
El oasis verde de Wadi Dharbat

Porque al llegar a Wadi Dharbat sorprende la gran cantidad de agua que aún lleva el río, estando como estamos ya en la época seca, y lo verde que está la hierba alrededor de él. No es extraño, pues, que siendo domingo el día en que estuvimos aquí hubiera una gran cantidad de familias indias (hay una importante comunidad india viviendo en Salalah) haciendo pic-nic junto al río.

Alrededor del uadi y desde la carretera que llega hasta él podemos ver imponentes montañas, cortadas a pico y con numerosas cuevas en sus paredes calcáreas, como la cueva Taiq, una de las mayores simas del mundo.

En esta zona también se encuentra la llamada carretera mágica, un camino sin asfaltar y en pendiente donde se produce un curioso fenómeno que parece desafiar las leyes de la física, pero que en realidad es una ilusión óptica: dejando el vehículo en punto muerto y sin frenar uno percibe que el coche se mueve pendiente arriba en vez de pendiente abajo (aseguraos de que controláis la dirección del coche).

Volvimos a la carretera de Salalah y un poco más allá nos desviamos para una rápida visita a Taqah, a unos 35 km de Salalah.

Subimos por una pista hasta el fuerte de Taqah. No vale mucho la pena, pero está situado sobre un promontorio desde el que hay una estupenda vista sobre el mar, la playa y la propia población.

Unos 5 km más allá tomamos una pista a la izquierda para intentar encontrar Khor Rori (Samhuram), un puerto que 2.000 años atrás fue el centro comercial del incienso y del que ahora sólo quedan unas ruinas.

Seguimos por la pista unos 3 km más, para luego volver por el mismo camino hasta la carretera. Lo mejor de todo fue la impresionante vista que hay desde lo alto de un acantilado que encontramos por el camino.

La Tierra del Incienso

Patrimonio de la Humanidad La Tierra del Incienso está formada por los sitios de Wadi Dawkah, Shisr/Wubar, Khor Rori y Al-Balid. Todos ellos se encuentran en la región de Dhofar y fueron declarados en el año 2000 Patrimonio Cultural de la Humanidad por su importancia histórica en la antigua ruta comercial del incienso.

Y es que este fue el centro de producción de esta mercancía, muy usada y preciada en el mundo antiguo. El incienso era tan valioso como el oro.

Hoy en día los omanís continúan usando mucho el incienso, quemándolo sobre ascuas de carbón vegetal para fumigar habitaciones y ropa, o mezclándolo con otros ingredientes para obtener perfumes.

No en vano Salalah es conocida como la capital del perfume de Arabia.

En Omán también se quema incienso para dar la bienvenida o despedir a los invitados en bodas o fiestas.

RUTA DE SALALAH A LA FRONTERA YEMENÍ. Esta vez salimos con el coche desde Salalah hacia el oeste, en dirección a Mughsail y al cabo de poco ya veíamos las enormes grúas del puerto de Salalah.

Poco después llegamos a Mughsail, unos 48 km al sudoeste de Salalah, población que cuenta con una preciosa playa de arena blanca de más de 1'5 km de largo. Paramos junto al Al-Mughsail Beach Tourist House y andamos un rato por la enorme playa.

Carretera trepando por la montaña Jebel al-Qamar
Carretera trepando por la montaña Jebel al-Qamar

En el extremo oeste de la playa encontramos una atracción local, los respiraderos de Mughsail (blow holes en inglés), el equivalente al Peine del Viento de Donostia.

Cuando hay suficiente oleaje el influjo del mar provoca trombas de agua a través de la roca porosa y el resultado es un sonido impresionante. Junto a los respiraderos había una zona de pic-nic (el pic-nic es uno de los deportes nacionales omaníes) desde el que la vista sobre el mar y los acantilados es maravillosa.

Retomamos la ruta hacia el oeste y nada más dejar Mughsail la carretera asciende rápidamente unos 1.000 metros entre las increibles montañas Jebel al-Qamar hasta llegar a una meseta.

Para salvar este enorme desnivel fue necesaria una verdadera obra de ingeniería, ya que la carretera zigzaguea pegada a una pared vertical de roca. Sencillamente impresionante. Vale la pena pararse para disfrutar de la vista desde arriba.

El paisaje en esta zona del Dhofar es muy diferente del de Salalah. Aún continuamos durante unos kilómetros hasta llegar casi a Sarfait, uno de los puntos fronterizos de Omán con Yemen.

Aquí dimos la vuelta para volver hacia Salalah por la misma carretera 47, parándonos en otros lugares para ver la vista sobre el océano y la escarpada costa de esta zona tan agreste y salvaje.

Unos 8 km antes de llegar de nuevo a Mughsail paramos en un uadi, dejamos el coche y fuimos andando unos metros por el lecho del uadi a la búsqueda de árboles del incienso, los cuales no tardamos en encontrar. Fue emocionante poder ver y tocar estos árboles.

Árboles del incienso en el camino a Mughsail
Árboles del incienso en el camino a Mughsail

El incienso es una resina dura obtenido de la savia de este árbol que sólo crece en el sur de Omán y en algunas partes de Somalia y la India, aunque el incienso omaní es el de mayor calidad.

El árbol en sí es achaparrado y no demasiado atractivo, pero teniendo en cuenta el medio natural hostil en el que crece...

Tras un rato aquí retomamos la ruta y volvimos hacia Salalah.

En resumen, se dice que la ruta de Salalah a Sarfait es la más espectacular de Omán y una de las top en todo el mundo mundial.

Quizás esto sea exagerado, o no, pero en cualquier caso nosotros disfrutamos muchísimo de esta ruta y por ello la recomendamos enormemente.

RUTA AL NOROESTE DE SALALAH. El objetivo principal de esta ruta fue visitar la Tumba del Profeta Job, donde supuestamente reposan los restos de este profeta bíblico. Está situada sobre una colina a 30 km de Salalah.

Para llegar hasta ella partimos de Salalah en dirección a Mughsail, pero giramos a la derecha nada más pasar junto al hotel Hamilton Plaza. Tras recorrer unos 22 km giramos a la izquierda, siguiendo la indicación An-Nabi Ayyub, y continuamos por una pequeña carretera durante 1 km.

