Del 27 de Julio al 10 de Agosto de 2009.
El viaje lo contratamos con Mundicolor, una de las múltiples ofertas que han hecho este verano. El precio de la oferta era de 1.498 euros por persona e incluía 14 noches en hoteles de 3/4 estrellas con desayuno, pensión completa y excursiones los dos días y medio de Tortuguero y alquiler de un todoterreno Suzuki Jimny con seguro básico los 11 días restantes. Nos entregaron el coche a la salida de Tortuguero y lo devolvimos en el aeropuerto. El coste de ampliar el seguro del coche para que fuera a todo riesgo sin franquicia fue de 15 dólares diarios. En Costa Rica gastamos alrededor de 400 euros cada uno.
Aunque no hay ningún problema para cambiar euros en bancos y algunos hoteles, se ahorra bastante si se llevan dólares desde España. Puede parecer que no interesa porque hay que realizar dos cambios, pero la tasa de cambio del dólar en Costa Rica es mejor que la del euro. El ahorro es mucho mayor en los sitios (entradas a parques nacionales, muchos hoteles y restaurantes, tasas de aeropuerto, ...) donde el precio está en dólares y puedes pagar directamente en esta moneda sin cambiar a colones. En el aeropuerto de San José las tasas de cambio son muy malas, por lo que interesa cambiar al llegar al hotel.
Con tarjeta de crédito se puede pagar en muchos sitios, pero hay que tener cuidado. Cuando el precio está en colones (por ejemplo en gasolineras) interesa pagar con tarjeta porque ahorramos un 3% aproximadamente ya que la tasa de cambio es mejor. Lo mismo ocurre en algún sitio (por ejemplo en Selvatura, Monteverde) donde el cargo en la tarjeta es en dólares. Pero en muchos otros sitios (agencia de alquiler de coches, algunos hoteles y restaurantes) el precio está en dólares pero el cargo en la tarjeta te lo hacen en colones, y la tasa de cambio que te aplican suele ser un 3% (o más) peor, con lo que en el mejor de los casos perdemos el beneficio de pagar con tarjeta.
• Si organizara un viaje de 14 noches, como el nuestro, no iría a Monteverde y esas dos noches las pasaría: una en el volcán Arenal y la otra en Cahuita/Manzanillo. El canopy y los puentes colgantes se pueden hacer en muchos sitios del país, aunque los de Monteverde tienen fama de ser de los mejores.
• Si tuviera 3 o 4 días más pasaría a Panamá, a ver la zona de Bocas del Toro, aunque en verano es más arriesgado porque es fácil que llueva mucho. La frontera está a 60 km de Puerto Viejo. Según nos comentaron, se puede dejar el coche en una casa que te lo "guardan", y tras cruzar andando el puente fronterizo se llega fácilmente con taxi + barco a la ciudad principal de este archipiélago.
• Como alternativa a lo anterior, o adicionalmente si se dispone de más días, iría a la ciudad de Granada en Nicaragua que no está lejos de la frontera con Costa Rica. El coche de alquiler tampoco se puede pasar a Nicaragua.
Vuelo de Madrid a San José con Air-Comet (11 horas). Llegada a San José a las 17.30, anocheciendo, 8 horas menos que en España. Recomiendo llevar algo para comer pues la comida que te dan en el avión es escasa.
Al día siguiente nos citan a las 6 para salir en autobús hacia Tortuguero. Tras un segundo desayuno, a las 11 tomamos un barco, y hora y media después llegamos al hotel.
Después de comer nos llevan en barca a Tortuguero (pueblo), y volvemos andando por la playa (muy agradable el paseo). No te puedes bañar en la playa por el oleaje y las corrientes. Contratamos en el pueblo una visita nocturna a la playa para ver tortugas poniendo huevos, tapando el agujero donde los puso, y volviendo al agua. Muy recomendable. Cuesta 25 dólares incluyendo transporte al hotel (sin transporte 20 dólares). La misma excursión cuesta 30 dólares si se reserva en el hotel.
A las 6 iniciamos una visita en barco de 2 horas por los canales de Tortuguero (incluida en el paquete de Mundicolor). A la media hora cae un chaparrón que inunda la barca. Como esto suele ser habitual en la temporada de lluvias (mayo-noviembre) nos dan unas estupendas capas de agua que evitan que nos empapemos.
Vemos diversas aves, monos, cocodrilos, una serpiente, y un caimán que tienen domesticado al que se le suben en la chepa algunos galápagos. Por la tarde otra excursión de dos horas por otros canales, más estrechos y que nos gustan más.
