En nuestra primera incursión en el Africa Occidental queríamos combinar los atractivos turísticos más conocidos de la región, que son los de Mali, con paisajes y etnias de Burkina Faso, teóricamente menos visitados.
Del 6 al 28 de Agosto del 2006.
Día 1: BCN - Casablanca - Ouagadougou ...
Día 2: ... Ouagadougou
Día 3: Ouagadougou
Día 4: Ouagadougou - Ouahigouya - Koro - Bankass
Día 5: Bankass - País Dogon
Día 6: País Dogon
Día 7: País Dogon - Bandiagara
Día 8: Bandiagara - Mopti
Día 9: Mopti - Djenne - Mopti
Día 10: Mopti - Bla - Koutiala
Día 11: Koutiala - Bobo Dioulasso
Día 12: Bobo Dioulasso - Banfora
Día 13: Banfora
Día 14: Banfora - Sindou - Pais Senufo - Banfora
Día 15: Banfora - Gaoua
Día 16: Gaoua
Día 17: Gaoua - Pais Lobi - Gaoua
Día 18: Gaoua - Ouagadougou - Po
Día 19: Po - Tiebele - Pais Gourounsi - Tiebele
Día 20: Tiebele -Po - Ouagadougou
Día 21: Ouagadougou
Día 22: Ouagadougou ...
Día 23: ... Casablanca - BCN
1 € = 655 CFA.
Es el mayor inconveniente que hemos encontrado en la zona. Si bien a/desde las grandes ciudades suele haber un transporte más o menos fluido, cuando tienes que desplazarte entre pueblos el concepto tiempo y horario pierde todo sentido. Y más teniendo en cuenta el estado de muchos vehículos que se utilizan como autobuses y taxis, donde lo extraño es llegar al destino sin ninguna avería. Hay que tomarse las cosas con filosofía y dejar días extra, si se quiere disfrutar tranquilamente del viaje.
Normalmente se elige entre ventilador o aire acondicionado. Suele haber diferencia en el precio y, en esta época al menos, las de ventilador se ocupan primero. La ducha habitualmente es sólo de agua fría. Algunos hoteles añaden una tasa de 500 CFA por persona y noche, que ya muestra la hoja de precios que te enseñan.
En el relato indicaremos siempre el precio final, con la siguiente nomenclatura en la habitación:
v = ventilador; ac = aire acondicionado; WC = toilette; d = ducha fría; TV = televisión.
West Africa (Lonely Planet / ed. 2002, en inglés). Muy desfasada en precios como es normal, pero sus mapas siguen siendo muy prácticos para orientarse.
Burkina Faso (Bradt / ed. Mayo 2006, en inglés). Siendo tan reciente, precios casi exactos, pero es sobretodo muy práctica por la actualizada información sobre transportes, que amplia y facilita el viaje independiente a zonas de Burkina que otras guías, o no las tratan o simplemente las mencionan, pero no indican cómo llegar en transporte público.
Tras 2 horas de vuelo con Iberia, llegada a Casablanca sobre las 10:30. Como nuestro vuelo con la Royal Air Maroc a Ouaga no salía hasta las 22:55, teníamos todo el día para ver Casablanca.
Desde el aeropuerto de Casablanca sale un tren cada hora hasta la estación Casa Voyageurs (35 Dh, 30 minutos). Aquí, incompresiblemente, no hay consigna para dejar nuestro equipaje -que habíamos preferido no facturar-, por tanto cogemos un taxi (15 Dh) hasta la estación de buses de la CIM, situada en el centro, para dejarlo (5 Dh por bulto) y empezar la visita.
Casablanca: Una visita a la monumental mezquita de Hassan II, un paseo por la abandonada Vieja Medina, por el Mercado y por las calles y plazas del centro, y un delicioso café creme en una de las numerosas terrazas repletas de marroquíes (ideal para observar el día a día de la ciudad) pueden resumir nuestra visita a la ciudad.
Volvemos al aeropuerto, donde nuestro vuelo saldrá sobre la hora de retraso.
Llegada de madrugada, pasadas las 3:30. Hacemos cola para hacernos el visado de Burkina (10.000 CFA). Curiosamente, sólo puede pagarse en CFA, pero no hay ningún banco abierto. Nos dejan salir a la calle sin ningún problema y hay un tipo que cambia 1€= 650 CFA. Volvemos a entrar para pagarlo, pero se queda el pasaporte -tiene muchos en su mostrador- y el visado no estará hasta mañana a partir de las 15:00 h. Intentamos convencer al funcionario para ver si puede estar antes, ya que queríamos ir a la Embajada de Mali para obtener su visado y poder salir mañana para Mali. Pero según el funcionario no era posible, y a un grupo organizado que tenía que salir mañana para Togo les dijo lo mismo. Esto es Africa y hay que adaptarse.
El coche de la agencia del grupo organizado se ofrece amablemente a dejarnos en el hotel del centro que le indicamos: Hotel Delwende (10.500 CFA - v/d). Para el día siguiente nos cambiamos al Hotel Sigri (13.100 - ac/d/WC/TV) en la misma calle, Patrice Lumumba, con esquina a la Av. Yennega, centro neurálgico de la ciudad. Para cambiar dinero el Marina Supermarket , en la otra esquina, es muy práctico (1€= 655 CFA). El restaurant Le Festin en la Av. Loundun es un lugar cercano y barato para comer. El Zaka, situado en un jardín, es un poco más caro y suele haber espectáculo para cenar, pero no olvidar la loción antimosquito. Las pastelerías Koulouba y La Bonbonière son un buen lugar para desayunar un café con pastas recién hechas.
Ouagadougou centro: Su centro tiene realmente poco a ver, sobretodo desde que en el 2003 se cerró el enorme Marché Rood Woko debido, o con la excusa, de un incendio. Caminamos hasta el más pequeño Marché Zabre-Daaga. Un buen lugar a visitar es el Centre National d'Artisanat d'Art donde puede observarse a los artesanos trabajar y uno ya puede hacerse una primera idea de la diferente artesanía del país.
Tras una segunda mañana lluviosa, nos dirigimos a buscar nuestros pasaportes, ya con el sello del visado de entrada y estancia. Desde el aeropuerto puede irse caminando por la Av de l'Aeroport hasta la Av Bassawarga, donde unos cientos de metros después de juntarse ambas se encuentra la Embajada de Mali (el visado de Mali cuesta 20.000 CFA). Si se paga un extra de 5.000 CFA por pasaporte lo hacen al momento, por tanto, aceptamos y así ya podemos salir mañana bien temprano. Compramos los billetes para Ouahigouya (2.500 CFA) con la compañía STAF, situada cerca de nuestro hotel, para salir a las 6:30 h.