Para entrar a la minúscula mezquita en la que se encuentra la Tumba de Nabi Ayub (o Tumba del Profeta Job) hay que quitarse los zapatos a la entrada y las mujeres cubrir su cabeza (a la entrada hay pañuelos para quién no lleve uno), pero no hay ningún problema en hacer fotografías en el interior.

Independientemente de las convicciones religiosas, nosotros creemos que vale la pena visitar este lugar. A la salida se recomienda dejar un donativo.

Junto al aparcamiento que hay a la entrada del mausoleo hay un restaurante, que estaba cerrado el día de nuestra visita, desde el que había muy buenas vistas del entorno, incluida la pequeña población de Ghadwa.

Dromedarios pastando en las colinas, cerca de Al Mazyounah
Dromedarios pastando en las colinas, cerca de Al Mazyounah

Acabada la visita al mausoleo volvimos hasta la carretera principal y en vez ir hacia Salalah tomamos la dirección contraria, hacia Al Mazyounah, continuando durante uno 8 km antes de volver por la misma ruta.

Por el camino pudimos ver grandes grupos de dromedarios pastando en las laderas de las lomas, proporcionando un cuadro muy fotogénico.

En el camino de regreso a Salalah nos paramos en un mirador que nos deparó una vista fantástica, aunque aquel día estuvo algo disipada por la calima, sobre la llanura en la que se encuentra Salalah, unos 600 metros por debajo nuestro.

Como resumen de estos días que estuvimos en la región del Dhofar debemos decir que la conducción por sus carreteras y pistas nos dio la oportunidad de ver paisajes extraordinarios.

Incluso tuvimos la oportunidad de ver zonas donde aún se mantenía la hierba verde que el khareef había hecho aparecer sobre el desierto meses atrás.


MASCATE (y II) - Omán

Con el regreso desde Salalah hacia Mascate, que detallamos a continuación, dimos por finalizada nuestra estancia de 10 días en Omán. Al día siguiente nos trasladamos hasta Dubái para iniciar una ruta de 5 días por algunos de los emiratos que conforman la federación de los Emiratos Árabes Unidos.

Cómo llegar

En las oficinas de la compañía aérea Oman Air en Salalah (en el interior del edificio Haffa House, junto a la rotonda Clock Tower) compramos, con dos dias de antelación, los billetes del vuelo de ida de Salalah a Mascate.

Pagamos 36 RO por cada billete (pagables con tarjeta de crédito) y la gestión de la compra fue muy rápida y más barata que si la hubiéramos hecho a través de una agencia, ya que habíamos preguntado precios en Mascate.

Por si a alguien le pudiera interesar también averiguamos que existía un vuelo, de la misma compañía, directo de Salalah a Dubái por 81 RO/pax.

El aeropuerto de Salalah estaba apenas a 2 km del centro. Nuestro vuelo de Oman Air salió de Salalah a las 13:10 y aterrizó en el aeropuerto de Mascate a las 14:25.

Los asientos del avión de Oman Air eran amplios y cómodos y se nos sirvió un almuerzo. Muy bien.

Una vez en el aeropuerto internacional Seeb de Mascate, a 30 km de Ruwi, averiguamos que no había ningún servicio de autobús regular con la ciudad. Pero también pudimos saber que, en caso de no querer subir a un taxi, la alternativa era andar unos 200 metros hasta la gran rotonda que había delante del aeropuerto y esperar en el arcén a que pasara un minibús con destino Ruwi.

Así lo hicimos nosotros y nuestra espera fue de tan sólo 2 minutos. El trayecto nos costó 0,3 RO cada uno y finalizó en el lado sudoeste de la rotonda Ruwi (Ruwi R/A).

Dormir y comer

Esta vez Mascate sólo era un punto de paso para partir al día siguiente hacia Dubái (en EAU), tomando un autobús a primera hora de la mañana.

Nuevamente escogimos el Corniche Hotel, en Muttrah, donde ya nos habíamos alojado al principio de este viaje, porque la zona nos había gustado mucho. Ver información sobre hoteles y restaurantes en Mascate (I).


Guía de los EAU: Sharjah, Fujairah, Ras al-Kaimah y Dubái

SHARJAH - Emiratos Árabes Unidos

Cómo llegar

Este largo viaje desde Muttrah (Mascate) hasta el emirato de Sharjah comenzó cuando en Muttrah subimos a un minibús a las 6:15 de la mañana con destino a Ruwi (0,1 RO cada uno).

Anduvimos los 500 metros que hay entre la rotonda Ruwi i la terminal de autobuses Mwasalat. El billete para el autobús de las 7:00 de la mañana a Dubái lo habíamos comprado la tarde anterior, aquí mismo, por 5 RO.

Este autobús fue más grande y cómodo que con el que habíamos venido desde Dubái, pero también paraba más veces, por lo que fue algo más lento.

Finalmente, tras un plácido viaje (incluyendo el paso sin problemas por las fronteras de Omán y EAU) y siguiendo la ruta que ya conocíamos, llegamos a Dubái a las 13:45.

El autobús nos dejó cerca del complejo DNAT, en el mismo lugar del que habíamos partido el primer día.

Nuestra idea inicial era alquilar un coche para ir a la península de Musandam, ya que aunque es territorio omaní resulta ser más fácilmente accesible desde Dubái que desde Mascate. Por ello miramos en unas cuantas agencias de alquiler de coches locales que hay junto a la terminal Mwasalat de Ruwi, pero ninguna de ellas alquilaba entonces coches para ir a Omán, sólo para moverse por Dubái o a lo sumo ir a otro emirato.

Así que tomamos un taxi, que por 9,5 AED (con taxímetro) nos llevó a la terminal de llegadas del aeropuerto de Dubái. En esta terminal hay unas cuantas agencias de alquiler de coches, locales e internacionales, en las que también preguntamos, pero aquí nos encontramos el problema de que todas nos pedían el carné de conducir internacional para salir del emirato de Dubái e ir a otros emiratos o a Omán (ver Coche de alquiler).

Como no disponíamos del carné internacional ni queríamos perder tiempo en obtenerlo optamos por cambiar la planificación inicial del viaje y limitarnos a visitar algunos de los emiratos de EAU.

Finalmente encontramos una compañía local, de nombre La Perle, que nos alquiló un vehículo con el que nos permitió salir de Dubái e ir a otros emiratos (pero no a Omán) sin el carné internacional.

