Polonia es un país situado en la zona oriental de la Europa Central. Tiene una extensión territorial de 312 679 km² y limita al norte con el mar Báltico y la región rusa de Kaliningrado, al noreste con Lituania, al este con Bielorrusia, al sureste con Ucrania, al sur con la República Checa y Eslovaquia, y al oeste con Alemania.
Es miembro de la Unión Europea desde el año 2004, aunque conserva su propia moneda, el Zloty (pronunciado esloti).
Teniendo en cuenta la historia reciente del país, se hace evidente que Polonia ha alcanzado en estos últimos años un grado de desarrollo y modernidad muy elevados, equiparándolo a cualquier otro país de la Europa Occidental.
Durante nuestra estancia allí nos sorprendió la gran cantidad de obras, públicas y privadas, que hay en marcha por todo el país. Vaya, que el sector de la construcción polaco está en un excelente momento!!.
Polonia es el 17º país más visitado del mundo por número de turistas según un informe de la OMT de 2012. Y no debe sorprender porque su patrimonio histórico es impresionante, y todo ello a pesar de la enorme destrucción que sufrió durante la II Guerra Mundial. Pero también cuenta con otros muchos puntos de interés como la costa báltica, los lagos de Masuria, los parques nacionales de Białowieża o Bieszczady, o los montes Tatras, entre otros muchos.
Nuestra opinión, ya de regreso de este viaje, es que se trata de un excelente destino, muy recomendable, con centros históricos muy bellos, museos apasionantes para cualquiera que esté mínimamente interesado en la historia del s. XX en Polonia y Europa, bonitos paisajes y una rica gastronomía, por poner algunos ejemplos.
Aunque uno no puede evitar sentir tristeza por lo que mucho que sufrió ese país durante la II Guerra Mundial, sobre todo con la ocupación nazi (más de 6 millones de polacos muertos en ese periodo), y posteriormente con el régimen comunista.
Del 23 de agosto al 11 de septiembre de 2015.
Día 1: Barcelona → → Gdansk
Día 2: Gdansk
Día 3: Gdansk - Sopot - Gdansk
Día 4: Gdansk - Malbork - Toruń
Día 5: Toruń - Chelmno
Día 6: Chelmno - Olsztyn - Mragowo
Día 7: Mragowo - Święta Lipka - Wolf's Lair - Kętrzyn - Ryn - Mikołajki
Día 8: Mikołajki - Tykocin - Białowieża
Día 9: Białowieża - Reserva de bisontes - Varsovia
Día 10: Varsovia
Día 11: Varsovia - Wilanów - Lublin
Día 12: Lublin - Zamość - Lublin
Día 13: Lublin - Sandomierz
Día 14: Sandomierz - Lesko
Día 15: Lesko - Sanok - Ruta de las iglesias de madera (Hlomcza - Lodzina - Dobra Szlachencka - Tyrawa Solna - Czertez) - Cracovia
Día 16: Cracovia
Día 17: Cracovia
Día 18: Cracovia - Wieliczka (minas de sal) - Cracovia
Día 19: Cracovia - Oświęcim (Auschwitz/Birkenau) - Cracovia
Día 20: Cracovia → → Barcelona
Iniciamos este viaje tomando un vuelo directo de Barcelona a Gdansk y dedicamos dos días completos a visitar esta ciudad e ir hasta Sopot, situada a sólo 12 km de Gdansk, en tren.
A partir del tercer día de viaje dispusimos de un coche de alquiler durante 13 días completos y con el que recorrimos un total de 2.182 km. En estos días visitamos múltiples lugares, mayormente situados en la parte oriental de Polonia, reencontrándonos en varias ocasiones con el río Vístula, una especie de leit motiv de este viaje.
Devolvimos el coche de alquiler en la ciudad meridional de Cracovia y el resto de días hasta el final del viaje los dedicamos a recorrer Cracovia y a realizar un par de excursiones desde esta ciudad.
La primera de ellas, que hicimos en tren, fue hasta la población de Wieliczka, situada a sólo 14 km del centro de Cracovia y famosa por sus minas de sal. Y la segunda fue hasta la ciudad de Oświęcim, tristemente famosa por albergar el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau durante los años de ocupación nazi de Polonia. Oświęcim está situada a unos 65 km al suroeste de Cracovia y viajamos a ella en un autobús público.
La moneda oficial en Polonia es el złoty (PLN es el acrónimo oficial, pero en esta guía usaremos la abreviatura zl). No tuvimos ningún problema para cambiar euros en oficinas de cambio, presentes en ciudades y poblaciones turísticas. Como siempre, a la hora de cambiar conviene comparar el precio ofrecido en varias oficinas de cambio o bancos porque puede haber diferencias significativas. Por otra parte, el uso de las tarjetas de crédito también está muy extendido.
En las fechas de este viaje el cambio medio obtenido fue de 1 € = 4,19 zl (ver cambio oficial actual en Eur -> PLN).
+ 627 € (3 pax vuelo Barcelona - Gdansk con la compañía Wizz Air)
+ 302 € (3 pax vuelo Cracovia - Barcelona con la compañía Vueling)
+ 445 € (coste coche alquiler, 13 días, incluyendo seguro a todo riesgo y otros extras)
+ 116 € (103,9 litros gasolina coche alquiler, 2.182 km recorridos)
+ 26 € (peajes autopista y aparcamiento coche)
+ 43 € (otros transportes: tren, autobús, tranvía, taxi)
+ 1.230 € (alojamiento, 19 noches)
+ 100 € (entradas a monumentos, museos, ...)
+ 615 € (otros: restaurantes, supermercados, recuerdos, ...)
= 3.504 € (total viaje para 3 personas)
El coste de la vida en Polonia, al menos para el viajero, es relativamente barato en comparación con otros países de Europa, sobre todo en los apartados de alimentación, bebida, entradas a monumentos y museos o transporte. Comer en un restaurante, en especial si estamos fuera de zonas muy turísticas, es bastante más barato que en nuestro país. Y el precio de una cerveza de medio litro puede costar un euro o poco más.
• Avión. Para la ida compramos un vuelo directo de la compañía Wizz Air de Barcelona a Gdansk con un coste total de 627 € para los tres. Para la vuelta escogimos el vuelo directo de la compañía Vueling de Cracovia a Barcelona, con un coste total de 302 € por las tres plazas.
En ambos casos el precio indicado incluye la tarifa completa para dos adultos y una niña de 4 años (que a todos los efectos paga lo mismo que un adulto), así como los extras por el equipaje. En el caso de Wizz Air facturar una mochila grande y subir a cabina dos mochilas pequeñas, pero que sobrepasaban las medidas máximas que la compañía permite facturar gratis, nos supusieron 30 €, mientras que en el vuelo de Vueling pagamos 15 € por la mochila grande facturada en bodega.
Nosotros optamos por estas compañías porque eran las únicas con vuelos directos entre Barcelona y Gdansk o Cracovia, además de que el precio era razonable siendo, como era, época de vacaciones, pero lógicamente hay otras opciones que suponen, al menos, una escala en algún otro aeropuerto europeo.
Para vuelos domésticos entre las mayores ciudades polacas la compañía aérea LOT Polish Airlines es la principal (o única) alternativa, aunque los precios no son, en general, muy económicos.
• Alquiler de Coche. Teniendo en mente nuestro itinerario previsto por Polonia, así como el hecho de viajar con una niña pequeña y nuestras preferencias en la forma de viajar por países del primer mundo, optamos por alquilar un coche para tener total libertad y poder modificar la ruta sobre la marcha, como así sucedió.
Nosotros reservamos un coche a través del portal de reservas Booking.com con recogida en el centro de la ciudad de Gdansk y entrega en el centro de la ciudad de Cracovia, porque de este modo nos resultó mucho más cómodo dados nuestros planes de viaje.