El viaje a Ouahigouya son unas 2 horas y media de una buena carretera asfaltada. Para seguir hasta Koro hay una vanette de la compañía Sogebaf con hora prevista de salida sobre las 10:00 (2.500 CFA). Salimos sobre las 10:30 y con las paradas en las 2 fronteras y cambio de rueda incluído tardamos unas 3 horas en llegar a Koro, por una carretera de tierra en buen estado y observando pequeñas aldeas con gente que nos saluda al pasar. Una vez en Koro, el transporte a Bankass parece que tardará varias horas en salir. Como habíamos venido con un grupo de 6 franceses podemos compartir un minibús y salir inmediatamente para Bankass (18.000 CFA todo el grupo). Esta carretera de tierra ya tiene más baches y a pesar de las bonitas aldeas que se van viendo, las más de 2 horas de trayecto (con parada incluida en el Bureau du Tourisme de Koro donde ya orientaron al grupo de franceses sobre el guía al País Dogon) se hicieron un poco largas.
En Bankass nos dejan en el Campement Hogon (5.000 CFA) donde pasamos una calurosa noche bien impregnados de Relec. Este Campamento es como un punto de encuentro de guías al País Dogon. Descartamos al guía con el que iban a ir los franceses y nos quedamos con Mamadou, un hombre serio, alto y delgado, con aspecto de más de 40 años, que además habla inglés, con el que quedamos muy contentos.
País Dogon: Estos pueblos que viven arriba y abajo de la falla de Bandiágara son la principal atracción de un viaje a Mali y casi me atrevería a decir de un viaje al Africa Occidental. Aunque ya no viven en las alturas como sus antepasados, mantienen sus costumbres y su arquictectura y, a pesar de tener un flujo continuo -sin aglomeraciones- de turismo, no apreciamos que éste enturbiara su modo de vida ni sus costumbres, a diferencia de otros lugares que posteriormente visitamos.
La visita puede hacerse por diferentes partes de la falla y de diferentes días. Aquí la elección es muy personal, pero yo recomendaría hacer al menos un recorrido por arriba y otro por abajo de la falla, ya que el paisaje es completamente distinto. Suele pactarse con el guía un paquete todo incluido -excepto bebidas-, o sea, transporte a/desde la falla, comidas, alojamiento, tasas de poblados y porteador si es necesario. El precio suele oscilar entre 10.000 y 15.000 CFA por persona y día en función del nº de personas y el nº de días a realizar, además de la negociación, claro.
Empezamos nuestro recorrido de 3 días/2 noches en Kani Kombolé. Tiene una mezquita muy fotogénica y ya vemos muchas mujeres moliendo mijo. También subimos un poco la falla para observar las casas que utilizaban los antepasados Dogon, la casa del hechicero y los graneros resguardados de la lluvia. Sólo unos pocos minutos y ya parece que estemos en otro mundo. Había la opción de quedarnos toda la mañana y comer aquí para ver su día de mercado, pero tras preguntar al guía preferimos empezar el trekking con aún no demasiado calor. Quedando en todo momento la falla a nuestra izquierda llegamos a Telli, que es una de las aldeas que tiene un mayor número de graneros y casas Dogon en lo alto, siendo muy fotogénicas. Tras comer, dar un paseo por el pueblo a nuestro aire, ver otra bonita mezquita y llegar hasta una cascada, esperamos que baje un poco el sol y emprendemos el camino hasta Ende, donde cenaremos y dormiremos en uno de sus campamentos. Preferimos, como los demás turistas que están en otras casas, subir el colchón arriba, donde nos colocan la mosquitera. La temperatura es ideal para dormir con un saco sábana, a diferencia del calor que haría en el interior de las casas Dogon.
Tras el repetitivo desayuno de pan con mermelada y café, visitamos el poblado de Ende, observando más mujeres moliendo mijo y más fetiches en la casa del hechicero. También te muestran un poco de artesanía por si quieres comprar, pero de una forma muy natural, sin ningún tipo de presión por parte de nadie. Tras recorrer el pueblo emprendemos el camino -siempre por la parte baja de la falla- hasta Yabatalu, que ya será el lugar de la comida. Pero antes, asciendo hasta la parte alta del poblado para así tener una perspectiva del poblado y sus campos y, de improviso, se vislumbra a lo lejos como una gran tormenta muy densa se va acercando a gran velocidad. Intento descender el camino emprendido rápidamente, pero ya llegando al campamento me pilla la tormenta... de arena!!! Al cabo de breves instantes ya es tormenta de agua, que durará varios minutos. No es de extrañar que en la pasta de macarrones con salsa de tomate que estaban cocinando en ese momento para la comida se encontrase un poco de arenilla al masticar. Tras la tormenta, una brisa más fresca y un verde más intenso en los campos nos acompañó en la visita de los alrededores de Yabatalu y en el trayecto hacia nuestro próximo destino.
Tras reír un rato con unos niños que se cruzaron por el camino empezamos a ascender por la falla. La subida no es demasiado dura, pero se agradece que haya refrescado. Hacemos una breve parada para empezar a disfrutar del paisaje que va apareciendo a nuestros pies, con algunas partes de aspecto desértico y en cambio otras muy verdes. Poco después de haber llegado a lo alto de la falla se nos aparece Begnimato. Tras presentarnos y saludar al jefe del poblado y reposar un poco, nos acercamos al cercano borde de la falla para contemplar el valle bajo nuestros pies. Nos sentamos en una roca observando a lo lejos, en varias partes del poblado, a mujeres moliendo mijo: la relajación es total. En este pueblo no hay ni electricidad, ni agua corriente, pero se las apañan muy bien para iluminarte un poco para la cena y que no falte agua en las numerosas garrafas que están al lado de la ducha y el lavabo. Nos sentimos unos privilegiados siendo los únicos que saboreamos para cenar un delicioso poulet grillé, en lugar del arroz, pasta o couscous con salsa habitual. Hoy también preferimos dormir arriba, pero como estamos en lo alto de la falla y ha refrescado más tras la tormenta, se agradece un saco fino que traíamos para taparnos.
El trekking de hoy transcurrirá por encima de la falla. Tras caminar por el interior, por una especie de valle perdido, llegaremos hasta el mismo borde rocoso de la falla: el paisaje es sensacional. El guía nos va señalando los diferentes pueblos que se vislumbran a lo lejos. Tras caminar un rato más llegaremos hasta uno de los poblados, Consougou. Descansamos un poco y cruzamos el poblado para dirigirnos otra vez al borde de la falla, donde observamos otra vez el espectacular paisaje con otra parte del poblado de Consougou, muy fotogénico, justo debajo nuestro. Este poblado es considerado animista, pero según nos explicó el guía todos los dogones tienen algo de animista aunque algunos se consideren musulmanes y unos pocos cristianos.
Desde aquí hay la posibilidad de seguir el camino hasta el poblado de Dourou y salir desde aquí de la falla o, como nos había propuesto el guía y habíamos aceptado el dia anterior, volver hasta Begnimato para, tras la comida, coger un transporte hasta Bandiágara, que será el final de nuestra bonita experiencia en el País Dogón.
