Las autoridades de Irán han anunciado planes para reducir en los próximos meses los requisitos para la obtención del visado para la mayoría de los visitantes extranjeros al país.
Según los medios estatales iraníes, una vez se aprueben las nuevas directrices que regularán la obtención del visado, los turistas de la mayoría de los países podrán recoger el visado a la llegada al país, con la excepción de los viajeros procedentes de al menos diez países, entre los cuales se incluirían EE.UU. y el Reino Unido.
Esta medida forma parte del impulso que el nuevo presidente de Irán, Hassan Rouhani, pretende dar para atraer a más viajeros extranjeros a Irán, hogar de algunas de las civilizaciones más antiguas del mundo y con sitios históricos que datan de hace varios miles de años.
Irán solía ser un destino de primera magnitud en esa zona de Asia, pero la revolución iraní de 1979 supuso un duro golpe para la industria del turismo. Así el número de turistas se redujo drásticamente, debido en gran parte al aislamiento político y económico de Irán y también a causa de los mensajes negativos de numerosos gobiernos occidentales sobre el carácter radical y peligroso de Irán.
El nuevo presidente Rouhani está claramente tratando de dar una impresión más positiva a la comunidad internacional con una campaña para resolver la disputa nuclear de Irán y mejorar las relaciones con Occidente.
Según datos de la Iranian Cultural Heritage, Tourism, and Handicrafts Organization, Irán atrajo en 2012 a casi cuatro millones de turistas. Las autoridades turísticas iraníes confían en que las nuevas normas previstas, menos restrictivas para la obtención del visado, y la política de moderación de Rouhani ayudarán bastante a que esas cifras aumenten significativamente.