El precio total de un coche económico para 13 días, incluyendo seguro a todo riesgo, conductor adicional, silla de niño y entrega en un lugar distinto del de recogida, fue de 445 €. El coche que nos dieron era un Toyota Aygo de 4 puertas, bastante pequeño, pero suficiente para nosotros y nuestro equipaje. La compañía contratada era Hertz, pero reservando este mismo tipo de vehículo directamente en su web el precio final resultante era substancialmente superior al ofertado por el portal de reservas (¡!).
Por lo que respecta al combustible, en Polonia el precio medio de la gasolina de 95 octanos durante las fechas de este viaje fue, al cambio, de unos 1,11 €/litro. Por esas mismas fechas el precio de la gasolina de 95 en Barcelona, por ejemplo, era de unos 1,25 €/litro.
En general, las carreteras que recorrimos, desde autopistas a carreteras locales, estaban en bastante buen estado y bien señalizadas. De hecho, se nota que en estos últimos años Polonia ha hecho un gran esfuerzo en la mejora de sus infrastructuras viarias. Por ejemplo, circulamos por varias autovías en distintos puntos del país y todas ellas se habían construido en los últimos cinco años. Por otra parte hay que tener cuidado con los radares, sobre todo al pasar núcleos habitados, donde la velocidad suele estar limitada a 50 km/h.
Para nuestros trayectos en coche por Polonia nos fue muy útil la aplicación MapFactor Navigator, sobre tableta Android, que hace las veces de navegador GPS y no necesita conexión online, a diferencia de Google Maps, porque los mapas se descargan localmente en el dispositivo.
• Tren / Autobús. Si nuestro presupuesto de viaje es muy ajustado y nos vamos a mover principalmente entre ciudades grandes y/o medianas, Polonia cuenta con una extensa red de transporte público en forma de autobuses y ferrocarriles.
Nosotros sólo utilizamos el transporte público al principio y final del viaje, cuando no disponíamos de coche de alquiler. Así utilizamos el ferrocarril para los trayectos Gdansk-Sopot-Gdansk y Cracovia-Wieliczka-Cracovia. Los trenes que tomamos eran modernos, puntuales y baratos. En cuanto al autobús sólo lo utilizamos para el trayecto Cracovia-Oświęcim-Cracovia. En las ciudades de Gdansk, Varsovia y Cracovia también utilizamos el tranvía.
Todos los alojamientos de este viaje los reservamos a través del portal de reservas Booking.com. Los correspondientes a Gdansk y Cracovia, principio y final del viaje respectivamente, los reservamos desde casa, pero el resto los fuimos reservando una vez allí, a veces sólo con un día de antelación. Esto nos dio mucha flexibilidad y nos permitió ir definiendo la ruta sobre la marcha, teniendo en cuenta que durante esos días disponíamos de un coche de alquiler.
Por comodidad, y teniendo en cuenta que viajamos con una niña pequeña, buscábamos un tipo de alojamiento que nos permitiera no tener que desayunar y cenar fuera, por lo que mayormente acabamos reservando apartamentos o bungalous, aunque también reservamos algunos hoteles con habitaciones donde pudiéramos dormir los tres.
En el caso de grandes ciudades como Gdansk, Varsovia o Cracovia, donde no disponíamos de coche o no lo íbamos a utilizar, un criterio importante a la hora de buscar alojamiento era que estuviera junto al centro histórico para no perder tiempo en desplazamientos diarios andando o en transporte público. Para el resto, disponiendo de coche, buscábamos principalmente que estuvieran en una zona tranquila y que tuvieran aparcamiento.
Comentar que en Polonia los cojines de la cama son muy grandes y pueden resultar algo molestos si no se está acostumbrado. También notar que en verano amanece muy temprano y las ventanas no suelen tener ningún tipo de persiana o cortina opaca, por lo que la luz puede resultar molesta si se está acostumbrado a dormir a oscuras.
En el diario de viaje, a continuación, especificamos cada alojamiento utilizado en nuestro viaje, con el precio pagado (para 3 personas) y un breve comentario sobre él.
Nos sorprendió la dificultad en encontrar parques infantiles públicos en la mayoría de ciudades y pueblos visitados durante nuestro viaje a Polonia. A menudo recurrimos a la Oficina de Turismo correspondiente para que nos indicaran sobre un mapa donde encontrarlos en caso de haberlos.
Por contra, nos sorprendió gratamente encontrar que en muchos restaurantes hay una zona de juego para niños o bien les dan en la mesa papel y lápices para pintar, lo cual va muy bien para tenerlos entretenidos mientras no comen. También nos sorprendió la gran presencia de juegos de la marca Lego en sitios de lo más variopintos (oficinas de turismo, restaurantes, tiendas, ...) y disponibles para que los niños jueguen libremente.
En Polonia los niños no pagan nada o bien una tarifa reducida en la gran mayoría de museos, monumentos y atracciones turísticas, aunque la edad máxima depende de cada lugar concreto.
El idioma oficial en Polonia es el polaco, una lengua eslava que se escribe con el alfabeto latino y utiliza un gran número de dígrafos y signos diacríticos extras. Aprender unas cuantas palabras básicas siempre nos irá bien, aunque no se trata de una lengua especialmente fácil para nosotros. Algunas palabras, con hasta cuatro consonantes seguidas, nos parecen imposibles de pronunciar.
Afortunadamente el inglés está bastante extendido entre los polacos, por lo que no tuvimos ningún problema en este apartado. Sólo comentar que en algunos museos o atracciones turísticas nos encontramos que los rótulos informativos estaban escritos sólo en polaco, pero en general también están en inglés u otros idiomas.
En la primera mitad de nuestro viaje a Polonia las temperaturas fueron anormalmente altas, con máximas de hasta 35ºC. Después vino una caída brusca de las temperaturas y las máximas pasaron a ser de sólo 18ºC. A lo largo del viaje tuvimos algún episodio esporádico de lluvias.
La hora local en Polonia es la misma que en la España peninsular. Por otra parte, en las fechas de nuestro viaje, a las seis de la mañana ya era claro, mientras que el día oscurecía entre las 19:45 (al final del viaje, en Cracovia) y las 20:15 h (al principio del viaje, en Gdansk).
En este viaje tuvimos la oportunidad de ver o visitar la mayor parte de lugares de Polonia clasificados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En el verano de 2015 eran los siguientes:
Poland, Lonely Planet (7ª edición, Abril 2012, en formato digital Pdf y publicada en inglés). Bastante correcta, aunque en materia de precios ya estaba algo desfasada.
Para complementar la información proporcionada por la guía mencionada en el apartado anterior recurrimos también a mapas y folletos que obtuvimos fácilmente en las oficinas de turismo locales.
A última hora de la tarde vuelo directo con la compañía Wizz Air desde el aeropuerto de Barcelona/El Prat al pequeño aeropuerto Lech Walesa de Gdansk, situado a 10 km de esta ciudad polaca situada en la costa báltica. Este vuelo tuvo una duración total aproximada de 2 horas y 25 minutos, recorriendo una distancia de 1.890 km.
Dado que nuestro vuelo llegaba a horas imtempestivas a Gdansk habíamos acordado previamente con el propietario del apartamento que nos fuera a buscar al aeropuerto (40 Zl).
Alojamiento en Gdansk: Feel At Home (65 €/noche). Apartamento muy bien situado, tranquilo y muy agradable. Propietario muy servicial. Muy recomendable.
Dedicamos el día a la visita de la magnífica e interesantísima ciudad de Gdansk, la cual nos sorprendió muy positivamente.
Entre las muchas cosas a ver y visitar en la Ciudad Vieja de Gdansk queremos destacar la visita a la basílica de Santa María y la ascensión a lo alto de la torre.
Es la iglesia de ladrillo más grande del mundo (dentro caben hasta 25.000 personas) y su torre tiene una altura de unos 80 metros.
Pagando 6 Zl se pueden subir los 408 escalones hasta lo alto de la torre, desde donde hay una espléndida vista sobre los tejados de las preciosas casas de la ciudad vieja.
