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Bandera de Nepal

NEPAL

Relato de un viaje de 13 días al Nepal

Sandro Alarcón y Rosa Moreno
Published on Data viatge: 2011 | Publicat el 04/06/2012
Darrera actualització: 04/2022
2.7 de 5 (212 vots)

Introducción

Nepal es un pequeño país encajado entre el Tíbet chino y la India, que pasaría prácticamente desapercibido sino fuera por que posee ocho de los diez picos más altos de la Tierra, y por ser el lugar nacimiento de Gautama Buddha, el fundador del budismo. Dentro de su apenas 885 km de largo por 250 km de ancho incluye una amplia diversidad de territorios que suelen dividirse en tres zonas: la llanura selvática y húmeda del Terai, las mesetas centrales del Valle de Katmandú, y las altas y gélidas cumbres de la cordillera del Himalaya. Y es esta amplia variedad de altitudes, que va desde los 60 m. hasta los 8.848 m. del monte Everest, las que han creado una gran variedad de climas, vegetación, fauna y etnias difíciles de encontrar en otras partes del mundo.

Además su estratégica ubicación en la ruta comercial entre India y Tíbet le reportaron una gran riqueza cultural. Cuatro sitios están declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: los Parques Nacionales de Sagarmatha y Chitwan; Lumbini, lugar de nacimiento de Buddha; y siete puntos del Valle de Kathmandu que se encuentran dentro de un radio de 20 km, Durban Square en Katmandú, Patan y Bhaktapur, los templos hindús de Pashupatinath y Changu Narayan, y las stupas budistas de Swayambhunath y Boudhanath. En total, reunidos en el valle de Katmandú, hay dos mil setecientos templos y otros monumentos. Es además un lugar ideal para practicar deportes de aventura: trekking, escalada, montañismo, parapente, ala delta, rafting.

Nepal es un país lleno de encantos con una amplia oferta cultural y de ocio, donde conviven dos religiones milenarias de gran atractivo místico y espiritual para los occidentales: el budismo, minoritario en Nepal a pesar de la gran afluencia de refugiados tibetanos, y el hinduismo, que profesa el 90% de la población. Además los nepalíes son extremadamente respetuosos y amables, sonríen con frecuencia y siempre tienen un namaste con el que saludarte.


Ficha técnica del viaje

Fechas del viaje

Del 5 al 17 de diciembre de 2011.

Itinerario

mapa

Día 1: Barcelona - ... - Katmandú
Día 2: Katmandú
Día 3: Katmandú - Patan - Katmandú
Día 4: Katmandú - Bhaktapur - Katmandú
Días 5-6: Katmandú - Pokhara
Días 7-8: Pokhara - Trekking Dhampus - Pokhara
Días 9-11: Pokhara - Chitwan NP - Katmandú
Día 12: Katmandú - Pashupatinath - Boudhanath - Katmandú
Día 13: Katmandú - Swayambhunath - Katmandú - ... - Bcn

Dinero y precios

La moneda oficial en Nepal es la rupia nepalí (npr).

En Nepal los precios son ridículamente baratos para un occidental: 40 € por una habitación deluxe, 5 € por comer a la carta en un restaurante local, 4 € por 6 horas de autobús o 15 € al día por un guía para dos personas.

Y aunque los vuelos desde España rondan los 800 €, con al menos dos cambios de avión, desde Delhi hay vuelos directos a Katmandú por 100 € ida y vuelta que lo convierten en el final ideal para culminar una estancia por el norte de la India.

Transporte

A los puntos más alejados de Nepal sólo puede llegarse en avión y en el valle de Katmandú hay un servicio regular de autobuses, aunque dado el estado de las carreteras y la montañosa geografía hay que contar con una velocidad media de 40 km/h.

Dentro de las ciudades hay taxis y rickshaws, cuyas tarifas son negociables, siendo aconsejable dejar el precio del transporte (y del tiempo de espera en caso de ser necesario) cerrado de antemano. El tráfico en las ciudades es, casi tan caótico como en la India: rickshaws, bicicletas, coches y miles de motos se disputan el polvoriento y muy bacheado asfalto, los trayectos son un botar constante y un viaje en rickshaw no es apto para los que padecen de las lumbares.

El claxon no deja de sonar ni un momento, la preferencia es del más fuerte y al peatón que lo ampare uno de los múltiples dioses del panteón hindú o budista, porque de él no se preocupa nadie.


Diario de un viaje de 13 días al Nepal

Día 1: KATMANDÚ

Día 1: En el pequeño aeropuerto de Katmandú nos espera un chofer del hotel (incluido en el precio de la habitación).

El hotel esta situado a las afueras del barrio mochilero de Thamel, céntrico pero tranquilo. International Guesthouse, 35$. Seguridad las 24h, agencia de viajes, y desayuno incluido en un bonito patio interior: cornflakes o porridge, huevos, tostadas, mermelada, mantequilla, croissant y muffin. Habitación deluxe superior, amplia y cómoda, dos camas, armario, mesa con dos sillas, balcón, tv, calefacción, baño completo, agua caliente y toallas. A un paseo de decenas de bares, restaurantes y tiendas de ropa y souvenirs.

Comemos en Mustang Takali Chulo. Chicken momo with soup, buffalo kothey, combinado de especialidades de la casa: rice, dal, chatni, salad curd, chicken, mutton, pumpkin and gidiful (letpa), Ghorka beer, te con leche y café, 1050 npr. Muy bueno.

Paseamos sin rumbo fijo por Katmandú. Las calles son estrechas, polvorientas y bacheadas, llenas de coches, motos y bicicletas tocando cada uno su bocina, y entre medio los peatones, que sobreviven con algunos esfuerzos a tanto caos y desorden.

Las tiendas muestran sus productos invadiendo calles, plazas, accesos a templos, cualquier espacio disponible, sin que eso inquiete ni a peatones ni a vehículos que siguen adelante con su ritmo de bocinazos y adelantamientos. Abundan las tiendas de ropa y montañismo, ropa tibetana, camisetas e imitaciones chinas.

Stupa de Kathesimbhu
Stupa de Kathesimbhu

Camino de vuelta en rickshaw (200 npr), aunque algo estrecho para dos personas, pero es una forma divertida y diferente de vivir el tráfico.

Katmandú es un laberinto de callejuelas sin nombre ni orden aparente, un sin fin de antiguos templos y palacios budistas e hinduistas con grandes estatuas de dioses protegiéndolos, casas newaris de ladrillo rojo, espectaculares balcones y ventanas de madera tallada, talleres artesanos, patios y estanques centenarios, mandalas, molinillos de oración, mercados, velas, ungüentos de tigre, motos, taxis, refugiados tibetanos, montañeros, guías de senderismo, vacas sagradas que pasean a sus anchas e incluso monos.

En Katmandú el caótico y polucionado tráfico se mezcla con los mercados, las antiguas tradiciones y con una rica herencia artística y cultural que a menudo se usa como objeto de uso cotidiano, siendo frecuente ver chaityas y pequeñas estatuas de dioses usarse como tendederos públicos, o plataformas de templos como aparadores de un mercado de frutas y verduras. Pero es todo este desorden y confusión lo que confieren a esta legendaria y mística ciudad de un aura especial. Por otro lado, Katmandú, es el punto ideal desde donde organizar viajes al resto del país, y excursiones de un día al resto del valle, donde en un radio de 20 km hay siete enclaves protegidos por la UNESCO.

En total pasamos seis noches en Katmandú, pues además de ser nuestro punto de entrada y salida del país, fue también el lugar desde donde organizamos las visitas a los numerosos puntos de interés del valle: Patan, Bhaktapur y dos días en Katmandú antes de visitar Pokhara y Chitwan NP; y a la vuelta: un día para Pashupatinath y Boudhanath, y el siguiente Swayambhunath. Tras tres mañanas de intensa niebla en el aeropuerto subimos al mountain flight sobre el Himalaya, y nos faltó un día para el rafting.


