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Bandera de Madagascar

MADAGASCAR

Guía y relato de un viaje por libre a Madagascar

En este viaje independiente de 27 días por la isla de Madagascar, recorrimos en transporte público toda la RN-7 entre Antananarivo y Toliara, así como la región de Morondava, la ruta de Soanierana en Antananarivo, la ruta entre Antsiranana y Ankify, y las islas de Sainte-Marie, Aux-Nattes, Nosy Be, Nosy Komba y Nosy Talikely.

Yolanda y Toni (Viatgeaddictes)
Published on Travel date: 2009 | Published on 13/07/2009
Last updated: 05/2024
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La Avenida de los Baobabs al atardecer (Morondava)
La Avenida de los Baobabs al atardecer (Morondava)

Introducción

Este viaje por libre a Madagascar el hicimos en transporte público, aunque el cierto es que fue bastante duro a causa de la precariedad del transporte público terrestre. Como recompensa de ello nos quedó un gran recuerdo y una huella que nunca olvidaremos.

Y es que la gran isla de Madagascar es un destino muy interesante y recomendable para los amantes de la naturaleza, con sus extraordinarias rarezas en flora y fauna, así como sus grandes y variados paisajes, entre los que destacamos la peculiaridad del tsingy.

Tampoco defraudará en absoluto a quienes busquen aventura (trekking, escalada, submarinismo, etc), historia y cultura, etnias, playas, compras, y mucho más.

Por el tanto, recomendamos muchísimo la visita a Madagascar y mejor hacerlo cuanto antes posible porque, a pesar de los esfuerzos en las últimas décadas de los gobiernos malgaches por conservar las inmensas riquezas naturales del país, la extrema pobreza de buena parte de su población crea una gran presión sobre los bosques del país en la búsqueda de nuevas tierras cultivables.

Madagascar es la cuarta mayor isla del mundo en superficie, tras Groenlandia, Nueva Guinea y Borneo. Está bañada por el Océano Índico y situada frente a la costa sudeste del continente africano, separada por el canal de Mozambique.

También recibe el alias de la Isla Roja porque el suelo que cubre buena parte de su territorio está compuesto de laterita (mineral rico en hierro y aluminio) y con la erosión su color rojizo queda expuesto a la vista.

La actual Madagascar se separó hace millones de años del continente africano y su posterior aislamiento ha hecho que en su territorio haya multitud de especies animales y vegetales únicas en el mundo, entre las cuales destacan los lémures, los camaleones, el fosa carnívoro o casi todas las familias de baobabs.

Otra particularidad es que la presencia humana en Madagascar es bastante reciente y posiblemente no va más allá de 2.000 años. Y a pesar de estar mucho más cerca de África que de Asia y Oceanía resulta que los primeros pobladores de la isla llegaron por mar, probablemente desde islas de la actual Indonesia.

Por tanto no debería sorprendernos encontrar en Madagascar muchos rasgos asiáticos y/o polinesios en su población local. La lengua malgache, por su parte, es de origen malayo-polinesio. También la presencia de cebús y los paisajes de arrozales de las tierras altas nos remiten más al sudeste asiático que no a África.

A la vez, o poco después de que estos primeros pobladores, llegaron al oeste de Madagascar colonos bantúes desde el continente africano. Con el paso de los siglos también llegaron a la isla los árabes y los europeos.


Ficha técnica del viaje

Fecha del viaje

Del 30 de agosto al 25 de septiembre de 2009

Itinerario

mapa

Día 1: Barcelona → flight → París/Orly - París/CDG → flight → ...

Día 2: ... - Antananarivo

Día 3: Antananarivo - Ambohimanga - Antananarivo

Día 4: Antananarivo - Antsirabe

Día 5: Antsirabe - Ambositra

Día 6: Ambositra - Fianarantsoa

Día 7: Fianarantsoa - Sahambavy - P. N. Ranomafana - Fianarantsoa

Día 8: Fianarantsoa - Ambalavao

Día 9: Ambalavao - Ihosy - Ranohira

Día 10: Ranohira (P. N. Isalo)

Día 11: Ranohira - Toliara

Día 12: Toliara → flight → Morombe → flight → Morondava

Día 13: Morondava

Día 14: Morondava - R. E. Andranomena - Avenida de los Baobabs - Morondava

Día 15: Morondava → flight → Antananarivo → flight → Sainte-Marie

Día 16: Sainte-Marie - Aux Nattes - Sainte-Marie

Día 17: Sainte-Marie

Día 18: Sainte-Marie → ferry → Soanierana - Tamatave - Andasibe

Día 19: Andasibe (P. N. Andasibe) - Moramanga - Antananarivo

Día 20: Antananarivo → flight → Antsiranana

Día 21: Antsiranana y alrededores

Día 22: Antsiranana - P. N. Montagne d'Ambre - Antsiranana

Día 23: Antsiranana - Mahamasina

Día 24: Mahamasina (P. N. Ankarana) - Ambilobe - Ambanja - Ankify → ferry → Hell-Ville (isla de Nosy Be)

Día 25: Hell-Ville - Andilana - Hell-Ville

Día 26: Hell-Ville - Nosy Komba - N. Talikely - Hell-Ville flight → ...

Día 27: ... → flight → París/CDG → flight → Barcelona

Esta ruta cubre algunos de los principales puntos de interés de Madagascar, como los que encontramos a el largo de la RN-7 entre Antananarivo y Toliara, la región de Morondava, las islas de Sainte-Marie y Aux-Nattes, el trayecto entre Tamatave y Antananarivo o el norte del país, incluyendo Antsiranana (Diego Suárez), los parques nacionales de Montagne d'Ambre y Ankarana, y las islas de Nosy Be, Nosy Komba y Nosy Talikely.

Pero se podrían añadir unos cuántos puntos más: el descenso del río Tsiribihina y el tsingy de Bemaraha, Fort Dauphin y cercanías, el trayecto en tren entre Fianarantsoa y Manakara, la zona de Masoala, Majunja, y otros muchos.

Moneda

La moneda oficial de Madagascar es el ariary malgache (MGA o Ar). Cada ariary se subdivide en 5 iraimbilanja (antiguos francos), por el que es una de las dos únicas monedas del mundo, junto con la moneda mauritana, que sus unidades fraccionarias no siguen un modelo decimal.

Cambio medio obtenido en este viaje (09/2009): 1 Eur = 2.780 Ar. Ver cambio oficial actualizado en el enlace Eur -> Ar

Los euros se podían cambiar sin problemas y, a diferencia de el que suele pasar habitualmente, en la oficina de cambio del aeropuerto de Antananarivo el cambio obtenido era tan bueno como el de la ciudad.

En las ciudades malgaches no hay una gran oferta de lugares para cambiar, pero no es difícil encontrar algún chiringuito o bien algún banco que cambie, como el BVF. De todos modos, fuera de las ciudades o en lugares rurales es conveniente llevar suficiente moneda local para no encontrarnos sin dinero, porque a pesar de que muchas veces se acepta el pago directamente en euros el cambio que nos harán será bastante malo.

El pago con tarjeta de crédito o débito, al menos en las fechas de este viaje, estaba poco extendido en Madagascar y solo era posible en grandes hoteles.

Gastos del viaje

+ 920 € (vuelo París-Antananarivo y Nosy Be-París)
+ 176 € (vuelo conexión Barcelona-París y París-Barcelona)
+ 420 € (4 vuelos domésticos en Madagascar)
+ 68 € (entradas y guías en parques nacionales)
+ 264 € (alojamiento)
+ 447 € (transporte, taxis, comida, otras)
= 2.295 € (total por persona)

Nivel de vida: Madagascar no es, tratándose de África, un país muy caro en el día a día del viajero, exceptuando la visita a los parques nacionales, así como otras actividades y excursiones que requieran de transporte privado, guías, etc.

En cuanto al alojamiento hay casi para todos los gustos, desde campings o modestas cabañas en algunos parques a auténticos hoteles boutique de lujo para clientes europeos de presupuesto holgado. En general la relación calidad/precio de los hoteles es bastante buena.

Otra partida en la que fácilmente podemos llegar a gastar bastante dinero es en la compra de recuerdos, puesto que es tanta la oferta y la calidad de estos que es fácil sentirse atraído por máscaras, instrumentos musicales, baobabs de rafia, vainilla, ropa, etc.

Visado

Para viajar a Madagascar es necesario un visado y un pasaporte con un periodo de validez mínimo de 6 meses.

El año 2017 las autoridades malgaches empezaron a implantar el visado electrónico a través del portal eVisa, el cual permite la obtención en linea de una autorización de desembarco, pero solo en el caso de visitas de turismo con una estancia máxima de 60 días en el país.

En el momento de la llegada al aeropuerto de Antananarivo hay que presentar esta autorización a los oficiales de inmigración y proceder al pago de la tarifa correspondiente para obtener el visado de entrada definitivo.

En el momento de escribir esta actualización el coste del visado era el siguiente:

  • Estancia de 1 a 15 días: gratuito
  • Estancia de 16 a 30 días: 115.000 Ar / 35 € / 37 US$
  • Estancia de 31 a 60 días: 135.000 Ar / 40 € / 45 US$

Para estancias más largas en el país o bien en el caso de necesitar un visado diferente al de turismo es mejor ponerse en contacto con un servicio consular de Madagascar:

Consulado de Madagascar en Barcelona
Pasaje Madoz 5 Pral.- 08002 Barcelona.; teléfono 934 456 147

Embajada de Madagascar en Francia
Avenue Raphaël, 4 - 75016 París

Pero en las fechas de nuestro viaje, en 2009, este procedimiento aún no existía y el visado de turismo se podía obtener a la llegada al aeropuerto de Antananarivo para estancias en el país no superiores a los 30 días. También se podía obtener antes del viaje en cualquier Consulado o Embajada de la República de Madagascar.

Nosotros tuvimos la suerte de que entre el 20 de Abril y el 31 de Diciembre del año 2009 el visado de entrada a Madagascar con una estancia máxima de 30 días era gratuito, siendo esta una medida temporal del gobierno malgache para intentar recuperar el turismo perdido como consecuencia de los graves disturbios de signo político que había habido en el país a principios de 2009. Este mismo visado, gestionado a través del Consulado, costaba 15 € por los gastos de gestión.

Para estancias más largas en el país se podía optar por tramitar un visado a través del Consulado, el cual costaba 70 €, y que permitía una estancia de entre 30 y 60 días.

Otra opción posible era, si teníamos planeada una escapada de ida y vuelta desde Madagascar a Comores, Mauricio o La Reunión, partir la estancia en Madagascar en dos periodos de menos de 30 días y así tener los dos visados gratuitos.

Salud y vacunación

No hay ninguna vacuna obligatoria para entrar en Madagascar, con la excepción de la vacuna de la fiebre amarilla si se ha estado en alguna zona infectada por un periode superior a las 12 horas en los últimos 6 meses.

Habitualmente se aconseja seguir la profilaxis para la malaria, así como vacunarse contra la difteria, tétanos, poliomielitis, tuberculosis y fiebres tifoideas, pero en cualquier caso conviene seguir las indicaciones que puedan darnos en un Centro de vacunación internacional en función de nuestro tipo de viaje.

Y, como siempre, es altamente recomendable viajar con un seguro médico internacional de amplia cobertura y que incluya también la repatriación en caso de necesidad, ya que los servicios sanitarios públicos del país son bastante deficientes.

Seguridad

Tras varias semanas de tensiones, a mediados de marzo de 2009 militares opositores al gobierno del entonces presidente malgache Marc Ravalomanana ocuparon varios edificios estatales, motivo por el que al día siguiente el presidente dimitió y cedió el poder al almirante Hyppolite Ramaroson.

Pero como la mayor parte de la cúpula militar apoyaba a Andry Rajoelina, entonces alcalde de Antananarivo, este último se autoproclamó «Líder de la transición». Pero la mayoría de organismos internacionales no reconocieron al nuevo gobierno al entender que este se instaló en el poder por la fuerza.

En los violentos choques que se produjeron en las calles como consecuencia de este cambio de gobierno murieron más de 180 personas. Desde entonces la situación política en el país sigue siendo inestable, pero con una situación de relativa calma.

En las fechas de nuestra estancia en Madagascar, septiembre de 2009, había una calma tensa, sobre todo en la capital, donde era visible la presencia de militares y barricadas en las principales calles de la ciudad pero, por otra parte, no tuvimos problemas de ningún tipo y pudimos hacer todo el que queríamos sin ningún impedimento.

Aun así, conviene estar atento y evitar las manifestaciones y enfrentamientos entre manifestantes y policías que puedan producirse, sobre todo en la capital. En cuanto al resto del país la situación es, en general, más estable y tranquila que en Antananarivo.

Respecto a la delincuencia común se aconseja no salir por la noche por Antananarivo y ser discreto durante el día, pero sin caer en la obsesión. En cualquier caso hay que tomar las precauciones habituales y usar el sentido común, estando siempre vigilantes, sobre todo en lugares públicos muy concurridos o por el contrario solitarios y con poca iluminación.

Dicho esto, nuestra experiencia en cuanto a seguridad en todo el país fue muy positiva y en ningún momento sentimos la más mínima inquietud, a pesar de ir por libre y solos por lugares realmente insospechados y que, a priori, no parecían muy recomendables.

Transporte

Avión / vuelo internacional. Los vuelos desde Europa a Madagascar habían sido tradicionalmente muy caros, pero por suerte en los últimos años han ido apareciendo nuevas compañías aéreas en esta ruta y con la competencia los precios son ahora algo más razonables.

Las opciones disponibles más inmediatas, en las fechas de este viaje, eran vuelos desde París. Eran las siguientes, ordenadas de más baratas a más caras (aproximadamente)):

  • CorsairFly. Vuelos directos entre París y Antananarivo, dependiendo del vuelo escogido.
  • Air Austral. Vuelos entre París y Antananarivo con cambio de avión en la isla de la Reunión.
  • Air Madagascar. Vuelos directos entre París y Antananarivo.
  • Air France. Vuelos directos entre París y Antananarivo.
  • Air Mauritius. Vuelos entre París y Antananarivo con cambio de avión en la isla de Mauricio.

A excepción de Air France y Air Mauritius, en el resto de casos no se podía comprar una conexión a París, desde Barcelona, por ejemplo, incluida en la misma reserva.

Si es el caso, entonces hay que comprar separadamente los vuelos de conexión, teniendo la precaución, eso sí, de dejar suficiente tiempo entre vuelos para cualquier imprevisto, ya que ninguna compañía se hará responsable si llegamos tarde al enlace.

Por otro lado, solo Air Madagascar permitía entonces entrar al país por un aeropuerto y salir por otro (entrada por Antananarivo y salida desde Nosy Be, por ejemplo).

Otra importante aventaja que tuvimos comprando el vuelo internacional con Air Madagascar fue conseguir hasta un 50% de descuento sobre el precio de cualquier vuelo doméstico. Así lo hicimos y pudimos ahorrar bastante en la compra de los cuatro vuelos domésticos.

Un truco para conseguir los mejores precios en vuelos desde Europa a Madagascar (el código IATA del aeropuerto de Antananarivo es TNR) buscando a través de un buscador, como por ejemplo Rumbo, es poner París (código IATA PAR) como aeropuerto origen en vez de Barcelona o Madrid, ya que si las conexiones a París no están incluidas entonces el precio final dado por el buscador se dispara.

Tras analizar todas las alternativas, nosotros elegimos el vuelo internacional de Air Madagascar por varias razones:

  • los vuelos de ida y vuelta nos iban bien en fechas y horarios
  • era un vuelo directo (entre París y Antananarivo)
  • nos permitía entrar al país por Antananarivo y regresar desde la isla de Nosy Be
  • y, muy importante, nos permitía ahorrar dinero en la compra de los cuatro vuelos interiores que necesitábamos

Los aviones de Air Madagascar para estos vuelos estaban bien, aunque quizás el servicio a bordo era mejorable.

Avión / vuelos domésticos. Las distancias en Madagascar son grandes y el transporte terrestre puede ser desesperadamente lento o difícil en algunas rutas, por el que si se pretende visitar varias zonas del país y no se dispone del tiempo suficiente los vuelos domésticos son una buena opción, pero no barata, ya que la única compañía que opera estos vuelos es Air Madagascar.

Como que las ciudades con aeropuerto y las frecuencias de vuelo son limitadas, a veces se hace muy complicado cuadrar nuestro itinerario previsto con los vuelos. En la web de esta compañía encontraréis la página Programme de vols, en francés, donde podréis consultar horarios y días de vuelo de Air Madagascar entre dos puntos, tanto en vuelos domésticos como internacionales.

Un avión De Havilland Canada DHC-6-300 Twin Otter de Air Madagascar (aeropuerto de Toliara)
Un avión De Havilland Canada DHC-6-300 Twin Otter de Air Madagascar (aeropuerto de Toliara)

Tal como ya hemos dicho anteriormente, volando a Madagascar con la compañía nacional Air Madagascar pudimos beneficiarnos de un descuento de hasta el 50% en el precio de los vuelos domésticos. Estos debían adquirirse en el momento de comprar el vuelo internacional o bien con posterioridad, pero siempre antes de volar a Madagascar.

Además, debían comprarse a través de un agente autorizado de Air Madagascar (no en un buscador). En aquellas fechas el único agente autorizado en España era la empresa Global Representación Turística, con oficina en Barcelona.

En nuestro caso compramos los trayectos Toliara-Morondava, Morondava-Antananarivo, Antananarivo-Sainte-Marie, y Antananarivo-Antsiranana. Solo así pudimos ir de punta a punta del país con los días de que disponíamos.

A pesar de que los vuelos de Air Madagascar tenían cierta fama de sufrir retrasos o cancelaciones, nosotros no tuvimos ningún tipo de problema en ninguno de ellos. De hecho, todos nuestros vuelos acabaron saliendo unos minutos antes de la hora programada.

Taxi-brousse (pronunciado taxi-brús). Suelen ser minibuses que funcionan como taxis compartidos. Es la forma más económica de moverse por Madagascar y es la que utiliza la mayoría de la población local.

Viajar en taxi-brousse es la mejor forma de interactuar con los malgaches y de entender cómo es su día a día, pero hay que estar realmente preparados para sufrir lo que no está escrito, especialmente en trayectos medios y largos.

«Taxi-brousse» cargado hasta los topes de pasajeros y mercancías (alrededores de Antsiranana)
«Taxi-brousse» cargado hasta los topes de pasajeros y mercancías (alrededores de Antsiranana)

Normalmente salen de la terminal (gare-routière) cuando se llenan y, entre que la carretera suele ser horrible y que se detienen a cada momento (recogiendo y dejando pasajeros, controles policiales, paradas para fumar, mear o vaya usted a saber qué) a veces el viaje se eterniza... y eso si no se avería la furgoneta o no encontramos unas obras que cortan la carretera.

Además, es posible que vayamos embutidos en un espacio muy reducido o que vayamos sin A/C o sin calefacción. Pero todo esto, que para nosotros no dejará de ser una anécdota de viaje, para los malgaches es su día a día.

Años atrás había habido servicios especiales de transporte en minibús y pensados para los viajeros internacionales, con nombres como Madabus o Gasycar, que recorrían las rutas más turísticas de Madagascar, pero por razones diversas ambas dejaron de existir.

Tren. En aquellas fechas (y probablemente todo continúe igual) la única línea de tren para pasajeros en todo el país era la línea de ferrocarril de Fianarantsoa a Manakara, en la costa este, y es una línea con bastante popularidad entre viajeros aventureros.

Yendo todo bien este trayecto suponía siete horas de viaje, pero los retrasos o cancelaciones eran frecuentes. Nosotros no lo llegamos a coger, pero sí nos cruzamos con este tren un par a veces yendo hacia Sahambavy.

A este tren los malgaches lo denominan, con mucha ironía y por analogía con el tren de alta velocidad francés, el TGV (Train à Grande Vibration) o también TGL (Train à Grande Lenteur)... sentido del humor e ironía no los falta.

