Madagascar es la cuarta isla más grande del mundo, situada cerca de la costa africana y separada de ella por el canal de Mozambique. Es un mundo aparte: los animales y plantas han evolucionado de manera aislada y por eso encontramos gran cantidad de endemismos. Sus habitantes descienden de marineros indomalayos que llegaron a la isla en rutas comerciales y su dieta básica es el arroz cultivado en terrazas como en el sureste asiático. En Madagascar hay cantidad de tabúes o fadys y se celebran exhumaciones de huesos.
El problema de Madagascar es elegir una ruta, ya que el gran tamaño de la isla unido al mal estado de las carreteras y la lentitud del transporte hace que se necesite mucho tiempo para visitar todos los atractivos de las isla, que no son pocos.
Podemos pasar el tiempo visitando parques nacionales, andando por bosques tropicales, persiguiendo animales únicos, haciendo actividades o descansando en playas, caminando por extrañas formaciones rocosas, bajar un río en canoa y comprando en animados mercados, entre otros. Eso si, con paciencia y mora mora ...
Del 18 de julio al 13 de agosto de 2012.
La moneda oficial de Madagascar es el ariary. Se pueden canviar euros a ariarys en los bancos del aeropuerto y en las principales ciudades. Para volver a canviar ariarys a euros se necesita una cantidad minima de 50 euros.
El visado para un mes se obtiene gratuitamente en el aeropuerto internacional de Invato, al norte de Antananarivo
No hay ninguna vacuna obligatoria, pero es recomendable tener las vacunas recomendadas actualizadas y llevar repelente para mosquitos ya que hay zonas con malaria.
Madagascar es uno de los países más pobres del mundo y desde la independencia ha sufido la incompetencia y corrupción de los governantes, por lo que la situación politica es inestable. Nosotros no tuvimos en ningún momento sensacion de inseguridad. Hay que tomar las precauciones habituales y tener especial cuidado en Antananarivo, sobre todo por la noche.
Esta vez he hecho un viaje diseñado a medida por Xavi a través de una agencia local Best Travel Antsirabe. El trato por parte de todo el personal ha sido excelente, asi que lo recomiendo.
Para gente que quiera ir por su cuenta hay cantidad de taxi-brousse, especialmente en la ruta nacional 7. Hemos hecho la mayor parte del viaje en furgoneta, ademas de 4x4 para algunas rutas, especialmente en la zona oeste de la isla donde los caminos están en muy mal estado, además de coche, tren y canoa.
En verano hay que restar una hora para obtener la hora malgache.
El clima varía según la zona de la isla. De las zonas que visitamos en el momento del viaje, la oeste fue la mas calurosa. En las zonas altas y la capital hace fresco, especialmente de noche y al amanecer. En el parque nacional de Andringitra hace frío y es necesario llevar ropa de abrigo si queremos pasar la noche allí.
Las temperaturas oscilaron entre los 10 y los 36 grados dependiendo del lugar y el momento del día. Hay que tener en cuenta que si se viaja en época de lluvias algunos parques están cerrados porque los caminos son impracticables.
Nosotros utilizamos la guía Lonely Planet, edición de 2008 en inglés.
Llegamos a Antananarivo a las 12:45h. Las mochilas se han perdido y hacemos la reclamación correspondiente. Nos encontramos con Baba, la persona con quien se ha organizado la ruta por Madagascar. Traslado al hotel.
A la mañana siguiente, mientras esperamos que abran la oficina de Air Madagascar, visitamos un poco Tana, ciudad sin demasiado atractivo.
Después vamos a la compañía de Air Madagascar para gestionar el tema de les mochilas perdidas. Nos dicen que han llegado las dos de los chicos, pero no la mía. Nos dan unos 75 € por cabeza para comprar cosas. En el aeropuerto miro los equipajes perdidos y encuentro mi mochila también.
Ya con el problema solucionado vamos de Antananarivo a Antsirabe. Por el camino vemos paradas de verduras (sobre todo zanahorias) y de fresas, muy buenas.
Llegamos a Antsirabe, la capital del pousse pousse en las tierras altas, se dice que hay uno para cada habitante de la ciudad. El pousse-pousse es la versión malgache del rickshaw asiático. Visitamos una tienda de piedras y joyas y paseamos por la ciudad. Nos despedimos de Baba y nos encontramos con Dadi, el guía de esta parte del viaje.