Además de recorrer las bellasy tranquilas calles de la Ciudad Antigua y las orillas del río Motlawa, también visitamos el imprescindible Centro Europeo de la Solidaridad.
Se trata de un museo con una estupenda exposición multimedia que narra la lucha del pueblo polaco contra el régimen comunista que gobernaba el país y donde tuvieron un papel clave los trabajadores de los astilleros de Gdansk, los cuales crearon el sindicato Solidarność en 1980 y acabaron por hacer caer el régimen comunista en 1989.
Al atardecer vale la pena cruzar a la otra orilla del río Motlawa por el puente Stągiewna y ver la fachada de la ciudad vieja iluminada y reflejada sobre el río. También, como no, recomendamos recorrer nuevamente la plaza Długi Targ y calles adyacentes para ver los distintos edificios históricos iluminados.
Tomamos un tren en la bonita estación de ferrocarril de Gdansk para ir en tren hasta la cercana población de Sopot, a tan sólo 12 km del centro de Gdansk.
La reputación de Sopot como lugar de moda, especialmente en verano, se remonta a los años finales del s. XIX y principios del s. XX, cuando llegó a ser lugar de veraneo para las clases gobernantes europeas.
La creación de diversas casas de baño, balnearios y hoteles de lujo hizo que Sopot se convirtiera en un selecto destino de salud para la aristocracia y las clases adineradas.
Hoy día es una población de ambiente relajado y muy agradable de visitar.
Entre lo más destacado a ver en Sopot está su muelle (Molo), que con una longitud total de 511 metros es el más largo del Báltico y el muelle de madera más largo de Europa. En cualquier caso proporciona muy buenas vistas de Sopot, de sus playas de arena y de toda la bahía.
Además de recorrer la calle peatonal Bohaterów Monte Cassino, los jardines que hay junto al faro de Sopot o la plaza Skwer Kuracyjny, también recomendamos un tranquilo paseo por la calle Aleja Franciszka Mamuszki, que transcurre junto a la bonita playa del golfo de Gdansk. Al principio de este paseo pasaremos junto al precioso e histórico Grand Hotel, establecimiento en funcionamiento desde el año 1927 y que ha contado con innumerables huéspedes ilustres.
A media tarde volvemos también en tren a Gdansk y aprovechamos para visitar otros bonitos rincones de Gdansk.
Hoy recogemos el coche de alquiler en la oficina de Hertz en un hotel en el centro de Gdansk y ponemos rumbo hacia la población de Malbork, situada al sureste de Gdansk, para visitar su castillo.
El impresionante Castillo de la Orden Teutónica de Malbork, situado a la entrada de la población, es el mayor del mundo en superficie y fue completado en el año 1406, siendo entonces el mayor castillo del mundo construido en ladrillo.
Se visita con una audioguía y recorrerlo todo lleva un buen rato, pero vale realmente la pena. El precio de la entrada (en verano) es de 35 Zl/adulto (incluyendo la audioguía), a los que hay que sumar 25 Zl por el aparcamiento para el coche.
Finalizada la visita a este castillo continuamos ruta hacia el suroeste, para ir hasta Toruń, nuestro destino final de hoy.
Toruń es una ciudad situada en las márgenes del río Vístula y fue donde nació el astrónomo Nicolás Copérnico.
Toruń es famosa también por tener más de 300 monumentos inscritos en la historia del arte europeo.
De hecho la composición de la plaza mayor y las calles adyacentes sigue siendo la misma que hace 700 años.
La última semana de agosto se celebra en Toruń, con carácter anual, el Bella Skyway Festival, un festival de luz que usa los edificios históricos de la ciudad como un gigantesco lienzo, dando lugar a espectaculares obras de arte visuales.
Para comer en la ciudad de Toruń recomendamos de forma muy especial el restaurante Czarna Oberża (situado en la calle Rabiańska, nº 9). Muy buena comida local polaca a precios muy económicos y en un local muy acogedor.
Alojamiento en Toruń: Hotel Filmar (70 €/noche con desayuno bufet incluido). Hotel de 4 estrellas situado a unos 800 metros andando del casco histórico. Tranquilo y muy correcto en todo. Recomendable.
Kilómetros recorridos en coche: 211 km.
Dedicamos la mañana a visitar la ciudad medieval de Toruń, completando lo que ya habíamos visto en la tarde-noche del día anterior.
Después, con el coche, cruzamos el río Vístula por el puente im.Józefa Piłsudskiego y vamos hasta un mirador situado en la otra orilla (Panorama Torunia, Majdany) para disfrutar de una bonita imagen de la ciudad antigua.
A continuación nos vamos hasta la cercana ciudad de Chelmno, a unos 40 km al norte de Toruń.
Chelmno, situada también junto al río Vístula, tiene un centro histórico bien conservado.
En él destacan cinco iglesias de estilo gótico, el antiguo ayuntamiento (de estilo renacentista y situado en mitad de la plaza del mercado), y las murallas de la ciudad, conservadas casi en su totalidad con torres de vigía y la puerta Grudziądzka.
Paseando por la bonita zona ajardinada que hay en el lado oriental del centro histórico (salida por puerta Grudziądzka) encontramos una zona de juegos infantiles.
Y en el lado sur del centro histórico, entre unas pistas deportivas y la calle aleja 3 Maja, hay otra aún más grande. Nuestra hija disfrutó de lo lindo en ambos parques.
Y para comer en Chelmno recomendamos el restaurante Spichlerz (ul. Biskupia, 3 - Chelmno), con comida local y a buen precio.
Alojamiento en Chelmno: Apartamenty Chełmińskie (51 €/noche). Apartamento situado en el centro histórico de Chelmno, tranquilo y decorado con exquisitez. Dispone de aparcamiento propio gratis. Muy muy recomendable.
Kilómetros recorridos en coche: 54 km.
Acabada la visita del pequeño centro histórico de Chelmno y alrededores partimos hacia la región de los lagos de Masuria.
El Distrito de los lagos de Masuria es una región situada en la esquina noreste de Polonia que cuenta con más de 2.700 lagos de todos los tamaños. Estos lagos están conectados por ríos y canales, formando un gran sistema de comunicaión fluvial, por lo que no sorprende que esta zona se haya convertido en un destino de primer orden para amantes de la vela o el piragüísmo, así como para pescadores, senderistas, ciclistas y amantes de la naturaleza en general. Por lo demás sus verdes y suaves paisajes salpicados de lagos son una verdadera delicia.
Por el camino hicimos un alto en la ciudad de Olsztyn, donde aprovechamos para comer en un restaurante situado en la ciudad antigua donde toda la carta gira alrededor de los pierogi, sin duda uno de los platos más típicos de la cocina polaca. Una muy buiena experiencia.
Después aprovechamos para visitar el pequeño pero interesante casco antiguo medieval de Olsztyn, donde destaca la Wysoka Brama, una antigua puerta teutónica que formaba parte de la muralla que rodeaba la ciudad, y un par de iglesias.
También vemos por fuera un castillo de la Orden Teutónica.
Acabada la visita a Olsztyn continuamos viaje hacia el este otros 60 km hasta llegar a Mragowo, una pequeña población situada junto al lago Czos.
En Mragowo no hay mucho que hacer, aparte de pasear por el bonito camino que bordea el lago Czos, pero para nosotros fue el punto de partida para las visitas del día siguiente.
Alojamiento en Mragowo: Puk Puk (47 €/noche). Hotel muy correcto, tranquilo y con vistas al lago Czos. Dispone de una cocina de uso común bien equipada. Recomendable.
Kilómetros recorridos en coche: 230 km.
Empezamos el día dirigiéndonos hacia Święta Lipka, una diminuta población situada unos 21 km al norte de Mragowo.
El motivo de esta visita es su maravilloso santuario de Nuestra Señora de Święta Lipka, importante lugar de peregrinación para los polacos y quizás el ejemplo más importante de arquitectura barroca en Polonia. La iglesia actual data de finales del s. XVII, mientras que la fachada y el claustro adyacente fueron añadidos ya en el s. XVIII.