Barco. Para los trayectos de la isla principal a otras islas importantes, como Sainte-Marie o Nosy Be, o entre islas, los ferrys son la única opción, además del avión. Nosotros cogimos un par: entre la isla de Sainte-Marie y Soanierana, en la costa este de la isla principal; y entre Ankify, en la costa norte de la isla grande, y Hell-Ville, en la isla de Nosy Be.

Pousse-pousse (pronunciado pus-pus). Se trata del rickshaw local, o sea, de un vehículo ligero de dos ruedas, de una o dos plazas y tirado por un hombre. Es un medio de transporte bastante frecuente en las ciudades malgaches.

Aparcamiento de «pousse-pousse» (Antsirabe)
Aparcamiento de «pousse-pousse» (Antsirabe)

Aunque, a priori, podamos tener algunas objeciones al subir a un pousse-pousse debemos pensar que para muchos hombres del país es su única forma de ganarse la vida. También los hay en formado bicicleta.

Taxi / transporte privado. Para desplazarnos a lugares adonde no llegan los tase-brousse (o lo hacen de forma irregular) el taxi privado puede ser la alternativa, siendo necesario siempre pactar el precio antes.

También hay viajeros que contratan un vehículo (4WD o normal) con conductor para rutas de varios días, como por ejemplo la que transcurre por la popular RN-7, entre Antananarivo y Toliara.

Pero para este caso concreto solo es justificable el transporte privado por la comodidad, ya que en esa ruta sí hay abundante transporte público y realmente no es necesario un vehículo privado, y mucho menos un 4x4, si no es que se pretenden hacer excursiones fuera de la ruta principal.

De todos modos, para el alquiler de vehículo con conductor una agencia seria y recomendada por varios viajeros era Mad Trekking, aunque había otras muchas.

Parques nacionales en Madagascar

Desde 2003 el gobierno malgache se comprometió a aumentar las áreas protegidas de Madagascar hasta cubrir un 10% del territorio, ya que la riquísima flora del cual y fauna están gravemente amenazadas por la enorme deforestación que se lleva a cabo año tras año para obtener nuevos pastos y tierras de cultivo (se calculan unas 200.000 Ha. anuales).

En la actualidad estas áreas protegidas, gestionadas por la Madagascar National Parks Association (ANGAP), se clasifican en Parques Nacionales, Reservas Naturales Integrales, Reservas Especiales, y Reservas Privadas.

En general, para visitar estas áreas protegidas es necesario pagar una entrada y alquilar un guía para hacer el circuito escogido dentro del parque. El precio de la entrada depende de la categoría del parque y del número de días que vayamos a pasar en él.

Las áreas de categoría A, como Isalo, Andasibe-Mantadia, Ranomafana, Montagne d'Ambre, Ankarana, tsingy de Bemaraha y Ankarafantsika, son, en general, las más populares entre los viajeros y su precio es unas 2,5 veces superior al del resto de parques y reservas.

En cuanto al precio del guía dependerá de la duración y tipo de circuito, y su precio es fijo para grupos de una a cinco personas. Por lo tanto, es conveniente ser un grupo para repartir su coste.

Todo esto se puede contratar fácilmente en la oficina del parque en la entrada. En cualquier caso, conviene asegurarse de que el guía escogido habla un idioma con el que nos sintamos cómodos y de que se trata de un guía reconocido por las autoridades del parque (en un panel en la entrada suele haber los nombres y fotos de todos ellos).

Visitar los parques durante las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde (o por la noche, si es posible) suele proporcionar mayores posibilidades de ver animales, ya que a esas horas están más activos. Y para hacer buenas fotos o simplemente ver a los, a veces, esquivos animales en su hábitat conviene llevar un buen teleobjetivo y/o prismáticos.

Gastronomía

El alimento básico de la cocina malgache es el arroz y este acompaña muchos de sus platos. En general la gastronomía de Madagascar tiene influencias de las cocinas francesa, china, india e incluso árabe. Entre sus platos más destacables hay el marisco, las ancas de rana y los cangrejos de río en las tierras altas, el foie gras, o el filete de cebú a la parrilla.

También hay, según la época, frutas tropicales como el mango, el lichi, la piña, la papaya, la guayaba, la fruta de la pasión, el plátano o el coco. La fruta fresca es el postre favorito en Madagascar, pero también podemos encontrar repostería francesa.

Reponiendo fuerzas después de una caminata por el Parque Nacional Ranomafana (alrededores de Fianarantsoa)
Reponiendo fuerzas después de una caminata por el Parque Nacional Ranomafana (alrededores de Fianarantsoa)

En cuanto a las bebidas es muy popular la cerveza local THB (Three Horses Beer), servida en una botella de 66 cl. Y en el terreno de los aperitivos es fácil encontrar el cóctel planteur, un aperitivo digestivo de origen caribeño hecho con ron blanco, zumo de naranja, caña de azúcar y cubitos picados.

Compras

Madagascar es un auténtico paraíso para comprar bonitos recuerdos de todo tipo y, en general, hechos con buen gusto: máscaras y figuras de madera, figuras hechas de rafia, papel de Antaimoro, vainilla y otras especies, lamba (colorida prenda de ropa que forma parte de la vestimenta tradicional en el norte del país), camisetas, etc.

Es importante tener en cuenta que la legislación malgache es muy estricta en la protección de la fauna y flora locales.

Por ello, evitad comprar animales y plantas autóctonas, así como productos obtenidos de especies protegidas, como el caparazón de tortuga, pieles de serpiente o madera de árboles protegidos. Tampoco hay que comprar arte funerario que sea auténtico. Se debe hacer por respeto a la ley, pero sobre todo por ética,

Finalmente decir que en Antananarivo hay mercados de artesanía donde se venden artículos de todo el país, no siendo mala idea dejar las compras para los últimos días en la capital y así no ir cargados por todo el país con souvenirs difíciles de transportar.

Clima

Una cadena de montañas y las altas llanuras del centro del país, que ocupan más de la mitad de la isla principal, son las responsables de las grandes diferencias en clima y paisajes entre las costas oriental y occidental del país.

Así el clima es tropical a lo largo de la costa, más suave en el interior y árido en el sur. La lluvia cae sobre todo en la costa este y en la norte, mientras el suroeste permanece seco durando casi todo el año.

A grandes rasgos distinguimos entre la temporada de lluvias y calurosa que va de noviembre a abril y otra más fresca y seca que va de mayo a octubre. De enero a marzo la costa este y la zona norte, y a veces también la sur, se exponen a ciclones devastadores que malogran las, ya de por sí, precarias infraestructuras del país.

En general, para el viajero es mejor ir de abril a octubre para evitar así los ciclones tropicales, las altas temperaturas y las lluvias que hacen impracticables muchas rutas.

Durante nuestra estancia en Madagascar disfrutamos de un tiempo bastante bueno, con temperaturas frescas en las altas llanuras centrales y calor moderado en el resto. Por el hecho de ir durante la temporada seca solo tuvimos episodios de lluvia ocasionales en bosques húmedos como Ranomafana, Montagne d'Ambre o Andasibe.

Diferencia horaria

La diferencia horaria en Madagascar es de +1 hora respecto al horario de verano en la España peninsular y +2 horas el resto del año.

Electricidad

El voltaje de la red eléctrica en Madagascar es de 127/220 V y una frecuencia de 50 Hz, por lo que no es necesario ningún adaptador de voltaje. El tipo de enchufe es, en general, el mismo que el nuestro, de tipo C, y así tampoco es necesario llevar un adaptador de enchufes.

Idioma

En Madagascar los idiomas oficiales son el malgache (malagasy en malgache), el francés y, más recientemente, también el inglés. También se hablan algunas lenguas nativas minoritarias, básicamente dialectos de las lenguas swahili y bantú.

Para el visitante conviene saber que Madagascar es un país francófono, aunque entre la población joven es posible encontrar alguien que hable inglés. Por eso, si no hablamos ni entendemos el francés, antes de hacer el viaje es una buena idea familiarizarse con él, ni que sea a un nivel básico, para así facilitar el día a día una vez allí.

De entre las palabras malgaches que conviene aprender destacamos vazaha (pronunciado vazáa), que es como los malgaches llaman a los extranjeros en general y a los blancos occidentales en particular.

Posiblemente oireis esta palabra muchas veces en conversaciones entre vuestros compañeros de viaje de taxi-brousse refiriéndose a vosotros y creyendo que no los entendéis. Nosotros, cuando escuchábamos la palabra en este contexto nos divertía (y a ellos también) llamarles malagasy como réplica (Malagasy, o gasy, es la palabra malgache que designa a una persona o cosa que es de Madagascar). El resultado es que acabábamos riendo todos, vazahas y malagasys.

Vocabulario básico malgache útil para el viaje

En cualquier guía encontraréis más vocabulario de malgache, o también en la página Malagasy words for travel, pero aquí os dejamos unas cuántas palabras útiles y más o menos fáciles de pronunciar (entre paréntesis, la pronunciación aproximada):

  • Bienvenido = Tonga soa
  • Hola = Salama
  • Sí = Yin (yiin)
  • No = Tsia (tsiya)
  • ¿Cómo va? ¿Qué tal? = Maona nifasalamanao en malgache y Bao-Bao en dialecto Bara
  • ¿Cuanto vale? = Hochina (hotxiina)
  • Sin prisa, despacio = Mora-mora
  • Extranjero/blanco = Vazaha (vazáa)
  • Malgache = Malagasy

Guía de viaje

Madagascar, de Bradt Travel Guides (inglés, 7ª edición, Julio 2007, y con actualizaciones en Madagascar Guide Updates).

Si os manejáis mejor con el francés podéis considerar las guías Madagascar / pequeño futé y Madagascar / Routard.

Patrimonios de la Humanidad visitados en este viaje


Llegada a Madagascar. Visita de Antananarivo y alrededores

ANTANANARIVO (I)

Cómo llegar

Empezamos nuestro viaje tomando un vuelo de la compañía Vuelingimage en el aeropuerto de Barcelona/El Prat hacia el aeropuerto París-Orly (ORY). El trayecto, de 850 km, supuso 1 hora y 25 minutos de vuelo efectivo.

Aunque nuestro siguiente vuelo salía del aeropuerto Charles de Gaulle (CDG), el otro gran aeropuerto parisiense, volamos a Orly porque, por más que miramos, esta fue la mejor combinación que encontramos de horarios y precios. Ello nos obligó a dejar un colchón de unas 6 horas entre un vuelo y el siguiente para ir sobrados de tiempo en el cambio de aeropuerto.

Frente a la puerta D de la terminal de llegadas de Orly cogimos un autobús de la línea 3 de Cars d'Air France que en 40 minutos recorrió los 34 km hasta llegar a Roissy, donde se encuentra el aeropuerto Charles de Gaulle. Este trayecto costaba 19 €/pax y había un autobús cada 30 minutos.

En el momento de escribir esta actualización (05/2024), este servicio de autobús no está activo y la única forma de ir de un aeropuerto al otro es con el tren RER B + Orlyval, con una frecuencia de 10 a 20 minutos y un precio de 25,30 €/pax.

El siguiente vuelo, desde París-CDG hasta el aeropuerto internacional Ivato (TNR) de Antananarivo, lo hicimos en un Boeing 767-300 de Air Madagascar, ya un poco viejo y con pocas amenidades a bordo. Eso sí, antes del despegue se fumigó el interior del avión, con nosotros dentro, por motivos sanitarios. El servicio a bordo fue correcto, pero justo.

Finalmente llegamos al aeropuerto Ivato tras un trayecto de 8.756 km y un tiempo de vuelo de 10 horas y 50 minutos. Nos recibe un gran letrero con la inscripción Tonga Soa (Bienvenido en malgache).

Después de llenar los oportunos formularios de inmigración y pasar por el mostrador Sans Visa (sin visado), en solo 5 minutos ya teníamos estampado el visado gratuito en nuestro pasaporte.

Una vez recuperado el equipaje facturado, en la terminal de llegadas cambiamos algunos euros en la oficina de Socimad Bureau de Change, donde nos aplicaron la misma tasa de cambio que después conseguimos en la ciudad.

Para ir desde el aeropuerto Ivato hasta nuestro hotel, en el centro de Antananarivo, cogimos un minibús del servicio de shuttle-bus Navette. Este salía desde delante de la terminal y operaba de 5:00 a 20:00 horas, cada 45 minutos.

Este servicio de minibús costaba 6.000 Ar por persona. El precio de los taxis era a partír de 25.000 Ar, pero iba bajando si nos veían convencidos de ir hacia el minibús.

El trayecto de 16 km entre el aeropuerto y el centro de la ciudad lo hicimos en 35 minutos, pero dependerá del tráfico.

Nos sorprendió ver la gran cantidad de arrozales que hay en las afueras de la gran ciudad. Eran las 6 de la mañana y el sol apenas salía por el horizonte, reflejándose en el agua que cubría los campos de arroz. Bonito recibimiento en Madagascar: Tonga soa!!. Finalmente el minibús nos dejó en la puerta del hotel que le indicamos.

Dormir y comer

En Antananarivo nos alojamos en el Hotel Sakamanga (calle Ratianarivo Ampasamadinika - Antananarivo), donde pagamos 68.460 Ar (unos 26 €) por una habitación soft (habitación doble con cama grande, baño privado, ventilador, caja fuerte, y TV).

El hotel estaba decorado con muy buen gusto, con colores atractivos, figuras étnicas, fotos y objetos de museo. También tenía un restaurante, un bar con jardín y dos pantallas de conexión gratuita a Internet y wi-fi gratis en el resto.

Además tenía varias categorías de habitaciones, a partir de los 16 €, por lo que no nos sorprendió su enorme éxito entre los viajeros y que hubiera que reservar con antelación. Es un lugar muy recomendable y también muy céntrico.

Más adelante, en nuestra ruta prevista por el país, teníamos previsto volver a pasar una noche en la capital, por que en el momento de dejar el hotel reservamos una habitación para esa noche y aprovechamos para dejar una parte del equipaje en el hotel (en la habitación de equipajes), ahorrándonos peso en nuestra ruta hacia el sur y oeste del país.

Para comer, aparte de los lugares mencionados en el siguiente apartado, recomendamos el restaurante del propio hotel Sakamanga, muy popular entre los viajeros, pero también entre las clases acomodadas locales. En él se comía muy bien, a pesar de que los precios eran algo caros.

Otra buena opción para comer, más informal y barata, es el restaurante Saka-Express, a solo 20 metros del Sakamanga, con ensaladas, pizzas y hamburguesas.

Cosas a ver y hacer

ANTANANARIVO (conocida popularmente como Tana, para abreviar). Es la capital de Madagascar y la ciudad más poblada del país, con 1,5 millones de habitantes. Geográficamente está situada más o menos en el centro de la isla. A causa de su altitud, unos 1.275 metros sobre el nivel del mar, su clima es templado.

Cualquier parecido entre Antananarivo y Hollywood se acaba aquí (Haute Ville, Antananarivo)
Cualquier parecido entre Antananarivo y Hollywood se acaba aquí (Haute Ville, Antananarivo)

La mayoría de viajeros pasan un día, como máximo, en Antananarivo. Por supuesto no es el lugar más interesante ni más bonito de la isla, pero a poco tiempo e interés que tengáis pensamos que merece la pena dedicarle un par de días, no solo para visitar la capital sino también sus alrededores.

Otra buena razón para visitar la capital, aparte de los puntos de interés culturales e históricos, es ir a algunos de sus mercados de artesanía para comprar bonitos recuerdos del país, pero es imprescindible regatear duramente.

Ruta a pie por el centro de Antananarivo

A continuación os sugerimos una posible ruta a pie por el centro de Antananarivo en la que se visitan los principales puntos de interés de la ciudad. Para llevar a cabo esta larga ruta nosotros empleamos casi todo un día.

Empezamos la ruta en el Hotel Sakamanga, desde donde cogimos la calle Jean-Jaures hasta llegar al jardín Antaninarenina. Desde aquí bajamos por unas escaleras en las que había unas cuántas paradas de un mercado donde se vendían todo de cosas curiosas y que forman parte del enorme mercado de Analikely.

Junto a estas escaleras encontramos la útil oficina turística de Ortana, donde entramos para solicitar folletos e información. Después continuamos hasta la Avenue de la Independance, un bulevar con bonitos edificios coloniales.

En su extremo norte se encuentra la bonita Gare Soarano, una estación de tren ahora cerrada al servicio ferroviario. Volvimos hacia atrás por la Avda. de la Independance hasta llegar a la calle 26 du Juin 1960, donde hay se encuentra el gran mercado de comestibles de Zoma.

La estación de tren de Soarano, ahora en desuso (Antananarivo)
La estación de tren de Soarano, ahora en desuso (Antananarivo)

Desde aquí subimos por unas escaleras hasta la parte alta de la ciudad, la Haute Ville, llegando junto a la iglesia de San Juan Bautista y seguimos hacia el sur por la calle Rainandria, desde donde hay muy buenas vistas sobre la zona central de Tana. Pasamos por delante el hotel-restaurante Relais de la Haute Ville, el cual tiene una terraza con unas vistas magníficas.

Desde este punto subimos aún algo más, hasta la cumbre del cerro, para llegar al Palacio de Rova, que entonces aún estaba cerrado a causa de las obras de reconstrucción por el incendio que sufrió en 1995. Este palacio domina la ciudad y es visible prácticamente desde cualquier punto de ella.

El Palacio de Rova (Haute Ville, Antananarivo)
El Palacio de Rova (Haute Ville, Antananarivo)

Y debajo de este edificio, sobre la vertiente del cerro hay un enorme letrero con letras de color blanco que forman el nombre de la ciudad. Se ve desde casi todas partes y es la versión local del famoso rótulo de Hollywood.

Volvimos atrás por el mismo camino hasta encontrar, a la derecha, el antiguo Palacio de Justicia de Ambatondrafandrana, un curioso edificio de estilo greco-romano, ahora en ruinas, que fue la Corte Suprema malgache a finales del siglo XIX.

Y pocos metros más allá se encuentra el bonito Palacio de Andafiavaratra, donde residía el primer ministro malgache a finales del siglo XIX. Se puede visitar su interior (la entrada costaba 7.000 Ar), donde hay reliquias nacionales, aunque lo más interesante son algunas fotos de época y objetos que se salvaron del fuego en el Palacio Rova.

Casi frente a este palacio estaba el restaurante Grill du Rova, una muy buena opción para disfrutar de su comida (no os perdáis la brocheta de carne de cebú) y de sus excelentes vistas sobre el lago Anosy y el centro de Tana.

El antiguo Palacio de Justicia de Ambatondrafandrana (Haute Ville, Antananarivo)
El antiguo Palacio de Justicia de Ambatondrafandrana (Haute Ville, Antananarivo)

Y junto a este restaurante hay unas escaleras que son el inicio de un camino, un poco laberíntico, pero sin pérdida, que baja hasta el lago Anosy. Es un trayecto recomendable por las vistas y porque pasa entre campos y casas.

Llegados a la orilla del lago Anosy lo bordeamos hasta llegar frente a los jardines del Palacio Presidencial Ambohitsorohitra en la capital (hay otro fuera de Antananarivo), con vigilancia muy visible en aquellas fechas. Después continuamos por la calle Ralaimongo y giramos a la izquierda para ver por fuera un par de preciosos edificios de época, actualmente ocupados por el ministerio de Justicia.

Justo junto a ellos se encuentra el Hôtel Colbert, un buen lugar para tomar un café y merendar algo dulce en su lujosa pastelería. Y desde aquí volvimos hacia el centro siguiendo el bulevar Rainiaiarivony hasta llegar a los jardines de la Place de la Independance y de aquí a la Avda. de la Independance, donde también podéis encontrar, en el nº 13, el Honey Salon de Thé, otra interesante cafetería y pastelería, pero más modesta que la del hotel Colbert.

La zona de Isoraka, en la parte alta y a menos de 1 km al sur del hotel Sakamanga, es muy agradable para pasear por sus tranquilas calles y ver algunos bonitos edificios.