El trayecto hasta Bandiágara es de mucho bache y resulta un poco cansado. El resto de compañeros de viaje esperaron un transporte para Mopti, pero nosotros, tras tres días cansados y sin comodidades, preferíamos relajarnos en las bonitas cabañas y relajante piscina de piedra del hotel Kambary (20.000 CFA - v/WC/d). Un restaurante local, justo al lado del hotel La Falaise, es un buen lugar para cenar: unos deliciosos steak de boeuf y brochettes, dos raciones de patatas fritas, una cerveza Castel 66 cl y una Coca-Cola 50 cl (6.100 CFA).
Para ir desde Bandiágara a Mopti, primero nos encontramos con un turista que habíamos coincidido varias veces con su familia en el País Dogon que nos comenta -pero no nos asegura- que el día anterior había pactado un taxi compartido (15.000 CFA grupo) y podíamos ocupar 2 plazas más. Vamos de todas maneras a la gare a preguntar por curiosidad por el bus a Mopti, que la noche anterior nadie parecía conocer su horario. Nos dicen que hay un taxi compartido que sale enseguida, pero hay unos tipos que incordian -sobretodo uno que está un poco bebido- que si tenemos que pagar equipaje, que paguemos por adelantado... Al final preferimos salir de la gare y preguntar para ir con los 5 miembros de la familia. La sorpresa viene cuando alguien de los tipos que estaba en la gare debió chivarse y le prohibió al chófer del taxi privado de la familia que nos llevara, porque ya habíamos preguntado en la gare. En fin, al final nos indignamos un poco, se metieron con el borracho y acabamos yendo en el taxi compartido de la gare (1.500 CFA pp) sin pagar por el equipaje, que daba la impresión sería la comisión del borracho.
Tras avería incluida y por una buena carretera asfaltada, llegamos a la gare de Mopti sobre el medidodía. Inicialmente pensábamos en continuar trayecto y dormir en Djenne -que mañana era su conocido día de mercado-, pero se nos hubiera pasado el día esperando el transporte y preferimos quedarnos. Mañana ya madrugaríamos. Desde la gare caminamos unos metros hasta la Av de la Independance, donde cogemos un taxi (400 CFA) que nos deja en la puerta del hotel Doux Reves (15.000 CFA - v/WC/d), situado en las afueras, pero con muy buenas recomendaciones. Para comer por la zona sólo está la opción -enfrente mismo- del restaurant Yeredeme, regentado por madres solteras y con una calidad-precio aceptable.
Mopti: Para ir al centro lo más cómodo es caminar unos metros hasta la Av. de la Independance y subirse a uno de los taxis compartidos (150 CFA pp) que van pasando, pero empezamos a andar y nos encontramos ya por calles de la ciudad vieja, donde observamos unas condiciones de vida bastante precarias, con mucha suciedad. Entrando ya en la Av. Independance, vendrá el Marché Souguni, la Gran Mezquita y ya se llega hasta la ciudad nueva y el puerto, donde está la agencia del autobús a Bobo Dioulasso, que sale todos los días a las 17 h. Paseamos por el mercado de pescado en el mismo puerto, con bastante colorido, y acabamos en el bar Bozo, con una ubicación excepcional para contemplar el entrar y salir de las barcas del puerto y la puesta de sol con el río Niger delante y varias barcas de fondo. Aquí nos habían propuesto la clásica excursión en pirogue por el río con posibilidad de llegar a la otra orilla, pero las imágenes continuas y variadas que nos ofrece esta posición es tan buena que preferimos quedarnos y gozar tranquilamente de la misma.
Antes de las 7 estamos en la gare de Mopti esperando que salga el minibús a Djenne (1.750 CFA). Antes nos habíamos cambiado de hotel (igualmente debíamos cambiar de habitación y dejar empaquetado el equipaje, pero también preferíamos estar en el centro) y dejamos el equipaje ya en la habitación -que estaba libre la noche anterior- del hotel Campement Renove (15.000 CFA - ac/WC/d), contiguo a la gare. En pocos minutos se llena el minibús y salimos para Djenne. Su visita, más si se puede hacer coincidir con el mercado del lunes, es para nosotros imprescindible. Son 130 Km. de buena carretera desde Mopti los cuales, si añadimos el tiempo de espera del transbordador para cruzar el río poco antes de llegar, pueden suponer bien las 3 horas. Realmente, es más cómodo ir a dormir el día de antes, pero íbamos 8 turistas para ir y volver el mismo día.
Djenne: Su mezquita, de estilo sudanés, es el edificio de barro más grande del mundo y posiblemente la imagen más famosa del país. Para poder abarcarla completamente hay que subir a alguna terraza, pero no de las que están más cerca. Una vez arriba su visión es espectacular. Enfrente suyo se coloca el gran mercado de los lunes, que dicen es el de más colorido del África Occidental. Realmente tiene mucho color y se ven diferentes razas de gente. Aunque hay turistas, el mercado parece tan grande que no tienes la sensación que haya demasiados y el mercado es completamente local. También, aunque hace bastante calor, es agradable pasear por otras calles de Djenne para contemplar su arquictectura. Nos sentamos para tomar un par de refrescos, justo enfrente de donde se forma una especie de mercado ganadero donde hombres Fulani están intentando vender sus cabras y es un continuo pasar de mujeres cargadas entrando y saliendo del mercado principal.
Tras varias horas de disfrutar del mercado, nos apuntamos en el próximo taxi compartido (2.000 CFA) -los minibuses salen más tarde- que salga para Mopti. Una vez lleno -nunca mejor dicho- salimos en el destartalado vehículo. A medio camino, avería. Aunque el chófer intentaba arreglarlo -y le decía a algún transporte de malienses que paraban que todo estaba controlado- la avería parecía seria. Tanto es así, que cuando se paró un vehículo privado que iba con un blanco, le pregunté si iba y podía llevarnos a Mopti. Los otros 4 turistas que también esperaban con nosotros no se lo pensaron 2 veces: las 3 mujeres dentro y los 3 hombres detrás, a merced del sol y el viento, llegamos a gran velocidad a Mopti.
Caminamos hasta el río para ver la puesta de sol y nos quedamos a cenar al lado del río, en el restaurante Sigui, según la Lonely Planet de 2002 el mejor de Mopti, pero sólo ligeramente más caro que el Yeredeme que ya conocíamos.
A reseñar que en Mopti es muy habitual que te vayan ofreciéndo en la calle -bastante a menudo- la visita al País Dogon y la clásica travesía por el río Níger hasta Timbouctou.