Día 2: KATMANDÚ

Hoy seguimos las rutas a pie de Lonely Planet por el laberinto de calles que rodea Durbar Square, llenas de templos, santuarios, patios, chaityas y estatuas escondidas entre tiendas, mercados y transeúntes. En ellas se puede contemplar el día a día de los habitantes de Katmandú lejos de los turistas, y su fascinante relación con los abundantes tesoros arquitectónicos de la ciudad.

Bajando desde Thamel se llega a Tahiti Tole, una pequeña plaza presidida por una blanca stupa del siglo XV que esta rodeada de vendedores ambulantes de frutas y verduras. A un lado queda el templo de Nateshwar dedicado a Shiva. A pocos metros de allí, en una pequeña plaza, custodiada por dos leones de bronce y rodeada de chaityas y pequeñas estatuas se encuentra la Stupa de Kathesimbhu (1650), que dicen es una copia menor de Swayambhunath y un conocido lugar de peregrinaje del barrio viejo. Pasamos frente a un pequeño león de piedra y una estatua de Ganesha. Balcones, ventanas y puertas de madera son impresionantes, autenticas obras de arte que nunca han sido restauradas.

El patio Nag Bahal alberga los templos de Sikkha Narayan dedicado a Vishnu, y el de Saraswati dedicado a Shiva, pero lo más impresionante es un pequeño Buda erguido del siglo VI escondido entre la consulta de un dentista y una tienda de refrescos. Giramos a la izquierda, pasamos frente al Templo de Ugratara, una pagoda de tres tejados donde dicen que una oración hace maravillas en la vista; y Haku Bakal, un patio con una pequeña stupa, una chaitya, y una espectacular ventana de madera tallada. Llegamos al chowk de Asan Tole. Es el punto de encuentro de seis importantes calles de la ciudad y hasta 1934 lugar de salida de las caravanas a Tibet. Hay un animado mercado de telas, artículos de bronce, latón, especias y sobre todo frutas y verduras, que se mezclan con los vendedores de cadenas de flores naranjas para los fieles y devotos que visitan el Templo de Annapurna, una pagoda de tres pisos dedicada al dios de la abundancia.

Patio de Yatkha Bahal
Patio de Yatkha Bahal

Visitamos el templo de Seto Machhendranath, venerado por hindús y budistas, y siguiendo Makhan Tole, una transitada calle comercial, llegamos a Indra Chowk, un patio donde los tenderetes de telas y mantas se instalan en las plataformas de los templos de Mahadev y Shiva. Sorprende como cualquier elemento urbano, independientemente de su historia, antigüedad o religiosidad se convierte en objeto de uso cotidiano. Luego viene Itum Bahal, un enorme y tranquilo patio donde junto a algunas chaityas y un templo con una bonita ventana de madera tallada, hay una pequeña stupa blanca. Por último antes de llegar a Durbar Square entramos en Yatkha Bahal, otro patio con una gran stupa central.

Durbar Square, la plaza del palacio, fue hasta hace un siglo la residencia de los reyes, y por tanto centro del casco antiguo. En ella se encuentran las autenticas joyas arquitectónicas de la ciudad, la mayoría de las cuales databan de los siglos XVII y XVIII, pero el terremoto de 1934 causo graves daños y hubo que reconstruir muchos de ellos. El acceso de un día cuesta 300 npr, aunque en el site office que hay en Basantapur Durbar, junto a Kumari Ghar (la casa de la diosa viviente) puede prorrogarse hasta una semana.

Lo primero que llama la atención es Maju Deval (XVII), un templo de tres tejados en forma de pagoda construido sobre nueve escalones. Pilares, ventanas y puertas son de madera tallada y su interior alberga un lingam de Shiva. Frente a él hay un templo blanco en forma de mazorca dedicado a Kamdev. Subimos los escalones hasta la base del templo. Desde allí hay unas fantásticas vistas de buena parte de la plaza y es fácil observar a los rickshaws, porteadores, o vendedores de fruta y verdura del mercado.

Frente a nosotros queda Gaddhi Baithak, un edificio neoclásico blanco construido como parte del palacio por Chandra Shamsher en 1908 durante el reinado de Prithvi Bir Bikram Shah, que rompe la placida y mística atmosfera de la plaza. A la izquierda está el Templo de Shiva Parvati, construido durante el reinado del rey Rana Bahadur Shah sobre una plataforma de ladrillos de tres niveles. Fijaros en las figuras de madera de Shiva y Parvatti que se asoman desde la ventana central del primer piso. A la derecha el Templo de Mohan Trailokya Narayan (1690), dedicado a Vishnu, tiene cinco escalones, tres tejados y bellas vigas con diferentes imágenes talladas. Frente a él hay una gran estatua de Garuda, el hombre pájaro compañero del dios Vishnu. También puede verse desde aquí el Templo de Bhagwati, de tres plantas y tres tejados que forma parte del patio de Palacio.

Imagen de Kal Bhairab
Imagen de Kal Bhairab

Siguiendo la parte exterior de la plaza pasamos junto a una gran imagen de piedra que representa a Shiva en su manifestación destructiva, la Imagen de Kal Bhairab, donde multitud de fieles depositan guirnaldas de flores como ofrenda; y el Templo Kotilingeshwar Mahadev, un templo de piedra dedicado a Shiva rematado con un cúpula en forma de campana. El animado y concurrido Templo de Mahendreshwar, una pagoda de dos tejados coronada por un paraguas de oro dedicado a Shiva, es último templo de la plaza.

Volvemos por el lado interior de la plaza. El Templo de Jagannath construido sobre una plataforma de tres niveles y dos tejados es el más antiguo de la plaza, y se caracteriza por las esculturas eróticas en las vigas que sujetan los tejados. A su izquierda queda una estatua arrodillada de Hanuman, dios hindú que siempre se representa en forma de mono, y a su lado la entrada principal al Palacio de Hanaman Ddhoka, con un par de leones guardianes de piedra. Dejando atrás el palacio pasamos entre el Templo de Degutalle, una divinidad de la familia de los reyes mallas, y la altísima Columna del Rey Pratap Malla, sentado en un trono en forma de loto junto a sus dos mujeres y cinco hijos. Después frente a nosotros aparece la Gran Campana, apoyada sobre dos columnas de piedra y cubierta por un techo de tejas, solo suena cuando se hacen ofrendas al templo de Degutalle.

De entre las múltiples ofertas de terraza con vistas a Durbar Square escogemos el Himalaya Rest, frente al palacio de Basartapur. Eggs curry rice, chicken sizzler, refrescos, tés y banana pancake with honey, todo por 1.005 npr. No hay guiris, solo jóvenes nepalís.

La segunda ruta empieza en el templo de Kasthamandap (s. XII), un santuario abierto de tres plantas, que se cree fue construido con la madera de un solo árbol. En medio hay una imagen de Gorakhnath y otra de Ganesh en cada una de sus cuatro esquinas. Dirección sur está e, que dicen protege a comerciantes y artesanos, flanqueado por dos leones de piedra y otro dorado, frente a él, sobre una columna. Girando a la izquierda pasamos junto al depósito de agua de Kohiti, donde algunas mujeres lavan la ropa, y llegamos al espectacular Templo de Jaisi Deval, de triple tejado y elevado sobre siete pedestales. Como esta dedicado a Shiva un toro Nandi está situado frente al primer tramo de escaleras.

Cerca de allí está el templo de Ram Chandra, dedicado al héroe de los textos sagrados del Ramayana. Volvemos a Durbar Square por Chikanmugal St., una calle paralela a la que hemos usado para llegar hasta aquí. Cruzamos varios patios (toles), la plaza Lagan donde hay montado un mercado de frutas y verduras alrededor del Templo Machhendranatah, y dos maravillosos Garudas alados frente al templo de Adko Narayan.