Al día siguiente mañana libre y lluviosa (los turistas que tenían prevista la excursión matinal no pudieron hacerla) hasta las 9:30, hora en que embarcamos para llegar a las 11 al embarcadero donde se realiza el intercambio de turistas de barcas a autobuses y viceversa. Tras hora y media de autobús, nos dan de comer y nos entregan el coche.
Al atardecer llegamos a nuestro hotel en Punta Uva, a 7 km de Puerto Viejo de Talamanca.
Antes del desayuno nos bañamos en la magnífica playa de Punta Uva. En realidad hay 2 playas consecutivas con el mismo nombre y no se puede ir andando por la arena de una a otra. Las dos valen la pena.
Después de desayunar, nos trasladamos a Manzanillo (8 km desde Punta Uva, 15 km desde Puerto Viejo) e iniciamos una marcha por el parque nacional en dirección a Punta Mona. Aunque no llegamos hasta el final porque el camino estaba embarrado y hacía mucho calor, el paseo es totalmente recomendable ya que el camino va bordeando una sucesión de playas vírgenes, muy bonitas (aunque con fuertes olas), de las que te imaginas cuando te hablan del Caribe. La entrada al parque es gratis.
A mediodía llegamos al Parque Nacional de Cahuita. Al parque se puede acceder en coche por Puerto Vargas (entrada 10$ por persona) o por el pueblo de Cahuita (a la entrada das "la voluntad"). Entramos por el pueblo porque, además, cierran 1 hora más tarde y andábamos escasos de tiempo. Lo suyo es dedicar un día a Cahuita y otro a Manzanillo, pero los días de estancia nos venían marcados por la agencia.
A poco de salir del hotel nos encontramos con dos osos perezosos (madre y cría) de 3 dedos en un árbol que daba a la carretera. Estuvimos un rato viendo como comían y se desplazaban lentamente.
Este día nos toca desplazarnos hasta la zona del volcán Arenal. La ruta es larga y sin gran interés, excepto el puente de las iguanas que es un puente al que se llega desviándose 2 km desde Muelle, 30 km. antes de llegar a Arenal. En los árboles aledaños al puente hay multitud de iguanas.
Al atardecer llegamos al hotel Paradise Arenal, el mejor hotel que hemos tenido en Costa Rica. Por la noche pensábamos ir cerca del Observatory Lodge para ver la lava del volcán Arenal de noche, pero estaba muy nublado y nos aseguraron que no se iba a ver nada.
Temprano nos acercamos a la cascada La Fortuna, a pocos kilómetros de este pueblo. Es una visita típica de los turistas de Arenal. A pesar de que había mucha gente vale la pena ir. La entrada a la cascada, al igual que la entrada a cada uno del resto de los parques nacionales es de 10 $ por persona.
Después nos dirigimos al Río Celeste. Para llegar hay que ir por la carretera de Guatuso y se tarda 1 h por carretera + œ hora para hacer 9 km de pista bastante mala. En el camino recogimos a 2 chicas de Huelva y Barcelona que en auto-stop se dirigían al mismo lugar. Andando dentro del parque se tarda 35-40 minutos en llegar a la cascada del río Celeste, para mi gusto quizá sea la estampa más bonita del viaje. Después retrocedimos 15 minutos hasta una bifurcación, y andando desde la misma otros 40 minutos se llega a los Teñideros, que como su nombre indica son unas rocas por las que al pasar el río el agua pasa de forma instantánea de ser transparente a ser celeste. En Internet he leído que es por "una reacción química entre el carbonato de calcio y el azufre que emite el Volcán Tenorio". Esta excursión es totalmente recomendable y merece la pena dedicarle un día completo para hacerla con tranquilidad.
Por la noche visita infructuosa a los aledaños del Observatory Lodge: nubes y lluvia nos impidieron ver la lava del volcán.
Continua el mal tiempo, por lo que no damos los paseos que teníamos pensados dar el parque nacional Arenal. Nos dirigimos hacia Monteverde por la carretera que bordea el lago Arenal y posteriormente por 30 km de pista interminable.
Me apunto a una excursión nocturna en el bosque (22 $ en la finca Santamaría). Vemos una guatusa, una familia de mapaches, perezosos de dos dedos durmiendo, ranas cantarinas muy pequeñas, y multitud de insectos, los más curiosos los insectos palo.
Todo el día lloviendo (lo mismo que le ocurrió a otras personas con las que contactamos durante el viaje). Debe ser habitual durante la temporada húmeda, de mayo a noviembre.