Y así dimos por acabado este extenso circuito que nos llevó por algunos de los lugares más emblemáticos de Tana.

De compras por los mercados de Antananarivo

Para la compra de recuerdos el Marché de la Digue es el mayor y más popular mercado de artesanía local malgache en la capital. Es un mercado de paradas fijas y donde podemos encontrar objetos artesanales de calidad de todo el país, como bordados, artículos de rafia, tallas de madera, vainilla o el papel de Antaimoro.

Este mercado se encuentra a unos 4 km del centro en dirección noroeste, en la carretera hacia el aeropuerto, y para llegar hasta él lo más fácil es coger un taxi y negociar el precio.

Otro mercado artesanal, más modesto, es el mercado de Andravoahangy, situado unos 2 km al nordeste del centro. Este mercado está más especializado en tallas de madera.

En la Avda. de La Independance también se pueden encontrar algunas tiendas y lugares donde comprar recuerdos. Y, finalmente, en la calle A. Ratianarivo, cerca del hotel Sakamanga, había una tienda de la franquicia malgache Carambole, donde encontramos una gran variedad de camisetas, y ropa en general, de buen diseño y calidad. Los beneficios de sus ventas iban a la ONG Bel Avenir que trabaja con los más desfavorecidos en la región de Toliara, en el suroeste del país.

El colorista mercado Zoma (Antananarivo)
El colorista mercado Zoma (Antananarivo)

Aunque no sea para la compra de recuerdos, pero merece la pena pasear por el mercado Zoma, ubicado en el extremo sur de la calle 26 Juni 1960, en pleno centro de la ciudad. Es un gran mercado con muchas paradas de fruta, verduras, carne y comestibles en general. Es muy colorista y aquí podréis ver el día a día de la población local.

El Cerro Real de Ambohimanga

Patrimonio de la Humanidad El Cerro Real de Ambohimanga. En el pequeño y tranquilísimo pueblecito de Ambohimanga se encuentra este lugar arqueológico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001.

Es un lugar de gran importancia cultural e histórica en Madagascar, puesto que aquí se inició la estirpe de la realeza de los Imerina, el grupo étnico que llegó al poder en el siglo XIX y logró unir bajo su autoridad la mayor parte de la isla.

Ambohimanga se encuentra a solo 22 km de Antananarivo y es una muy interesante y fácil excursión de solo medio día.

Para llegar a Ambohimanga hay que coger un taxi en el centro de Antananarivo hasta la gare routière del norte de la capital, conocida con el nombre de Ambodivona (pronunciado Ambodivúna). Pagamos 5.000 Ar por un taxi que nos dejó junto al taxi-brousse que iba hacia Ambohimanga.

Este marchó cuando se llenó de pasajeros, al cabo de 15 minutos, y pagamos 700 Ar por el trayecto hasta Ambohimanga. Este transcurre en su mayor parte por la RN-3 y llegamos al destino final en 35 minutos.

Una vez en Ambohimanga el taxi-brousse nos dejó junto a la antigua entrada del Palacio Real, antes reservada solo al rey. Desde aquí hay un bonito camino de 600 metros hasta la entrada del recinto amurallado, donde se pagaban entonces los 7.000 Ar de la entrada por persona. Este lugar cerraba los lunes.

El palacio de verano de la reina en la colina real de Ambohimanga (Ambohimanga)
El palacio de verano de la reina en la colina real de Ambohimanga (Ambohimanga)

Dentro del recinto pudimos ver interesantes palacios y pabellones que pertenecieron a la realeza Imerina. Acabada la visita merece la pena salir de la zona amurallada y subir hasta la cima del cerro, con unas vistas extraordinarias de los alrededores. Necesitamos unas dos horas para la visita, que hicimos solos porque no había nadie.

Antes de volver hacia la bulliciosa Tana aprovechamos para hacer el camino de ida y vuelta hasta un pueblo vecino, andando entre campos de arroz y preciosas casas de estilo tradicional de la etnia Merina, con puertas y ventanas de madera talladas y paredes de color rojizo, del mismo color que la tierra de la isla. Ya solo por este motivo merecía la pena venir hasta aquí!.

Paisaje rural en los alrededores de Ambohimanga (Ambohimanga)
Paisaje rural en los alrededores de Ambohimanga (Ambohimanga)

El taxi-brousse de vuelta hacia Antananarivo nos hizo un sight-seeing improvisado por pequeñas aldeas rurales situadas entre campos de arroz. Se nos hacía difícil aún pensar que estábamos en África, porque los paisajes parecían indicar que estábamos en el sudeste asiático.

Un taxi-brousse desde Ambohimanga nos devolvió a la terminal de Ambodivona de la capital, desde donde cogimos otro para llegar hasta el centro (costaba 300 Ar/pax). Para ir al centro había que coger una con el letrero Analakely y después estar atentos para bajarnos en el lugar deseado.


Ruta hacia el sur de Madagascar por la Route National 7 (RN-7)

ANTSIRABE

Cómo llegar

En una calle próxima al hotel Sakamanga de Tana cogimos un taxi (7.000 Ar) hasta la gare routière Fakan Karana, desde donde salían los tase-brousse que van hacia el sur por la famosa Route Nationale 7 (RN-7).

Al llegar a la desvencijada terminal de autobuses, por definirla de alguna manera, se produjo el clásico acoso de comisionistas a la caza de viajeros para sus taxi-brousse. Tras regatear el precio inicialmente ofrecido pagamos solo 8.000 Ar/pax por el trayecto desde Antananarivo hasta Antsirabe, de 169 km.

Llegamos a Antsirabe unas cinco horas después de salir de Antananarivo a causa de unas obras en la carretera RN-7 que nos retuvieron durante más de una hora y también por los numerosos controles policiales que había. Por otro lado, la carretera en este tramo de la RN-7 estaba en bastante buen estado.

La gare routière de Antsirabe, donde nos dejó el transporte, se encuentra a unos 2 km al norte de la ciudad, así que para llegar al centro lo mejor era coger un pousse-pousse (valía de 1.000 a 2.000 Ar por persona).

Dormir y comer

En Antsirabe nos alojamos en la La Résidence Camélia (Avda. de la Indépendance, 24 - Antsirabe), donde pagamos 51.500 Ar, incluyendo las tasas turísticas, por una gran habitación con baño privado situada en un edificio anejo a una bonita casa de época. Tiene también un bonito jardín.

Esta residencia está situada en la parte francesa de la ciudad, en una zona muy tranquila de amplias calles arboladas. El desayuno, muy completo, costaba 8.000 Ar cada uno. Alojamiento muy recomendable.

Para comer a Antsirabe nos gustó mucho el restaurante Le Venise, en la calle Clemenceau, a solo 200 metros de la estación de tren, con una estupenda relación calidad/precio. Pero desafortunadamente ahora ya está cerrado.

Nosotros cenamos una noche junto a una chimenea encendida porque fuera la noche era bastante fresca. Y al final de la cena nos obsequiaron con un magnífico licor digestivo de vainilla.

Otro restaurante bastante recomendable, pero más modesto, es el Zandine (5 rue Maréchal Floch), cerca del Hotel Trianon.

Cosas a ver y hacer

ANTSIRABE (pronunciado Antsirabé). Es la tercera mayor ciudad del país y está situada a una altura aproximada de 1.500 metros, propiciando que su clima sea muy templado. De hecho, durante nuestra estancia en la ciudad las temperaturas nocturnas eran bastante frescas.

Esta fue nuestra primera parada en la ruta hacia el sur por la RN-7 y lo cierto es que nos gustó mucho, y por tanto la recomendamos para hacer una parada, ni que sea corta.

La bonita estación de ferrocarril de Antsirabe, en el barrio colonial de la ciudad (Antsirabe)
La bonita estación de ferrocarril de Antsirabe, en el barrio colonial de la ciudad (Antsirabe)

Antsirabe es una ciudad elegante y nuevamente aquí es fácil olvidarse de que estamos en África, aunque por razones distintas a las explicadas antes. Visitando la parte colonial francesa de la ciudad, con calles anchas, grandes árboles a lado y lado de la vía y un gran número de casas señoriales o villas parece que estamos en algún rincón de Europa.

Merece la pena pasear por esta zona y llegar hasta la estación de tren, un edificio muy bonito pero en el que solo hay un modesto bar y poco más, puesto que por esta línea férrea solo pasan trenes de mercancías.

También vale la pena pasear por el exterior del bonito edificio del Hotel Des Thermes, situado junto al lago Rano Maimbo. Y es que Antsirabe fue en el siglo XIX un lugar de moda entre la población acomodada por sus baños termales y de aquí la existencia de este lujoso e imponente hotel.

Vista exterior del Hôtel des Thermes, cerca del lago Rano Maimbo (Antsirabe)
Vista exterior del Hôtel des Thermes, cerca del lago Rano Maimbo (Antsirabe)

A pesar de que este hotel aún funciona y el edificio mantiene parte de su gloria pasada, lo cierto es que entonces estaba algo deteriorado y necesitaba de una gran inversión para devolverle el esplendor que tuvo. Aun así el hotel posee algunas de las fuentes termales de la ciudad, con la posibilidad de bañarse en ellas.

Desde el hotel y andando hacia el mercado pasamos ante la catedral Nuestra Señora de La Salette, bastante vistosa. Después fuimos al lago Rano Maimbo y lo bordeamos parcialmente, pero en general era una zona sucia y dejada.

Finalmente, Antsirabe es la capital del pousse-pousse, ya que los hay a centenares por sus calles. Realmente no son necesarios para visitar la ciudad, pero sí para ir (o venir) de la gare routière.

Tened en cuenta que el camino del centro a la gare routière del norte hace una ligera subida y el esfuerzo que deben hacer los conductores es superior. Por lo tanto el precio a pagar también debería serlo.


AMBOSITRA

Cómo llegar

Para ir desde nuestro hotel a la gare routière de Antsirabe contratamos un par de pousse-pousse por 1.500 Ar cada uno. El taxi-brousse de Antsirabe a Ambositra nos costó 7.000 Ar/pax y tardamos unas dos horas en recorrer los 90 km hasta la terminal norte de taxi-brousse de esta ciudad dtras un plácido viaje.

Desde esta terminal hasta el centro de Ambositra hay un paseo de poco más de 1 km que se puede hacer tranquilamente a pie o en un pousse-pousse.

Dormir y comer

En Ambositra nos alojamos en el Hotel Angelino Tsaralaza (Andrefan'Ivinany VF 25 - Ambositra) pagamos 41.000 Ar por una enorme suite, toda de madera, con TV, un baño bastante nuevo y unas vistas impresionantes sobre parte de la población y los colinas que hay detrás. El desayuno costaba 3.000 Ar/pax y era sensacional, porque además nos lo servían en una terraza con muy buenas vistas.

La única lástima de este hotel es que las ventanas de madera eran tan viejas que no ajustaban demasiado bien y dejaban pasar el ruido y el frío del exterior. A primera vista el hotel podía parecer cutre, pero la habitación no estaba nada mal.

Este hotel ocupa una casa de arquitectura tradicional que perteneció a Joseph Rakoto, un artesano local de la marquetería y la escultura de renombre internacional.

Para comer en Ambositra recomendamos mucho el Restaurante El Oasis, sobre la carretera RN-7, con una terraza exterior desde donde ver pasar la gente.

Cosas a ver y hacer

AMBOSITRA (pronunciado Ambústr). Esta población está situada a unos 260 km de Antananarivo, sobre la RN-7, y es la principal ciudad de la región ocupada por la etnia Betsileo. Los alrededores de Ambositra son bastante montañosos y el color del paisaje viene marcado claramente por el verde de los campos de arroz.

Otra característica de esta ciudad es que está considerada la capital de la artesanía malgache en la talla de madera, sobre todo por la belleza de los trabajos tradicionales del pueblo Zafimaniry, un subgrupo étnico de los Betsileo.

Montañas y campos de arroz en los alrededores de Ambositra (Ambositra)
Montañas y campos de arroz en los alrededores de Ambositra (Ambositra)

Nuestra recomendación es que si no vais sobrados de tiempo, no estáis muy interesados en este tipo de artesanía y, además, no tenéis pensado hacer el trekking por los poblados Zafimaniry entonces es mejor ir directamente de Antsirabe a Fianarantsoa o, como mucho, parar solo unas horas en Ambositra.

Nosotros habíamos explorado la posibilidad de hacer un recorrido por algunos de estos poblados Zafimaniry desde Ambositra, pero hablando con otros viajeros nos lo habían desaconsejado porque la relación entre el precio que se pedía para hacer este trekking guiado y lo que se obtenía a cambio no compensaba el esfuerzo.

En cualquier caso debéis saber que los Zafimaniry son la última etnia de culto animista que queda en Madagascar. Sus integrantes viven repartidos en 52 poblados aislados entre montañas y valles a los cuales solo se puede acceder a pie por senderos de difícil acceso.

En nuestra visita a Ambositra pudimos ver multitud de tiendas y lugares de venta de tallas de madera Zafimaniry en la Rue lleva Commerce de esta ciudad, donde abundan figuras, cajas o juegos de ajedrez de madera, todo ello exquisitamente tallado.

Unos 600 metros al norte de esta calle encontramos un convento benedictino, donde el edificio no destaca especialmente, pero donde pudimos disfrutar de una misa con cánticos profundamente africanos. Y continuando por el mismo camino más hacia el norte, ya fuera de la ciudad, nos vimos inmersos en un precioso paisaje de campos de arroz distribuidos en terrazas.


FIANARANTSOA

Cómo llegar

Para continuar viaje hacia Fianarantsoa fuimos a pie desde el hotel hasta la terminal sur de taxi-brousse de Ambositra, situada unos 150 metros más allá del restaurante El Oasis, detrás del mercado.

El taxi-brousse desde Ambositra hasta Fianarantsoa nos costó 7.000 Ar/pax. En este trayecto a Fianarantsoa, de 153 km por una carretera muy virada y con muchos cambios de rasante, empleamos solo tres horas gracias a que el conductor que nos tocó en suerte estaba practicando para ser conductor de rallies.

Por otro lado los paisajes de este tramo de carretera son muy bonitos.

Dormir y comer

En Fianarantsoa nos alojamos en la Tsara Guesthouse (Ambatolahikosoa - Fianarantsoa), donde pagamos 71.500 Ar, incluidas las tasas, por una confortable habitación doble con baño privado, TV, caja fuerte y otros extras.

Había habitaciones más caras y también más baratas, pero estas últimas tenían baño compartido. Sin duda este pequeño hotel con encanto es el mejor de Fianarantsoa: elegante, detallista, con un precioso jardín, y unas estupendas vistas. El edificio principal del hotel es un antiguo templo que ha sido reformado.

Este hotel está situado sobre una pequeña colina, a unos 500 metros de la parte vieja de Fianarantsoa. Vale la pena, puesto que su relación calidad/precio es muy buena.

Para comer en Fianarantsoa, aparte del restaurante del propio hotel, recomendamos el Restaurante Gosena, situado entre el hotel y la ciudad vieja. Se come muy bien y a precios realmente buenos.

Cosas a ver y hacer

FIANARANTSOA (pronunciado Fianaransúa, pero conocida popularmente como Fianar). Esta ciudad está situada 415 km al suroeste de Antananarivo, casi a medio camino en el trayecto de la RN-7 desde Tana hasta Toliara. Su altura mediana es de unos 1.200 metros. Es la capital de la región Haute Matsiatra.

La ciudad fue fundada en 1830 por los Merina como capital administrativa de las nuevas tierras conquistadas a los Betsileo. Actualmente está considerada como el centro cultural e intelectual de Madagascar, así como su capital vitivinícola gracias a la presencia de numerosas bodegas en la región.

Para el viajero el principal interés de Fianar radica en su ciudad vieja, pero también es una buena base desde la que hacer interesantes excursiones por los alrededores.

La ciudad vieja de Fianarantsoa

La ciudad vieja se encuentra en la parte más alta de la ciudad y consiste en una serie de calles, solo accesibles a pie, que están salpicadas de bonitas casas y de iglesias.

Lamentablemente, en 2008, la organización World Monuments Fund colocó la ciudad vieja de Fianarantsoa en su lista de los 100 lugares más amenazados del mundo a causa del deterioro de la mayoría de sus edificios.

Paseando por la ciudad vieja de Fianarantsoa (Fianarantsoa)
Paseando por la ciudad vieja de Fianarantsoa (Fianarantsoa)

Para recorrer la zona más fácilmente hay algunos paneles con un mapa y la ruta a seguir. Desde la parte más alta del cerro, donde se situaba el antiguo palacio Rova, hay unas vistas espléndidas sobre el sur y este de Fianarantsoa. Finalmente, como curiosidad, fijaros en las enormes redes que han tejido las arañas Nephila sobre los hilos telefónicos.

Excursiones alrededor de Fianarantsoa

Nuestra idea era visitar la zona de Sahambavy y el Parque Nacional de Ranomafana, todo el mismo día, en una excursión desde Fianar. Estuvimos investigando la posibilidad de hacerla en transporte público, pero vimos que era imposible hacerlo en un solo día y finalmente optamos por el transporte privado.

Así que alquilamos un coche con chófer en la agencia MadTrekking, que entonces estaba situada casi frente a la Tsara Guesthouse). El precio que pagamos fue de 110.000 Ar, incluyendo el vehículo, la gasolina y el chófer-guía para todo un día, durante el que visitamos Sahambavy, Ranomafana e hicimos paradas a voluntad por el camino.

Seguramente también podíamos haber recurrido a un taxista de la calle, pero posiblemente el precio no hubiera sido muy diferente y preferimos la seriedad de esta agencia.

  • Sahambavy. Esta pequeña población está situada 25 km al este de Fianarantsoa y nuestro principal interés era visitar una plantación de té, la única que hay en todo Madagascar, de la empresa SIDEXAM Sahambavy.

    Para visitarla pagamos una entrada de 5.000 Ar/pax y nos explicaron el proceso de fabricación del té negro y el té verde, las dos variedades que se producen aquí y que son para consumo nacional y para exportar a Kenia.

    Mujeres recogiendo las hojas del té (Sahambavy)
    Mujeres recogiendo las hojas del té (Sahambavy)

    Al final de la visita pudimos degustar varias variedades de té, entre las que destacamos el té negro con vainilla (compramos algunas bolsas como recuerdo).

    Antes de irnos dimos un largo paseo entre los bonitos campos de té de la plantación, los cuales ocupan unas 520 Ha. que se extienden por varias colinas de formas muy redondeadas. El paisaje de esta zona es sencillamente magnífico y muy fotogénico, con buenas vistas sobre los alrededores. En esta paseo por los campos de té encontramos varias mujeres trabajando entre los arbustos.

    Se trata de una visita muy recomendable si os interesa todo aquello relacionado con el té. Debemos aclarar que a nosotros nos gusta visitar plantaciones de té o café allá donde vamos, si las hay, claro.

    Una vez finalizada la visita a la plantación de té fuimos hasta el cercano y pequeño lago de Sahambavy, a 1 km escaso de la plantación, y visitamos el bonito jardín de flores del hotel-resort Le Lac, situado junto a la orilla de este lago artificial.

    Yendo hacia el tren de la línea Fianarantsoa-Manakara (Sahambavy)
    Yendo hacia el tren de la línea Fianarantsoa-Manakara (Sahambavy)

    Si no se dispone de transporte privado se puede llegar a Sahambavy desde Fianarantsoa en taxi-brousse o bien con el tren de pasajeros que va a Manakara, pero en ambos casos habrá que tener una paciencia infinita.

  • Parque Nacional Ranomafana. Este parque tiene una superficie de 41.600 Ha. en la que podemos encontrar una gran biodiversidad, con numerosas especies raras de plantas y animales, muchas en grave riesgo de desaparición. Pero el huésped más popular del parque es el lémur dorado del bambú, descubierto en 1986.