Por 160 AED/día, todo incluido y con kilometraje ilimitado, dispusimos de un Peugeot 307 automático que estrenamos nosotros. La compañía nos bloqueó el equivalente a 750 AED durante 15 días y a través de la tarjeta de crédito por si hubieran multas de tráfico.

Ya con el coche salimos del aeropuerto de Dubái y conectando varias autopistas conseguimos llegar a Sharjah.

La distancia es de sólo 8 km y estaba bien indicado, pero el caos del tráfico era impresionante, ya que seguramente coincidimos con el fin de la jornada laboral y la vuelta a casa (debido a los altísimos precios de la vivienda en Dubái mucha gente se ve obligada a vivir en Sharjah).

Quizás por ello la forma de conducir aquí resultaba ser bastante más agresiva que en Omán. Llegar al centro de Sharjah no fue fácil, ya que no disponíamos de GPS, ni de un mapa, ni referencia alguna, pero finalmente lo conseguimos.

Dormir y comer

En el emirato de Sharjah nos alojamos en el Al Sharq Hotel, situado en el lnº 10 de la calle Al Ghuwair, en el lado sur de la céntrica plaza Al Rolla de la ciudad de Sharjah.

Se trata de un hotel de precio medio en le que pagamos 250 AED per una habitació doble con baño privado, TV, nevera y A/A. Además dispusimos de aparcamiento privado para el coche. Muy correcto y bien situado.

En esta ciudad recomendamos el restaurante libanés Automatic, ubicado en Buheirah Corniche, junto a la mezquita Al Noor. Muy recomendable.

Cosas a ver y hacer

SHARJAH. La ciudad de Sharjah es la capital del emirato de igual nombre. Es la tercera ciudad más grande y más poblada de los Emiratos Árabes Unidos, estando situada a lo largo de la costa norte del Golfo Pérsico.

Debido a su proximidad a la ciudad de Dubái forma parte de su conurbación metropolitana.

El emirato de Sharjah es uno de los siete emiratos que forman la federación de EAU, siendo el tercero en extensión. Además es el único que tiene a la vez línea de costa en el Golfo de Omán y en el Mar de Arabia. El petróleo primero y el gas después aportan una enorme riqueza económica a este emirato.

Las autoridades de Sharjah editaban un pequeño libreto, la Sharjah Visitor's Guide, que era una magnífica y útil guía turística que se entonces podía obtener en hoteles, museos, etc... y ahora online.

En 1998 la UNESCO nombró a esta ciudad como la Capital Cultural del mundo árabe debido a su compromiso con el arte, la cultura y la conservación de su patrimonio.

Lo cierto es que Sharjah nos sorprendió muy gratamente y desde aquí recomendamos totalmente su visita.

Imagen de la Heritage Area de Sharjah
Imagen de la Heritage Area de Sharjah

Heritage Area. Buena parte de los sitios de interés de la ciudad de Sharjah están en la llamada Heritage Area, una zona compacta situada entre las avenidas Al Arouba y Al Corniche, y que forma parte de la ciudad antigua.

En ella encontramos un conjunto de interesantes edificios, mayormente antiguas residencias de importantes familias locales, que fueron bellamente restaurados a partir del año 1995.

Creemos muy recomendable visitar esta zona de la ciudad para ver y entender la historia y arquitectura locales. La entrada a la mayoría de museos de la zona costaba entonces 5 AED, pero en función de los que se quieran visitar era interesante comprar un billete unificado que costaba 20 AED.

El primer edificio que encontramos en nuestro recorrido por esta zona fue el fuerte Al Hisn, construido en 1820 y donde vivió la familia gobernante en Sharjah.

La casa Bait Al Garbi, del jeque Sultan bin Saqr Al Qassimi, tiene tres tipos distintos de torres de ventilación, las cuales eran usadas antiguamente como aire acondicionado natural.

Bait Al Badoon, en cambio, es una casa de principios del siglo XIX y es una muestra perfecta de casa tradicional emiratí.

Tampoco hay que perderse el Sharjah Museum of Islamic Civilization, con una magnífica colección de objetos, como monedas, cerámica, vidrio, ropa, oro, instrumentos científicos, etc. También encontramos muy interesante la visita al Sharjah Heritage Museum.

También en esta zona se encuentra el interesante zoco Al Arsah, un lugar de encuentro de los beduínos con sus camellos a principios del siglo XX, y que ha sido reconstruido a la manera tradicional. Se puede acabar la visita tomando algo en un café tradicional que hay en el zoco.

Cruzando la calle Al Corniche desde la Heritage Area llegamos al activo puerto de Sharjah, donde tuvimos la ocasión de ver numerosos dhows fondeados.

Ruta a pie por la ciudad de Sharjah. Una bonita ruta para hacer andando en Sharjah es la que parte de la plaza Al Rolla y sale hacia el oeste por la avenida Al Arouba, llena de comercios indios, hasta llegar a la plaza Al Soor, desde la que podemos ver en toda su extensión el atractivo Central Souq.

Se trata de un enorme y moderno edificio que alberga más de 600 tiendas de todo tipo y que se ha convertido en un punto de referencia en Sharjah. A su izquierda destaca la silueta de la mezquita King Faisal.

Mezquita Al Noor, junto a la laguna Khaled (Sharjah)
Mezquita Al Noor, junto a la laguna Khaled (Sharjah)

A partir de aquí caminamos junto a la laguna Khaled siguiendo la avenida Al Buheirah Corniche.

Tras un largo trayecto bordeando la laguna llegamos a la preciosa mezquita Al Noor. Su forma nos recordó vagamente a la Mezquita Azul de Estambul, aunque la de Al Noor es más pequeña.

Junto a la mezquita encontramos el café Al Gahwa al-Shahbeya, donde curiosamente no se servía café. Está ubicado en un bonito edificio de estilo tradicional y con una terraza con estupendas vistas sobre la laguna.

Unos 600 metros más allá tenemos la mezquita Al Majaz, situada en un gran parque con el mismo nombre. Desde aquí se puede volver al punto origen deshaciendo parte del camino para tomar luego la avenida Al Zahra y pasar por la plaza Government, con los imponentes edificios de Correos a un lado y el Ayuntamiento al otro.

Laguna Khaled. Sea a pie, aunque es un largo paseo de unos 8 km, o bien con el coche vale la pena dar la vuelta a la laguna Khaled, junto a la que, en las fechas de nuestra visita, se estaban construyendo algunos numerosos e impresionantes rascacielos, con fotogénicos reflejos en el agua de la laguna.

