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Bandera de Mauritania

MAURITANIA

Notas sobre un viaje de 11 días a Mauritania

Rosa León y David Serrano
Published on Data viatge: 2006 | Publicat el 23/10/2006
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Notas sobre el viaje

Fechas del viaje

El viaje ha sido de 11 días, durante la Semana Santa de 2006.

Organización

Hicimos el viaje con una agencia española, cuyo corresponsal en Mauritania es Alsahara Expediciones.

Recorrido

Nuestro recorrido ha combinado la parte de desierto y la parte de costa (nos ha faltado la del sur, de Oualata o Walata, que dicen que también es muy bonita, pero necesitábamos más días). El recorrido fue el siguiente:

Día 1: Nuakchot - Terjit
Día 2: Terjit - Chiguiti
Día 3: Chinguiti - Ouadan
Día 4: Ouadan - Tanuchert
Día 5: Tanuchert - Atar
Día 6: Atar - Benichab
Día 7: Benichab - Luik (Banc de Arguin)
Día 8: Banc de Arguin - Nuakchot

El plan de viaje fue un 4x4, dos parejas españolas, un conductor Mauritano (que aunque lo negaba creo que había hecho el París-Dakar) y un cocinero mauritano (tres estrellas Michelín, por lo menos).

Teníamos una ruta establecida y en general el viaje era bastante libre, más o menos podíamos parar donde queríamos, salida flexible y siempre conducir de día. Empezaba y terminaba en Nouachot, la capital donde está el aeropuerto internacional. Hay otro en la ciudad de Atar donde hay vuelos con París y Marsella. Hablan un dialecto del árabe y en general controlan bastante el francés. El inglés y el español muy poco.

Durante el recorrido sólo una vez contactamos con turistas españoles, casi con todos ellos coincidimos en el aeropuerto y sí con alguno francés.

Dinero

La moneda es la ouguilla y 300 ouguillas equivalen a un euro a fecha de nuestro viaje. Lo mejor es que al llegar a Nouachot se cambien en una oficina bancaria, fuera no se encuentran. Hay billetes de 100, 200, 500, 1000 y 2000, y estos fueron los que utilizamos.

Documentación

Es necesario un visado. El país tiene es una especie de gobierno militar y en casi todos los cruces de carretera existe la figura del gendarme o policía que solicita los datos de los pasajeros (nosotros le dábamos una fotocopia con los datos básicos del pasaporte y por supuesto una propina).

Seguridad

El país es muy tranquilo, nosotros nunca sentimos sensación de peligro, más bien todo lo contrario. Sólo como en toda ciudad un poco más grande, ir con cuidado en la capital.

Guía de viaje

Respecto a las guías, apenas hay alguna. Desde luego ninguna específica de Mauritania, nosotros nos guiamos bastante por la Guía del Sahara de Salvat. Es una guía de todo el desierto del Sahara, bastante buena en lo que toca con Mauritania y desde luego muy buenos consejos para moverse en un territorio tan duro como Mauritania.

Costumbres

Como sabéis es un país de religión musulmana, aunque en mi opinión, bastante flexible en cuanto a su práctica. Ello se nota por ejemplo en que la mujer desempeña un papel muy diferente al de otros países árabes. la puedes ver en mercados, en las cooperativas, puede tratar/hablar con hombres. Lo único más curioso es que un hombre nunca da la mano a una mujer y de la misma forma una mujer con un hombre. Saber esto te salva de quedarte con la mano tendida al aire al menos una vez.

Recomendaciones

Poblado
Poblado

La época que fuimos era muy calurosa y dura, casi al final de la temporada. Es necesario mentalizarse e ir preparado. El tema del agua es muy importante. Intentar protegerla para que mantenga su frescor. El agua fría no siempre es fácil de encontrar.

Nouachot, la capital, es una ciudad bastante destartalada, polvorienta y como inacabada. Pero mantiene su encanto. Nos gustó muchísimo la playa, increiblemente amplia, arena blanca y mucho color. En especial al atardecer es todo un espectáculo la llegada de los pescadores a la playa y la venta de pescado en el puerto. Es espectacular y muy africano, da un aire a Gambia o Sanegal. Hay algunos mercados de compras de artesanías, pero a nosotros no nos gustaron. El hotel que estuvimos era el Halima, que está en la parte de las embajadas.

Camino de Atar, está el oasis de Terjit. Es un sitio paradisíaco, especialmente cuando llevas unos días de ruta. Tiene una piscina tipo pilón que te sabe a gloria y el entorno es muy evocador. Las noches escuchando el agua pasar y las luciérnagas son muy chulas. El pueblo constituido por chozas también te evoca al África más negra. En este oasis nos encontramos muchos trotamundos o trotaafricanos y había mucho ambientillo.