    El parque es surcado por numerosos ríos que desembocan en el río Namorona, del que pudimos ver un tramo muy imponente desde un mirador que hay junto a la carretera, muy poco antes de llegar a la entrada del parque.

    Rótulo en la entrada del Parque Nacional Ranomafana
    Rótulo en la entrada del Parque Nacional Ranomafana

    Patrimonio de la Humanidad El Parque Nacional Ranomafana fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2007 bajo el epígrafe de Bosques lluviosos del Antsinanana, el cual agrupa este parque y otros cinco más de Madagascar, los parques Marojejy, Masoala, Zahamena, Andohahela y Andringitra.

    De los circuitos posibles a realizar en este parque nosotros hicimos el llamado Varibolomena, una fácil ruta circular de unos 5 km que se hace en unas 3 horas. En el trayecto se llega a un mirador elevado, llamado Bellevue, con una muy buena vista sobre el parque.

    Durante el circuito pudimos ver varios tipos de lémur, como el lémur dorado del bambú, el lémur marrón o el lémur de vientre rojo, además del llamativo Madagascar day gecko o también un pequeño camaleón grisáceo, insectos camuflados o numerosas plantas raras.

    Un lémur dorado del bambú entre las hojas de los árboles (Parque Nacional Ranomafana)
    Un lémur dorado del bambú entre las hojas de los árboles (Parque Nacional Ranomafana)

    La entrada a este parque valía 25.000 Ar por persona, a los que se había sumar el coste del guía, que en el caso del circuito indicado era de 22.000 Ar suplementarios.

    Para la visita a este parque conviene llevar un chubasquero o similar, ya que las probabilidades de que llueva son bastante elevadas (recordamos que se trata de un bosque lluvioso).

    A 50 metros de la entrada del parque se encuentra el restaurante Varibolo, un buen lugar donde recuperarse de la caminata y que tiene vistas hacia el parque.

    El parque de Ranomafana está a unos 65 km al nordeste de Fianarantsoa: se coge la RN-7 en dirección hacia Ambositra y al llegar al bonito pueblo de Alakamisky Ambohimana, a 26 km de Fianar, se toma una carretera a la derecha y que después de 31 km de buen asfalto nos deja en la entrada del parque.

    Al parque de Ranomafana también se puede llegar en taxi-brousse desde Fianar (o desde Tana). En el pueblo de Ranomafana, a 1 km de la entrada del parque, hay varias opciones de alojamiento por si se desea pasar la noche.

  • Soatanana. Esta aislada población, situada a 30 km de Fianar, se caracteriza para ser el núcleo histórico y centro espiritual de la comunidad cristiana indígena Fifohazana (Church of Revival), uno de los pocos ejemplos de comunidades religiosas cristianas que se establecieron en Madagascar en la segunda mitad del siglo XIX y que aún perdura.

    Este movimiento religioso aboga por una lectura estricta de la Biblia y sus feligreses viven según las estrictas normas de su fe. Uno de sus signos más visibles es el hecho de que prácticamente todos los habitantes de Soatanana visten de blanco como señal de su pureza.

    Nos hubiera gustado ir a Soatanana por la curiosidad de ver el ambiente que rodea a la misa multitudinaria del domingo por la mañana, cuando la población local y de los alrededores van en procesión por las calles para llevar a cabo su liturgia.

    Pero no pudo ser, porque siendo domingo el transporte público era muy infrecuente o inexistente y en cuanto al transporte privado no quisimos pagar los altos precios que nos ofrecieron algunos taxistas por el trayecto desde Fianarantsoa hasta Soatanana, ida y vuelta. Así que, después de varios intentos, desistimos de ir y avanzamos así nuestra marcha hacia Ambalavao, la siguiente etapa en este viaje.


AMBALAVAO

Cómo llegar

En la gare routière de Fianar tomamos un taxi-brousse hacia Ambalavao, a 56 km por la RN-7. Pagamos 3.000 Ar cada uno por este trayecto. En este caso no nos fue fácil encontrar el taxi-brousse hacia Ambalavao, porque los comisionistas que rondaban por la terminal conchababan entre ellos con la intención de que contratáramos un transporte privado. Suerte que nuestra paciencia y perseverancia es casi infinita!!.

Hito kilométrico en la Route National 7
Hito kilométrico en la Route National 7

Por el camino se pueden ver, junto a la carretera, algunas de las viñas y factorías vitivinícolas que hay en esta región. Llegamos a Ambalavao tras casi 90 minutos de ir dentro del vehículo como en una lata de sardinas.

Dormir y comer

En Ambalavao nos alojamos en La Résidence du Betsileo, donde pagamos 35.000 Ar por una habitación doble con baño privado y mosquitera. Un desayuno completo costaba 5.000 Ar.

El lugar no estaba mal y era nuevo, del 2006, pero las habitaciones que daban en la calle podían ser ruidosas por la noche, por lo que recomendamos pedir una que dé a la parte de atrás.

Este hotel tiene la ventaja de que está a escasos 300 metros de la parada de los taxi-brousse y tenemos que agradecerle a la propietaria del hotel las gestiones que hizo porque el que nos debía llevar hasta Ranohira pasara a buscarnos por el hotel a primera hora de la mañana.

Otra opción de alojamiento en Ambalavao es el Hotel Aux Bougainvillées. Y para comer en Ambalavao recomendamos los restaurantes de los dos hoteles citados anteriormente.

Cosas a ver y hacer

AMBALAVAO (pronunciado Ambalaváu). Esta población está situada unos 56 km al sur de Fianar, junto a la RN-7, y sobre el límite meridional de las tierras altas de Madagascar y el país betsileo.

Se asienta en un valle rodeado de espectaculares montañas graníticas y dominado por el macizo donde se encuentra el Parque Nacional Andringitra y el monte Boby, el segundo más alto de Madagascar, con una altura de 2.876 metros.

Esta población fue para nosotros una de las sorpresas agradables de este viaje. Nos gustó mucho por su ambiente tranquilo y su magnífica situación entre montañas, por lo que recomendamos mucho su visita.

Un poco típico, pero imprescindible en Ambalavao, es la visita al taller de fabricación del papel de Antemoro. Es muy interesante y curioso ver el proceso de fabricación de este papel, la pasta del cual se obtiene de la segunda capa de la corteza de un arbusto y sobre el cual se adhieren flores naturales y frescas.

Proceso de fabricación del papel de Antemoro (Ambalavao)
Proceso de fabricación del papel de Antemoro (Ambalavao)

Después del secado del papel el resultado obtenido es ciertamente vistoso. Una empleada de la fábrica nos explicó en detalle todo el proceso de fabricación, con una demostración práctica paso a paso.

La visita era gratuita, aunque se pedía una propina (muy merecida) al final de la visita. La fábrica está junto al hotel Aux Bougainvillées.

Otra cosa que da cierta fama a Ambalavao es su mercado de cebús, el más grande de todo el país, que tenía lugar los martes y miércoles a primera hora de la mañana.

Rebaño de cebús (Ambalavao)
Rebaño de cebús (Ambalavao)

En cualquier caso, si no queréis madrugar mucho o no coincidís con el día de mercado vale igualmente la pena visitar el lugar donde se lleva a cabo este, a 1 km del centro del pueblo. Al encontrarse sobre un lugar elevado hay espectaculares vistas sobre los alrededores de casi 360º y con el sol ya bajo de la tarde aún resultan más fotogénicas.

De todos modos, por la tarde también vimos grandes manadas de cebús que eran conducidos a recintos delimitados por vallas de madera.

Por otro lado, un paseo por las calles de Ambalavao también tenía la recompensa de encontrar a sus vecinos, tanto niños como adultos, que nos saludaban con una amplia sonrisa ante la presencia de unos vazaha como nosotros.

Niños jugando con coches y camiones hechos de materiales reciclados (Ambalavao)
Niños jugando con coches y camiones hechos de materiales reciclados (Ambalavao)

Una imagen de aquellas que quedarán para siempre es la de ver a un grupo de niños felices jugando con sus coches y camiones de juguete hechos de materiales reciclados con alambre, cartón y madera. Nos recordó imágenes de nuestra infancia, cuando aún estábamos lejos del hiper-consumismo actual.


RANOHIRA

Cómo llegar

Pagamos 13.000 Ar cada uno por el taxi-brousse desde Ambalavao hasta Ranohira, en un trayecto de unos 240 km.

Debido a que el precio que pagamos fue claramente un precio vazaha tuvieron el detalle de pasarnos a buscar por el hotel y reservarnos los dos asientos junto al conductor. Ello nos permitió tener una visión privilegiada de la ruta.

Montaña granítica con forma de «ovni» en el trayecto Ambalavao-Ranohira (Ihosy)
Montaña granítica con forma de «ovni» en el trayecto Ambalavao-Ranohira (Ihosy)

El trayecto desde Ambalavao hasta Ihosy es a ratos espectacular gracias a las montañas de granito que rompen el paisaje de la sabana que las rodean. Finalmente llegamos a Ranohira tras un largo viaje de 6,5 horas.

Dormir y comer

En Ranohira nos alojamos en el hotel Orchidée de l'Isalo, donde pagamos 35.600 Ar por una habitación doble y con baño privado. La habitación era un poco básica, pero por este precio ya se sabe... De todos modos tenía otras categorías de habitaciones de más nivel. El desayuno costaba 2.500 Ar/pax.

Este hotel está situado a escasos 100 metros de las oficinas del parque nacional de Isalo y frente a él se detienen los tase-brousse que circulan entre Fianar y Toliara.

Hay otras opciones de alojamiento de mucho más lujo en esta zona, como el Relais de la Reine o también el Le Jardin du Roy, pero todas ellas están alejadas del pueblo y es necesario disponer de vehículo privado.

En el apartado de restaurantes en Ranohira destacamos el del hotel Orchidée de l'Isalo, que además tenía un gran éxito (merecido) entre los viajeros.

Para cambiar dinero en caso de necesidad el Motel d'Isalo era una opción, pero el cambio era muy malo.

Cosas a ver y hacer

RANOHIRA (pronunciado Ranuíra). Es una pequeña población situada en el tercio sur del país, ya en las tierras bajas, y junto a la RN-7. Viniendo de las tierras altas se nota en esta zona un aumento importante de las temperaturas.

El único interés de Ranohira para el viajero es su proximidad al Parque Nacional Isalo, porque aquí se encuentran las oficinas del propio parque, desde donde iniciar la visita.

Al caer el sol de la tarde merece la pena ir hasta el hotel Chez Alice y tomar una bebida en su terraza al aire libre mientras vemos como la pared rocosa del macizo de Isalo que hay frente a nosotros se va tiñendo de rojo.

El Parque Nacional Isalo

El Parque Nacional Isalo tiene una superficie de 81 540 Ha. y es quizás el más visitado de Madagascar. Se asienta sobre una meseta de piedra gres que data del periodo Jurásico, surcada por ríos y sus afluentes que han llevado a cabo un gran trabajo de erosión, dando lugar a excepcionales valles de arena y grandes cañones.

Vista del macizo de Isalo (Parque Nacional Isalo, Ranohira)
Vista del macizo de Isalo (Parque Nacional Isalo, Ranohira)

Además, en él habita una numerosa flora y fauna endémica. A nosotros este parque nos gustó muchísimo y recomendamos totalmente su visita.

De los circuitos posibles a realizar en este parque nosotros hicimos el llamado Namaza, una ruta circular de casi 10 km que se hace en unas 4 horas a paso tranquilo. Este circuito combina la visita a la Cascada de las Ninfas, así como a las piscinas naturales Negra y Azul.

Desde las oficinas del parque hasta el límite del parque propiamente dicho hay 3 km que deben hacerse andando a la ida y la vuelta si no se dispone de vehículo, pero este trayecto es muy agradable, sobre todo a la ida, por las vistas sobre el macizo de Isalo y la luz natural que hay a primera hora de la mañana, a las 6:45, cuando iniciamos este circuito.

Ya dentro de los límites del parque anduvimos por un cañón donde la altura de las paredes es de unos 150 metros y que nos condujo primeramente a la preciosa Piscine Bleue, donde el color turquesa del agua viene dado por la arena blanca del fondo.

A solo 50 metros de ella está la Piscine Noire, denominada así por el color oscuro de su fondo. El paisaje es muy bonito, además de frondoso y verde, lo cual sorprende por la aridez que hay fuera del parque.

En el cañón de la Cascada de las Nimfas (Parque Nacional Isalo, Ranohira)
En el cañón de la Cascada de las Nimfas (Parque Nacional Isalo, Ranohira)

A continuación subimos por un camino entre rocas hasta llegar a la Cascada de las Ninfas, situada en un bonito rincón entre altas rocas, donde almorzamos unos bocadillos que llevábamos para reponer fuerzas.

A lo largo de la ruta tuvimos la suerte de encontrarnos con un gran grupo de lémures marrones y otro de lémures de cola anillada, estos últimos muy vistosos, con los que pasamos un buen rato viéndolos. También vimos otros muchos animales más pequeños y plantas que el guía nos fue localizando.

En el camino de vuelta hacia Ranohira también encontramos pastores con sus cebús y un numeroso grupo de mujeres lavando la ropa en el río con las que intercambiamos unas risas y alguna palabra en el dialecto Bara que se habla en esta zona, ya que los pobladores de esta región del país son la etnia Bara. Por ejemplo, la expresión Bao bao viene a significar Qué tal? Cómo va? y es una buena forma de romper el hielo aquí.

Lémures de cola anillada (Parque Nacional Isalo, Ranohira)
Lémures de cola anillada (Parque Nacional Isalo, Ranohira)

En resumen, esta ruta por el Parque Nacional Isalo es muy recomendable y lo cierto es que durante todo el recorrido por el parque no nos cruzamos con nadie, pudiendo disfrutar de este espacio en total soledad.

La entrada al parque costaba entonces 25.000 Ar por persona, a los que había que sumar el coste del guía, que en el caso del circuito indicado era de 40.000 Ar en total (o 36.000 Ar si se disponía de vehículo).

Se da la circunstancia de que meses después de este viaje, ya en casa, vimos en la TV un documental de naturaleza sobre Madagascar y en el capítulo dedicado a Isalo la persona que hablaba sobre este parque era, nada más y nada menos, el hombre que nos había tocado como guía. Ciertamente, su conocimiento del lugar era extraordinario y su forma de dar las explicaciones muy didáctica.


TOLIARA

Cómo llegar

Para el largo trayecto de 243 km por la RN-7 entre Ranohira y Toliara subimos a un taxi-brousse ante nuestro hotel por el que pagamos 20.000 Ar cada uno. En el ligero sobreprecio se incluía el hecho de que era directo, sin paradas (es un decir), y que íbamos más anchos de lo que era habitual: solo tres personas por hilera en vez de las 4, 5, 6 o ... 10.

En este trayecto pasamos por la indescriptible población de Ilakaka, la cual había pasado de 40 habitantes a principios de los años 1990 a más de 60.000 (censo de 2005) gracias al descubrimiento de importantes yacimientos de zafiros que habían atraído a mucha gente con la esperanza de hacerse ricos rápidamente.

Su aspecto de poblado del far-west no era casual, teniendo además una cierta fama de ser un lugar peligroso por la violencia generada alrededor del negocio de las piedras preciosas.

A diferencia de los tramos de la RN-7 que habíamos recorrido hasta ahora, en esta zona del país los paisajes eran mucho más esteparios y secos y los poblados tenían un aspecto bastante más miserable. Otra diferencia palpable es que el color de la piel de la gente se iba oscureciendo a medida que nos acercábamos a Toliara.

Unos 15 km antes de llegar a Toliara vimos que había en marcha un gran proyecto de reforestación con vegetación autóctona. Bien!!.

Llegamos a Toliara, concretamente a su gare routière, unas cinco horas después de salir de Ranohira y lo cierto es que fue un viaje muy cómodo. Toliara está ya a nivel de mar y aquí el calor ya se hacía notar mucho.

Dormir y comer

En Toliara nos alojamos en el hotel Chez Alain (San Fil - Toliara), donde pagamos 46.500 Ar, incluyendo impuestos, por un bungaló con baño privado y agua caliente. La verdad es que este hotel tuvo seguramente tiempos mejores, pero ya estaba un poco decrépito y necesitado de mantenimiento. Parecía que su propietario, francés, se había dejado contagiar de la indolencia propia de esta ciudad y su clima.

Su desayuno continental costaba 8.000 Ar, muy caro para lo que era, y no admite comparación con otros desayunos que ya habíamos tenido. Este alojamiento se encuentra a solo 500 metros de la terminal de taxi-brousse de Toliara, siendo este uno de las escasas ventajas que le vimos al lugar.

Posteriormente, andando por el centro de Toliara, encontramos el Hotel Serena (Blvd. Philibert Tsiranana - Toliara), inaugurado en 2008. Estaba decorado con buen gusto, parecía confortable y el precio de una habitación doble era de 42.500 Ar. Si volviéramos a Toliara seguramente escogeríamos este hotel y no el Chez Alain.

Para comer en Toliara una buena recomendación es el restaurante L'Etoile de Mer, situado en el Blvd Lyautey, frente al hotel Palétuvier, con una comida excelente y una terraza exterior para comer o cenar al aire libre.

Cosas a ver y hacer

TOLIARA (también escrito con el antiguo nombre francés de Tuléar). Esta ciudad, situada en la costa suroeste, es la capital de la región Atsimo-Andrefana. Aquí acaba la Route National 7 en su extremo sur, a 936 km de Antananarivo y a pocos kilómetros al norte del Trópico de Capricornio.

Es una ciudad relativamente moderna, creada en 1895 por un arquitecto francés que pensó en plantar árboles en sus calles para proteger del fuerte sol a sus habitantes. Hoy en día Toliara es un importante puerto comercial, así como una animada ciudad universitaria.

Señal en la entrada de Toliara, el final de la RN-7 (Toliara)
Señal en la entrada de Toliara, el final de la RN-7 (Toliara)

Nuestra visita a Toliara obedeció al hecho de que aquí acababa nuestra ruta por la RN-7 y porque en su aeropuerto tomábamos el vuelo hacia Morondava, la siguiente escala en este viaje.

De hecho, en Toliara no hay mucho que ver, pero merece la pena visitar el Museo Municipal (400 Ar), situado en el Blvd Philbert Tsiranana. En él se exhiben importantes objetos étnicos, entre los que destacan algunas esculturas eróticas de tumbas de la etnia Sakalava y también máscaras de la tribu Mikea, así como interesantes fotografías y utensilios.

También hay un Musée de la Mer, de acceso gratuito, a Route de la Porte. Y el mercado de Toliara es posiblemente el mejor lugar del país donde comprar lambas, la vestimenta tradicional de Madagascar.


Ruta por el centro y norte de Madagascar

MORONDAVA

Cómo llegar

La población de Morondava está situada unos 360 km al norte (en linea recta) desde Toliara, pero no hay carreteras como tal que unan ambas ciudades siguiendo la costa.

En las fechas de este viaje, si se quería hacer este trayecto por tierra había que contratar un 4x4 y esto suponía una excursión muy cara y de varios días. Además, las pistas eran impracticables durante la temporada de lluvias.

Por todo ello, pero sobre todo por el factor tiempo, nosotros optamos por el avión, el camino más rápido entre Morondava y Toliara.

Así que cogimos un taxi en nuestro hotel que nos llevó al aeropuerto de Toliara por 15.000 Ar (era la tarifa oficial), distando 7 km del hotel. Este aeropuerto era muy pequeño, pero la terminal era bastante nueva.

Cuando el personal de Air Madagascar acabó de pesar y facturar los numerosos sacos que cargaban en el avión, nos tocó facturar a los únicos cuatro pasajeros de este vuelo hacia Morondava.

Después fuimos andando por la pista hasta nuestro pequeño avión de hélice De Havilland Canada DHC-6 Twin Otter, con solo 25 plazas (y 2 pilotos como personal de a bordo).