Esta vuelta a la laguna no estaría completa sin pasar por el puente Sharjah, el cual se apoya sobre una de las islas que hay en la laguna, y desde el que hay una buena vista al estar algo elevado sobre el resto.


KHOR FAKKAN Y FUJAIRAH - Emiratos Árabes

Cómo llegar

Para trasladarnos desde Sharjah hasta Khor Fakkan, ambas ciudades pertenecientes al emirato de Sharjah, seguimos una ruta en coche que nos permitió visitar también la capital del emirato de Fujairah.

Dormir y comer

En Khor Fakkan nos alojamos en el Khor Fakkan Youth Hostel, situado en una casa justo en la entrada de Khor Fakkan, viniendo desde Fujairah, a la derecha de la autovía.

Aquí pagamos 150 AED por una habitación doble privada muy sencilla y con baño compartido. Eso sí, estaba muy limpio. Estuvimos prácticamente solos en la casa.

La otra alternativa de alojamiento en Khor Fakkan era el caro Oceanic Khor Fakkan Resort & Spa (en Al Mudifi St, frente al parque Al Matlaa), un resort de lujo donde nos pidieron 695 AED por una habitación doble.

En Khor Fakkan cenamos en la popular cafetería Al Fouj, situada junto a la carretera principal, no muy lejos del Youth Hostel. Correcta.

Cosas a ver y hacer

RUTA DESDE SHARJAH HASTA KHOR FAKKAN. Salimos de la ciudad de Sharjah con el coche en dirección hacia la ciudad de Fujairah, situada en la costa oriental del país, tomando la calle Sheikh Mohd Bin Saqr Al Qassimi. De hecho, fuimos siguiendo las indicaciones hacia el aeropuerto.

Nada más salir de Sharjah, a sólo 15 km del centro, nos detuvimos brevemente en la University City para recorrer su campus. Este complejo de universidades era entonces una de las mayores ciudades universitarias de Oriente Medio, contando además con edificaciones espectaculares rodeadas de jardines con césped y numerosas fuentes (!!!).

Tras esta rápida visita volvimos a la carretera hacia Fujairah. Al principio el paisaje era plano y desértico, con pequeñas dunas y arbustos, pero antes de llegar a la población de Masafi el paisaje se torna montañoso y a ratos bonito.

La pequeña población de Masafi es cruzada por la frontera que separa los emiratos de Fujairah y Ras Al Khaimah. Aquí tuvimos la oportunidad de ver su conocido y popular mercado del viernes (Souk Al Juma'a), pero que ya entonces era diario. Este mercado, ubicado unos 5 km al oeste de Masafi, fue parcialmente destruido por un incendio a finales de mayo del año 2015.

Después de Masafi recorrimos otros 110 km hasta llegar a Fujairah, la capital del emirato de Fujairah.

Desde aquí tomamos la carretera que sigue la costa del Golfo de Omán hacia el norte, hasta llegar a la ciudad de Khor Fakkan, situada a 26 km de Fujairah, y perteneciente ya al emirato de Sharjah.

La carretera entre las ciudades de Fujairah y Khor Fakkan estaba entonces en obras en varios de sus tramos. Aunque el paisaje costero que se veía desde la carretera no valía gran cosa, sí son bonitas las montañas que llegan casi hasta el mar, las cuales forman parte del sistema de las montañas Hajar Occidentales.

FUJAIRAH. La ciudad de Fujairah es la capital del pequeño emirato de Fujairah, el único de los siete emiratos de EAU que cuenta sólo con costa en el Golfo de Omán. Hasta el año 1952 formó parte del emirato de Sharjah.

Como en otros emiratos aquí el crecimiento económico era patente por la gran cantidad de nuevos edificios y proyectos inmobiliarios que estaban en desarrollo.

En Fujairah nosotros nos limitamos a dar una vuelta con el coche por la capital, ya que no tiene nada especial.

Entramos en la ciudad por la avenida Hamad bin Abdullah, el eje de la zona de negocios, y continuamos hasta llegar a la Corniche, desde donde pudimos ver el puerto pesquero y el comercial.

Desde aquí seguimos hacia el norte por Al-Gurfah hasta llegar a una rotonda donde destacaba una enorme cafetera en su centro, donde giramos a la izquierda para tomar Al-Nakheed. Por el camino cruzamos unos enormes jardines de palmeras datileras.

Finalmente llegamos hasta la ciudad vieja de Fujairah, en la que se encuentra el fuerte, en reconstrucción cuando lo visitamos. Visto el fuerte por fuera tomamos la calle Al-Sharqui para volver a la avenida Hamad bin Abdullah por la que habíamos entrado a la ciudad. Completamos así una vuelta de 8 km.

En la ciudad de Fujairah aprovechamos para comer en el muy recomendable restaurante libanés Al-Meshwarimage, situado en la avenida Hamad bin Abdullah, frente al Fujairah Trade Centre.

El restaurante ocupa un curioso edificio que, tal como comenta la guía LP, parece de cartón piedra y sacado de un decorado de película, mezcla de Los Picapiedra y de un castillo cruzado. Comida deliciosa, lugar agradable y acogedor y con precios más que razonables.

Imagen de la bahía de Khor Fakkan
Imagen de la bahía de Khor Fakkan

KHOR FAKKAN. Esta ciudad pertenece al emirato de Sharjah y es la segunda en importancia en la costa oriental de los EAU. Está ubicada a unos 26 km al norte de la ciudad de Fujairah.

Cuenta con una preciosa bahía natural, alrededor de la cual ha crecido la ciudad, la cual focaliza su economía en un gran puerto de contenedores que se encuentra en el extremo sur de la bahía.

Lo cierto es que tanto la bahía, la playa como el paseo marítimo son muy bonitos y la única pega en este paisaje son el puerto y sus grúas a un lado y el feo hotel Oceanic al otro.

Desde la Corniche tuvimos la ocasión de ver, sobre una colina, lo poco que queda del que fue el antiguo palacio del soberano de Sharjah.


DUBÁI - Emiratos Árabes

Cómo llegar

Para ir hasta Dubái, nuestra última etapa en este viaje, seguimos una ruta en coche de Khor Fakkan a Dubái que nos condujo a través de los emiratos de Ras Al-Khaimah, Umm Al-Qaiwain, Ajman y Sharjah.