Restaurantes probados en Katmandú ...:

Old Tashi Deleg Tibetan. A pesar de estar en la zona mochilera y rodeado de locales con música a todo trapo y tiendas con ropa de montaña, este local conserva un estilo autóctono poco adulterado y un interior lleno de proclamas en favor de la entidad tibetana y su independencia. Y lo más importante, la comida es excelente. Por ejemplo, Tingmo (steamed fermented bread with gravy of fig and assorted vegetables), enchilada espinach (spinach, mushrooms baeans farnished with cheese), tongba (milled beer), por 462 npr. Y re- petimos otro día: Syabhaley chicken, cheese stuffed soyabean hamburguer (toffu) in cream spinach mushroom sauce with chips & salad, masala papad y Everest beer, 705 npr.

• Dos veces fuimos al Yangling Tibetan, un minúsculo restaurante escondido en la primera planta de un pequeño callejón a las afueras de Thamel. Los chicken chilli momo son de otro planeta.Veg fried momo (5), chicken chilli momo (5), vegetable tukpa (home made noddles soup), pork thentuk (flat pasta with soup) y Nepal ice beer, 580 npr. Segunda cena: momos picantes de carne, salchichas de pollo picantes, hoy no hay cuartel, un par de sopas y una cerveza, todo 720 npr.

• Probablemente el único oasis de paz y tranquilidad dentro del bullicio urbano de Katmandú es Garden of Dreams (160 npr). Tras sus muros se esconde una cuidada combinación de jardines de flores, arbustos y árboles, estanques, fuentes, refinados muebles de jardín, balconadas, varios pabellones (que incluyen un restaurante de precios europeos) e incluso un anfiteatro. No es un lugar imprescindible pero si un agradable sitio donde echarse una siesta. Además dicen que sus momos son deliciosos.

Shree Lal House of Vegetarian: lababdar roll (cebolla, pimientos, zanahoria, queso cottage y nueces envuelto en pan indio), assorted veg pakora (verduras variadas fritas), paneer dosa (dosa picante rellena de sambar y queso cottage), salt lassi, (bebida tradicional de la India hecha a base de yogurt), lemon soda, 675 npr. No nos pareció tan bueno como dice la guía.


Día 3: KATMANDÚ - PATAN - KATMANDÚ

Taxi a Patan por 400 npr (seguramente vale 100-150 menos, pero no nos apetece apretar a un pobre taxista nepalí por un euro). Tardamos unos 20-30 minutos. Nos deja en Patan Dokha, la puerta de la ciudad, donde hay que comprar el ticket de acceso al casco antiguo (200 npr).

Se cree que Patan (Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO) fue construido en el siglo III ac por la dinastía de Kirat, ampliada por los Lichhavis en el siglo VI y otra vez por los Mallas en el período medieval, que fue cuando alcanzó pleno esplendor.

Patan es la tercera ciudad más grande de Nepal, y aunque esta separada de Katmandú por el río Bagmati sus centros urbanos se confunden. Sus habitantes la llaman Lalitpur, que significa ciudad de las artes, y de ello hay muestra en la infinidad de templos, grandes plazas, monasterios, casas antiguas, imágenes, esculturas talladas en piedra, puertas de bronce o tallas de madera que abundan en su Durbar Square y alrededores.

Damos un corto paseo por calles semi adoquinadas y polvorientas, pero con menos tráfico que en Katmandú, donde vamos encontrando templos, monasterios, patios (bahals) y pozos (tuns). En el estanque de Pim Bahal Pokkari hay una encalada stupa del siglo XIV, y el Monasterio Chandeshwari, un templo tipo pagoda de tres tejados construido en 1.663. Cruzamos dos patios llenos de chaityas, pequeños templos funerarios con forma de stupa, Nayachucwok Bahal con un llamativo Buda sentado de 4 m. de altura, y Naga Bahal con un pequeño Nandi dorado.

Templo Kumbeshwar
Templo Kumbeshwar

Al norte de Durbar Square se encuentra el Templo Dorado, construido en el siglo XII por el rey Bhaskar Verma (acceso: 50 npr). Tras cruzar una oscura y angosta puerta de piedra accedemos a un patio rodeado de molinos de oración, estatuillas en bronce de monos, elefantes y dioses, ofrendas, grabados en las paredes, no queda ni un hueco libre. El patio, dos escalones por debajo, simboliza amrit, el océano de la inmortalidad del que beben los dioses, y en medio "flotando" un templo de tres tejados dedicado a Buda. El templo debe su nombre a las laminas de metal dorado que lo recubren.

Cerca de aquí se encuentra el Templo Kumbeshwar, una espectacular pagoda de cinco plantas dedicada a Siva. Construido en 1.391 por Jayast Hiti Malla, es punto de peregrinación anual para los hindús durante el Janal Purnima cuando las castas brhamin y chhetri remplazan el cordón sagrado que cuelga sobre sus hombros. Sus dos estanques se cree que contienen agua del lago sagrado de Gosainkunda, al norte del valle de Katmandú. Antes de llegar a Durbar Square, en la plaza Swotha Tole, aun encontramos los templos de Rada Khrisna, tipo pagoda, Narayan, con un Garuda enfrente y Krishna,de influencia india.

En Rest Casa Pagoda pedimos Vegetables mix curry rice, mix noddles, dos fresh bitter lemon juice y dos tés, 1070 npr. El peor hasta ahora, no es que sea un lugar a evitar, pero la comida esta algo sosa y la carne dura. Las vistas sobre Durban Square son muy buenas.

Pero es Durbar Square, sin duda, el principal atractivo de la ciudad. La plaza está llena de antiguos palacios, templos, santuarios y esculturas, que al igual que en Kathmandu y Bhaktapur se ubican alrededor del antiguo Palacio Real. Un largo pasillo divide la plaza y facilita su visita. A un lado quedan el Templo de Vishwanath (1.627), una fantástica pagoda de dos tejados con frisos de madera y tallas de piedra dedicada a Shiva que guarda en su interior un enorme lingam. Hay estatuas de Nandi y Ganesh, y las escaleras de acceso están protegidas por dos elefantes. Khrishna Mandir (1.637) dedicado a Visnu, es un templo hindú en piedra de tres pisos soportados por multitud de columnas. Frente a él hay una Columna con Estatua de Garuda, la montura de Visnu. Junto a él, también dedicado a Visnu, está el Templo de Jagannarayan (1.565), el más antiguo de la plaza.

Khrishna Mandir
Khrishna Mandir

Luego vienen el Templo de Hari Shankar (1.704), una preciosa pagoda de tres pisos custodiada por dos elefantes arrodillados y el Templo de Narshinga, otro templo dedicado a Visnu. Frente a él esta la Estatua del Rey Yoganarendra Malla sentado sobre una alta columna y bordeado por sus reinas. La enorme Campana de Taleju (de 1736) suspendida sobre dos columnas y el curioso Templo de Krishna (1723), un templo hindú en piedra de planta octogonal. El otro lado esta ocupado casi en su totalidad por el Palacio Real, construido como residencia de los gobernantes Malla del reino de Patan.

Se divide en una sucesión de patios, el primero de ellos es Sundari Chowk (1647), frente al que hay unas esculturas de Hanuman, Ganesh y Visnu. Mul Chowk era el patio central, en medio del patio esta el Templo de Bidya, una pequeña estructura dorada que parece una fuente, y en las esquinas del fondo dos templos de triple tejado con forma de pagoda, los templos de Taleju Bhawani y Degutalle. Cruzando la puerta dorada, desde la que el rey ocasionalmente hacia apariciones publicas, se accede al tercer patio, Keshab Narayan Chowk, que alberga el pequeño Museo de Patan (acceso 250 npr).