La «terminal» del aeródromo de Morombe
La «terminal» del aeródromo de Morombe

Cuando el avión se elevó de la pista de Toliara resultó que la altura de vuelo era solo de unos 300 metros aproximadamente. Así pudimos ver perfectamente por la ventana toda la línea de la costa, con unas vistas privilegiadas sobre las aguas turquesas del mar, entre la costa y el arrecife coralino, las playas, los poblados Vezo, las piraguas de pescadores, etc.

Desde el aire reconocimos la población de Ifaty, que ya era entonces un destino de playa para muchos viajeros. Poco antes de llegar a Morombe, población situada aproximadamente a medio camino, sobrevolamos una gran extensión de bosque en la que podíamos distinguir perfectamente numerosos baobabs.

Poco después aterrizamos en el aeródromo de Morombe, un aeropuerto de cómic por sus dimensiones. Aquí bajamos del avión y esperamos 10 minutos en la pista a que bajaran los otros dos viajeros de nuestro avión y subieran dos nuevos pasajeros, una pareja japonesa, que iría con nosotros hacia Morondava.

Vista aérea de los campos de arroz formando un «trencadís» o mosaico natural
Vista aérea de los campos de arroz formando un «trencadís» o mosaico natural

En el trayecto entre Morombe y Morondava volamos a más altura que antes pero, aun y así, pudimos disfrutar de los bellos paisajes de esta zona tan aislada, incluyendo unas grandes extensiones de arrozales que dibujaban caprichosas formas geométricas, dignas de las espectaculares fotos aéreas del famoso fotógrafo francés Yann Arthus Bertrand.

Aterrizamos en el aeropuerto de Morondava dos horas después de despegar de Toliara. La tarifa oficial para ir en taxi desde el aeropuerto hasta Nosy Kely, la zona de playas de Morondava donde se encuentran la mayoría de hoteles, era de 15.000 Ar.

Dormir y comer

Después de ver varios hoteles en la zona de Nosy Kely nos alojamos en Le Gîtes & Relais Guesthouse (Nosy Kely - Morondava), donde pagamos 55.000 Ar por una habitación bastante grande, con una gran cama con mosquitera y colchón duro (en muchos hoteles malgaches son de espuma), baño privado y desayuno incluido.

Todo estaba aún muy nuevo entonces y en la habitación teníamos un balcón abierto a la enorme playa de arena blanca. Desde ella podíamos ver por la mañana la llegada de las piraguas de los pescadores con la pesca del día.

En resumen, este hotel tenía para nosotros la mejor relación calidad-precio de todos los que había en los alrededores.

El Vezo Hotel (rue del Indépendance - Morondava) estaba ubicado en un precioso edificio que parecía acabado de reformar. Además, tenía bar y restaurante, con una terraza en el último piso con buenas vistas.

Y una opción de auténtico lujo, también en la playa de Nosy Kely, es el hotel Palissandre Cote Ouest Resort & Spa, con bungalós que costaban a partir de 90 €, con todas las comodidades. También tiene un restaurante con un menú de cocina de autor que costaba 32.000 Ar/pax. Comiendo en su restaurante se podía negociar la posibilidad de bañarse en su magnífica piscina privada.

Para comer nuestro preferido era el restaurante Couleurs Café, a solo 20 metros de nuestro hotel. El lugar estaba muy bien, con buenas vistas sobre la playa, la comida era buenísima y a muy buen precio. Otra buena opción era La Capannina, el restaurante del hotel Trecicogne.

Cosas a ver y hacer

MORONDAVA. Esta ciudad se encuentra en la costa oeste de Madagascar, sobre el delta del río Morondava. Además de ser un buen lugar para relajarse, ya que es una población pequeña y tranquila, también es el mejor campo base para varias visitas a los alrededores: Belo sur Mer, Avenida de los Baobabs, Andranomena, Kirindy o el tsingy de Bemaraha.

La playa de Nosy Kely

La zona de Nosy Kely, donde están la mayoría de hoteles, tiene una larga playa de arena blanca bastante atractiva, pero afeada en algunas partes por la erosión y por unas pilonas de hormigón. La parte sur de la playa es la más bonita.

Recogiendo la pesca del día (playa de Nosy Kely, Morondava)
Recogiendo la pesca del día (playa de Nosy Kely, Morondava)

A causa de las fuertes corrientes no es recomendable bañarse a mar abierto en esta playa. Pero, en cualquier caso, merece la pena pasear por ella para ver como las embarcaciones de pesca de los Vezo llegan a la orilla y descargan las capturas del día mientras grupos de mujeres y niños recogen la mercancía para llevársela en cubos sobre la cabeza.

Excursión por los alrededores de Morondava

Para explorar los alrededores de Morondava estudiamos la posibilidad de alquilar una moto, pero el único lugar que encontramos donde hacerlo, el Mada Bar estaba cerrado aquellos días. Y en el Baobab Café alquilaban 4x4 y quads, pero no motos, y los precios eran muy elevados.

De todos modos, nos pusieron en contacto con alguien que estaba dispuesto a hacernos de taxista y con el que pactamos un precio de 90.000 Ar (todo incluido) por una excursión de siete horas para ir a la Avenida de los Baobabs y a la Reserva Especial Andranomena, entre otros lugares.

A las 11:45, con nuestro taxista y su Peugeot 309, salimos de Morondava por la RN-35, la cual estaba en un estado lamentable. Al cabo de 10 km giramos a la izquierda para seguir por una pista que va hacia el norte. Nos paramos aquí para ver de cerca los primeros baobabs del día. Realmente impresionantes.

Retomamos la marcha y cada vez íbamos viendo más y más baobabs entre los campos de arroz. Una estampa preciosa, sin palabras para describirla. Por el camino nos paramos en numerosas ocasiones para fotografiar baobabs tan especiales que ya tenían nombre propio (al menos así nos lo explicó nuestro conductor/guía): el Baobab Dinosaurio, a causa de su enorme tamaño y edad, unos 480 años; el Baobab Rasta, por la forma de sus ramas, etc.

De hecho, la variedad de baobabs endémica de esta zona es la Adansonia grandidieri, considerada como la especie con ejemplares más grandes y más famosa de las seis especies endémicas de Madagascar.

Al cabo de 9 km de pista desde el cruce llegamos a la famosísima Avenida de los Baobabs, donde paramos para hacer unas cuántas fotos sabiendo que volveríamos aquí al final del día para ver la puesta de sol.

Vimos que esta pista tenía tramos con mucha arena y esto podía suponer un problema para hacerla en bici o en moto, sobre todo yendo dos personas sobre una moto.

Continuamos por la pista otros 21 km hasta llegar al poblado de Marofandilia, donde nos detuvimos para que nuestro chófer localizara a Patrick, la persona que nos debía guiar en la visita a la Reserva Especial de Andranomena.

Esta reserva, de 6.420 Ha, se caracteriza por ser un bosque seco caducifolio, ya que recibe bastante menos lluvia y soporta temperaturas más altas que otros bosques de Madagascar. En ella se encuentran hasta tres especies de baobab diferentes, así como siete especies de lémur, tres de las cuales son raras.

Para visitar la reserva pagamos 10.000 Ar cada uno por la entrada más 5.000 Ar del guía. Solo había un posible circuito por el parque: el Circuito de los tres lagos, de 6 km a pie.

Un sifaca de Verreaux sobre un árbol (Reserva Especial Andranomena)
Un sifaca de Verreaux sobre un árbol (Reserva Especial Andranomena)

Durante el recorrido, de algo más de dos horas, vimos varios grupos de sifacas, nombre común del Propithecus verreauxi, una especie endémica de lémur. También vimos algunos lémures marrones. Y de los tres lagos solo en uno de ellos quedaba agua, puesto que aquí solo llueve de enero a abril, y en él había un gran número de aves.

En cuanto a los baobabs vimos algunos ejemplares muy curiosos, como uno formado por tres enormes troncos que nacen de la misma raíz, pero sobre todo los que nuestro guía bautizó con picaresca como el baobab macho y el baobab hembra.

El «baobab macho y el «baobab hembra», separados unos 30 metros en el bosque (Reserva Especial Andranomena)
El «baobab macho y el «baobab hembra», separados unos 30 metros en el bosque (Reserva Especial Andranomena)

El primero tiene una protuberancia en la base que claramente parece un falo, mientras que el segundo tiene un corte vertical también en la base que se asemeja a la vulva femenina. Ambos están separados unos 30 metros el uno del otro y lo cierto es que son muy curiosos de ver.

Al cabo de dos horas dimos por acabada la visita a la reserva, muy contentos de todo lo que habíamos visto.

Los «Baobabs Enamorados», dos baobabs entrelazados<br />(alrededores de Morondava)
Los «Baobabs Enamorados», dos baobabs entrelazados
(alrededores de Morondava)

Habíamos dudado entre visitar esta reserva o continuar otros 20 km hacia el norte para ir a la Reserva Privada de Kirindy (no confundirla con el Parque Nacional Kirindy Mitea), más grande, pero similar en cuanto a tipo de bosque, flora y fauna.

Finalmente, pero, quedamos del todo satisfechos con la elección hecha, a pesar de que, está claro, no podemos opinar sobre la Reserva de Kirindy.

Acabada la visita a la Reserva de Andranomena volvimos hacia el sur por la misma pista.

Unos 4 km antes de llegar a la Avenida de los Baobabs nos desviamos por otra pista y después de recorrer 5 km llegamos al lugar donde se encuentran los también famosísimos Baobabs Amoureux (los Baobabs Enamorados).

Se trata de dos baobabs que entrelazan sus troncos de una forma muy romántica.

Desde aquí volvimos al cruce con la pista principal y a solo 100 metros había unas tumbas sakalava con dibujos vistosos. Y a continuación nos dirigimos nuevamente hacia la Avenida de los Baobabs.

La llamada Avenida de los Baobabs (Allée des Baobabs en francés) es un conjunto de unos 300 baobabs, muchos de ellos centenarios y con alturas de hasta 30 metros, situados a los lados de la pista que va de Morondava a Belon'y Tsiribihina.

Grandes baobabs en mitad de los campos de arroz (Avenida de los Baobabs, Morondava)
Grandes baobabs en mitad de los campos de arroz (Avenida de los Baobabs, Morondava)

El paisaje que forman es tan extraordinario y fotogénico que puede ser considerado como una de las maravillas de África, atrayendo viajeros de todo el mundo. No sorprende, pues, que sea uno de los lugares más visitados del país.

El mejor momento para disfrutar de este lugar es al caer el sol (o bien al amanecer), aunque lógicamente es también cuando hay más visitantes. Aun y así, el día que fuimos nosotros no éramos más de 15 personas en toda la zona.

Baobabs teñidos de rojo con el último sol de la tarde (Avenida de los Baobabs, Morondava)
Baobabs teñidos de rojo con el último sol de la tarde (Avenida de los Baobabs, Morondava)

Los dos últimos kilómetros antes de llegar a su punto más conocido los hicimos a pie por la pista de arena para poder saborear mejor un lugar tan mágico. El sol ya iba cayendo y el reflejo de sus rayos sobre los troncos de los enormes baobabs hacía que estos se volvieran rojizos.

Andando y haciendo decenas de fotos para intentar quedarnos con la magia del momento llegamos hasta el aparcamiento que hay en la entrada sur, donde nos esperaba nuestro taxi.

Última luz de la tarde sobre los baobabs (Avenida de los Baobabs, Morondava)
Última luz de la tarde sobre los baobabs (Avenida de los Baobabs, Morondava)

En este lapso de tiempo se había ido haciendo oscuro, hasta quedar los baobabs como una sombra negra recortada sobre un cielo muy rojizo. Sobre las 18:15 volvimos hacia Morondava, adonde llegamos a las 19:00.

A pesar de que habíamos visto este lugar muchísimas veces en fotos y reportajes, lo cierto es que la visita superó con creces las enormes expectativas creadas. Solo este lugar ya justificaba sobradamente el esfuerzo de ir a Morondava.


ISLA DE SAINTE-MARIE

Cómo llegar

En nuestro largo trayecto hacia la isla de Sainte-Marie, de lado a lado del país, empezamos por ir hasta el aeropuerto de Morondava, situado a unos 10 km de Nosy Kely. Nos llevó, gratuitamente, una persona de nuestro hotel, en una muestra más de las atenciones del personal de este hotel hacia sus huéspedes.

En realidad este trayecto estaba compuesto por dos vuelos: uno de Morondava a Antananarivo y a continuación otro de Antananarivo hacia la isla de Sainte-Marie, los dos con Air Madagascar.

En el primer vuelo subimos a un avión ATR 42/72, un bimotor de hélice de 48 plazas que despegó 15 minutos antes de lo previsto y en el que solo un 33% de las plazas estaban ocupadas. Una hora después aterrizamos en el aeropuerto Ivato de Antananarivo, donde tuvimos que cambiar de avión para continuar viaje hacia Sainte-Marie.

En aquellas fechas, en Madagascar, los trámites antes y después de un vuelo doméstico eran muy rápidos y simples, básicamente porque casi no había controles de ningún tipo.

Así que facturamos nuevamente el equipaje y poco después ya estábamos subidos a otro ATR 42/72. Despegamos también antes de la hora programada y aterrizamos en el aeropuerto de Sainte-Marie unos 50 minutos después.

La llegada a la isla de Sainte-Marie en avión fue espectacular porque sobrevolamos la preciosa isla de Aux Nattes y su anillo de mar turquesa.

Dormir y comer

En Sainte-Marie nos alojamos en el hotel Chez Pierrot (Andapanangoy - Sainte-Marie), donde pagamos 60.000 Ar por un bungaló bastante correcto, con baño privado, agua caliente y ventilador. El desayuno, muy completo, estaba incluido en el precio y la conexión a Internet era gratuita.

Este hotel también organizaba excursiones para el avistamiento de ballenas por 75.000 Ar/pax, el precio más barato que encontramos en los numerosos lugares donde preguntamos.

Chez Pierrot está junto a la playa, en la costa oeste de Sainte-Marie, a 8 km de Ambodifotatra, la capital de la isla, y a solo 100 metros del Lakana Hotel, otra buena opción para alojarse en la isla, aunque el precio de los bungalous aquí era bastante más caro que en Chez Pierrot.

Puesta de sol desde la playa de nuestro alojamiento (isla de Sainte-Marie)
Puesta de sol desde la playa de nuestro alojamiento (isla de Sainte-Marie)

Y si queréis alojarnos en un lugar realmente tranquilo y lejos de todo, pero en un entorno paradisíaco, entonces merece la pena buscar un bungaló en la vecina isla de Aux-Nattes.

Para comer en algunos restaurantes de Sainte-Marie, incluidos los de los hoteles, comprobamos que era necesario reservar al menos mediodía antes, ya que en caso contrario podían tardar de una a dos horas en servir la comida.

Cosas a ver y hacer

ISLA DE SAINTE-MARIE (conocida localmente como Nosy Boraha). Está situada en la costa este de Madagascar, a unos 10 km de la isla principal. Tiene una longitud de 60 km y menos de 10 km de ancho. Su capital es Ambodifotatra.

Esta isla es conocida por su carácter auténtico y muy bien conservado, así como por la observación de ballenas, sus bonitas playas y por toda la historia que la rodea.

De hecho, Sainte-Marie es un archipiélago formado por la isla principal; el islote Madame, en la entrada de la bahía de Ambodifotatra; la isla Aux Forbans en el centro de esta bahía; la isla Aux Baleines (Nosy Boeny); los islotes Sables; y la isla Aux Nattes.

La isla de Sainte-Marie

Para moverse libremente por toda la isla de Sainte-Marie la mejor opción que había en aquellas fechas era al transporte privado, porque los infrecuentes taxi-brousse que circulaban por la única carretera medianamente asfaltada de la isla solían ir muy llenos. Y los taxis a lo largo de esta carretera eran muy caros, ya que cobraban una desorbitada tarifa oficial para vazahas a partir de 20.000 Ar por trayecto.

Por eso, valía la pena plantearse el alquiler de una moto (o quad), pero había que ser un conductor algo experimentado en la conducción de estos vehículos, porque algunos tramos de carretera eran una verdadera pesadilla, con agujeros, rocas, arena, barro... o todo a la vez.

Nosotros alquilamos una moto trail Yamaha XT, ya algo vieja, por 50.000 Ar/día en el Lakana Hotel. También era posible alquilar scooters más nuevos por 45.000 Ar/día, pero no los recomendamos para circular por zonas difíciles. Otro lugar para alquilar motos, con precios similares, era un chiringuito que había delante del Bank of Africa en Ambodifotatra.

En cualquier caso, las distancias cortas o medias por la isla también se pueden recorrer a pie siguiendo la pista que va por la costa oeste.

Además de las obvias actividades relacionadas con el mar, como tomar el sol, bañarse, bucear, pescar o excursiones en barca, la isla ofrece otros puntos de interés para no aburrirse.

  • Cementerio Pirata de Saint-Pierre. En el Cementerio Pirata, ubicado en la orilla sur de la bahía de Ambodifotatra, pudimos ver tumbas de piratas, corsarios y otras personas que formaron parte de la historia de esta isla.

    Y es que durante los siglos XVII y XVIII Sainte-Marie fue un refugio muy popular entre los piratas del Índico, puesto que sus aguas son tranquilas y sus bahías ofrecían protección frente a las tormentas, la comida era abundante y, sobre todo, estaba cerca de la ruta comercial que iba a las Indias orientales.

    Tumbas en el viejo cementerio pirata de Saint-Pierre (isla de Sainte-Marie)
    Tumbas en el viejo cementerio pirata de Saint-Pierre (isla de Sainte-Marie)

    Célebres piratas de aquella época se establecieron aquí, como William Kidd, Robert Culliford, Thomas Tew, etc. De hecho, se ha rumoreado que la utópica república pirata de Libertalia estaba en esta isla, pero ni siquiera está probado que esta república llegara a existir de verdad.

    En la visita guiada a este cementerio se nos explicó la interesante historia de sus placas y tumbas más significativas. Junto a la entrada sur del puente que cruza esta bahía estaba el chiringuito donde se pagaban los 10.000 Ar que costaba entonces la visita guiada.

    El cementerio está situado sobre un promontorio rodeado de mar, con unas vistas fantásticas en todas las direcciones. Veréis, por ejemplo, la primera iglesia construida en Madagascar (1857). Desde la pista principal hay que andar unos 800 metros por un camino hasta llegar al cementerio.

    A nosotros esta visita nos gustó bastante, sobre todo por la historia y por las vistas.

  • Piscines Naturelles. Estas piscinas naturales, denominadas de Ambodiatafana, se encuentran en la costa nordeste de la isla, pasado el faro de Albrand. Son tres piscinas de unos cien metros de longitud formadas por una barrera de rocas negras irregulares. El mar va aportando el agua que llena las piscinas.

    Con la moto alquilada quisimos llegar hasta estas piscinas naturales, pero desistimos poco después de pasar por Ankirihiry, cuando aún quedaban unos cuántos kilómetros para llegar a ellas, porque el estado de la pista era realmente infernal, imposible para una moto como la nuestra con dos pasajeros. El asfalto se acabó 1 km antes de llegar al pueblo de La Crique y a partir de aquí era una pista pedregosa.

    Cascada en la jungla de la zona norte (isla de Sainte-Marie)
    Cascada en la jungla de la zona norte (isla de Sainte-Marie)

    Aun así mereció la pena llegar hasta ese punto porque los paisajes de playa y vegetación tropical que encontramos a lo largo del camino son muy bonitos. También hay alguna cascada remarcable. Aprovechamos para tomar una bebida en el aislado hotel La Crique, situado junto a una playa realmente preciosa.

  • Las playas de Ambondrona. Por la tarde, la zona de playas de Ambondrona, en el lado occidental de la isla y entre los hoteles Lakana y Princesse Bora Lodge es un buen lugar para pasear y ver el mar como si fuera una enorme piscina gracias a la quietud del agua en esta parte de la isla.