Dormir y comer

En la ciudad de Dubái nos alojamos en el Oasis Deira Hotel (en las fechas de nuestra visita se llamaba Florida Hotel Dubai). Está situado en la calle Al-Sabkha, en el corazón de Deira. En él pagamos 350 AED por una habitación doble con baño privado, TV, nevera, A/A y desayuno incluido.

Su situación es muy conveniente. Durante el día hay mucho movimiento en la zona ya que se encuentra junto al zoco, pero por la noche es bastante más tranquila. Para nosotros fue una buena elección.

Si vuestro presupuesto da para bastante más entonces recomendamos la lujosa Orient Guesthouse, situada en la calle Al Fahidi de Bur Dubai. Es un hotel boutique de sólo 10 habitaciones que ocupa una antigua casa señorial árabe, situada en el centro de la zona histórica de Bastakiya, que ha sido restaurada con todas las comodidades actuales, pero manteniendo la decoración de estilo arábigo de hace un siglo.

Nosotros no tuvimos la oportunidad de hospedarnos en él, ya que lo descubrimos por casualidad paseando por la zona, pero la propietaria del establecimiento tuvo la amabilidad de mostrarnos personalmente algunas habitaciones y el precioso patio central. El precio de una habitación en las fechas de nuestra visita era de unos 900 AED la habitación doble.

Cabe decir que, en general, en las fechas de este viaje el nivel de precios del alojamiento en Dubái era caro, por lo que había muy poca oferta para presupuestos muy ajustados.

En la Cafeteria 4 Seasons, situada en la esquina de las calles Al-Sabkha y Naif, a sólo 50 metros del hotel Oasis Deira , era posible comer un buen plato de shawarma, por ejemplo, a muy buen precio.

Y para conectarse a Internet recomendamos el Al Jabreen Internet Cafe (costaba 3 AED la hora), en el interior de un pequeño centro comercial, en la esquina de las calles Al-Sabkha y Naif, al otro lado de la Cafeteria 4 Seasons. Las llamadas locales en Dubái eran gratuitas.

Cosas a ver y hacer

RUTA DE KHOR FAKKAN A DUBÁI. En nuestra ruta hacia Dubái, salimos a primera hora de la mañana de Khor Fakkan y continuamos hacia el norte por la autovía que transcurre pegada a la costa. En aquellas fechas había muchos tramos en obras.

La minúscula mezquita de Al-Bidya
La minúscula mezquita de Al-Bidya

También vimos iniciadas las obras para construir en esta costa un enorme complejo de viviendas de lujo dentro del mar, similar a The Palm en Dubái.

Menos de 10 km después de salir de Khor Fakkan encontramos la pequeña población de Badiyah, una de las más antiguas de la zona y que forma parte del emirato de Fujairah.

Continuando hacia el norte, justo al salir de Badiyah, encontramos a mano izquierda la minúscula y preciosa mezquita de Al-Bidya. Además tiene un gran interés histórico porque se cree que su construcción inicial data del siglo XV. Durante mucho tiempo fue considerada la mezquita más antigua de los EAU, hasta que en el año 2018 se hallaron las ruinas de una mezquita de 1.000 años cerca de la actual mezquita Sheikh Khalifa Bin Zayed Al Nahyan de Al Ain en el emirato de Abu Dhabi.

Esta simpática y coqueta mezquita en miniatura, aún activa, es una construcción pintada completamente de blanco y con cuatro cúpulas que se sustentan en un único pilar central.

Al vernos llegar el imán de la mezquita vino solícito a preguntarnos si queríamos visitar el interior de la mezquita. Aceptamos su invitación y entramos con el imán, el cual nos hizo de guía y nos explicó cosas sobre esta curiosa mezquita.

Acabada la visita este amable imán nos regaló un libro didáctico sobre el Islam. Para redondear esta super-recomendable visita subimos a una torre de vigía que hay detrás de la mezquita y desde la que hay una vista muy muy bonita sobre las montañas del Hajjar, la población de Badiyah, el palmeral y el mar.

Lógicamante, para esta visita hay que vestir apropiadamente y las mujeres cubrir su cabeza con una abaya que presta el mismo imán.

Continuamos viaje hacia el norte por esta bonita zona costera hasta llegar a Dibba, 34 km al norte de Badiyah. Esta población está formada por tres núcleos habitados, con la curiosa particularidad de que está regida por los emiratos de Fujairah y Sharjah y el sultanato de Omán.

Viniendo desde Badiyah primero encontramos Dibba Muhallab, perteneciente al emirato de Fujairah. En esta zona están los hoteles.

Seguimos hacia el norte y llegamos a Dibba Hisn, perteneciente al emirato de Sharjah, donde destala la enorme y bonita mezquita Sheikh Zayed Al Nahyan, visible desde muy lejos.

Mezquita Sheikh Zayed Al Nahyan, en Dibba
Mezquita Sheikh Zayed Al Nahyan, en Dibba

Tomamos el ramal norte que hay en la rotonda ante esta mezquita y recorrimos otros 4 km para llegar a Dibba Bayah, el núcleo de Dibbah que está en territorio del sultanato de Omán.

Pasamos ante un rótulo informativo que nos advertía de que estábamos en territorio omaní, pero no llegamos a ver ninguna frontera visible.

Sí vimos un desvío del que partía una carretera con la indicación de Khasab, la capital del territorio omaní de Musandam y situada a 110 km de aquí (desconocemos si esa vía es factible para un vehículo que no sea 4x4).

En cualquier caso, el lado omaní de Dibba es un enclave especialmente bonito, con las montañas del Hajjar formando una pared de roca tras la que se extiende la península de Musandam.

Nos fijamos en el hecho, aunque no nos sorprendió, que la zona omaní de Dibbah estaba más limpia y ordenada que los otros dos núcleos de Dibba.

Desde aquí volvimos hacia Dibba Hisn y continuamos viaje hacia Dubái siguiendo la carretera Dibba-Masafi. Unos 7 km más tarde tomamos un desvío a la derecha con la indicación RAK. Se trata de la carretera Gragrah-Ghub, la cual pasa por unos parajes preciosos y vírgenes (deshabitados y casi sin signos de civilización). Absolutamente recomendable.

En una rotonda de la autovía nos desviamos hacia el norte por la carretera Al Manama - Ras Al Khaimah.