Los últimos minutos de luz paseamos por los alrededores de Durbar Square, siguiendo un poco la ruta al Suroeste de Patan que marca Lonely Planet. Las calles están llenas de gente, cada dos pasos hay un templo, pagoda o estatua de algún dios que compaginan su carácter sagrado con tareas más mundanos como expositores de un mercadillo o tendederos de ropa improvisados.


Día 4: KATMANDÚ - BHAKTAPUR - KATMANDÚ

Primer intento fallido de mountain flight. De vuelta al hotel desayunamos huevos fritos con tostadas y ducha de agua caliente.

Contratamos un taxi a Bakhtapur por 15.000 i/v (tiempo de espera incluido). Aun sabiendo que cogiendo taxis diferentes para cada trayecto saldría más barato no regateamos, un solo trayecto en Barcelona nos costaría cuatro veces más. Tardamos 45 minutos.

Bhaktapur, la ciudad de los devotos, es la tercera de las ciudades medievales junto a Patan y Katmandú. Fue fundada en el siglo XII por el rey Ananda Deva Malla y hasta el siglo XVI dominó política y económicamente todo el Nepal. Los impuestos y peajes cobrados a los comerciantes que la atravesaban en su estratégica ubicación en la ruta comercial entre India y Tíbet le reportaron gran riqueza. Y esta prosperidad animó la vida cultural. Bhaktapur es un verdadero museo al aire libre, un laberinto de calles adoquinadas donde proliferan los templos hindúes y los santuarios budistas, al igual que las obras de arte religioso en plazas, calles y fachadas de edificios. Además su aire rural y la ausencia de tráfico lo hacen un lugar muy agradable para pasear.

Durbar Square de Bhaktapur
Durbar Square de Bhaktapur

Para visitar Bhaktapur hay que pagar una entrada de 1.100 npr (15 $) en cualquiera de los doce accesos a la ciudad vieja. La plaza de Durbar Square es una sucesión de templos, monasterios y bellos edificios con trabajadas tallas de madera en puertas y ventanas alrededor del palacio real. Y aunque al menos un tercio se perdió en el terremoto de 1934, queda arte para aburrir.

Cruzamos Lasku Dhoka, la puerta de la ciudad, a mano derecha quedan los cuatro templos hindús de Char Dham construidos para proporcionar un lugar de culto a los peregrinos que no pueden desplazarse hasta los originales en Uttarakhand. Luego viene la autentica Durbar Square, la Plaza del Palacio, del que se pueden ver la Galería Nacional de Arte, cuya puerta esta flanqueada por enormes leones guardianes, y la Puerta Dorada (1754), que da acceso a los patios interiores del Palacio de 55 ventanas, sede de la realeza hasta 1769. En ellos se encuentra el Templo Taleju, donde solo los hindúes tienen acceso, y Naga Pokhari, un curioso depósito de agua adornado con serpientes.

Frente a la puerta esta la estatua del rey Bhupatindra Malla (1699) en actitud de plegaria en lo alto de una columna, y a su lado la Campana de Taleju (XVIII), usada para anunciar las oraciones vespertinas y matutinas en el templo del mismo nombre, y el templo de Vatsala Durga (1727), un templo hindú en piedra de dos pisos dedicado a una manifestación de la diosa Parvati.

Tras este templo esta Chyasilin Mandap, la reconstrucción alrededor de una estructura metálica original de un llamativo templo octagonal destruido por el terremoto de 1934, la cisterna de agua con un pintoresco surtidor en forma de cocodrilo, y el Templo de Pashupatinath, el templo más antiguo de la plaza, dedicado a Shiva es conocido por sus llamativas figuras eróticas.

Si seguimos caminando, frente a la esquina sudeste del palacio se encuentra el Templo de Siddhi Lakshmi, un templo hindú de piedra cuyas escaleras de acceso están flanqueadas por diferentes animales guardianes. Girando la esquina encontramos unos leones de piedra, que guardaban un templo destruido en el terremoto de 1934, y el monumental Templo de Fasidega, dedicado a Shiva, que se alza sobre un pedestal de seis niveles con vacas, elefantes y leones guardianes.

Templo de Nyatapola
Templo de Nyatapola

A cinco minutos andando encontramos otra plaza llena de historia Taumadhi Square dominada por el espectacular Templo de Nyatapola (1702), dedicado a la diosa Lakshmi, que con sus cinco tejados y 30 m. de altura es el más alto de Nepal. La escalera principal de la pagoda esta toda ella bordeada de figuras guardianes que incrementan su poder conforme ascendemos y nos acercamos al santuario, cada uno de ellos es diez veces más poderoso que el anterior. Al otro lado de la plaza el Templo de Bhairabnath (XVII), dedicado al dios Shiva, es otra fantástica pagoda de tres tejados. Dos leones de metal con la bandera del país guardan la fachada.

En el Cafe atapola pedimos vegetables noddles, fry chicken café style, two bitter lemon soda y juju dhoa (iogurt con requesón, postre típico de la ciudad), 1550 npr. Un poco caro, pero entre las vistas de Taumadhi Tole y el edificio donde se encuentra, una antigua pagoda, es difícil resistirse a una mesa libre en la terraza.

A dos minutos, en la Plaza de los Alfareros está todo lo relacionado con el mundo de la cerámica. En un extremo quedan los hornos de cocción cubiertos de barro y paja, tras ellos en tornos impulsados a pedales o con el pie directamente se crean las vasijas, y en el centro de la plaza y calles adyacentes centenares de vasijas se secan al sol, para ser luego vendidas en las tiendas que rodean la plaza.

De las ciudades medievales y sus plazas de palacio (Durbar Square) Bhaktapur ha sido la mejor en cuanto a cantidad, calidad y variedad de su arquitectura. Además el ambiente provinciano de Bhaktapur le da una paz y tranquilidad que no tienen Patan y Katmandú. En el lado negativo el acoso constante de los guías turísticos, escaso en Katmandú y casi inexistente en Patan.

Día 5: KATMANDÚ - POKHARA

Hoy, segundo intento fallido de Mountain Flight. De vuelta al hotel, desayuno, ducha y taxi (250 npr) hasta la bus station.

En esta hay autobuses grandes y furgonetas, algo más caras (430 npr), pero más rápidas. A las 12:45, tras dejar la estación, está un rato buscando más clientela por la ciudad. Una parada para comer (165 npr) y tres más para atender a la llamada de la naturaleza. A las 18:45, ya en Pokhara, nos recibe un numeroso grupo de taxistas y vendedores de hoteles. Taxi hasta Lakeside (unos 5 km) por 200 npr (seguramente vale 100).

En Pokhara nos alojamos en el Travel Inn Hotel. Pagamos 50 $ por la habitación super deluxe: amplia, cama doble, mesita, dos sofás, nevera, tv, calefacción y ventilador. Baño completo y agua caliente. Vistas al lago y las montañas. Incluye desayuno ligero: huevos fritos con tostadas, patatas, tomate, y té o café. Guarda 24h. Agencia de viajes llevada por ellos, lo organizan todo: trekkings, rafting e incluso salidas a Chitwan, además de proporcionar detallada información sobre cualquier actividad en Pokhara. Muy recomendable.

Pokhara, a 200 km de Katmandú, es un lugar ideal para relajarse y disfrutar de la belleza de la naturaleza. Una ciudad tranquila, sin apenas tráfico, bañada al sur por las orillas del lago Phewa, y que el lado norte ofrece unas impresionantes vistas panorámicas de los picos del Himalaya. Es un lugar excelente para relajarse unos días, disfrutando de su buena comida, su tranquilidad y su agradable temperatura, ligeramente más cálida que en Katmandú, por encontrarse a tan solo 800 m. sobre el nivel del mar. Es además un importante centro de deportes de aventura, parapente, ultraligero, rafting, rutas a caballo o bicicleta, y dada su proximidad el lugar ideal desde el que iniciar y preparar los trekkings hacia las zonas del Annapurna y el Dhaulagiri.