Vamos hasta el puerto a comprar los billetes para Bobo Dioulasso (7.500 CFA). Hay que estar a las 16:30 para salir a las 17 h. Pasamos la mañana viendo el deambular de las barcas en el puerto y merodeando por los numerosos tenderetes alrededor de él, y visitando el Marché Ottawa próximo a nuestro hotel, con mucho colorido, por la gente y por las numerosas vasijas de arcilla que se exponen. Cuando ya aprieta el calor nos refugiamos en el aire acondicionado de la habitación. Comemos algo en el restaurante de nuestro hotel -con peor calidad-precio- y vamos al puerto a coger nuestro autobús que debe llevarnos a Bobo, ya en Burkina. A las 17 h nos comunican que sólo hay 5 pasajeros apuntados, que 10 son el mínimo para hacer el viaje y que para que salga deberíamos pagar 30.000 CFA. Evidentemente no aceptamos y pedimos que nos devuelvan el dinero. Entonces nos ofrecen una alternativa: coger el autobús hasta Bla (sale desde la agencia contigua y está a punto de salir) y desde allí -según ellos- pasan continuamente autobuses a Bobo. Bla no salía en el mapa de Mali y no teníamos ni idea de donde estaba, pero como ya nos habíamos hecho la idea de salir de Mopti y nadie nos garantizaba que mañana no pasara lo mismo, aceptamos y compramos el billete para Bla (5.000 CFA), abonándonos la diferencia respecto al billete de Bobo.
El autobús, muy caluroso cuando estaba parado, acabó tardando más de una hora en salir. Luego nos enteramos, en una breve parada, que su destino final era Bamako. Cerca de la medianoche llegamos a Bla, que era el cruce de carreteras donde la carretera de Bamako se bifurca en dos: una sigue para Mopti y la otra va para Bobo. Pero el primer autobús a Bobo no iba a pasar hasta la mañana y en este cruce de carreteras -al menos había gente, incluido el típico comisionista inofensivo que intentaba vendernos un transporte directo a Bobo - no había ningún hotel. Por suerte, había un minibús que iba a salir para Koutiala (1.500 CFA), desde donde también había transporte a Bobo por la mañana y sabíamos que había hoteles. A gran velocidad, por una carretera desierta y con música africana bien alta nos acercábamos, cansados, al nuevo destino improvisado. Sobre una hora más tarde, el minibús nos deja en el centro de Koutiala, a pocos metros del motel La Chaumière (7.500 CFA - v/WC/d), donde una habitación muy limpia con una potentísima ducha de agua caliente !!! nos hacen olvidar las incidencias del día.
Primero caminamos hasta donde nos había dejado el minibús ayer para preguntar por el bus a Bobo. Nos señalan unas vanettes, pero luego, mientras desayunamos, nos enteramos que el minibús a Bobo salía a las 10 desde la gran gare, que estaba lejos del centro. Tras desayunar en el motel (1.500 CFA) cogemos un taxi hasta la gran gare (500 CFA) y salimos para Bobo (5.000 CFA) cerca de las 10:30.
Unos días después otro viajero nos comentaba que tampoco salió su autobús Mopti-Bobo por haber sólo ese día 3 pasajeros apuntados y le informaron también para ir a Bla, con la mala suerte en su caso que se averió su autobús y llegó a Bla pasadas las 8 h, teniendo que esperar en Bla hasta las 13 h el bus a Bobo.
Una opción más segura y con el aliciente de disfrutar del paisaje en el trayecto desde Koutiala, es tomar el bus diario Mopti-Koutiala (4.500 CFA), dormir en Koutiala, y tomar por la mañana el Koutiala-Bobo (5.000 CFA).
El paisaje es muy bonito. Es mucho más verde que el que habíamos visto hasta ahora. El último pueblo de Mali es Koury, donde hay improvisados stands que sólo venden melones de un vivo color amarillo. Tras los respectivos sellos de salida y entrada, paramos unos minutos en la aduana. En este momento está cayendo una auténtica tromba de agua, pero unas mujeres Fulani, ataviadas con vivos colores, aguantan como pueden el diluvio e intentan aprovechar estos minutos de papeleo aduanero para vender envases llenos de leche de cabra a nuestros compañeros burkinabeses de viaje.
Ya en Burkina Faso vamos pasando diferentes aldeas características de la etnia Bobo. En las más grandes, como Bama, se detiene breves minutos que aprovechan chicas Bobo para vender sus productos, sobretodo plátanos. Aunque la carretera es buena el minibús va a poca velocidad y acabaremos llegando a Bobo sobre las 15 h.
El minibús nos deja en Bobo, en el Bld de la Revolution y está lloviendo. Tomamos un taxi (600 CFA) hasta el hotel Entente (10.600 CFA - v/WC/d / desayuno), en el centro. En la calle de arriba hay un Bureau de Change (1 €=655 CFA). Para cenar, hay varios restaurantes, pero también unos stands con pollo y cordero grillé con muy buena pinta. Compramos una deliciosa pierna de cordero para 2 (1.500 CFA) -ellos te la trocean con un machete- y al lado puedes sentarte en un bar para pedir la bebida.
Bobo Dioulasso: Empezamos su visita dirigiéndonos hacia la Grande Mosquée, de estilo sudanés. El sol de la mañana realza su belleza. Luego nos adentraremos en el barrio de Kibidwe, la parte más vieja de la ciudad, que se mantiene a duras penas y con bastante suciedad. Cruzando el río, hacia el este, pueden verse artesanos trabajando la madera y el bronce, invitándote a entrar en sus tiendas para ver su trabajo. Retrocedemos, y nos dirigimos hacia el Grand Marché, con mucho ambiente.
Hay posibilidad de realizar excursiones por los alrededores de Bobo: las más usuales son la visita de los poblados Bobo de Kuomi y de Koro, este último situado en un promontorio que ofrece buenas vistas, pero no nos atraen demasiado y preferimos coger el autobús de Rakieta de las 12 h (hay varios al día) -su stand está a pocos metros del hotel, en el centro- para Banfora (1.300 CFA). El trayecto es rápido -hora y media- y cómodo.
Caminamos hasta el hotel La Canne a Sucre, que teóricamente tiene unas cabañas con mucho estilo a 10.000 CFA según la Bradt, pero para hoy están reservadas y nos quedamos en una habitación del edificio central que tampoco está mal (8.500 CFA - v/WC/d agua caliente). Para los 2 días siguientes sí nos cambiaremos a las preciosas cabañas (11.000 CFA - v/WC/d agua fría). El restaurante local Yankadi hace un riz gras buenísimo y el dueño es muy atento. Con mejor presencia y sólo ligeramente más caro, enfrente cruzando la carretera, el restaurante Djiguiya es también recomendable.
Mañana queremos visitar los alrededores de Banfora y hay que atar la excursión. Paseamos hasta el otro extremo del pueblo y encontramos a Bako, un guía recomendado por la Bradt que se supone también alquila mobylettes. El tal Bako tiene varios hijos, apenas habla inglés, pero la expresión good for you good for me se la sabe muy bien y, aunque inicialmente teníamos intención de ir sin guía, hablamos con él de la excursión, nos cae bastante bien y por 12.000 CFA se encargará de alquilar 2 mobylettes con gasolina incluida y nos hará de guía todo el día. Antes, y en el mismo hotel, nos alquilaban los ciclomotores a 5.000 CFA cada uno.