Poco después, en un punto del trayecto antes de llegar a la población de Khatt, nos encontramos con el hecho de que se había desprendido la pared de roca de una montaña y había enterrado un tramo de carretera, por lo que no tuvimos más remedio que desviarnos por el lecho de un uadi para salvar el obstáculo.

Siguiendo otros 22 km hacia el norte desde Khatt llegamos a la ciudad de Ras Al-Khaimah (también conocida como RAK City), la capital del emirato de Ras Al-Khaimah. Este emirato es el más septentrional y fértil de los EAU. Está situado en la costa oeste y hace frontera con el territorio omaní de la península de Musandam.

En nuestra ruta de 70 km desde Dibba llegamos a la ciudad de Ras Al Khaimah siguiendo la carretera que viene del aeropuerto. Las montañas Hajjar como fondo forman un fantástico paisaje de bienvenida.

En una rotonda de Al-Nakheel, la zona comercial y de negocios de RAK, giramos a la izquierda siguiendo la indicación Old Town, para tomar la calle Al-Hisn que nos condujo a la ciudad vieja, la cual está situada sobre una península arenosa adónde se llega tras cruzar el puente que salva la ría (khor) Ras Al-Khaimah.

Aparcamos el coche ante el Museo Nacional de Ras Al-Khaimah, ubicado en un fuerte del siglo XVIII. Dimos una vuelta a pie por la ciudad vieja y por el zoco colindante, ambos sin demasiado interés. Cabe decir que Ras Al Khaimah, que en el pasado se llamó Julfar, es uno de los asentamientos más antiguos de los EAU.

Tras esta rápida visita a RAK retomamos nuestro viaje hacia Dubái y enfilamos hacia el sur por la carretera Sheikh Muhanmad Bin Salem que transcurre pegada a la costa del Golfo Pérsico.

Palmeral y las montañas Hajjar
Palmeral y las montañas Hajjar

Transcurridos unos 40 km desde RAK cruzamos el minúsculo emirato de Umm Al-Qaiwain.

Y siguiendo otros 30 km al sur llegamos al emirato de Ajman. Pero no nos detuvimos en ninguno de ellos por no tener nada que nos interesara lo suficiente.

Eso sí, desde la carretera pudimos ver algunas plataformas petrolíferas en el mar, así como grandes proyectos de urbanizaciones de lujo junto al mar o directamente en él, en forma de islas artificiales.

Los arcenes y alrededores de la carretera a su paso por Umm Al-Qaiwain estaban muy sucios para el estándar de otros emiratos, con miles de bolsas y residuos de todo tipo. Antes de llegar a Dubái pasamos también por las afueras de la ciudad de Sharjah.

Al entrar a Dubái por la autovía Ras Al Khor tuvimos la ocasión de detenernos brevemente para ver el Santuario de vida salvaje Ras al-Khor, una reserva de humedales que suele albergar grandes colonias de aves migratorias. Este espacio es una de las pocas áreas urbanas protegidas del mundo.

En total recorrimos unos 220 km entre Khor Fakkan y Dubái.

DUBÁI. La cosmopolita ciudad de Dubái es la capital del emirato de Dubái. Es la más poblada de los EAU, con una población estimada de unos 3'4 millones de habitantes.

El emirato de Dubái es seguramente el emirato más activo y moderno de los siete que forman la federación de los Emiratos Árabes Unidos. Con la entrada del siglo XXI las autoridades dubaitíes iniciaron un gran esfuerzo para convertir a Dubái en el centro financiero y económico de la región, así como un polo de atracción para un turismo de alto poder adquisitivo.

Y todo ello con el objetivo de diversificar sus ingresos, ya que, a diferencia del emirato de Abu Dhabi, sus reservas de petróleo son escasas. Aún y así, cualquier proyecto constructivo, por disparatado que pueda parecer, aquí se hizo posible, ya que el dinero a invertir no era un problema.

La mano de obra necesaria para estas obras faraónicas se ha venido importando de Asia, sobre todo del subcontinente indio. Sólo un 19% de la población de Dubái es realmente emiratí.

La ciudad de Dubái fue creciendo a partir de unas cuantas casas de beduínos instalados a ambas orillas de una ensenada, Khor Dubai, hasta llegar a ser la enorme metrópolis que es actualmente.

La ensenada de Khor Dubai divide a la ciudad en dos partes: Deira en la orilla norte y Bur Dubai en la sur.

Con sus grandes proyectos urbanísticos, sus campañas de promoción en todo el mundo y con la consolidación de su areopuerto como hub regional e internacional, Dubái pasó rápidamente a estar entre las 10 ciudades más visitadas de todo el mundo mundo.

Nuestra opinión es que realmente vale la pena visitar Dubái y dedicarle al menos unos dos días, a diferencia del resto de emiratos que visitamos, exceptuando Sharjah, en los que una visita de pasada es suficiente.

Abra navegando por el khor de Dubái
Abra navegando por el khor de Dubái

Khor Dubai (o Dubai Creek en inglés). Este es el nombre de la ensenada en forma de río que separa las zonas de Deira y de Bur Dubai y que proporciona un carácter especial a la ciudad.

También es su corazón, lo cual se nota en lo concurrida que está a todas horas, con multitud de abras repletas de gente navegando por la ensenada.

Las abras son pequeñas embarcaciones que hacen de taxis acuáticos, cruzando de una orilla a otra siguiendo unas rutas preestablecidas entre estaciones (cada trayecto costaba entonces 0.5 AED por persona).

Desde luego vale la pena pasear por ambas orillas para disfrutar de bonitas estampas de la ciudad.

Deira. Esta es el área de la ciudad de Dubái que se extiende al norte de la ensenada Khor Dubai. El aeropuerto internacional de Dubái, por ejemplo, se encuentra en esta zona.

Históricamente, Deira ha sido el centro comercial de Dubái, aunque en los últimos años ha ido perdiendo importancia a causa de los numerosos y enormes centros comerciales que se han ido creando a lo largo de la avenida Sheikh Zayed que cruza Bur Dubai en dirección hacia Abu Dhabi.

En la orilla norte de Khor Dubai, en Deira, se encuentran los muelles de dhows (entre las estaciones de abras Sabkha y Deira Old Souq), donde se cargan y descargan mercancías de todo tipo con origen o destino en cualquier puerto del Golfo o de Asia. Ofrecen pues una imagen pintoresca del comercio que forma ya parte del patrimonio histórico de Dubái.