Vistas de Pokhara y el lago Phewa
Vistas de Pokhara y el lago Phewa

El lago Phewa es el centro de todas las atracciones de Pokhara. En su lado oriental esta la zona conocida como Lakeside, un sinfín de pequeños hoteles, agencias de viajes, restaurantes, tiendas de ropa, de montaña, de souvenirs, y casi todo lo que un mochilero pueda necesitar. A cinco minutos esta el parque Basundhara donde se pueden alquilar doongas, pequeñas barcas de remos pintadas de vivos colores, por 700 npr/día. Otra opción, por supuesto, es recorrer sus orillas andando o en bicicleta. En el centro del lago hay un templo hindú de dos pisos dedicado a Visnu en su encarnación de jabalí, el Barahi Mandir (XVIII).


Día 6: POKHARA

En lo alto de una colina en la orilla sur del lago está la Pagoda de la Paz Mundial, construida por una asociación budista japonesa para promover la paz en el mundo. De momento parece que no han tenido mucho éxito.

Pagoda de la Paz Mundial
Pagoda de la Paz Mundial

Desde el parque Basundhara pequeñas barcas cruzan el lago por 360 npr. Luego hay que subir 2,5 km de escalones y pista de montaña, rodeados de una densa vegetación. A medio camino hay un pequeño café donde tomar un refrigerio y recrearse con las vistas.

Tardamos una hora y media en alcanzar la cumbre, y aunque hay una neblina que nos impide ver la cordillera del Annapurna, las vistas del lago y el valle de Pokhara son espectaculares. La stupa es diferente a las nepalíes, supongo que porque es diferente tipo de budismo, y no tiene los ojos de Buda, ni la base cuadrada ni todo lo demás, tan solo cuatros imágenes de Buda rodeando las paredes.

Tardamos una hora larga en bajar por el otro lado de la colina, y paramos a comer en un minúsculo local familiar: fideos fritos, dos samosas y una especie de dahl con garbanzos, patatas y guisantes, todo ello por 70 npr. Desde aquí un bus hasta Lakeside nos cuesta 10 npr cada uno.

Para comer en Pokhara dos autenticas joyas, sería un crimen llegar hasta aquí y no comer en alguno de ellos. En el Punjabi Rest se sirve deliciosa comida del sur de la India, atención a los fans del dosa. Cheese and mushrooms masala dosa, yellow dahl spinach, plain rotti, garlic rotti, Gorka beer, 870 npr. El Sanghat Toss and Tandori es un restuarante tibetano con un agradable y tranquilo patio interior. Primera cena: fish tika masala with roti, giah curry with rice y nepal ice atrong beer, 700 npr. Segunda cena: grilled fish with french fries, half chicken tandori (no hay palabras para describirlo), garlic nan, Everest beer, y banana lasi, 1025 npr.


Día 7: POKHARA - TREKKING DHAMPUS

Como no disponemos de mucho tiempo optamos por un trekking corto de dos días, y dedicar el tercero a un corto rafting. Asesorados por Krhisna, el guía que nos ha ofrecido el Travel Inn Hotel por 20$ diarios, haremos una caminata hasta Dhampus. Es una caminata corta y fácil, pues no requiere de equipamiento especial, ni sacos de dormir ni material de acampada, pues allí hay un pequeño refugio con cocina, camas, mantas y agua caliente. El paseo transcurre colina arriba a través del bosque, atravesando pequeños pueblos y terrazas de arroz, hasta tras 5-6h llegar a nuestro destino a 1.640 m. de altitud. Desde allí, si el cielo esta despejado, se tienen unas estupendas vistas de la nevada cordillera del Annapurna. A la vuelta, desde Sarangkot, tendremos otra oportunidad de disfrutar de esta parte del Himalaya desde otro punto de vista.

Río Seti en el valle de Pokhara
Río Seti en el valle de Pokhara

Hoy, a las 7:15 desayunamos, dejamos las mochilas en recepción y junto a Krhisna cogemos un taxi hasta Hyangja, 30 min, 1.100 npr. A las 10:00 empezamos la ruta, a 800 m. de altitud, subiendo poco a poco hasta los 1.640 m.

Durante los primeros momentos, antes de adentrarnos en el bosque, vemos los picos del Annapurna II y IV, y el Machhapuchhre (Fishtail), montaña sagrada para los nepalíes por tratarse de la morada del dios Shiva. Khrisna nos cuenta que en los años 50 un par de expediciones subieron hasta 50 m. de la cumbre, dejando la ascensión en ese punto y regresando por respeto a las creencias religiosas locales. Desde entonces ha sido prohibido a los escaladores. Su esbelta silueta domina el skyline en la región, con un llamativo perfil empinado que lo hace especialmente atractivo a pesar de no ser el más alto de la zona, 6.993 m.

Todo el camino es a través de pista forestal en bastante buen estado, hace tiempo que no llueve y no hay fango ni roderas. Atravesamos zonas de bosque, arrozales y varios pueblos diminutos, de no más de una docena de casas, donde tomar un té e incluso comprar agua embotellada. A partir de Phedi la pendiente se hace más pronunciada, y hay largos tramos donde el camino es remplazado por escalones. Desde Phedi tardamos unas 3 horas en llegar a nuestro pequeño hotel en Dhampus, a las 14:30 h.

The Hotel Orchid and Restaurant
The Hotel Orchid and Restaurant

Nos alojamos en The Hotel Orchid and Restaurant, donde pagamos 4.100 npr por la habitación, dos comidas, dos cenas y dos desayunos a la carta. La habitación es espartana, con dos camas y gruesas y confortables mantas, baño con agua no fría, terraza, y unas inmejorables vistas de las montañas. No hay calefacción, pero no pasamos frío. Ambiente familiar. Comemos dahl y curry de pollo con arroz, cerveza Everest y dos tés.

Dhampus es un pequeño pueblo de unas 1.500 personas, la mayoría de etnia gurung, donde las posibilidades de ocio son escasas. Después de comer, mientras Rosa hace la siesta, doy un relajado paseo con Krhisna por el pueblo y disfruto de las vistas de las montañas.

A las 19:30 cenamos vegetables noodle soup y mix momo (verduras, huevos y queso), acompañado de raskshi, un licor tradicional nepalí de elaboración casera de un color y sabor parecido al sake japonés, que se prepara a base de arroz fermentado.


Día 8: TREKKING DHAMPUS - POKHARA

Hoy la suerte nos acompaña, es el primer amanecer claro y sin niebla desde que llegamos a Nepal. No podíamos haber soñado con mejores condiciones. Las montañas parecen asombrosamente serenas y cercanas, pueden verse hasta una quincena de picos de la larga cordillera del Himalaya, entre el Annapurna South y Namun la Pass, mientras el sol tiñe de tonos dorados sus altas cumbres nevadas. La sensación de tranquilidad y sosiego es absoluta. Si no fuera por el frío podría estar mirando este paisaje durante horas.

Annapurna South, Annapurna I, Hiunchuli, Machhapuchhre, Annapurna IV y Annapurna II
Annapurna South, Annapurna I, Hiunchuli, Machhapuchhre, Annapurna IV y Annapurna II

A las 8:50 iniciamos el camino de vuelta. La marcha transcurre por una pista empedrada, colina abajo, que ofrece unas fantásticas vistas del valle y las terrazas de arroz. Durante el descenso encontramos un refugiado tibetano que vende abalorios. Entre 1959 y 1962 unos 300.000 refugiados llegaron a Nepal tras la invasión del Tibet por parte de China. Sin ciudadanía ni pasaporte, y por tanto ninguna posibilidad de encontrar trabajo, la mayoría sobreviven con la venta ambulante y de souvenirs a turistas que confeccionan en los cuatro campos de refugiados del valle de Pokhara. Compramos una pulsera por 600 npr, sin regatear.