En Antsirabe visitamos el mercado y en un super compramos la comida para el picnic que haremos hoy. Hoy viajamos de Antsirabe a Miandrivazo.
Antes de partir hacia Miandrivazo visitamos el lago volcánico de Andraikiba, a 7 km. de la ciudad. El paisaje que encontramos hacia Miandrivazo es muy árido.
Paramos en el campo al lado de la carretera para comer el picnic.
Al lado del río Mandoto podemos ver escenas de la vida cotidiana: gente bañándose y lavando ropa. También vemos la construcción de ladrillos de manera artesanal.
Continuamos por un paisaje volcánico muy seco hasta que llegamos a Miandrivazo.
Miandrivazo es un pueblo sin encanto, punto de partida para la navegación fluvial con canoa tradicional de madera por el río Tsiribihina que dura tres días y recorre unos 146 km.
Comenzamos la navegación por el río Tsiribihina con retraso ya que la canoa se ha roto y tenemos que esperar hasta que la reparen.
Además de Dady, el guía, nos acompaña un muchacho, ambos reman y cocinan la comida que llevamos, incluso una gallina viva que nos comeremos uno de los días de descenso del río. Al menos habrá tenido la experiencia del descenso antes de acabar en nuestro estómago.
El espacio que tenemos no es muy amplio y miramos de acomodarnos lo mejor que podemos. A la orilla del río vemos varios pueblos y la gente lava la ropa. Paramos en alguno y aprovechamos para visitarlo y jugar con los niños.
Para comer y dormir paramos en los bancos de arena al lado del río. Dormimos en tiendas bajo un cielo completamente estrellado que nos enseña incluso la vía Láctea.
La navegación es una experiencia muy relajante, el silencio nos envuelve la mayor parte de la navegación y tenemos sensación de estar en un lugar remoto y muy poco accesible. A veces la barca queda encallada en algún banco de arena y los remeros tienen que bajar para empujar la canoa.
Segundo día en el río Tsiribihina.
Hoy atravesamos la desfiladero de Bemaraha. La vegetación es más frondosa y antes de comer nos bañamos en una cascada con piscina natural y vemos los primeros lemures del viaje.
En este lugar nos encontramos con varios turistas que también descienden el río.
A la orilla del río vemos camaleones y un cocodrilo.
Algunas de las mujeres que están en la orilla llevan la cara llena de una especie de barro amarillo.
Por la noche estamos solos en las zonas de acampada, disfrutando más del lugar y de la sensación de soledad que nos da el descenso.
Tercer y último día en el río Tsiribihina. Navegamos a través de un segundo desfiladero.
Vemos un cocodrilo y sifacas. Desembarcamos en un poblado que nos regala escenas cotidianas: gente preparando comida, peinándose, jugando a dominó... y jugamos y bailamos con los niños.
Después de comer cogemos un carro tirado por cebús entre poblados donde provocamos la risa de los niños haciéndoles fotos y rodeados de verdes campos de arroz, hasta que llegamos a otro poblado donde cogemos un 4x4 hasta Belo Sur Tsiribihina.
El último tramo lo hacemos en una barcaza que permite a los coches cruzar el río.
La cena la tomamos en un restaurante del país donde el guía nos prepara unas gambas gigantes que acompañamos con THB (Three Horses Beer) la cerveza más popular del país.
Los días que pasamos aquí comeremos y cenaremos en el mismo lugar.
Por la mañana vamos al colorido y animado mercado de Belo Sur Tsiribihina.
Después nos dirigimos a Bekopaka, donde se encuentra el Tsingy de Bemaraha, patrimonio mundial de la Unesco y una de las zonas más impresionantes del país.
Por el camino paramos en un poblado donde nos reciben todos los niños, que para variar se divierten con las fotos que les hacemos. Un hombre me invita a comer arroz con una mujer en una cabaña.
Al llegar hay que atravesar un río y nos encontramos con problemas para poder pasar con el coche y para ganar tiempo lo cruzamos los tres con una canoa conducida por niños.