Alrededores de Banfora: los alrededores de Banfora tienen la fama de tener el paisaje más bonito de todo Burkina. Los 3 enclaves a visitar son: las Domes de Fabedougou, las Cascadas de Karfiguela y el lago Tangrela. Tomamos el camino de las Domes que transcurre entre campos de caña de azúcar. Nos paramos y Bako corta y nos pela una caña de azúcar para que probemos su dulce sabor. Después entramos en un poblado donde nos invitarán a probar la cerveza de mijo. Bako es de por allí cerca, lo conocían y visitamos el poblado. Tras pasar más campos de caña de azúcar llegamos al primer objetivo del día.
Las Domes de Fabedougou (1.000 CFA) son un conjunto de formaciones rocosas que conforman un paisaje muy particular. La Bradt las compara con un paisaje del Oeste de Australia que recibe miles de visitantes anualmente. Aquí las disfrutamos en total soledad. Subiendo a una de las más altas hay una amplia y bonita vista de todo el conjunto. A su alrededor, un paisaje de un verde intenso por los campos de arroz y de caña de azúcar. A continuación, por estrechas caminos, atravesaremos varios campos de caña de azúcar, viendo las enormes máquinas que se utilizan para cortarla, hasta llegar al próximo destino.
Las Cascades de Karfiguela (1.000 CFA + 150 CFA parking mobylette) son una serie de saltos de agua situados a 15 Km. de Banfora. El sendero que lleva hasta la cascada está inundado varios palmos, pero siguiendo a Bako lo rodeamos a través de unos cultivos. Hay una pequeña subida hasta los principales saltos de agua. Una vez arriba la vista también es muy bonita. Es la temporada de lluvias y baja bastante agua. Te puedes acercar bastante hasta la cascada más grande y el marco que forman en conjunto está bien, pero claro, mejor no visitarlas días después de ver las cataratas Victoria. Luego seguimos a Bako para ir un poco más arriba, donde hay saltos de agua más pequeños y se forma un poco de laguna con poca corriente por si te quieres bañar. Aquí será el lugar para comer. Una vez descansados bajaremos hasta la entrada a buscar las mobylettes.
Empezamos a atravesar campos de cultivo por diferentes caminos que Bako se conoce muy bien. Vemos trabajar diferentes cultivos, pero sobre todo arroz. Por esta zona ya no hay caña de azúcar. Bako va un poco rápido, pero cuando queremos parar no pone ningún impedimento. Vimos como una serpiente tenía un ratón en la boca y Bako se alejó rápidamente diciendo que era muy peligrosa. Antes de la próxima visita paramos un rato para tomar un refresco en el Farafina, un campamento -por si alguién prefiere dormir fuera de Banfora-, que dispone de vistosas chozas tradicionales (4.000 CFA). Ya descansados, entramos en la carretera que viene de Banfora y tomamos un desvío -que está señalizado- hasta el lago.
El Lac de Tengrela (1.000 CFA) queda a unos 7 Km. de Banfora. Puede alquilarse un bote (1.000 CFA) para intentar ver hipopótamos, pero una francesa en el Farafina nos confirmó que ahora no se ven porque hay mucha agua en el lago y están lejos. Preferimos caminar un poco alrededor del lago mientras Bako se echa a dormir en la plataforma elevada que se utiliza como mirador del lago. Cuando el sol ya ha bajado bastante emprendemos el retorno a Banfora.
Volviendo para Banfora pasamos por un poblado donde hay mujeres que están moliendo mijo y otras están confeccionando cestos de rafia de varios colores, y nos paramos para verlo y para comprar algún cesto que son muy bonitos. Esta será la última parada de la excursión, que en conjunto ha estado muy bien y Bako se ha adaptado sin problemas a nuestro ritmo.
Excursión País Senufo: hoy queremos intentar visitar algún poblado de la etnia Senufo, que se encuentran por los alrededores de Sindou, a 50 km. de Banfora. Sólo hay un bus al día y sale por el medidodía, por tanto, buscamos y conseguimos un taxi (20.000 CFA) que nos lleve y nos espere en Sindou hasta la tarde, que nos traerá de vuelta. Salimos sobre las 8:30 h y aún en las afueras de Banfora, primera parada: como la noche anterior ha llovido bastante y la carretera es de tierra hay una cadena para que no pase ningún vehículo hasta que se seque un poco. En media hora la abren y pronto comprobamos que hay charcos bastante grandes, pero parece que para el conductor es normal. Tenemos 2 paradas: primero tiene que cambiar las bujías tras pasar un gran charco y luego sacar un cable para hacer algo con el cambio de marchas, pero lo arregla en el tiempo que nosotros tardamos normalmente en echar gasolina. Pero cuando faltan unos 5 km. para llegar a Sindou pincha una rueda... y no lleva ninguna de respuesto. Nos dice que vayamos andando, que el ya irá a cambiar la rueda y quedamos en Sindou a las 16 h.
Por el camino nos cruzamos con gente que nos saluda. Se ven acumulaciones de tierra en los bordes del camino realizados por las termitas. A 1 km. de Sindou vemos los conocidos Pics de Sindou, que son otras formaciones rocosas que tienen más formas puntiagudas que las de Fabedougou. Son diferentes y también son bonitas. Llegaremos a Sindou ya pasadas las 13 h. Comemos un riz sauce (500 CFA) en el Kiosk Kassa y tomamos un refresco en el Chez Paul's. Nos quedan menos de 2 horas para ver algún poblado Senufo. Intentamos alquilar 2 bicis en Chez Paul's pero tardan mucho y al final decidimos ir andando y tomamos el camino dirección al poblado de Kawara, que está a unos 5 km. El camino es muy bonito, con hileras de grandes árboles que ensombrecen la tierra roja. Nos cruzamos con algunos niños, pero no se acercan. Parecen muy tímidos. Sobre los 3 km, a pocos metros del camino, ya vemos un poblado Senufo, que tienen la característica de tener las chozas alrededor de un recinto circular. Entramos en él hasta el centro, donde sólo vemos un par de jóvenes que nos miran y sonríen con curiosidad. Nos presentamos y les preguntamos que donde está el resto de la gente. Nos dicen que están durmiendo. Sale de dentro de una de las chozas una mujer con un niño en brazos. Nos mira unos segundos y vuelve a entrar en su choza sin decir nada. Viendo que no sale nadie más nos despedimos. Realmente los Senufo no parece que estén acostumbrados a recibir turistas, ni tampoco tienen curiosidad de conocerlos. Regresamos a Sindou y ya vemos que nos espera nuestro taxista al lado de su coche.