Pero si hay algo único en este santuario es su famoso órgano barroco (construido en 1721), una auténtica obra de arte en sí mismo. Cuenta con un conjunto de estatuas, que representan a un ángel que toca la mandolina y a un querubín con cornetas, que se mueven mientras el órgano suena. Vale la pena hacer coincidir la visita con algún concierto de órgano (durante los meses de verano en distintas horas del día). Tuvimos la suerte de poder asistir a uno de estos conciertos y lo cierto es que la experiencia vale mucho la pena.
Después nos desplazamos unos 22 km hacia el nordeste para ir al lugar llamado Wolf's Lair (Wolfsschanze en alemán, el nombre clave de este complejo que viendría a significar la guarida del lobo) porque aquí estuvieron los cuarteles generales de Adolf Hitler en el frente oriental durante la II Guerra Mundial.
Este complejo, ultrasecreto, fue construido en 1941 y estaba formado por unos 80 edificios camuflados, de los que 50 eran búnkeres. Además estaba rodeado de campos minados y alambres de púas e inmerso en un tupido bosque. Aquí pasó Hitler un total de 800 días en los 3 años y medio hasta que los nazis abandonaron este compejo, tras dinamitarlo, al acercarse el Ejército Rojo.
A pesar de la enorme seguridad que lo rodeaba aquí tuvo lugar el intento de asesinato de Hitler el 20 de julio de 1944.
Aunque el complejo fue dinamitado al abandonarlo, los edificios permanecieron en pie, aunque seriamente dañados. Actualmente este lugar es una popular atracción turística y lo cierto es que resulta una visita entre curiosa e interesante.
A continuación nos dirigimos hacia Kętrzyn, una pequeña ciudad a sólo 8 km, para comer algo. También aprovechamos que encontramos una zona de juego infantil junto a un bonito estanque para que nuestra hija pueda jugar un rato.
Y a media tarde recorremos los 21 km hasta Ryn, población situada entre los lagos Ryn y Ołów. Aquí vemos el antiguo castillo Ordensburg de la Orden Teutónica, del s. XIV, y que ahora alberga un hotel. Vale la pena acceder a su enorme sala medieval para banquetes. También paseamos por el embarcadero que hay junto al lago Ryn.
Por último, continuamos otros 17 km hacia el sur hasta llegar a Mikołajki, nuestro destino final de hoy. Mikołajki es una pequeña y agradable población situada entre los lagos Tally y Mikolajskie y cercana al lago Śniardwy, el mayor de todos los lagos de la región de Masuria. Mikołajki es muy popular como destino vacacional y para amantes de los deportes acuáticos, ya que aquí se celebran en verano numerosas regatas.
Alojamiento en Mikołajki: Pensjonat Mikołajki (73 €/noche con desayuno bufet incluido). Pensión de dos estrellas muy bien situada, con bonitas vistas sobre el lago Mikołajki. Es tranquila, tiene aparcamiento propio gratis y dispone de algunos juegos para niños en el exterior. Recomendable.
Kilómetros recorridos en coche: 115 km.
Tras dar una nueva vuelta por Mikołajki y disfrutar del ambiente matutino junto al puerto deportivo sobre el lago Mikolajskie, vamos a una gran zona de juegos infntiles que hace las delicias de nuestra hija.
A continuación ponemos rumbo hacia Białowieża, nuestro destino final de hoy, sobre la frontera con Bielorrusia. Por el camino continuamos cruzando hacia el este el Distrito de los Lagos de Masuria, disfrutando un día más de estos preciosos paisajes lacustres. Poco antes de llegar a Elk ponemos rumbo hacia el sureste, pero antes de llegar a la ciudad de Bialystok nos desviamos para ir hasta Tykocin.
Tykocin es una población pequeña en tamaño pero grande en historia. Su principal punto de interés, y motivo de nuestra visita, es su Vieja Sinagoga, construida en 1642 en estilo barroco. Es una de las mejor conservadas en Polonia de esa época. Vale la pena su visita para admirar, entre otras cosas, sus pinturas murales interiores.
Con la misma entrada se puede visitar el pequeño Museo Etnográfico que hay cerca de la Sinagoga.
Y no muy lejos de aquí encontramos la iglesia barroca de la Santa Trinidad. A la entrada del pueblo visitamos también el Castillo de Tykocin, construido en el s. XV y restaurado hace pocos años. En Tykocin y alrededores llama la atención la cantidad de nidos de cigüeña que hay por doquier.
Y desde Tykocin reemprendemos la marcha hacia Białowieża. Por el camino cruzamos Białystok, la mayor ciudad del nordeste polaco. Nos hubiera gustado detenernos unas horas aquí para ver alguno de sus edificios históricos, pero la falta de tiempo nos lo impedió.
En esta zona del país ya abundan las iglesias ortodoxas.
Finalmente llegamos al pueblecito de Białowieża, donde hoy pasaremos la noche. El hecho de estar situado en mitad del Bosque de Białowieża y la escasa población de la región, da a este pueblo una sensación de lugar remoto. De hecho, la frontera con Bielorrusia está a sólo 2 km de aquí, formando parte de la frontera oriental de la Unión Europea.
Antes de que anochezca aún nos da tiempo de dar una vuelta por el interesante parque Pałacowy, donde tuvimos la suerte de coincidir con un concierto de música clásica al aire libre a cargo de una orquesta bielorrusa y que tenía lugar justo delante de las oficinas del Parque Nacional del Bosque de Białowieża.
Alojamiento en Białowieża: Domek Zapiecek (47 €/noche). Casa de madera rústica, con una cocina bastante básica. Situada en un entorno muy tranquilo y agradable, a unos 800 metros del parque Pałacowy. Recomendable.
Kilómetros recorridos en coche: 266 km.
Hoy empezamos por ir a la European Bison Show Reserve, situada a 4 km de Białowieża en la carretera a Hajnówka.
Esta reserva de 27 hectáreas está formada por un conjunto de grandes recintos donde viven en condiciones de semi libertad diversos grandes mamíferos propios de esta zona de Europa, aunque lógicamente los bisontes europeos son el principal reclamo.
También es posible ver alces, ciervos, corzos y jabalíes, así como una manada de lobos y un lince.
Además, hay un grup de caballos de tipo tarpán y ejemplares de żubroń, un cruce entre el bisonte europeo y el ganado doméstico.
Dado que los animales de la reserva viven en espacios bastante grandes y con vegetación natural no está garantizado al 100% que los podamos ver, pero desde luego es mucho más probable verlos aquí que en el bosque, fuera de la reserva.
Nosotros conseguimos nuestro objetivo de ver bisontes europeos y nuestra hija disfrutó de lo lindo viendo los distintos animales de la reserva, aunque el calor que hacía ese día propició que los animales estuvieran muy poco activos.
El Bosque de Białowieża, Patrimonio de la Humanidad, es el mayor, y uno de los últimos, fragmentos dei inmenso bosque templado primigenio que una vez cubrió la planicie europea. Asimismo alberga la mayor población mundial de bisontes europeos. Hay cientos de kilómetros de pistas y caminos que permiten recorrer el interior del bosque a pie o en bicicleta, actividades que deben ser fantásticas en este entorno natural, pero que nosotros no hicimos porque no estaban dentro de los planes en este viaje. En el pueblo de Białowieża hay varios sitios donde se pueden alquilar bicicletas.
Puesto que la frontera entre Polonia y Bielorrusia transcurre a través del bosque hay un paso fronterizo en su interior, pero sólo para caminantes y ciclistas.
Tras la visita a la Reserva volvimos al pueblo de Białowieża para recorrer con más calma el parque Pałacowy, construido en 1890 en estilo inglés.
En su interior encontramos varios edificios de ladrillo rojo del s. XIX y una bonita mansión de caza que recuerdan que esta zona fue lugar de caza de zares y reyes.