A las 10:00 llegamos a Naudanda un pueblo junto a la carretera. En caso de no querer caminar más es nuestra última oportunidad de tomar un bus o llamar a un coche para que venga a buscarnos. A partir de aquí el bosque lo cambiamos por una ancha pista que atraviesa varios pueblos. Son pueblos con poca población y muy alargados, las casas se distribuyen a lo largo del camino rodeados de campos de arroz, trigo y algún que otro cereal. Nos detenemos un rato en Kotmani, a tomar un par de tés y comprar una botella de agua. Nos cruzamos con una caravana de caballos que vienen desde Mustan para venderlos en Phokara.

Naudanda
Naudanda

Hasta Khapradunga el camino es bastante plano. Por el margen izquierdo del camino discurre una larga tubería que trae agua desde un pozo en la montaña cerca de Dhampus, y hoy es el primer día que reciben agua en este pueblo, ahorrando a las mujeres hasta tres horas en su tarea diaria de ir a buscar agua. Las fuentes que nos vamos cruzando están a rebosar.

Nuestra caminata acaba en Sarangkot (1.592 m.), desde donde en días claros se tienen fantásticas vistas de las montañas por un lado (hoy no es el caso), y por el otro del valle de Pokhara y el lago Phewa. Pero si lo que buscas son unas vistas inmejorables puedes saltar en parapente desde aquí por 75 € por 30 minutos, con instructor.

A las 14:10, en Sarangkot, nos espera un taxi (1.000 npr) para llevarnos de vuelta al hotel, en Pokhara. Rosa está muy congestionada por el resfriado, así que adelantamos el viaje a Chitwan y el rafting lo probaremos de nuevo desde allí o desde Katmandú.


Día 9: POKHARA - CHITWAN NP

El Chitwan NP está situado en la zona del Terai, al sur del país, y es probablemente el parque nacional más visitado de Nepal. En el parque habitan tigres, leopardos, zorros, hienas, perros salvajes, ciervos, antílopes, búfalos de agua, rinocerontes, jabalís, monos, delfines de agua dulce, cocodrilos, tortugas y unas 400 especies de aves en un área de 932 km2 de sabana y bosques tropicales y subtropicales. Los animales no son tan numerosos, ni el paisaje tan impresionante como en África, pero aun así merece la pena. Las excursiones suelen ser de tres días y dos noches, e incluyen transporte desde Pokhara o Katmandú (i/v), alojamiento con pensión completa, y todas las excursiones guiadas a pie, a lomos de elefante, en jeep o en canoa para conocer flora y fauna. Gestionamos el paquete con Travel Inn Hotel, en Pokhara, por un precio de 170 $ por persona.

Rinoceronte de un solo cuerno en Chitwan NP
Rinoceronte de un solo cuerno en Chitwan NP

A las 7:10 tomamos un taxi hasta la bus station (150 npr). A las 7:30 sale el bus. Una parada para desayunar de 15 minutos. Y a las 12:30 llegamos al hotel, en Bharatapur Height, una ciudad caótica y ruidosa como cualquier otra del norte de la India o Nepal. A las 13:00, comida: sopa, pollo con arroz, pasta, verduras, patatas, y mandarinas.

A las 14:00 nos llevan hasta su resort en la selva. A las 15:30 bajamos del bus y cruzamos el río en una canoa para ocho personas. El campamento Island Jungle Resort se encuentra en una pequeña isla en el río Narayani. Una veintena de cabañas, comedor, bar con terraza sobre el río, y un montón de selva. Las habitaciones son pequeñas cabañas adosadas con terraza y jardín, dos camas, lavabo con agua caliente de 17:00 a 19:30, y luz eléctrica de 17:00 a 21:00. Por supuesto ratas, arañas y demás bestias corretean a sus anchas por la zona y no se descarta que entren en las habitaciones, así que mucho cuidado con dejar comida. Hay toallas y papel higiénico, y en caso de no disponer de jabón o champú puede solicitarse en recepción. En el precio entran las comidas y té y café durante todo el día, pero no incluye las bebidas.

Elephant treking
Elephant treking

La primera actividad que hacemos es un elephant treking en busca de rinocerontes indios. Estos poseen un solo cuerno, que por desgracia se considera afrodisíaco en algunas culturas y alcanza precios de 10.000 $ por kilo, lo que ha llevado a este animal al borde de la extinción, quedando unos 2.500 en el mundo, 400 de ellos en el parque.

Rápidamente damos con uno de ellos. Es un animal enorme de dos toneladas de peso y 180 cm de altura con una espesa piel dividida en placas a modo de armadura. Por suerte, el elefante, además de ser la forma más cómoda de moverse entre la densa jungla, es todavía más grande, y durante los 15-20 minutos que estamos junto él se nota el respeto mutuo. El rinoceronte retrocede sin prisa buscando otro sitio donde pastar a pocos metros cuando se acerca el elefante, y esté nunca se pone delante del rinoceronte para evitar embestidas.

A las 19:30 cena estilo buffet libre: dahl, verduras al curry, patatas cocidas, pollo al curry, arroz, paratha, roti canai y un postre dulce.


Día 10: CHITWAN NP

A las 5:45 llaman a la puerta para despertarnos. A las 6:00, pequeño desayuno: te, café y galletas. Y a las 6:30 un elephant trekking en busca de tigres de bengala. Otro animal en serio peligro de extinción, hay 2.500 en todo el mundo y alrededor de 120 en todo el parque natural. En nuestra isla hay contabilizados cuatro, y el guía nos confiesa que la media de avistamiento es de dos veces al mes. Efectivamente apenas vemos animales. El paseo merece la pena, la jungla al amanecer entre la niebla es un paisaje maravilloso. A las 8:00, desayuno: huevo duro, zumo, tostadas, mantequilla, mermelada, patatas, judías rojas, salchichas y verdura.

Paseo por la selva
Paseo por la selva

A las 8:30 estamos otra vez en marcha. El paseo por la selva ocasiona menos disturbio en la jungla y debería brindar mejores oportunidades de avistamiento de animales. Nos instruyen sobre como actuar en caso de encontrarnos cara a cara con un animal salvaje, como un rinoceronte o tigre. Ninguna de ellas me convence y creo que encomendarse a la Virgen será lo más apropiado.

A medida que vamos explorando el guía nos informa sobre los diferentes tipos de plantas y hierbas que nos encontramos. Vemos algunas pisadas  y cagadas de diferentes especies, pero animales no vemos más que pájaros.

Tras una hora y media caminando iniciamos un descenso en canoa, donde vemos algunos patos siberianos y garzas, pero con los llamativos gaviales, cocodrilos de hocico muy largo y alargado típicos del parque, tampoco tenemos suerte.

A las 13 h. comemos sopa, plato combinado de pasta, arroz, carne de búfalo, puré, patatas y verdura. Y una hora después asistimos a la alimentación de elefantes unido a una larga charla sobre la vida y costumbres de los paquidermos, así como las diferencias entre los elefantes africanos y asiáticos. Muy instructivo. A las 15:00, safari en jeep, otra de las opciones de avistamiento de fauna. Son un par de horas recorriendo zonas de sabana y bosque por pistas de tierra. Una vez más la suerte nos es esquiva y tan solo vemos media docena de buitres, un par de jabalís, y un pavo real, aunque de vuelta presenciamos una bonita puesta de sol.

A las 19:00, antes de la cena, asistimos a la danza de palos de tharu, una casta originaria de Nepal. Es interpretada por hombres que bailan y cantan al ritmo de tambores y repique de palos, parece ser que con la intención de mantener a los animales salvajes alejados de ellos y sus cosechas. Y a las 19:30 la cena: arroz tres delicias, fideos, pollo, ensalada, sopa de maíz y crema de plátano.