Por la mañana visitamos durante 3 horas el bosque húmedo de Monteverde (17$ la entrada en vez de 10$ por tratarse de un bosque privado). Tras secarnos y comer en el hotel contratamos para la tarde un paseo por los puentes colgantes de Selvatura (20$ por persona, traslados incluidos). Vale la pena ver el bosque por encima de la copa de los árboles, aunque la fuerte lluvia nos impidió disfrutar más de los 3 km del paseo. No hicimos Canopy (tirolina) por problemas de vértigo de mi cónyuge, pero la gente que acababa de hacerlo lo recomendaba (45$ por persona, 40$ en otros dos sitios de Monteverde).
Volviendo de la cena nos encontramos con un perezoso en un cable de la luz encima de la carretera.
Volvemos a cruzar los 30 km de pista, y después por carretera llegamos a Liberia, donde comemos en una soda (restaurante barato) regentado por una cooperativa de mujeres. Después de comer tomamos los 22 km de pista para llegar al parque nacional Rincón de la Vieja.
Hacemos el Sendero Las Pailas: imprescindible. Es un recorrido que en 2 horas nos permite ver los elementos representativos del parque: catarata, fumarolas, volcancito, pailas (lagunas de barro) y laguna fumarólica. Habíamos decidido no visitar la cascada La Cangreja por los comentarios que habíamos leído en Internet.
Al día siguiente visitamos (y también nos bañamos) cuatro magníficas playas del Pacífico que están a menos de 40 km de Liberia por buenas carreteras (dentro de lo que son las carreteras de este país). Son las playas del Coco, Cohotal, Hermosa y Panamá. Las cuatro son recomendables. La segunda es la menos bonita, pero si lleváis gafas de bucear se pueden ver bonitos peces de colores cerca de la zona rocosa.
Largo trayecto hacia Manuel Antonio. Paramos en el puente sobre el río Tércoles, llamado también puente de los cocodrilos por los numerosos ejemplares que se pueden observar desde el puente. Pocos kilómetros después tomamos una pista a la izquierda para ver "la cascada más alta de Costa Rica, de 200 m de caída". A los pocos kilómetros vemos la cascada desde lejos y pensamos que no va a ser tan bonita porque los 200 metros de caída no son en vertical. Decidimos darnos la vuelta y ahorrarnos unos cuantos kilómetros de pista y los 20 $ de las entradas.
Seguimos hacia Manuel Antonio visitando 3 playas bonitas (pero menos que las del día anterior) que son más aptas para hacer windsurfing que para bañarse. De hecho, en una de ellas, llamada también playa Hermosa, se celebraba un campeonato de este deporte y había muchísima gente practicándolo.
Al día siguiente, temprano, iniciamos la visita al parque de Manuel Antonio. Hacemos todos los senderos permitidos y todos valen la pena (siempre que no importe hacer marchas con calor y humedad), salvo el que se dirige a Playa escondida, porque estaba cortado a la mitad. Vimos muchos monos de cara blanca, tucanes, una guatusa, etc. y sobre todo un perezoso de dos dedos desplazándose por un árbol de manera mucho más activa de lo que indica su nombre. También estuvimos un buen rato bañándonos en la estupenda playa de Manuel Antonio.
Después de desayunar salimos en dirección a San José. Al pasar por un pueblo llamado San Mateo vemos una carreta típica pintada, y paramos para hablar con el dueño. Nos dice que el pueblo está en fiestas y que más tarde habrá un desfile de carretas tiradas por bueyes, pintadas y engalanadas de acuerdo a las tradiciones del pueblo. Decidimos esperarnos, comiendo en la soda parroquial y vivir algo de las cosas típicas de este país, ya que hasta ahora habíamos disfrutado de la naturaleza, pero no habíamos visto ninguna manifestación popular, ni ciudad o pueblo de interés. La espera valió la pena.
Seguimos hacia San José y por la tarde visitamos el centro de la ciudad, que no vale mucho, aunque sí vale la pena ver una ciudad medio en condiciones después de ver tantos pueblos tan mal urbanizados.
Madrugamos para ver el volcán Poas, que se supone que es más fácil de ver muy temprano. Tardamos hora y cuarto en llegar. Nos dicen a la entrada que está muy nuboso y no se ve nada, que no vale la pena que paguemos los 10$ de la entrada. Decidimos esperar casi 1 hora por si cambiaba la situación. Solamente pasaban las furgonetas de turistas que ya les habían cobrado por la excursión desde San José. Los demás coches se daban la vuelta.
Nos fuimos a ver dos pueblos: Grecia, que tiene una iglesia bonita y una plaza urbanizada, y Sarchí que tiene artesanos que trabajan la madera, aunque se vende en grandes tiendas preparadas para recibir autobuses de turistas.
Por la tarde vuelo de vuelta a Madrid.