Visitamos el Petit Tsingy National Park con un guía local. El tsingy es una formación calcárea difícil de explicar, donde destacan los pináculos dentados de piedra caliza formados tras la acción erosiva del agua y el viento a lo largo de los siglos.
En este lugar vivían los vazimba, los primeros habitantes de Madagascar que realizaban sus ritos ancestrales en las numerosas cuevas. Hay algunos puntos panorámicos elevados para ver la extensión del Tsingy.
Por la noche contratamos también una excursión nocturna para ver animales. La excursión se realiza cerca del pueblo y podemos ver lémures nocturnos y camaleones de diferentes tamaños.
Visita al Grand Tsingy National Park con el mismo guía de ayer.
Para llegar hasta él hay que conducir una hora en 4x4 por caminos de tierra en muy mal estado.
Antes de la visita nos tenemos que poner arneses, ya que algunos pasos están equipados con cables para más seguridad y también pasamos por un puente colgante a unos 80 metros del suelo.
En el Tsingy encontramos especies endémicas de flora y fauna (aves, reptiles y lemures) y diversas plantas medicinales.
Pasamos por cuevas y llegamos a un mirador en la parte alta que nos permite ver la extensión del Tsingy.
Visita muy recomendable por tratarse de un lugar único y muy espectacular.
Nos dirigimos hacia Morondava para visitar una de las mayores atracciones de Madagascar: la avenida de los Baobabs.
Primero tenemos que cruzar otra vez el río con la barcaza y el coche. Por el camino también vemos el baobab sagrado y los baobabs enamorados.
Finalmente llegamos a la avenida de los baobabs con especies de unos 800 años. Pasamos la tarde paseando por ella, viéndolos desde diferentes lugares y disfrutando de la mágica puesta de sol en ella.
Acabada la visita continuamos hasta Morondava donde pasamos la noche.
El día siguiente lo pasamos entero en Morondava. En esta ciudad no hay gran cosa a visitar, aparte de un mercado y la playa. Estamos un día esperando el vuelo hasta Toliara, ya que hoy no hay.
Pasamos la mañana siguiente en Morondava y al mediodía vamos al aeropuerto para coger un vuelo que sale con retraso hacia Toliara. No hay vuelo directo y tenemos que ir hasta Antananarivo y cambiar de avión.
Llegamos de noche a Toliara donde nos espera el nuevo guía Patrik y conductor Mica. Noche en Toliara.
Al día siguiente nos dirigimos a Ifaty, a 22 km al norte, uno de los destinos de playa más turísticos de la zona, a pesar de ello no encontramos demasiados turistas.
Nuestra idea es visitar el Spiny Forest, una zona desértica con vegetación endémica. Para ello vamos en un carro de cebús y caminamos por el lugar donde nos explican la diferente vegetación que encontramos.
Por la tarde paseamos por la playa, donde hay gran actividad pesquera con pequeños barcos y gran alboroto cuando la pesca llega a la playa.
Por la mañana Jaume y Xavi hacen submarinismo, mientras que yo y Patrik paseamos por la playa de Ifaty.
Por la tarde visitamos la Reserva Natural de Reniala, que en realidad es lo que queríamos visitar ayer.
El guía que nos toca esta vez es muy bueno y la visita nos gusta mucho.
Además de la extraña vegetación espinosa, baobabs y plantas crasas, vemos muchas plantas medicinales, tortugas y lemures en cautividad.
A quien le guste el marisco, en Ifaty se puede comer a muy buen precio en varios restaurantes.
Hoy volvemos a Toliara desde Ifaty para coger la furgoneta con la que haremos el resto del viaje.
Desde Toliara nos dirigimos a Ranohira y por el camino vemos algunas rocas curiosas y tumbas de las tribus Mahafaly, Bara y Antandroy.
También visitamos el Parque Nacional de Zombitse-Vohibasia, donde vemos varios lemures.
De camino a Ranohira pasamos por una región algodonera donde hay gente recolectando el algodón.
Por la tarde llegamos a Ranohira y hablamos con el guía local que nos explica las excursiones a realizar en dos días por el parque nacional de Isalo.