    En las playas de Ambondrona el mar es como una piscina gigante (isla de Sainte-Marie)
    En las playas de Ambondrona el mar es como una piscina gigante (isla de Sainte-Marie)

    Al atardecer pudimos disfrutar de una bonita puesta de sol sobre el mar. Y cuando oscurecía, y con la marea baja, pudimos observar a algunos isleños andando sobre el agua con antorchas encendidas para atraer la pesca.

  • Avistamiento de ballenas en Sainte-Marie. Entre los meses de julio y septiembre otra actividad a hacer en Sainte-Marie es el avistamiento de ballenas. Numerosos grupos de ballenas jorobadas (también llamadas yubartas y con el nombre científico Megaptera novaeangliae) llegan desde la Antártida al canal entre Sainte-Marie y la isla principal en busca de alimento y de sus condiciones ideales para el crecimiento de los jóvenes ballenatos antes de volver a las aguas frías antárticas.

    Esta actividad se puede contratar en alguna de las agencias que hay en el puerto de Ambodifotatra o bien a través de los hoteles, pero conviene comparar precios y características antes de escoger. Nosotros preguntamos en varios lugares y finalmente la contratamos en nuestro propio hotel, Chez Pierrot. Pagamos 150.000 Ar en total por una lancha y el barquero-guía, en una excursión privada sólo para nosotros dos.

    Nuestro barquero resultó ser un fenómeno a la hora de localizar a las ballenas.

    Salimos con la lancha desde nuestro hotel a las 8:00 y volvimos al mismo lugar a las 15:30. De este tiempo estuvimos algo más de cuatro horas divisando ballenas en la zona del canal hacia el sur y este de la isla Aux-Nattes.

    Avistamiento de ballenas jorobadas en la costa de la isla de Sainte-Marie
    Avistamiento de ballenas jorobadas en la costa de la isla de Sainte-Marie

    En total conseguimos ver unos 20 ejemplares diferentes de ballena. Estar a pocos metros de un mamífero tan enorme y sentir su respiración, así como ver sus cabriolas sobre el agua, es algo que no se vive cada día. Cuando estábamos cerca de una ballena nuestro barquero apagaba el motor de la embarcación para no molestarla.

    Hacia el mediodía desembarcamos en una playa de la isla Aux-Nattes para almorzar con unos bocadillos y bebidas incluidos en el precio de la excursión. Después pudimos bañarnos y pasear hasta la hora de volver.

    Por lo que vimos, el resto de excursiones que se ofrecían seguían más o menos el mismo patrón de horarios, lugar de parada, etc. En cualquier caso, la experiencia fue fantástica y valió mucho la pena. Muy recomendable.

La isla Aux-Nattes

La Isla Aux-Nattes (pronunciado il-oh-nat y conocida localmente con el nombre de Nosy Nato) es una diminuta isla de menos de 3 km de diámetro situada a solo 300 metros de la punta sur de Sainte-Marie.

Si Sainte-Marie puede parecer el paraíso, Aux-Nattes es el paraíso hecho realidad. En esta isla no hay vehículos y en tres horas es posible circunvalarla completamente a pie.

Tiene playas tropicales de arena blanca, cocoteros y una laguna salada de aguas turquesas protegida por una barrera de coral... todo de postal. Es el lugar ideal para bañarse, bucear y experimentar la dolce far niente.

Una de las fantásticas playas de la isla Aux-Nattes
Una de las fantásticas playas de la isla Aux-Nattes

Sin duda en esta isla encontramos algunas de las playas más bonitas de este viaje. Concretamente la que había frente al ya desaparecido hotel Meva Paradis es fantástica.

Tal como ya hemos comentado anteriormente, en la isla Aux-Nattes hay varios alojamientos disponibles, situados en un lugar paradisíaco, realmente tranquilo y lejos de todo. Tendréis que valorar, tal como hicimos nosotros, si os interesa más alojaros aquí o en la isla de Sainte-Marie, más cerca de todo.

Para llegar hasta la isla Aux-Nattes la única vía era con una lakana, una piragua tradicional malgache de madera. En la playa de La Pointe, al final de un camino y al suroeste del aeropuerto de Sainte-Marie, siempre hay unos cuántos barqueros esperando para llevarnos hasta Aux-Nattes, pero conviene regatear muy bien el precio de partida.

En nuestro caso conseguimos una piragua por 3.000 Ar, incluyendo la ida y la vuelta. Podéis acordar una hora para os recojan en Aux-Nattes y, en cualquier caso, no paguéis nunca todo el importe a la ida.


ANDASIBE

Cómo llegar

Para ir desde Sainte-Marie en la isla principal esta vez optamos por el ferry que une los puertos de Ambodifotatra y de Soanierana-Ivongo, en la costa oriental de la isla principal.

Este barco, de la empresa Gasikara Be, salía a las 6 de la mañana aproximadamente y solía ir bastante lleno. Por este motivo era conveniente reservar con antelación (en nuestro caso llamó por teléfono el propietario de nuestro hotel el día anterior). El trayecto costaba entonces 60.000 Ar/pax.

Puesto que debíamos estar en el embarcadero de Ambodifotatra antes de las 5:30 de la mañana, la noche anterior habíamos acordado con un taxista (20.000 Ar, la tarifa oficial) que nos pasara a recoger por el hotel a las 5:15.

En este trayecto en barco, de 30 km, empleamos casi 90 minutos, aunque la travesía fue muy plácida.

Eso sí, la entrada al puerto de Soanierana-Ivongo, ubicado en la desembocadura del río Marinbona, resultó bastante extraña, puesto que nuestro barco tuvo que cruzar una playa muy poco profunda, suponemos que a causa de la marea baja, y en la que casi quedó embarrancado antes de conectar con un brazo de mar que daba acceso al puerto (??).

Una vez en el embarcadero de Soanierana-Ivongo anduvimos unos 200 metros hasta la caótica estación de taxi-brousse de esta población, donde subimos al primer taxi-brousse que salía con destino hacia Toamasina (10.000 Ar/pax).

Una opción más cómoda (y solo algo más cara) era comprar un paquete que ofrecía la empresa Gasikara: valía 80.000 Ar/pax e incluía el ferry a Soanierana-Ivongo y un minibús chárter hasta Toamasina.

Nosotros no lo contratamos porque nos lo desaconsejó el propietario de nuestro hotel, pero viendo después lo que sufrimos en el trayecto entre Soanierana y Toamasina en el taxi-brousse lo cierto es que nos arrepentimos de no haberlo hecho. La diferencia de precio era de solo 10.000 Ar entre una opción y otra, nada del otro mundo.

El trayecto de 165 km por la carretera RN-5 entre Soanierana-Ivongo y Toamasina no estaba mal del todo, pero a medida que nos acercábamos a Toamasina el asfalto se fue degradando por instantes hasta llegar a ser un colador a causa de los baches.

Esta carretera cruzaba enormes ríos a través de puentes, muchos de los cuales se estaban reconstruyendo entonces a causa de los desperfectos de los ciclones de años anteriores. Finalmente llegamos a Toamasina cuatro horas después de salir de Soanierana, muy agotados por la incomodidad del viaje al ir muy estrechos dentro del taxi-brousse..

Para el siguiente trayecto, desde Toamasina hasta Andasibe, de 225 km, cogimos un taxi-brousse que iba a Moramanga, pero pasaba cerca de Anadasibe.

Como que preveíamos llegar tarde a nuestro destino, como así fue (en Madagascar tarde significa más allá de las 18:00, cuando se hace oscuro), pactamos con el conductor que se desviaría de su ruta por la RN-2 para acompañarnos hasta el pueblecito de Andasibe, a 4 km de la carretera principal.

Pagamos 20.000 Ar/pax por este trayecto, incluyendo un sobreprecio por desviarse de su ruta hacia Moramanga.

Esta carretera estaba en bastante mejor estado que la RN-5. A partir de la población de Brickaville la carretera asciende desde el nivel del mar hacia las tierras altas, motivo por el que la marcha se enlentece a causa de los camiones en la ruta. Compensa el hecho de poder disfrutar de unos paisajes muy bonitos.

Finalmente llegamos a Andasibe después de cuatro horas de viaje desde Toamasina. Cuando bajamos del taxi-brousse eran las 19:30 h. y parecía que era ya de madrugada, porque apenas se veía alguna luz en la zona.

Dormir y comer

En Andasibe nos alojamos en el Hotel Mikalo, situado 1 km antes de llegar al pueblo de Andasibe. Aquí pagamos 61.200 Ar por un enorme bungaló de dos plantas. Era básico, pero tenía agua caliente, mosquitera y mantas suficientes (es importante porque aquí las noches son frías en esta época).

Además, el hotel está a escasos metros de límite del parque nacional Andasibe-Mantadia y desde la habitación se escuchaban perfectamente los aullidos de los indri.

El restaurante del hotel era un lugar acogedor y tenía la fama de ofrecer la mejor gastronomía de la zona. El desayuno ofrecido era correcto y costaba entonces 4.000 Ar.

Cosas a ver y hacer

TOAMASINA (también conocido con el antiguo nombre francés de Tamatave). Es una ciudad situada en la costa este de Madagascar y es su principal puerto marítimo.

En nuestro caso Toamasina fue solo un lugar de paso en el trayecto desde Soanierana a Andasibe. Al llegar a la terminal de transportes de Toamasina teníamos que esperar tres horas hasta la salida del siguiente taxi-brousse hacia Andasibe y quisimos aprovechar para ir a comer junto a la playa.

En la gare routière de Toamasina cogimos un pousse-pousse que por 3.000 Ar nos llevó hasta el Bulevar Ratsimilaho, el cual bordea la línea de costa hasta llegar al puerto.

En el camino de ida y vuelta entre la gare routière y este bulevar tuvimos la oportunidad de ver algunos edificios significativos de la ciudad, como el de la Alliance Française, así como algunas de sus grandes avenidas, pero poco más.

Para comer en Toamasina escogimos el restaurante Le Recréa (Bulevar Ratsimilaho, a 100 metros de la Place de la Republique), con una posición magnífica frente al mar. Era un lugar con muy buena comida y también muy popular a la vista de su gran nivel de ocupación. Había un excelente menú de dos platos por 12.500 Ar. Muy recomendable.

ANDASIBE (pronunciado Andasibé). Nuestro único interés en este pequeño pueblo de la región de Analanjirofo era pasar la noche y utilizarlo como base para visitar el vecino Parque Nacional Andasibe-Mantadia.

El Parque Nacional Andasibe-Mantadia

El Parque Nacional Andasibe-Mantadia tiene una superficie de 15 480 Ha. y hospeda 108 especies de aves, así como 14 de lémures o 51 de reptiles. Entre los lémures destaca, sobre todo, el Indri (Indri Indri), el lémur de mayor tamaño de todos. Y de entre los reptiles destacamos la boa de Madagascar, muy temida por los malgaches, al parecer.

Un indri en el bosque de Analamazaotra (Andasibe)
Un indri en el bosque de Analamazaotra (Andasibe)

El precio de la entrada a este parque era de 25.000 Ar cada uno, al que había que sumar el coste del guía (entonces costaba 15.000 Ar para el circuito más corto). La puerta de acceso al parque se encuentra 1 km al sur del hotel Mikalo, siguiendo la carretera que va desde el pueblo de Andasibe hasta el cruce con la RN-2.

En esta puerta de acceso se encuentra el Centro de Visitantes del parque, donde hay una exposición (gratuita) muy interesante y didáctica, que recomendamos, sobre el propio parque y los indris.

En vez de visitar el parque nacional propiamente dicho nosotros nos decidimos por la Estación Forestal Analamazaotra, gestionada por la Association Mitsinjo, una iniciativa local y que ahora es una ONG.

Este bosque tiene una superficie de 700 Ha. y está separado del parque nacional solo por una carretera. Aquí se puede encontrar más o menos lo mismo que en el parque nacional, pero es más pequeño y hay más posibilidades de encontrar algunas especies, entre las que destacan los indris o los camaleones. A diferencia del parque, aquí es posible contratar paseos nocturnos.

Además, los precios de la entrada y el guía son más bajos que los del parque, pero, sobre todo, este dinero va a proyectos comunitarios en agricultura y salud para la población local que vive alrededor de este bosque.

Un camaleón intentando pasar desapercibido sobre la rama de un árbol (bosque de Analamazaotra , Andasibe)
Un camaleón intentando pasar desapercibido sobre la rama de un árbol (bosque de Analamazaotra , Andasibe)

Durante nuestra visita a este parque encontramos una familia de indris que pudimos ver muy de cerca porque algunos de sus miembros estaban habituados a los humanos. También vimos lémures marrones y una especie de lémur nocturno, así como dos especies de camaleón, entre otros animales y plantas endémicas de este bosque lluvioso.

El coste total (entrada + guía) que pagamos por un circuito de tres horas a Analamazaotra fue de 20.000 Ar/persona. Las oficinas están unos 100 metros más allá de las del parque nacional siguiendo la carretera hacia la RN-2.

En resumen, si vuestro tiempo es limitado y queréis ir sobre seguro entonces nuestra recomendación es visitar la Estación Forestal Analamazaotra en vez del parque propiamente dicho.


ANTANANARIVO (II)

Cómo llegar

En el cruce de la RN-2 y la carretera a Andasibe, adonde llegamos andando porque en esta carretera había muy poco tráfico, subimos al primer taxi-brousse que pasó hacia Moramanga (2.000 Ar/pax).

Hacer este trayecto de 25 km nos supuso 40 minutos. Además, íbamos comprimidos con tropecientas personas más y la carga correspondiente en la parte de atrás de un pick-up con asientos de madera. Fue otro trayecto épico!!.

Una vez en la gare routière de Moramanga subimos al primer taxi-brousse con destino hacia Antananarivo (5.000 Ar/pax). El tramo de la RN-2 entre Moramanga y Antananarivo estaba en bastante buen estado y los paisajes también eran muy bonitos, con ríos, cascadas, arrozales y pueblecitos con las típicas construcciones de las tierras altas.

Finalmente llegamos a la gare routière oriental de Antananarivo tras un cómodo viaje de 2,5 horas, retrasado por los atascos a la entrada en la capital. Para el trayecto desde esta terminal hasta el hotel Sakamanga, en el centro de la ciudad, cogimos un taxi (7.000 Ar).

Dormir y comer / Cosas a ver y hacer

En esta segunda estancia en Antananarivo nos volvimos a alojar en el Hotel Sakamanga.

En esta ocasión Antananarivo fue para nosotros solo una corta etapa de nuestra ruta hacia Diego Suarez. Más info sobre este hotel y restaurantes, así como cosas a ver y hacer en Antananarivo y alrededores: Antananarivo (I).


ANTSIRANANA (DIEGO SUAREZ)

Cómo llegar

Dado que nuestro medio de transporte para el largo trayecto entre Antananarivo y Antsiranana (conocida también con el antiguo nombre de Diego Suarez) era el avión, iniciamos este trayecto con el minibús Navette que por 6.000 Ar/pax nos recogió en el hotel y nos llevó hasta el aeropuerto Ivato tras recoger algunos pasajeros más.

Este servicio al aeropuerto lo habíamos reservado la noche anterior llamando por teléfono. Nos pasaron a recoger a las 5:15 y a las 5:55 ya estábamos en la terminal de vuelos nacionales. Fue un trayecto cómodo, limpio y bastante más barato que un taxi, ya que un taxi reservado en el hotel y hasta el aeropuerto entonces costaba 30.000 Ar.

En este caso nuestro avión fue un Airbus A-320 de Air Madagascar que hacía la ruta desde Antananarivo hasta la isla de la Reunión, pero con escalas previas en la isla de Nosy Be y Antsiranana.

El trayecto desde Antananarivo hasta Nosy Be, de 650 km en linea recta, lo hicimos en una hora y al aterrizar en Nosy Be bajó del avión una parte del pasaje. Al cabo de 20 minutos retomamos el vuelo y solo 15 minutos después ya descendíamos sobre el aeropuerto de Antsiranana, a 160 km en linea recta del de Nosy Be.

Fuera de la terminal cogimos un taxi (10.000 Ar) para ir hasta el hotel, en el centro de Antsiranana. Más tarde supimos que si hubiéramos reservado el hotel previamente nos hubieran ido a recoger al aeropuerto gratis... es lo que tiene decidir el hotel en el último momento!!.

Dormir y comer

En Antsiranana nos alojamos en el Hotel Victoria (en las fechas de este viaje se llamaba Hotel Emeraude), situado en la esquina de las calles Rigault y Gauche. Era un hotel de 3* donde pagamos 79.500 Ar por una habitación doble grande, con baño privado y bañera, A/C, nevera, etc. Este precio lo obtuvimos regateando desde los 115.000 Ar iniciales.

Este hotel estaba muy bien y el personal era muy atento en todo. Muy recomendable como opción de precio medio, porqué si deseáis algo bastante más caro existe la opción de Le Grand Hôtel Diego, el hotel que por aquel entonces era el preferido del turismo internacional.

Para comer en Antsiranana recomendamos el restaurante La Vahinée, situado en la esquina de la calle Colbert con la Avda. de France. También nos causó una muy buena impresión el restaurante Le Venilla (calle Surcourf). Y una última recomendación es el restaurante La Rosticceria (rue Colbert, 47), aunque era más caro que los anteriores.

La terraza exterior de la Pâtisserie du Grand Hotel era el mejor lugar para disfrutar de sus dulces, bebidas y desayunos mientras veíamos pasar la gente por la calle Colbert.

Cosas a ver y hacer

ANTSIRANANA (también conocida con el antiguo nombre de Diego Suarez o simplemente Diegó). Esta ciudad está situada en el extremo norte de Madagascar y debe su antiguo nombre (hasta 1975) a un par de exploradores portugueses, el capitán Diego Diaz y el almirante Fernando Suarez, que visitaron esta zona a principios del siglo XVI.

Antsiranana también entra en la disputa con la isla de Sainte-Marie sobre la ubicación física de la legendaria república pirata de Libertalia, la existencia real de la cual no ha sido probada en ningún momento, tal como ya habíamos comentado antes.

Una de las calles del centro de la ciudad (Antsiranana)
Una de las calles del centro de la ciudad (Antsiranana)

Esta ciudad mantiene un toque colonial que la hace ser seguramente la ciudad más francesa de Madagascar, mientras que su bahía, la bahía de Antsiranana, está considerada como una de las más bonitas y grandes del mundo.

Además, Antsiranana es para el viajero también un buen lugar desde donde hacer interesantes excursiones a los parques Montagne d'Ambre y Ankarana, o al Tsingy Rouge, ubicado a dos horas en 4x4 desde Antsiranana, entre otros.

El pasado colonial en el centro histórico de Antsiranana

Desde 1880 hasta la independencia de Madagascar, en 1960, Antsiranana fue un protectorado colonial francés y de aquella época han quedado numerosos vestigios en la ciudad.

Los mejores ejemplos de edificios coloniales los encontramos en la Rue Colbert y alrededores.

Al llegar al extremo norte de esta calle pudimos ver un imponente y precioso edificio colonial, llamado Lapan'y tanana, que estaba ocupado por un organismo oficial.

Ruinas del viejo Hôtel de la Marine (Antsiranana)
Ruinas del viejo Hôtel de la Marine (Antsiranana)

Girando a la izquierda y siguiendo la calle Richelieu pasamos junto a lo que queda del edificio colonial del viejo Hôtel de la Marine, el cual fue destruido ya hace tiempo por un ciclón y así se ha quedado.

Y continuando por la misma calle llegamos a la Place Joffre, donde hay un monumento dedicado al mariscal francés Joseph Joffre y buenas vistas sobre el puerto y parte de la bahía de Antsiranana.

Excursión por los alrededores de Antsiranana

Para recorrer con libertad los alrededores de Antsiranana nosotros alquilamos una moto en la agencia Note Bleue Voyages. Pagamos 40.000 Ar por un día de alquiler de una Yamaha de 100 cc. En esas fechas el precio de la gasolina de 91 octanos era de 2.680 Ar/litro y con menos de 4 litros fue suficiente para los más de 100 km que recorrimos en las 24 horas que la tuvimos alquilada.