El camino de vuelta fue toda una aventura: el coche se volvió a averiar y parecía más serio. Pidió ayuda a gente de los vehículos que subían para Sindou. Durante un rato la rueda sigue haciendo un ruido raro y, a mitad de camino, al llegar a un poblado, el coche dijo basta y ya no podía continuar. Nos dice el conductor que ya pasará algún camión o coche camino de Banfora, pero le preguntamos al jefe del poblado que paseaba por allí y no era nada seguro que por la tarde pasara transporte para Banfora. Tras pedírselo, el jefe le ordenó a un chico que intentara buscar a 2 personas con moto para que nos llevaran de paquete. Pero el tiempo pasaba, ya empezaba a oscurecer y no teníamos nada claro que pudiéramos dormir esa noche en Banfora. De repente, vimos como se acercaban dos 4x4 a gran velocidad. Eran gente del gobierno que volvían de enseñar a fumigar a las gentes de la zona. Por suerte, acceden a llevarnos. Casualmente, la persona que dirigía la expedición la habíamos visto por la mañana desayunando en otra mesa en el restaurante Yankadi y nos había deseado un bonito día. Cosas del destino.
Hoy nuestra intención ya es salir para Gaoua. Hay sólo una salida de autobús fija: con la compañía Rakieta a las 14:30 h. El horario nos va bien porque tenemos toda la mañana para ver el día de mercado de Banfora, que cae siempre en domingo. Primero, tras asegurar los billetes, queremos caminar -por la carretera que va al lago Tangrela- hasta un lago de nenúfares que habíamos visto el día anterior al volver. Por el camino vemos a mucha gente que va viniendo para el mercado, cargados con todo lo que pueden. Algunos vienen con carro, o en alguna bicicleta con la carga, pero la mayoría de gente transporta su género sobre la cabeza. El paseo es agradable, no hace calor y se ven imágenes bonitas. Tras regresar damos una vuelta por el mercado, que no es muy grande, pero está muy animado y también tiene colorido, aunque a estas alturas de viaje ya no nos sorprende tanto. Nos fijamos en un tenderete que vende sólo unas grandes orugas fritas. Como nos la miramos con curiosidad, alguién que las compra para hacerse un bocata nos ofrece alguna para probarlas, ... pero ya habíamos desayunado.
Tras comer en el Djiguiya vamos al stand de Rakieta a tomar el bus de las 14:30 h a Gaoua. Se hacen las 15, las 16 y parece que no viene el bus. Preguntamos si va a venir y nos dicen que sí, pero que no saben cuando vendrá. Sobre las 18 h aparece el bus. Empiezan a cargar el equipaje más pesado y cuando parece que vamos a irnos, dicen que ese autobús no ha pasado el mantenimiento, que vendrá otro!!! Y sí, nos volvieron a confirmar que salía seguro y al rato llegó otro autobús. Bajan ahora el equipaje del primer bus y cargan éste, con el que acabamos saliendo sobre las 20 h (desde las 14:30 h. iniciales). Casualmente, el viajero que encontraremos 2 días después y que tampoco le salió el bus Mopti-Bobo en su día, tomó este mismo autobús a Gaoua al día siguiente (es diario, a las 14:30 h). Esta vez tuvo él más suerte, el bus acabó saliendo sólo a las 18:30 h.
En fin, tras unas 5 horas por una pista de tierra con pocos baches y apenas sin paradas, llegamos a Gaoua. Son ya la 1 de la madrugada y nos quedaremos en el único hotel que está en el centro, el básico y nada recomendable hotel Poni (4.000 CFA - v) al que nos acompaña -sin pedírselo- un tal Eric, con pinta de jamaicano tipo Bob Marley.
De buena mañana queremos trasladarnos de hotel y según todas las guías sólo hay uno decente: el hotel Hala, a 1'5 km de Gaoua, en la carretera de Diebougou. El tal Eric nos está esperando fuera y nos informa de unos bungalows del gobierno a 5.000 CFA que se supone están muy bien. No perdemos nada por ir a verlos y nos hace de taxista (500 CFA) su amigo, que tiene coche. Los bungalows del Ministère des Infraestructures -sobre 1 km de Gaoua, en la carretera de Banfora- tienen a la entrada un salón con sofá y ventilador, y luego la habitación con aire acondicionado, lavabo y ducha. Los alquilan cuando no se utilizan y a 5.000 CFA por día son una auténtica ganga y una muy buena alternativa al monopolio -según la Bradt a (15.000 v / 27.500 ac)- que parece tener el hotel Hala en Gaoua.
Nos recuperamos del cansancio de ayer y nuestra intención es realizar una pequeña excursión en bicicleta por los alrededores de Gaoua por la tarde y hacer mañana la visita completa del País Lobi. Nos dejan un par de bicicletas los que dirigen los bungalows y vamos a Gaoua a comer, al restaurant La Flamboyent. La otra opción cercana y del centro de la ciudad es el nuevo 4 Season que nos pareció -otro día que lo probamos- de una calidad-precio ligeramente mejor.
Empezamos la excursión en bicicleta y tomamos la carretera de Doudou-Batie. Pasamos primero por el conocido Museo de Gaoua -que hoy lunes estaba cerrado- y salimos de la ciudad. Nos cruzamos con gente que va a trabajar y nos saluda. Pasamos por delante de un poblado, cuya artesanía era hacer vasijas de arcilla, viendo detenidamente el horno donde las cuecen. Ahora no trabajaban, pero nos dejan acercarnos y hacer las fotos que queramos, que luego se miran con mucha curiosidad y risas. Creemos entender que por la mañana es cuando los trabajan. Seguimos un poco más para luego regresar por el mismo camino. Ahora el sol está más bajo y se ven aún mejor los colores. Como primer contacto de la zona ha estado bien.
Nos vienen a ver a los bungalows Eric y el conductor para intentar cerrar la excursión de mañana, ofreciendo Eric los servicios de guía y el otro el alquiler y conducción del coche. Nos sentimos en parte agradecidos por la información de los bungalows, y también el autor de la Bradt recomendaba en el país Lobi, más que en ningún otro sitio, ir con guía para abrirte sus puertas; por tanto, acabamos pactando un total de 34.000 CFA por todo, el recorrido y el guía, visitando Loropeni (ruinas), Obiré (Santuario de los Gan), poblado con casa del hechicero y varios poblados artesanales. Luego iríamos a Dourou a ver a las mujeres buscadoras de oro y a otro poblado artesanal.
Excursión País Lobi: empezamos dirigiéndonos a Loropeni, a 50 km por la carretera de Banfora. Allí nos desviaremos 8 km más hasta Obiré en tierras de los Gan, que son un subgrupo dentro de la etnia Lobi.