En el parque también hay un interesante y moderno Museo de la Naturaleza y el Bosque. En la cafetería que hay junto al museo nos tomamos una cerveza Żubr (Żubr es la palabra polaca que designa al bisonte europeo) para despedirnos de la zona y sus ilustres habitantes.
Llegamos a Varsovia a última hora de la tarde tras recorrer un trayecto de 230 km. Tras acomodarnos en nuestro apartamento salimos a dar una vuelta por la avenida Nowy Świat, en pleno corazón del barrio de Śródmieście. Aquí encontramos un buen número de restaurantes, cafés y bares que explican el gran ambiente que hay.
Alojamiento en Varsovia: Apartament Wars Centrum (66 €/noche). Apartamento bien situado, a medio camino entre el centro histórico y el parque Lazienski, pero ruidoso porque da a una avenida con mucho tráfico. Siguiendo las indicaciones del propietario aparcamos el coche en el aparcamiento de la comunidad de vecinos durante nuestra estancia en Varsovia, aunque al marchar el vigilante del aparcamiento nos comentó que esto no estaba permitido (?). Por todo ello no lo recomendamos, aunque es una lástima porque el apartamento en sí está muy bien.
Kilómetros recorridos en coche: 240 km.
Hoy dedicamos íntegramente el día a visitar la ciudad de Varsovia, la capital polaca. Así que dejamos el coche aparcado frente a nuestro apartamento (parquing gratis) y nos moveremos a pie o en transporte público.
Desde nuestro apartamento vamos andando hacia el centro histórico por la bonita, agradable y famosa calle Krakowskie Przedmieście. En el kilómetro de distancia que andamos hasta llegar al Castillo Real vemos la estatua de Nicolás Copérnico, el Palacio Staszic., la iglesia de la Sagrada Cruz, el Palacio Czetwertyński (Uruskich), el Palacio Tyszkiewicz, el edificio principal de la Universidad de Varsovia, el Palacio Czapski, el edificio del Hotel Bristol, el Palacio Presidencial, o la iglesia de Santa Ana entre otros lugares destacables.
Así llegamos al Castillo Real, a la entrada de la Ciudad Antigua. No visitamos el interior de los edificios, pero sí accedimos a su patio interior para ver una excelente exposición fotográfica sobre la Guerra Fría.
Después visitamos la preciosa Ciudad Antigua (Stare Miasto). No hay que olvidar que la aviación alemana destruyó sistemáticamente la ciudad durante la II Guerra Mundial y con posterioridad fue meticulosamente reconstruida con todos los detalles, hecho por el que la Unesco la incluyó en su lista de Patrimonios de la Humanidad. Por ello, el hecho de que la Ciudad Antigua sea en realidad moderna no le resta mérito, sino más bien al contrario.
El centro es la plaza del Mercado (Rynek en polaco) de la Ciudad Antigua y alrededor de ella encontramos edificios con numerosos detalles de la época medieval, así como las murallas, el Barbican o la Catedral de San Juan.
Volvemos a la plaza Zamkowy, donde destaca la Columna de Sigismund, y tomamos el autobús nº 180 en dirección a Wilanów y bajamos de él en una parada frente al Palacio Belwederski para visitar el espectacular Parque Łazienki, el mayor de Varsovia.
Este parque fue creado en el s. XVII y alberga numerosos palacetes, pabellones y otras edificaciones, como un anfiteatro, además de monumentos, un lago y un jardín botánico, condistintos tipos. Muy muy recomendable, pero es enorme y lleva su tiempo recorrerlo.
Acabada la visita al parque Łazienki vamos al parque colindante que hay en su costado norte, el Parque Ujazdowski, con el fin de que nuestra hija pase un rato en su gran zona de juegos infantiles. Este jardín también es bonito, pero mucho más modesto que el anterior.
A continuación tomamos nuevamente el autobús nº 180 en la adyacente avenida Aleje Ujazdowskie en dirección norte y bajamos frente al Hotel Bristol. Desde aquí andamos hacia el oeste unos 100 metros para ir al Parque Ogród Saski. Este jardín, fundado a finales del s. XVII, es el más antiguo de la ciudad y uno de los primeros del mundo accesibles al público. A la entrada vemos la llamativa Tumba del Soldado Desconocido. En este parque también hay una zona de juegos infantiles.
Salimos de Varsovia con el coche en dirección a Wilanów, pero nos desviamos un poquito para pasar por el Palacio de la Cultura y la Ciencia, un edificio de 231 metros de altura que se ve desde todo Varsovia. No en vano es el edificio más alto de Polonia.
Este rascacielos fue construido en 1955 según el estilo de arquitectura estalinista, ya que fue un regalo de la Unión Soviética a Polonia. Ahora es uno de los iconos más reconocibles de Varsovia.
Poco antes de entrar en la población de Wilanow seguimos las indicaciones hacia el Palacio de Wilanów, situado a unos 10 km del centro de Varsovia.
Este espectacular palacio real fue construido a finales del x. XVII y ha tenido la fortuna de sobrevivir a todos los infortunios de Polonia durante el s. XX.
Nosotros nos limitamos a visitar los jardines y los exteriores del palacio (entrada: 5 Zl/adulto). Todo lo que vimos nos gustó mucho.
Acabada la visita a Wilanów emprendemos el trayecto de 183 km hasta el embalse Zemborzycki, situado unos 10 km al suroeste del centro de Lublin, junto al cual se encuentra el alojamiento contratado para los próximos dos días.
Alojamiento en Lublin: Osrodek Wypoczynkowy Forest (34 €/noche). Bungalou bastante básico, situado a orillas del embalse Zemborzycki, en una tranquila zona de bosques a 9 km del centro de Lublin. Dispone de cocina básica, pero suficiente. Propietarios muy serviciales. Recomendable, si no importa estar lejos de todo.
Kilómetros recorridos en coche: 210 km.
Hoy dedicamos la mayor parte del día en la visita a la ciudad de Zamość, situada a 90 km al sureste de Lublin.
La Ciudad Vieja de Zamość, también conocida como la Perla del Renacimiento por la belleza de sus edificios y su gran valor histórico, fue fundada a finales del s. XVI y es realmente un lugar magnífico, de visita obligada.
La plaza del Mercado de la Ciudad Vieja está dominada por la alta torre del ayuntamiento y bordeada de casas burguesas porticadas. Algunas de ellas, que pertenecían a comerciantes armenios, están ricamente decoradas. Todo el conjunto es impresionante, sin palabras para describirlo.
La Catedral de Zamość (s. XVI) puede parecer poco llamativa desde fuera, pero en su interior hay obras de arte excepcionales. También vale la pena ver las murallas que rodean la ciudad vieja y que llegan a tener un grosor de siete metros. Y por último recomendamos un paseo por el bonito parque Miejski.
Además del innegable atractivo e interés histórico de Zamość, otro punto positivo en su visita es el ambiente tranquilo y relajado que se respira. Suponemos que el hecho de que esté lejos de las principales rutas turísticas también contribuye a que haya poco turismo en comparación a otros lugares del país.
De regreso a Lublin dedicamos la última hora de la tarde y noche a recorrer el centro histórico de esta ciudad. Por casualidad coincidimos con el European Festival of Taste, un festival de carácter anual que se celebra en Lublin la primera semana de septiembre y que mezcla gastronomía, arte y música por las calles de la ciudad vieja. Este año el país invitado era Georgia. Así que aprovechamos para cenar comida local en un chiringuito de la calle que formaba parte de la feria.
Kilómetros recorridos en coche: 202 km.
Por la mañana volvemos a la Ciudad Vieja de Lublin para visitarla de día, ya que el día anterior ya era oscuro cuando recorrimos sus calles, aunque al final tuvimos que acelerar la visita porque empezó a llover.
El bonito centro histórico de Lublin tiene bastantes puntos de interés que bien merecen una visita.