Con la moto salimos del centro de Antsiranana hacia el oeste por la calle R. J. Bezara (si os perdéis hay que preguntar por la ruta hacia Namakia). Al poco de salir del casco urbano se acabó el asfalto y la carretera cruzaba, literalmente, un vertedero, con residuos quemándose sobre el mismo asfalto de la carretera.

También pudimos ver mujeres y niños rebuscando entre la basura del vertedero, así como otras personas picando piedra a pleno sol, cosa que ya habíamos visto varias veces en otros puntos del país y que dice mucho de la extrema pobreza y durísimas condiciones que debe soportar una parte importante de la población malgache. Alguien nos comentó que se pagaba entonces sobre 1 US$ por cada cubo de piedras desmenuzadas (sin comentarios...).

Al cabo de unos pocos kilómetros pasamos junto a las enormes y bonitas salinas de la Compagnie Salinière de Madagascar, ubicadas en Andranotsara. El estado de la pista oscilaba entre malo y terrible. A menudo los vehículos optaban para ir campo a través para evitar los restos de asfalto en la pista.

Un baobab junto a la ruta hacia Cap d'Ambre (alrededores de Antsiranana)
Un baobab junto a la ruta hacia Cap d'Ambre (alrededores de Antsiranana)

Cuando llegamos al pequeño núcleo de Andranotsara encontramos una bifurcación, pero antes hay una barrera que impedía el paso. Nos pedían 10.000 Ar en concepto de... ??? para continuar. Aceptábamos pagar si nos daban un recibo o ticket del pago, pero como la respuesta era que no entonces iniciamos una discusión que acabó con que nos nos dejaron pasar sin pagar.

En la bifurcación cogimos el desvío hacia la derecha, por la pista que va hacia el norte, hasta después de Cap d'Ambre, siguiendo la orilla del Cul-de-Sac Gallois, una bonita bahía.

El paisaje era completamente de secano y a ratos parecía que estuviéramos en otro planeta. Encontramos varios baobabs junto al camino.

Tras recorrer unos 7 km desde Andranotsara y cuando ya veíamos ante nosotros la formación rocosa conocida como Windsor Castle decidimos no continuar más allá debido al horroroso estado de la pista, y que nos hizo temer por un pinchazo o una avería mecánica en un lugar donde estábamos solos y en mitad de la nada.

Fue una lástima, porque nos hubiera gustado continuar hasta la bahía de Courrier, donde parece que hay una playa extraordinaria. En cualquier caso la excursión valió mucho la pena por los paisajes que vimos y la aventura que vivimos.

Resumiendo, para ir al Windor Castle o a la citada playa se puede ir en moto, pero solo con un pasajero y conduciendo con mucha cuidad y cierta habilidad a causa del estado de la pista. En caso contrario habrá que recurrir a un vehículo 4x4 si no mejora el estado de la pista.

Desde este punto recorrimos los 15 km de vuelta hasta Antsiranana por el mismo camino de antes. Cuando llegamos a la altura del cementerio de guerra franco-malgache continuamos por el Blvd. Duplex en dirección a Ramena, ahora hacia el nordeste de Antsiranana.

La isla de Saupari Dunghar en la bahía Andovobazaha (alrededores de Antsiranana)
La isla de Saupari Dunghar en la bahía Andovobazaha (alrededores de Antsiranana)

Poco después ya veíamos a nuestra izquierda la bonita bahía Andovobazaha y su característica Saupari Dunghar, una isla deshabitada con forma de Pan de Azúcar que emerge del centro de esta bahía y que es el icono de Antsiranana. El color de las aguas de esta bahía ha dado lugar al alias de «mar Esmeralda»... y con justicia.

Continuamos por la carretera N59B, bordeando completamente la bahía Andovobazaha, y 8 km después llegamos a un cerro llamado Montagne des Français, una área protegida formada por bosque seco de hoja caduca. En ella destaca la presencia de baobabs de la rara especie Adansonia Suarezensis, endémica de esta zona.

Desde el punto más alto de este cerro, a unos 450 metros de altura, hay espectaculares vistas sobre la bahía y la ciudad de Antsiranana. Pero para llegar a ese punto hay una caminata de unas dos horas por un camino que, según nos habían dicho en la Oficina de Turismo de la ciudad, ahora obligaban a los visitantes a contratar un guía que debía acompañarnos desde la ciudad. El motivo era, siempre según sus palabras, porque se habían producido algunos atracos a turistas y se querían evitar de ese modo.

Un ejemplar de baobab Adansonia Suarezensis, endémico de la zona, en la Montagne des Français (alrededores de Antsiranana)
Un ejemplar de baobab Adansonia Suarezensis, endémico de la zona, en la Montagne des Français (alrededores de Antsiranana)

Pero aunque no subáis a la cima, como fue nuestro caso, merece la pena pararse junto a la Montagne des Français para disfrutar de la belleza del entorno y, sobre todo, ver los raros baobabs endémicos.

Siguiendo unos 10 km más por la misma carretera, con algunas paradas obligadas para fotografiar la zona costera, llegamos al pequeño pueblo de Ramena (pronunciado Ramèn), donde se encuentra la playa favorita de los habitantes de Antsiranana durante los fines de semana.

Lo cierto es que la playa de Ramena, de arena blanca y aguas esmeraldas, es de las mejores de la zona, aunque la presencia de barcas y de algo de basura (poca) en la playa le restaba algo de encanto.

Por otro lado, vale la pena ir hasta Ramena para almorzar en alguno de los sencillos restaurantes que hay ante la playa (recomendamos el Restaurante Emeraude). En la playa, además, se puede contratar alguna embarcación para navegar por esta preciosa zona costera, en pleno mar Esmeralda.

Barcas en la playa de Ramena (alrededores de Antsiranana)
Barcas en la playa de Ramena (alrededores de Antsiranana)

Acabada nuestra visita a Ramena deshicimos el camino de regreso hacia Antsiranana, con el sol cayendo sobre el horizonte y proporcionando nuevas tonalidades de color al paisaje. Nuevas paradas en el camino para fotografiar con una luz diferente, como el Pan de Azúcar, entre otros.

Al llegar a Antsiranana visitamos el Diego Suarez War Cemetery, un cementerio de guerra inglés situado en la carretera hacia el aeropuerto. Y es que en 1942 las fuerzas aliadas desembarcaron en la Bahía de Courrier, al oeste de Diego, en la llamada Batalla de Madagascar para conquistar la parte del país entonces controlado por la Francia de Vichy. En esa batalla murieron centenares de soldados británicos y la mayoría de ellos están enterrados en este cementerio.

El Parque Nacional Montagne d'Ambre

El Parque Nacional Montagne d'Ambre ocupa 23.010 Ha. de un macizo de origen volcánico con alturas que oscilan entre los 850 y los 1.475 metros. Es una isla de bosque húmedo comparado con la aridez de los alrededores, a causa de su microclima muy lluvioso. Su interés radica en sus lagos, cascadas y vida salvaje, con muchas especies de camaleón.

Un camaleón de la especie «Brookesia Minima», comparado con una hoja (Parque Nacional Montagne d'Ambre, Joffreville)
Un camaleón de la especie «Brookesia Minima», comparado con una hoja (Parque Nacional Montagne d'Ambre, Joffreville)

La entrada al parque se encuentra en unos 34 km al suroeste de Antsiranana y a unos 3,2 km de Joffreville, una población que en su momento, en el periodo colonial, fue un lugar de descanso para los oficiales franceses, pero que ahora estaba en estado ruinoso.

Un taxi-brousse desde Antsiranana hasta Joffreville costaba entonces 4.000 Ar/pax y empleaba unos 50 minutos al llegar. Por la tarde había muy poca frecuencia de transporte para el regreso desde Joffreville. En esta opción con transporte público hay que andar los 3 km de pista desde Joffreville hasta la entrada del parque.

Una opción más cómoda era contratar un taxi por 60.000 Ar (precio sin regatear) para hacer el trayecto desde Antsiranana hasta Joffreville y la entrada al parque, de ida y vuelta.

Y una tercera opción posible era hacer todo este trayecto con una moto alquilada, ya que la carretera entre ambas ciudades está asfaltada, aunque en este caso hay que contar con el posible factor lluvia.

Nosotros escogimos la primera opción, en transporte público hasta Joffreville y después a pie hasta el parque.

La Cascada Sagrada (Parque Nacional Montagne d'Ambre, Joffreville)
La Cascada Sagrada (Parque Nacional Montagne d'Ambre, Joffreville)

El acceso al Parque Nacional Montagne d'Ambre valía entonces 25.000 Ar por persona, a los cuales había que sumar el coste del guía, que en el caso de un circuito medio era de 25.000 Ar.

El día de nuestra visita a este parque llovía a ratos y por ese motivo elegimos hacer un circuito de longitud media, de unos 8 km, y que recorrimos de forma acelerada en tres horas a causa de la lluvia.

Durante el circuito vimos unos cuántos camaleones de diferentes tipos. Recorrimos un bonito sendero llamado Voie de Milles Arbres, para después llegar a la cascada Antakarana y de aquí a la Station des Rousettes, una zona de camping y pic-nic donde pudimos ver una bonita mangosta de cola anillada (Galidia elegans), endémica de Madagascar.

Una mangosta de cola anillada buscando comida (Parque Nacional Montagne d'Ambre, Joffreville)
Una mangosta de cola anillada buscando comida (Parque Nacional Montagne d'Ambre, Joffreville)

Después fuimos hasta la magnífica Cascada Sagrada. Nuestro hábil guía nos "localizó" un ejemplar de camaleón Brookesia Minima, el cual tiene una longitud máxima de 3 cm y está considerado como el camaleón más pequeño del mundo. De aquí el mérito de encontrar uno, porque es realmente minúsculo.

Al final tuvimos que finalizar el circuito de forma apresurada a causa de la fuerte lluvia que empezó a caer.

En resumen, a causa de la lluvia no pudimos hacer la visita a este parque tal como nos habría gustado y no lo pudimos disfrutar tanto como otros parques que ya habíamos visto. Pero recordamos que se trata de un bosque lluvioso.

Un consejo para la visita al parque Montagne d'Ambre: conviene llevar protección para la lluvia y algo de abrigo, porque el clima de esta zona es bastante más fresco que el de Antsiranana a pesar de su proximidad. No os confieis!!.


MAHAMASINA / ANKARANA

Cómo llegar

Aprovechando que el transporte hasta el aeropuerto de Antsiranana era gratuito en el hotel Emeraude donde nos alojábamos, pedimos que también lo fuera para ir a la gare routière de los taxi-brousse y así nos ahorrábamos el taxi.

Ningún problema!!. El propio mànager del hotel nos acompañó amablemente en su 4x4 hasta allá, donde subimos al primer taxi-brousse con destino hacia Ambilobe (10.000 Ar), a pesar de que ese no era nuestro destino final, ya que nosotros nos quedamos unos kilómetros antes, en la población de Mahamasina, la puerta sur del tsingy de Ankarana.

El trayecto desde Antsiranana hasta Mahamasina es de 108 km por una carretera bastante aceptable, la RN-6.

Pero igualmente tardamos 2 horas y 45 minutos en llegar a Mahamasina a causa de las numerosas paradas de nuestro taxi-brousse. Además, fue un viaje bastante duro porque íbamos 25 personas en una furgoneta dónde en teoría cabían solo 15... Solo en nuestra hilera de asientos ya éramos 8 personas!!!.

Dormir y comer

En Mahamasina, un pueblo muy pequeño, las opciones de alojamiento eran muy reducidas. De hecho, el único lugar con un cierto nivel era Le Relais de l'Ankarana, situado a unos 750 metros del pueblo y de la entrada del parque de Ankarana.

El hotel había abierto en 2008 y todo era aún muy nuevo. Pagamos 70.000 Ar por un magnífico bungaló muy confortable, con baño privado y agua caliente. Era un auténtico lujo comparado con el resto de hoteles de la zona. Todo su personal, y en especial el Sr. Elías, fueron muy atentos y serviciales.

Si es posible, recomendamos que solicitéis uno de los bungalós que dan a la parte trasera del hotel para amortiguar el ruido de los camiones que circulan por la noche por la RN-6.

El desayuno estaba bastante bien y costaba 6.000 Ar, mientras que la cena era un menú muy completo que valía 16.000 Ar. Debéis tener en cuenta que en Mahamasina no había ninguna tienda digna de tal nombre y todo había que ir a comprarlo a la ciudad de Ambilobe, a 36 km por la RN-6. Le Relais de l'Ankarana es ideal si vais con niños.

Otros alojamientos de Mahamasina que también vimos:

  • Chez Aurelien. Ofrecía unos bungalós muy básicos, sin baño privado ni agua caliente en el rudimentario baño compartido, por un precio de 15.000 Ar. El dueño, Aurelien, eso sí, era súper simpático y nos ayudó mucho en todo.
  • Chez Goulam. Situado unos 150 metros detrás del anterior. Ofrecía unos bungalós algo mejores y con baño privado, pero aun así eran básicos y también sin agua caliente, por un precio de 35.000 Ar

En aquellas fechas la electricidad aún no llegaba a Mahamasina y cuando oscurecía ya no había luz en ninguna parte. Le Relais de l'Ankarana era el único que tenía un grupo electrógeno que funcionaba de 18 a 22 horas, pero no más. Por tanto, en época de noches calurosas puede ser un problema dormir en esta zona sin un ventilador o A/C.

Cosas a ver y hacer

MAHAMASINA (pronunciado Majmásina). Es un minúsculo pueblo situado junto a la RN-6 y a unos 100 km al sur de Antsiranana. Su único interés para el viajero es como base logística para organizar la visita a la magnífica Reserva Especial Ankarana, ya que aquí se encuentran las oficinas de la entrada sur del parque.

La Reserva Especial Ankarana

La Reserva Especial Ankarana (pronunciado Ankàrana) tiene una superficie de 18.225 Ha y descansa sobre una meseta compuesta de piedra calcárea con una edad de 150 millones de años y que a causa de la lluvia en esta zona está muy expuesta a la erosión, dando lugar a una topografía kárstica peculiar donde destaca, sobre todo, el tsingy.

El tsingy es una palabra malgache que hace referencia a un relieve kárstico, a un paisaje formado por pináculos de roca calcárea extremadamente afilados que se forman al disolver el agua de la lluvia la parte superior de la roca calcárea, más blanda, dejando a cuerpo descubierto la parte inferior de la roca, más dura y en forma de aguja.

Vista del Tsingy Rary (Reserva de Ankarana, Mahamasina)
Vista del Tsingy Rary (Reserva de Ankarana, Mahamasina)

La vegetación y la imposibilidad de transitar por la zona del tsingy a causa de su morfología han preservado mucho esta región, y otras con el mismo fenómeno geológico, de la intrusión humana.

Posiblemente el tsingy más popular de Madagascar es el que se encuentra en la Parque Nacional Tsingy de Bemaraha, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1990, y ubicado en un punto a más de 150 km de Morondava. En las fechas de este viaje, en 2009, esta distancia se debía recorrer por una pista solo accesible para un vehículo 4x4 privado.

Por eso nosotros preferimos visitar el tsingy de Ankarana, porqué era mucho más accesible, se adecuaba mejor a nuestra ruta y suponía un coste en tiempo y dinero mucho menor al que hubiera supuesto la visita a Bemaraha.

En la Reserva Especial Ankarana había un gran número de circuitos a pie posibles, de diferentes duraciones y precios. Nosotros pactamos con nuestro guía, Joachim, un circuito que combinaba el tsingy Rary y las Tourelles de tsingy. En total este circuito suponía unos 12 km y más de 3,5 horas de recorrido.

El acceso al parque costaba entonces 25.000 Ar/pax y había que sumar el coste del guía, que en el caso de este circuito era de 25.000 Ar.

Empezamos nuestro recorrido a las 6:30 de la mañana. Desde las oficinas del parque, en la entrada sur (hay otra entrada a 25 km de aquí, en el lado noroeste), anduvimos 3 km hasta el último punto accesible para los vehículos.

Un lémur saltador de Sahafary mirándonos desde su madriguera (Reserva de Ankarana, Mahamasina)
Un lémur saltador de Sahafary mirándonos desde su madriguera (Reserva de Ankarana, Mahamasina)

Este camino es bonito y en él ya vimos unos cuántos animales, como camaleones y geckos. A continuación nos internamos en la reserva por zonas de tierra totalmente roja que dan lugar a un paisaje realmente precioso.

Vimos varias familias de lémures coronados (Eulemur coronatus) y de lémures marrones de Sanford (Eulemur sanfordi), ambos diurnos, así como los divertidos lémur saltador de Sahafary (un género de los lepilemúridos), observándonos con sus grandes ojos desde sus madrigueras en los árboles.

Cuando llegamos al mirador sobre el tsingy Rary alucinamos con este fenómeno natural extraordinario. El tsingy Rary es un ejemplo de tsingy plano, el cual se asemeja a un mar de pináculos kársticos. Aquí nos quedamos un buen rato para disfrutar de esta maravilla de la naturaleza.

Caminando por la zona de Tourelles de Tsingy (Reserva de Ankarana, Mahamasina)
Caminando por la zona de Tourelles de Tsingy (Reserva de Ankarana, Mahamasina)

Después continuamos la ruta a pie yendo hacia las Tourelles de tsingy, un ejemplo de tsingy sobre un terreno con pendiente. El camino transcurría entre algunos pináculos y nos parecía estar inmersos en un paisaje de cuento de hadas.

A continuación enlazamos con un camino que pasaba junto a varios baobabs Adansonia Madagascariensis. También nos encontramos con alguna serpiente y con un camaleón gigante de Madagascar, entre otros muchos animales.

Estos enormes camaleones, nativos de Madagascar, pueden llegar a medir hasta 68 cm de largo, incluyendo la cola.

Un camaleón gigante de Madagascar intentando pasar deaspercibido (Reserva de Ankarana, Mahamasina)
Un camaleón gigante de Madagascar intentando pasar deaspercibido (Reserva de Ankarana, Mahamasina)

Respecto a las plantas vimos numerosos ejemplares de las especies Ravenala madagascariensis, pandanus, pachypodiums, etc, muchas de ellas con propiedades medicinales, tal y como nos explicó nuestro sabio guía.

Y así, disfrutando enormemente de cada nuevo paso que dábamos en este parque, volvimos al punto de inicio, en la entrada sur, cuando el calor ya empezaba a apretar.

En resumen, la visita a la Reserva Especial Ankarana fue una de las que más nos gustaron, sin duda. Así que, si visitáis el norte de Madagascar, no os la perdéis por nada del mundo. Y si solo podéis visitar un parque en el norte y tenéis que escoger entre Montagne d'Ambre y Ankarana, nosotros nos quedamos con este último.


HELL-VILLE (isla de Nosy Be)

Cómo llegar

Empezamos nuestro largo trayecto desde Mahamasina hasta la isla de Nosy Be yendo hasta Ambilobe, la ciudad más cercana. Contábamos con esperar en la carretera a que pasara un taxi-brousse, cruzar los dedos para que no fuera lleno y tuviera sitio para dos vazahas.

Pero, por suerte, unos empleados de nuestro hotel debían ir aquel día a Ambilobe a comprar provisiones con su 4x4 y nos invitaron a acompañarlos, cosa que aceptamos encantados. De ese modo, muy cómodos y en solo media hora llegamos a la ciudad de Ambilobe.

Además, nuestros acompañantes nos localizaron en las calles de Ambilobe el taxi-brousse que iba hacia Ambanja, nuestra próxima parada, y que en aquel momento estaba dando vueltas por las calles de Ambilobe buscando clientes, un clásico en los taxi-brousse malgaches.

Pagamos 5.000 Ar por el trayecto de 101 km hacia Ambanja y gracias a que fuimos los primeros en subir al taxi-brousse conseguimos los asientos junto al conductor (sin duda los mejores en un taxi-brousse), aunque estuvimos dando vueltas por las calles de Ambilove durante 45 minutos hasta llenar el minibús.