El Sanctuaire des estatues des rois Gan (1.500 CFA) es como un museo viviente en que se honra a los monarcas Gan, con una estatua suya dentro de una caseta individual. El lugar es muy simbólico y el guía oficial que está en la taquilla te lo explica detenidamente. A continuación -siguiendo al guía oficial-, entraremos en un poblado Gan. Nos parece muy auténtico, pero nos avisa que no hagamos fotos de personas. Tras dejar el poblado ahora vamos a tener una audiencia con el actual rey Gan. El guía oficial nos advierte que no podemos darle la mano. Allí está, con su corona, sentado en su silla real a la sombra de un baobab. Se interesa por nuestra procedencia y nuestra opinión sobre sus tradiciones. También se ofrece a hacerle cualquier pregunta y a invitarle a nuestra casa. Puede parecer una fantochada, pero la gente se inclinaba con devoción delante de él. Son sus costumbres y nos merecen un profundo respeto. En su conjunto, valoramos esta visita a los Gan como la mejor del día.
Las ruinas de Loropeni (1.500 CFA). A un par de kilómetros de Loropeni se encuentran estas ruinas, que están esperando turno para ser declaradas Patrimonio de la UNESCO. Realmente su principal atracción es el misterio que envuelve a su construcción -no se sabe con certeza ni quién, ni cuándo, ni por qué se utilizaron rocas en lugar del barro habitual de la zona para construirlo- más que su espectacularidad, que es poca. También, el guía oficial de la taquilla te acompaña y te lo explica detenidamente.
Casa del Hechicero. En el camino de vuelta para Gaoua nos detenemos en un poblado donde hay un hechicero. Esta figura es muy importante y tiene mucho poder en el animismo de los Lobi. Vemos al hechicero sentado al lado de la casa de los fetiches, coronada por una máscara. El taxista, curiosamente no el guía, nos explica que la gente viene a consultarle sobre sus problemas o su futuro. Nos propone que si queremos consultarle algo entremos en su casa. Preferimos dar una vuelta por el poblado que también nos parece bastante auténtico. También hay una pequeña sukala, una especie de casa fortificada de los Lobi.
Poblados artesanales. Tenemos previstos visitar 3 durante el día. Primero regresaremos a Gaoua y tomaremos la carretera de Kampti unos 8 km. El primer poblado confeccionaba cestos con hojas de caña y el segundo -con madera de teca- tallas de fetiches. El tercero -que visitaremos ya por la tarde, en la carretera de Doudou- será el típico alfarero, que ya habíamos visto uno parecido en la excursión de ayer.
Mujeres buscadoras de oro. Ya por la tarde vamos hasta Doudou, a unos 14 km de Gaoua, para ver como estas sufridas mujeres intentan encontrar, en zanjas abiertas al lado de un río, ínfimas partículas de oro entre los montículos de arena que van formando.
Aquí nuestros guías nos comentan que podemos seguir e ir a ver la sukala más grande de la zona, y así ampliar las condiciones pactadas, pero sinceramente ya teníamos ganas de perderlos de vista. Claramente los desaconsejamos: al guía por apenas conocer la cultura Lobi (dudamos que lo sea, aunque lo afirmara), y a su amigo taxista por conducir por pistas de tierra como si fueran autovías y quejarse continuamente que son muchos kilómetros y que la gasolina está muy cara. De vuelta les hacemos ir hasta la gran gare -que está en las afueras- donde compramos los billetes para mañana a Ouaga (6.500 CFA) con la compañía TSR.
Hoy será un día de tránsito. Nuestro próximo objetivo es visitar las tierras del País Gourounsi, cuyo centro neurálgico es el poblado de Tiebele, a 31 km de Po, en el sur de Burkina y cerca de la frontera con Ghana. De hecho, el camino más corto sería ir hasta Diebougou y luego por pistas de tierra ir hasta Leo y luego a Po. Pero en transporte público el tiempo empleado sería muy incierto y es mucho más rápido y seguro ir hasta Ouaga (2 salidas diarias: 8 h, 15 h, con TSR) y de allí hasta Po (varias salidas al día con STMB y Rakieta).
Pasando por Diebogou, Pa y Boromo como ciudades principales tardaremos unas 7 horas largas -con avería del bus incluída- por una buena carretera asfaltada y un bus bastante cómodo. Ya en Ouaga, TSR parará primero en su gare de Gounghin, luego va a otra gare (según la Bradt debería ser en Dapoya), donde está la gare de STMB y así empalmar con una salida que tiene a las 16:00 h para Po; pero irá a una gare de TSR (que no sale en la Bradt) por el Blv. General de Gaulle. Esta lloviendo bastante y tenemos que esperar a que llegue un taxi (1.000 CFA) que ya nos llevará a la gare de Rakieta, en la parte sur del centro, y tampoco está donde muestra la Bradt- que tiene la úlitma salida del día a Po (2.000 CFA) a las 17:30 h.
Tras unas 2 horas llegamos a Po, y nos instalamos en el hotel Mantoro (4.000 CFA v/d) -que no merece el mid-range que le otorga la Bradt. Para cenar, el restaurante Le Pyramid es una buena y oscura opción (poulet grillé, riz sauce, Flag 66 - 2.800 CFA).
Como hoy no es su día de mercado -es rotatorio cada 3 días- no hay transporte para Tiebele y hay que negociar un taxi. Pululan varios comisionistas por la gare ofreciéndote un taxi a 15.000 CFA, 10.000 CFA. Al final podemos conseguir uno, que debe ir más tarde a buscar a dos personas, para que salga enseguida por 5.000 CFA. Nos deja en el centro y el Auberge Kunkolo (5.000 CFA - v (sólo de 18 a 24 h)) está a 1 km en las afueras. Queda una sola habitación porque el resto están reservadas para un grupo organizado español.
Nuestra intención inicial es alquilar 2 mobylettes para explorar el País Gourounsi, pero sólos, sin guía. Volvemos a Tiebele y aún suerte que un tal Nassara puede conseguirnos una por 6.000 CFA, incluyendo gasolina. Parece que la carretera es muy mala y nadie se fía de dejarte la mobylette, sobretodo si no van contigo.
Excursión País Gourounsi: Primero queremos ir a Bounkou. Hay que seguir el camino que pasa por el Auberge Kunkolo. Sí que es verdad que aquí el camino está mal. Hay trozos con bastantes piedras. Vamos viendo -se ven por toda la zona- las tradicionales casas circulares Kassena, que se caracterizan por las bonitas pinturas en sus muros. Llegamos a un camino más ancho, a la derecha queda Tangassoko -que iremos por la tarde- y a la izquierda -ya muy cerca- queda Bounkou. En este último tramo el paisaje es más llano y puede verse un bonito verde intenso. Vemos a la gente trabajar, nos paramos, y tienen mucha curiosidad en verse en las fotos. En Bounkou no vemos actividad, a pesar que hoy era su día de mercado. Seguiremos más adelante, nuestra intención es llegar hasta Gwelbongo, poblado fronterizo con Ghana. Nos paramos en un poblado al lado del camino donde las casas Kassena son especialmente bonitas. Hay una mujer y dos niñas y tienen curiosidad en hablar un poco con nosotros. Pasamos varios poblados hasta llegar a Zekko. Aquí el camino se junta con otro más ancho, y a la derecha hay un cartel indicando 2 km para Gwelbongo. Llegamos hasta este poblado fronterizo y nos sentamos para tomar un refresco. En el bar tienen curiosidad en hablar con nosotros. Incluso hay un chico que estudia en Accra con el que hablamos en inglés. Nos piden que nos quedemos un rato más, pero hay que ir volviendo por el mismo camino. Ahora -al pasar por Zekko- hay unas mujeres moliendo mijo. Nos paramos para verlo y filmarlo y no les importa. Al contrario, les gusta luego verse. Va viniendo más gente de las otras casas a vernos. También hay un chico que habla inglés. Es un rato muy agradable.