Entre ellos destacamos el castillo de Lublin; la calle Krakowskie Przedmieście, una vía peatonal muy concurrida y elegante; la histórica plaza Po Farze, de origen medieval; algunos edificios en la plaza del Mercado, como la Kamienica Lubomelskich, en el nº 8 de la plaza; o las puertas medievales Brama Krakowska y Brama Grodzka, las dos entradas a la ciudad vieja que aún quedan.
Nosotros no lo visitamos, pero en las afueras de Lublin está el Museo Estatal de Majdanek, construido sobre el que fue el campo de exterminio de Majdanek, el cual estuvo en funcionamiento entre 1941 y 1944, año de su liberación, y donde murieron entre 70 y 100 mil judíos, polacos y prisioneros de guerra.
Al parecer Majdanek es uno de los campos nazis más bien conservados, ya que los alemanes no tuvieron tiempo de destruirlo en su retirada, como sí hicieron en muchos otros.
Como curiosidad comentar que Lublin es de las poquísimas ciudades polacas donde aún hay trolebuses en sus calles. Nuestra hija sintió mucha curiosidad por ellos, ya que eran los primeros que veía.
Acabada la visita a Lublin emprendemos el trayecto de 124 km en coche hacia la ciudad de Sandomierz. Por el camino paramos a comer en el restaurante Marzanna (ul. Krakowska, 111 - Niedrzwica Kościelna), un hotel-restaurante de carretera con decoración rústica y donde comemos estupendamente. Un gran acierto.
Cuando llegamos a Sandomierz y tras instalarnos en el hotel que ya teníamos reservado y disfrutar un rato de su spa, vamos a dar una vuelta por el centro histórico de la ciudad.
Alojamiento en Sandomierz: Mały Rzym (67 €/noche, con desyuno bufet incluido). Hotel de tres estrellas, situado en un entorno muy tranquilo, a 1,2 km del centro histórico. Acceso gratuito a una piscina y una bañera de hidromasaje. Recomendable.
Kilómetros recorridos en coche: 136 km.
Por la mañana volvemos al centro histórico de Sandomierz para poder recorrerlo con más tranquilidad y con luz diurna.
Sandomierz es una ciudad medieval con numerosos edificios de de finales de la Edad Media y del Renacimiento.
De los cerca de 120 edificios monumentales de Sandomierz la mayoría se concentran en la Ciudad Vieja, la cual conserva su trazado intacto desde la seguna mitad del s. XIV.
Entre los principales monumentos de Sandomierz destacamos:
Tras un paseo por la ciudad vieja vamos a un parque que hay junto al río Vístula, unos 200 metros al sur del castillo real.
Aquí hay una zona de juegos infantiles donde nuestra hija juega un buen rato.
A primera hora de la tarde emprendemos el camino hacia Lesko, una pequeña población situada en el extremo sureste de Polonia, a 180 km de Sandomierz.
Por el camino nos paramos en el restaurante Debianka (ul. ks. H. Łagockiego, 64 - Nowa Dęba), situado junto a la carretera nº 9 en el término municipal de Nowa Dęba.
Se trata de un lugar agradable, con terraza exterior y con una zona de juegos para niños. Muy recomendable.
Cuando llegamos a Lesko hemos de preguntar por la dirección a seguir para llegar a nuestro alojamiento de hoy porque este se encuentra en un lugar aislado y difícil de encontrar, en una zona llamada Huzele, en la otra orilla del río San.
Alojamiento en Lesko: Apart-House Bieszczady (58 €/noche). Chalet muy bien equipado, situado en un entorno idílico y supertranquilo, a 100 metros del río San y a 3 km del centro de Lesko. Dispone de jardín, barbacoa y juegos para niños. Recomendable, si no importa estar algo aislado.
Kilómetros recorridos en coche: 202 km.
Lesko está situada en los montes Bieszczady, los cuales forman parte de los Cárpatos Orientales. Aquí hay algunos lugares de interés, y que nosotros vimos sólo de pasada, como la iglesia de la Virgen María, el castillo de la familia Kmita o la Sinagoga de Lesko.
Tras un breve paseo por Lesko nos vamos a Sanok, situada a sólo 15 km de Lesko. En la plaza del Mercado de Sanok encontramos la oficina de información turística, donde recabamos información sobre la ruta por las iglesias de madera que hay en Sanok y alrededores.
En Sanok se puede visitar su bonita plaza del Mercado, el castillo de Sanok (posee una de las mayores colecciones de iconos de la Europa Central y Oriental) o el famoso Skansen de Sanok, un museo al aire libre de aquitectura rural y que es uno de los mayores de Polonia, ya que posee unos 200 edificios que han sido trasladados aquí desde distintos lugares de la región y que muestran la vida aquí durante el s. XIX y principios del XX.
A continuación, con un mapa que nos dieron en la oficina de turismo de Sanok, iniciamos una ruta por el condado de Sanok y alrededores para ver algunas de las iglesias de madera de la Pequeña Polonia meridional, las cuales forman parte implícitamente de la inscripción de la Unesco en la lista de Patrimonios de la Humanidad.
Estas iglesias de madera son ejemplos destacados de los diferentes aspectos de las tradiciones en la construcción de iglesias en la cultura católica de la época medieval, aunque luego su arquitectura se ha visto muy influenciada por la presencia greco-católica y ortodoxa en la región.
Salimos de Sanok por una carretera local que transcurre paralela al río San hacia el noroeste. En un recorrido circular visitamos las iglesias de madera de Hlomcza, Lodzina, Dobra Szlachencka y Tyrawa Solna.
Estas iglesias, además, se encuentran en un entorno rural muy bonito. Volvemos a Sanok por Tyrawa Wołoska y Załuż, cruzamos Sanok y salimos hacia el oeste. Al poco nos desviamos para visitar la iglesia de madera de Czertez.
Desde Czertez emprendemos el trayecto de 210 km hacia Cracovia. Por el camino teníamos la intención de pasar por Haczów para visitar su iglesia de madera, la mayor iglesia gótica de madera de Europa, y que es una de las seis iglesias que forman parte explícitamente del Patrimonio de la Humanidad de las iglesias de madera de la Pequeña Polonia meridional.
Pero el navegador GPS nos confundió y al final fuimos a parar a otra población con el mismo nombre, por lo que desistimos de volver atrás y optamos por continuar viaje hacia Cracovia.
Finalmente llegamos a Cracovia a última hora de la tarde. Nos acomodamos en nuestro apartamento, situado en el lado suroeste de la Ciudad Vieja, y salimos a dar un breve paseo a pie por la zona.
Al día siguiente, a primera hora de la mañana, devolvemos el coche de alquiler en la oficina de Hertz en el centro de Cracovia, a sólo 500 metros de nuestro apartamento. Puesto que la zona azul de aparcamiento en el centro de Cracovia es de pago entre las 10 de la mañana y las 6 de la tarde de los días laborables, nosotros pudimos dejar el coche aparcado gratis toda la noche casi frente a nuestro apartamento.
Alojamiento en Cracovia: VVI Apartments, Zwierzyniecka (85 €/noche). Apartamento muy bien situado, a sólo 400 metros del centro histórico y a 600 metros del castillo Wawel, pero tranquilo porque da a un patio interior. Bien equipado. Recomendable.
Kilómetros recorridos en coche: 314 km.
Estos dos días los dedicamos enteramente a visitar la ciudad de Cracovia, sobre todo su centro histórico, aunque en los siguientes días hasta el final del viaje visitaremos puntualmente cosas no vistas en estos días o repetiremos otras.
El centro histórico de Cracovia, declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 1978 por la Unesco, se divide en tres zonas diferenciadas: la ciudad vieja de Cracovia, la colina de Wawel y el núcleo medieval de Kazimierz.
• La Ciudad Vieja de Cracovia (Stare Miasto) es la zona histórica de la ciudad y fue el centro de la vida política polaca entre 1038 y 1596, año en que el rey Sigismund III Vasa trasladó la corte a Varsovia.