Día 11: CHITWAN NP - KATMANDÚ

A las 5:45 nos despiertan y a las 6:00 tomamos un pequeño desayuno al aire libre.

A las 6:30, nature walk, más de lo mismo. Mucha planta, pisadas y algún zurullo, pero nada más. Vemos amanecer en la selva entre la niebla, un espectáculo precioso. A pesar de la falta de animales, el sitio es muy bonito y tranquilo, y ellos rastrean, otean y olfatean con ahínco pero de donde no hay no se puede sacar.

Island Jungle Resort
Island Jungle Resort

A las 8:00 salimos hacia Bharatapur Height. Hay que cruzar el río y recorrer 8 km en bus por camino de tierra antes de llegar a la carretera. Llegamos a las 9:45 y esperamos hasta las 10:20, hora en que pasa a recogernos el tourist bus con destino a Katmandú.

Y aquí acaba el paquete del Island Jungle Resort (empieza con el autobús en Pokhara y finaliza con el bus a Katmandú). Son 170 $ por persona que ocupan dos días y medio de actividades, incluyendo comidas y alojamiento. A pesar de la escasa fauna es una forma agradable de descansar de Katmandú.

Cualquiera que venga aquí con la intención de hacer un safari en la concepción africana del mismo, lo mejor es que se quede en casa. En Chitwan NP se ofrece la posibilidad de entrar en contacto directo con la densa jungla tropical, en un entorno tranquilo, sereno y confortable, respirando aire puro, y disfrutando de unos días de contacto con la naturaleza lejos de coches y polución, y si tenemos suerte ver algún animal, en peligro extinción en la mayoría de los casos. Para todo lo demás, mejor África.

Volviendo de Chitwan NP, de nuevo en Katmandú, volvemos a la International Guesthouse, pero en una habitación standard (21 $), ni es tan grande, ni tiene calefacción ni armario ni balcón. Pequeño baño con plato de ducha y agua caliente.

Aprovechamos para hacer algunas compras. Thamel es la zona ideal para regalos o souvenirs, para proveerse de todo tipo de equipamiento de montaña (North Face, Marmot, Merit) a precios reventados (falsificaciones por supuesto) y es además donde se encuentran los dos supermercados mejor surtidos de todo Nepal, aunque a precios europeos.


Día 12: KATMANDÚ - PASUPATINATH - BOUDHANATH - KATMANDÚ

El Mountain Flight es un vuelo panorámico de corta duración que ofrece la oportunidad de disfrutar sin esfuerzo de las mejores vistas del monte Everest (8.848 m.) y otros altos picos del Himalaya, como Shisa Pangma (8.013 m), Melungtse (7.023 m), Gauri Shanker (7134 m), Cho Oyu (8.201 m), Pumori (8.171 m), Nuptse (7.855 m), Lhotse (8.516 m) y Amadablam (6.856 m).

Vista del Everest y Lhotse desde el «Mountain Flight»
Vista del Everest y Lhotse desde el «Mountain Flight»

Los vuelos son ofrecidos por varias compañías aéreas locales en pequeños aviones de hélices de entre 20 y 30 plazas. Despegan cada mañana desde el aeropuerto de Katmandú, entre las 6:30 y las 8:30, alcanzando una altitud media de 6.500 m. El vuelo dura una hora y todos los pasajeros disponen de asiento con ventanas individuales durante todo el vuelo. Se entrega a cada pasajero un mapa con el perfil de la montañas para que sean fáciles de identificar en pleno vuelo, indicando nombre y altitud de todas las cumbres.

Además, todos los pasajeros son invitados a la cabina, durante aproximadamente un minuto, desde donde se pueden tomar algunas fotos espectaculares de las montañas más altas del mundo, mientras el copiloto nos explica lo que estamos viendo.

Una vez despega el avión toma rumbo este y casi desde el primer momento se divisa la cordillera del Himalaya. El avión llega hasta poco más allá del Everest, desde donde tras unos breves instantes vuelve al aeropuerto de Katmandú. Durante el vuelo todo el mundo va de arriba a abajo intentando tener las mejores vistas. Al aterrizar los veinte pasajeros del avión hemos quedado plenamente satisfechos y con ganas de repetir. La experiencia es impagable, dejando en el cuerpo la sensación de que no ha sido suficiente, de que había que dedicarle menos tiempo a las fotos y más a disfrutar de las vistas, pero ahora ya está...

Vistas del Himalaya
Vistas del Himalaya

Este vuelo es ofrecido por las compañías Yeti Airlines, Guna Airlines, Agni Air, Buddha Air, y creo que Tara Air. De todas formas lo más fácil es gestionarlo todo desde una agencia de viajes en Thamel. El coste del billete varía, según la compañía, entre los 120 y los 170 $ por persona, más 200 npr de tasas locales de aeropuerto y otras 1.000 npr del taxi de ida y vuelta al aeropuerto. Los billetes se venden con full refund, sino exigirlo, lo que significa que en caso de cancelación por mal tiempo el billete puede cambiarse para otro día o exigir el reintegro completo del mismo.

Durante los meses de invierno Katmandú se levanta a diario con una densa niebla que a menudo lleva al cierre del aeropuerto durante horas. Nosotros tuvimos que intentarlo tres veces, ya que las dos primeras el aeropuerto permaneció cerrado hasta las 10:00, lo que supuso la cancelación de todos los vuelos de mountanin flight. Así que mejor os lleváis algo para leer, porque la terminal de vuelos domésticos tiene dos puertas, dos kioscos, un ciber (360 npr/1h), y una pequeña tienda con galletas, chocolatinas y té.

Si os hospedáis en la International Guesthouse, en la calle Satghumti que lleva hasta el centro de Thamel encontrareis Metro Everest (tel +977 9841603387), una pequeña agencia de viajes donde el dueño, además de ser muy simpático, habla español.

Pasupatinath. Como no todos los hinduistas tienen la suerte de morir en Varanasi y que sus cenizas sean arrojadas al Ganges, en el Valle de Katmandú a orillas del río sagrado Bagmati, un afluente del Ganges, se encuentra uno de los centros de peregrinación más importantes del hinduismo, el templo de Pashupatinath (Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO), dedicado a Shiva, dios de la creación y la destrucción. Fue construido por el rey Bhupalsingh Malla en el siglo XVII, después de que el anterior edificio de madera fuese destruido por las termitas.

Vista del templo de Pashupatinath
Vista del templo de Pashupatinath

Aquí llegan peregrinos de todos los rincones de Nepal para purificar sus almas en el río, devotos que llevan a incinerar a sus muertos, y sadhus (santones), que viven de las limosnas o del dinero que sacan posando en fotos para turistas. Solo los hindúes pueden acceder al interior del templo, el resto debe conformarse con mirar desde la otra orilla del río. Allí hay una terraza con decenas de pequeños santuarios de Siva, así como el templo de Ram, en los alrededores del cual pululan los sadhus buscafotos.

El templo tiene unas amplias escalinatas de piedra (ghats) que llegan hasta el río en donde se realizan inmersiones para purificarse. También se ven hasta media docena de ghats crematorios. Allí, el cuerpo del difunto vestido de blanco es lavado mientras los hombres de la familia realizan diversos rituales. Las mujeres esperan arriba, llorando. Posteriormente el cuerpo es incinerado, para despojarse de lo inútil a la hora de la reencarnación. Las cenizas serán arrojadas al río permitiendo que sean arrastradas por las aguas sagradas. Las ceremonias se realizan a diario, en público, a la vista de todos, pueden contemplarse sin disimulo, pero con el máximo respeto, desde la orilla de enfrente. Nosotros presenciamos un par en apenas veinte minutos.