Proseguiremos el camino, pasando de largo por el desvío por el que vinimos de Tiebele y quedan aún 5 km hasta Tangassoko. Al llegar, un chico en bicicleta se ofrece a llevarnos hasta la Maison de Tangassoko, que está en las afueras. Llegamos a la entrada y un hombre mayor nos enseña un escrito en francés que dice, entre otras cosas, que no puede discutirse dentro de la Maison y que se piden 2.000 CFA por el mantenimiento. Entramos dentro del recinto y la visión es preciosa. Pueden observarse diferentes casas Kassena, cada una con pinturas y dibujos diferentes. Vamos subiendo al techo de las casas y tenemos diferentes ángulos de visión de todo el recinto circular. Podemos entrar dentro para ver las casas y sus utensilios y hacer las fotos que queramos de todo el recinto. A diferencia de la Maison de Tiebele -acondicionada sólo para recibir a los turistas- , aquí vive gente y puedes verla en su entorno natural. Si alguien piensa visitar Tiebele, le aconsejamos vívamente llegar hasta aquí. Ya sólo nos queda volver hasta el desvío y llegar -con el sol ya muy bajo- hasta Tiebele, y dejar la mobylette en el Auberge Kunkolo. Ha sido un fantástico día, sin duda, el mejor en Burkina.
Para cenar ya habíamos elegido por la mañana en el Auberge los platos y la hora aproximada de la cena. Mientras esperamos, charlamos con el grupo organizado español que había llegado hacía poco, ya de noche. Tras comentarles que los transportes públicos se averían mucho por la zona, ellos nos contestan que los 4x4 también, explicándonos los problemas que habían tenido y que les habían obligado a cambiar los planes de ruta.
Hoy preveíamos llegar sobre el mediodía a Ouaga para tomar luego un bus de la compañía OA para Kaya -la capital del cuero, a 98 km de Ouaga- con teóricamente un bonito paisaje por sus alrededores y un ambiente más relajado que la capital.
Dejamos el Auberge ya con el equipaje sobre las 8 h, y vamos al centro de Tiebele a desayunar, al restaurant Le Titanic. Enfrente paran y salen los transportes. Hoy era el día de mercado en Tiebele y nos habían dicho que habría beaucoup de transport. Sí que vienen un par de furgonetas bien cargadas, pero no se va ninguna. El mercado se va animando pasadas las 10 h. Vemos alguna mujer con rasgos que no habíamos visto, pero de momento no sale ningún transporte -ni particular, ni público- hacia Po. Sobre las 11 h. llega una furgoneta y nos dice que saldrá tout suite hacia Po. Sobre las 11:30 h ya está llena, pero el conductor parece esperar a alguien y acabaremos saliendo cerca de las 12:30 h. A mitad de camino se detiene en otro poblado donde también se ve un mercado. Nos quedaremos aquí casi una hora -echamos unas partidas al futbolín con unos niños- y acabaremos llegando a Po, a 31 km de Tiebele, pasadas las 15:00 h!!!. El próximo bus a Ouaga salía a las 16:00 con STMB.
La interminable jornada para llegar hasta Po nos hizo cambiar el plan previsto. Llegando ya habiendo oscurecido a la gare de STMB en Dapoya, ya pensamos quedarnos a dormir en Ouaga, y los dos días que nos faltaban nos los tomaríamos más relajadamente, como final de viaje, en el mismo Ouaga. Buscamos el hotel de France, recomendado por un viajero, situado en la Av. de la Liberté, aquí en Dapoya. Acaba estando en el otro extremo de la calle -ya es Paspanga- casi tocando la transitada rue Nongremassen. El personal del hotel de France (15.000 - ac/d/WC/TV) es muy simpático. El nivel del hotel es mejor que en los hoteles del centro y podremos dejar la habitación a las 21:00 h, dado que nuestro vuelo salía por la noche.
Pasear por esta zona nos parece más agradable -tampoco te agobian vendiéndote cosas- que por el centro. Bajamos por Nongremassen hasta la Av. President Sankara. Pasamos por el bonito edificio del Musée de la Musique (1.000 CFA) y llegamos hasta la Place des Nations Unies. Queremos ir hasta el Village Artisanal de Ouaga, situado lejos del centro, en el Blv Circulaire. Cogemos un taxi compartido (200 CFA pp). El Village es más grande que el Centre National d'Artisanat que visitamos el primer día cerca del centro. Suele ser más visitado por los grupos organizados y hay más variedad de productos, pero encontramos los precios un poco más altos y con menos posibilidad de regateo. Volvemos al centro con el bus urbano nº 2 (150 CFA pp), que tiene una parada justo enfrente, para quedarnos y realizar algunas compras. Volver hasta la Av de la Liberté es un paseo de 20-30 minutos desde el centro y no se hace pesado.
Para cenar por la zona del hotel, se ven -y se huelen- stands con poulet grillé (1.500 CFA), que puedes comprar y comértelo en el bar de al lado. También, a unas cuantas calles hacia la derecha, el restaurante The Pyramid es una buena y barata opción.
En nuestro último día visitaremos el Marché Sankaire, en Dapoya, que después del incendio en el mercado central Rood Woko, es actualmente el más grande de Ouaga. Tras nuestras últimas compras descansaremos por la tarde hasta la hora que dejemos la habitación del hotel.
Tomamos un taxi (1.000 CFA) al aeropuerto. Hay un par de restaurantes abiertos fuera, donde vamos a cenar y donde hay gente que luego también tomará el mismo vuelo.
El vuelo salía a las 3:30 h de Ouaga. Ya en el aeropuerto, hay un par de religiosos españoles que nos hacen la espera más amena contándonos sus 10 días de experiencia en Burkina.
Esta vez vino puntual el vuelo de Casablanca y salimos casi a la hora. En Casablanca, cuatro horas más de tránsito en compañía de los religiosos -ellos tomaban el de Madrid casi a la misma hora- y la llegada a Barcelona dos horas después pone fin a este viaje por Mali y Burkina Faso.