El tramo de la RN-6 entre Ambilobe y Ambanja estaba en mucho mejor estado que el de Mahamasina a Ambilobe y llegamos a la gare routière de Ambanja solo dos horas después de salir de Ambilobe, suponiendo un récord absoluto de velocidad en términos de taxi-brousse malgache!.

Una vez llegados a Ambanja dudamos entre pernoctar en esa ciudad o bien continuar viaje hasta Ankify, desde donde salen las embarcaciones que van hacia Hell-Ville, en la isla de Nosy Be. Y es que por la mañana nos habían dicho que no había ningún ferry ni barca que hiciera la travesía desde Ankify hasta Nosy Be a partir del mediodía.

Pero nos informamos entre el ejército de comisionistas de taxi-brousse que nos asaltaron al llegar a Ambanja y nos juraron y perjuraron que aún estábamos a tiempo de coger el último ferry, pero que debíamos darnos prisa.

Así que subimos a un taxi compartido de cinco plazas y por 4.000 Ar/pax (precio vazaha) nos llevaron en 30 minutos hasta el embarcadero de Ankify, situado a 23 km de Ambanja por una buena carretera.

Nada más llegar al puerto de Ankify compramos los billetes para la última barca de la tarde por 10.000 Ar/pax (aquí eran muy espabilados e intentaron hacernos pagar 15.000 Ar cada uno, pero no coló).

Tras una espera de media hora embarcamos en una lancha motora con otras 15 personas. Nuestro piloto iba muy sobrado y se creía el «Michael Schumacher de la náutica» porque iba a toda velocidad y de forma muy brusca por un mar cada vez más embravecido debido en la subida de la marea y los vientos de la tarde.

Cuando llegamos al puerto de Hell-Ville, ya en la isla de Nosy Be y después de media hora de navegación, el miedo aún se reflejaba en la mayoría de las caras del pasaje, incluidas las nuestras, claro.

Quizás la forma de llevar la barca de nuestro patrón era la mejor dadas las condiciones del mar, pero lo cierto es que ese trayecto, de unos 20 km o unas 11 millas náuticas, se nos hizo eterno. Resumiendo, recomendamos hacer esta travesía por la mañana para ahorrarse el pasar un mal rato.

Para ir desde el puerto hasta el centro de Hell-Ville subimos a un taxi que nos costó 2.000 Ar.

Dormir y comer

En Hell-Ville nos alojamos en el Hotel Diamant 10 (Rue De Fortin - Hell Ville), un pequeño hotel donde pagamos 60.000 Ar por una habitación doble bastante grande y nueva, con cama grande, baño privado, agua caliente y A/C.

Era muy recomendable para presupuestos ajustados. Además, debemos agradecerle a la propietaria el gesto de dejarnos la habitación unas horas más sin coste adicional para ducharnos y dejar el equipaje el último día en la isla, ya que nuestro vuelo salía por la noche.

Otra buena opción en esta franja de precios era el Hotel Belle Vue (Rue R Tsiomeko - Hell Ville), donde una habitación correcta, pero muy pequeña, con baño, TV y A/C costaba 50.000 Ar.

Lógicamente en la isla de Nosy Be e islas próximas, un destino de playa para muchos europeos, había (y hay) otras muchas opciones de alojamiento de bastante más nivel y precio, pero en general son resorts situados hacia el norte de la isla, en zonas como Andilana, Ambaro o Ambatoloaka.

De todos estos complejos turísticos solo podemos hablar en primera persona del bonito Vanila Hotel & Spa, un resort de lujo situado en la playa de Ambaro, 17 km al norte de Hell Ville y frente a la isla Nosy-Sakatia. Sus precios comenzaban a partir de 83 € en temporada baja.

Para comer en Hell-Ville un lugar muy recomendable era el Restaurante Hallal, situado en una esquina delante del mercado. Ofrecía muy buen comida a precios más que correctos.

Por su parte, el Bar-restaurante Nandipo (Rue Albert I) se autodefinía como una batzoki-tasca, pero tenía una extraña mezcla de símbolos que iban desde el toro de Osborne hasta una bandera del Barça. Pero el sitio estaba bien y era acogedor, y parecía ser un lugar de reunión de expatriados y vazahas de la isla en general.

Y para desayunar en Hell-Ville entonces no había nada mejor que la terraza exterior del café L'Oasis (Bd. del Indépendance), un lugar muy popular situado ante el banco BVF.

Para cambiar recomendamos la pequeña oficina de cambio Nosy Change que había en el punto donde se bifurcan las carreteras hacia Andilana y al aeropuerto, en extremo norte del Blvd. General de Gaulle. Aquí pagaban algo mejor que en el banco BVF.

Cosas a ver y hacer

ISLA DE NOSY BE . Esta isla está situada en el extremo noroeste de Madagascar, en el Canal de Mozambique, a solo 20 km de Ankify, el puerto más próximo en la isla principal. Sus dimensiones son de unos 24 km de norte a sur y unos 20 km de este a oeste. Cerca de ella hay otras islas menores como Nosy Komba, Nosy Mitsio, Nosy Sakatia y Nosy Tanikely.

Vista parcial de Hell-Ville y de su bahía (Andoany, Nosy Be)
Vista parcial de Hell-Ville y de su bahía (Andoany, Nosy Be)

La principal ciudad de la isla es Andoany, pero tal como pasa con otras muchas ciudades malgaches, aún se usa mucho el antiguo nombre francés y que en este caso es Hell-Ville.

Nosy Be es el destino turístico más importante de Madagascar, ya que cuenta con un aeropuerto internacional al que llegan vuelos directos desde Europa, sobre todo desde Francia. Pero, afortunadamente, aún está a años luz de ser un Bali o un Pukhet, por poner algún ejemplo. Las infraestructuras turísticas y de transporte son todavía muy precarias y reducidas y la gran mayoría de hoteles se concentran en Ambatoloaka y Andilana, en la mitad oeste de la isla.

Nosotros fuimos a Nosy Be con cierta prevención, pensando que encontraríamos mucho turista europeo de playa, pero no fue así, aunque quizás aquel año 2009 fue muy atípico por los acontecimientos políticos que vivía el país y por la crisis económica mundial.

En cualquier caso, escogimos Hell-Ville como base para nuestra estancia en la isla buscando un lugar no turístico. Finalmente, si bien Nosy Be no nos pareció un lugar extraordinario, tampoco nos desagradó. Es un buen lugar para pasar unos días y explorar la isla y alrededores.

Recorrido por la isla de Nosy Be

Hell-Ville (Andoany) está situada en su extremo sur de la isla. Es una ciudad en la cual se puede apreciar fácilmente la vida diaria de los isleños, activa pero sin prisas. En general, es una ciudad agradable para pasear y dónde aún se pueden encontrar algunos bonitos edificios de la época colonial francesa.

A 1,5 km del centro, junto a la carretera hacia Andilana, hay unas cuántas tiendas de artesanía donde encontrar multitud de recuerdos de Madagascar a buenos precios, aunque es necesario regatear. Una de las tiendas recomendables en esa zona es Chez Abud.

Para recorrer Nosy Be con libertad preferimos alquilar una moto y la alquilamos en Location Jeunesse, un lugar de alquiler de motos y bicis que estaba ubicado en un punto de la carretera pasado el cementerio y la oficina de Air Madagascar, en la salida norte de Hell-Ville que va hacia Ambatoloaka. Alquilamos un ciclomotor Yamaha de 50cc, más que suficiente para recorrer la isla, por 25.000 Ar/día.

Con la moto alquilada salimos de Hell-Ville hacia Ambatoloaka, unos 9 km al noroeste. La razón de ir a Ambatoloaka no era otra que contratar una excursión en barca a las islas de Nosy Komba y de Nosy Tanikely para el día siguiente.

Por cierto, en la carretera hacia Ambatoloaka, frente a la gasolinera Jovena Nosy Be, a 6 km de Hell-Ville, había aquel día un control policial donde se nos pidió abiertamente dinero para la policía, pero eso sí, de buenas maneras y sin insistir demasiado cuando nos hacimos el loco contestando amablemente que no entendíamos lo que nos decían (??). Nos fuimos del control sin dar ni un ariary. Al final ya nos conocían y reían como niños traviesos cuando nos veían pasar.

Lo cierto es que este fue el único caso de corrupción policial que encontramos en todo Madagascar, después de pasar por muchísimos controles policiales, y no es casual que esto pasara en el lugar más turístico del país.

En este caso concreto, es probable que esta estrategia había funcionado bien con otros muchos turistas y eso permitía a estos policías corruptos sacarse un buen sobresueldo.

Ambatoloaka es un antiguo poblado pesquero y que ahora está muy desnaturalizado por su gran desarrollo turístico, con una gran concentración de hoteles (el alojamiento más barato de Nosy Be estaba aquí), restaurantes y bares musicales para el turismo. En la isla de Nosy Be este es lo más parecido que encontraréis, salvando las distancias, claro, a un Benidorm o un Salou, pero a muy pequeña escala.

Una vez contratada la excursión en el puerto de Ambatoloaka continuamos con la moto hacia el norte y llegamos a la población de Djamandjary. Por casualidad encontramos aquí lo que queda de una antigua factoría azucarera donde se procesaba la caña de azúcar para hacer ron. En ella había una antigua locomotora de vapor completamente oxidada.

Seguimos por la carretera Route de la Ouest en dirección hacia Ambaro (Orangea), parándonos en varios puntos para disfrutar de las vistas sobre la costa y la vecina isla de Nosy Sakatia.

Unos 4 km antes de llegar a Andilana encontramos el cruce de donde sale la carretera que va hacia el aeropuerto de la isla. Giramos hacia el este y 3 km más adelante, después de pasar por un mirador sobre el lago-cráter Andjavibe, encontramos el desvío para ir hacia la cumbre del monte Passot.

El antiguo volcán monte Passot, con sus 329 metros de altura, es la segunda cima más alta de Nosy Be. Desde ella hay espectaculares vistas de 360° sobre el Canal de Mozambique y buena parte de la isla.

Vista de los lagos-cráter de Antsidihy y de Amparihibe desde la cima del monte Passot (Nosy Be)
Vista de los lagos-cráter de Antsidihy y de Amparihibe desde la cima del monte Passot (Nosy Be)

Alrededor de este monte se encuentran los bonitos lagos-cráter de Anjavibe, Antsahamanavaka, Tanilatsaka, Bemapaza, Antsidihy, Amparihibe y Maintimaso. Estos lagos son considerados como lugares sagrados por la población local.

La cima del monte Passot también es un buen lugar para ver la salida o la puesta del sol. La carretera que lleva a ella era muy estrecha, pero estaba asfaltada en el 90% de sus 3 km de longitud.

Tras disfrutar un buen rato de las extraordinarias vistas deshicimos el camino por la misma carretera, parándonos en la orilla de algunos de estos bonitos lagos.

Conectamos de nuevo con la Route de la Ouest y seguimos en dirección noroeste hasta llegar al final de la carretera, la cual finaliza a la entrada del complejo turístico Andilana Beach Resort en la playa de Andilana.

En este punto subimos a pie hasta la parte más alta de una pequeña colina cercana para tener una visión elevada sobre la playa privada del complejo y también de la playa pública que hay justo al lado, así como del islote Nosy Andilana, situado junto a la costa de esta parte de la isla.

La playa de Andilana (Nosy Be)
La playa de Andilana (Nosy Be)

La playa de Andilana es bonita, pero no nos pareció nada extraordinario. Además, las playas de Nosy Be cuentan con el hándicap de que tienen poca pendiente y cuando hay marea baja el agua está muy lejos, dejando detrás suyo muchos restos marinos.

Y para almorzar en Andilana recomendamos totalmente el restaurante Au Rhum Riz, situado junto a la Route de la Ouest y unos 2 km antes de llegar al final de la carretera.

Y tras disfrutar de una tranquila y agradable tarde en la playa de Andilana volvimos hacia Hell-Ville, a 28 km de aquí. Por el camino nos detuvimos en varios lugares para ver la puesta de sol sobre el mar. Final de la ruta en moto por Nosy Be.

Excursión a las islas Nosy Komba y Nosy Tanikely

La isla de Nosy Komba, también llamada Nosy Ambariovato, está situada entre Nosy Be y la isla principal. Es una pequeña isla volcánica de unos 5 km de diámetro y un relieve agreste. Su punto más alto es el volcán Antaninaomby, con un altura de 621 metros.

Está recubierta de una espesa y densa selva que aloja una rica y variada fauna y flora, incluyendo numerosas familias de lemúridos. No hay carreteras ni red eléctrica, siendo un lugar ideal para los amantes de la tranquilidad y el relax.

De todas las islas próximas a Nosy Be esta es la más visitada, pero la mayoría de visitantes solo están en ella unas horas y se van. Pero para quien desee estar desconectado de todo y en un lugar bastante agreste, en Nosy Komba hay algunos alojamientos.

La isla de Nosy Tanikely (o Nosy Antanihely), por su parte, es una pequeña isla situada 8.5 km al sur de Nosy Be y al oeste de Nosy Komba. Su playa es preciosa y el entorno marino es paradisíaco, ideal para bucear.

En las fechas de nuestra visita a Nosy Tanikely esta isla formaba parte de una reserva marina, pero posteriormente, en 2011, pasó a formar parte del Parque Nacional Marino Nosy Tanihely. En el momento de escribir esta actualización el precio de acceso a la isla es de 40.000 Ar/pax para los no malgaches.

Para poder visitar las islas de Nosy Komba y de Nosy Tanikely en una excursión de un día contratamos los servicios del Sr. Tombo Nazaire, cuya oficina estaba en una casa detrás del hotel L'Espadon, en la bonita playa de Ambatoloaka. Pagamos 70.000 Ar/pax por la excursión, incluyendo la comida, la bebida y el transporte al hotel de Hell-Ville.

Un vehículo nos vino a recoger a nuestro hotel de Hell-Ville a las 8 de la mañana y nos llevó hasta la playa de Ambatoloaka, donde el Sr. Nazaire tenía su pequeña oficina. Sobre las 8:30 subimos a una lancha con otros cinco vazahas e iniciamos la navegación con rumbo sur, bordeando la costa de Nosy Be.

Tras un rato de tranquila navegación desembarcamos en la playa de Ampangorinana, la principal población de la isla de Nosy Komba. Acompañados por un guía local subimos por un camino repleto de tiendas de recuerdos hasta llegar a una especie de pequeño parque natural (la entrada costaba 2.000 Ar y estaba incluida en el precio de la excursión).

Una hembra de lémur negro (Nosy Komba)
Una hembra de lémur negro (Nosy Komba)

Aquí pudimos ver lémures negros (Eulemur macaco), camaleones, tortugas y una boa de Madagascar (Acrantophis madagascariensis), la serpiente más grande que se puede encontrar en Madagascar y que, incluso, pudimos tocar. Aquí estuvimos aproximadamente una hora antes de volver hacia la playa y embarcar de nuevo en la lancha.

La sensación que nos quedó esta visita exprés a Nosy Komba es que está demasiado enfocada al turismo, pero suponemos que los numerosos visitantes que vienen hasta aquí son un gran reclamo para la población local. Nos sorprendió ver más tiendas de recuerdos aquí que en todo el resto del país.

Un camaleón pantera (Nosy Komba)
Un camaleón pantera (Nosy Komba)

Desde la playa de Ampangorinana pudimos ver a unos 2,5 km en linea recta el paisaje boscoso que forma la Reserva de Lokobe, situada en el sudeste de la isla de Nosy Be. Salimos de esta playa con rumbo oeste hacia Nosy Tanikely.

Al llegar a la diminuta isla de Nosy Tanikely desembarcamos en una preciosa playa de arena oscura de origen volcánico.

A pocos metros de la orilla hay escollos de coral donde se puede hacer esnòrquel (y submarinismo algo más allá) y ver coral, estrellas de mar, anèmones, tortugas y peces tropicales de muchos colores y formas.

Navegando hacia la isla de Nosy Tanikely
Navegando hacia la isla de Nosy Tanikely

Además, la playa de Nosy Tanikely es un lugar fantástico para bañarse por sus aguas transparentes y de color turquesa. Y la vista desde la playa es de ensueño, ya que desde aquí se divisan la isla de Nosy Be, la de Nosy Komba y también la propia costa norte de la isla principal.

El patrón de nuestra embarcación nos preparó un suculento y abundante almuerzo compuesto de ensalada, brochetas de cebú, marisco, pescado y fruta que pudimos comer a la sombra de unos árboles. El almuerzo también estaba incluido en el precio de la excursión.

Después de comer, y aprovechando que la marea estaba baja, hicimos la vuelta entera a la isla andando por la playa, aunque en algunos lugares hay que saltar por encima de las rocas. Su perímetro es de menos de 1 km. Este paseo por la isla vale mucho la pena. También se puede subir hasta un pequeño faro que data de 1908.

A continuación estuvimos un buen rato buceando y bañándonos en las cristalinas aguas de la isla. Pasadas las 15:30 lo recogimos todo y embarcamos de regreso hacia Nosy Be antes de que el estado del mar empeorara (a medida que pasan las horas el mar se va embraveciendo).

Vista en el horizonte de las islas de Nosy Be (izquierda) y Nosy Komba (derecha) desde la playa de Nosy Tanikely
Vista en el horizonte de las islas de Nosy Be (izquierda) y Nosy Komba (derecha) desde la playa de Nosy Tanikely

Finalmente llegamos al puerto de Ambatoloaka a las 16:15, le pagamos la excursión al Sr. Nazaire y un empleado suyo nos llevó con el coche hacia nuestro hotel en Hell-Ville.

En resumen, esta excursión estuvo muy bien y la recomendamos 100%. La visita a Nosy Komba no nos gustó mucho, pero Nosy Tanikely compensó con creces, puesto que se trata de un verdadero paraíso.

Y el viaje se acaba ...

El último día de este viaje pactamos con un taxista de Hell-Ville un precio de 20.000 Ar para llevarnos en su Renault 4L al aeropuerto de Nosy Be, situado unos 14 km al norte de la ciudad.

Al atardecer, cuando llegamos al pequeño aeropuerto Fascene (NOS) nos encontramos con que aún no habían abierto las puertas de la terminal (solo abrían cuando habia un vuelo programado).

Despedida de madagascar con una puesta de sol (playa de Ambaro, Nosy Be)
Despedida de madagascar con una puesta de sol (playa de Ambaro, Nosy Be)

Curiosamente, a pesar de ser el nuestro un vuelo internacional, con destino París, cuando facturamos nos dieron una tarjeta de embarque sin asiento asignado. Así que, cuando llegó nuestro avión de Air Madagascar, procedente de Antananarivo, tuvimos que correr por la pista hasta el avión para intentar conseguir buenos asientos.

Por otro lado, en este aeropuerto no había una oficina de cambio para cambiar los últimos ariarys que nos pudieran quedar. Por ello, era importante haber ajustado bien los cambios hechos antes... o bien gastarse los ariarys sobrantes en las tiendas de recuerdos que hay fuera de la terminal.

Nuestro vuelo nocturno de Air Madagascar con destino a París-CDG cubrió una distancia de 8.263 km en unas 10 horas y 15 minutos de vuelo efectivo. Aterrizamos en el aeropuerto Charles de Gaulle (CDG) a primera hora de la mañana. Lo cierto es que este vuelo se nos hizo corto, a pesar de que el avión no tenía ningún tipo de entretenimiento a bordo.

Una vez desembarcados fuimos a recoger nuestro equipaje facturado y cambiamos de terminal en el mismo aeropuerto Charles de Gaulle para embarcar en nuestro siguiente vuelo, en este caso de la compañía EasyJet y con destino al aeropuerto Barcelona/El Prat (BCN), donde aterrizamos tras un vuelo de 1 hora y 45 minutos.


Travel journal from Madagascar - Dani Rubio i Paula Vallès [2010]
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