Cremaciones en Pashupatinath
Cremaciones en Pashupatinath

Desde las terrazas unas escaleras suben colina arriba hasta los templos de Vishwarup y Gorakhnath, donde seguimos rodeados de docenas de pequeñas santuarios de Siva, lingams y estatuas de Nandi esparcidos por toda la colina. En toda la zona abundan los monos, que pueden ser muy agresivos en su búsqueda de comida, cuidado. Bajando la colina por el otro lado, atravesando el parque de ciervos de Mrigasthali, Siva anduvo por estas lares en forma de ciervo, se llega al templo de Guhyeswari.

Pasupatinath se encuentra a 5 km de Katmandú, en la carretera que lleva al aeropuerto. Así que nosotros aprovechamos para ir desde allí después del mountain flight, 300 npr taxi de prepago, 10 minutos. El taxi nos deja junto a las taquillas (acceso: 500 npr). Para los que no hemos estado aún en Varanasi es una experiencia única de contemplar estupefactos como los devotos se mojan, lavan o incluso beben, amparados por su religión, en las sucísimas y contaminadas aguas del río, a donde no tan solo van a parar las basuras de todo Katmandú, sino animales muertos y cuerpos no completamente cremados. Esto, unido al propio espectáculo de los entierros y cremaciones, lo convierten en una atracción difícil de calificar que no dejará buen cuerpo a todo el mundo.

Boudhanath. Desde Pashupatinath tomamos un taxi (150 npr) a Boudhanath (acceso al recinto: 150 npr) y nos vamos directos a comer, al restaurante Stupa View Rest, un restaurante vegetariano de platos sabrosos y creativos con excepcionales vistas de la stupa. Veréis como su precio, algo elevado, está plenamente justificado. Pedimos un potpourri para dos (1.290 npr): un plato combinado de mini pizza a la leña, albóndigas de guisantes orientales con zanahorias glaseadas y salsa de cacahuete, pies de elefante con coliflor y salsa de zanahoria, berenjenas fritas con zaziki y ensalada de frutas con nueces caramelizadas. De postre, helado de vainilla con chocolate caliente y dos tes masala.

Stupa de Boudhanath
Stupa de Boudhanath

Durante siglos la stupa de Boudhanath (Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO), dios de la sabiduría, ha sido un importante lugar de peregrinación y meditación para budistas tibetanos y nepalíes. En el pasado, cuando las rutas comerciales con Tíbet estaban abiertas, peregrinos, viajeros y comerciantes acudían a ella para pedir o agradecer un paso seguro a través de las altas montañas. Hoy es el principal centro de culto y estudio del budismo en el Valle de Katmandú, y uno de los más grandes y significativos monumentos budistas del mundo.

Construida alrededor del siglo V, no se sabe a ciencia cierta por quien, una de las leyendas habla de una viuda llamada Jyazima que quería hacer una gran ofrenda a Buda usando todos sus ahorros ganados como vendedora de gallinas. Pidió permiso al rey, quien le dio su consentimiento a condición de que solo usara el terreno comprendido dentro de una piel de búfalo. Jyazima cortó la piel de búfalo en finísimas tiras y reclamó como suya la tierra incluida dentro de una circunferencia dibujada con ellas. Y aunque ello despertó la ira de los ricos y poderosos, y el rey se sintió engañado por la anciana señora, no retiró la palabra dada.

Detalle stupa de Boudhanath
Detalle stupa de Boudhanath

Desde el cielo, la stupa parece un mándala (representación geométrica y astrológica del cosmos) gigante y de proporciones perfectas. Cada parte tiene su propio significado: la base representa la Tierra, la semiesfera sobre ella el Agua, la torre dorada pintada con los ojos de Buda simboliza el Fuego, y la corona sobre ella el Aire.

Alrededor de la base hay 108 nichos que contienen imágenes de Buda y un círculo de molinillos de oración con el mantra Om Mani Padme Hum grabado en ellos, que los peregrinos hacen girar en su desplaza- miento alrededor de la stupa. Sobre ella ondean miles de banderas de oración con mantras parecidos.

La stupa está rodeada de pintorescas casas de colores, restaurantes, tiendas de souvenirs, y más de 30 gompas (monasterios) construidos tras la masiva afluencia de refugiados tibetanos. Como parte de un ritual la gente camina alrededor de la stupa en la dirección de las agujas del reloj mientras repiten mantras en silencio o en voz alta, entre ellos muchos monjes y budistas tibetanos.

Todo el lugar esta impregnado de la estética budista tibetana, gente de rasgos mongoloides tan diferentes de la etnia newar del valle, lámparas de mantequilla, sombreros, tambores tibetanos, cuencos cantores o queso de yak, duro como un tronco.


Día 13: KATMANDÚ - SWAYAMBHUNATH - ...

A las 8:00 suena el despertador. A las 9:00 desayuno en la terraza, hace más frío que hace una semana, pero es mucho más bonito que dentro. Repetimos huevos fritos, zumo, café, tostadas con mantequilla y mermelada, muffin y croissant. A las 10:15 acabamos de comprar regalos en el centro de Thamel: mouse pads, llaveros y magnets (imanes).

Y a las 11:00 tomamos un ricksaw hacia Swayambhunath, 650 npr (i/v + espera). Swayambhunath (Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO), también llamado templo de los monos, es un antiguo complejo religioso situado en la cima de una colina. Su cúpula blanca y su brillante aguja de oro son visibles desde cualquier parte del valle de Katmandú. Una inscripción en la piedra evidencia que la stupa ya era un importante destino de peregrinación budista en el siglo quinto.

Templo en Swayambhunath
Templo en Swayambhunath

Se cree que fue fundada por el bisabuelo del rey Mānadeva (464-505), el rey Vṛsadeva, aunque su leyenda es mucho más interesante. Habla de una milagrosa flor de loto plantada por un Buda anterior, que floreció en el lago que cubría el valle de Katmandú. El loto irradiaba una misteriosa luz brillante, y santos, sabios y divinidades viajaban al lago para venerar esa luz, milagrosa por su poder en la concesión de la iluminación. Durante ese tiempo el Bodhisatva Manjushri, que estaba meditando en la montaña sagrada de Wu Tai Shan, tuvo una visión de la deslumbrante luz Swayambhu y voló a través de las montañas de China y Tíbet a lomos de su león azul para adorar a la flor de loto. Tan impresionado quedó por la potencia de la radiante luz del loto, que con una gran espada cortó un desfiladero en las montañas que rodeaban el lago para drenar el agua, y hacer así el lugar más accesible a los peregrinos humanos. El loto se transformó en una colina y la luz se convirtió en la Stupa Swayabhunath.

Jardín de «chaitayas»
Jardín de «chaitayas»

Se accede a él por una larga y empinada escalera de 365 escalones, que conducen directamente a la plataforma principal del templo. A los lados hay estatuas de Buda, chaitayas, puestos de artesanía local, astrólogos y decenas de macacos muy agresivos en cuanto huelen comida.

Al llegar arriba se paga la entrada (200 npr). Lo primero que vemos es un enorme rayo celestial protegido por dos leones, tras él la stupa principal ocupa casi la totalidad del espacio. En cada uno de sus cuatro lados están dibujados los ojos de Buda, y bajo ellos el número uno en alfabeto nepalí que nos indica que la única forma de iluminación es a través del camino budista.

Sobre ellos un tercer ojo nos muestra la sabiduría interior. La base central esta bordeada por ruedas de oración que los peregrinos hacen girar en su recorrido alrededor de la stupa, y sobre ella ondean miles de banderas de oración con mantras escritos.

Aunque de rito budista, el lugar es venerado también por los hindúes, y la stupa está rodeada de chaitayas, templos, pequeños santuarios, imágenes y estatuas de divinidades diversas, lingams de Shiva, y un popular templo hindú dedicado a Harati, que comparten el poco espacio que hay junto con los monos y peregrinos. Desde el mirador hay buenas vistas del Valle de Katmandú.


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