No lejos de aquí encontramos el famoso zoco del oro, uno de los mayores mercados de oro del mundo, donde se venden desde simples lingotes a joyería super-sofisticada. También vale la pena recorrer el zoco de las especias, un laberinto de estrechos callejones aromatizados por una mezcla de clavo, cardamomo, canela, incienso, y todo tipo de especias. Por último, también está el zoco de los perfumes. A última hora de la tarde es cuando esta zona está más concurrida.

Bur Dubai. La zona de Bur Dubai es el barrio histórico de Dubái y se extiende a lo largo de la orilla sur de Khor Dubai. La inmensa mayoría de puntos de interés históricos de Dubái se encuentran en esta zona.

Recientemente, entre los años 2013 y 2016, se ha extendido hacia el mar el extremo oeste de la ría de Khor Dubai convirtiendo a Bur Dubai en una isla.

En Bur Dubai destana el interesante barrio de Bastakiya, con numerosas casas señoriales construidas a principios del siglo XX por ricos mercaderes y que han sido restauradas modernamente. Estas casas tradicionales cuentan con un patio interior, y también con torres de ventilación, usadas antiguamente en esta zona del Golfo para refrescar el interior de las casas.

Pegado a este barrio está el Diwan, la residencia oficial del jeque Maktoum que gobierna Dubái en la actualidad.

Detrás de él está el muy interesante Dubai Museum, el cual ocupa el interior del fuerte Al Fahidi, del siglo XVIII.

El fuerte de Al Fahidi, en Bur Duabia (Dubái)
El fuerte de Al Fahidi, en Bur Duabia (Dubái)

Sin escatimar en medios, con dioramas, audiovisuales o hologramas, el museo ofrece una fascinante visión de la historia y el patrimonio cultural de Dubái.

El museo cuenta con secciones que muestran, entre otros muchos aspectos, la vida tradicional de los beduínos en el desierto o la de los buceadores que buscaban perlas en el fondo del mar.

La entrada al museo es por la calle 76A y en aquellas fechas costaba 3 AED.

Al lado del museo está la Grand Mosque, pero la verdad es que es más bonita por fuera que por dentro. En su lado oeste está el Dubai Souq, el zoco de textiles, con sus callejones cubiertos por un bonito tejado de madera.

Caminando desde este zoco hacia el oeste por la orilla del Khor Dubai llegamos a la zona de Shindagha, cerca de la boca de la ensenada y lugar de las primeras construcciones en Dubái.

Aquí encontramos el Heritage & Diving Villages, una zona de nueva construcción con tiendas y restaurantes ubicados en edificios que siguen la arquitectura local.

Justo al lado visitamos la Sheikh Saeed Al Maktoum House, una casa tradicional construida en 1896 y que fue la sede del gobierno y residencia oficial del abuelo del actual jeque. El edificio está bien restaurado y es bonito, pero creemos que es más interesante la colección de fotos que alberga, con imágenes antiguas de Dubái que permiten comprobar la enorme transformación de un puñado de casas de beduínos en el Dubái actual. También hay fotos de la familia del actual jeque. La entrada a la casa costaba entonces 2 AED.

Hacia el lado oriental del barrio de Bastakiya encontramos un paseo que hay entre la ensenada y la calle Al-Seef donde se instala una concurrida feria durante el periodo en que se celebra el Dubai Shopping Festival.

Nuestra visita a la ciudad coincidió con este festival y tuvimos la oportunidad de pasear por esta feria y ver un castillo de fuegos artificiales sobre el agua de Khor Dubai.

Desde esta orilla hay una vista privilegiada sobre el llamativo edificio del National Bank of Dubai, un punto de referencia junto al río y que con su característica fachada de vidrio de forma curva refleja en colores dorados el tráfico fluvial.

Burj al-Arab. En las fechas de este viaje, en el año 2006, el hotel Burj al-Arab era, sin lugar a dudas, el icono más universal de Dubái y una atracción turística en sí mismo. Posteriormente, otros grandes hitos, como la construcción del rascacielos Burj Khalifa, aún el más alto del mundo, le quitaron protagonismo al Burj al-Arab, pero este aún continúa siendo un polo de interés para los viajeros.

El hotel Burj al-Arab es de cinco estrellas gran lujo, en su día se le llegó a calificar de siete estrellas por sus características realmente excepcionales. Ocupa un singular edificio cuya forma está inspirada en una embarcación a vela y está ubicado en una isla artificial, a 270 metros de la costa, y conectado a tierra firme por un viaducto sobre la playa.

Atardecer sobre la silueta del Burj al-Arab (Dubái)
Atardecer sobre la silueta del Burj al-Arab (Dubái)

Con sus 321 metros de altura era entonces el hotel más alto del mundo y en su parte superior llama la atención la plataforma que alberga el helipuerto y que dobla como pista de tenis cuando está libre.

Sigue siendo un clásico para muchos visitantes llegar hasta las inmediaciones del hotel para poder fotografiarlo desde la playa de Jumeirah, desde donde se obtiene la mejor perspectiva. También es muy llamativo de noche, cuando toda su cubierta exterior está iluminada y se van sucediendo distintas combinaciones de colores.

Pero es tanto o más espectacular visto desde dentro. El problema es que sólo es posible entrar en el recinto del hotel si uno se hospeda en una de sus 202 suites o si se tiene una reserva para uno de sus múltiples restaurantes. Pero claro, tal como se podría esperar, los precios son realmente astronómicos.

En las fechas de nuestra visita descubrimos que la opción más económica para acceder al hotel era hacer una reserva para el Afternoon Tea en el Skyview Bar, una plataforma situada a 200 metros sobre el mar y con espectaculares vistas del entorno, o en el Sahn Eddar, el cual está situado en la base del impresionante atrio del hotel (es el atrio más alto del mundo). El precio del Afternoon Tea en el Sahn Eddar fue de 15 € cada uno.

Entonces era imprescindible reservar con antelación por teléfono en la central de reservas del hotel o bien por correo electrónico. Hoy día se puede hacer la reserva directamente a través de Skyview y Sahn Eddar.

En cuanto a la vestimenta, en el caso de los hombres, se requería llevar camisa con cuello, pantalones largos (no tejanos) y zapatos cerrados que no sean deportivos.