Visitamos el Parque Nacional de Isalo. Este parque es uno de los más visitados del país. Esta constituido por un macizo de arenisca, con varias plantas endémicas, lemures de cola anillada y pardos y sifakas. También hay valles, cascadas y cañones esculpidos por el agua.
Isalo es un lugar sagrado para la tribu Bara que usaba las cuevas como tumbas. Una tradición local dice que hay que colocar una piedra en las tumbas para pedir que se cumplan los deseos y si se hacen realidad hay que regresar al lugar a dar las gracias. Por si acaso, lo hacemos.
Para llegar hasta la entrada del parque hay un camino de tierra en muy mal estado y lo hacemos en un coche destartalado que parece imposible que pueda pasar por allí.
Hacemos un circuito por la zona rocosa donde vemos algunas tumbas, hasta subir a la parte superior con una buena vista sobre Ranohira y toda la llanura des de lo alto del acantilado y continuamos hasta el mirador del cañón Namaza. A continuación descendemos hasta el recorrido por el circuito Namaza. Primero encontramos la piscina natural bajo la cascada, donde disfruto de un refrescante baño... estos chicos no se atreven, que el agua esta fresquita...
En la zona del picnic vemos diferentes lemures y comemos al lado del río. Desde allí el camino se adentra cada vez más en el cañón hasta llegar a la piscina azul, seguida de la piscina negra. De regreso nos desviamos para continuar hasta la cascada de las ninfas, para luego regresar a la zona de picnic y al parking.
El siguiente día también lo dedicamos a visitar Isalo. Hoy realizamos la visita de los cañones: el Canyon des Singes (de los monos) y el Canyon des Rats. La ruta es muy bonita, con grandes paredes al lado del río, aunque corta. Creemos que una opción mejor sería hacer las dos rutas en el mismo día, para aprovechar más el tiempo.
Hoy nos dirigimos a Ambalavao, con una parada en la reserva de Anja, a unos 7 km.
En la Reserva de Anja vemos lemures de cola anillada, camaleones y cuevas con tumbas Betsileo. El paisaje que envuelve el parque es muy bonito rodeado de montañas con altas paredes.
Tras visitar el parque nos dirigimos a Ambalavao, ya en las tierras altas.
El pueblo nos sorprende gratamente. Las coloridas casas tienen típicos balcones de madera tallada. Visitamos una fábrica de papel y paseamos por el pueblo y el mercado, donde una mujer local tras hacerle una fotografía en su parada me persigue por todo el mercado hasta encontrar a mis compañeros para que nos haga una foto juntas??!!!.
Quedamos con el guía para hablar de la ruta que haremos los dos próximos días por el Parque Nacional de Andringitra.
Hoy toca camino hasta el Parque Nacional de Andringitra.
En este parque se encuentra el segundo pico más alto de Madagascar, el Pic Boby o Imarivolanitra (2.643 metros de altura). El pico mas alto se encuentra en el norte de la isla, pero no está permitido subir a él.
Para llegar al parque vamos en 4x4 hasta la zona de parking, el camino no esta en buen estado y tardamos unas 3 horas. Por el camino pasamos por pueblos y campos de arroz.
Nos dirigimos al valle de Namoly donde tras registrarnos, encontramos el guía local y los porteadores. Caminamos por la ruta que nos conduce por un paisaje lunar hasta la zona de camping.
Por la noche comemos en la zona habilitada como cocina y tras cenar cantamos y bailamos con los guías y porteadores, pasando un rato muy divertido.
A las 5:00 de la mañana Jaume, Xavi, el guía y Patrick se dirigen hacia el Pic Boby, mientras yo me quedo en el camping.
De regreso descendemos hasta donde se encuentra el coche y en la vuelta a Ambalavao nos encontramos con una plaga de langostas de dimensiones bíblicas.
Es realmente alucinante, parece como una tormenta de arena que se acerca a gran velocidad. Hay millones de langostas. La gente va con redes para atraparlas y comérselas. El camino está lleno de ellas y entran por el coche.
Tras tres horas de camino con 4x4 llegamos a Ambalavao, donde damos un paseo y hablamos con unos chicos.
Hoy toca carretera hasta Fianarantsoa, la segunda ciudad más grande del país y que se extiende desde una ladera hasta el llano.