Atar. Es una ciudad de paso, pero uno de los sitios importantes para descansar, comprar provisiones, o hacer alguna compra de artesanía. Respecto al mercado indicar que hay que regatear duramente para bajar los precios a la mitad, cruzando la calle principal hay otro pequeño mercado donde había mayor tranquilidad y mejores precios (era la primera planta de un edificio y se entraba a través de unas puertas con rejas de hierro). La venta de los productos de allí son una pasada, en especial las tallas de madera, los cuencos con incrustaciones, las boquillas artesanas para fumar, y muchas máscaras (dicen que son de allí, pero tiene pinta de Mali o Senegal). También nosotros dimos un paseo por la noche, muy seguros y tomamos un refresco en sus terrazas, todo un espectáculo, así como la hora punta frenética de Atar por la mañana. Saliendo de Atar hay un valle inmenso donde se pueden encontrar pinturas ruprestres que representan la sabana que fue aquello. La subida por la carretera, muy empinada, tiene fotos muy buenas.

Chinguiti. Es una ciudad santa suní, la 7º, fue en su momento una importante ciudad caravanera e incluso según nos contaron la antigua Mauritania, antes de la llegada de los franceses, se llamaba País de Chinguiti. El pueblo tiene una parte nueva y otra antigua. Es muy bonito ver el atardecer tomando un té desde las dunas, a las afueras de la ciudad. Las bibliotecas es recomendable visitarlas, especialmente por la charla y preguntas que puedes hacer a sus eruditos bibliotecarios, normalmente el hijo varón pequeño del anterior bibliotecario. A nosotros también nos encantó visitar el Hospital de La Fraternidad. Es un hostipal construido a la entrada de la ciudad, por una ONG de Cartagena. Hay españoles trabajando y es un orgullo verlos allí. La única pega seguramente será el acoso de los jovenes que te quieren vender sus mercancias.

Ouadan. Es otra de las sorpresas del viaje. Es una antigua ciudad totalmente destruida, apenas queda una torres y alguna casa en pie. Y a continuación el barrio moderno. Aquí tuvimos mucho contacto con la gente la cual es muy hospitalaria. El camino de Chinguiti a Ouadan es campo a través y lleno de acacias africanas, toda una aventura. También muchisimo calor.

El Cráter de Guelb er Richat (también llamado el ojo de África). Es una formación cuyo origen se desconoce, de unos 40 kilómetros de distancia y concéntrico. Es un paraje desolador y único. La haima de Mohamed Fdal, al lado del cráter, todo un show.

Tanuchert. Es un pequeño pueblo dedicado a la cría de camellos. Llegar al atardecer y ver las manadas de camellos acercarse a los pozos a beber, con el atardecer africano detrás, es de lo mejor. Por la noche toda la aldea se reune para cantar y tocar los tambores. Después mientras duermes se oye los bramidos de los camellos.

Parque Banc de Arquin. Aunque supone un desplazamiento y hacer una noche en pleno desierto, que no está nada mal, creo que es una de las mejores atracciones del país. El número de aves es numeroso y el concepto de playa después de unos días de arena del desierto muy gratificante. Hay muchas embarcaciones de vela latinas, las cuales puedes alquilar con tripulación por unas 8 horas a unos 50 euros y acercarte a visitar las islas del parque. Los pescadores (creo que se llaman Imraguen), es muy curioso, dicen que emplean técnicas de pesca en las que ayudan los delfines, pero sólo sucede en verano. La playa, el atardecer y los niños que no paran de querer jugar contigo merecen esta parada.

Ruta por la playa desde el Banc de Arguin hasta Nouachot. En el 4x4 se bordea la playa, una vez ha bajado la marea, hasta llegar a la capital. Un total de 120 kilómetros de playas arenosas, con las dunas del desierto al lado y algún casco de barco abandonado. Es el escenario de muchos París-Dakar, pero verlo y disfrutarlo es muy diferente. Creo que para nosotros fue lo mejor del viaje.

Mezquita
Mezquita

Además, el desierto es muy variado, en colores y en tipología, con más o menos vegetación y normalmente habitado. Creo que esa variedad es la que hace que no te aburras. Lo que sí os aseguro es que es auténtico. Nosotros al menos no vimos quads haciendo caballitos.

Las carreteras, en bastantes ocasiones, son directamente campo a través, y bastante duras. Aunque teníamos la sensación de que el conductor era un crack conduciendo por ese terreno.

El tema de restaurantes, etc. casi no existen fuera de la capital y todo se hace por el cocinero, al aire libre con una bombonita de butano y normalmente platos de ensaladas, arroz, pasta, pescado en la playa, patatas.

Respecto al alojamiento, casi todo era tipo camping haima, o dormir en una colchoneta mirando al cielo. También hicimos acampada libre en el desierto.

Y la gente como suele ocurrir es también lo mejor.


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