Podríamos explicar muchas cosas del hotel y todo lo que lo rodea (personal, clientes, servicios, etc), pero lo mejor es verlo por uno mismo. Sí os podemos decir que faltan sentidos para poder quedarse con este lugar tan especial, la quintaesencia del lujo arábigo.

Imagen del atrio interior del hotel Burj al-Arab (Dubái)
Imagen del atrio interior del hotel Burj al-Arab (Dubái)

La pregunta del millón es si vale la pena gastarse tanto dinero para visitar el hotel y cada uno puede tener su propia opinión al respecto.

Para nosotros fue una experiencia que bien valió la pena, aunque también debemos decir que al final sólo pagamos 15 € cada uno por la visita al hotel, ya que por un problema en nuestra reserva la central de reservas del hotel nos compensó con un acceso especial donde sólo pagamos la bebida que tomamos.

En el año 2006, cuando aún no existía la red de metro de Dubái que hay actualmente, la única forma de llegar al hotel Burj al-Arab desde la zona de Deira era con un taxi o bien con autobús.

Nosotros elegimos la opción low-cost, por lo que tomamos el autobús 8 (ó 8A) en la estación de autobuses Gold Souq Bus Station. Es un laaaargo trayecto (pagamos 2'5 AED/pax por este trayecto), pero nos dejó prácticamente en la puerta del hotel.

Si fuéramos con un vehículo alquilado una posible ruta desde Deira es la siguiente: bordear la ensenada siguiendo Baniyas Rd hacia el este hasta llegar al puente Maktoum que cruzaremos para acceder a la orilla de Bur Dubai.

A continuación tomar la avenida Khalid Bin Waleed en dirección al puerto Rashid para luego tomar la calle Al-Mina a la izquierda y después la avenida Al-Jumeirah a la derecha. Siguiendo esta avenida unos 16 km llegamos al hotel, visible desde bastante antes.

Otra posible opción más directa para llegar a Bur Dubai desde Deira en coche es a través del túnel Shindagha que cruza bajo la ensenada.

Para volver a Deira desde el hotel podemos seguir la avenida Sheikh Zayed, la cual pasa junto a enormes e impresionantes rascacielos, como Burj Khalifa (actualmente es el edificio más alto del mundo, con una altura de 828 metros) o el complejo de Emirates Towers. Cruzamos a Deira por el puente Garhoud.

Centros comerciales. Pues sí, aunque parezca mentira, una visita a Dubái no es completa si no se visita al menos uno de sus mega-centros comerciales. Nosotros lo hicimos, pero no para comprar sinó como ejercicio de voyeurismo para hacer un estudio sociológico, ya que los emiratíes (y también los expatriados de lujo) vienen a este tipo de lugares, dejando los zocos del centro para los turistas y los inmigrantes asiáticos.

En este viaje nosotros elegimos el centro comercial Mercato porque en aquel momento era uno de los mejores de Dubái y porque nos venía de camino yendo al hotel Burj al-Arab.

Este centro comercial reproduce, de forma más o menos kistch, las formas de los palacios de la Toscana o el Véneto italianos. No deja de chocar la imagen de los emiratíes (hombres ataviados con su impecable dishdasha blanca y mujeres de riguroso negro con su abaya que las cubre casi completamente) sentados en un Starbucks o haciendo cola ante unas multisalas de cine.

En el aparcamiento del centro comercial sólo veíamos lujosos vehículos, mayormente 4x4, donde cargaban sus compras. El Mercato está en Jumeirah Rd y se llegaba a él con vehículo propio o bien con el mismo autobús 8/8A que para ir al hotel Burj al-Arab.

En viajes posteriores a Dubái visitamos otros centros comerciales que, por una razón u otra, creímos dignos de visitar, como el Dubai Mall, el Mall of the Emirates o el Ibn Battuta Mall.

Otras actividades en Dubái. Si todo lo dicho no es suficiente para llenar los días de estancia en Dubái, hay otras muchas actividades a hacer en Dubái, aunque dependerá del presupuesto y de los gustos de cada uno. Entre las más dispares (o extravagantes) citaremos, por ejemplo:

  • esquiar en el Ski Dubai. La mayor de sus cinco pistas tiene un desnivel de 60 metros y una longitud de 400 metros. Forma parte del complejo Mall of the Emirates.
  • ir a las carreras de caballos al hipódromo Nad Al Shiba Club, aunque en el año 2010 este fue substituido por el nuevo hipódromo Meydan.
  • jugar al golf en el exclusivo Dubai Creek Golf & Yacht Club.

Pero en el año 2006, en plena ebullición de obras faraónicas en este emirato, una actividad mucho más económica y que podía ocuparnos durante mucho tiempo era la de ver desde la barrera, cual jubilados, las innumerables y espectaculares obras que había por todo Dubái.

Algunos de los más sonados que había por entonces eran los singulares proyectos The Palm Jumeirah y también The World, que no son otra cosa que complejos residenciales y de ocio que están situados sobre islas artificiales frente a la costa dubaití.

Encontraréis más información sobre alojamiento y cosas a ver y hacer en Dubái en nuestra Guía de viaje a EAU y Musandam, basada en un viaje que hicimos tres años después.

Y el viaje se acaba ...

En nuestro último día de este viaje fuimos andando hasta la estación de autobuses Al-Sabkha, en Deira y a sólo 50 metros del hotel Oasis Deira, donde tomamos el autobús nº 401 hacia el aeropuerto internacional de Dubái. El billete nos costó 3 AED/pax y en 20 minutos ya estábamos en la puerta de la terminal 1 de salidas.

Tras pasar los controles de inmigración encontramos una oficina de cambio donde cambiamos a euros los dirham EAU que nos sobraban.

Nuestro vuelo con la compañía Czech Airlines salió puntual y siete horas después aterrizamos en el aeropuerto de Praga, donde conectamos con otro vuelo de la misma compañía con destino a Barcelona, adonde llegamos sin novedad tras 2 horas y 15 minutos de vuelo.

Y aquí finaliza la descripción de este breve pero intenso viaje por la península arábiga.


Travel journal from Oman and Dubai - Sandro Alarcón & Rosa Moreno [2010]
Visiting and exploring the UAE - Información turística de los Emiratos Árabes Unidos.
Oman Tourism - Página turística oficial de Omán.
Destination Oman - Portal turístico de Omán.