En el centro de la Ciudad Vieja se encuentra la preciosa Plaza del Mercado o Rynek Główny, la mayor plaza medieval que podemos encontrar en Europa. En ella, o alrededor de ella, encontramos numerosos puntos de interés histórico, entre los que destacamos el Mercado de Telas o Sukiennice (edificio renacentista del s. XIV que hoy día alberga tiendas de recuerdos y restaurantes), la Torre del Antiguo Ayuntamiento, los edificios nobles (kamienice) que se alinean alrededor de la plaza, la Basílica de Santa María, la iglesia de St. Wojciech, la iglesia de Santa Bárbara, y otros muchos edificios y monumentos de interés.
La Cracovia medieval estuvo rodeada por 3 km de murallas defensivas con 46 torres y 7 puertas, pero en el s. XIX la mayor parte de las fortificaciones fueron demolidas. El foso que rodeaba las murallas se rellenó y se convirtió en un cinturón verde conocido hoy como el parque Planty. La Ciudad Vieja queda dividida en dos por el Camino Real, la ruta de la coronacíón que siguieron los reyes polacos durante siglos. Este camino empezaba en la iglesia de St. Florian, pasaba a través del Barbican, entraba en la Ciudad Vieja por la puerta Florian, seguía por la calle Floriańska hasta la Plaza del Mercado, y después continuaba por la calle Grodzka hasta la colina de Wawel, la antigua sede de la realeza polaca.
Además de recorrer las calles de la Ciudad Vieja y visitar sus principales edificios y monumentos, recomendamos especialmente visitar la exposición multimedia Rynek Underground (entrada: 19 Zl/adulto y gratis para niños hasta 7 años), situada en el subsuelo de la Plaza del Mercado. Esta exposición fue abierta en 2010, a partir de los trabajos arqueológicos en el subsuelo de la plaza realizados en los años previos, e introduce a los visitantes en la topografía y la atmósfera de la Cracovia medieval, y ayuda a entender su papel en el mapa político y comercial de la Europa medieval. La exposición incluye varios juegos educativos para niños.
• La Colina de Wawel tiene una altura de 228 metros y está situada en el extremo sur de la Ciudad Vieja y en la orilla izquierda del río Vístula. En ella se encuentran el Castillo Real y la Catedral de Wawel, ya que durante siglos fue la sede de los reyes polacos. Por ello, los reyes de Polonia y algunos polacos célebres están enterrados en la Catedral, que ha acogido a lo largo de la historia numerosas coronaciones.
Nosotros llegamos a la colina por la calle Straszewskiego y entramos por la puerta de acceso situada en la muralla del lado norte. Ya en el interior de la ciudadela recorremos todos sus rincones, porque lo cierto es que el lugar es muy bonito y fotogénico. Salimos de la ciudadela por su lado occidental, con bellas vistas sobre el río Vístula, y descendemos de la colina por la calle Do Zamku. Después continuamos por la calle Bernardyńska en dirección al río. A partir de aquí paseamos por la agradable zona ajardinada que bordea el río hacia el norte, hasta llegar al puente Dębnicki.
• Kasimierz. Este barrio histórico se encuentra al sur de la Ciudad Vieja, entre el río Vístula y la calle Dietla (en el pasado era un brazo del río y separaba a Kasimierz de Cracovia), y fue el centro de la comunidad judía en Cracovia durante 500 años, antes de que fuera destruido de forma sistemática durante la ocupación nazi.
Después, en la época comunista, Kasimierz llegó a ser un barrio muy degradado, hasta que en los años 90 del pasado siglo fue redescubierto (en parte gracias a la película La lista de Schindler de Steven Spielberg) y ahora es un barrio vibrante, de vida bohemia, lleno de lugares históricos, cafés y galerías de arte.
Nosotros fuimos a Kasimierz a pie desde el centro, bajando por la agradable calle Stradomska.
A partir de aquí fuimos recorriendo sus calles buscando algunos de sus lugares históricos: la Vieja Sinagoga (la visitamos por dentro, pero la verdad es que nos gutó más la que habíamos visto en Tykocin), la Sinagoga Remuh y su histórico cementerio, la Sinagoga Alta, la Sinagoga Izaak, la Sinagoga Kupah, o la plaza Nowy, entre otros. De la parte cristiana del barrio destacamos la plaza Wolnica y su Ayuntamiento, las iglesias góticas de Santa Catalina y de Corpus Christi, o la iglesia barroca de piedra de San Estanislao (Skałka).
Zabłocie. Es un barrio post-industrial de Cracovia, situado al sur de Kasimierz, en la otra orilla del río Vístula, que desde hace unos pocos años está experimentando un boom tal que se ha puesto de moda, sobre todo entre la gente más trendy. Nuevos edificios residenciales, museos, cafés y clubs proliferan en viejos lofts, fábricas o callejones olvidados.
Para llegar a Zabłocie desde Kasimierz optamos por cruzar el río Vístula por el puente Powstańców Śląskich y bajamos por la calle Na Zjeździe hasta llegar a la plaza Bohaterów Getta. Después de comer en un restaurante local que hay en el nº 10 de esta plaza, el Jadłodajnia Wczoraj i Dziś, continuamos hacia el este por la calle Kącik, pasando por un artístico paso subterráneo que cruza la vía del tren y conecta con la calle Lipowa.
Y así llegamos frente al nº 4 de la calle Lipowa, donde se encuentra el edificio que ocupaba la fábrica de Oskar Schindler (Fabryka Emalia Oskara Schindlera), ahora compartido por el MOCAK, el museo de arte contemporáneo de Cracovia, y por una sucursal del Museo Histórico de la Ciudad de Cracovia.
En este último museo vemos la excelente exposición multimedia "Kraków under Nazi Occupation 1939–1945" que nos cuenta de una forma muy ilustrativa como fueron los casi 6 años que duró la ocupación nazi de Cracovia y Polonia. El precio de la entrada es de 21 Zl/adulto y empleamos algo más de dos horas en recorrer sus interesantísimos espacios.
Desde Lipowa 4 volvemos andando a la calle Na Zjeździe, a veces por un paisaje urbano que nos recuerda alguna escena apocalíptica de película. Ahí tomamos un tranvía que nos devuelve al centro de la ciudad. En la plaza del Mercado, para endulzar un poco la tarde, vamos a la bonita cafetería-chocolatería Pijalnia Czekolady E.Wedel (Rynek Główny, 46) para probar sus buenísimas especialidades de chocolate.
Por otra parte, en Cracovia y alrededores es muy fácil encontrar tenderetes en la calle que venden una especie de pretzels o bagels circulares que aquí se llaman obwarzanek (también se encuentran en algunas panaderías) y que es la comida callejera más popular de la ciudad.
Son sabrosos y por sólo 1,5 Zl son una forma rápida y barata de llenar el estómago mientras recorremos la ciudad. Hay distintas variedades de obwarzanek, pero las más comunes son simple, con sésamo (nuestro preferido), con semillas de amapola o con queso.
Comenzamos el día volviendo a la Ciudad Vieja de Cracovia para continuar con la visita ya iniciada en días anteriores. Hoy subimos a lo alto de la Torre del Antiguo Ayuntamiento, desde donde hay unas bonitas vistas, aunque limitadas, de la plaza del Mercado y alrededores. Su altura es de 70 metros y el precio de la entrada es de 8 Zl/adulto. A continuación entramos en la Basílica de Santa María para admirar su espectacular retablo gótico (entrada: 10 Zl/adulto).
Al mediodía nos vamos a pie hasta la estación central de tren de Cracovia (Kraków Glówny). Allí compramos los billetes para el siguiente tren (7,68 Zl los tres) hacia Wieliczka, donde visitaremos su archifamosas minas de sal. El trayecto entre Cracovia y Wieliczka (la línea acaba aquí) es de sólo 25 minutos y se realiza en un moderno y cómodo tren. Podéis conseguir los horarios de esta línea en cualquier oficina de turismo.