La zona más atractiva de Fianar es la parte antigua en la Haute-Ville (zona alta), donde nos llama la atención la gran cantidad de iglesias que hay.
También se puede visitar un gran mercado donde se encuentra de todo (desde comida a artesanía, cosedoras a máquina, animales y un largo etcétera) y en el que se puede pasar un buen rato vagando por él.
La razón principal de que hayamos venido a Fianarantsoa es coger el tren hasta Manakara que haremos mañana.
Teóricamente el tren a Manakara salede Fianarantsoa a las 7 de la mañana, por lo que a las 6:30 h. ya estamos en la estación.
El tren acaba saliendo con unas dos horas y media de retraso que nos las tomamos con calma.
En teoría el viaje dura unas 10 horas y la principal diversión es contemplar el frondoso paisaje, muy verde, y con cascadas, así como las paradas que realiza en los pueblos, donde gran cantidad de gente vende comida y bebida.
Para tener mejores vistas hay que sentarse en el lado izquierdo, aunque la cascada más grande esta en el derecho.
Los malgaches, con su sentido del humor, llaman a este tren el TGV (tren a grand vibration).
El tren realiza una larga parada de unas dos horas que aprovechamos para hablar con Manuel, un español que ha vivido varios años en Asia y ahora se dedica a viajar.
Cuando salimos nuevamente ya es de noche y por lo tanto se acaba la diversión. A las 2:00 de la noche llegamos a Manakara, donde vamos directos al hotel, tras 18 horas de viaje y esperas.
Manakara no es una ciudad atractiva, así que no la visitamos. Hacemos una excursión por el cercano canal de pangalanes en canoa.
El canal de Pangalanes es un conjunto de ríos y lagos que se extiende a lo largo de unos 600 km. entre Toamasina y Farafangana.
Hacemos algunas paradas para ver como los pescadores llegan a la costa mientras las mujeres esperan para limpiar y vender el pescado y también paramos en algún pueblo.
Llegamos al mar en una playa larguísima sin nadie (nos enteramos de que hay tiburones) y comemos un súper picnic a la sombra de un árbol, servido por una cocinera con mucha marcha. De bebida ron de vainilla, muy bueno.
Al acabar continuamos por carretera a Ranomafana, donde visitaremos el parque nacional de igual nombre.
En Ranomafana hablamos con el guía local sobre los posibles trekkings a hacer en el parque y decidimos hacer uno de 6 horas por el bosque secundario el primer día y uno de 7 horas por el bosque primario el segundo.
Hoy comenzamos la visita al Parque Nacional de Ranomafana, caracterizado por ser un bosque tropical lluvioso.
El primer día hacemos una ruta de 6 horas por el bosque secundario. En ella podemos ver varias familias de lemures y también animales mimetizados con el entorno. Nuestro guía es un crack encontrándolos,ya que a nosotros, incluso viéndolos, nos cuesta creer que sean animales y no hojas o ramas, son increíbles!.
Al acabar la visita pasamos por una gran cascada donde hacemos el picnic y a continuación hacemos un baño en la piscina de agua termal del pueblo, ya que Ranomafana significa agua caliente debido a sus baños termales.
Por la noche hacemos una visita nocturna al lado de la carretera, donde vemos varios animales: lemures nocturnos, camaleones y ranas.
Al día siguiente, segundo día en el Parque Nacional de Ranomafana, nos dirigimos al bosque primario. La diferencia principal es que los árboles son más altos que en el bosque secundario. Vemos varios lemures.
Hoy toca un largo camino de furgoneta con destino final en Antananarivo.
Primero nos dirigimos a la ciudad de Ambositra el centro de la industria manufacturera, donde visitamos una fábrica artesanal de objetos de madera y después aprovechamos para comprar en las diferentes tiendas que hay, ya que es más barato que en Tana. Hay cantidad de artesanía, muy bonita y en la mayoría de casos bien de precio.
Después continuamos el viaje hacia Antananarivo, adonde llegamos ya de noche.
A la mañana siguiente visitamos el mercado de recuerdos de Tana, donde hacemos las últimas compras del viaje.
Después nos dirigimos al aeropuerto, desde donde nuestro vuelo de regreso a casa sale a las 15:05 h. con destino a Mauricio, París y finalmente Barcelona.