Minas de Sal de Wieliczka. Estas minas fueron construidas en el s. XIII y han continuado funcionando ininterrumpidamente hasta el año 2007. Entre las muchas atracciones que podemos encontrar en ellas podemos citar docenas de estatuas y cuatro capillas que han sido excavadas por los mineros sobre la roca salina en distintas épocas.
La visita a las minas se debe hacer obligatoriamente dentro de un tour guiado. Nosotros lo escogimos en inglés porque los hay cada 30 minutos y nos daba más flexibilidad.
La ruta turística comienza bajando por una escalera de madera de 378 escalones que baja hasta los 64 metros de profundidad. A partir de aquí se recorren 3 km por túneles y unas 20 salas (incluyendo algunas capillas) o un lago subterráneo.
A lo largo de este recorrido hay salas realmente espectaculares, donde todo, absolutamente todo, está hecho de sal: cuadros, estatuas, candelabros, paredes que simulan la madera, etc.
Al cabo de 1 hora y 40 minutos de un tour trepidante, donde apenas tenemos tiempo para respirar, el guía lo da por finalizado en una sala a 135 metros de profundidad donde hay un bar y una tienda.
Una vez aquí se nos indica que podemos visitar algunas salas cercanas por nuestra cuenta antes de finalizar la visita. Nosotros vamos hasta una sala donde hay algunos juegos infantiles. Después un peculiar montacargas nos devuelve a la superficie en unos 30 segundos. En total hay que contar unas 3 horas para la visita a las minas de sal.
El precio de la visita a las minas es de 79 Zl/adulto (64 Zl para niños entre 4 y 16 años), un precio realmente caro para los precios habituales en Polonia (además hay que sumar 10 Zl más si se quiere hacer fotos o vídeo en su interior). De todos modos, en nuestra opinión, la visita vale mucho la pena y no defrauda. Nosotros compramos las entradas el día anterior en la oficina que hay en el nº 12a de la calle Wislna (centro de Cracovia) con el objetivo de ahorrarnos las colas que, según la guía Lonely Planet, pueda haber en las taquillas de las propias minas. Pero luego vimos que en estas fechas no era necesario, aunque quizás sea cierto en el mes de agosto. También se pueden comprar online.
Acabada la visita a la mina damos una vuelta por los bonitos jardines que la rodean. En ellos encontramos una zona de juegos infantiles donde nuestra hija juega un buen rato. Después, y antes de volver a la estación para tomar el tren a Cracovia, damos también una vuelta por una bella zona de edificios y jardines.
De regreso a Cracovia volvemos andando hasta nuestro apartamento en un agradable paseo bordeando el costado oriental de la Ciudad Vieja.
Damos un agradable paseo por el lado oriental de la ciudad vieja (Stare Miasto en polaco) hasta llegar a la estación central de autobuses de Cracovia, donde compramos los billetes (12 Zl cada uno) para el siguiente autobús hacia Oświęcim (hay varios servicios al día y podéis obtener los horarios en cualquier oficina de turismo).
El trayecto entre la estación de autobuses de Cracovia y la entrada al Museo de Auschwitz, en la ciudad de Oświęcim, es de unos 65 km y nos supuso 1 hora y 20 minutos de viaje, aunque puede ser más o menos dependiendo del tráfico.
El Museo de Auschwitz-Birkenau es un museo y memorial que, con una superficie total de 191 Ha, engloba los antiguos campos de concentración nazis de Auschwitz I y Auschwitz II-Birkenau. Está consagrado a la memoria de los asesinatos que se produjeron en ambos campos durante la II Guerra Mundial, probablemente no menos de 1.100.000.
Para visitar el museo hay que reservar previamente en la página web del museo, indicando el día, hora y tipo de visita (individual, organizada, etc) que se desea. Nosotros escogimos la opción de visita individual, sin guía, que es gratuita y nos permitió recorrer el museo por libre.
Suplimos las explicaciones del guía con la lectura de los paneles y la visión de las fotografías y objetos que se encuentran en el museo, además de lo que ya sabíamos sobre el contexto histórico y el funcionamiento de este campo de exterminio. La verdad es que acertamos escogiendo esta opción porque así pudimos hacer la visita a nuestro propio ritmo, porque nos ahorramos el oír detalles escabrosos y porque, en nuestra opinión, en sitios así sobran las palabras. Pero cada uno puede escoger el tipo de visita que se ajuste mejor a sus pretensiones.
Para entrar en el museo de Auschwitz I hay que pasar un estricto control de seguridad. En el interior, tras cruzar la puerta con la famosa e infame frase "Arbeit macht frei" ("el trabajo os hace libres"), encontramos los barracones, muchos de ellos originales.
Algunos de estos barracones albergan exposiciones temáticas sobre la vida en el campo o sobre los prisioneros. Por el campo hay numerosos paneles informativos que ayudan a entender lo que se está viendo.
Salimos de Auschwitz I y vamos al aparcamiento que hay delante del museo para buscar el autobús lanzadera gratuito que realiza el recorrido de 3 km hasta Auschwitz II-Birkenau, otro de los campos que formaba parte del complejo Auschwitz. Este autobús va realizando viajes entre Auschwitz I y Birkenau (y viceversa) cada 20 minutos.
Birkenau es mucho mayor en superficie que Auschwitz I, pero con menos contenido a visitar puesto que mayormente se ha dejado tal cual lo abandonaron los nazis, ya que estos, a principios de 1945 y ante la proximidad del ejército rojo, intentaron borrar todas las pruebas de los asesinatos masivos volando y quemando edificios (incluyendo las cámaras de gas y los crematorios) o destruyendo archivos.
En total hay que contar un mínimo de 3 horas para poder visitar los dos complejos, Auschwitz I y Birkenau.
En fin, se trata de una visita imprescindible a pesar de lo dura que resulta. Es imposible entender como unos seres, llamados humanos, pudieron diseñar y llevar a cabo un esta industrialización del sufrimiento y muerte de otros congéneres.
Si tras la visita al museo aún sobra tiempo, y ganas, se puede visitar el agradable y pequeño centro histórico de la población de Oświęcim, situado a 1,2 km de la entrada del museo. Se puede ir a pie o en autobús (parada en la calle Więźniów Oświęcimia).
Nosotros tomamos el autobús de vuelta a Cracovia (billete: 12 Zl) en la parada que hay en la calle Więźniów Oświęcimia, junto a la entrada del museo. El autobús nos deja en la estación central de Cracovia 1 hora y 20 minutos después, desde donde volvemos andando al apartamento por la Ciudad Vieja.
Hoy es nuestro último día de viaje y dedicamos la mañana a las últimas compras y a disfrutar tranquilamente de la Ciudad Vieja de Cracovia y su emblemática plaza del Mercado, un placer para la vista.
Después recogemos el equipaje para ir hacia el aeropuerto Juan Pablo II de Cracovia/Balice, situado a 11 km al oeste del centro de Cracovia. Para ir desde el centro de Cracovia al aeropuerto hay un tren, el Balice Express (billete: 8 Zl), que sale de la estación central de Cracovia (Kraków Główny) y tarda unos 20 minutos en llegar al eropuerto, pero en las fechas de nuestro viaje este servicio estaba suspendido por obras y la fecha de prevista de reanudación del servicio era el 27 de septiembre de 2015.
Así la única alternativa que teníamos en transporte público era el autobús (líneas 208 y 292 durante el día y la 902 por la noche). Dado que una de las paradas del bus 292 en su ruta al aeropuerto estaba no muy lejos de nuestro apartamento fuimos andando hasta ella y así nos ahorramos el desplazamiento hasta la estación de autobuses, punto de donde parten estos autobuses. El precio del billete es de 4 Zl y la duración del trayecto es de unos 40 minutos, dependiendo del tráfico (nosotros llegamos en 35 minutos).
En este aeropuerto tomamos el vuelo de Vueling a Barcelona, el cual tuvo una duración efectiva de 2 horas y 20 minutos y cubre una distancia aproximada de unos 1.680 km.